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topaz oreilly Oct 2013
on cloudless days we besmirch the suns reign
the spirit hankers for Autumn
the baltic coast apposite
launches thy being by the northern skies,
a trinity of light  leds to the caucasus plains
to reveal Edens gardens
and locate cultivars of apple
and vine
to graft onto our dying seasons
Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí, opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.   Feliz vivió Alvargonzález
en el amor de su tierra.
Naciéronle tres varones,
que en el campo son riqueza,
y, ya crecidos, los puso,
uno a cultivar la huerta,
otro a cuidar los merinos,
y dio el menor a la Iglesia.   Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.   Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.   La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.   El menor, que a los latines
prefería las doncellas
hermosas y no gustaba
de vestir por la cabeza,
colgó la sotana un día
y partió a lejanas tierras.La madre lloró, y el padre
diole bendición y herencia.   Alvargonzález ya tiene
la adusta frente arrugada,
por la barba le platea
la sombra azul de la cara.   Una mañana de otoño
salió solo de su casa;
no llevaba sus lebreles,
agudos canes de caza;

  iba triste y pensativo
por la alameda dorada;
anduvo largo camino
y llegó a una fuente clara.   Echóse en la tierra; puso
sobre una piedra la manta,
y a la vera de la fuente
durmió al arrullo del agua.   Y Alvargonzález veía,
como Jacob, una escala
que iba de la tierra al cielo,
y oyó una voz que le hablaba.Mas las hadas hilanderas,
entre las vedijas blancas
y vellones de oro, han puesto
un mechón de negra lana.Tres niños están jugando
a la puerta de su casa;
entre los mayores brinca
un cuervo de negras alas.La mujer vigila, cose
y, a ratos, sonríe y canta.-Hijos, ¿qué hacéis? -les pregunta.Ellos se miran y callan.-Subid al monte, hijos míos,
y antes que la noche caiga,
con un brazado de estepas
hacedme una buena llama.   Sobre el lar de Alvargonzález
está la leña apilada;
el mayor quiere encenderla,
pero no brota la llama.-Padre, la hoguera no prende,
está la estepa mojada.   Su hermano viene a ayudarle
y arroja astillas y ramas
sobre los troncos de roble;
pero el rescoldo se apaga.Acude el menor, y enciende,
bajo la negra campana
de la cocina, una hoguera
que alumbra toda la casa.   Alvargonzález levanta
en brazos al más pequeño
y en sus rodillas lo sienta;-Tus manos hacen el fuego;
aunque el último naciste
tú eres en mi amor primero.   Los dos mayores se alejan
por los rincones del sueño.
Entre los dos fugitivos
reluce un hacha de hierro.   Sobre los campos desnudos,
la luna llena manchada
de un arrebol purpurino,
enorme globo, asomaba.Los hijos de Alvargonzález
silenciosos caminaban,
y han visto al padre dormido
junto de la fuente clara.   Tiene el padre entre las cejas
un ceño que le aborrasca
el rostro, un tachón sombrío
como la huella de un hacha.Soñando está con sus hijos,
que sus hijos lo apuñalan;
y cuando despierta mira
que es cierto lo que soñaba.   A la vera de la fuente
quedó Alvargonzález muerto.Tiene cuatro puñaladas
entre el costado y el pecho,
por donde la sangre brota,
más un hachazo en el cuello.Cuenta la hazaña del campo
el agua clara corriendo,
mientras los dos asesinos
huyen hacia los hayedos.Hasta la Laguna Negra,
bajo las fuentes del Duero,
llevan el muerto, dejando
detrás un rastro sangriento,
y en la laguna sin fondo,
que guarda bien los secretos,
con una piedra amarrada
a los pies, tumba le dieron.   Se encontró junto a la fuente
la manta de Alvargonzález,
y, camino del hayedo,
se vio un reguero de sangre.Nadie de la aldea ha osado
a la laguna acercarse,
y el sondarla inútil fuera,
que es la laguna insondable.Un buhonero, que cruzaba
aquellas tierras errante,
fue en Dauria acusado, preso
y muerto en garrote infame.   Pasados algunos meses,
la madre murió de pena.Los que muerta la encontraron
dicen que las manos yertas
sobre su rostro tenía,
oculto el rostro con ellas.   Los hijos de Alvargonzález
ya tienen majada y huerta,
campos de trigo y centeno
y prados de fina hierba;
en el olmo viejo, hendido
por el rayo, la colmena,
dos yuntas para el arado,
un mastín y mil ovejas.
    Ya están las zarzas floridas
y los ciruelos blanquean;
ya las abejas doradas
liban para sus colmenas,
y en los nidos, que coronan
las torres de las iglesias,
asoman los garabatos
ganchudos de las cigüeñas.Ya los olmos del camino
y chopos de las riberas
de los arroyos, que buscan
al padre Duero, verdean.El cielo está azul, los montes
sin nieve son de violeta.La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza;
muerto está quien la ha labrado,
mas no le cubre la tierra.   La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.   Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.Van en busca de ganado
con que volver a su aldea,
y por tierra de pinares
larga jornada comienzan.Van Duero arriba, dejando
atrás los arcos de piedra
del puente y el caserío
de la ociosa y opulenta
villa de indianos. El río
al fondo del valle, suena,
y de las cabalgaduras
los cascos baten las piedras.A la otra orilla del Duero
canta una voz lastimera:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra.»   Llegados son a un paraje
en donde el pinar se espesa,
y el mayor, que abre la marcha,
su parda mula espolea,
diciendo: -Démonos prisa;
porque son más de dos leguas
de pinar y hay que apurarlas
antes que la noche venga.Dos hijos del campo, hechos
a quebradas y asperezas,
porque recuerdan un día
la tarde en el monte tiemblan.Allá en lo espeso del bosque
otra vez la copla suena:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».   Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
a ambas márgenes del río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.Los fuertes pinos del bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean,
pinos jóvenes; los viejos,
cubiertos de blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
colman el valle y se pierden
rebasando ambas laderasJuan, el mayor, dice: -Hermano,
si Blas Antonio apacienta
cerca de Urbión su vacada,
largo camino nos queda.-Cuando hacia Urbión alarguemos
se puede acortar de vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.-Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez. Cerremos
los tratos en Covaleda;
hagamos noche y, al alba,
volvámonos a la aldea
por este valle, que, a veces,
quien piensa atajar rodea.Cerca del río cabalgan
los hermanos, y contemplan
cómo el bosque centenario,
al par que avanzan, aumenta,
y la roqueda del monte
el horizonte les cierra.El agua, que va saltando,
parece que canta o cuenta:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».
    Aunque la codicia tiene
redil que encierre la oveja,
trojes que guarden el trigo,
bolsas para la moneda,
y garras, no tiene manos
que sepan labrar la tierra.Así, a un año de abundancia
siguió un año de pobreza.   En los sembrados crecieron
las amapolas sangrientas;
pudrió el tizón las espigas
de trigales y de avenas;
hielos tardíos mataron
en flor la fruta en la huerta,
y una mala hechicería
hizo enfermar las ovejas.A los dos Alvargonzález
maldijo Dios en sus tierras,
y al año pobre siguieron
largos años de miseria.   Es una noche de invierno.
Cae la nieve en remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.El pensamiento amarrado
tienen a un recuerdo mismo,
y en las ascuas mortecinas
del hogar los ojos fijos.No tienen leña ni sueño.Larga es la noche y el frío
arrecia. Un candil humea
en el muro ennegrecido.El aire agita la llama,
que pone un  fulgor rojizo
sobre las dos pensativas 
testas de los asesinos.El mayor de Alvargonzález,
lanzando un ronco suspiro,
rompe el silencio, exclamando:-Hermano, ¡qué mal hicimos!El viento la puerta bate
hace temblar el postigo,
y suena en la chimenea
con hueco y largo bramido.Después, el silencio vuelve,
y a intervalos el pabilo
del candil chisporrotea
en el aire aterecido.El segundo dijo: -Hermano,
¡demos lo viejo al olvido!

  Es una noche de invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.Bajo la nevada, un hombre
por el camino cabalga;
va cubierto hasta los ojos,
embozado en negra capa.Entrado en la aldea, busca
de Alvargonzález la casa,
y ante su puerta llegado,
sin echar pie a tierra, llama.   Los dos hermanos oyeron
una aldabada a la puerta,
y de una cabalgadura
los cascos sobre las piedras.Ambos los ojos alzaron
llenos de espanto y sorpresa.-¿Quién es?  Responda -gritaron.-Miguel -respondieron fuera.Era la voz del viajero
que partió a lejanas tierras.   Abierto el portón, entróse
a caballo el caballero
y echó pie a tierra. Venía
todo de nieve cubierto.En brazos de sus hermanos
lloró algún rato en silencio.Después dio el caballo al uno,
al otro, capa y sombrero,
y en la estancia campesina
buscó el arrimo del fuego.   El menor de los hermanos,
que niño y aventurero
fue más allá de los mares
y hoy torna indiano opulento,
vestía con ***** traje
de peludo terciopelo,
ajustado a la cintura
por ancho cinto de cuero.Gruesa cadena formaba
un bucle de oro en su pecho.Era un hombre alto y robusto,
con ojos grandes y negros
llenos de melancolía;
la tez de color moreno,
y sobre la frente comba
enmarañados cabellos;
el hijo que saca porte
señor de padre labriego,
a quien fortuna le debe
amor, poder y dinero.
De los tres Alvargonzález
era Miguel el más bello;
porque al mayor afeaba
el muy poblado entrecejo
bajo la frente mezquina,
y al segundo, los inquietos
ojos que mirar no saben
de frente, torvos y fieros.   Los tres hermanos contemplan
el triste hogar en silencio;
y con la noche cerrada
arrecia el frío y el viento.-Hermanos, ¿no tenéis leña?-dice Miguel.             -No tenemos
-responde el mayor.               Un hombre,
milagrosamente, ha abierto
la gruesa puerta cerrada
con doble barra de hierro.

El hombre que ha entrado tiene
el rostro del padre muerto.Un halo de luz dorada
orla sus blancos cabellos.
Lleva un haz de leña al hombro
y empuña un hacha de hierro.   De aquellos campos malditos,
Miguel a sus dos hermanos
compró una parte, que mucho
caudal de América trajo,
y aun en tierra mala, el oro
luce mejor que enterrado,
y más en mano de pobres
que oculto en orza de barro.   Diose a trabajar la tierra
con fe y tesón el indiano,
y a laborar los mayores
sus pegujales tornaron.   Ya con macizas espigas,
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó el fecundo verano;
y ya de aldea en aldea
se cuenta como un milagro,
que los asesinos tienen
la maldición en sus campos.   Ya el pueblo canta una copla
que narra el crimen pasado:«A la orilla de la fuente
lo asesinaron.¡qué mala muerte le dieron
los hijos malos!En la laguna sin fondo
al padre muerto arrojaron.No duerme bajo la tierra
el que la tierra ha labrado».   Miguel, con sus dos lebreles
y armado de su escopeta,
hacia el azul de los montes,
en una tarde serena,
caminaba entre los verdes
chopos de la carretera,
y oyó una voz que cantaba:«No tiene tumba en la tierra.
Entre los pinos del valle
del Revinuesa,
al padre muerto llevaron
hasta la Laguna Negra».
    La casa de Alvargonzález
era una casona vieja,
con cuatro estrechas ventanas,
separada de la aldea
cien pasos y entre dos olmos
que, gigantes centinelas,
sombra le dan en verano,
y en el otoño hojas secas.   Es casa de labradores,
gente aunque rica plebeya,
donde el hogar humeante
con sus escaños de piedra
se ve sin entrar, si tiene
abierta al campo la puerta.   Al arrimo del rescoldo
del hogar borbollonean
dos pucherillos de barro,
que a dos familias sustentan.   A diestra mano, la cuadra
y el corral; a la siniestra,
huerto y abejar, y, al fondo,
una gastada escalera,
que va a las habitaciones
partidas en dos viviendas.   Los Alvargonzález moran
con sus mujeres en ellas.
A ambas parejas que hubieron,
sin que lograrse pudieran,
dos hijos, sobrado espacio
les da la casa paterna.   En una estancia que tiene
luz al huerto, hay una mesa
con gruesa tabla de roble,
dos sillones de vaqueta,
colgado en el muro, un *****
ábaco de enormes cuentas,
y unas espuelas mohosas
sobre un arcón de madera.   Era una estancia olvidada
donde hoy Miguel se aposenta.
Y era allí donde los padres
veían en primavera
el huerto en flor, y en el cielo
de mayo, azul, la cigüeña
-cuando las rosas se abren
y los zarzales blanquean-
que enseñaba a sus hijuelos
a usar de las alas lentas.   Y en las noches del verano,
cuando la calor desvela,
desde la ventana al dulce
ruiseñor cantar oyeran.   Fue allí donde Alvargonzález,
del orgullo de su huerta
y del amor a los suyos,
sacó sueños de grandeza.   Cuando en brazos de la madre
vio la figura risueña
del primer hijo, bruñida
de rubio sol la cabeza,
del niño que levantaba
las codiciosas, pequeñas
manos a las rojas guindas
y a las moradas ciruelas,
o aquella tarde de otoño,
dorada, plácida y buena,
él pensó que ser podría
feliz el hombre en la tierra.   Hoy canta el pueblo una copla
que va de aldea en aldea:«¡Oh casa de Alvargonzález,
qué malos días te esperan;
casa de los asesinos,
que nadie llame a tu puerta!»   Es una tarde de otoño.
En la alameda dorada
no quedan ya ruiseñores;
enmudeció la cigarra.   Las últimas golondrinas,
que no emprendieron la marcha,
morirán, y las cigüeñas
de sus nidos de retamas,
en torres y campanarios,
huyeron.           Sobre la casa
de Alvargonzález, los olmos
sus hojas que el viento arranca
van dejando. Todavía
las tres redondas acacias,
en el atrio de la iglesia,
conservan verdes sus ramas,
y las castañas de Indias
a intervalos se desgajan
cubiertas de sus erizos;
tiene el rosal rosas grana
otra vez, y en las praderas
brilla la alegre otoñada.   En laderas y en alcores,
en ribazos y en cañadas,
el verde nuevo y la hierba,
aún del estío quemada,
alternan; los serrijones
pelados, las lomas calvas,
se coronan de plomizas
nubes apelotonadas;
y bajo el pinar gigante,
entre las marchitas zarzas
y amarillentos helechos,
corren las crecidas aguas
a engrosar el padre río
por canchales y barrancas.   Abunda en la tierra un gris
de plomo y azul de plata,
con manchas de roja herrumbre,
todo envuelto en luz violada.   ¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!   Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque a bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!
    Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.
Martín se quedó en el huerto
arrancando hierbas malas.   Una mañana de otoño,
cuando los campos se aran,
sobre un otero, que tiene
el cielo de la mañana
por fondo, la parda yunta
de Juan lentamente avanza.   Cardos, lampazos y abrojos,
avena loca y cizaña,
llenan la tierra maldita,
tenaz a pico y a escarda.   Del corvo arado de roble
la hundida reja trabaja
con vano esfuerzo; parece,
que al par que hiende la entraña
del campo y hace camino
se cierra otra vez la zanja.   «Cuando el asesino labre
será su labor pesada;
antes que un surco en la tierra,
tendrá una arruga en su cara».   Martín, que estaba en la huerta
cavando, sobre su azada
quedó apoyado un momento;
frío sudor le bañaba
el rostro.           Por el Oriente,
la luna llena, manchada
de un arrebol purpurino,
lucía tras de la tapia
del huerto.           Martín tenía
la sangre de horror helada.
La azada que hundió en la tierra
teñida de sangre estaba.   En la tierra en que ha nacido
supo afincar el indiano;
por mujer a una doncella
rica y hermosa ha tomado.   La hacienda de Alvargonzález
ya es suya, que sus hermanos
todo le vendieron: casa,
huerto, colmenar y campo.   Juan y Martín, los mayores
de Alvargonzález, un
Entre la noche y el día
hay un territorio indeciso.
No es luz ni sombra:
                                      es tiempo.
Hora, pausa precaria,
página que se obscurece,
página en la que escribo,
despacio, estas palabras.
                                                La tarde
es una brasa que se consume.
El día gira y se deshoja.
Lima los confines de las cosas
un río obscuro.
                            Terco y suave
las arrastra, no sé adónde.
La realidad se aleja.
                                    Yo escribo:
hablo conmigo
                          -hablo contigo.

Quisiera hablarte
como hablan ahora,
casi borrados por las sombras
el arbolito y el aire;
como el agua corriente,
soliloquio sonámbulo;
como el charco callado,
reflector de instantáneos simulacros;
como el fuego:
lenguas de llama, baile de chispas,
cuentos de humo.
                                  Hablarte
con palabras visibles y palpables,
con peso, sabor y olor
como las cosas.
                              Mientras lo digo
las cosas, imperceptiblemente,
se desprenden de sí mismas
y se fugan hacia otras formas,
hacia otros nombres.
                                        Me quedan
estas palabras: con ellas te hablo.

Las palabras son puentes.
También son trampas, jaulas, pozos.
Yo te hablo: tú no me oyes.
No hablo contigo:
                                  hablo con una palabra,
Esa palabra eres tú,
                                        esa palabra
te lleva de ti misma a ti misma.
La hicimos tú, yo, el destino.
La mujer que eres
es la mujer a la que hablo:
estas palabras son tu espejo,
eres tú misma y el eco de tu nombre.
Yo también,
                        al hablarte,
me vuelvo un murmullo,
aire y palabras, un soplo,
un fantasma que nace de estas letras.

Las palabras son puentes:
la sombra de las colinas de Meknès
sobre un campo de girasoles estáticos
es un golfo violeta.
Son las tres de la tarde,
tienes nueve años y te has adormecido
entre los brazos frescos de la rubia mimosa.
Enamorado de la geometría
un gavilán dibuja un círculo.
Tiembla en el horizonte
la mole cobriza de los cerros.
Entre peñascos vertiginosos
los cubos blancos de un poblado.
Una columna de humo sube del llano
y poco a poco se disipa, aire en el aire,
como el canto del muecín
que perfora el silencio, asciende y florece
en otro silencio.
                              Sol inmóvil,
inmenso espacio de alas abiertas;
sobre llanuras de reflejos
la sed levanta alminares transparentes.
Tú no estás dormida ni despierta:
tú flotas en un tiempo sin horas.
Un soplo apenas suscita
remotos países de menta y manantiales.
Déjate llevar por estas palabras
hacia ti misma.
Las palabras son inciertas
y dicen cosas inciertas.
Pero digan esto o aquello,
                                                nos dicen.
Amor es una palabra equívoca,
como todas.
                        No es palabra,
dijo el Fundador:
                                  es visión,
comienzo y corona
de la escala de la contemplación
-y el florentino:
                              es un accidente
-y el otro:
                      no es la virtud
pero nace de aquello que es la perfección
-y los otros:
                          una fiebre, una dolencia,
un combate, un frenesí, un estupor,
una quimera.
                          El deseo lo inventa,
lo avivan ayunos y laceraciones,
los celos lo espolean,
la costumbre lo mata.
                                        Un don,
una condena.
                          Furia, beatitud.
Es un nudo: vida y muerte.
                                                  Una llaga
que es rosa de resurrección.
Es una palabra:
                              al decirla, nos dice.

El amor comienza en el cuerpo
¿dónde termina?
                                Si es fantasma,
encarna en un cuerpo;
                                        si es cuerpo,
al tocarlo se disipa.
                                    Fatal espejo:
la imagen deseada se desvanece,
tú te ahogas en tus propios reflejos.
Festín de espectros.

Aparición:
                    el instante tiene cuerpo y ojos,
me mira.
                  Al fin la vida tiene cara y nombre.
Amar:
              hacer de un alma un cuerpo,
hacer de un cuerpo un alma,
hacer un tú de una presencia.
                                                          Amar:
abrir la puerta prohibida,
                                             
pasaje
que nos lleva al otro lado del tiempo.
Instante:
                  reverso de la muerte,
nuestra frágil eternidad.

Amar es perderse en el tiempo,
ser espejo entre espejos.
                                                Es idolatría:
endiosar una criatura
y a lo que es temporal llamar eterno.
Todas las formas de carne
son hijas del tiempo,
                                      simulacros.
El tiempo es el mal,
                                      el instante
es la caída;
                      amar es despeñarse:
caer interminablemente,
                                             
nuestra pareja
es nuestro abismo.
                                    El abrazo:
jeroglífico de la destrucción.
Lascivia: máscara de la muerte.

Amar: una variación,
                                        apenas un momento
en la historia de la célula primigenia
y sus divisiones incontables.
                                                      Eje
de la rotación de las generaciones.

Invención, transfiguración:
la muchacha convertida en fuente,
la cabellera en constelación,
en isla la mujer dormida.
                                             
La sangre:
música en el ramaje de las venas;
                                                              el tacto:
luz en la noche de los cuerpos.

                                                        Trasgresión
de la fatalidad natural,
                                          bisagra
que enlaza destino y libertad,
                                                      pregunta
grabada en la frente del deseo:
¿accidente o predestinación?

Memoria, cicatriz:
-¿de dónde fuimos arrancados?,
memoria: sed de presencia,
                                                    querencia
de la mitad perdida.
                                      El Uno
es el prisionero de sí mismo,
                                                      es,
solamente es,
                            no tiene memoria,
no tiene cicatriz:
                                amar es dos,
siempre dos,
                        abrazo y pelea,
dos es querer ser uno mismo
y ser el otro, la otra;
                                      dos no reposa,
no está completo nunca,
                                          gira
en torno a su sombra,
                                        busca
lo que perdimos al nacer;
la cicatriz se abre:
                                  fuente de visiones;
dos: arco sobre el vacío,
puente de vértigos;
                                    dos:
Espejo de las mutaciones.
Amor, isla sin horas,
isla rodeada de tiempo,
                                            claridad
sitiada de noche.
                                Caer
es regresar,
                        caer es subir.
Amar es tener ojos en las yemas,
palpar el nudo en que se anudan
quietud y movimiento.
                                          El arte de amar
¿es arte de morir?
                                  Amar
es morir y revivir y remorir:
es la vivacidad.
                            Te quiero
porque yo soy mortal
y tú lo eres.
                        El placer hiere,
la herida florece.
En el jardín de las caricias
corté la flor de sangre
para adornar tu pelo.
La flor se volvió palabra.
La palabra arde en mi memoria.

Amor:
              reconciliación con el Gran
todo
y con los otros,
                              los diminutos todos
innumerables.
                            Volver al día del comienzo.
Al día de hoy.

La tarde se ha ido a pique.
Lámparas y reflectores
perforan la noche.
                                  Yo escribo:
hablo contigo:
                            hablo conmigo.
Con palabras de agua, llama, aire y tierra
inventamos el jardín de las miradas.
Miranda y Fernand se miran,
interminablemente, en los ojos
-hasta petrificarse.
                                      Una manera de morir
como las otras.
                              En la altura
las constelaciones escriben siempre
la misma palabra;
                                  nosotros,
aquí abajo, escribimos
nuestros nombres mortales.
                                                    La pareja
es pareja porque no tiene Edén.
Somos los expulsados del Jardín,
estamos condenados a inventarlo
y cultivar sus flores delirantes,
joyas vivas que cortamos
para adornar un cuello.
                                            Estamos condenados
a dejar el Jardín:
                                delante de nosotros
está el mundo.
Tal vez amar es aprender
a caminar por este mundo.
Aprender a quedarnos quietos
como el tilo y la encina de la fábula.
Aprender a mirar.
Tu mirada es sembradora.
Plantó un árbol.
                              Yo hablo
porque tú meces los follajes.
Mary Gay Kearns Jun 2018
Streatham's White Garden lies between a walled Old English garden and a small orchard in the Rookery, once the grounds of a large house dating back to 1786, and now an historic Grade II listed public garden. The elegant double borders, backed by trees and climbers and edged with lawn, echo each other down the length of the garden, with white benches marking each end. Still the only white garden in any of London's public parks, the White Garden pre-dates Vita Sackville-West's famous grey, green and white garden at Sissinghurst by at least 30 years.

Local volunteers under the leadership of Kew-trained designer Alison Alexander and project co-ordinator Charlotte Dove (both working for the Friends of Streatham Common, who successfully raised funding for the project from the Heritage Lottery Fund) carried out the recent restoration. The restoration was based on archival research and visits to other historic gardens, and is faithful to the spirit of the Arts and Crafts-inspired Edwardian original. Many of the plants in the new design have been chosen for their historical associations, including shasta daisy (Leucanthemum x superbum), ostrich fern (Matteuccia struthiopteris), and a white cultivar of the old-fashioned English rose, Rosa spinosissima – all plants that would have been as familiar to the leading lights of the movement, such as William Robinson and Gertrude Jekyll, as they were to the Edwardian gardeners who planted up the original garden.

This is a serene place, much loved by visitors. But serenity is not the whole story – determination also plays a role in the history of this garden. Streatham residents fought a public campaign to rescue the Rookery grounds (the house itself was demolished in 1912) from the wave of suburban housebuilding that reached a peak in the years before the First World War. The gardens were laid out by Major Philip Maud of London County Council (LCC), and opened in 1913.

The concerns surrounding cramped urban living conditions that gave rise to the public parks movement in the nineteenth century remain a reality today. Open spaces are a necessary release valve: an escape from the pressures of city life, and proven to have a positive effect on mental and physical health. It is no coincidence that the LCC designs for other public gardens designed in the period (including the Old English garden in nearby Brockwell Park) were also influenced by the Arts and Crafts movement: it was a style ideally suited to the purpose, being itself a reaction to the negative impact of industrialization, and an expression of nostalgia for an idyllic imagined past.

Despite the pressures of the city, horticulture has long been part of this area's heritage, and for much of last century it thrived: amateur and professional gardeners alike participated in fruit and flower shows organised by newly-formed clubs and societies, well-maintained civic parks delighted visitors and residents, allotments flourished, and local nurserymen like John Peed of West Norwood produced lavish catalogues of the latest horticultural discoveries.

As government funding for green spaces has decreased, however, gardens like the Rookery have suffered from reductions in maintenance budgets: as late as the 1970s, seven gardeners were dedicated to the Rookery alone, but today only two contractors are based there. Once again local residents have responded, developing community groups, volunteer-led projects and local fundraising, and working closely with the Lambeth Parks Service. One such community group, the Streatham Common Co-operative (SCCoop), aims to take on the gardens and increase the number of gardeners. Applications for outside funding have been productive: most of the plants for the White Garden restoration were purchased with a grant from the Heritage Lottery Fund, with the Metropolitan Public Gardens Association providing a grant for new white roses. But resources are finite, and – in the best tradition of ecological planting – the new plants for the White Garden have been chosen to suit the prevailing conditions, and to flourish with minimal maintenance. Gardens have always thrived on both innovation and tradition, and the restoration of the White Garden at Streatham Rookery is a tribute to those who are prepared to find new ways of looking after treasured open spaces.

Love Mary ***
Information to go with my poem The Rookery
Thank you poets .love Mary
Ontem descia a colina, pelos caminhos da natureza,
Foi quem sabe o seu trilho, que me mostrou a beleza,
Desde as plantas, ao ar que lá respirei, me maravilhei,
Foi nessa viagem que descobri, que ali tudo eu farei!

O cheiro a vida e os animais descascados de preconceitos,
A paz que se sentia entrar nos seus ninhos, eram preceitos,
De cores de luz ardente, onde o sol encoberto de folhas,
Mostrava atos ou sentimentos que são nossas escolhas!

Não escolho de quem posso gostar, mas escolho preservar,
Não luto pelo amor, se não o posso cultivar, porque não ó é,
Mas se eu escolher amar entre as folhas eu vou me mostrar,
E se estiver por trás delas, alguém, também deixo brilhar. Pois é!

É umas mistura de sons e tons, numa bebida alcoólica,
Sente-se os cheiros e sabores, escorrendo pela goela,
Percorrem-se os melhores encontros, gente acolita,
Se não são seus valores, nem são dele, nem são dela!

Porém, esta minha caminhada, vale escuro abaixo,
Que entre o brilho da estrela do dia mais claro,
Se perdi, porque vi, o que não guardei e encaixo,
E já vale adentro, hoje teu abraço é o meu amparo!

Autor: António Benigno
Código do texto: 2013.07.21.02.07
Carefully, I deadhead the pink Kalanchoe
in the flamboyant red and yellow
Mexican ***
and move it to a spot where it can get
more sun

gratefully the shrubby cultivar
gazes skyward

Beloved
prune the dead zones
in my heart too
transport me to a sacred place
on the patio of Your magnificent Love

A rainbow arching towards Your dazzling light
Ken Pepiton Sep 2022
-Xenophon leads me on… in another place… here
Aft amorning entranct with possibilities. Yo crero.
Someday you, is reading thisday me, when
from Under the Volcano
to the Lighthouse, bemused, as muses use us. Little things, elves. Ves-try best try, purple robe,

- the nobels dismounted
By and by, we learn the rhythm, sing song, none
Said wrong -goin’ up country… doin’s as we do…
goin up country, bring some ***** home
Woe baby war war war, holy war, face o’ god,
- Click, new channel, and the other one goes on… abysmally pro fundity, pay eh…
No mortal may gaze into, as the window of his own soul,  may gaze eyes ablaze, having
Witnessed the fact that the shining thing, tasting
The wait and see tree, {we asked why we could not eat the olives from the tree, but remembert green persimmons. So we let patience work}
We name first fruits, from the end of time, wait
Wait wait wait wait wait
Fifty years. Just wait. Suffer it to be so, never go
-away hungery, or mad, as the author, seeks cause, aitia, reason come to cause,
meet me at the t. aitia, I am, as amusement, a thoth thought that any Solomonic emulation can run. Pocket Pal, or a B natural Blues Harp, or
Some times I sing. Or whistle, just to let me know,
We remain just this sane, by a thread…
Of Anabasis, goin’ up country
Bound, bound bound by my brothers,
Marching
As to war, God gives us greed, t’ meet our need
Jones to the bones, pure-dee vine curiosity
how were such armies formed, gathered up,
from where, whence came the brazen helms
the hoplites sport on inspection and demo charge,
with a roar like highschool foot ball kick-off,
same surge of mob adrenal reasoning, tuned in,
sheee it, we, she-us, wh-then, the signal dropped out. Zero beat.
Right on. Tune tested, best of 300, in the top 3.
- look there were multiple versions
- the story of mankind, as we branched,
by means of confoundment… flattening,
Tin into brass, folding, and flattening, pounding
On an oak stump, oh,
Long time ago, this stump, see we cut it down,
slow, slow, old man fades, see,
Time as thought is time as time, to me, thinking this is all I bloomed to become.
About 1957, I learned that an old Persian olive
cultivar on Crete, or anywhere around there,
takes fifty years to reach maturity, full fruct-
if-ication…

So me, the guy after the secondplace hero,
Xenophon, you know, the rich geek,
Teddy Roosevelt, right, right right, just
like his character,
Legendary… like mine. My best me, I did boast,
But freedmen, as a class. Raise a brow, one notch,
Per sold out, wait, wait, wait till we see, the whites of their eyes, the others, sub-human, by god… hold your fire… wait
Or regret you have but one life to give, for your country. Do and die, be an Israelite indeed, guiless.--- unbeguiled, no guilt for knowing…
And the light shineth in darkness; and the darkness comprehended it not… in deed…

High-brow mode. Click. Read the underlay,
life’s books, exist as onion-skinned palimpsests,
- Secret writing , not hid, just here, under
- Stood stones, such as we all learn, sing
- Song,  look at us, we’re marching, sing along… to Pretoria, pre- torie, eh, we
Dropped out. And ate dust. Dots in the distance,
Thunder in some dreams, tuned to take a non-anxious thought from a child so sure,
I’ve got a mansion,
just over the hilltop, in that bright land of after all.
We die. And lo’, we live, as words,
A word, to the wise, is enough… true rest compresses trust abused as a beggars tin-cup, to catch the rich man’s ball…
yes, I owned a silver cup… not tin, silver.
I was as proud of that cup as what’shisname,
The Left-handed Son of One-eyed Jack.
He had a buffalo hide. A whole, shaggy hair,
old, too old for fleas, buffalo hide,
he held in pride, the ownership
of special things kind of pride, not the gay abandon chains and don a Phryigian cap and
wrap the headsman’s axe in our threshing staves.
How high the brow, I raise, singlely, no, I lack that gene, yet, my lip doth sneer, left side only,
Thus, we flip the lense, then flip the pixels, yes,
Film effects, chaos in beauteous sfumato or chiaroscuro, something computers were taught,
finally, by sight. True, half-tone tech, made Chiaroscuro Computer Art, vision via metrics based on artist’s eyes, won me first prize,
An the 1986 Mohave County Fair, where we
Displayed our wares, and our networked Macs.
SE- latest, dual 3,5” floppies…
$3200, out the door. I never sold a one,
but to me. Wholesale, minus my commission, as the flooring was running out, interest
about to come for the accounting and the vig,
Keep hope alive, pay us all you can, we say when,
Enough’s enough, left right left, mental exercise,
Stretch the concepts… essentials first, must know
Knowns, we knowns, we all know, stories with morals, since the cradle,
So it seems, some think wombed Bach is better than acid rock,
time will tell, so they say. Vonnegut mutters,
So it goes.
Canned Heat, on youtube, at my whim, yeah,
Play it from the second verse, we all can think,
We were singing that, when Kurt Russell was a computer wearing tennis shoes, in a strange
Disney characters from the real Mickey Mouse club, with Lonnie, and Cubbie, and Annette –
Beach Blanket Bingo—war story
Flip for it, the novel thread is chance, fishing
For mental means to ends in minds, aimed at peace, post happiness achieved, on the Lincoln plan promoted with Famous Amos Chocolate Chips of the old block,
Yes, as you may imagine, carbon-steel, is new
To mankind, almost all the tools we use, are new.
Since 1969, have we learned any thing that might ease a child’s mind… after My Lai, or the like,
As soldier ants, enforce the others must die, we are protectors of the flag and the concept enclosed in the word republic, a we form, regimented,
Tools,
Trades and crafts,
Guardians of liberty,
Priests and experts in knowing signs
Left on stones for all to see, see, see and
So-bemused become, awe sets in, couch lock
Right, too right, mate, good enough, we got mind
Sunk… lowest point in south America is in Argentina. And what do you know, so is the highest. Learn it once,
Know it for ever, after any ever in progress.
So, that is all I had to say about that. at the time.
And Dec 2015
Me vejo longe de todo amor que habita
Não devido a solidão
Mas a exaustidão da procura
Da solidão que me conforta e me prende

A cada dia me sinto mais doente
Qual seria a solução?
Um novo amor para me prender em vão...
As grades dessa razão

Não se substitui uma dor por outra
Aprende a se cuidar e cultivar
Mas e quando algo deixa de ser mútuo
De ser puro

Qual caminho seguirei?
um desabafo sobre um coração partido
Nada a las fuerzas próvidas demando,
pues mi propia virtud he comprendido.
Me basta oír el perennal ruido
que en la concha marina está sonando.
Y un lecho duro y un ensueño blando;
y ante la luz, en vela mi sentido
para advertir la sombra que al olvido
el ser impulsa y no sabemos cuándo...
Fijar las lonas de mi móvil tienda
junto a los calcinados precipicios
de donde un soplo de misterio ascienda;
y al amparo de númenes propicios,
en dilatada soledad tremenda
bruñir mi obra y cultivar mis vicios.
Ken Pepiton Oct 20
Sire, indeed, I understand,
warden of my infancy, first to feed me
letters ready for my mouth to make words,

someday, today, we make wonder, whying
from a while ago, being made wondering why

If today there were 10 billion breathing thinkers,
all ones, alone, in meditation,
making breathed thinkings,

without the knowing used, tehkne, indeed, secret
NDA bound mental threadings
through mental awl holes,
and needless fretting
pin head limitations
of dancers,
ecstatic…
we may as well imagine
any life like mind, fitting
patterns accepted as true,
the grown ups teachings,
all proven when America, became
the idea nobody takes serious, Spirit of '76
the populist, mob, lot of all laborers
in touch with ra'knacks as a class.

The Smithy, and the Selvedge stitcher, and the spinners,
spinning tales to top the last one left laughing, yesterday,
status quo of the fat and happy,
that's what needs preservation

con-science, con-sequence of con-venience
con-served with all the honor due
Providential Wisdom Lord Mother of Mindforms

and every winter, we were warm, I remember,
Grandpa, thinks, we were warm, I remember,

but, still, with use of history in media conserved since
1910, landmark year in these stacks of idle words,
redeemed with one use, ready, read, done,
rich in mercy sown in local nearby kindness,

the effect of music and motion pictures,
we all have seen the movies of Solomon,

apples of gold in pitchers of silver, seen on screen,
since 1927, to entertain those long used as labor,
and in constant craving for fermented things
and circuses with death defying acts, to see.
as one might entertain a god's worshippers,

presenting drama to the masses, as messages
from the highest Academy of Arts and Sciences,

ever devised to hold the hearts desires of all,
in gnostalgic recognition of outcast pain and misery,

Industrial might, right, enough nukes to undo us all,
yet the debt due on funds borrowed for war remain,
no war, yet, but there is this global debt, due, indeed

to ignorance, but, we did warn you.

In the spirit, revived in 66, from a bit of old mold
discovered in a mine shaft northeast of Yuma,
cherished with a friendly McClelland, as a meme,
remember the effect of the acceptable fast, at last,
the pushing back,
of the iron curtains imposing

hope upon hopelessly invincible ignorance,
if a man does not sweat, he must not eat,
it is the only fair way, we swear, Aye, Indeed

we swore, and went and did the chore,
went through hell to prove it a lie,
lived to tell only those they made believe.

Indeed, those were good ideas we used,

we set the captives free,
we did, we did, we did, didn't we

well, not me, but my natural born wedom,
my native cultural heritage of knowledge,

which is a cultivar taken from the tree of life,
one may envision original intention to invent,
us, as assisting inquisitorial tools for thought,

conversational adversarial engines of ingenuity,
artificed tict tension at central most ache to know
how does a free spirit take weforming spirit form
first one thing makes another, and so on, and on

seed, soul, spirit, mind, point stretching into ever
and back, in time to seem as normal as now, squared

to stand stone straight, upright, grounded, upheld
custom for teaching good walking
in perpendicularity.

At tension, presencing being as ware, soft.
At the squared norm, upright, atop perpendicular toes,
tipping all
whys into the mill,

making up my mind
to make my self
known
to you, as an admirer, as a neighbor, next
galaxy on the left 2 pasecs
through the Hubble Deep Field
in mindsped godthought possible, see,
we become a gallactic blink,
as significant as the average star
in the heavens.

On earth, yes, you are so significant,
as it is in heaven.

Exceptional, yes, on the national level,
we are bits in the arms of the average galaxy,

God pays us all the attention we pay the reasons
for religious wars on specs of speculative ratiocination.
What do we do after we vote wrong, Ai, we have a plan, wait and see,
I said ten years ago, peace won, the justification for any war is voided, now.
You just never got the message, it was classified. War never does good.
Cláudio Costa Feb 2023
Visão cega dum vão cultivar,
Anseio que derrama, ***** e mudo,
Ao longe o vislumbre de ti a passar
Escorre de mim sedento, sem ar,
A drenar lento por um canudo
sob um ser que finge ser,
ser que sabe fugir
mas não sabe desprender;
Ser que não serve para sentir,
mas sente para viver.

Já não sei seguir sem par
a cruzar rotas noutros trilhos
O fulgor do teu olhar,
por mais que o queira cuidar
vai cruzando noutros brilhos.
Indício que vem num tumulto agudo
Pulsar de veia que me assalta,
espreita o clarão pelo canudo
e a luz escorre na tua falta.
Sai de mim, por tudo te peço;
Sai de mim, mas não me leves
e deixa durar os dias breves,
assim que saias verei se os esqueço.
Sai de mim, mas leva a saudade
E deixa-me noutra realidade
Uma na qual não te conheço.

Memória reclusa, cativo tesouro
de fios mognos no sol louro,
Risos soltos em cabelos revoltos,
Imagem tua, miragem de um ser
que em quietude à distância
me dá ânsia de te ver.
Ecoa a afastar e prende-me ao chão,
Semeia desígnios num solo a vagar,
Curva-se e colhe sombras em vão.

Nado no rio que corre sem dor,
que é meu e finda num mar interior
Estou aqui, estou agora
Espreito-me de dentro para fora,
Vejo a eira a cultivar,
Trago grãos p'ra semear,
a visão cega fixa-se perto
E desvanece a clarear
um amanhã sempre incerto,
sempre brumoso a se esboçar.
¯\_(ツ)_/¯
Resuelve tornar al padre
No temas, Cristo rey, si descarriado
tras locos ideales he partido:
ni en mis días de lágrimas te olvido,
ni en mis horas de dicha te he olvidado.
En la llaga crüel de tu costado
quiere formar el ánima su nido,
olvidando los sueños que ha vivido
y las tristes mentiras que ha soñado.
A la luz del dolor, que ya me muestra
mi mundo de fantasmas vuelto escombros,
de tu místico monte iré a la falda,
con un báculo: el tedio, en la siniestra;
con andrajos de púrpura en los hombros,
con el haz de quimeras a la espalda.De cómo se congratularán del retorno
Tornaré como el Pródigo doliente
a tu heredad tranquila; ya no puedo
la piara cultivar, y al inclemente
resplandor de los soles tengo miedo.
Tú saldrás a encontrarme diligente;
de mi mal te hablaré, quedo, muy quedo...
y dejarás un ósculo en mi frente
y un anillo de nupcias en mi dedo;
y congregando del hogar en torno
a los viejos amigos del contorno,
mientras yantan risueños a tu mesa,
clamarás con profundo regocijo:
«¡Gozad con mi ventura, porque el hijo
que perdido llorábamos, regresa!»Pondera lo intenso de la futura vida
¡Oh sí!, yo tornaré; tu amor estruja
con invencible afán al pensamiento,
que tiene hambre de paz y de aislamiento
en la mansa quietud de la cartuja.
¡Oh sí!, yo tornaré; ya se dibuja
en el fondo del alma, ya presiento
la plácida silueta del convento
con su albo domo y su gentil aguja...
Ahí, solo por fin conmigo mismo,
escuchando en las voces de Isaías
tu clamor insinuante que me nombra,
¡cómo voy a anegarme en el mutismo,
cómo voy a perderme en las crujías,
cómo voy a fundirme con la sombra!
Leydis Jun 2018
Somos dos bestias
con deseos silvestres,
sandias nos llaman
porque conquistando
nuestro destino a
paso fino vamos,
sin pedir permiso
y sin dar cuentas,
damos riendas suelta
a quien se piense nuestro
dueño y amo.

Abriendo camino,
vamos cabalgando,
el camino corrido
detrás vamos dejando.
Cada trote nos va preparando
para el inevitable cruce
atesorado detrás de cada frontera,
mas con gran esfuerzo hay
que afrontar la senda,
para explorar sus aguas
y cultivar la tierra.

Cada azote nos obliga a bajar
la cabeza, para inhalar
un suspiro que nos llene de fuerzas,
pugnando el desafió
con elegancia y braveza.

Somos dos bellas bestias
con fuerza tan intensas,
que la fusta no asusta a
nuestra indomable esencia..,
al contrario nos empuja
a destronar a quien se piensa,
que con su fuerza podrá
subyugar nuestra bondad y nobleza.

Bestias negras, bestias bellas,
guiadas por la entraña,
escuchando la plegaria del
viento, el mar y la tierra,
que en cada mañana nos piden
que peguemos fuerzas
para compartir con ellos parte
de nuestra sutileza.

Somos dos bestias,
suave bruta fuerza
que van alelando aquellos
príncipes de arabia
que buscan contener
nuestra rabia
con pasiones lerdas,
que no inspiran y que no llenan.

Nuestro lomo a
nadie le pertenece,
solo al glorioso polvo
que nos enternece,
cuando cabalgando
a paso fino vamos,
zarandeando el camino
que evite nuestro paso.

Bestias elegantes,
dócil, bellas y salvajes,
comiendo el pasto de la
vida vamos, explorando sierras
nunca vistas, recordando con
vehemente insistencia…
¡que ni yo soy tu gaucha, ni tú eres mi bestia!

Mas por siempre seremos…almas gemelas.


LeydisProse
6/4/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse//
Leydis Oct 2018
Por atrevida,
por andar irrumpiendo
los prototipos establecidos,
por arrollar antiguos criterios,
por codiciar una nueva orden,
por querer equidad y causar desorden..,
al pozo te vamos a lanzar.

Por instruir a la virgen,
por cultivar tensiones,
por tu resistencia a mi poderío,
por pensar por ti misma,
por creer que por ti misma – avanzarías..,
al pozo te vamos a lanzar.

Por tu insurrección;
abriendo piernas cuando se te pide abstinencia,
por cerrarlas cuando exigimos tenerla,
por alzar la voz a tu pareja,
por querer discutir temas
que no son de tu incumbencia,
por querer estar al mando de tu cuerpo..,
al pozo te lanzaremos.

Por quemar tus sostenes
que siempre hemos sostenidos bajo juiciosos códigos,
cubriéndote en una historia donde
no eras protagonista, sino, una bizantina
participe en tu propia historia.
Por gozar de tu desnudez sin aquiescencia,
por contar que nos falta carisma y decencia,
por no querer ser mi colchoneta,
por ser libre como una alondra,
por exigir más en el lecho,
por creída e igualada al mirarme la cara
desafiando mis ordenanzas..,
al pozo te lanzaremos.

Por llevar un espejo que refleja
lo cobardes que hemos sido.
Por revelar nuestras fragilidad,
por denunciar nuestra doble moral,
por educarte y educar a la sociedad,
por proclamar tu autonomía y salirte de la mía…
¡Al pozo te vamos a lanzar!

LeydisProse
10/29/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse//
hi da s Jan 2018
hoje plantei
duas mudas de rosa vermelha
também duas de boldo.
comprei sementes de margarida branca
e salsa do tipo que não é graúda.

esvaziei um vaso e arranquei fora a planta
quando olhei pra raiz
descobri que plantei batatas miúdas.
guardei elas
pra plantar novamente.

como é gostoso cultivar vidas que não falam.
sobre o dia de hoje e o de amanhã
eres Luz en mi camino siempre alumbrando hacia el frente para no desviarme o perderme.

eres Unica en tu forma de amar, de cultivar paz, serenidad, y fe.    

eres Consejera, identificas mis deficiencias, y me demuestras los pasos debidos para superarme, ser positivo, y salir adelante.

Yo siempre te extranare, pero cada vez que piense en ti, sera con una sonrisa, por que siento tu mirada protegiendonos y te oigo diciendome "acuerdate de lo que te dije..."
Éste es, amigos, mi departamento:
tres piezas, dependencias y pileta.
Tendremos que vivir a la jineta
yo, la mujer y el hijo turbulento.

Casi no se ve el sol, no se oye el viento,
no hay donde cultivar una violeta;
los pasos quedos y la voz discreta,
no se enoje un vecino soñoliento.

Diez pisos se alzan sobre mi cabeza,
sobre mi actividad o mi flaqueza
gravita, hierro y piedra, un mundo entero.

Nadie sabrá mi risa ni mi llanto...
¡Cuán grande deberá de ser mi canto
para llenar de luz este agujero!

— The End —