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Luna Aug 2018
Tengo miedo a las alturas, a la noche oscura y al abandono.
Tengo 21 años y todavía creo en monstruos debajo de mi cama, quiero y no puedo cambiar patrones de mi vida que me hacen daño.
Me desvelo, no me hidrato, como mucho y fumo cada tanto, lloro porque si y por si acaso.
Te busco en rostros extraños y solitarios, en la escencia de los cactus, en aquella canción que una vez bailamos.
Todo parece congelado desde la soledad de mi cuarto.
Luna Aug 2018
A la nada contemplo con el celular entre las manos.
a la nada contemplo con los ojos aguados.
a la nada contemplo con un te amo muerto incluso antes de pensarlo.
a la nada contemplo porque ya te has marchado.
a la nada contemplo mientras el reloj sigue marcando.
a la nada contemplo y hoy es mi cumpleaños.
a la contemplo y la nada le escribo porque es lo único seguro que tendré mientras respiro el aire intoxicado.
chiquinquirá Mar 2018
Hay varios tipos de soledad, sin embargo yo suelo experimentar solo una: la que todos odian. Con el tiempo le he tomado cariño, pero eso no significa que no me lastime con fuerza.

Suele meterse en mi cabeza y escupir en mis buenos recuerdos, pisotearlos y decirme que son todos una mentira.

Le gusta también sentir mis huesos, provocarme dolor desde muy dentro, hacerme morir de frío.

No hay una sola noche en la que no se siente a mi lado, despojandome de cualquier esperanza.

Hay varios tipos de soledad, sin embargo desearía que no existiera ninguna.
Carolina Jan 2018
Una noche cualquiera,
mientras se asomaba por el balcón,
la luz de la luna atravesaba
su ***** y azul corazón.
Ella recitaba sus poemas secretos,
en cada fonema su voz estaba al borde de quebrar.
Despreciable rasgo humano, solo observa
las lineas de sus lagrimas brillar.
Carolina Dec 2017
En mis sueños me atormentas,
e incluso en ellos te vas.
Me dejas sola, abandonada en la fría oscuridad.
Juro ya no hacerlo,
prometo no caer,
pero una dulce sonrisa me vuelve a convencer.
Y ahí voy, una vez más, pensando que vale la pena.
Fingiendo no ser consciente que tu cariño envenena.
Con un estúpido mensaje me desarmo, lloro y muero.
Con otro insignificante mensaje revivo y me río, pero sé que no es lo que quiero.
Quiero un cuerpo a mi lado, anhelo una mente llena de universos.
Deseo un toque, un roce, un cálido abrazo.
Sólo pido una conversación, que deje tu mente al desnudo, que nos enrede en un lazo.

Papi tiene razón. Papi sabe bien.
Él me explica, me aconseja, me hace despertar.
Pero como una niña caprichosa tengo que chocarme contra la pared un millón de veces más y mi cabeza reventar.

Cuando el tornado se vuelva brisa
y ya no tenga lágrimas que llorar.
Hasta que mi corazón ya no soporte,
y aprenda a sumergir mis pies en el río en vez de hundirme en el mar.
Veo luces , luces blancas
que se disipan a lo lejos
son como un recuerdo
de algo perdido en el pasado.

Son las luciérnagas en tus ojos
es un sueño en la eternidad
sigo viendo destellos
reflejados en el cristal.

Veo luces en el horizonte
son de la gran ciudad
he despertado en soledad.

Son lejanas, son frias
son las luces del alma
se las ha llevado el viento
como hojas en el suelo.

La luz en mi pecho
es parpadeante
mientras mi cuerpo tirita
en ausencia de tu amor.

El interruptor sigue puesto en ON
pero las luces no responden a la acción.

Luces, luces en mi mente
se pagan y se encienden
son de colores
colores frios
son los colores de tu ayer.
Timmy Shanti Nov 2017
Cuéntame de soledad, de amor y paz eternos.
No escondas la verdad: somos sólo dos enfermos.
Nos morimos sin cesar, cada vez y cada día,
Suspirando por el gozo de tu mano en la mía.

Déjame vivir mi sueño... Es tan dulce y profundo.
Por acá yo soy el dueño, he hallado todo el mundo.
Narra cosas que no sé, muéstrame lo que perdimos,
No olvides como fue... ¡Es real se lo pedimos!

Caminamos por el mar y volvemos por el cielo,
Encendiendo corazones, derritiendo los de hielo.
Celebramos el amor, soledad y paz eternos
Y probamos apreciar estos ratos así tiernos.

¡Nunca te olvidaré: eres fuego, luz y viento!
Siempre te soportaré: que concibes, yo ambiento.
Luchadores, se logró... Acabamos de unirnos.
Ganadores, tu y yo... Nadie puede combatirnos.
16-17 Nov '17
un pueblo sin piernas pero que camina
Sebastian Daneri Jul 2017
Tengo un vacío enorme en el pecho,
hambriento como buzón de sugerencias.
Y no quiero hacer nada.
Echarse a morir es terapéutico.
Buitres en la azotea, niños hurgando en basureros.
La última vez que hablé con alguien
ninguno de los dos estaba prestando atención.
A veces no quiero ser nada.
Para ti, vocecita de lector (que suena como tú
y habla como yo), son estas letras vagas
llenas de la sabiduría que otorga el sufrir
y el amar profundamente:
si te digo que la vida pesa lo mismo que pesa
un elefante de Dalí,
¿creerías en mí?
Sería la poesía un asunto académico
si vivir no fuera de dominio público.
Pero yo no quiero hacer nada.
Como disculpándose me abraza
la primera derrota del día
y al salir se le olvida
cerrar la puerta.
Hasta luego, poeta.
Hoy no quiero ser nada.
Sebastian Daneri Jul 2017
Alguien que me salve de la vida.
Dirán que estamos bien enjuagándose la boca con tanto
tanto vacío familiar. Sí, sí. La vida,
larga vida, adorable viento matutino,
cortinas ligeras ondeando en los ventanales,
sí, sí, larga vida, alegría plena.
Alguien que me salve, por favor.
Pero está bien. Uno encuentra razones.
Pronto lo verás.
Eso dicen y se marchan muy contentos
de haber servido para absolutamente nada.
Tal vez esa es la fuente de la dicha.
Se jactan de la bendita ignorancia como guía
y declaran el patetismo como aspiración intelectual,
sin saberlo claro está. Pero ahora que entiendo
las cosas como son (metafísica de asientos
plásticos de metro y envoltorios abre fácil nada
fáciles de abrir: una tortura común)
puedo disimular un poco mi existencia,
y desfilar mi mal olor en público
limpia la consciencia por las feromonas.
Tantas soluciones para un problema
y siempre la que no se comprende  
es la más sencilla,
la más aplicada,
la más conocida,
hablo pues de la errónea que mantiene viva
la creencia.
Alguien termine de salvarme,
que yo solo podría
pero no puedo.
Vincent Salomon Jul 2017
Los pesares ciegos bailotean sobre mí, sobre ti
Se regocijan tenues, entre nuestras manos; ocultos
Lejos estás, porque así lejos nos condenó el azar
Ocultos yacen ya, todos los besos remotos que te pienso dar.

No son besos, frío pasar de verbena coloquial
Parecen más, en mis oníricos despertares, daños.
En visiones hipnagógicas te observo en silencio,
Pero en la lucidez de nuestros días, te extraño eterno.

Permanecen quietos los malestares
Y en éxodo se alejan mis vaguedades emocionales.
Estás ahí, como yo aquí. Pero siempre ahí.
                                                            ­                                           Contigo.

Lamento de frenesí perpetua, de ojos oscuros
Lamento de danzas incautas, de linajes pardos
Lamento de huidas nuevas, éxodo de verdades ajenas
Lamento de virtudes, de mentiras inverosímiles; mío sólo mío.
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