Tengo el pecho lleno de calor,
el aire me lo dijo y me canto una canción.
Tengo el alma y grita a veces,
aveces me oculto entre la gente,
no por que tema a mostrarme,
es que prefiero pasar inadvertido,
para cuando el viento me señale,
haberlo antes sorprendido.
Las voces en mi mente
susurran como las ramas de un arbol,
me lo digo a mi mismo,
y en mi interior resueno;
aveces solo aveces
sueño con ella,
aún que ya no recuerdo su voz.
Aún recuerdo la lluvia,
el camino a mi casa,
un suspiro, un minuto de alavanza
y el dibujo de un sonrisa en mi cara.
Si escribo es para romperme en pedazos,
para que alguien, tan solo alguien
comparta mi canto,
por que no quiero volar solo,
quiero surcar los cielos
con un coro de voces que brillen
voces oscuras,
otros matices,
que sigan mi vuelo
o que me muestren el suyo.