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Victor D López Feb 2019
Naciste siete años antes del comienzo de la guerra civil española,
Y viviste en una casita de dos pisos en la Calle de Abajo de Fontan,
Frente al mar que les regalo su riqueza y belleza,
Y les robo a tu hermano mayor, y el más noble, Juan, a los 19 años.

De chiquita eras muy llorona. Los vecinos te hacían rabiar con solo decirte,
“Chora, Litiña, chora” lo cual producía un largo llanto al instante.
A los siete u ocho años quedaste ciega por una infección en los ojos. Te salvó la vista
El medico del pueblo, pero no antes de pasar más de un año sin poder ir a la escuela.

Nunca recuperaste ese tiempo perdido. Tu impaciencia y la vergüenza de sentirte atrasada, Impidieron tus estudios. Tu profundo amor propio y la vergüenza de no saber lo que sabían tus
Amigas de tu edad, tu inquietud y tu inhabilidad de aguantar la lengua cuando te corregían,
Crearon una perfecta tormenta que desvió tu diminutiva nave hacia las rocas.

Cuando aún una niña, viste a Franco con su escolta salir de su yate en Fontan.
Con la inocencia de una niña que nunca supo aguantar la lengua, preguntaste a
Una vecina que también estaba presente “Quien es ese señor?”
“El Generalísimo Francisco Franco” te contestó en voz baja. Dile “Viva Franco” cuando pase.

Con la inocencia de una niña y con la arrogancia de una viejita incorregible gritaste señalándolo
“Ese es el Generalísimo?” Y con una carcajada seguiste en voz alta “Parece Pulgarcito!”
Un miembro de su escolta se acercó alzando su ametralladora con la aparente Intención de Golpearte con la culata. “Dejadla!” Exclamo Franco. “Es una niña—la culpa no es suya.”

Contaste ese cuento muchas veces en mi presencia, siempre con una sonrisa o riéndote.
Creo que nunca apreciaste el importe de esa “hazaña” de desprecio a la autoridad. Pudiera ser En parte por ese hecho de tu niñez que vinieron eventualmente por tu padre  
Que lo Llevaron preso. Que lo torturaron por muchos meses y condenaron a muerte?

El escapó su condena como ya he contado antes—con la ayuda de un oficial fascista.
Tan fuerte era su reputación y el poder de sus ideas hasta con sus muchos amigos contrarios.
Tal tu inocencia, o tu ceguera psíquica, en no comprender nunca una potencial causa de su Destrucción. A Dios gracias que nunca pudiste apreciar la posible consecuencia de tus palabras.

Tu padre, quien quisiste toda la vida entrañablemente con una pasión de la cual fue muy Merecedor, murió poco después del término de la guerra civil. Una madre con diez
Bocas para alimentar necesitaba ayuda. Tú fuiste una de las que más acudió a ese
Pedido silencioso. A los 11 años dejaste la escuela por última vez y comenzaste a trabajar.

Los niños no podían trabajar en la España de Franco. No obstante, un primo tomó piedad
De la situación y te permitió trabajar en su fábrica de embutidos de pescado en Sada.
Ganabas igual que todas tus compañeras mayores. Y trabajabas mejor que la mayoría de ellas,
Con la rapidez y destreza que te sirvieron bien toda tu vida en todos tus trabajos.

En tu tiempo libre, llevabas agua de la fuente comunal a vecinos por unos céntimos.
De chiquita también llevabas una sella en la cabeza para casa y dos baldes en las manos antes y Después de tu trabajo en la fábrica de Cheche para el agua de muchos pescadores en el puerto
Antes del amanecer esperando la partida a alta mar con tu agua fresca en sus recipientes.

Todo ese dinero era entregado tu madre con el orgullo de una niña que proveía
Más que el sueldo de una mujer grande—solo a cambio de tu niñez y de la escuela.
También lavabas ropa para algunos vecinos. Y siempre gratuitamente los pañales cuando había
Niños recién nacidos solo por el placer de verlos y poder estar con ellos.

Cuando eras un poco más grande, ya de edad de ir al baile y al cine, seguías la misma rutina,
Pero también lavabas y planchabas la ropa de los marineros jóvenes que querían ir muy limpios
Y bien planchados al baile los domingos. Ese era el único dinero que era solo tuyo—para
Pagar la peluquería todas las semanas y el baile y cine. El resto siempre para tu madre.


A los dieciséis años quisiste emigrar a Argentina a la casa de una tía en Buenos Aires.
Tu madre te lo permitió, pero solo si llevabas también a tu hermana menor, Remedios, contigo.
Lo hiciste. En Buenos Aires no podías trabajar tampoco por ser menor. Mentiste en las Aplicaciones y pudiste conseguir trabajo en una clínica como ayudanta de enfermera.

Lavaste bacinillas, cambiaste camas, y limpiaste pisos con otros trabajos similares.
Todo por ganar suficiente dinero para poder reclamar a tu madre y hermanos menores,
Sito (José) y Paco (Francisco). Luego conseguiste un trabajo de mucama en un hotel
En Mar del Plata. Los dueños apreciaron tu pasión por cuidar a sus niños pequeños.

Te mantuvieron como niñera y mucama—sin doble sueldo. Entre tu (pobre) sueldo y
Propinas de mucama, en un tiempo pudiste guardar suficiente dinero para comprar
Los pasajes para tu madre y hermanos. También pudiste volver a Buenos Aires y
Conseguiste alquilar un doble cuarto en una antigua casa cerca del Consulado español.

De aquellas, aun menor de edad, ya trabajabas en el laboratorio Ponds—al cargo de una
Máquina de empacado de productos de belleza. Ganabas buen dinero, y vivieron en el
Centro de Buenos aires en esa casa hasta que te casaste con papa muchos años después.
Aun te perseguía la mala costumbre de decir lo que penabas y de no dar el brazo a torcer.

El sindicato de la Ponds trató de obligarte a registrarte como Peronista.
A gato escaldado hasta el agua fría le hace daño, y reusaste registrarte al partido.
Le dijiste al sindicato que no le habías escapado a un dictador para aliarte a otro.
Te amenazaron con perder el trabajo. Y con repatriarte a ti y a tu madre y hermanos.

Tu respuesta no la puedo escribir aquí. Te llevaron frente al gerente general demandando
Que te despidiera de inmediato. Contestaste que te demostraran razones para hacerlo.
El gerente—indudablemente a propio riesgo—contestó que no había mejor trabajadora
En la fábrica y que no tenía el sindicato razones para pedir que te despidiera.

Después de un noviazgo de varios años, se casaron tú y papa. Tenían el mundo en sus
Manos. Buen trabajo con buenos ahorros que les permitirían vivir muy bien en el futuro.
No podías tener hijos—los cuales siempre anhelaste tener. Tres años de tratamientos
Lograron que me dieras vida. Vivimos por años en un hermoso apartamento en la ciudad.

Tengo uso de razón y recuerdos gratos desde antes de los dos años. Recuerdo muy bien ese Apartamento. Pero las cosas cambiaron cuando decidieron emprender un negocio
Que no fue sostenible en el caos de la Argentina en los años 60. Recuerdo demasiado bien el Sacrificio tuyo y el de papa—es eso un tema para otro día, pero no para hoy.

Fuiste la persona más trabajadora que conocí en mi vida. No le temías a ningún trabajo
Honesto por fuerte que fuese y tu inquietud y espíritu competitivo siempre te hicieron
Una empleada estelar en todos tus trabajos, la mayoría de ellos sumamente esclavos.
Hasta en casa no sabias parar a no ser que tuvieras con quien charlar un rato largo.

Eras una gran cocinera gracias en parte al chef del hotel en cual trabajaste en Argentina
Que era también un compatriota español (vasco) y te enseno a cocinar muchos de sus
Platos españoles e italianos favoritos. Fuiste siempre muy mal comedora. Pero te
Encantaba cocinar para amigos, familia y—cuantos mas mejor—y para las fiestas.

Papá también era buen cocinero aunque con un repertorio mas limitado. Y yo aprendí
De los dos con mucho afán también a cocinar desde joven. Ni en la cocina ni en ninguna
Fase de mi vida me puedo comparar contigo ni con papa, pero también me encanta
Cocinar y en especial para compartir con seres queridos.

Te daba gran placer introducir a mis amigos a tus platos favoritos como la cazuela de mariscos,
Paella, caldo gallego, tus incomparables canelones, ñoquis, orejas, filloas, buñuelos, flan,
Y todo el resto de tu largo repertorio de música culinaria. Papa me iba a buscar al colegio
Cuando en la escuela secundaria (JHS #10) todos los días antes del trabajo.

Los dos trabajaban el segundo turno y no partían hasta después de las 2:00 p.m.
Muchos días traía el coche lleno de mis compañeros. Recuerdo igual que si fuera ayer
Las caras de mis amigos judíos, chinos, japoneses, italianos, ingleses e irlandeses
Cuando primero probaron el pulpo, caldo gallego, la tortilla, las orejas o el flan.

Mediante el bachiller, la universidad y los estudios de derecho fue igual. A veces parecía
Una reunión de Las Naciones Unidas, pero siempre con comida. Siempre trataste a mis
Amigos íntimos como si fueran hijos tuyos también. Y algunos aun hoy día te quieren
Como una segunda madre y sienten tu ausencia aunque no te vieran por muchos años.

Tuviste una pasión por ser madre (una gran pena que solo tuvieras un hijo).
Que te hizo ser demasiado protectora de tu hijo.  Me vestías con ropa exclusiva de
Les Bebes—Fui un muñeco para quien no los tuvo de niña. No me dejabas fuera de tu vista.
El mantenerme en un ambiente libre de gérmenes produjeron algunos problemas de salud.

Mi pediatra te decía “Quiero verlo con las rodillas raspadas y las uñas sucias.”
Tú lo tomabas como un chiste. Me llevabas a menudo a un parque y a la calesita.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Pero no recuerdo tener ningún amigo hasta los siete u ocho
Años. Y solo uno entonces. No recuerdo tener una pandilla de amigos hasta los 13 años. Triste.

Cuando comencé a hablar como una cotorra con un año, y a caminar al mismo tiempo,
Me llevaste al médico. El medico pensó que era solo idea tuya. Me mostro unas llaves y me
Pregunto “Sabes lo que es esto, Danielito?” “Si. Son las llaves de tu tutú,” le contesté.
Después de unas pruebas, le recomendaron a mi madre que alimentara mi curiosidad.

Según ella era yo insoportable (algunas cosas nunca cambian). Si le preguntaba a
Papá por que el sol quema, a que distancia esta, que son las estrellas, por qué una
Linterna enfocada al cielo en una noche oscura no se ve, por qué los aviones no tienen
Ruedas debajo de pontones para poder aterrizar y despegar en el agua? Etc., etc., etc.

Me contestaba con paciencia. Recuerdo viajes en tren o autobús sentado en las piernas de mi Padre haciéndole mil preguntas. Desafortunadamente, si le preguntaba algo a mama que No supiera contestar, inventaba cualquier respuesta con tal de hacerme callar en vez de decirme “No se” o “pregúntaselo a papá” o “vete al infierno de una ver por todas y dejame en paz.”

Cuando me contaba algún cuento y no me gustaba como terminaba, “Caperucita Roja” por Ejemplo, mi madre tenía que inventar un fin que me gustara mejor o aguantar un llanto
Interminable. Pobre madre. Inventar lo que a Danielito no le gustaba podía ser peligroso.
Recuerdo un día en el teatro viendo dibujos animados que me encantaban (y aun encantan).

El Pato Donald salió en una escena comiéndose un tremendo sándwich. Le dije a mamá que
Quería un sándwich igual. En vez de contestarme que no era un sándwich de verdad, o que me Llevarían a comer después del teatro (como de costumbre) se le ocurrió decirme que me
Lo iba a traer el Pato Donald al asiento. Cambio la escena y el Pato Donald salió sin el sándwich.


Se acabo el mundo. Empecé a chillar y llorar que el Pato Donald se comió mi sándwich.
Me había mentido y no me trajo el prometido sándwich. Eso era algo insoportable.
No hubo forma de consolarme o hacerme entender—ya tarde—que el Pato Donald también
Tenía hambre, que el sándwich era suyo y no mío, o que lo de la pantalla no era realidad.

Ardió Cristo. Se había comido el sándwich del nene el Pato Donald quien era (y es) mi favorito.
La traición de un ser querido así era inconcebible e insoportable. Me tuvieron que quitar del
Cine a grito pelado. No se me fue la pataleta por largo rato. Pero todo paso cuando mi querida Tía Nieves (una prima) me dio unas galletas marineras con mermelada más tarde en su casa.

Cuánta agua debajo del puente. Tus recuerdos como el humo en una placentera brisa ya se han Esparcido, son moléculas insubstanciales como estrellas en el cielo, que no pintan cuadros Coherentes. Una vida de conversaciones vitales vueltas a susurros de niños en una tormenta Tropical, impermisibles, insustanciales, solo un sueño que interrumpe una pesadilla eterna.

Así es tu vida hoy. Tu memoria fue siempre prodigiosa. Recordabas el nombre de todas las Personas que conociste en toda tu vida—y conversaciones enteras palabra por palabra.
Con solo tres años de escuela, te fuiste por el mundo rompiendo paso y aprendiste a leer y
Escribir ya después de os 16 años en una ciudad adoptiva. Te fue más que suficiente tu estudio.

Siempre dije que eras mucho mejor escritora que yo. Cuantas excelentes novelas u obras de Teatro y poesía hubieras escribido tú con la mitad de mi educación y el triple de trabajo?  
No ay justicia en este mundo. Por qué le da Dios pan a quien no tiene dientes? Tú prodigiosa Memoria no te permite ya que me reconozcas. Fui la última persona que olvidaste.

Pero aun ahora que ya no puedes tener una conversación normal en ningún idioma,
Alguna vez te brillan los ojos y me llamas “neniño” y sé que por un instante no estás ya sola.
Pero pronto se apaga esa luz y vuelve la oscuridad. Solo te puedo ver unas horas un día a la Semana. Las circunstancias de mi vida no me dejan otra mejor opción.

Algún día no tendré ni siquiera la oportunidad de compartir unas horas contigo. No tendrás
Monumento alguno salvo en mis recuerdos mientras me quede uso de razón. Toda una
Vida de incalculable sacrificio de la cual solo dejarás el más pobre rasgo viviente del amor
De tu único hijo quien no tiene palabras para honrarte adecuadamente ni nunca las tendrá.


*          *          *

Ya llegó ese día, demasiado pronto. Octubre 11, 2018. Llegó la llamada a las 03:30 horas,
Una o dos horas después de haber quedado yo dormido. Te trataron de resucitar en vano.
No habría ya mas oportunidades de decirte te quiero, de acariciar tus manos y cara,
De cantarte al oído, de poner crema en tus manos, de anhelar que esta semana me recordaras.

De contarte acontecimientos de seres queridos, a quien vi, que me dijeron, quien pregunto
Por ti, ni de rezar por ti o de pedirte si me dabas un besito poniendo mi mejilla cerca de tus Labios y del placer cuando respondías dándome muchos besitos. Cuando no me respondías,
Lo mas probable estos últimos muchos meses, te decía, “Bueno la próxima vez.”

Siempre al despedirme te daba un besito por Alice y un abrazo que siempre te mandaba,
Y tres besitos en tu frente de parte de papa (siempre te daba tres juntos), y uno mío. Te
Dejaba la tele prendida en un canal sin volumen que mostrara movimiento. Y en lo posible
Esperaba que quedaras con los ojos cerrados antes de marchar.

Se acabó el tiempo. No hay mas prorroga. Mis oraciones cambian de pedir que Dios te proteja
Y que por Su Gracia puedas sanar un poquito día a día a que Dios guarde tu alma y la de papá y
Permita que descansen en paz en Su reino. Te hecho mucho de menos ya, como a papá, y lo
Haré mientras viva y Dios me permita uso de razón. No sabia lo que es estar solo. Ahora si lo se.

Cuatro años viendo tu deslumbrante luz reducirse a una vela temblando en a oscuridad.
Cuatro años temiendo que te dieras cuenta de tu situación.
Cuatro años rogando que no tuvieras dolor, tristeza o soledad.
Cuatro años y sin aprender como decirte adiós. El resto de mi vida esperando verte otra vez.

Te quiero con todo mi corazón siempre y para siempre, mamá. Descansa en Paz.
You can hear all six of my Unsung Heroes poems read by me in my podcasts at https://open.spotify.com/show/1zgnkuAIVJaQ0Gb6pOfQOH. (plus much more of my fiction, non-fiction and poetry in English and Spanish)
He leído tu carta: ¡qué elegante!
¿Dónde tu pluma su lenguaje toma?
Ni el más rendido y cariñoso amante
Habla tan dulce y celestial idioma.

Me pareces de aquellos trovadores
Que al pie de la calada celosía
Entonaban sus cánticos de amores
En quietas horas de la noche umbría.

Caballero gentil de otras edades,
Abierto está mi corazón sincero,
Y es justo que olvidando vanidades
La dama le responda al caballero.

Me resuelvo a escribirte; tú lo quieres;
Mi estilo no tendrá tu galanura,
Pero nadie nos gana a las mujeres
En cuestiones de amor y de ternura.

No busques las palabras cadenciosas
De un lenguaje castizo y estudiado:
Las praderas del trópico dan rosas,
Sin que nadie las haya cultivado.

Tú me has hecho soñar horas felices,
Y tan supremo bien debo pagarte...
Son tan bellas las cosas que me dices,
Que no sé cómo pueda contestarte.

«Que a los hombres mis gracias vuelven locos;
Que a un gran talento la belleza aduno»...
¡Gracias! Eres galante como pocos,
Y has sido siempre amable cual ninguno.

Tu imagen de mi pecho no se aparta;
El pincel fue tu amor, mi mente el lienzo;
Para hablar de ese cuadro en esta carta...
Aquí termino el prólogo, y comienzo.
Para guardar una ilusión querida,
Como culto inmortal, grande y profundo,
Es muy breve el espacio de una vida
Que tan rápida pasa por el mundo.

¿Crees eterno un amor todo pureza?
¿Juzgas eterno el fuego del cariño?
Perdona que lo diga con franqueza:
En cuestiones de amor eres un niño.

En la lucha tenaz de las pasiones,
Poblada de insensatos devaneos,
No pueden conformar las ilusiones
A quien no satisface sus deseos.

Quiero hacerte feliz; quizás ignores
Que la felicidad que al hombre halaga,
Es un astro de vivos resplandores
Que al alumbrar la realidad se apaga.

Dices que te cautiva mi hermosura,
Que te queman mis ojos adormidos,
Y que buscas la miel de la ventura
Sobre mis labios rojos y encendidos.

Que, como a Dios, tu corazón me adora;
Que sólo anhelas, de esperanza lleno,
Reclinar tu cabeza pensadora
Sobre el caliente mármol de mi seno.

Que siempre que me miras te estremeces;
Que a todas partes cual la luz te sigo;
Que quieres apurar hasta las heces,
El cáliz del placer, sólo conmigo.

Que no envidias la gloria de los sabios;
Que a otra gloria mayor tu pecho aspira:
La de juntar tus labios con mis labios,
Pues fuera del amor, todo es mentira.

Que anhelas en tu erótica locura,
Morir entre tan dulces desvaríos,
Mezclándose en la misma sepultura
El polvo de tus huesos y los míos,

Que soy ser de tu ser. ¡Ah! yo no puedo
Creer vano el mundo que en tu sueño labras;
Mi razón se oscurece, y tengo miedo
De quemarme con sólo tus palabras.

Si existen esas dichas que imaginas,
Si hay placeres así, tan celestiales,
¿Por qué prohiben todas las doctrinas
Amarse libremente a los mortales?

Dices que soy tu Dios... ¿Eres ateo?
¡Tan hondo pensamiento me contrista!
Con el mágico prisma del deseo,
¿Dios también desparece de tu vista?

Sábelo de una vez; has trastornado
Toda mi vida y mi razón entera;
Tuyo es mi corazón enamorado;
Si tuviera mil vidas te las diera.

Pretendí razonar... ¡Torpes errores!...
Voy a abrirte sin miedo el alma mía...
Cuando encienden su hoguera los amores,
No sirve la ****** filosofía.

Pensando en la pasión que ya me abisma
Por más que a tantas tentaciones huyo,
Hoy fui al espejo, y me besé yo misma,
Haciendo el rostro de la imagen tuyo.

Y el cristal me ha mentido de tal suerte,
De tal modo vi en él tu rostro impreso,
Que caí desmayada, y quedé inerte,
Creyendo tuyo el solitario beso.

Y cuando he vuelto a la razón, me asombra
Pensar, con insensato desvarío,
Que si queman los besos de una sombra,
Tus besos matarán, amado mío.

Esa terrible reflexión me aterra,
Y aunque causa decírtelo sonrojos,
Queriendo ser feliz sobre la tierra,
Rompí el cristal para buscar tus ojos.

Ven y perdona mi entusiasmo ciego;
No importa que me des dichas o penas;
Ven, porque para ti siento de fuego
La sangre que circula por mis venas.

Quiero ese amor en que por ti he creído,
Pues soy, para soñar en los placeres,
Árabe en cuya sangre se ha fundido
El hierro de las lanzas bereberes.

Ven; ya te espero apasionada y loca;
Busca el caliente mármol de mi seno,
Junta después tu boca con mi boca,
Y a ver si así me salvo o me condeno.
Itzel Hdz May 2017
Cielito lindo te escribo por que te extraño, para decirte que las cosas que dejaste se están llenando de polvo, no las he tocado por que la manera exacta en que dejaste todo por aquí y por allá me recuerda a esos discursos tuyos, largos y cambiantes. Me he cubierto con ese enorme suéter de lana que no soltabas mientras estabas aquí y que terminaste dándome aquel día que se acabo la leña para el fuego. Vyvyan me ha traído tus viejos discos de vinilo, me contó que tu tía Hilde se encuentra mucho mejor. Ayer saque a pasear a Balzac, no es lo mismo sin ti, cuando pasamos bajo el puente naranja espera con ansias jugar en el pasto mas allá de las escaleras de concreto, pero sabes que yo no puedo bajar ahí como tu lo hacías. Espero que el cobertor de colores que te envié te haya servido, no se como pases el clima allá. Añoro tus abrazos ahora que enfría tanto, me he empalmado de suéteres incluso el tuyo, pero este frió es diferente, me pregunto por que. Fui al medico por la gripe de Carmen y noto el cardenal en mi mejilla, le he mentido sobre el claro, pero creo que no se lo ha creído. Me acuerdo en este momento preciso de el jueves pasado, hacia las compras en el abastecedor de Darrell, había un anciano, no paraba de hablar, pero no se le entendía nada, deje a Carmencita en el carro y me acerque al hombre, me miro y me tomo por los hombros, me vio directo a los ojos, oh Noel si supieras lo penetrante que era su mirada, se callo un largo rato, y me dijo en voz baja: Usted debe saberlo, !Usted!, el hombre esta acabando con sus iguales mi querida señora, se devora así mismo ... pero...nadie hace nada. Me quede callada mirándolo asustada, y luego no supe que contestar, me soltó, volvió a su farfulle y alcance a escuchar que decía: para que mas querría alguien comida enlatada...
Fue tan extraño cariño, pero me dejo pensando y pensando, me gustaría saber tu que opinas. Quería decirte también que para cuando vuelvas podre usar ese vestido rojo que me regalaste, los golpes ya casi no se me notan, con un poco de maquillaje podría arreglarlo pero solo usare mis vestidos para ti, perdóname por aquella otra vez sabes que no se repetirá.
Te necesito tanto aquí a mi lado por las noches, he dejado a Carmen dormir conmigo últimamente espero que no te moleste.
Los días pasan como una película antigua, lento y muy confusamente, espero que puedas venir pronto, las heridas en mi espalda comienzan a cicatrizar, ha sido ya mucho tiempo lejos de ti no ¿crees? puedes volverlo a hacer para que piense en ti cuando me acuesto por las noches, o cuando me recargo en las sillas del comedor, sabes que no me importa.
Te envío todo mi cariño en esta carta para que sepas que no te olvido, que siempre te pienso, y que a donde mire siempre te veo.
Vuele pronto.
Siempre Tuya
Agnes
Nov 4/2012
Well this is not a poem but it's a little bit hmm lyrical(?) I think I wrote this because at the time I was in a problematic relationship, in which my partner hurt me emotionally but I stuck with him anyways for a long time..take care of you guys
The voice May 2014
El primero me dijo que volveria
Y nunca volvio
El segunda y el tercero al igual que el cuarto
Me dijeron que me cuidarian
Y se volvieron en promesas
Que nunca fueron cumplidas
El qinto
El cual en serio le crei
Al cual llegue a creer
Odiandome por el miedo de que fuera un error
Me prometio ser un padre
Y solo se gano
Ser el quito
De puras mentiras...
Por eso. No confiaba
Por eso mentia
Pero haora conosco a alguien
Quien simplemente no puede mentir
Es unico que no me ha mentido.
El que cumplio
Y dio todo por mi.
Jesus!!!
Spanish melody about lies
Arriba azul, verde abajo,
Pleno abril, sol esplendente,
Y yo sentado en un puente
Que cabalga sobre el Tajo.
Ara el buey con gran trabajo
La lejana sementera;
Zumba la abeja doquiera;
Cada planta tiene flor;
Los cielos dicen: ¡amor!
Y los campos: ¡primavera!

Vibra en la extensión lejana,
Que el Tajo hirviente recorre,
La voz que en gótica torre
Da a los aires la campana;
Católica y musulmana,
Infundiendo asombro y miedo.
Desde el puente mirar puedo,
Entre mil tintas bermejas,
Cúpulas, torres y rejas
De la ciudad de Toledo.

¡Cómo resaltan, bañadas
Del sol por los rayos puros,
En cornisones oscuros
Almenas desportilladas!
Sobre ramblas aplomadas
Se mira en conjunto vago
El rudo y constante estrago
De los siglos, que han escrito
Su paso sobre el granito
Con ortiga y jaramago.

¡Toledo! rico tesoro
De señoriales contiendas,
De cuentos y de leyendas
Que enaltecen al rey moro:
Te envuelve en nimbos de oro
El sol que tus campos baña,
Y tienes la pompa extraña
De una majestad caída,
Que refleja, ya vencida,
Todo el esplendor de España.

De tus grandezas testigo,
El Tajo a tu voz responde:
Sirte de plata que esconde
Misterios del rey Rodrigo.
En ti buscaron abrigo
Héroes de raras historias,
Cuyos hechos y memorias
Impiden, a extrañas gentes,
Con tus desgracias presentes
Nublar tus pasadas glorias.

Toledo, soñé en mirarte,
Y al fin feliz te contemplo,
Como silencioso templo
De la tradición y el arte.
Vengan otros a estudiarte:
Nunca atizó mi ansiedad,
Ver si pueblan tu ciudad
Almas grandes o mezquinas:
Me basta ver tus rüinas,
Me encanta tu soledad.

Ya sin puente ni rastrillo,
Destrozado el minarete;
Sin lanzas en el almete
Del paredón amarillo,
Semeja el feudal castillo
Mansión de espectros sombría,
Do nunca el rayo del día
Halla, al penetrar ligero,
Ni en la sala al caballero
Ni en las torres al vigía.

Sólo la indiscreta fama
Cuenta que en tiempo pasado
Tuvo el castillo clavado
En la puerta un oriflama;
Fue prisión de hermosa dama
Cautiva en redes de amor,
Y a tanto llegó el rigor
De su infortunada suerte,
Que, por celos, le dio muerte
Con el hacha, su señor.

En angosta saetera
Su nido cuelga el vencejo,
Y crece el duro cornejo
En la inútil halconera.
Encubre la enredadera
El desgastado blasón;
Sin lengua está el esquilón;
La poterna sin cerrojos;
Hay en el glacis abrojos,
Y ortiga en el torreón.

El sillar tosco y plomizo
Llora en el musgo su duelo;
Cruza de tarde el mochuelo
El húmedo pasadizo;
Sostiene el arco macizo
Un pesado corredor,
Que en el ángulo interior
Guarda en piedra mal tallado
Un Cristo crucificado,
Que ya no inspira fervor.

Los altos muros deslava,
Retratando las almenas,
El Tajo, cuyas arenas
Pisó tímida la Cava;
Bajo su lecho de grava
Oculta el undoso río
Todo el pasado sombrío
De historias y tradiciones;
Joyas, armas y blasones
Del gótico poderío.

Con soberbia majestad,
Por la historia consagrados,
Alza sus muros calados
Coronando la ciudad,
El Alcázar que en la edad
De heroísmo sin segundo,
Vio con asombro profundo
Salir de allí, sin mancilla,
Los leones de Castilla
Para dominar el mundo.

Allí el rencor acibara
Bajo sus cotas de acero
A don Pedro el Justiciero
Y a Enrique de Trastamara.
Si cada piedra guardara,
Por mano de Dios escrito,
De la virtud y el delito
Las luchas que ha contemplado,
Lanzara el mundo espantado
Frente a cada piedra un grito.

Mas tan sólo de grandeza
Y ostentación son destello:
Siempre lo grande y lo bello
Vive en la naturaleza.
Hasta en su muda tristeza
Tienen pompa las rüinas;
Defienden secas espinas
Las tumbas de ilustres muertos,
Y en los salones desiertos
Son reinas las golondrinas.

¡Soledad! ¡silencio! ¡estrago!
El tiempo con mano ruda,
Siembra en el alma la duda,
Y en el muro el jaramago.
En vano el mentido halago
De una brillante memoria
Alza recuerdos de gloria
De polvo glacial y leve,
Que sólo levanta y mueve
El huracán de la historia.

Sigue el hombre por la tierra,
Como ayer, triste camino,
Incansable peregrino
Siempre con el mal en guerra.
¿Quién vacila? ¿quién se aterra
Ante tan rudo trabajo?
Arriba azul, verde abajo,
Pleno abril, sol esplendente,
Y al mar empujando hirviente
Sus claras ondas el Tajo.
No me llores, tonterías
No me cuentes mas teorias
solo quiero que te alejes
Pues mi vuelo es esta noche.

Ya no quiero tus mensajes
he perdido mi equipaje
Te has robado mis tatuajes
Por favor deja ya de mirarme.

Estoy listo para el viaje
Es muy tarde para hablarme
Y me armado de coraje
con los puños y los guantes.

No me atrevo a mirarte
Mejor te escrito un mansaje:
“Nuca vuelvas a hablarme”

Pues cantaron las noticias
Que tienes un amante
Me has mentido como a un niño
como pude ser tan ciego…
sobreactuar no es necesario
Ya no niegues lo brillante
por favor  no quiero lastimarte…

Y no me digas tonterías,
no me digas que es de dia,
cuando veo que el cielo es nocturno.
Por favor no me digas... no me digas...
No me digas más mentiras...
Aquesto dixo El Ebrio, una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non sé nada.

Bebamos en las cráteras de oro
que laboró el cincel benvenutino,
champagne, bulbente y bullicioso vino.

Bebamos en las ánforas de barro
doria hidromiel; en el panzudo jarro
blonda cerveza, y en las cristalinas
frágiles copas el anís sonoro
así como las finas
mixturas sibilinas.

Porque es dulce olvidar.

Bebamos en las cráteras de oro
el líquido tesoro
que enloquece las mentes
y elide los deseos,
y que sume los sueños impotentes
en helados Leteos!.

Porque es dulce olvidar. ¿Algo esculpido
quedar merece en el cerebro? Nada!
Porque es dulce olvidar...

El viento azota
la cima de los árboles, tedioso;
vacila el corazón ante la rota!
El espíritu vago!
¡La voluntad errátil
es un tortuoso Yago!
y el soñar aterido...:
¡el soñar aterido y nó vibrátil
ni altanero!... y nostálgico, anheloso
de una distinta vida...

Los jardines románticos
horros están de idilios.
Y son hueros los cánticos
jocundos de Himeneo!

Dormita ya el Deseo!
Ya dormita el Amor!.
Y yerra -enloquecida-
por sus ludies exilios
de Dolor,
l'alma pura de Ofelia,
mientras Hamlet, moroso y taciturno
sepultose en sí mismo!

Ya no existe
la verdad, si ha existido... Ya no es nada
la belleza, y lo es todo! y la tristeza
¡cómo es asaz ****** y adocenada!

Yo bucéo un abismo
y el tal abismo es hueco!
Todo es superficial, mentido y triste.
Todo: el Amor y la Naturaleza,
el Mar, las Nubes, la ideal Belleza:
sólo restan cinismo,
rutina, y el enteco
sentido de lo práctico y la cómica
metafísica vómica!

Es preciso beber la sangre cálida
de los magos elixires!
Complicados brebajes, quinta-esencia,
sudor de las retortas y alambiques;
todos los filtros químicos y alquímicos
el díctamo, el nepentes,
súmanme en la demencia!

En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus de sirena glaucos ojos-
mi espíritu arbitrario,
mi corazón, y toda la amargura
de abolidos despojos!

Es preciso beber la sangre cálida,
sangre morena
o sangre blonda!
En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus glaucos ojos de sirena-
mi corazón, y toda la amargura!

La azul locura pálida,
soberana locura,
se asile en mi cerebro solitario!

Bebamos en las cráteras de oro
todo el licor que corre por la vena
de la pródiga uva;
y hagamos la serena
-la serena o la loca-
vida del que en sí propio no se toca
y que en nada se halla...:

-Búdico sér en éxtasis,
Jaiyám bajo los astros,
Edgar en la taberna,
Diógenes en su cuba...
Desdeñosos e impávidos,
sonrientes,
mirando la batalla
sempiterna, mirando la batalla
de apetitos, la gresca y el estridir de dientes
y el ****** forcejeo
para ascender, para medrar, para vivir...

Nosotros -sí, nosotros-
olímpicos yazgamos sobre el trípode sacro:
claudicantes e irónicos,
sonrientes espectadores del simulacro,
sin recordar, sin añorar,
sin anhelar,
¡sin un solo deseo!

Brtiña el trágico véspero
con sus hórridas lumbres
incendiarias;
dóre el amanecer con vagas lumbres
y medias-tintas de atediada suavidad;
o aljofáre la luna
del bebedor la cabellera bruna
o la blonda o endrina cabellera
nimbada de doliente claridad,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino!

Aquesto dixo El Ebrio una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non me curo. Yo dello non sé nada
-Boscán, tarde llegamos -¿Hay posada?
-Llamad desde la posta, Garcilaso.
-¿Quién es? -Dos caballeros del Parnaso.
-No hay donde nocturnar palestra armada.
-No entiendo lo que dice la criada.
Madona, ¿qué decís? -Que afecten paso,
que obstenta limbos el mentido ocaso
y el sol depinge la porción rosada.
-¿Estás en ti, mujer? -Negóse al tino
el ambulante huésped-. ¡Que en tan poco
tiempo tal lengua entre cristianos haya!
Boscán, perdido habemos el camino,
preguntad por Castilla, que estoy loco,
o no habemos salido de Vizcaya.

— The End —