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Nis Jun 2018
"Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por palabra yo escribo la noche"
-Extracción de la piedra de la locura, de Alejandra Pizarnik

La luna riela en las olas de los gemidos de mi viento.

La noche se torna amarga en el nacer del día
pues su muerte llena al corazón solitario de alegría.

Alejandra y yo escribimos mejor por la noche,
para la noche,
en la noche.

Alejandra ya no está con nosotros pero su noche es eterna en mi dicha.

Podríamos haber sido amigas,
compartir alguna noche;
pero la muerte nos separa,
su muerte,
su noche.
Este es un canto a las almas perdidas en la noche.
En nuestra noche.
La noche mía y de Pizarnik y de tantos otros.
Espero verte
al
nacer
el día.

//

"All night I make the night. All night I write it. Word for word I write the night."
-Extracting the stone of madness, by Alejandra Pizarnik.

The moon shimmers on the waves of the moans of mi wind.

The night is turned bitter at the birth of day
for its death fills the lonely heart with joy.

Alejandra and I write better at night,
for the night,
in the night.

Alejandra is no longer with us but her night is endless in my joy.

We could have been friends,
sharing some night;
but death does us part,
her death,
her night.
This is a song for the souls lost in the night.
In our night.
This my night, and Pizarnik's and son many others'.
I hope to see you
at
the birth
of day.
Descubrí (en tinder de todos los sitios posibles) a la escritora argentina Alejandra Pizarnik y me está gustando tanto que decidí reempezar su "Extracción de la piedra de la locura" con un boli en la mano. Este es el primer texto de una serie que iré subiendo según lea y escriba, basado en su corto "Linterna sorda" del que incluyo más de la mitad.

//

So I found out (in tinder of all places) about this great Argentinian poet called Alejandra Pizarnik. I liked her "Extracting the stone of madness" so much I decided to restart it with pen in hand, and this is my first shot at a poem based on her's. In this case, the short "Deaf flashlight", of which I included (and tried to translate lol) more than a half. I know poetry is harder upon switching languages and I myself try to do my best at coping with them, but I know there is a translation of the book out there, haven't checked it out myself tho.
Nis Jun 2018
"Y es siempre el jardín de lilas del otro lado del río. Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquel."
-Extracción de la piedra de la locura, de Alejandra Pizarnik.

Siempre cercano,
siempre lejano,
el jardín de lilas se vuelve inexistente
pues siempre está del otro lado.
Tal vez la muerte te lleve a tu otro lado,
a tus ansiadas lilas, Alejandra.

Yo sólo pido encontrar en mi orilla una mísera margarita.

//

"And is always the garden of lilies on the other side of the river. If the soul asks if it's far it will be answered: on the other side of the river, not this one but that one."
-Extracting the stone of madness, by Alejandra Pizarnik.

Always close,
always far,
the garden of lilies becomes non-existent
for it is always on the other side.
Perhabs death will take you to your other side,
tu your coveted lilies, Alejandra.

I only ask to find on my shore a miserable daisy.
This one more of a reaction to the text by Pizarnik, hope you like it anyway.
El césped. Desde la tribuna es un tapete verde. Liso, regular,
aterciopelado, estimulante. Desde la tribuna quizá crean que,
con semejante alfombra, es imposible errar un gol y mucho menos errar
un pase. Los jugadores corren como sobre patines o como figuras de
ballet. Quien es derrumbado cae seguramente sobre un colchón de
plumas, y si se toma, doliéndose, un tobillo, es porque el gesto
forma parte de una pantomima mayor. Además, cobran mucho dinero
simplemente por divertirse, por abrazarse y treparse unos sobre otros
cuando el que queda bajo ese sudoroso conglomerado hizo el gol
decisivo. O no decisivo, es lo mismo. Lo bueno es treparse unos sobre
otros mientras los rivales regresan a sus puestos, taciturnos, amargos,
cabizbajos, cada uno con su barata soledad a cuestas. Desde la tribuna
es tan disfrutable el racimo humano de los vencedores como el drama
particular de cada vencido. Por supuesto, ciertos avispados
espectadores siempre saben cómo hacer la jugada maestra y no
acaban de explicarse, y sobre todo de explicarlo a sus vecinos, por
qué este o aquel jugador no logra hacerla. Y cuando el
árbitro sanciona el penal, el espectador avispado también
intuye hacia qué lado irá el tiro, y un segundo
después, cuando el balón brinca ya en las redes, no
alcanza a comprender cómo el golero no lo supo. O acaso
sí lo supo y con toda deliberación se arrojó al
otro palo, en un alarde de masoquismo o venalidad o estupidez
congénita. Desde la tribuna es tan fácil. Se conoce la
historia y la prehistoria. O sea que se poseen elementos suficientes
como para comparar la inexpugnable eficacia de aquel zaguero
olímpico con la torpeza del patadura actual, que no acierta
nunca y es esquivado una y mil veces. Recuerdo borroso de una
época en que había un centre-half y un centre-forward,
cada uno bien plantado en su comarca propia y capaz de distribuir el
juego en serio y no jugando a jugar, como ahora, ¿no? El
espectador veterano sabe que cuando el fútbol se
convirtió en balompié y la ball en pelota y el dribbling
en finta y el centre-half en volante y el centre-forward en alma en
pena, todo se vino abajo y ésa es la explicación de que
muchos lleven al estadio sus radios a transistores, ya que al menos
quienes relatan el partido ponen un poco de emoción en las
estupendas jugadas que imaginan. Bueno, para eso les pagan,
¿verdad? Para imaginar estupendas jugadas y está bien.
Por eso, cuando alguien ha hecho un gol y después de los abrazos
y pirámides humanas el juego se reanuda, el locutor
idóneo sigue colgado de la "o" de su gooooooool, que en realidad
es una jugada suya, subjetiva, personal, y no exactamente del delantero
que se limitó a empujar con la frente un centro que, entre todas
las otras, eligió su cabeza. Y cuando el locutor idóneo
llega por fin al desenlace de la "ele" final de su gooooooool privado,
ya el árbitro ha señalado un orsai que favorece,
¿por qué no?, al locatario.

Es bueno contemplar alguna vez la cancha desde aquí, desde lo
alto. Así al menos piensa Benjamín Ferrés,
veintitrés años, digamos delantero de un Club Chico,
alguien últimamente en alza según los cronistas
deportivos más estrictos, y que hoy, después de empatarle
al Club Grande y ducharse y cambiarse, no se fue del estadio con el
resto del equipo y prefirió quedarse a mirar, desde la tribuna
ya vacía (sólo quedan los cafeteros y heladeros y
vendedores de banderitas, que recogen sus bártulos o tal vez
hacen cuentas) aquel campo en el que estuvo corriendo durante noventa
minutos e incluso convirtió uno, el segundo, de los dos goles
que le otorgan al Club Chico eso que suele llamarse un punto de oro.
Sí, desde aquí arriba el césped es una alfombra,
casi un paño verde como el del casino, con la importante
diferencia de que allá los números son fijos,
permanentes, y aquí (él, por ejemplo, es el ocho) cambian
constantemente de lugar y además se repiten. A lo mejor con el
flaco Suárez (que lleva el once prendido en la espalda)
podrían ser una de las parejas negras. O no. Porque de ambos,
sólo el Flaco es oscurito.

Ahora se levanta un viento arisco y las gradas de cemento son
recorridas por vasos de plástico, hojas de diario, talones de
entradas, almohadillas, pelotas de papel. Remolinos casi fantasmales
dan la falsa impresión de que las gradas se mueven, giran,
bailotean, se sacuden por fin el sol de la tarde. Hay papeles que suben
las escaleras y otros que se precipitan al vacío. A
Benjamín (Benja, para la hinchada) le sube una bocanada de
desconsuelo, de extraña ansiedad al enfrentarse, ¿por
primera vez?, con la quimera de cemento en estado de pureza (o de
basura, que es casi lo mismo) y se le ocurre que el estadio
vacío, desolado, es como un esqueleto de multitud, un eco
fantasmal de esa misma muchedumbre cuando ruge o aplaude o insulta o
agita banderas. Se pregunta cómo se habrá visto su gol
desde aquí, desde esta tribuna generalmente ocupada por las
huestes del adversario. Para los de abajo en la tabla, el estadio
siempre es enemigo: miles y miles de voces que los acosan, los
persiguen, los hunden, porque generalmente el que juega aquí, el
permanente locatario, es uno de los Grandes, y los de abajo sólo
van al estadio cuando les toca enfrentarlos, y en esas ocasiones apenas
si acarrean, en el mejor de los casos, algunos cientos de
fanáticos del barrio, que, aunque se desgañitan y agitan
como locos su única y gastada bandera, en realidad no cuentan,
es imposible que tapen, desde su islote de alaridos, el gran rugido de
la hinchada mayor. Desde abajo se sabe que existen, claro, y eso es
bueno, y de vez en cuando, cuando se suspende el juego por
lesión o por cambio de jugadores, los del Club Chico van con la
mirada al encuentro de aquel rinconcito de tribuna donde su bandera
hace guiños en clave, señales secretas como las del
truco. Y ésta es la mejor anfetamina, porque los llena de
saludable euforia y además no aparece en los controles
antidopping.

Hoy empataron, no está mal, se dice Benja, el número
ocho. Y está mejor porque todos sus huesos están enteros,
a pesar de la alevosa zancadilla (esquivada sólo por
intuición) que le dedicaran en el toletole previo al primer gol,
dos segundos antes de que el Colorado empujara nuevamente la globa con
el empeine y la colocara, inalcanzable, junto al poste izquierdo.
Después de todo, la playa es mía. Desde hace quince
años la vengo adquiriendo en pequeñas cuotas. Cuotas de
sol y dunas. Todos esos prójimos, prójimas y projimitos
que se ven tendidos sobre las rocas o bajo las sombrillas o corriendo
tras una pelota de engañapichanga o jugando a la paleta en una
cancha marcada en la arena con líneas que al rato se borran,
todos esos otros, están en la playa gracias a que yo les permito
estar. Porque la playa es mía. Mío el horizonte con
toninas remotas y tres barquitos a vela. Míos los peces que
extraen mis pescadores con mis redes antiguas, remendadas. El aire
salitroso y los castillos de arena y las aguas vivas y las algas que ha
traído la penúltima ola. Todo es mío.
¿Qué sería de mí, el número ocho,
sin estas mañanas en que la playa me convence de que soy libre,
de que puedo abrazar esta roca, que es mi roca mujer o tal vez mi roca
madre, y estirarme sin otros límites que mi propio límite
o hasta que siento las tenazas del cangrejo barcino sobre mi dedo
gordo? Aquí soy número ocho sin llevarlo en la espalda.
Soy número ocho sencillamente porque es mi identidad. Un cura o
un teniente o un payaso no necesitan vestir sotana o uniforme o traje
de colores para ser cura o teniente o payaso. Soy número ocho
aunque no lo lleve dibujado en el lomo y aunque ningún botija se
arrime a pedirme autógrafos, porque sólo se piden
autógrafos a los de los Clubes Grandes. Y creo que siempre
seré de Club Chico, porque me gusta amargarles la fiesta, no a
los jugadores que después de todo son como nosotros, sólo
que con más suerte y más guita, ni siquiera a la hinchada
grande por más que nos insulte cuando hacemos un fau y festeje
ruidosamente cuando el otro nos propina un hachazo en la canilla. Me
gusta arruinarles la fiesta, sobre todo a los dirigentes, esos
industriales bien instalados en su cochazo, en su piso de la Rambla y
en su mondongo, señores cuya gimnasia sabatina o dominical
consiste en sentarse muy orondos, arriba en el palco oficial, y desde
ahí ver cómo allá abajo nos reventamos, nos
odiamos, nos derretimos en sudores, y cuando sus jugadores ganan,
condescienden a llegar al vestuario y a darles una palmadita en el
hombro, disimulando apenas el asco que les provoca aquella piel
todavía sudada, y en cambio, cuando sus jugadores pierden, se
van entonces directamente a su casa, esta vez por supuesto sin ocultar
el asco. En verdad, en verdad os digo que yo ignoro si hacen eso, pero
me lo imagino. Es decir, tengo que imaginarlo así, porque una
cosa son las instrucciones del entrenador, que por supuesto trato de
cumplir si no son demasiado absurdas, y otra cosa son las instrucciones
que yo me doy, verbigracia vamo vamo número ocho hay que aguarle
la fiesta a ese presidente cogotudo, jactancioso y mezquino, que viene
al estadio con sus tres o cuatro nenes que desde ya tienen caritas de
futuros presidentes cogotudos. Bueno, no sé ni siquiera si tiene
hijos, pero tengo que imaginarlo así porque soy el número
ocho, insustituible titular de un Club Chico y, ya que cobro poco,
tengo que inventarme recompensas compensatorias y de esas recompensas
inventadas la mejor es la posibilidad de aguarle la fiesta al cogotudo
presidente del Grande, a fin de que el lunes, cuando concurra a su
Banco o a su banca, pase también su vergüenza rica, su
vergüenza suntuosa, así como nosotros, los que andamos en
la segunda mitad de la tabla, sufrimos, cuando perdemos, nuestra
vergüenza pobre. Pero, claro, no es lo mismo, porque los Grandes
siempre tienen la obligación de ganar, y los Chicos, en cambio,
sólo tenemos la obligación de perder lo menos posible. Y
cuando no ganamos y volvemos al barrio, la gente no nos mira con
menosprecio sino con tristeza solidaria, en tanto que al presidente
cogotudo, cuando vuelve el lunes a su Banco o a su banca, la gente, si
bien a veces se atreve a decirle qué barbaridad doctor porque
ustedes merecieron ganar y además por varios goles, en realidad
está pensando te jodieron doctor qué salsa les dieron
esos petizos. Por eso a mí no me importa ser número ocho
titular y que no me pidan autógrafos aquí en la playa ni
en el cine ni en Dieciocho. Los partidos no se ganan con
autógrafos. Se ganan con goles y ésos los sé
hacer. Por ahora al menos. También es un consuelo que la playa
sea mía, y como mía pueda recorrerla descalzo, casi
desnudo, sintiendo el sol en la espalda y la brisa en los ojos, o
tendiéndome en las rocas pero de cara al mar, consciente de que
atrás dejo la ciudad que me espía o me protege,
según las horas y según mi ánimo, y adelante
está esa llanura líquida, infinita, que me lame, me
salpica, a veces me da vértigo y otras veces me brinda una
insólita paz, un extraño sosiego, tan extraño que
a veces me hace olvidar que soy número ocho.
Alejandra. Lo extraño había sido que Benja conociera sus
manos antes que su rostro, o mejor aún, que se enamorara de sus
manos antes que de su rostro. Él regresaba de San Pablo en un
vuelo de Pluna. El equipo se había trasladado para jugar dos
amistosos fuera de temporada, pero Benja sólo había
participado en el primero porque en una jugada tonta había
caído mal y el desgarramiento iba a necesitar por lo menos cinco
días de cuidado, así que el preparador físico
decidió mandarlo a Montevideo para que allí lo atendieran
mejor. De modo que volvía solo. A la media hora de vuelo se
levantó para ir al baño y cuando regresaba a su sitio
tuvo la impresión de ser mirado pero él no miró.
Simplemente se sentó y reinició la lectura de Agatha
Christie, que le proponía un enigma afilado, bienhumorado y
sutil como todos los suyos.

De pronto percibió que algo singular estaba ocurriendo. En el
respaldo que estaba frente a él apareció una mano de
mujer. Era una mano delgada, de dedos largos y finos, con uñas
cuidadas pero sin color. Una mano expresiva, o quizá que
expresaba algo, pero qué. A los dos o tres minutos hizo
irrupción la otra mano, que era complementaria pero no igual.
Cada mano tenía su carácter, aunque sin duda
compartían una inquietante identidad. Benja no pudo continuar su
lectura. Adiós enigma y adiós Agatha. Las manos se
movían con sobriedad, se rozaban a veces. Él
imaginó que lo llamaban sin llamarlo, que le contaban una
historia, que le ofrecían respuestas a interrogantes que
aún no había formulado; en fin, que querían ser
asidas. Y lo más preocupante era que él también
quería asirlas, con todos los riesgos que un acto así
podía implicar, verbigracia que la dueña de aquellas
manos llamara inmediatamente a la azafata, o se levantara, enfrentada a
su descaro, y le propinara una espléndida bofetada, con toda la
vergüenza, adicional y pública, que semejante castigo
podía provocar. Hasta llegó a concebir, como un destello,
un título, a sólo dos columnas (porque era número
ocho, pero sólo de un Club Chico): conocido futbolista uruguayo
abofeteado en pleno vuelo por dama que se defiende de agresión
******.

Y sin embargo las manos hablaban. Sutiles, seductoras,
finísimas, dialogaban uña a uña, yema a yema, como
creando una espera, construyendo una expectativa. Y cuando fue ordenado
el ajuste de los cinturones de seguridad, desaparecieron para cumplir
la orden, pero de inmediato volvieron a poblar el respaldo y con ello a
convocar la ansiedad del número ocho, que por fin decidió
jugarse el todo por el todo y asumir el riesgo del ridículo, el
escándalo y el titular a dos columnas que acabaran con su
carrera deportiva. De modo que, tomada la difícil
decisión y tras ajustarse también él el
cinturón, avanzó su propia mano hacia los dedos
cautivantes, que en aquel preciso momento estaban juntos. Notó
un leve temblor, pero las manos no se replegaron. La suya
prolongó aquel extraño contacto por unos segundos, luego
se retiró. Sólo entonces las otras manos desaparecieron,
pero no pasó nada. No hubo llamada a la azafata ni bofetada.
Él respiró y quedó a la espera. Cuando el
avión comenzaba el descenso, una de las manos apareció de
nuevo y traía un papel, más bien un papelito, doblado en
dos. Benja lo recogió y lo abrió lentamente. Conteniendo
la respiración, leyó: 912437.

Se sintió eufórico, casi como cuando hacía un gol
sobre la hora y la hinchada del barrio vitoreaba su nombre y él
alzaba discretamente un brazo, nada más que para comunicar que
recibía y apreciaba aquel apoyo colectivo, aquel afecto, pero
los compañeros sabían que a él no le gustaba toda
esa parafernalia de abrazos, besos y palmaditas en el trasero, algo que
se había vuelto habitual en todas las canchas del mundo.
Así que cuando metía un gol sólo le tocaban un
brazo o le hacían desde lejos un gesto solidario. Pero ahora,
con aquel prometedor 912437 en el bolsillo, descendió del
avión como de un podio olímpico y diez minutos
después pudo mirar discretamente hacia la dueña de las
manos, que en ese instante abría su valija frente al funcionario
aduanero, y Benja comprobó que el rostro no desmerecía la
belleza y la seducción de las manos que lo habían enamorado.
Benja y Martín se encontraron como siempre en la pizzería
del sordo Bellini. Desde que ambos integraran el cuadrito juvenil de La
Estrella habían cultivado una amistad a prueba de balas y
también de codazos y zancadillas. Benja jugaba entonces de
zaguero y sin embargo había terminado en número ocho.
Martín, que en la adolescencia fuera puntero derecho, más
tarde (a raíz de una sustitución de emergencia, tras
lesiones sucesivas y en el mismo partido del golero titular y del
suplente) se había afincado y afirmado en el arco y hoy era uno
de los guardametas más cotizados y confiables de Primera A.

El sordo Bellini disfrutaba plenamente con la presencia de los dos
futbolistas. Él, que normalmente no atendía las mesas
sino que se instalaba en la caja con su gorra de capitán de
barco, cuando Martín y Benja aparecían, solos o
acompañados, de inmediato se arrimaba solícito a dejarles
el menú, a recoger los pedidos, a recomendarles tal o cual plato
y sobre todo a comentar las jugadas más notables o más
polémicas del último domingo.

Era algo así como el fan particular de Benja y Martín y
su caballito de batalla era hacerles bromas c
Antonio Fonseca Sep 2014
Nights breath,
wrap me all around your haze.
Lacking of light,
evening voice, sobbing.

Song of a siren stranded on a million stars,
tear me up,
bruise up my mind with the rustling wind of your laughter,
conspiring and swarming from yesteryear.

Silence manifestation,
may your voice enslave me,
burst of sensations and halfway felt sentiment.

Invigorating tonic that emerges on my skin by your lips virtue.
eileen Sep 2018
You left me to
Decay

I wonder if you ever loved me
You're insane
You're beautiful
crazy
lovely
Always lonely

Will you ever make it

You got masks
for every new person

Growing up alone
You never know

acting like a *****
Love isn't enough for you

Will you ever make it
I wish you never faked it

I was
always loving you

Where did my heart go wrong  

Now I feel nothing

No more
No more
Nis Jun 2018
"Manos crispadas me confinan al exilio.
Ayúdame a no pedir ayuda."

Cuervos negros me prohiben mi alegría.
Ayúdame a no pedir ayuda.
Armas siniestras, seres aciagos.
Ayúdame a no pedir ayuda.

Mi muerte se acerca, mi mano se acerca.
Ayúdame a no pedir ayuda.
Mi pálida reflexión me prohibe la vida.
Ayúdame a no pedir ayuda.

"Me quieren anochecer, me van a morir.
Ayúdame a no pedir ayuda."
-"Figuras y silencios" de Alejandra Pizarnik

//

"Contorted hands confine me to exile.
Help me not to ask for help."

Black ravens forbid me my happiness.
Help me not to ask for help.
Sinister weapons, fateful beings.
Help me not to ask for help.

My death gets closer, my hand gets closer.
Help me not to ask for help.
Mi pale reflection forbids me my life.
Help me not to ask for help.

"They want to night me, they are going to die me.
Help me not to ask for help."
-Extracting the stone of madness, by Alejandra Pizarnik
Segundo poema basado en un texto de  Pizarnik, esta vez de "Figuras y Silencios", espero que os guste!

//

Second poem based on a text by Pizarnik, this time "Figures and Silences" , hope you like it (and my translation of it).
tossed leaves
falling from their canvas
painting an image of deep auburn and grace
you come with so much beauty
as temporary as the shades you seize from summer
and the frigid tones of winter
alluring howls and destructive winds
you arrive with so much bliss
yet, depart with so much sorrow
at last, setting yourself free from your portrait
your captivating watercolors fading from my view
silly me
i should've known you were never mine to keep
-c. alejandra
almost is never enough
maybe i'm too blame
for the read messages
missed calls
ignorance
for the short glances
for all the times i said i would, but didn't
for every word i said, yet couldn't mean
walking by you though looking past your presence

almost is never enough
to all the times i caught you staring
i never wanted you to turn away
all the times you wanted me to be yours
"yes" i would've said
but you never asked

almost is never enough
at last, after all those weeks of denial
i longed for you
completely
with so much hope and ecstasy carried on my shoulders
i-
naive and thoughtless
ready to be swept by your winds
i stepped foot in your storm
hoping that the wait would be worth it

almost is never enough
i search for you amidst all the rage set in place
in pure solitude you sit in the eye of the tempest.
infuriated. wretched.
when all at once comes a figure
someone i'd never seen before
pleasing to all who looked upon her
your eyes fixated on her
chaos
madness
fright
terror
and then
silence
almost is never enough

-c. alejandra
Alejandra Cruz May 2016
The Indefinite Answer

You're shining even though you're a black hole.
I often wonder if there are any secrets you are hiding ?
Like the death of a star,should we be aware of what awaits for us ?
Or should we continue to live the life of the unknown?
Like the pupil of an eye, can you see us as we can see you ?
You allow no light to escape...
Will you eventually burst and end the life of the universe?
Like the soul of mine, and yours which is untouchable as the sun in the sky.
I believe there is math in you, we are made of math and the math in you defines the world.
There are mysteries we yet have to figure out... Including we must discover our own inner black hole in order to solve these mysteries.
This is not meant to have an end of you, this is not meant to have an answer because the darkness in you should arise above all creation...
The black hole is not meant to fade away because the possibilities are ENDLESS.
By: Alejandra Cruz
locked in a cage for burning your passions too brightly
dreams unreachable because of your crimson skin
longing to fly into the depths of the horizon
hurtling flames ignited behind bars
bronze and gold glowing silently

27 years and your inferno has become nothing but a spark
though weak and shaken from the cold november rain
those trapped and those in hiding
paint songs on air
like constellations in the sky
just as you’re about to collapse
magic erupts from the blaze
a single powerless prisoner seeming to be more powerful than all of hell’s threats and guns

sacrificing yourself for redemption
a bird perished in turmoil
setting yourself ablaze for those in need of saving
gleaming creature of fire
you appear through your ashes
a new hope
god of the sun

at last
risen from the ashes of your past
an unexpected source of beauty
you no longer fear darkness and its demons
clouds- displaying the vivid color of blood
radiating the sacrifice of your freedom
wind- echoing the fire set by your wings
the sky- your canvas
paint it with your visions of the future
the sea- a tragic reflection of all the pain you’ve shed
soaring forever because your spirit will never die
dreams are now your destiny; seize them with all your might
your flame will burn eternally for years to come
there shall be times of breaking and moments of despair
but one thing remains true-
amidst the smoke and chaos
you are more beautiful than before
for you are the legend of the phoenix
-c. alejandra
allow me to indulge you with my philosophy
it has become apparent to me that throughout the course of my life
the same question has been imposed upon me
and i have given the same answer
until now
ask me what i believe is to be the greatest feeling that anyone can portray
happiness
it defeats all other sentiments on this earth
it surmounts rage, hate, fear, pain, and dejection
all things that others may find beguiling
i choose to believe they are mistaken
indeed
you can contempt yourself with woe
surround yourself with closed doors, pills, and solitude on the bathroom floor at 3am
you can seal yourself in a package with immeasurable bitterness and agitation
a disclaimer at the very top spelling out
“WARNING DO NOT TOUCH”
you can choose to seek gratification in tarnishing others
transforming yourself as a threat rather than safety
depict the gates of hell out of your insecurities
scorch all those who reach for you
shall i continue?

happiness
the apprehension that you wish to unlock
a notion one is granted
yet you choose to form an idea that it cannot be found
even when the key is set out in blindsight
the fundamental of this bias weighs solely on you
releasing yourself from the confinement you’ve been defined by
some may say they await the arrival of another
convincing themselves this “person” renders all qualities to set them loose
secluded by the gravel
there is no outlet without someone to uplift you
but your freedom is not disposed to you by another
happiness is not fed amongst the perception of others
believe me when i tell you
it is rooted from within you
it forms rivers and valleys out of your ache
establishes mountains of your inmost fears

i know of all these things because i myself have felt them
strongly
intensely
lightly
delicately
i spent so long in hiding i forgot the rich sentiment of the sun
i wasted months in the profundity of darkness
the appearance of light itself enthralled me
i shared a room with remorse and regret
revolted for all the things i had said
and all those i didn’t
i released wars amongst my waters
you’d be swept by vigorous currents and devoured by creatures whose only natural instinct was to **** the first thing in their sight
i was a depiction of all the things i wanted least to be
a perfect contradiction to all that i desired and was
yet
i cleansed myself from the agony
that i forgot how rich my skin was after all the dirt and excess was removed
i have grown fields of thorns out of the vexation of the words i spoke
but i discovered once i altered that hate into acceptance
once i deluded myself in self discovery
i was swallowed by hills of daffodils
that seemed to extend for miles and miles
i somehow came to peace with the fact that infinitely deep in all this chaos
there is beauty
i understood once battles have been fought it is for certain best to make amends
and this war
this frightful
terrifying yet
completely mesmerizing war
it was all against myself
and in the midst
i glanced around myself and i saw
so vividly the storm you and everybody else
including my own self
seem so confined in
a confinement we assume defines us
but it does not
because in fact
it entitles us to strength
it gives us a reason to strive for courage
a reason to lose ourselves in order to be found
the convincement that once we reach an everlasting winter within ourselves
we will be unable to walk in the rays of our own sunlight again
we will cease to grasp the howling of the wind
neglected to feel the intensity of it as it nearly sweeps us off our feet
preventing us from feeling and indulging ourselves in the unknown
to laugh to the extent we’re clenching our own stomachs
and droplets of purity leaking from our eyelids
the fulfillment of dancing in our rooms in the middle of the night
when everyone is dead asleep
yet we’re allured into another world of art
finding surrealness with goodness in everything we do and feel
even if at times it isn’t always as easy as we’d like it to be
making it seemingly impossible to view ourselves as more than the sum of our parts
but as the entire landscape of the person we are
to seize every moment and making it our own
creating a canvas with our smile and allowing it to illustrate things we never imagined we could create
but that is untrue in the most tremendous of ways
for i have finally seen myself
aware that there were and are parts of me that are for more prettier to view than the rest
because of this i took cover and hid in shame and ignominy
a wallflower sitting recklessly in darkness
forsaken in her own solitude to even attempt to step foot in the light
but i assure you once i did
once i had found myself
the seed planted within me ages ago
sprouted
beams of the sun showered me in constant radiance
the storms that passed over painted hues on every inch of my skin
that at last
i became a garden of my own
blossoming with begonias, marigolds and sunflowers
a vision of ecstasy to all that passed me
my kaleidoscopic shades fascinated all those in my presence
for i am no longer reluctant with who i am and was
i have found inner peace in the person i am
so go ahead
ask me what i believe to be the greatest feeling anyone can portray
and every single time i shall answer

happiness
-c. alejandra
for the very few of you who decide to read this top to bottom. thank you.
i wonder if you know what it's like to be them
to have to carry your hands on the sides of your body
because keeping them in the pocket of your hoodie would lead to speculation
that you're carrying a weapon you're in no possession of
eyes on you wherever you go
warnings made over the radio
demands from behind you
"hands over your head where i can see them"
the sound of incoming sirens cue a scene they're far too familiar with
as you sit in the audience, row M, popcorn in your hand, watching the star in suspense
“but officer I’m not carrying a weapon, look—“

Boom.
suspicion is justifiable for a bullet hole in their chest
does that same rule apply to you?

i wonder if you know what it's like to be in the presence of another
and sense the shift in their body as they do their best to distance themselves from you
because apparently there's an imprint across your forehead that screams:
DANGER
...
you probably don't
because it is you who shifts uncomfortably
clutching a little tighter to your purse and wallet
...
who was the first person who told you to stay away?

i wonder if you know what it feels like to have expectations already made for you
they are nothing in comparison to the ones you are assigned at birth
they are nothing like the expectations you are molded into as a child
because unlike them,
you are told you can accomplish anything
you are told you can fight for what you believe in
with no repercussions
you are told you can become whoever you want to be
and you never doubt it
unlike you,
they are the ones placed under the knees of blue in suffocation
another byproduct of history
the expectations placed on them are ones that have been running through the vines of their family tree ever since its seed was planted on this foreign soil
...
they very same ones that deem them
inferior
lazy
dangerous
...
all attributes used to create a segregation amongst us people
a definitive fine line
that if one oversteps
proclaiming unity and equity among us all
prepare for the raise of a hand
a baton enwrapped by fingers who are supposed to instill peace
they've reigned terror on the same people they're assigned to protect
a contradiction, wouldn't you agree?
"Land of the Free"
then why are so many of our people expected to succumb to oppression and dehumanization
why'll the rest of us reside comfortably in our luxury and privilege?
without worry of an invasion
8 shots released in deep sleep
"wrong house" they said...
but this is america
right?
...
i wonder if you've lived life being told you'll fall under the same pattern as your ancestors
that there is no way of breaking the chain
...
i wonder if you know what it feels like to be treated as a token everyone loves displaying for attention
but when the moment comes to fight their truth
...
that attention ceases to exist
...
i wonder if you realize your duty in this fight for justice
but if you don't
i congratulate you
...
you've lived a life safe and sound
away from interrogation
fear
strictness
alertness
you've lived a life where the color of your skin does not predict your destiny
it's formed a shield
a layer that obliterates
accusation
gunshots
abuse
neglect
and prejudice in its most destructive form
...
to be born in this nation as white is the equivalent of getting a head start in the 400m relay we call life
running gracefully with the most opulent shoes for support
jumping over hurdles with an effortless ease
coached by the best of the best
your privilege awards you the golden ticket
tell me
why are you so reluctant in using it for justice?
-c. alejandra
how much longer until reality comes for us?
why are we still trying to calm a storm that has no means of ending?
why am i uncertain of which path to take-
knowing that whatever i choose
i will never be happy
knowing that holding onto a hurricane
an immense swirling mass of destruction
engulfing me with no hesitation
escorted by the violent winds and endless rain taken with it
i will live as a prisoner
trapped. captive.
unable to escape the arbitrary rage you surround me with
i cling on
latching every bit of myself onto this hell you've created of yourself
others seem to find beauty in pain
but agony is not appealing
loneliness is not art
and storms do not come with exit escapes
but looks are deceiving
after all
you once were a field of roses
pleasant to every eye in sight
so tell me
who snatched your crimson beauty
and replaced it with a valley of harrowing thorns
that now surrounds your heart?
-c. alejandra
washed up seashells
vibrating with innocence
illuminating happiness
sinking below the sand
unable to reach it
its vanished
seized by the current
an illustration of all i once had
for a moment
now
gone
-c. alejandra
and it seems as though im losing a war once again
at first with the world
and now with you
a battle begun by your cold piercing words
a continuous struggle to save myself from letting you go
and a constant reminder that no matter how many times we say we’re better off alone
convincing ourselves solitude- our only friend
an excuse that prevents us both from harming the other
we’re both in need of each other

i throw knives
slicing every last piece of forgiveness you’ll have for me
you shoot your gun
aiming at my memory
hoping to unleash all the suffering you’ve caused me
i drop bombs
seizing your innocence and kindness
leaving you nothing but bitterness and despair
you stab me with daggers
watching me howl in terror and confusion
i release arrows
attacking your mind like a target
each one caving in deeper than the last

and what is left is the horrific image of who we’ve become
my body, a temple with demons oozing out of it
yours- a crime scene left to be forgotten
i stared longingly into your eyes and saw a bond thats now estranged
an inferno that is nothing but an utter flare
a love that is now hatred
a friend- now an enemy

one more second together and we’d suffocate each other with all the words we didn’t say
one last day together and we’d have nothing to share but tears and regrets
….
a lifetime together-  and we would be engulfed by Hades himself
-c. alejandra
i remember waking up to emptiness and vacancy
i remember a voice, unable to distinguish it
uncertain
dazed
i remember being in your presence
but unable to feel the pleasure i had once drowned in
i remembering holding your hand
though i did not use it to trace constellations
like i had done all those times before
i recall searching longing for the treasure in your eyes
but all that blinded me were the chalked stained ashes
rather than the mines of gold i once found myself getting lost in entirely
i remember being in your embrace
so vibrant and passionate
now absent and distant
i remember your arms wrapping around me
holding me infinitely
pushing me against your chest
my safe haven
now the one place i am completely terrified of turning to
at last
you planted a kiss on my forehead
another imprint marking one of the few wonders of my body
and though i tried to find meaning behind it
i could not
i remember your paintbrushes running through the pallet of my hair
but not with the watercolors you once used
not with your gentle strokes and random outbursts of color
now your painting remains untouched
a sudden work of art
incomplete
left in the far corner along with your efforts
i remember glimpsing at you one last time
before you walked out
realizing the entity of light i found myself attracted to
was nothing but a flare your darkness had devoured
i remember falling asleep beside you and being completely infatuated with all there was to know about you
only to be present in the horrific nightmare i had created with the illusion of the person i thought you were
just to mask the harrowing reality of who you are
-c. alejandra
heavenly
graceful
subtle to the eyes of many
blatant to the one who was in great need of her
swept by her stubbornness
taken by her spirit
appearing as one to everyone else who stood with her
she became everyone to him
skin
smooth as sand
light as coffee
hair
dark as oak
eyes
more captivating than that of the night sky
but such a beauty comes with a twist
pushed aside from the beginning
destructive
distant
bitter when accommodating the thoughts of others
but much destruction lay in the words she spoke to him
such aversion came with a graceful painting
he'd soon discover that the one thing which brought him great happiness
would also be the one that inflicted mountains of pain upon him
-c. alejandra
place your happiness in the hands of others
and they will destroy it
allow yourself to assume the best in people
even when they are composed of vain
sacrifice yourself in exchange for the validation of others
and you shall always be disappointed
convince yourself that without him you will be incomplete
yet
with him
you will be whole
and he will fill the silence
grow daffodils where there were once thorns
he shall create oceans of your deserts
and in the darkness
he will illuminate the light you've been longing for
you force yourself to believe that no one will ever love you for all that you are the way he did
that no one will ever surmount your tempest and see the beauty
that no one could ever fall in love with so much intricacy and complexity
you build a wall around the idea of letting people in
of allowing someone to take a step inside and see whats beyond the guarded doors of your heart
ashamed for all that you are
even though there is so much to be proud of
i watch you drown yourself in the sea he built for you
hoping that your call for rescue will awaken him
but you are left to drown in his memory
how revolting
the promises they make
are never able to be kept
-c. alejandra
you reach out for my hand
hoping for my acceptance
fulfill me with all the things you wished you’d said
tell me you’ll be there and accept me for all i am
yet walk out the door when there is nothing left for you
lie to me when you say you’ve changed
but where there is a smile, is a mask shielding your inner heart
a place that once consisted a home for me is now my greatest fear
your hands a beautiful field of daisies
now encrusted in thorns
though truth be told
i would find pleasure in the pain engraved upon my fingertips
-c. alejandra
you were once fire
burning your passions infinitely
lighting yourself up for others to be engulfed in your inferno
at last
you’ve set yourself ablaze
hoping someone would burn out with you
waiting longingly for someone to come around
expecting somebody to save you from the mayhem you’ve deluged yourself in
she walks
elegantly, coldly, with full intent
eyes.
fixated on you
captivated by her presence
you reach for her
knowing that with one touch your entire world will no longer burn
but congeal
her gaze crosses yours
hands touch
amid the smoke and rain, amongst the chaos
she vanishes
ruthlessly
callously
with no warning
she lets go
trapping your entirety
seizing your fire
and igniting her own
she turns away with no glance in return
hollow
enraged with dejection
you’ve descended into a storm
an everlasting hell
your flames
now thunder, a depiction of your rage
sparks
converted to rain, the spitting image of your sorrow
cackling of the fire
emerging into thunder, a portrayal for your agony
your wildfire-
a hurricane of demolition
eliminating all warmth you once owned
you deluge yourself in isolation
convinced that with anyone else you’ll be incomplete
yet-
with her
you will be absolute.
infinite.
but what do you do when the person you want most, is the one you’re best without?
-c. alejandra
pistols fall from my skin
violence my eyes cant bear to witness
-c. alejandra
you paint me in green
temporarily
delicately
softly
offering an expansive sanctuary
of memories i had long forgotten
your face has changed
but your eyes remain the same
cold and detached at first sight
you have a softness in you that seldom few see
i wish i cradled it tighter
...
they see us walk among the pines
chuckling at our naivety
i wish their claims held no bearing over us
-c. alejandra
You’ll grow up with the need to seek attention from those who mean the least to you
For a status that will mean nothing in a few years time
All for a title and name that is insignificant and formed on the basis of validation
You’ll alter parts of yourself to appease to the greater mass
Cut your hair because it’s what everyone besides yourself wants
Wear tighter clothes to gain recognition from boys in the hallways
Attend parties for the mere sake of being noticed
Befriend those you have nothing in common with
Dumb down your intellectuality to seem relatable
See your reflection in the mirror only to resent it
Hate yourself because you've seemingly become everything you detest

This one’s for you
For failing to see the beautiful parts in yourself and embracing them
You are everything you ever needed to be long before they told you to change

-c. alejandra
"mi amor es mas de letras que de palabras"

A lo largo de mi vida era una persona que le daba pereza la lectura, no me gustaba leer largos texto de célebres autores pero aún así había algo que me ataba a ese mundo de los escritos, era la palabra poesía.

No necesitaba leer las hermosas letras de Mario Benedetti, los bellos poemas tan nostálgico pero a la vez emocionante de Pablo Neruda, los trágicos escritos y reflexiones de Alejandra Pizarnik o esos poemas de Julio Cortázar que te transporta a la belleza misma de las expresiones escritas en letras. Nunca necesite esos poemas hermosos realizados por grandes personas que convertía el dolor en poesía maravillosa.

Ya que dentro de mi existe la poesía y existe la inspiración, siento que la poesía es la única cosa que puede convertir grandes oscuridades en destellos de luz , todos en este planeta somos poesía, somos torrentes de emociones, evocamos pasiones y desgracias, amo la poesía ya que allí mi alma se expresa, la poesía va más allá del corazón , de las emociones y de nuestra propia carne.

Y SI apesar de no leer cientos de libros en mi cuarto , agradezco a la vida por traerme la  poesía a mi vida, es allí en donde me sincronizo en lo más profundo de mi alma"
red
you paint me in reds
temporarily
passionately
loudly
the curvature of my figure against yours
speaking in the name of sin
they think crudely of you and i in this palette
lustful
overly indulgent
spoken with envy
they see us in crimson
and shake their heads
...
those devoid of color tend to do so
-c. alejandra

— The End —