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El palacio virreinal
Se encuentra sumido en sombra.
Sobre el techo y en el patio
La lluvia cae monótona;
Se ve una luz solamente
En una cerrada alcoba,
Y en ella están departiendo
En voz lenta, dos personas:
Con el Virrey don José
Solís y Folch y Cardona,
Habla el Alcalde ordinario
Moreno Escandón, que gloria
Como Fiscal de la Audiencia
Fue después; que la Colonia
Enalteció con ingenio
Y virtudes, y que en toda
Inquietud para el Virrey
Le dió ayuda cariñosa
Y fue noble confidente
De sus últimas congojas.
De pronto dice Moreno
En tono de quien reprocha:
-«Nada en Santa Fe dijisteis;
Tan sólo cuando a la Costa
Llegó el Bailío, supimos
Que de la Corte española
Un nuevo Virrey vendría».

-«Esta carga abrumadora,
Respondió Solís, depuse
Hace más de un año. En notas
Ante el Monarca he insistido.
Me oyó. Soy feliz ahora».

-«¿Y a uniros vais a Sevilla
A vuestro hermano, que es honra
De España como Arzobispo,
O a servirle a la Corona
Como Mariscal de Campo
Con vuestra espada gloriosa?»

Del Virrey la voz oyose
Que se extendía en la sombra...
No era la voz de otros días
Clara, vibrante, imperiosa,
Sino voz entrecortada,
Como de alguien que se agota,
Voz de quien hablar pretende
Pero en vez de hablar, solloza.

-«Aquí quedarme he pensado,
Y no es intención de ahora».

-«Qué es lo que decís?», Moreno
Con sorpresa lo interroga.
«¿Habéis resuelto quedaros,
Como holgazana persona
En Santa Fe, que os ha visto
Siempre el primero entre pompa,
Entre honores, y acatado,
Y en tanto, luciendo en otra
Mano la real insignia?
¿No dirán que una deshonra
Del aprecio del Monarca
Vuestro ilustre nombre borra?
¡En Santa Fe!... No comprendo...
¿Qué dirán todos?»
-«No importa.
Si al Cielo irroguele ofensas
Con mi vida licenciosa,
Aquí donde yo he debido
Ser de fiel creyente norma,
Es fuerza que se me vea
Como sombra de una sombra...»

Seguía tenaz la lluvia
Cayendo en la noche lóbrega.

Moreno Escanden decía:
-«Seréis de la gente ociosa
Comidilla. Bravas lenguas
En Santa Fe siempre sobran
Para hacer de todo burla
Y para regar ponzoña.
¿Vos Duque de Montellano,
Como cesante y de ronda
De noche por las callejas
Siendo aquí de todos mofa,
Cuando antes en torno vuestro
Se oían sólo lisonjas?»
-«¿A España? ¿A la Corte? ¿A
fiestas?
Hondo cansancio me postra...

»Busco el sueño, pero el sueño
Sólo es para mí zozobra:
Oigo ruido de cadenas,
Negras visiones se agolpan
A mi rededor; me hundo
Como entre revueltas olas;
Lucho con ellas, y sirtes
Veo ante mí tenebrosas,
Y en sobresalto despierto;
Sudor helado me moja
Las sienes; estrecho nudo
Al querer hablar, me ahoga...
Me incorporo; todo inútil,
Y en tanto... lejos la aurora
Que mis visiones disipe,
Visiones trágicas y horridas.
Busco amores olvidados,
Pido músicas ruidosas,
Bullicio de gente alegre,
Pero el tedio me devora.
Sangre soy empobrecida
De una raza que se agota,
Néctar quizá de otros tiempos
En una embriagante copa,
Y que hoy, al pasar los años,
Es de la vida una sobra».
-«¿Y no rezáis?»
-«Rezo... En vano».

-«Pero la misericordia
Del cielo, que es infinita,
Al pecador no abandona,
Al que los brazos le tiende
Y consuelo y paz implora».

-«Es verdad. Mas cuando triste,
En la quietud de mi alcoba,
Me postro a rezar, visiones
Me perturban tentadoras.
Aquí conmigo el pecado
Ha vivido; y se alzan formas
Que se acercan, que se alejan,
Que vuelven, después se borran,
Y vuelven después... y juntan
A mí la encendida boca».

Moreno Escandón callaba;
Era alta noche. En las hojas
Del patio se percibía
El lento caer de gotas.


Y Solís seguía:
-«A veces
Tristes claustros mi memoria
Cruzan en hondo silencio;
Arcos y arcos, grises losas,
Retablos en blancos muros
Donde se extiende la sombra
Que débil lámpara alumbra;
En la capilla el aroma
Del incienso; a media noche
Del órgano lentas notas
Que van borrando... borrando
Del mundo alegrías locas,
Y nos llevan lentamente
A una luz de eterna gloria,
En redor humildad viendo
Y el alma ante Dios absorta;
Y Cristo manando sangre,
Y entre sangre su corona
De espinas; albas risueñas
Sobre el huerto... olor de rosas
Que cuidan para la Virgen
Manos antes pecadoras...
La comunidad que pasa;
En el coro la salmodia...
¡Luz celestial que se enciende,
Y la tierra que se borra!»

Moreno Escandón callaba.
En Santa Fe silenciosa
Sonó una campana. Trinos,
Más trinos entre las frondas
Que se agitan en el patio.

Salió Moreno.
La alcoba
Quedó en silencio profundo...
Luego una voz que solloza...
Y otra vez silencio...
Un Cristo,
Divina misericordia,
Abre los brazos. El Duque
Las rodillas ante él dobla;
A sus pies se abraza. Llanto
Su rostro pálido moja,
Y abrazado al Mártir sigue
Hasta que llega la aurora.

Di a los pobres su fortuna;
En humilde ceremonia
Entregó el mando a Messía,
Y esa tarde en su carroza,
Con su uniforme de gala,
Por las calles silenciosas
Fue al convento franciscano
Donde sonaban las notas
Del órgano y ascendía
De incienso fragante aroma.
Llamó al Prior. Y esa noche
Vestido de tela hosca,
De rodillas, en su celda,
Vio nuevamente la aurora.
Some people say the man is a strange host.
Whoever invited by Moreno
His legs become heavy, will not his guest
There be, and if he can, he will say, ‘No!’
Waiters in his service to Interpol
Company belong, in his hotel’s room
Talks held are hard, one shakes like a trapped mole,
And his big eyes furniture and walls zoom.
Al-Bashir he invited, and his trips
Were reduced. When out he goes on tiptoes
He walks for fear of the boss, who pays tips.
Kaddafi he invited, and his foes
        Chose his life to close, as he feared to end
        Like Slobodan. But Gbagbo hide couldn’t find.

Excerpt of Delenda Benghazi, Said Kaddafi
http://www.amazon.com/Delenda-Benghazi-said-Kaddafi-ebook/dp/B0077K010K
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"How can two souls, with their own wells of stories and fears and delights and tears, so far from each other's presence and premises and thoughts, look exactly the same?"--SC.

It all began at the end of another day;
On an evening with faint footsteps—behind the shy sunset,
With an eyes that were craving for sweet sleep;
I closed my day with a heart too tired to weep.

With him still in my mind, and a melted heart back again,
I frequented the bus stop once more—
But too thought I had caught a ghost:
A ghost of him trapped within thee;
You with his charms, and within his body;
You with his gaze, and the smooth dark hair he has;
You with his chin, and the faint blushes to it;
You in his jacket, with a bag slung loosely over your shoulder.

Nikolaas, ah, you reminded me of him at that instant;
Nikolaas, that perhaps even He has left behind;
Nikolaas, that once entertained my young artist's heart;
Nikolaas, that wailed and pleaded funnily like a young infant;

Nikolaas, that often woke me with his childish cry;
Nikolaas, that failed to sew a long brown tapestry;
Nikolaas, that held my poetry book over the literary summer;
Nikolaas, with whom I spent too much time together.

Nikolaas, whose calls oft' distracted my lessons;
Nikolaas, who at whose mischief laughed very charmingly;
Nikolaas, who to my words listened willingly;
Nikolaas, who in his brown pyjamas startled me every day.

But you were too realistic to be deemed artistic, Gianluca;
You were even more hopeful than the tainted earth grounds;
You lent to me a bashful terrific smile;
You charmed me, though with his charm, for a long while;

You are but his soul told in another way;
This I knew when with a bold smile you nodded at me;
A smile that was more melodious than the purplish skies.
The skies just sneered at our florid scene;
With insatiable glances they boasted of their silk;
Spat thunder onto the shivering glass beneath our feet;
Before they swore and took a chance to run and fleet.
Fleet, fleet away, like an unconscious, insane rainbow,
As if there would not be another day.
As if the world would end as tomorrow ended,
As if no rain would dismay the earth by its cold colour.
Gianluca, I was as wet as clouds—over there, by the bus stop,
My soaked hair had made myself turn grey; pale, and—before you came,
I had become again disillusioned, once more.

How could two beings look exactly the same—that I understand not,
But you made me gasp as I caught you first in my sight.
Your eyes, that were more European than the crying night,
Your hair, that was funnier than the unmet moonlight,
And your aura, that was more serious than a dream.
Ah, Gianluca, how could you be as numerous as him!
Tell me now, your stories from Italy;
And the city of Rome you had ridden across;
Ah, but my sweet Nikolaas is from Amsterdam;
In which all years are pale with white snow and dust;
And a scattered whiteness—a shrieking pale gloss.
Gianluca, Gianluca, still—you are all but a filmed mirror of my Nikolaas,
My little prince, that once attained and tightened his grip of my ****** soil,
My dear husband, that once entertained me with the brass and grass of his toil.
My naughty love, that ran jumping about the following morning;
My very own darling, with his own explosive moods,
But no tears once appeared in his moonlit eyes.
Ah, Gianluca, how I could see none but my lost prince in thee!
Gianluca, my dear, but are you perhaps more sincere than him?
Remind me that reality is but not another horror like dreams,
For my days, ever since he left, hath been a nightmare,
A nightmare my heart has failed to tease, and burn dryly away,
A nightmare that has fallen onto the top of my every single cell.
Gianluca, and your red mouth was as bright as the red sunset;
Just like the lips of my darling back then—which started to smile as our eyes met.
Gianluca, Gianluca, but tell me now—shall I ever meet thee again?
My Nikolaas might still be alive—but his image is dead within me,
He has fallen for his evil night aurora; an Aurora that, sadly, is not like me, Estefannia.

Gianluca, dry is my throat, hungered is my tongue;
But you fired me against those like a poem;
Your shadow was to me like a little ghost—and perhaps is still,
Your sight made me fear, and my stomach churn ill—
While your hands were just a few turns away.
Perhaps you can assure me again, that you are not him;
You are new, with an unsinned soul—and untainted;
Tell me that you are pure—that you are whom I have sought;
Even though you are still him to my ****** dreams;
With a voice within which he used to say;
With a smile within which he lived my days;
Ah, in my mind now, there is but a jumbled forest of thoughts;
A whole well of unheard mirages—that I shall craft into dear, dear poetry;
Ah, but who knows everything except that He gives to know;
And who sees everything but that He makes our destiny;
Ah, Gianluca, perhaps I shall see you again amongst tonight's traffic;
When days but grow low, and dusk reclaims its fair relic;
When dawn is prepared—with the night maddening about at hand;
As I return from my errands—after attending to my books and friends.

Gianluca, Gianluca, Gianluca no matter how much you are like him;
Perhaps you are better at luring my souls;
And the treaties by which they feel satisfied not.
You are the fallen star—that I have hoped for;
You are the sanguine angel I have never met before;
Ah, and if this was the case, would you always be there for me?
And thus, my dear, but can this time—you see me by unlasting daylight?
Perhaps you look only more like him by the night;
And as dawn greets, and noon appears fast;
I think you shall claim your own image;
Confirming that to me, your charm shall always last.

Gianluca, Gianluca, Gianluca,
How I miss, miss, and miss him in my sordid dreams;
I've missed him far too terribly—and at times, unjustly;
He, the son of storm and the child of mystery;
He, the lad of madness—the angel of scrutiny;
And to this day still but I miss him, my dear Nikolaas,
The little, little darling naughtiest—yet most beloved to my heart.
But still, show me what you can say onto my poetry;
Show me what you can see, and what you may keep in mind;
Show me, perhaps, the threads of another love story;
Another gracious tale—with him I shall never find.
Firefly Jan 2016
His finger tapped the book,
Encouragingly and gentle,
That old finger,
That had pulled triggers in the war,
That had touched his girls in tender ways,
He gave me a smile and tapped again,
Sunlight shining in his grey hair,
In his beautiful eyes,
I haven't looked down yet,
And he was still tapping,
I was thinking of his many crinkles,
Smile creases and frown wrinkles,
The day was ending,
I should leave soon,
I should look down,
But mesmerizing, was his teeth,
And I stared and counted,
And I observed his ear hairs,
And nose hairs, and beard hairs,
But the old man tapped again,
On the blank strathmore page,
I haven't drawn him yet,
His green eyes fail with the falling of the light,
I hurriedly drew him,
He paid for my work,
A work that dissatisfied,
So I went home,
And wrote about him,
Filling a page and a half.
                           from firefly
I am still not satisfied.
A Moreno Mar 2014
Everyday you raise a hand to my face
These scars are something I cannot erase
My body colored from purple to brown
You beat the soul right out of me, it can no longer be found
I flinch when you raise your arm
This fear you’ve created because of your harm

I can’t just get up and walk away
You told me you’ll **** me if I didn’t stay
Blood has been drawn several times before
That didn’t stop you, it made you want more
I cry every night because of you
For all the pain you’ve put me through
It’s made me into who I am today
For I have recovered from your violent ways

(A. Moreno)
Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí, opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.   Feliz vivió Alvargonzález
en el amor de su tierra.
Naciéronle tres varones,
que en el campo son riqueza,
y, ya crecidos, los puso,
uno a cultivar la huerta,
otro a cuidar los merinos,
y dio el menor a la Iglesia.   Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.   Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.   La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.   El menor, que a los latines
prefería las doncellas
hermosas y no gustaba
de vestir por la cabeza,
colgó la sotana un día
y partió a lejanas tierras.La madre lloró, y el padre
diole bendición y herencia.   Alvargonzález ya tiene
la adusta frente arrugada,
por la barba le platea
la sombra azul de la cara.   Una mañana de otoño
salió solo de su casa;
no llevaba sus lebreles,
agudos canes de caza;

  iba triste y pensativo
por la alameda dorada;
anduvo largo camino
y llegó a una fuente clara.   Echóse en la tierra; puso
sobre una piedra la manta,
y a la vera de la fuente
durmió al arrullo del agua.   Y Alvargonzález veía,
como Jacob, una escala
que iba de la tierra al cielo,
y oyó una voz que le hablaba.Mas las hadas hilanderas,
entre las vedijas blancas
y vellones de oro, han puesto
un mechón de negra lana.Tres niños están jugando
a la puerta de su casa;
entre los mayores brinca
un cuervo de negras alas.La mujer vigila, cose
y, a ratos, sonríe y canta.-Hijos, ¿qué hacéis? -les pregunta.Ellos se miran y callan.-Subid al monte, hijos míos,
y antes que la noche caiga,
con un brazado de estepas
hacedme una buena llama.   Sobre el lar de Alvargonzález
está la leña apilada;
el mayor quiere encenderla,
pero no brota la llama.-Padre, la hoguera no prende,
está la estepa mojada.   Su hermano viene a ayudarle
y arroja astillas y ramas
sobre los troncos de roble;
pero el rescoldo se apaga.Acude el menor, y enciende,
bajo la negra campana
de la cocina, una hoguera
que alumbra toda la casa.   Alvargonzález levanta
en brazos al más pequeño
y en sus rodillas lo sienta;-Tus manos hacen el fuego;
aunque el último naciste
tú eres en mi amor primero.   Los dos mayores se alejan
por los rincones del sueño.
Entre los dos fugitivos
reluce un hacha de hierro.   Sobre los campos desnudos,
la luna llena manchada
de un arrebol purpurino,
enorme globo, asomaba.Los hijos de Alvargonzález
silenciosos caminaban,
y han visto al padre dormido
junto de la fuente clara.   Tiene el padre entre las cejas
un ceño que le aborrasca
el rostro, un tachón sombrío
como la huella de un hacha.Soñando está con sus hijos,
que sus hijos lo apuñalan;
y cuando despierta mira
que es cierto lo que soñaba.   A la vera de la fuente
quedó Alvargonzález muerto.Tiene cuatro puñaladas
entre el costado y el pecho,
por donde la sangre brota,
más un hachazo en el cuello.Cuenta la hazaña del campo
el agua clara corriendo,
mientras los dos asesinos
huyen hacia los hayedos.Hasta la Laguna Negra,
bajo las fuentes del Duero,
llevan el muerto, dejando
detrás un rastro sangriento,
y en la laguna sin fondo,
que guarda bien los secretos,
con una piedra amarrada
a los pies, tumba le dieron.   Se encontró junto a la fuente
la manta de Alvargonzález,
y, camino del hayedo,
se vio un reguero de sangre.Nadie de la aldea ha osado
a la laguna acercarse,
y el sondarla inútil fuera,
que es la laguna insondable.Un buhonero, que cruzaba
aquellas tierras errante,
fue en Dauria acusado, preso
y muerto en garrote infame.   Pasados algunos meses,
la madre murió de pena.Los que muerta la encontraron
dicen que las manos yertas
sobre su rostro tenía,
oculto el rostro con ellas.   Los hijos de Alvargonzález
ya tienen majada y huerta,
campos de trigo y centeno
y prados de fina hierba;
en el olmo viejo, hendido
por el rayo, la colmena,
dos yuntas para el arado,
un mastín y mil ovejas.
    Ya están las zarzas floridas
y los ciruelos blanquean;
ya las abejas doradas
liban para sus colmenas,
y en los nidos, que coronan
las torres de las iglesias,
asoman los garabatos
ganchudos de las cigüeñas.Ya los olmos del camino
y chopos de las riberas
de los arroyos, que buscan
al padre Duero, verdean.El cielo está azul, los montes
sin nieve son de violeta.La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza;
muerto está quien la ha labrado,
mas no le cubre la tierra.   La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.   Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.Van en busca de ganado
con que volver a su aldea,
y por tierra de pinares
larga jornada comienzan.Van Duero arriba, dejando
atrás los arcos de piedra
del puente y el caserío
de la ociosa y opulenta
villa de indianos. El río
al fondo del valle, suena,
y de las cabalgaduras
los cascos baten las piedras.A la otra orilla del Duero
canta una voz lastimera:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra.»   Llegados son a un paraje
en donde el pinar se espesa,
y el mayor, que abre la marcha,
su parda mula espolea,
diciendo: -Démonos prisa;
porque son más de dos leguas
de pinar y hay que apurarlas
antes que la noche venga.Dos hijos del campo, hechos
a quebradas y asperezas,
porque recuerdan un día
la tarde en el monte tiemblan.Allá en lo espeso del bosque
otra vez la copla suena:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».   Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
a ambas márgenes del río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.Los fuertes pinos del bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean,
pinos jóvenes; los viejos,
cubiertos de blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
colman el valle y se pierden
rebasando ambas laderasJuan, el mayor, dice: -Hermano,
si Blas Antonio apacienta
cerca de Urbión su vacada,
largo camino nos queda.-Cuando hacia Urbión alarguemos
se puede acortar de vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.-Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez. Cerremos
los tratos en Covaleda;
hagamos noche y, al alba,
volvámonos a la aldea
por este valle, que, a veces,
quien piensa atajar rodea.Cerca del río cabalgan
los hermanos, y contemplan
cómo el bosque centenario,
al par que avanzan, aumenta,
y la roqueda del monte
el horizonte les cierra.El agua, que va saltando,
parece que canta o cuenta:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».
    Aunque la codicia tiene
redil que encierre la oveja,
trojes que guarden el trigo,
bolsas para la moneda,
y garras, no tiene manos
que sepan labrar la tierra.Así, a un año de abundancia
siguió un año de pobreza.   En los sembrados crecieron
las amapolas sangrientas;
pudrió el tizón las espigas
de trigales y de avenas;
hielos tardíos mataron
en flor la fruta en la huerta,
y una mala hechicería
hizo enfermar las ovejas.A los dos Alvargonzález
maldijo Dios en sus tierras,
y al año pobre siguieron
largos años de miseria.   Es una noche de invierno.
Cae la nieve en remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.El pensamiento amarrado
tienen a un recuerdo mismo,
y en las ascuas mortecinas
del hogar los ojos fijos.No tienen leña ni sueño.Larga es la noche y el frío
arrecia. Un candil humea
en el muro ennegrecido.El aire agita la llama,
que pone un  fulgor rojizo
sobre las dos pensativas 
testas de los asesinos.El mayor de Alvargonzález,
lanzando un ronco suspiro,
rompe el silencio, exclamando:-Hermano, ¡qué mal hicimos!El viento la puerta bate
hace temblar el postigo,
y suena en la chimenea
con hueco y largo bramido.Después, el silencio vuelve,
y a intervalos el pabilo
del candil chisporrotea
en el aire aterecido.El segundo dijo: -Hermano,
¡demos lo viejo al olvido!

  Es una noche de invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.Bajo la nevada, un hombre
por el camino cabalga;
va cubierto hasta los ojos,
embozado en negra capa.Entrado en la aldea, busca
de Alvargonzález la casa,
y ante su puerta llegado,
sin echar pie a tierra, llama.   Los dos hermanos oyeron
una aldabada a la puerta,
y de una cabalgadura
los cascos sobre las piedras.Ambos los ojos alzaron
llenos de espanto y sorpresa.-¿Quién es?  Responda -gritaron.-Miguel -respondieron fuera.Era la voz del viajero
que partió a lejanas tierras.   Abierto el portón, entróse
a caballo el caballero
y echó pie a tierra. Venía
todo de nieve cubierto.En brazos de sus hermanos
lloró algún rato en silencio.Después dio el caballo al uno,
al otro, capa y sombrero,
y en la estancia campesina
buscó el arrimo del fuego.   El menor de los hermanos,
que niño y aventurero
fue más allá de los mares
y hoy torna indiano opulento,
vestía con ***** traje
de peludo terciopelo,
ajustado a la cintura
por ancho cinto de cuero.Gruesa cadena formaba
un bucle de oro en su pecho.Era un hombre alto y robusto,
con ojos grandes y negros
llenos de melancolía;
la tez de color moreno,
y sobre la frente comba
enmarañados cabellos;
el hijo que saca porte
señor de padre labriego,
a quien fortuna le debe
amor, poder y dinero.
De los tres Alvargonzález
era Miguel el más bello;
porque al mayor afeaba
el muy poblado entrecejo
bajo la frente mezquina,
y al segundo, los inquietos
ojos que mirar no saben
de frente, torvos y fieros.   Los tres hermanos contemplan
el triste hogar en silencio;
y con la noche cerrada
arrecia el frío y el viento.-Hermanos, ¿no tenéis leña?-dice Miguel.             -No tenemos
-responde el mayor.               Un hombre,
milagrosamente, ha abierto
la gruesa puerta cerrada
con doble barra de hierro.

El hombre que ha entrado tiene
el rostro del padre muerto.Un halo de luz dorada
orla sus blancos cabellos.
Lleva un haz de leña al hombro
y empuña un hacha de hierro.   De aquellos campos malditos,
Miguel a sus dos hermanos
compró una parte, que mucho
caudal de América trajo,
y aun en tierra mala, el oro
luce mejor que enterrado,
y más en mano de pobres
que oculto en orza de barro.   Diose a trabajar la tierra
con fe y tesón el indiano,
y a laborar los mayores
sus pegujales tornaron.   Ya con macizas espigas,
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó el fecundo verano;
y ya de aldea en aldea
se cuenta como un milagro,
que los asesinos tienen
la maldición en sus campos.   Ya el pueblo canta una copla
que narra el crimen pasado:«A la orilla de la fuente
lo asesinaron.¡qué mala muerte le dieron
los hijos malos!En la laguna sin fondo
al padre muerto arrojaron.No duerme bajo la tierra
el que la tierra ha labrado».   Miguel, con sus dos lebreles
y armado de su escopeta,
hacia el azul de los montes,
en una tarde serena,
caminaba entre los verdes
chopos de la carretera,
y oyó una voz que cantaba:«No tiene tumba en la tierra.
Entre los pinos del valle
del Revinuesa,
al padre muerto llevaron
hasta la Laguna Negra».
    La casa de Alvargonzález
era una casona vieja,
con cuatro estrechas ventanas,
separada de la aldea
cien pasos y entre dos olmos
que, gigantes centinelas,
sombra le dan en verano,
y en el otoño hojas secas.   Es casa de labradores,
gente aunque rica plebeya,
donde el hogar humeante
con sus escaños de piedra
se ve sin entrar, si tiene
abierta al campo la puerta.   Al arrimo del rescoldo
del hogar borbollonean
dos pucherillos de barro,
que a dos familias sustentan.   A diestra mano, la cuadra
y el corral; a la siniestra,
huerto y abejar, y, al fondo,
una gastada escalera,
que va a las habitaciones
partidas en dos viviendas.   Los Alvargonzález moran
con sus mujeres en ellas.
A ambas parejas que hubieron,
sin que lograrse pudieran,
dos hijos, sobrado espacio
les da la casa paterna.   En una estancia que tiene
luz al huerto, hay una mesa
con gruesa tabla de roble,
dos sillones de vaqueta,
colgado en el muro, un *****
ábaco de enormes cuentas,
y unas espuelas mohosas
sobre un arcón de madera.   Era una estancia olvidada
donde hoy Miguel se aposenta.
Y era allí donde los padres
veían en primavera
el huerto en flor, y en el cielo
de mayo, azul, la cigüeña
-cuando las rosas se abren
y los zarzales blanquean-
que enseñaba a sus hijuelos
a usar de las alas lentas.   Y en las noches del verano,
cuando la calor desvela,
desde la ventana al dulce
ruiseñor cantar oyeran.   Fue allí donde Alvargonzález,
del orgullo de su huerta
y del amor a los suyos,
sacó sueños de grandeza.   Cuando en brazos de la madre
vio la figura risueña
del primer hijo, bruñida
de rubio sol la cabeza,
del niño que levantaba
las codiciosas, pequeñas
manos a las rojas guindas
y a las moradas ciruelas,
o aquella tarde de otoño,
dorada, plácida y buena,
él pensó que ser podría
feliz el hombre en la tierra.   Hoy canta el pueblo una copla
que va de aldea en aldea:«¡Oh casa de Alvargonzález,
qué malos días te esperan;
casa de los asesinos,
que nadie llame a tu puerta!»   Es una tarde de otoño.
En la alameda dorada
no quedan ya ruiseñores;
enmudeció la cigarra.   Las últimas golondrinas,
que no emprendieron la marcha,
morirán, y las cigüeñas
de sus nidos de retamas,
en torres y campanarios,
huyeron.           Sobre la casa
de Alvargonzález, los olmos
sus hojas que el viento arranca
van dejando. Todavía
las tres redondas acacias,
en el atrio de la iglesia,
conservan verdes sus ramas,
y las castañas de Indias
a intervalos se desgajan
cubiertas de sus erizos;
tiene el rosal rosas grana
otra vez, y en las praderas
brilla la alegre otoñada.   En laderas y en alcores,
en ribazos y en cañadas,
el verde nuevo y la hierba,
aún del estío quemada,
alternan; los serrijones
pelados, las lomas calvas,
se coronan de plomizas
nubes apelotonadas;
y bajo el pinar gigante,
entre las marchitas zarzas
y amarillentos helechos,
corren las crecidas aguas
a engrosar el padre río
por canchales y barrancas.   Abunda en la tierra un gris
de plomo y azul de plata,
con manchas de roja herrumbre,
todo envuelto en luz violada.   ¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!   Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque a bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!
    Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.
Martín se quedó en el huerto
arrancando hierbas malas.   Una mañana de otoño,
cuando los campos se aran,
sobre un otero, que tiene
el cielo de la mañana
por fondo, la parda yunta
de Juan lentamente avanza.   Cardos, lampazos y abrojos,
avena loca y cizaña,
llenan la tierra maldita,
tenaz a pico y a escarda.   Del corvo arado de roble
la hundida reja trabaja
con vano esfuerzo; parece,
que al par que hiende la entraña
del campo y hace camino
se cierra otra vez la zanja.   «Cuando el asesino labre
será su labor pesada;
antes que un surco en la tierra,
tendrá una arruga en su cara».   Martín, que estaba en la huerta
cavando, sobre su azada
quedó apoyado un momento;
frío sudor le bañaba
el rostro.           Por el Oriente,
la luna llena, manchada
de un arrebol purpurino,
lucía tras de la tapia
del huerto.           Martín tenía
la sangre de horror helada.
La azada que hundió en la tierra
teñida de sangre estaba.   En la tierra en que ha nacido
supo afincar el indiano;
por mujer a una doncella
rica y hermosa ha tomado.   La hacienda de Alvargonzález
ya es suya, que sus hermanos
todo le vendieron: casa,
huerto, colmenar y campo.   Juan y Martín, los mayores
de Alvargonzález, un
Alta va la luna.
Bajo corre el viento.
  (Mis largas miradas,
exploran el cielo.)
  Luna sobre el agua.
Luna bajo el viento.
  (Mis cortas miradas,
exploran el suelo.)
  Las voces de dos niñas
venían. Sin esfuerzo,
de la luna del agua,
me fui a la del cielo.
Un brazo de la noche
entra por mi ventana.
  Un gran brazo moreno
con pulseras de agua.
  Sobre un cristal azul
jugaba al río mi alma.
Los instantes heridos
por el reloj... pasaban.
Asomo la cabeza
por mi ventana, y veo
cómo quiere cortarla
la cuchilla del viento.
  En esta guillotina
invisible, yo he puesto
la cabeza sin ojos
de todos mis deseos.
  Y un olor de limón
llenó el instante inmenso,
mientras se convertía
en flor de gasa el viento.
Al estanque se le ha muerto
hoy una niña de agua.
Está fuera del estanque,
sobre el suelo amortajada.
  De la cabeza a sus muslos
un pez la cruza, llamándola.
El viento le dice "niña",
mas no puede despertarla.
  El estanque tiene suelta
su cabellera de algas
y al aire sus grises tetas
estremecidas de ranas.
  Dios te salve. Rezaremos
a Nuestra Señora de Agua
por la niña del estanque
muerta bajo las manzanas.
  Yo luego pondré a su lado
dos pequeñas calabazas
para que se tenga a flote,
¡ay!, sobre la mar salada.
Gio Van Nii Oct 2012
Just one last time
I will see your smile
Just one last time
I will make your day
Just one last time
Ill show you I care
Just one last time
To imagine us with a future
Just one last chance
To prove to you
That I always Loved You!!

By,GioVanii Moreno
Al levantarme del suelo, pregunto
Cuanto diablos peso? Que ni ha estremecido
lleve locuras en mi cabeza
besos de locura, besos de ternura, besos de pasion,
enredaderas de piel, claro y moreno

Lunes, martes y ahora miércoles:

Hablame cuando termine mi taza de cafe
ya que la mañana no agrado, no funciono
como gasolina a maquina
mi cuerpo se activa
Me hablas cuando termine el cafe
y despreocupate
que no tomare el ultimo sorbo.

Siento tus huellas, sangre acumulada
besos de ternura, besos de pasion
besame , agarrame
me dejo caer, si en fin
so incomoda mujer...
pero vuelve a levantarme
sujetame otra vez
aguantame
siento que no peso
por favor, otra vez.
Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
  Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?
Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban,
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.
¡Ay Antoñito el Camborio
digno de una Emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.
¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.
  Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado,
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.
Cuido mi cuerpo moreno
como a un suntuoso marfil.
Cuido mi cuerpo moreno
para que de gracia lleno
sea del pie hasta el perfil.

Copa con vino de vida,
vaso con miel de pasión.
¡Copa con vino de vida,
y un ascua viva encendida
en lugar del corazón!

¡Oh, mi amante, te lo ofrendo
como un regalo de amor!
¡Oh, mi amante, te lo ofrendo
en el engarce estupendo
de mi chal multicolor!

Sangre-fuego, carne-cera,
olor a sol y a panal.
Sangre-fuego, carne-cera...
Te lo doy como si fuera
un raro bronce oriental!
mark soltero Jan 2021
give me your pain
let me take it all
like the man i am
my filthy hands can feel the scars
behind your breast
the healed incisions of years before
i only want to give you everything i can
in exchange for your discomfort
i want to bear your heart’s burdens
you brace for the unknown
every time you feel alive
i pray to you my god every night
so that i may keep your heavenly embrace
and never feel the malice that’s left
your eyes show what’s unsaid
it’s only fair to bring you back from the dead
Papa Ghost Feb 2014
Every time I think you're sick
I look in the mirror and see
That I've got the same disease
I loathe my thoughts so much
They make me freeze
And then I remember where they came from
You bred them into me
I learned them from you
If this makes me sound like a ****
Remember who is just as sick
That's right it's you
Now listen to this track
Be back in a few

It's never my fault
We have to stop the symptoms
But never the disease
It's always their fault
We have to stop the enemy in our bed
Rather than make the demons in our hearts stay dead

Is it a surprise I'm a demon summoner onstage
Calling forth the self-hatred in their hearts
Culling them away from their rage
Exercising exorcism like I do with words
You are the monsters
Pens are my swords
I only learned from the best
The best teachers in town
I'm so successful I dedicate this crown
To the ******* that made a blood pact
A deal that put me to a test
I don't want to ******* take
This portrait of us isn't real
It's ******* fake

It's never my fault
We have to stop the symptoms
But never the disease
It's always their fault
We have to stop the enemy in our bed
Rather than make the demons in our hearts stay dead

How does it feel
That I profit from our ozzfest
Our screamo shows
Our nu metal fest fodder
How does it feel that this drama
Makes me rich without trauma
I'm no Johnny Davis or Chino Moreno
Solo soy tu coseno
Adjacent to a hypotenuse of hate
An underlying burn I'm used too
I can't ever feel nothing
Because I always feel your burn

It's never my fault
We have to stop the symptoms
But never the disease
It's always their fault
We have to stop the enemy in our bed
Rather than make the demons in our hearts stay dead

It doesn't have to be this way
We can put our swords away
And face our demons together
We don't have to divide a house to fall
I don't have to come home appalled at the blood
The very blood in my veins boiling
We can live instead of toiling
**** the symptoms
Cure the disease
Don't make me freeze
When you never claim fault
So you can go to sleep in peace
And make me lay in pieces
I want to finish this song
But most of all
I want you to finish it too
I don't know how much profanity is regulated. So I'm sorry if any of my harsher words put you off. This is supposed to be a song. But I have no band yet. So enjoy.
George Raitt May 2019
Great men have died for
Their country. Today, 'great men'
Negotiate deals.
Prince eduard Apr 2019
In a bizarre place
The moment I looked to my right
I slowly get to my pace
But before, I took a gaze

I think I saw an angel...
Taking a second glance,
I notice closed-folded wings
Well now I'm sure,
He's my guardian angel

One word:
Purity. To describe him
That look in His eye,
Chilling my nerves
Fulling the sight
Oh, eye-to-eye

Wavy, curly hair
Brown and blonde fair
With length up to chin
Such gracious Mr. 'Him'

Small lips
Bright scene
Ambience light
Feelings aright

Pointed nose
Moreno skin
Like those, calm,
Tanned in the seashore

Glowing, aura around him

A mesmerizing sight
His eyes, pure, innocent light
Oh Love, how I love you
Singnifying Almighty's presence

Worn, fine-linen robes
I'd like to touch, to feel
His warmth, emanating
From his to me
I'd like to---

Smiles, I hugged him(!)
I just did it(!), out of love, joy
It seems fast, fast yet slow
His expression, quite surprised, yet not
But his eyes, that concern he has
I see= compassion (love)

Oh how I wish to be just like that,
Forever, with God, Jesus
Meanwhile, a hope remains,
"Someday"

I came to my retreat,
I noticed a single folded li'l paper
He held, opened
In mine's interpretation, it reads,

(promises he'll keep,)
No matter what,
I'll send to proclaim thy message
Whenever one need thee

(and many more, I left unnoticed )
~

Then he made me feel,
I have to go somewhere

Where?
God knows
How?
God knows

Then in a distance
I saw a woman approaching
So beautiful,
Of course, hey, she's my mother

She led me
God, and angels,
They lead me

I dreamed of this, and now I dreamt it

( in the end, what matters to me is that even once, I know God is with me. And love follows wherever I go)
Hallelujah
Y te di el olor
De todas mis dalias y nardos en flor.

              Y te di el tesoro,
De las ondas minas de mis sueños de oro.

              Y te di la miel,
Del panal moreno que finge mi piel.

              ¡Y todo te di!
Y como una fuente generosa y viva para tu alma fui.

              Y tú, dios de piedra
Entre cuyas manos ni la yedra medra;

              Y tú, dios de hierro,
Ante cuyas plantas velé como un perro,

Desdeñaste el oro, la miel y el olor.
¡Y ahora retornas, mendigo de amor,

A buscar las dalias, a implorar el oro,
A pedir de nuevo todo aquel tesoro!

              Oye, pordiosero:
Ahora que tú quieres es que yo no quiero.

              Si el rosal florece,
Es ya para otro que en capullos crece.

              Vete, dios de piedra,
Sin fuentes, sin dalias, sin mieles, sin yedra.

              Igual que una estatua,
A quien Dios bajara del plinto, por fatua.

              ¡Vete, dios de hierro,
Que junto a otras plantas se ha tendido el perro!
I had a friend, a botanist by training,
A florist by design, who purchased
Two & a half relatively fertile,
Well-water irrigated acres in
Southern California.
(That’s about a hectare for you
Metric freaks.)
The land, Katie Scarlett:
Moreno Valley, Incorporated,
Part of the hilariously misnamed
“INLAND EMPIRE,” to wit:
Riverside and San Bernardino,
The latter county already this year’s
****** Capital of North America.
Last year’s too and the year before that.
ZAP! I am neuro-linguistically
(Thank you, Noam!)
Pre-coded to check the numbers:
The IRAs and bank accounts;
The living trusts; the Gary U.S. bonds.
My safe-deposit box, and right on time,
With a puff of smoke, a drum & cymbal smash,
The Confiscatory Duke appears.
The Duke-Duke-Duke of Earl,
The eternal, the infernal—
Internal Revenue Service:
THE I.R.S. hurdy-gurdy 1040 Man--in this
Case Men--stiffs in dark overcoats & fedoras,
Official 1040 Men, thank you very much,
With a tip of their green eyeshades,
Polite debt-collecting blokes,
No “Break-a yah face” guidos,
Just subtle government lawyers
Garnishing what’s left of your future.
Whoever came up with: “In this world,
Nothing can be said to be certain,
Except death and taxes.”

(Probably Benny C-Note
Go Fly a Kite himself,
Benjamin Franklin, one of
The so-called Founding Fathers—
Need I remind you all, who gave
Alexander Hamilton--an out-of-wedlock
West Indies *******--- Poor Richard’s blessing
To create the U.S. Department of the Treasury,
Which oversees the Revenue Bureau.)
Yeah, Death & Taxes--
Benny sure hit the nail’s head.

But I digress . . .
My friend Louie, the Botanist
Plants two & a half acres,
A hectare of flowers,
Broadcasting, strewing
Like alfalfa grass, many thousand
Bird of Paradise seeds,
Sal’s bird—if you catch my drift—
The Bird of Paradise,
Strange plant, N’est-ce-pas?
Looks like a punk rock
Woody the Woodpecker,
Day-Glo orange plumage,
A strangulation collar,
A ring around the collar of
****** blue hickeys, those freaky rings,
A veritable Sprezzatura!
Louie’s field of simple joy:
Mother Earth at her best.
judy smith Dec 2015
Aside from New Year’s Eve specials, it’s a lean week for original programming. Still, there are a few stand-out offerings. Here’s what caught my eye on television this week:

Sunday: “Undercover Boss” 7 p.m., CBS: Yeah, it’s just a reality program, but it’s one of the only new network offerings tonight, so we’ll take it.

Monday: “Happy New Year, Charlie Brown” 7 p.m., ABC: The ol’ blockhead hunkers down with some choice Tolstoy during these Peanuts’ festivities.

“******: Cape Cod, USA” 8 p.m., HBO: This documentary explores the grip of addiction through the stories of eight twenty-somethings.

Tuesday: “The 38th Annual Kennedy Center Honors” 8 p.m., CBS: Host Stephen Colbert pays tribute to Carole King, George Lucas, Rita Moreno, Cicely Tyson and Seiji Ozawa; James Taylor, Janelle Monáe, Yo-Yo Ma and others perform.

“Almost Genius” 9 p.m., truTV: This new reality comedy series looks at folks who fall just short of their goals. They should be knocking on my door any day now.

Wednesday: “The Twilight Zone” 6 p.m., Syfy: The annual marathon features 156 episodes of the acclaimed anthology series and ends on Jan. 3.

“In Defense of Food” 8 p.m., PBS: Michael Pollan trots the globe in search of people who eat for health.

Thursday: “The Simpsons Movie” and New Year’s marathon, 5 p.m., FXX: The animated motion picture kicks off a back-to-back showing of 56 episodes.7 p.m.

“**** Clark’s Primetime New Year’s Rockin’ Eve With Ryan Seacrest 2016” 7 p.m., ABC: Whew! That title was so long that it’s almost 2017. The special breaks for local news and resumes at 10:30 p.m.

“Pitbull’s New Year’s Revolution, Part 1” 7 p.m., Fox: Jussie Smollett, Shawn Mendes and others help the performer ring in 2016 from Miami.

“Live from Lincoln Center” 7 p.m., PBS: Alan Gilbert leads the New York Philharmonic in a Parisian-themed New Year’s Eve special.

“NBC’s New Year’s Eve Game Night With Andy Cohen” 9 p.m., NBC: The Bravo star hijacks the prime time portion of Carson Daly’s annual holiday event.

“NBC’s New Year’s Eve With Carson Daly” 10:30 p.m., NBC: And again, Daly is relegated to late night.

Friday: “Sherlock on Masterpiece” 8 p.m., PBS: It’s practically the only non-rerun programming on tonight, but it’s really the only programming you need. The special finds Benedict Cumberbatch and Martin Freeman’s Holmes and Watson solving a case in 1895 London.

Saturday: “Galavant” 7 p.m., ABC: Four episodes of last season’s surprise hit musical comedy air back-to-back-to-back-to-back.

“Austin City Limits” 7 p.m., PBS: Alabama Shakes and Vintage Trouble perform.

read more:www.marieaustralia.com/formal-dresses

www.marieaustralia.com/short-formal-dresses
Gio Van Nii Oct 2011
Y Is It Wen U Find The Right One U Eaither Lose Them Or They Lose U..
As U Tell Them You Love Them
As U Tell Them You Care
They Sit And Say The Oppsite Of What U What U Want To Be Said..
Yes U Love Them
Yes You Care For Them
You Would Even Give Your Life For Them
But Would They
Your Not Shore Thats Why You Scared
To Fall In To A Deep Love Wich
You No You Cant Get Out Of
So What Is Love?
-Giovanii Moreno
Gio Van Nii Oct 2011
I Knew This from The Start
I Knew This Was Coming¬
As easy it is to fall in love
As quickly as the rain falls from above
If you think you’re ready
To Keep It Steady
Knowing that it’s cloudy
As the rain falls from above
So can your heart
I knew this coming in
I knew this from the start
-Giovanii Moreno
&
Eric Scott Melton
Thankx  Eric For Helping Me Finish Writing This Poem..:)
Entre los surcos tu cuerpo moreno
es un racimo que a la tierra llega.
Torna los ojos, mírate lo senos,
son dos semillas ácidas y ciegas.

Tu carne es tierra que será madura
cuando el otoño te tienda las manos,
y el surco que será tu sepultura
temblará, temblará, como un humano

al recibir tus carnes y tus huesos
-rosas de pulpa con rosas de cal:
rosas que en el primero de los besos
vibraron como un vaso de cristal-.

¿La palabra de qué concepto pleno
será tu cuerpo? ¡No lo he de saber!
Torna los ojos, mírate los senos,
tal vez no alcanzarás a florecer.
Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío,
abiertos ante el cielo como dos golondrinas:
su color coronado de junios, ya es rocío
alejándose a ciertas regiones matutinas.

Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro,
como bajo la tiera, lluvioso, despoblado,
con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,
como bajo la tierra quiero haberte enterrado.

Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas,
al fuego arrebatadas de tus ojos solares:
precipitado octubre contra nuestras ventanas,
diste paso al otoño y anocheció los mares.

Te ha devorado el sol, rival único y hondo
y la remota sombra que te lanzó encendido;
te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo,
tragándote; y es como si no hubieras nacido.

Diez meses en la luz, redondeando el cielo,
sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.
Sin pasar por el día se marchitó tu pelo;
atardeció tu carne con el alba en un lado.

El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,
carne naciente al alba y al júbilo precisa;
niño que sólo supo reír, tan largamente,
que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.

Ausente, ausente, ausente como la golondrina,
ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:
golondrina que a poco de abrir la pluma fina,
naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.

Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,
de llegar al más leve signo de la fiereza.
Vida como una hoja de labios incipientes,
hoja que se desliza cuando a sonar empieza.

Los consejos del mar de nada te han valido...
Vengo de dar a un tierno sol una puñalada,
de enterrar un pedazo de pan en el olvido,
de echar sobre unos ojos un puñado de nada.

Verde, rojo, moreno; verde, azul y dorado;
los latentes colores de la vida, los huertos,
el centro de las flores a tus pies destinado,
de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.

Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mia,
la noche continúa cayendo desolada.
Gio Van Nii Oct 2011
I Dont Know What To Feel What To Think What To Say What To Look Like...
I Just Dont No What To Do With Out In My Arms
I Say I Love U....
And U Say Oh Or Just Look Away
To Say I Care For U
And U Just Say I Care About You To
Then Turn Ur Head Nd Nod...
Then I Say Do U Love Me U Say Love Is A Strong Word
And I Dont Know If I Am Ready To Use It...:(
-Giovanii Moreno
Gio Van Nii Oct 2011
I Would **** My Self But I Love u 2 much To Leave Ur side Plz Don't Leave Mine ♥
-Giovanii Moreno
Nochebuena, mi amor. Nochebuena,
nace el Niño Jesús en Belén...
Tienes tú el moreno perfil de la Virgen
y yo soy tan pobre como San José.
¡Oh este rayo de sol que a mi alcoba se cuela
Como una viva y larga, mágica lentejuela!

Oh este rayo de sol que en mi boca se posa
Fingiendo que en mis labios ha florido una rosa!

¡Oh este rayo de sol que se acuesta en mi seno,
Como una daga fina sobre el cutis moreno!

¡ Oh este rayo de sol que acaso ha acariciado
La dulce y taciturna cabeza de mi amado,

Que taivez en los labios de mi amante dormido
La misma rosa de oro que en mi boca, ha florido!

Enredaste sus manos y entibiaste sus sienes
Y ahora, ¡todo hechizado por su contacto vienes!

Te colgaste a su cuello y llamaste a sus ojos
En los que anoche el sueño pusiera sus cerrojos.

              Ras o de sol fragante
              Que has besado a mi amante!

(Y el rayo es como una culebra de deseo
Que en mi cuerpo vibrante pone su centelleo).
A *****
de verso,
me abrí un caminito
por el bosque espeso.

A *****
de verso,
me hice una corona
de besos.

A *****
de verso,
heriré al olvido

en mitad del pecho,
grabaré mi nombre
en mármol eterno:
Fernández
Moreno.

A *****
de verso.
¡Oh! No es, no, mi carne, la que sufre el martirio.
Es mi alma, mi alma tan blanca como un lirio
A veces, y otras veces, como una brasa, roja,
La que sufre la angustia y toda se deshoja.

En lágrimas salobres con un gusto de hiel.
En lágrimas amargas que dejan en la piel
De mi rostro moreno, cual maléfico riesgo,
Un rastro calcinante como un surco de fuego.

Es mi alma, ¡mi alma!, que sufre la tortura
Y se exalta en extraña ansiedad de ternura
Lo mismo que su hermana Teresa de Jesús.

Es mi alma, ¡mi alma!, que desea una cruz
De amor grande y doliente, de pasión y martirio.
¡Mi alma roja y blanca, de rosal y de lirio!

— The End —