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El varón que tiene corazón de lis,
alma de querube, lengua celestial,
el mínimo y dulce Francisco de Asís,
está con un rudo y torvo animal,
bestia temerosa, de sangre y de robo,
las fauces de furia, los ojos de mal:
el lobo de Gubbia, el terrible lobo,
rabioso, ha asolado los alrededores;
cruel ha deshecho todos los rebaños;
devoró corderos, devoró pastores,
y son incontables sus muertes y daños.

Fuertes cazadores armados de hierros
fueron destrozados. Los duros colmillos
dieron cuenta de los más bravos perros,
como de cabritos y de corderillos.

Francisco salió:
al lobo buscó
en su madriguera.
Cerca de la cueva encontró a la fiera
enorme, que al verle se lanzó feroz
contra él. Francisco, con su dulce voz,
alzando la mano,
al lobo furioso dijo: -¡Paz, hermano
lobo! El animal
contempló al varón de tosco sayal;
dejó su aire arisco,
cerró las abiertas fauces agresivas,
y dijo: -¡Está bien, hermano Francisco!
¡Cómo! -exclamó el santo-. ¿Es ley que tú vivas
de horror y de muerte?
¿La sangre que vierte
tu hocico diabólico, el duelo y espanto
que esparces, el llanto
de los campesinos, el grito, el dolor
de tanta criatura de Nuestro Señor,
no han de contener tu encono infernal?
¿Vienes del infierno?
¿Te ha infundido acaso su rencor eterno
Luzbel o Belial?
Y el gran lobo, humilde: -¡Es duro el invierno,
y es horrible el hambre! En el bosque helado
no hallé qué comer; y busqué el ganado,
y en veces comí ganado y pastor.
¿La sangre? Yo vi más de un cazador
sobre su caballo, llevando el azor
al puño; o correr tras el jabalí,
el oso o el ciervo; y a más de uno vi
mancharse de sangre, herir, torturar,
de las roncas trompas al sordo clamor,
a los animales de Nuestro Señor.
Y no era por hambre, que iban a cazar.
Francisco responde: -En el hombre existe
mala levadura.
Cuando nace viene con pecado. Es triste.
Mas el alma simple de la bestia es pura.
Tú vas a tener
desde hoy qué comer.
Dejarás en paz
rebaños y gente en este país.
¡Que Dios melifique tu ser montaraz!
-Está bien, hermano Francisco de Asís.
-Ante el Señor, que todo ata y desata,
en fe de promesa tiéndeme la pata.
El lobo tendió la pata al hermano
de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea. La gente veía
y lo que miraba casi no creía.
Tras el religioso iba el lobo fiero,
y, baja la testa, quieto le seguía
como un can de casa, o como un cordero.

Francisco llamó la gente a la plaza
y allí predicó.
Y dijo: -He aquí una amable caza.
El hermano lobo se viene conmigo;
me juró no ser ya vuestro enemigo,
y no repetir su ataque sangriento.
Vosotros, en cambio, daréis su alimento
a la pobre bestia de Dios. -¡Así sea!,
contestó la gente toda de la aldea.
Y luego, en señal
de contentamiento,
movió testa y cola el buen animal,
y entró con Francisco de Asís al convento.

Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo
en el santo asilo.
Sus bastas orejas los salmos oían
y los claros ojos se le humedecían.
Aprendió mil gracias y hacía mil juegos
cuando a la cocina iba con los legos.
Y cuando Francisco su oración hacía,
el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle,
iba por el monte, descendía al valle,
entraba en las casas y le daban algo
de comer. Mirábanle como a un manso galgo.
Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo
dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo,
desapareció, tornó a la montaña,
y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma,
entre los vecinos y entre los pastores;
colmaba el espanto los alrededores,
de nada servían el valor y el arma,
pues la bestia fiera
no dio treguas a su furor jamás,
como si tuviera
fuegos de Moloch y de Satanás.

Cuando volvió al pueblo el divino santo,
todos lo buscaron con quejas y llanto,
y con mil querellas dieron testimonio
de lo que sufrían y perdían tanto
por aquel infame lobo del demonio.

Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña
a buscar al falso lobo carnicero.
Y junto a su cueva halló a la alimaña.
-En nombre del Padre del sacro universo,
conjúrote -dijo-, ¡oh lobo perverso!,
a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal?
Contesta. Te escucho.
Como en sorda lucha, habló el animal,
la boca espumosa y el ojo fatal:
-Hermano Francisco, no te acerques mucho...
Yo estaba tranquilo allá en el convento;
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas empecé a ver que en todas las casas
estaban la Envidia, la Saña, la Ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos
y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos:
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como un agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.
y recomencé a luchar aquí,
a me defender y a me alimentar.
Como el oso hace, como el jabalí,
que para vivir tienen que matar.
Déjame en el monte, déjame en el risco,
déjame existir en mi libertad,
vete a tu convento, hermano Francisco,
sigue tu camino y tu santidad.

El santo de Asís no le dijo nada.
Le miró con una profunda mirada,
y partió con lágrimas y con desconsuelos,
y habló al Dios eterno con su corazón.
El viento del bosque llevó su oración,
que era: Padre nuestro, que estás en los cielos...
Furtivo y gris en la penumbra última,
va dejando sus rastros en la margen
de este río sin nombre que ha saciado
la sed de su garganta y cuyas aguas
no repiten estrellas. Esta noche,
el lobo es una sombra que está sola
y que busca a la hembra y siente frío.
Es el último lobo de Inglaterra.
Odín y Thor lo saben. En su alta
casa de piedra un rey ha decidido
acabar con los lobos. Ya forjado
ha sido el fuerte hierro de tu muerte.
Lobo sajón, has engendrado en vano.
No basta ser cruel. Eres el último.
Mil años pasarán y un hombre viejo
te soñará en América. De nada
puede servirte ese futuro sueño.
Hoy te cercan los hombres que siguieron
por la selva los rastros que dejaste,
furtivo y gris en la penumbra última.
raquezha May 2018
In tagalog…
Nagmahal ka na ng ilang katawan?


Sa lipunang ating ginagalawan 
naranasan mo na bang matitigan 
na para kang hinuhubaran? 
Naranasan mo na bang maging barya? 
Na gagamitin kang panukli 
sa mga kasalanan nila. 
Masarap pa bang mabuhay sa labas, 
kung ang tingin sayo ay 
labasan ng sarap ng loob. 


Nagmahal ka na ba ng ilang katawan?
na ang tingin mo lang sa kanya 
ay panandaliang pulutan.
 na kapag nabulatlat mo na't lahat 
 ay pssst waiter isa pa ngang ganyan, 
 ung malaman para
 kumukulo kong kalamnan. 
 ung makinis, 
 masarap titigan, 
 ung masarap hawakan,
nagsuot lang ng maikli 
ay pinasok mo na agad 
sa makitid **** utak, 
napakabilis ng kamay mo, 
sing bilis ng kabayo. 


Nagmahal ka na bang ilang katawan? 
dahil lang sa ika'y tigang 
dahil lang sa hindi mo mapigilang maglibang. 
Naputokan ka na ba? 
ng mga sumasabog na alispusta? 
dahil lang sa nagsuot ka ng maganda, 
pokpok ka na? 
Lumaki ako na ang tingin sa ari ng babae 
ay parang laro sa perya, 
iyong may itatapon kang matalim 
para ang lobo'y pasabogin
kung ilan ang naputok **** lobo 
ay yun din ang estado mo, 
syempre mas marami 
mas malaki ang premyo. 


Tinuruan ako ng lipunan 
na tratohin silang parang salamin, 
alagaan at mahalin, 
pero pag sawa ka na't nauumay ay babasagin,
na kapag ginawa mo ito 
ay isa ka ng ganap na lalake. 
Na para mapitas mo ang mansanas ni eba 
ay dapat magbalat kayo ka. 
ahas ika nga, 
magbabalat ang katawan 
para sa iba naman. 
para makarami naman. 
Na kapag napaikot mo na't 
sumangayon na sayo 
ay dahan dahan **** ipasok 
ang pagkalalake mo.
Ito ay para humingi ng tawag I 
sa mga babaeng nagawan ko ng masama. 
Sa lipunang ating kinatatayoan, 
sa lipunang ating unti unting binubuo 
para sa darating pang henerasyon 
Magmamahal ka pa ba ilang katawan?
Hanggang ngayon 
maski ang ating lipunan 
ay hindi alam depinisyonwas one 
ng pagiging lalake. 
Pero siguro panahon na 
para tanongin natin ang ating sarili
Kung tama pa ba ang ginagawa natin? 
ito ba ang gusto nating gayahin ng mga susunod sa atin?
Viejo lobo de mar, de sed sorda y violenta:
El humo de tu pipa tiene olor a tormenta.

Si relatas tus viajes ya nadie te hace caso,
porque siempre naufragas en el fondo de un vaso,

y cada travesía concluye como empieza:
en espuma de mar o espuma de cerveza.

Viejo lobo de mar: quédate en tu navío,
y escupe hacia la noche tu rencor y tu hastío.

La tierra te rechaza, viejo lobo sediento,
pues ya, como las velas, perteneces al viento;

y la mujer desnuda que adorna tu tatuaje
hoy duerme con un hombre que no se va de viaje.

El amor es un surco que florece o se cierra,
y tú, al vencer el mar, naufragaste en la tierra.

No, viejo navegante: quédate en tu navío,
y llena de humo amargo tu corazón vacío,

y esconde, en una risa de dientes incompletos,
la pesadumbre inmensa de tu vejez sin nietos.

Vuélvete a tu guarida, lobo de pelo cano,
para morir la muerte del que ha vivido en vano;

¡y córtate esa mano que no supo sembrar,
porque ya, para siempre, perteneces al mar!
Me desperte en el desierto.

Las llanuras pulsaban en el calor:
ido fueron los edificios que habitan en el cielo.

La Tierra me hablo;
"Mira en mis obras eres poderoso y desperado."

Eschuche el lobo en la noche.
Yo lo conocia,
pero
el lobo es una cosa incognoscible-
- solo puedes verlo a traves de tus ojos.
Y ver un lobo a traves de tus ojos...
bien
tus ojos tambien podrian haber sido cerrados.

Senti vida alli.
En algun lugar entre mi corazon y higado.

En la suave luz del amanecer,
antes del incendio
mire por encima de obras desalmadas
y yo queria saber lo que el lobo sabe
pero
es impossible:
uno no puede saber lo que el lobo sabe
mas de lo que uno puede saber lo que sabe el rock
el dia
el mundo.

Translation

I woke up in the desert.

The plains pulsed in the heat;
gone were the skydwelling buildings.

The land spoke to me,
"Look on my works ye mighty and despair."

I listened to the wolf in the night.
I knew him,
but
the wolf is an unknowable thing.
You can only see it with your eyes
and to see a wolf through your eyes
well
they might as well have been closed.

I felt life here
between my heart and my liver.

In the soft light of the dawn
before the fire
I look on the souless works
and i want to know what the wold knows
but
it's impossible
one cannot know what the wolf knows
anymore than one can know what the rock knows
the day
the world.
The border
mccarthy
Ii
Hombre de Extremadura,
oigo bajo tu pie el humo del lobo,
el humo de la especie,
el humo del niño,
el humo solitario de dos trigos,
el humo de Ginebra, el humo de Roma, el humo de Berlín
y el de París y el humo de tu apéndice penoso
y el humo que, al fin, sale del futuro:
¡Oh vida! ¡oh tierra! ¡oh España!
¡Onzas de sangre,
metros de sangre, líquidos de sangre,
sangre a caballo, a pie, mural, sin diámetro,
sangre de cuatro en cuatro, sangre de agua
y sangre muerta de la sangre viva!

Estremeño, ¡oh, no ser aún ese hombre
por el que te mató la vida y te parió la muerte
y quedarse tan solo a verte así, desde este lobo,
cómo sigues arando en nuestros pechos!
¡Estremeño, conoces
el secreto en dos voces, popular y táctil,
del cereal: que nada vale tánto
como una gran raíz en trance de otra!
¡Estremeño acodado, representando al alma en su retiro,
acodado a mirar
el caber de una vida en una muerte!
¡Estremeño, y no haber tierra que hubiere
el peso de tu arado, ni más mundo
que el color de tu yugo entre dos épocas; no haber
el orden de tus póstumos ganados!
¡Estremeño, dejásteme
verte desde este lobo, padecer,
pelear por todos y pelear
para que el individuo sea un hombre,
para que los señores sean hombres,
para que todo el mundo sea un hombre, y para
que hasta los animales sean hombres,
el caballo, un hombre,
el reptil, un hombre,
el buitre, un hombre honesto,
la mosca, un hombre, y el olivo, un hombre
y hasta el ribazo, un hombre
y el mismo cielo, todo un hombrecito!

Luego, retrocediendo desde Talavera,
en grupos de a uno, armados de hambre, en masas de a uno,
armados de pecho hasta la frente,
sin aviones, sin guerra, sin rencor,
el perder a la espalda
y el ganar
más abajo del plomo, heridos mortalmente de honor,
locos de polvo, el brazo a pie,
amando por las malas,
ganando en español toda la tierra,
retroceder aún, ¡y no saber
dónde poner su España,
dónde ocultar su beso de orbe,
dónde plantar su olivo de bolsillo!

Mas desde aquí, más tarde,
desde el punto de vista de esta tierra,
desde el duelo al que fluye el bien satánico,
se ve la gran batalla de Guernica.
¡Lid a priori, fuera de la cuenta,
lid en paz, lid de las almas débiles
contra los cuerpos débiles, lid en que el niño pega,
sin que le diga nadie que pegara,
bajo su atroz diptongo
y bajo su habilísimo pañal,
y en que la madre pega con su grito, con el dorso de una lágrima
y en que el enfermo pega con su mal, con su pastilla y su hijo
y en que el anciano pega
con sus canas, sus siglos y su palo
y en que pega el presbítero con dios!
¡Tácitos defensores de Guernica!
¡oh débiles! ¡oh suaves ofendidos,
que os eleváis, crecéis,
y llenáis de poderosos débiles el mundo!

En Madrid, en Bilbao, en Santander,
los cementerios fueron bombardeados,
y los muertos inmortales,
de vigilantes huesos y hombro eterno, de las tumbas,
los muertos inmortales, de sentir, de ver, de oír
tan bajo el mal, tan muertos a los viles agresores,
reanudaron entonces sus penas inconclusas,
acabaron de llorar, acabaron
de esperar, acabaron
de sufrir, acabaron de vivir,
acabaron, en fin, de ser mortales!

¡Y la pólvora fue, de pronto, nada,
cruzándose los signos y los sellos,
y a la explosión salióle al paso un paso,
y al vuelo a cuatro patas, otro paso
y al cielo apocalíptico, otro paso
a los siete metales, la unidad,
sencilla, justa, colectiva, eterna!

¡Málaga sin padre ni madre,
ni piedrecilla, ni horno, ni perro blanco!
¡Málaga sin defensa, donde nació mi muerte dando
pasos
y murió de pasión mi nacimiento
¡Málaga caminando tras de tus pies, en éxodo,
bajo el mal, bajo la cobardía, bajo la historia cóncava,
indecible,
con la yema en tu mano: tierra orgánica!
y la clara en la ***** del cabello: todo el caos
¡Málaga huyendo
de padre a padre, familiar, de tu hijo a tu hijo,
a lo largo del mar que huye del mar,
a través del metal que huye del plomo,
al ras del suelo que huye de la tierra
y a las órdenes ¡ay!
de la profundidad que te quería!
¡Málaga a golpes, a fatídico coágulo, a bandidos, a infiernazos,
a cielazos,
andando sobre duro vino, en multitud,
sobre la espuma lila, de uno en uno,
sobre huracán estático y más lila,
y al compás de las cuatro órbitas que aman
y de las dos costillas que se matan
¡Málaga de mi sangre diminuta
y mi coloración a gran distancia,
la vida sigue con tambor a tus honores alazanes,
con cohetes, a tus niños eternos
y con silencio a tu último tambor,
con nada, a tu alma,
y con más nada, a tu esternón genial!
¡Málaga, no te vayas con tu nombre!
¡Que si te vas,
te vas
toda, hacia ti, infinitamente toda en son total,
concorde con tu tamaño fijo en que me aloco,
con tu suela feraz y su agujero
y tu navaja antigua atada a tu hoz enferma
y tu madero atado a un martillo!
¡Málaga literal y malagüeña,
huyendo a Egipto, puesto que estás clavada,
alargando en sufrimiento idéntico tu danza,
resolviéndose en ti el volumen de la esfera,
perdiendo tu botijo, tus cánticos, huyendo
con tu España exterior y tu orbe innato!
¡Málaga por derecho propio
y en el jardín biológico, más Málaga!
¡Málaga en virtud
del camino, en atención al lobo que te sigue
y en razón del lobezno que te espera!
¡Málaga, que estoy llorando!
¡Málaga, que lloro y lloro!
Bartelo Damien Apr 2018
El lobo solamente se quedó mirándola.
La Luna no tenía una palabra más que decir,
buscó y encontró una excusa para poderse ir.
Por su mente no pasó el momento en que la perdió.
Él recorrió todo bosque buscándola.
Ella quería buscar la luz del Sol.
La noche azul perdía todo color y luz.
La obscuridad pronto al lobo consumió.
Era obscuridad,
sus ojos no veían más
que el reflejo de la Luna
Él la anhelaba tener.
Y el lobo aulló.
Era causalidad:
“Nadie la verá como yo”.
Quería verla por siempre ahí,
él la anhelaba tener.
Y el lobo aulló.
Estrellas intentaban darle
brillos opacos.
Eran lo único que lo
protegían de morir.
Y ella libremente paseaba en la noche.
Allí, el pobre se quedaba aullando.
Ella parecía encontrar al Sol cada día,
más brillante cada vez que lo ve.
El se desarrollaba en la obscuridad
y la soledad lo empezaba a poseer.
Se quedó
mirando a la Luna crecer,
quería ser el Sol
y morir por verla brillar,
aunque fuera solamente una última vez.
No podía más.
Y el lobo dejó de aullar.
So I wrote this poem in my native language, and I'm really proud of how it came alive as well as this feeling it provokes while reading it.
Note:  This was not written by me.  It was written by my Dom Scruffy Lobo.

you come before Me,
Kneeling at My feet.
So many things to show you,
you just wait and see.

Worshiping My body;
Singing praises to My name.
I'll take you to new depths,
My pleasure is your pain.

I'm your Alpha, your King.
your place is here with Me!
Show Me how you'll serve.
your full loyalty I deserve.

I'm your Alpha, your Beast.
you're Mine for eternity!
Lustfully desiring.
And forever admiring.

By My side you pledge your life,
Come submit to Me!
I'll be blunt, it's all you want
Come submit to Me!

Note:  This was my response to my Dom Scruffy Lobo

i close my eyes and i dream
of moan and cry and sensual scream

Brutal hands and gently love
You are the one that i dream of

Your gentle kiss and savage bite
i am Yours in the dark and the light

my soul, my heart, my body and mind
Rejoice in what W/we did find

You are Beauty of Heart and Mind and Soul
my Beast, my Wolf, You make me whole

Love has blossomed from deep within
Which a love for me has never been

i give You my love and all of me
Growing together to become a W/we

To You i submit, i fall and bow
Yours i shall be forever and now.
This is an exchange of love between a Dominant and his submissive boy and lover.
A powerful paw strikes the earth
Strong since your day of birth

A spat of dust arises
A cloud that disguises

A future with you in it that is bright
You who is bathed in divine light

For those who misjudge
And appear to begrudge

Your luminous essence
Most evident in your presence

Simply put, they are not needed
And for you, these words are to be heeded

Just as orchestral sounds swell with the howling song of oboe
The world, too, swells from your howling song, for U R Lobo
Written for Lobo...a very special spirit who makes the world a much better place as her paws make their way across Mother Earth and her howls fill Father Sky. :-)

Live 4 Love
Sydney Victoria Oct 2012
A White Wolf Stands Strong,
A Black Buck Stands So Valiant,
Tension Swarms The Air

A Rose Slowly Blooms,
Then It Slowly Starts To Die,
A Soul Is Then Born

Two Golden Orbs Scan,
Our Forever Changing World,
The Pupils Contract

Wings Spread Greatfully,
Giving Way To Sweet Protection,
Then Resurrection

A Black Wolf Stands Calm,
A White Tailed Deer Panicing,
Green Eyes Batt Quiet

Patient Is The Sun,
The Stars Have Their Own Heartbeat,
Very Few Hear It

Je Suis Le Lóbo,
Ne Vois-Tu Pas Mes Cicatrices?
J'ai La Mentalitè
Poem Of Haikus
Jor Jan 2015
Sana kung gaano kadali ang pag-hinga,
Ganun lang din sana
Kadali ang malimutan ka.

Sana kung gaano kadali bitawan ang lobo,
Ganun lang din sana
Kadaling maglaho ang pag-ibig ko sa’yo.

Sana kung gaano kadali tadyakan ang preno,
Ganun lang din sana
Kadali huminto ang nararamdaman ko sa’yo.
Rangzeb Hussain Jul 2010
VI

“Hearken, all ye there!”

Seis Seis Seis Seis Seis Seis

It began, as these things tend to do, with a quartz encrusted howl,
Lamenting under the crystalline shadows of Leda’s heartrending growl,
Her ravished moon bled and sank into the vocal cords of guilt coated cowards,
“Come back, come back! Oh, frivolous sanity thou art truly unjust, most unkind!”
Right here in this lonely place did my Darling dear spill devotion onto spiced dust,
She swayed on the rickety ridge surveying her sapphire kingdom’s splintered trust,
There it lay glittering, her city of cities, nothing now but a jeweled corpse.

V

“Know ye not of the oft-told tale of the drinking-well at World’s End?”

Cinco Cinco Cinco Cinco Cinco

My Lady who did fire the lyre of Orpheus, she weeps there in the misty chilled cold,
Wild it is, all about her the night wind nibbles at the skin clothing her fractured soul,
Cacophonic waves of regret silently scurry to labyrinths entombed with truths bold,
“Come back, come back! Oh, to my tempestuous ***** hasten with thy canticles!”
The symphonic fingers of fog pluck a requiem upon her autumn flavoured hair,
My Queen is attired for her banquet at tables far beyond Persephone’s desolate tears,
On the precipice her figure rises for the final faithful leap into Styx’s stratosphere.

IV

“Behold now the dread eyes of Hades, see how they hunger blood at the boil!”

Cuatro Cuatro Cuatro Cuatro

Carnivorous tasted memory plagues the betrayed Minotaur’s desired deliriums,
On these haunted shores I clutched her close and eagerly inhaled love’s elusive serum,
Legend has it a suicide was here on this very cliff-top, ‘twas a true Roman centurion,
“Come back, come back! Oh, let us under Demeter’s enchanted orchards lie!”
My obsidian-eyed Beauty gathers her eggs and over the fearful edge she unfurls them,
Closer to the dead of Euphrates she steps, I to madness hurtle as one condemned,
Bind savage Cerberus for the solitary reign of the wolf is fate for all hanged men.

III

“Prometheus thou hast drunk Pandora’s poisons, what sayest now the Titans?”

Tres Tres Tres

Golden fleeced days into the fleshy ground of Morpheus’s realm did seep away,
How well spent they were not even immortal Calypso shall decipher nor say,
Would that mine myopic ears had been shorn and tossed into Pompeii’s crisp clay,
“Come back, come back! Oh, gentle Maid no more, I beg thee stay awhile yet!”
What was it? Was it me? No, no, it could not be me for I was Achilles buried asleep,
How little we then knew, we two did partake of the stinging, you the wasp I the bee,
Mayhap ‘twas this unlocked the plumed towers to thy curled universe tunneled deep?

II

“Therefore did the Serpent spake and pronounce a judgment most nefarious!”

Dos Dos

She thinks back, my Lady fairer than Medea, she remembers a time happier,
Really there was, hear yet my credo, once upon-a-time there was no doubting terror,
But then a thing did into our guarded haven breach and wreathe about my treasure,
“Come back, come back! Oh, let me slake my thirst with thy honeyed spirit!”
My flesh did crawl, my fangs grew sharp, my spittle ran down and my fur stood taut,
The jawbone stiffened and all the while I burnt like an infernal phoenix caught,
Oh, my sweetly crazed fruit, did I for real the horror upon you wrought?

I

“Would that thou didst offer me thy riches upon the hour of the violet twilight...”

Uno

Wolfsbane moon, high above it rose in that final cracking of sacramental bones,
My Lady much wrong did you I, forever for this will the beast in me atone,
Now, at this baleful hour has the wolf left you on the edge of an embryonic cyclone,
“And so to the Elysian Fields where insanity fertilizes the soul do I embark...”
You cross the Rubicon and glide into the obliterating arms of Plutonic eternity,
The wolf, me, is left clawing your hooded red robe with absolutely no certainty,
I see you sailing upon Neptune’s trident, forever adrift on oceans of eternal cruelty.

N

“Seekest thou sanctuary in the hinterlands where the man with one eye is King?”

Cero...

pretium libertas est nex**



©Rangzeb Hussain
Huwag ka nang magalala
Susubukan kong
Itali sa iyong pulso
Yaring munting tala
'Wari isang lobo
Upang ikaw ay tumahan na
Gaano ba kasakit ang iwanan?
Paano ba tatakpan ang mga lamat
ng puso **** nabasag?
Hayaan **** ihele ka
ng mga mumunting kuliglig sa parang
Sa pagtulog mo
Hangad ko rin
Mabura ang sakit
na iyong dinaranas



-Tula V, Margaret Austin Go
Just be...
And U will see...
It is that essence...
That has never left your presence...

Seek, and U shall find, open your ears and your eyes and a single snow flake will again make a sound when it hits  your cheek...the falling leaves will sound like a cascade of rushing footsteps as they drift from the trees above striking the ground below and the dark path will merely be bathed in a more subtle light.  

U have never been a trespasser and never will be
U are of nature and nature is of U
U R Lobo

(C) Shawn White Eagle
His collar i wear with pride and joy
to be His lover
to be His boy
i bow and fall upon my knees
to happily serve
and to please
i submit
and obey only Him
this is a submissive's song
a submissive's hymn

for my Dom Scruffy Lobo
Daniel Dec 2018
Lobo, maaaring hayop o bagay
Ano nga ba ang tunay?
Mga kaibigang nagbibigay pugay.
Sino nga ba ang tunay?
Araw araw magpasalamat para sa mga totoo
Mga pekeng kaibiga'y alisin sa buhay mo.
Magpakasaya hangga't may hininga.
Dahil balang araw malilimutan mo rin sila.
Lia Sep 2015
he sniffed her out
she fell for his charm
she fell into his bed
too fast
too fast
passion
or frenzy?

over & over
again & again
he pinned her down
red ribbons,
red dress on the floor

it wasn't sweet
it wasn't sweet
my, what big
teeth you have
what big marks they leave

the sun rose
the moon set
he slept fitfully

bruised, ****** & sore,
she waited

finally he woke &
crunch,
munch
he ate her for lunch
Mark Lecuona Mar 2017
Lo que los ojos de una mujer pueden decir
Es más de lo que un hombre podría decir
Pero lo que sus oídos fingen escuchar
Es más doloroso que el silencio de su boca
Porque el sueño un día también crecerá en silencio
Y volverá al silencio de sus ojos para preguntarle a su corazón
¿Por qué me miró mientras dormía tranquilamente?
Porque mi vida es atormentada como un lobo aullando a la noche
Note:  This is a running conversation between Dom Scruffy Lobo and me (his submissive - bunny)

From the Dom
Each day I grow more in love with You
Each day I feel your presence
Each day you submit yourself to me
Each day without hesitancy

How could I be so lucky
To have found a boy so sweet
How can I grow this bond
Until we one day meet

The Wolf preys on bunny
A dance to do eternally
This Wolf devours His bunny
With love so merrily

All-in-all love so complex
But still love so simplified
To be near you
And hear you moan
To Me you give your life.

From the submissive
I wish I could tell You what Your love means to me
But that right now is an impossibility
There aren't enough words in any language that's known
To quantify these feelings You have grown
i wish i could tell You how much I love you
But that is also something I cannot do
In the language of dragons and fairy and magic
The words might be lost, truly tragic
But listen to my heart as it speaks to yours
I know Yours hears the right words by the score
The magnitude is greater, greater than great
The intensity of our love i just can't narrate
But trust and believe i'd give my life up for You
Trust and believe serve and obey i'll always for You.
A conversation between a Dom and his sub about their feelings for each other
Sydney Victoria Feb 2013
The Snow Fell Lightly Into Your Blonde Hair,
My Hand Tingling In Your Very Own,
Your Blue Eyes Sunk Into Me--What A Stare,
You Gently Touched The Brusises On My Bones,
As You Caressed My Battered Soul With Strength,
Your Lips Gave Air To My Deflated Lungs,
You Held My Desire At An Arm's Length,
The Way You Held My Heart--It Barley Stung,
Our Skin Started To Sizzle In The Sun,
As Our Bodies Broke And Reconstructed,
When Our Flanks Rub Together When We Run,
I No Longer Feel My Life Was Abducted

Though In The Moonlight On Four Feet We Stand,
Our Love Is Still Simple To Understand
Dilaw na trayanggulang babala
Ilang hugis lobo na sayad sa lupa
Parisukat na alaga'y basong nag-iisa
Naghihintay sa ekstrangherong sasaling muli
Nang ang dati'y maitapon
Ang bago'y maidampi na sa uhaw na lalamunan.

Naglaho sila't nagsipangwala
Ang lupa'y hati sa sukat na pantay
Nilamon ang mainit na hangin,
Umihip ang taglamig na hindi nyebe
Bumulong sa akin, ngunit walang pahiwatig.

Tila namamasyal ang telang marumi
Pupuswit ang tubig mula sa bibig
Ipon nya'y kayrami,
Bukas sana'y maubos na ang mga ito
Nang ang dungis ay pahiran din ng malinis na likido.

Parehas ang kulay ng tumawid sa linyang puti
Higit sa isa ang bawas na sinyales
Akala ko'y kilala ko, ngunit naglaho sa usok
Ang apat na bilog na itim,
Gumulong at rumolyo sa aspaltong pulbura.

Itong may pula ang sutla
Itim ang tangan na may kasama pa
Bumungad at inihaing may lista
Ngayon pala'y may salamin sa harap
Malayo ang hugis at ang porma
Hindi ko na binalingan ng pansin
Ngayo'y laos na ang bawat eksena.

(6/3/2014 @xirlleelang)
Yo, Beremundo el Lelo, surqué todas las rutas
y probé todos los mesteres.
Singlando a la deriva, no en orden cronológico ni lógico -en sin orden-
narraré mis periplos, diré de los empleos con que
nutrí mis ocios,
distraje mi hacer nada y enriquecí mi hastío...;
-hay de ellos otros que me callo-:
Catedrático fui de teosofía y eutrapelia, gimnopedia y teogonía y pansofística en Plafagonia;
barequero en el Porce y el Tigüí, huaquero en el Quindío,
amansador mansueto -no en desuetud aún- de muletos cerriles y de onagros, no sé dónde;
palaciego proto-Maestre de Ceremonias de Wilfredo el Velloso,
de Cunegunda ídem de ídem e ibídem -en femenino- e ídem de ídem de Epila Calunga
y de Efestión -alejandrino- el Glabro;
desfacedor de entuertos, tuertos y malfetrías, y de ellos y ellas facedor;
domeñador de endriagos, unicornios, minotauros, quimeras y licornas y dragones... y de la Gran Bestia.

Fui, de Sind-bad, marinero; pastor de cabras en Sicilia
si de cabriolas en Silesia, de cerdas en Cerdeña y -claro- de corzas en Córcega;
halconero mayor, primer alcotanero de Enguerrando Segundo -el de la Tour-Miracle-;
castrador de colmenas, y no de Casanovas, en el Véneto, ni de Abelardos por el Sequana;
pajecillo de altivas Damas y ariscas Damas y fogosas, en sus castillos
y de pecheras -¡y cuánto!- en sus posadas y mesones
-yo me era Gerineldos de todellas y trovador trovadorante y adorante; como fui tañedor
de chirimía por fiestas candelarias, carbonero con Gustavo Wasa en Dalecarlia, bucinator del Barca Aníbal
y de Scipión el Africano y Masinisa, piloto de Erik el Rojo hasta Vinlandia, y corneta
de un escuadrón de coraceros de Westmannlandia que cargó al lado del Rey de Hielo
-con él pasé a difunto- y en la primera de Lutzen.

Fui preceptor de Diógenes, llamado malamente el Cínico:
huésped de su tonel, además, y portador de su linterna;
condiscípulo y émulo de Baco Dionisos Enófilo, llamado buenamente el Báquico
-y el Dionisíaco, de juro-.

Fui discípulo de Gautama, no tan aprovechado: resulté mal budista, si asaz contemplativo.
Hice de peluquero esquilador siempre al servicio de la gentil Dalilah,
(veces para Sansón, que iba ya para calvo, y -otras- depilador de sus de ella óptimas partes)
y de maestro de danzar y de besar de Salomé: no era el plato de argento,
mas sí de litargirio sus caderas y muslos y de azogue también su vientre auri-rizado;
de Judith de Betulia fui confidente y ni infidente, y -con derecho a sucesión- teniente y no lugarteniente
de Holofernes no Enófobo (ni enófobos Judith ni yo, si con mesura, cautos).
Fui entrenador (no estrenador) de Aspasia y Mesalina y de Popea y de María de Mágdalo
e Inés Sorel, y marmitón y pinche de cocina de Gargantúa
-Pantagruel era huésped no nada nominal: ya suficientemente pantagruélico-.
Fui fabricante de batutas, quebrador de hemistiquios, requebrador de Eustaquias, y tratante en viragos
y en sáficas -algunas de ellas adónicas- y en pínnicas -una de ellas super-fémina-:
la dejé para mí, si luego ancló en casorio.
A la rayuela jugué con Fulvia; antes, con Palamedes, axedrez, y, en época vecina, con Philidor, a los escaques;
y, a las damas, con Damas de alto y bajo coturno
-manera de decir: que para el juego en litis las Damas suelen ir descalzas
y se eliden las calzas y sustentadores -no funcionales- en las Damas y las calzas en los varones.

Tañí el rabel o la viola de amor -casa de Bach, búrguesa- en la primicia
de La Cantata del Café (pre-estreno, en familia protestante, privado).
Le piqué caña jorobeta al caballo de Atila
-que era un morcillo de prócer alzada: me refiero al corcel-;
cambié ideas, a la par, con Incitato, Cónsul de Calígula, y con Babieca,
-que andaba en Babia-, dándole prima
fui zapatero de viejo de Berta la del gran pie (buen pie, mejor coyuntura),
de la Reina Patoja ortopedista; y hortelano y miniaturista de Pepino el Breve,
y copero mayor faraónico de Pepe Botellas, interino,
y porta-capas del Pepe Bellotas de la esposa de Putifar.

Viajé con Julio Verne y Odiseo, Magallanes y Pigafetta, Salgan, Leo e Ibn-Batuta,
con Melville y Stevenson, Fernando González y Conrad y Sir John de Mandeville y Marco Polo,
y sólo, sin De Maistre, alredor de mi biblioteca, de mi oploteca, mi mecanoteca y mi pinacoteca.
Viajé también en tomo de mí mismo: asno a la vez que noria.

Fui degollado en la de San Bartolomé (post facto): secundaba a La Môle:
Margarita de Valois no era total, íntegramente pelirroja
-y no porque de noche todos los gatos son pardos...: la leoparda,
las tres veces internas, íntimas, peli-endrina,
Margarita, Margotón, Margot, la casqui-fulva...-

No estuve en la nea nao -arcaica- de Noé, por manera
-por ventura, otrosí- que no fui la paloma ni la medusa de esa almadía: mas sí tuve a mi encargo
la selección de los racimos de sus viñedos, al pie del Ararat, al post-Diluvio,
yo, Beremundo el Lelo.

Fui topógrafo ad-hoc entre El Cangrejo y Purcoy Niverengo,
(y ad-ínterim, administré la zona bolombólica:
mucho de anís, mucho de Rosas del Cauca, versos de vez en cuando),
y fui remero -el segundo a babor- de la canoa, de la piragua
La Margarita (criolla), que navegó fluvial entre Comiá, La Herradura, El Morito,
con cargamentos de contrabando: blancas y endrinas de Guaca, Titiribí y Amagá, y destilados
de Concordia y Betulia y de Urrao...
¡Urrao! ¡Urrao! (hasta hace poco lo diríamos con harta mayor razón y con aquese y este júbilos).
Tras de remero de bajel -y piloto- pasé a condueño, co-editor, co-autor
(no Coadjutor... ¡ni de Retz!) en asocio de Matías Aldecoa, vascuence, (y de un tal Gaspar von der Nacht)
de un Libraco o Librículo de pseudo-poemas de otro quídam;
exploré la región de Zuyaxiwevo con Sergio Stepánovich Stepansky,
lobo de donde se infiere, y, en más, ario.

Fui consejero áulico de Bogislao, en la corte margravina de Xa-Netupiromba
y en la de Aglaya crisostómica, óptima circezuela, traidorcilla;
tañedor de laúd, otra vez, y de viola de gamba y de recorder,
de sacabuche, otrosí (de dulzaina - otronó) y en casaciones y serenatas y albadas muy especializado.
No es cierto que yo fuera -es impostura-
revendedor de bulas (y de mulas) y tragador defuego y engullidor de sables y bufón en las ferias
pero sí platiqué (también) con el asno de Buridán y Buridán,
y con la mula de Balaám y Balaám, con Rocinante y Clavileño y con el Rucio
-y el Manco y Sancho y don Quijote-
y trafiqué en ultramarinos: ¡qué calamares -en su tinta-!,
¡qué Anisados de Guarne!, ¡qué Rones de Jamaica!, ¡qué Vodkas de Kazán!, ¡qué Tequilas de México!,
¡qué Néctares de Heliconia! ¡Morcillas de Itagüí! ¡Torreznos de Envigado! ¡Chorizos de los Ballkanes! ¡Qué Butifarras cataláunicas!
Estuve en Narva y en Pultawa y en las Queseras del Medio, en Chorros Blancos
y en El Santuario de Córdova, y casi en la de San Quintín
(como pugnaban en el mismo bando no combatí junto a Egmont por no estar cerca al de Alba;
a Cayetana sí le anduve cerca tiempo después: preguntádselo a Goya);
no llegué a tiempo a Waterloo: me distraje en la ruta
con Ida de Saint-Elme, Elselina Vanayl de Yongh, viuda del Grande Ejército (desde antaño... más tarde)
y por entonces y desde años antes bravo Edecán de Ney-:
Ayudante de Campo... de plumas, gongorino.
No estuve en Capua, pero ya me supongo sus mentadas delicias.

Fabriqué clavicémbalos y espinetas, restauré virginales, reparé Stradivarius
falsos y Guarnerius apócrifos y Amatis quasi Amatis.
Cincelé empuñaduras de dagas y verduguillos, en el obrador de Benvenuto,
y escriños y joyeles y guardapelos ad-usum de Cardenales y de las Cardenalesas.
Vendí Biblias en el Sinú, con De la Rosa, Borelly y el ex-pastor Antolín.
Fui catador de tequila (debuté en Tapachula y ad-látere de Ciro el Ofiuco)
y en México y Amecameca, y de mezcal en Teotihuacán y Cuernavaca,
de Pisco-sauer en Lima de los Reyes,
y de otros piscolabis y filtros muy antes y después y por Aná del Aburrá, y doquiérase
con El Tarasco y una legión de Bacos Dionisos, pares entre Pares.
Vagué y vagué si divagué por las mesillas del café nocharniego, Mil Noches y otra Noche
con el Mago de lápiz buido y de la voz asordinada.
Antes, muy antes, bebí con él, con Emmanuel y don Efe y Carrasca, con Tisaza y Xovica y Mexía y los otros Panidas.
Después..., ahora..., mejor no meneallo y sí escanciallo y persistir en ello...

Dicté un curso de Cabalística y otro de Pan-Hermética
y un tercero de Heráldica,
fuera de los cursillos de verano de las literaturas bereberes -comparadas-.
Fui catalogador protonotario en jefe de la Magna Biblioteca de Ebenezer el Sefardita,
y -en segundo- de la Mínima Discoteca del quídam en referencia de suso:
no tenía aún las Diabelli si era ya dueño de las Goldberg;
no poseía completa la Inconclusa ni inconclusa la Décima (aquestas Sinfonías, Variaciones aquesas:
y casi que todello -en altísimo rango- tan Variaciones Alredor de Nada).

Corregí pruebas (y dislates) de tres docenas de sota-poetas
-o similares- (de los que hinchen gacetilleros a toma y daca).
Fui probador de calzas -¿prietas?: ceñidas, sí, en todo caso- de Diana de Meridor
y de justillos, que así veníanle, de estar atán bien provista
y atán rebién dotada -como sabíalo también y así de bien Bussy d'Amboise-.
Temperé virginales -ya restaurados-, y clavecines, si no como Isabel, y aunque no tan baqueano
como ése de Eisenach, arroyo-Océano.
Soplé el ***** bufón, con tal cual incongruencia, sin ni tal cual donaire.
No aporreé el bombo, empero, ni entrechoqué los címbalos.

Les saqué puntas y les puse ribetes y garambainas a los vocablos,
cuando diérame por la Semasiología, cierta vez, en la Sorbona de Abdera,
sita por Babia, al pie de los de Úbeda, que serán cerros si no valen por Monserrates,
sin cencerros. Perseveré harto poco en la Semántica -por esa vez-,
si, luego retorné a la andadas, pero a la diabla, en broma:
semanto-semasiólogo tarambana pillín pirueteante.
Quien pugnó en Dénnevitz con Ney, el peli-fulvo
no fui yo: lo fue mi bisabuelo el Capitán...;
y fue mi tatarabuelo quien apresó a Gustavo Cuarto:
pero sí estuve yo en la Retirada de los Diez Mil
-era yo el Siete Mil Setecientos y Setenta y Siete,
precisamente-: releed, si dudaislo, el Anábasis.
Fui celador intocable de la Casa de Tócame-Roque, -si ignoré cuyo el Roque sería-,
y de la Casa del Gato-que-pelotea; le busqué tres pies al gato
con botas, que ya tenía siete vidas y logré dar con siete autores en busca de un personaje
-como quien dice Los Siete contra Tebas: ¡pobre Tebas!-, y ya es jugar bastante con el siete.
No pude dar con la cuadratura del círculo, que -por lo demás- para nada hace falta,
mas topé y en el Cuarto de San Alejo, con la palanca de Arquimedes y con la espada de Damocles,
ambas a dos, y a cual más, tomadas del orín y con más moho
que las ideas de yo si sé quién mas no lo digo:
púsome en aprietos tal doble hallazgo; por más que dije: ¡Eureka! ...: la palanca ya no servía ni para levantar un falso testimonio,
y tuve que encargarme de tener siempre en suspenso y sobre mí la espada susodicha.

Se me extravió el anillo de Saturno, mas no el de Giges ni menos el de Hans Carvel;
no sé qué se me ficieron los Infantes de Aragón y las Nieves de Antaño y el León de Androcles y la Balanza
del buen Shylock: deben estar por ahí con la Linterna de Diógenes:
-¿mas cómo hallarlos sin la linterna?

No saqué el pecho fuera, ni he sido nunca el Tajo, ni me di cuenta del lío de Florinda,
ni de por qué el Tajo el pecho fuera le sacaba a la Cava,
pero sí vi al otro don Rodrigo en la Horca.
Pinté muestras de posadas y mesones y ventas y paradores y pulquerías
en Veracruz y Tamalameque y Cancán y Talara, y de riendas de abarrotes en Cartagena de Indias, con Tisaza-,
si no desnarigué al de Heredia ni a López **** tuerto -que era bizco-.
Pastoreé (otra vez) el Rebaño de las Pléyades
y resultaron ser -todellas, una a una- ¡qué capretinas locas!
Fui aceitero de la alcuza favorita del Padre de los Búhos Estáticos:
-era un Búho Sofista, socarrón soslayado, bululador mixtificante-.
Regí el vestier de gala de los Pingüinos Peripatéticos,
(precursores de Brummel y del barón d'Orsay,
por fuera de filósofos, filosofículos, filosofantes dromomaníacos)
y apacenté el Bestiario de Orfeo (delegatario de Apollinaire),
yo, Beremundo el Lelo.

Nada tuve que ver con el asesinato de la hija del corso adónico Sebastiani
ni con ella (digo como pesquisidor, pesquisante o pesquisa)
si bien asesoré a Edgar Allan Poe como entomólogo, cuando El Escarabajo de Oro,
y en su investigación del Doble Asesinato de la Rue Morgue,
ya como experto en huellas dactilares o quier digitalinas.
Alguna vez me dio por beberme los vientos o por pugnar con ellos -como Carolus
Baldelarius- y por tomar a las o las de Villadiego o a las sus calzas:
aquesas me resultaron harto potables -ya sin calzas-; ellos, de mucho volumen
y de asaz poco cuerpo (si asimilados a líquidos, si como justadores).
Gocé de pingües canonjías en el reinado del bonachón de Dagoberto,
de opíparas prebendas, encomiendas, capellanías y granjerías en el del Rey de los Dipsodas,
y de dulce privanza en el de doña Urraca
(que no es la Gazza Ladra de Rossini, si fuéralo
de corazones o de amantes o favoritos o privados o martelos).

Fui muy alto cantor, como bajo cantante, en la Capilla de los Serapiones
(donde no se sopranizaba...); conservador,
conservador -pero poco- de Incunables, en la Alejandrina de Panida,
(con sucursal en El Globo y filiales en el Cuarto del Búho).

Hice de Gaspar Hauser por diez y seis hebdémeros
y por otras tantas semanas y tres días fui la sombra,
la sombra misma que se le extravió a Peter Schlémil.

Fui el mozo -mozo de estribo- de la Reina Cristina de Suecia
y en ciertas ocasiones también el de Ebba Sparre.
Fui el mozo -mozo de estoques- de la Duquesa de Chaumont
(que era de armas tomar y de cálida sélvula): con ella pus mi pica en Flandes
-sobre holandas-.

Fui escriba de Samuel Pepys -¡qué escabroso su Diario!-
y sustituto suyo como edecán adjunto de su celosa cónyuge.
Y fuí copista de Milton (un poco largo su Paraíso Perdido,
magüer perdido en buena parte: le suprimí no pocos Cantos)
y a la su vera reencontré mi Paraíso (si el poeta era
ciego; -¡qué ojazos los de su Déborah!).

Fui traductor de cablegramas del magnífico Jerjes;
telefonista de Artajerjes el Tartajoso; locutor de la Esfinge
y confidente de su secreto; ventrílocuo de Darío Tercero Codomano el Multilocuo,
que hablaba hasta por los codos;
altoparlante retransmisor de Eubolio el Mudo, yerno de Tácito y su discípulo
y su émulo; caracola del mar océano eólico ecolálico y el intérprete
de Luis Segundo el Tartamudo -padre de Carlos el Simple y Rey de Gaula.
Hice de andante caballero a la diestra del Invencible Policisne de Beocia
y a la siniestra del Campeón olímpico Tirante el Blanco, tirante al blanco:
donde ponía el ojo clavaba su virote;
y a la zaga de la fogosa Bradamante, guardándole la espalda
-manera de decir-
y a la vanguardia, mas dándole la cara, de la tierna Marfisa...

Fui amanuense al servicio de Ambrosio Calepino
y del Tostado y deMatías Aldecoa y del que urdió el Mahabarata;
fui -y soylo aún, no zoilo- graduado experto en Lugares Comunes
discípulo de Leon Bloy y de quien escribió sobre los Diurnales.
Crucigramista interimario, logogrifario ad-valorem y ad-placerem
de Cleopatra: cultivador de sus brunos pitones y pastor de sus áspides,
y criptogramatista kinesiólogo suyo y de la venus Calipigia, ¡viento en popa a toda vela!
Fui tenedor malogrado y aburrido de libros de banca,
tenedor del tridente de Neptuno,
tenedor de librejos -en los bolsillos del gabán (sin gabán) collinesco-,
y de cuadernículos -quier azules- bajo el ala.
Sostenedor de tesis y de antítesis y de síntesis sin sustentáculo.
Mantenedor -a base de abstinencias- de los Juegos Florales
y sostén de los Frutales -leche y miel y cerezas- sin ayuno.
Porta-alfanje de Harún-al-Rashid, porta-mandoble de Mandricardo el Mandria,
porta-martillo de Carlos Martel,
porta-fendiente de Roldán, porta-tajante de Oliveros, porta-gumía
de Fierabrás, porta-laaza de Lanzarote (¡ búen Lancelot tan dado a su Ginevra!)
y a la del Rey Artús, de la Ca... de la Mesa Redonda...;
porta-lámpara de Al-Eddin, el Loca Suerte, y guardián y cerbero de su anillo
y del de los Nibelungos: pero nunca guardián de serrallo ni cancerbero ni evirato de harem...
Y fui el Quinto de los Tres Mosqueteros (no hay quinto peor) -veinte años después-.

Y Faraute de Juan Sin Tierra y fiduciario de
Coolgray Nov 2012
1, 2,  3... Cuento y nada cambia,
los lobos lamen sus patas
y los conejos ven mientras los cazas.
Veme, creme, suelta tu alma
porque todo lo tienes sin ser nada.

Rie de la vida porque ella se burla de ti.
Corre, grita, canta
pero no lo hagas para vivir.
Abraza el destino, es su cumpleaños
y el no sabe que estas aquí.
theblndskr May 2017
Gusto ko ng isa
" Yun oh! Yung hawak ni
Manong nag-titinda. .
"
Itatali ko sa aking kamay
Habang lumilipad
Sa distansyang abot ko pa,
" Oo, yung color blue ah! "
Teka ilan nalang ba
Ang naipon kong barya?
" Hmm. . Aba aba, sobra pa kaya! "
Inipon ko 'to ng kay tagal
Mga baon na bigay ni nanay.

Itatali ko sa aking kamay,
Sabay naming babayuhin
Ang kalsada papuntang simbahan. .

" Sino yung umiiyak? "
Ahh, lumipad ang lobo niya.
Yung bata, kawawa naman. .
Kahit bilhan ulit ng Nanay,
Sige pa rin ang ngawa. .

" Ano nga bang meron sa lobo niya? "

" Bakit nga ba sila lumilipad? "

Ito yung lobong
Masarap tignan sa kalangitan
Di pwde itali ng matagal
Sasabit-sabit kung saan-saan
Kalaunan, puputok nalang.
Kaya sige, aking bibitawan na. .

"Sige lipaaaad! "
Diyan ka nababagay
Sa langit, tanaw ng madla
Malayo para aking silayan pa
Kinagagalak kong bitawan ka.

Pero wait diba uso,
Yung may kasamang sulat?
" Sigeee exciting, "
Lagyan natin para masaya :

                                 
     "  S a l a m a t .  "
David May 2013
**** mine eyes,
For I wrap them in the sun of days made shade by these specter hands,
That's right you're a nightly spectacle set upon a dial counting days with your fingertips sewing these lips with a strand of the melancholy black band string,
Ring the twelfth bell toll to tell tales of the twilight nights not kept by dreams, it seems my seams shall not snap against these silent sounds of reasoning,
For I am bathing in the bath of my backwards ways,
Oh emotions ocean, will your motion swallow me?
Can I be like your sons, walking on water with wooden ships,
No,
For by my burning rights,
My heart is embers,
I remember that my covenant would sink me,
So think of me,
I'm at the bottom of the sea,
You'll find me in the grave of lesser explorations,
Where all the sailors sleep,
Reaping seeds of defeat,
Sewn into water,
Water without end,
Lo,
Waves wash over my body
Crashing against your feet
The sea has taken me,
Whole
JOJO C PINCA Nov 2017
PWEDING MALA SUTLA O MAGASPANG NA TELA,
GANYAN ANG MGA ALA-ALA,
MINSAN MALALA MINSAN NAWAWALA.
MGA PAGTITIWALA AT PANINIWALA,
LAHAT AY DAPAT NA MASALA,
GANITO HINAHABI ANG HIBLA NG MGA ALA-ALA,
PARA MERON KANG MAPALA.
NAGBABAG ANG DALAWANG KUMAG,
MGA KUTONG LUPA NA PURO HAMPAS LUPA.
HAMBUGAN ANG DAHILAN NG UMBAGAN,
PAREHONG DUGUAN MATAPOS ANG BUGBUGAN,
ITO ANG HIBLA NG KABATAAN.
SA ESKUWELA KAILANGAN MO RIN MAGING MAKUWELA,
KUNG AYAW MO’NG MAGMUKHANG GUMAMELA.
HINDI LAHAT NG MATALINO AY PINO,
MERON DIN MAASIM NA PARANG PIPINO,
AT HINDI PORKE BOBO AY PARA NG LOBO,
GANITO ANG BUHAY ESTUDYANTE.
UMIIBIG HABANG UMIIGIB?
PWEDE NAMAN SABAY,
DEPENDE SA ARTE,
KAILANGAN LANG NG DISKARTE.
WALA PANG INTERNET SA TINDAHAN NI ALING NANNETH,
WALANG CELLPHONE PERO MAY MEGAPHONE,
PWEDE **** ISIGAW NA MAHAL MO S’YA.
KUNG MALUPIT KA EDI LUMAPIT KA,
KUNG TORPE KA EDI SUMULAT KA.
GANITO ANG LABANAN NOONG WALA PANG FB AT CP,
HIBLA NG KASIBULAN.
GRADUATE NA,
KAYA TRABAHO NA,
APLAY DITO APLAY DOON,
WALANG HUMPAY ANG PAGSISIKAP.
HAPAY-KAWAYAN,
KAHIT SAAN SUMASAMPAY.
HIBLA NG BUHAY EMPLEYADO.
TILA ITLOG NA ESTRALYADO NANG MAGING PAMILYADO.
PAKIRAMDAM KO BUO NA AKO,
SINTAMIS NG KAHEL ANG DULOT NG DALAWANG ANGHEL,
ITO HIBLA NG KASALUKUYAN.
CRIMSON
Colors explode
As the sumac stands sentinel over the ebbing rays of the sun
Shepherding away *Niibin
to make room for Dagwaagin
Standing, alone, in a sea of green
Sumac heralds the changing season
And like an artistic wild fire
Is the first in what will become a palette of chromatic vibrancy

Sensing the subtle change
Mother deer, her two fawns and yearling
Meandering through the sumac grove
Make haste of the fading green buffet
Mother Bear and her cubs, now a year stronger and wiser
Gorge on honey and berries as they ready for their winter's sleep
Red-Winged Blackbirds, Robins and Sandhill Cranes congregate en masse
Hummingbird drinks the final drops of nectar
In anticipation of their journey south
In advance...of the returning white Biboon blanket

The clock of Mother Earth is precise
And the natural world follows her timely rhythms
As southerly and westerly winds shift to the north
Eagle soars high above...the yet unfrozen river
Vivid foliage slowly falls to the forest floor
Creating an intricate insulating tapestry for those below
In the meadow, swaying in the wind, stands a solitary Daisy
It's single yellow petal defying the departure of longer days

Harvest moon shimmers through bare branches
Dancing, tapping in rhythmic fashion, upon a quiet window
Stirring *Misigami
from her reverie
Outside her window, a lone black figure, a Lobo, like her
Acknowledges her presence, blurring the lines of consciousness
Signifying that dreams do come true
And that through the change of seasons
We grow
We become stronger
Wiser
And are given the true gift...of forever being...

...Hopeful

(c) 2013 Shawn White Eagle
The fourth, and final installment, of my seasonal poems, that I hope U have enjoyed.  Most of what has been written can be seen from the window as I write, while other parts, and imagery, have been personal in nature.  One thing I have kept in mind with these pieces is that as the seasons change, the cycle of life never abates, and that we really are just along for the ride.  Even though we cannot control how Mother Earth operates...one thing is a constant with each season...is that each, in it's own way, always provides that bright ray of hope. :-)

Live 4 Love
Shawn
Kael Carlos Dec 2017
Nag-usap tayo tungkol sa pagmamahal
At sa mga natagpuang lungsod,
Tungkol sa mga kayamanan
Na nakabaon sa ilalim ng pusod,
Tungkol sa buntong hininga ng ilog,
Sa paglaho ng dagat, ika'y nabasa
Mga alak na may halong itlog
Sa kumukulong tasa ng tsaa.

Nag-usap tayo tungkol sa sining
Sa naglalagablab na ginintuang apoy,
Isang binibining nakapiring
Mga nawawalang ala-ala
Mga kinalimutang pangalan,
Na naglalagapag sa ngala-ngala
Mga kagustuhang 'di mapagbigyan,
Sa pagkislap ng bituin
Isulat ang mga nais na malinawagan
Kalooban ma'y kainin,
At mga anino'y lumabo
Sa gabing nakakapaso

Nag-usap tayo tungkol sa mga lobo
At marami pang mga bagay,
Sa pagtindig ng mga pabo,
Tungkol sa mga orasang tumatagay
At sa pag-ikot ng mga sirko,
Kung paano ang pagtili ng mga kalapati
Nagsiliparan sa itaas,
Sa ilalim ng bahaghari
Ako'y humihiling ng basbas
Ngunit higit sa lahat
Napag-usapan natin ang ating pagmamahal.
K H E ***
julissa garcia Sep 2015
he sniffed her out
she fell for his charm
she fell into his bed
too fast
too fast
passion
or frenzy?

over & over
again & again
he pinned her down
red ribbons,
red dress on the floor

it wasn't sweet
it wasn't sweet
my, what big
teeth you have
what big marks they leave

the sun rose
the moon set
he slept fitfully

bruised, ****** & sore,
she waited

finally he woke &
crunch,
munch
he ate her for lunch
#rp
Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí, opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.   Feliz vivió Alvargonzález
en el amor de su tierra.
Naciéronle tres varones,
que en el campo son riqueza,
y, ya crecidos, los puso,
uno a cultivar la huerta,
otro a cuidar los merinos,
y dio el menor a la Iglesia.   Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.   Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.   La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.   El menor, que a los latines
prefería las doncellas
hermosas y no gustaba
de vestir por la cabeza,
colgó la sotana un día
y partió a lejanas tierras.La madre lloró, y el padre
diole bendición y herencia.   Alvargonzález ya tiene
la adusta frente arrugada,
por la barba le platea
la sombra azul de la cara.   Una mañana de otoño
salió solo de su casa;
no llevaba sus lebreles,
agudos canes de caza;

  iba triste y pensativo
por la alameda dorada;
anduvo largo camino
y llegó a una fuente clara.   Echóse en la tierra; puso
sobre una piedra la manta,
y a la vera de la fuente
durmió al arrullo del agua.   Y Alvargonzález veía,
como Jacob, una escala
que iba de la tierra al cielo,
y oyó una voz que le hablaba.Mas las hadas hilanderas,
entre las vedijas blancas
y vellones de oro, han puesto
un mechón de negra lana.Tres niños están jugando
a la puerta de su casa;
entre los mayores brinca
un cuervo de negras alas.La mujer vigila, cose
y, a ratos, sonríe y canta.-Hijos, ¿qué hacéis? -les pregunta.Ellos se miran y callan.-Subid al monte, hijos míos,
y antes que la noche caiga,
con un brazado de estepas
hacedme una buena llama.   Sobre el lar de Alvargonzález
está la leña apilada;
el mayor quiere encenderla,
pero no brota la llama.-Padre, la hoguera no prende,
está la estepa mojada.   Su hermano viene a ayudarle
y arroja astillas y ramas
sobre los troncos de roble;
pero el rescoldo se apaga.Acude el menor, y enciende,
bajo la negra campana
de la cocina, una hoguera
que alumbra toda la casa.   Alvargonzález levanta
en brazos al más pequeño
y en sus rodillas lo sienta;-Tus manos hacen el fuego;
aunque el último naciste
tú eres en mi amor primero.   Los dos mayores se alejan
por los rincones del sueño.
Entre los dos fugitivos
reluce un hacha de hierro.   Sobre los campos desnudos,
la luna llena manchada
de un arrebol purpurino,
enorme globo, asomaba.Los hijos de Alvargonzález
silenciosos caminaban,
y han visto al padre dormido
junto de la fuente clara.   Tiene el padre entre las cejas
un ceño que le aborrasca
el rostro, un tachón sombrío
como la huella de un hacha.Soñando está con sus hijos,
que sus hijos lo apuñalan;
y cuando despierta mira
que es cierto lo que soñaba.   A la vera de la fuente
quedó Alvargonzález muerto.Tiene cuatro puñaladas
entre el costado y el pecho,
por donde la sangre brota,
más un hachazo en el cuello.Cuenta la hazaña del campo
el agua clara corriendo,
mientras los dos asesinos
huyen hacia los hayedos.Hasta la Laguna Negra,
bajo las fuentes del Duero,
llevan el muerto, dejando
detrás un rastro sangriento,
y en la laguna sin fondo,
que guarda bien los secretos,
con una piedra amarrada
a los pies, tumba le dieron.   Se encontró junto a la fuente
la manta de Alvargonzález,
y, camino del hayedo,
se vio un reguero de sangre.Nadie de la aldea ha osado
a la laguna acercarse,
y el sondarla inútil fuera,
que es la laguna insondable.Un buhonero, que cruzaba
aquellas tierras errante,
fue en Dauria acusado, preso
y muerto en garrote infame.   Pasados algunos meses,
la madre murió de pena.Los que muerta la encontraron
dicen que las manos yertas
sobre su rostro tenía,
oculto el rostro con ellas.   Los hijos de Alvargonzález
ya tienen majada y huerta,
campos de trigo y centeno
y prados de fina hierba;
en el olmo viejo, hendido
por el rayo, la colmena,
dos yuntas para el arado,
un mastín y mil ovejas.
    Ya están las zarzas floridas
y los ciruelos blanquean;
ya las abejas doradas
liban para sus colmenas,
y en los nidos, que coronan
las torres de las iglesias,
asoman los garabatos
ganchudos de las cigüeñas.Ya los olmos del camino
y chopos de las riberas
de los arroyos, que buscan
al padre Duero, verdean.El cielo está azul, los montes
sin nieve son de violeta.La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza;
muerto está quien la ha labrado,
mas no le cubre la tierra.   La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.   Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.Van en busca de ganado
con que volver a su aldea,
y por tierra de pinares
larga jornada comienzan.Van Duero arriba, dejando
atrás los arcos de piedra
del puente y el caserío
de la ociosa y opulenta
villa de indianos. El río
al fondo del valle, suena,
y de las cabalgaduras
los cascos baten las piedras.A la otra orilla del Duero
canta una voz lastimera:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra.»   Llegados son a un paraje
en donde el pinar se espesa,
y el mayor, que abre la marcha,
su parda mula espolea,
diciendo: -Démonos prisa;
porque son más de dos leguas
de pinar y hay que apurarlas
antes que la noche venga.Dos hijos del campo, hechos
a quebradas y asperezas,
porque recuerdan un día
la tarde en el monte tiemblan.Allá en lo espeso del bosque
otra vez la copla suena:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».   Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
a ambas márgenes del río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.Los fuertes pinos del bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean,
pinos jóvenes; los viejos,
cubiertos de blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
colman el valle y se pierden
rebasando ambas laderasJuan, el mayor, dice: -Hermano,
si Blas Antonio apacienta
cerca de Urbión su vacada,
largo camino nos queda.-Cuando hacia Urbión alarguemos
se puede acortar de vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.-Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez. Cerremos
los tratos en Covaleda;
hagamos noche y, al alba,
volvámonos a la aldea
por este valle, que, a veces,
quien piensa atajar rodea.Cerca del río cabalgan
los hermanos, y contemplan
cómo el bosque centenario,
al par que avanzan, aumenta,
y la roqueda del monte
el horizonte les cierra.El agua, que va saltando,
parece que canta o cuenta:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».
    Aunque la codicia tiene
redil que encierre la oveja,
trojes que guarden el trigo,
bolsas para la moneda,
y garras, no tiene manos
que sepan labrar la tierra.Así, a un año de abundancia
siguió un año de pobreza.   En los sembrados crecieron
las amapolas sangrientas;
pudrió el tizón las espigas
de trigales y de avenas;
hielos tardíos mataron
en flor la fruta en la huerta,
y una mala hechicería
hizo enfermar las ovejas.A los dos Alvargonzález
maldijo Dios en sus tierras,
y al año pobre siguieron
largos años de miseria.   Es una noche de invierno.
Cae la nieve en remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.El pensamiento amarrado
tienen a un recuerdo mismo,
y en las ascuas mortecinas
del hogar los ojos fijos.No tienen leña ni sueño.Larga es la noche y el frío
arrecia. Un candil humea
en el muro ennegrecido.El aire agita la llama,
que pone un  fulgor rojizo
sobre las dos pensativas 
testas de los asesinos.El mayor de Alvargonzález,
lanzando un ronco suspiro,
rompe el silencio, exclamando:-Hermano, ¡qué mal hicimos!El viento la puerta bate
hace temblar el postigo,
y suena en la chimenea
con hueco y largo bramido.Después, el silencio vuelve,
y a intervalos el pabilo
del candil chisporrotea
en el aire aterecido.El segundo dijo: -Hermano,
¡demos lo viejo al olvido!

  Es una noche de invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.Bajo la nevada, un hombre
por el camino cabalga;
va cubierto hasta los ojos,
embozado en negra capa.Entrado en la aldea, busca
de Alvargonzález la casa,
y ante su puerta llegado,
sin echar pie a tierra, llama.   Los dos hermanos oyeron
una aldabada a la puerta,
y de una cabalgadura
los cascos sobre las piedras.Ambos los ojos alzaron
llenos de espanto y sorpresa.-¿Quién es?  Responda -gritaron.-Miguel -respondieron fuera.Era la voz del viajero
que partió a lejanas tierras.   Abierto el portón, entróse
a caballo el caballero
y echó pie a tierra. Venía
todo de nieve cubierto.En brazos de sus hermanos
lloró algún rato en silencio.Después dio el caballo al uno,
al otro, capa y sombrero,
y en la estancia campesina
buscó el arrimo del fuego.   El menor de los hermanos,
que niño y aventurero
fue más allá de los mares
y hoy torna indiano opulento,
vestía con ***** traje
de peludo terciopelo,
ajustado a la cintura
por ancho cinto de cuero.Gruesa cadena formaba
un bucle de oro en su pecho.Era un hombre alto y robusto,
con ojos grandes y negros
llenos de melancolía;
la tez de color moreno,
y sobre la frente comba
enmarañados cabellos;
el hijo que saca porte
señor de padre labriego,
a quien fortuna le debe
amor, poder y dinero.
De los tres Alvargonzález
era Miguel el más bello;
porque al mayor afeaba
el muy poblado entrecejo
bajo la frente mezquina,
y al segundo, los inquietos
ojos que mirar no saben
de frente, torvos y fieros.   Los tres hermanos contemplan
el triste hogar en silencio;
y con la noche cerrada
arrecia el frío y el viento.-Hermanos, ¿no tenéis leña?-dice Miguel.             -No tenemos
-responde el mayor.               Un hombre,
milagrosamente, ha abierto
la gruesa puerta cerrada
con doble barra de hierro.

El hombre que ha entrado tiene
el rostro del padre muerto.Un halo de luz dorada
orla sus blancos cabellos.
Lleva un haz de leña al hombro
y empuña un hacha de hierro.   De aquellos campos malditos,
Miguel a sus dos hermanos
compró una parte, que mucho
caudal de América trajo,
y aun en tierra mala, el oro
luce mejor que enterrado,
y más en mano de pobres
que oculto en orza de barro.   Diose a trabajar la tierra
con fe y tesón el indiano,
y a laborar los mayores
sus pegujales tornaron.   Ya con macizas espigas,
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó el fecundo verano;
y ya de aldea en aldea
se cuenta como un milagro,
que los asesinos tienen
la maldición en sus campos.   Ya el pueblo canta una copla
que narra el crimen pasado:«A la orilla de la fuente
lo asesinaron.¡qué mala muerte le dieron
los hijos malos!En la laguna sin fondo
al padre muerto arrojaron.No duerme bajo la tierra
el que la tierra ha labrado».   Miguel, con sus dos lebreles
y armado de su escopeta,
hacia el azul de los montes,
en una tarde serena,
caminaba entre los verdes
chopos de la carretera,
y oyó una voz que cantaba:«No tiene tumba en la tierra.
Entre los pinos del valle
del Revinuesa,
al padre muerto llevaron
hasta la Laguna Negra».
    La casa de Alvargonzález
era una casona vieja,
con cuatro estrechas ventanas,
separada de la aldea
cien pasos y entre dos olmos
que, gigantes centinelas,
sombra le dan en verano,
y en el otoño hojas secas.   Es casa de labradores,
gente aunque rica plebeya,
donde el hogar humeante
con sus escaños de piedra
se ve sin entrar, si tiene
abierta al campo la puerta.   Al arrimo del rescoldo
del hogar borbollonean
dos pucherillos de barro,
que a dos familias sustentan.   A diestra mano, la cuadra
y el corral; a la siniestra,
huerto y abejar, y, al fondo,
una gastada escalera,
que va a las habitaciones
partidas en dos viviendas.   Los Alvargonzález moran
con sus mujeres en ellas.
A ambas parejas que hubieron,
sin que lograrse pudieran,
dos hijos, sobrado espacio
les da la casa paterna.   En una estancia que tiene
luz al huerto, hay una mesa
con gruesa tabla de roble,
dos sillones de vaqueta,
colgado en el muro, un *****
ábaco de enormes cuentas,
y unas espuelas mohosas
sobre un arcón de madera.   Era una estancia olvidada
donde hoy Miguel se aposenta.
Y era allí donde los padres
veían en primavera
el huerto en flor, y en el cielo
de mayo, azul, la cigüeña
-cuando las rosas se abren
y los zarzales blanquean-
que enseñaba a sus hijuelos
a usar de las alas lentas.   Y en las noches del verano,
cuando la calor desvela,
desde la ventana al dulce
ruiseñor cantar oyeran.   Fue allí donde Alvargonzález,
del orgullo de su huerta
y del amor a los suyos,
sacó sueños de grandeza.   Cuando en brazos de la madre
vio la figura risueña
del primer hijo, bruñida
de rubio sol la cabeza,
del niño que levantaba
las codiciosas, pequeñas
manos a las rojas guindas
y a las moradas ciruelas,
o aquella tarde de otoño,
dorada, plácida y buena,
él pensó que ser podría
feliz el hombre en la tierra.   Hoy canta el pueblo una copla
que va de aldea en aldea:«¡Oh casa de Alvargonzález,
qué malos días te esperan;
casa de los asesinos,
que nadie llame a tu puerta!»   Es una tarde de otoño.
En la alameda dorada
no quedan ya ruiseñores;
enmudeció la cigarra.   Las últimas golondrinas,
que no emprendieron la marcha,
morirán, y las cigüeñas
de sus nidos de retamas,
en torres y campanarios,
huyeron.           Sobre la casa
de Alvargonzález, los olmos
sus hojas que el viento arranca
van dejando. Todavía
las tres redondas acacias,
en el atrio de la iglesia,
conservan verdes sus ramas,
y las castañas de Indias
a intervalos se desgajan
cubiertas de sus erizos;
tiene el rosal rosas grana
otra vez, y en las praderas
brilla la alegre otoñada.   En laderas y en alcores,
en ribazos y en cañadas,
el verde nuevo y la hierba,
aún del estío quemada,
alternan; los serrijones
pelados, las lomas calvas,
se coronan de plomizas
nubes apelotonadas;
y bajo el pinar gigante,
entre las marchitas zarzas
y amarillentos helechos,
corren las crecidas aguas
a engrosar el padre río
por canchales y barrancas.   Abunda en la tierra un gris
de plomo y azul de plata,
con manchas de roja herrumbre,
todo envuelto en luz violada.   ¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!   Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque a bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!
    Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.
Martín se quedó en el huerto
arrancando hierbas malas.   Una mañana de otoño,
cuando los campos se aran,
sobre un otero, que tiene
el cielo de la mañana
por fondo, la parda yunta
de Juan lentamente avanza.   Cardos, lampazos y abrojos,
avena loca y cizaña,
llenan la tierra maldita,
tenaz a pico y a escarda.   Del corvo arado de roble
la hundida reja trabaja
con vano esfuerzo; parece,
que al par que hiende la entraña
del campo y hace camino
se cierra otra vez la zanja.   «Cuando el asesino labre
será su labor pesada;
antes que un surco en la tierra,
tendrá una arruga en su cara».   Martín, que estaba en la huerta
cavando, sobre su azada
quedó apoyado un momento;
frío sudor le bañaba
el rostro.           Por el Oriente,
la luna llena, manchada
de un arrebol purpurino,
lucía tras de la tapia
del huerto.           Martín tenía
la sangre de horror helada.
La azada que hundió en la tierra
teñida de sangre estaba.   En la tierra en que ha nacido
supo afincar el indiano;
por mujer a una doncella
rica y hermosa ha tomado.   La hacienda de Alvargonzález
ya es suya, que sus hermanos
todo le vendieron: casa,
huerto, colmenar y campo.   Juan y Martín, los mayores
de Alvargonzález, un
Elaina Sep 2014
He howls into the wind,
She bristles from the sound.
Elizabeth Apr 2016
ang sutil kong oras
nanlalamang, nang-uuto
nangungutang, nangangako

nangangakong babayaran ako

napakabilis na tila
isang bituwin sa bulalakaw,
nanlilinlang ng tao-
pinaniwalang bilog ang aming mundo


dinig ang bulong mula kabilang dako
mga salitang hindi nabibilang sa kilometro
naghihintay lamang sa ere ng kanyang paglaho

hindi lamang naitatanong,
bagamat ako'y muling naninibago
Lorraine DeSousa Apr 2015
The softest, kindest, chocolate eyes,



Stare up at me, from where he lies.



Full of trust and love and pain,



I hold him in my arms, as the rain,



Falls upon him, or maybe its my tears.



I was now living the nightmare of my fears.



The white coat is moving slowly, out of his sight,



Those eyes are still gazing at me, with a shining light.



I see the needle enter, my eyes shimmer and blur,



As I blink back the tears, I clasp tighter to his fur.



As the clarity comes back, I gaze down on my pet,



The light has now gone, the sun has now set.



I want to howl out loud, for my old faithful friend,



I am so pleased I was with you, right to the end.
Victor Marques Apr 2013
A saudade é tua

Na eternidade perene da vida,
No uivar do lobo vadio,
No teu olhar esguio,
Na sensibilidade meiga,
Na pradaria vestida,
Na esperança sentida,
Na gente plebeia,
Na tua teia.

No amor que anseia,
Na beleza, na sereia…
Planície que se estende,
Saudade não entende,
Canto que é canto,
Lamento mais lamento,
Água de uma mina,
Primavera genuína,
Telhas vermelhas num céu por descobrir,
Saudade tua do meu sentir.

Victor Marques

— The End —