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l i z a Dec 2015
dicen que desvelando se pierde la cabeza además del sueño
pero siempre se me quita cuando veo la luna en el cielo
llena sale más bella, hermosa
despierta, siempre vale la pena
dale ojo como se llena, la única cosa
que me daría pena es no poder verla

todas las noches, pido un deseo
que sea la distancia, tú nunca quedas lejos
y si pasa mucho tiempo donde no los vemos
pido la luna en cualquier fase
que nos cuida donde sea que estemos

solo mira por arriba
la luna te dará los mejores sueños.
Natalia Rivera Oct 2015
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Era difícil no ceder a sus tentaciones
En el pueblo decían que era ella
La dama de noche, vicio de los hombres.
Pero yo quería probarla, ocupar un lugar
Entre sus risos desordenados.
Le pedí una noche, solo una.
Ella divertida acepto y la seguí hipnotizada
Al llegar a la recamara se despojó de su vestido
Permitiéndome ver lo blanco de su piel
Se acercó a mí y sin preámbulos me plantó un beso.
Sutiles sus labios, deliciosos.
Una caricia por la espalda, otra en las caderas
Me quita el suéter y la falda.
Sentía sus dedos explorar la humedad
Entre mis piernas, haciendo a un lado el vello.
Su lengua recorría mis senos y su mirada
Estaba fija en mí, se mordía los labios
Me gemía suavemente al oído.
La sentía dentro de mí
Haciendo movimientos lentos
-No te resistas, déjame mostrarte…
Y como quien obedece sin preguntar
Deje que una ola de placer inundara mi cuerpo
Haciendo la habitación pequeña, silenciando todo.
No sé si había pasado una o tres horas
Pero yo yacía desnuda, empapada en sudor
La habitación olía extraño me incorporo
Para encontrarla sentada en la ventana
Aun desnuda fumándose un cigarro.
Al verme sonríe y me ofrece un trago
Era una diosa tallada por la vida.
Un último beso fue plasmado antes de marcharse
Y de eso ha pasado seis años.
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Me he topado con ella varias veces
Como viento que mueve hojas
En las noches que el cielo este despejado
Le suelo gritar al viento
Oh María, sin pecado concebida
Tráemela una noche, solo una.
palavra à noite cantada
co'a manhã se desfaz
em palavra granulada:
matinal achocolatado.

Já não sente a poesia
tal qual ressoara clara
na madrugada alta

- Et pourtant, fala!

Será a escrita fogo fátuo?
marca gravada em gado,
ou cardo na sua pata?

(O poeta-boi rumina
mas não é vaca sagrada).

Estrela cadente, cabala:
meros fogos de artifício
ruidosos melros da fala:
na calma manhã se calam.
De "Cadernos de Sizenando", Goiânia, 2014, p.49
Natalia Rivera Sep 2015
Como el viento sopla las hojas
Como los peces sueñan el mar.
Así me compongo yo.
Me muevo con la lluvia de risas
Me muevo con la brisa que canta.
Así me desplazo yo.
Hecha del tambor de mis tierras
Hecha de la bomba y la plena
Así me formo yo.
Vivo por la poesía en prosa
Vivo por tu mirada embriagadora
Así vivo yo.
Curveada y pequeña
Blanca como la arena.
Así era yo.
Décadas han pasado
Amores, vino y mil pecados.
Aún sigo siendo yo
Natalia Rivera Aug 2015
Luz mañanera de los lunes, esa que ilumina
Aquel vago recuerdo estancado en la almohada.
Un silbido sale de las botellas añejadas bajo la cama
Y la silueta de lo que pudo ser prende un cigarrillo.
Lúgubres desfiles en las tardes
Donde las quejas son el primer acto.
Las quejas de lo que nunca fui
Y de lo que nunca seré.
Acostada en la bañera con otra copa de vino
Y algunas pastillas para dormir
Ahogándome en el vacío que emanan de mis promesas.
“Todo estará bien” me decía “es solo una etapa”.
Cicatrices de inquilinas, arrojándome
A un acantilado sin fondo.
Adentro llovía todos los días y ya no sabía
Como evitar que el agua entrara.
No dormía ni comía
Era un cuerpo vagando entre vivos.
Ilusa la persona que creía poder salvarme
Absurdo el pensar que podía salir de eso.
Estaba en aquella tina contemplando desde mi ventana
El vestido que me tejía la luna y allí
Entre recuerdos, pastillas y alcohol
Quise dejarme ir; liberarme de todo el suplicio
Que jamás me dejo vivir, así que recite
Las últimas palabras antes de dejar esta vida
“Al fin, el fin”.
Natalia Rivera Jul 2015
Alta de ojos verdes, como la luz de las luciérnagas.
Ella era como la luna.
Algunos días estaba llena de vida,
Otros desaparecía.

Consumida por el tiempo,
Ahogada en agonía.
Encerrada en cuatro paredes
Sin amor.

Así se veía ella.
Silenciosa e ignorada.
Insuficiente y horrible.
Sin ganas de vivir

Tierna niña de melena rubia
¿Por qué no puedes ver lo que yo veo?
¿Por qué no te quedas esta noche a charlar?
¿Por qué no vives un poco

Te entrego mis ojos, mírate como yo te veo.
Inmensa y maravillosa.
Más que un simple desastre,

Más que un cuerpo viviente.
O POETA RUMINA
boi no pasto coletivo
palavras alimentando
ideias
e a revelação -
seu sal diario
às sete, às nove -
oração das horas abertas:
- sonha acordado
sua lira tangendo
só e pensativo vai pela estrada:
boi amordaçado -
pelos demais se imola
o poeta - boi
rumina
mas não é
vaca sagrada.
**
Adalberto Queiroz,"Frágil Armação"(1985).
https://notegraphy.com/adalbertodequeiroz/note/1837566
Careta era o cavalo
A quem o sal dado
Em mim sangrava.

Tinka, um dos 2 cachorros –
Meu predileto era o Leão.
Brigavam como cães e gatos.

I Think era como o chamava -
ao primeiro dos cães
o americano missionário.

Shibiu, ou será Chibiu?
– era o cachorro de dona Modesta
Nossa mãe adotada: sempre atenta
A que nenhum bicho nos agarrasse.

Lembro-me também do Bito
Aquele disgramado, culpado duas
Vezes por esta cicatriz que trago
No meio das costelas e no fardo
Pessoal que carregamos vida afora.

Bito não era bode expiatório
– mas cabrito imolado tampouco.
Acho que era o diabo tocando viola.

Eu alimentava os porcos
Sem expulsar ninguém
Morro abaixo...
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Nicole Jun 2015
Son las 2:05 de la madrugada,
la afonía siendo parte de mi habitación,
conjugando el calor.
Me encuentro encerrada en 4 paredes,
deseando estar a la orilla del bravío mar,
que su volumen aumenta con la serenidad,
dándole compañía a una desolada noche.
O en el tope de una montaña,
contemplando los astros que se adueñan
de ese infinito espacio.
Mientras tanto, permanezco estable,
con una mano ocupada por una taza
y la otra redactando palabras
que se quedarán en la nada .
De madrugada, sin poder dormir, queriendo salir de aquí.
Natalia Rivera Jun 2015
Cuando la luna es nueva, el sale de su polvoriento cobijo.
A saludar la vida que solía tener, y a sentir las voces cantoras del viento.
Saboreaba la savia que le obsequiaba las estrellas,
Y me servía de grata compañía.
Era un acontecimiento único, insólito.
Habían pasado varias fases sin venir,
Llegue a pensar que se había extraviado en las muelas del bosque,
Pero hoy, el venia.
Saque una taza vieja, y le preparaba un café
Para cuando llego, la luna ya podía verse.
Le entallaba el hermoso e entristecido rostro.
Quise preguntar “porque, como y cuando”, pero me resigne
Y solo le di una torcida sonrisa, y él me la devolvió.
Se sentó en la mesa sin murmuro alguno,
Y mirando la luz que penetraba por la ventana bebió.
Le ofrecí un abrigo para el frió, el alzo su mirada perdida
Y me llevo afuera; caminamos por un sendero lleno de lamentos.
Podía escucharlos, pero a él no le parecía importar.
“Almas olvidadas” musito con voz firme.
Paro un segundo y continuo “hemos llegado, he aquí la luna creciente”
Yo lo miraba perpleja, y solo pude sentarme a su lado mirándolo fijamente.
Y miles de interrogantes golpeaban mi cabeza;
No pude comenzar a preguntar cuando el dio inicio
“Cuando la luna está en su fase creciente, parece una bola partida a la mitad.
Para mí, es el momento en donde puedo conversar contigo
Con esa parte que solía ser, que solíamos ser.
Por eso he de venir solo cuando la luna está en esta fase,
Para contarte como me va en mi vida de olvido, y para escuchar como vives sin mí.
Por eso sin notarlo, en los días más oscuros y silenciosos te has de parar en la ventana
Susurrándole a los astros poesías que llevan mi nombre.
Por eso sin notarlo, yo he de pintar el mejor paisaje para que sonrías cada noche.”
Una avalancha repetitiva me sucumbía, podía escuchar pequeños fragmentos
Una y otra vez, y otra vez
“Por eso sin notarlo, en los días más oscuros”
“Yo he de pintar el mejor paisaje para que sonrías cada noche”
Termine mirando constelaciones, y sintiendo como su mano
Caliente y delicada acariciaba mi rostro.
Sentí la necesidad de besarlo, y de contarle mis poesías.
Me tomo y me sumergió en el abismo del que fue
Un beso con sabor a historias, a quererlo nuevamente.
Al dejarme nuevamente en mi aposento me ha devuelto el abrigo
Y plasmo en mi frente un beso que desato una tormenta en mis pequeños y cansados ojos.
Para cuando los abrí, mi mitad se había ido, y la luna ya era llena.
En su abrigo había una pequeña carta, un poema y decía.

“pequeña niña de cristal
Llevas el espíritu de la estrella que me guía en las noches,
Y el color de la maleza en tus tiernos ojos.
En cada luna que veas, recítame todo tus versos
Seré el océano que remoja tu lunar.
No me olvides, que si no es en esta fase, será en la otra
Pero serás mía en cualquier dimensión.”
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