Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Por más que intente al despedirme
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!Ramos frescos de espuma... Barcas
soñolientas y vagas... Niños
rebañando la miel poniente
del sol... ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo...! Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.¡Y que ahora tenga que dejarte
para emprender otro camino!...Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
Natalia Rivera Mar 2015
7:15, viernes.
Era un viernes usual, llegue a su casa a eso de las 7:15; el cielo tenia pinceladas grises acompañado de una que otra estrella extraviada. Mientras observaba detenidamente, él se asoma por el balcón haciéndome un gesto de “entra” así que eso hice. Al entrar vi que en la sala no había nadie:
- ¿Dónde están tus padres? Le pregunte confundida
- Salieron a visitar a mi abuela.
Entre en su cuarto, el cual es demasiado espacioso para una sola persona. En las paredes cuelgan sus pinturas o algunas fotos de nosotros, en la esquina esta su computadora con los papeles compulsivamente organizados. Esta su cama con algunos cojines y un viejo y horrible sofá color amarillo. Como de costumbre deje mis zapatos al lado de la puerta, las ventanas estaban todas cerradas, lo único que le daba ventilación al cuarto era un viejo abanico en el piso así que encendí el aire acondicionado. Fui de camino hacia la puerta y me detuve justo frente al espejo, parecía una demente. Tenía unos pantalones cortos color crema con una camiseta negra la cual tenía un pequeño bordado de flores. Me encontraba frente a mi doble tratando de ver si me veía gorda cuando siento su mirada, penetrando en mi piel así que sonrió al instante.
-¿Qué se supone que haces?
- Tratando de no verme gorda
Él se queda callado y al cabo de varios minutos se va y cierra la puerta. Y ahí me encontraba yo, en el cuarto de mi novio, el que fue bendecido con tanta paciencia que podía llenar una tapa de botella. Molesta, fui a apagar la luz y me tire en su cama, pensando en que sucedería después cuando sonido de la ducha me trajo de vuelta a la realidad así que decidí arroparme y tratar de dormirme.
  
8:20, viernes.

El sonido de la puerta me despierta, busco mi teléfono y son las 8:20. Sigo dormida y algo confundida así que no logro ver dónde está el así que permanezco acostada intentando sin conseguirlo despertar. La cama se baja y sé que él se sentó así que me levanto y encuentro su cara.
-¿Por qué no me dijiste que te ibas a bañar?
- Estabas ocupada pensando en babosadas, en cambio, yo necesitaba un tiempo para pensarte detenidamente. – comenzó a acariciarme el rostro y continuo- ¿Acaso no entiendes que no tienes que ser flaca para que te desee? No te das cuenta, pero te deseo cada momento que te veo, cada vez que te tengo quisiera poder hacer estas cosas. Intente preguntar qué cosas pero su boca me lo impidió. Comenzó a besarme lento, como si hubiésemos tenido toda la noche para besarnos, como si sus padres jamás fueran a llegar. Seguido de un vals de  caricias buscando más allá de mi ropa, comenzó a quitármela despacio, como si estuviera escribiendo una historia. Lo tenía desnudo frente a mí, era mío y por ese lapso de tiempo podía hacer lo que quisiera con él. Podía besar cada centímetro de su cuerpo, acariciarlo en las partes que quisiera con la velocidad que quisiera, sentía como se hundía en mi cuerpo, como su respiración se iba cortando, como íbamos perdiendo la cordura hasta estallar.
11:54, casi sábado.

Yacíamos uno encima del otro, sin movernos, despeinados, sudados, saboreando el fulgor que brotaban nuestros cuerpos. Podía sentir su corazón latir, entrelazaba su pelo entre mis dedos preguntándome que sería de mis noches grises sin él. No podía parar de mirarlo, porque sabía que era el con quien quería pasar el resto de mis días, quería dejarle saber que lo iba a amar hasta que el cielo deje de dar espectáculos en las tardes, hasta que cada rincón del océano sea explorado, hasta que mi corazón este seco. Y aun así, lo amaría desenfrenadamente.
Adrián Poveda Feb 2016
Ojalá todo fuera un circulo que vuelve a girar, así podría hacerme de sus oídos de nuevo y decirle querida dama que fui nefasto, de cierto modo tuve miedo, sus ojos esquivos turbaron mi cabeza y un laberinto imaginario caminé, un laberinto entre su cabello rizado a mano y sus expresiones extrañas , sus ganas de no perseguirme a pesar de haber robado su mochila y de haberla hecho esperar en aquel lugar cerrado, le aseguro que su abrigo gris de aquel día no solo guardaba su cuerpo del frío sino que también supo mágicamente envolverme de calor sin tocarme;

y aquellos besos que siempre quiso y que yo también quedaron afuera del café, pero no intente recogerlos tal vez alguien ya los pisó,  o alguien que pasó por ahí se nos robó las ganas de un beso, de explotar.

Admito sin lugar a dudas que hice que perdiera el tiempo fijándose en mí, pero le confieso que no era yo, o era un yo que no pudo ver ni sentir,

El tiempo pasa y los pesares se vuelven más pesados, en mi caso le agradezco por que fue la paciencia que necesité para encontrarme envuelto en su laberinto, solo lamento que hoy la paciencia se ha terminado.
Copyright © 2016 Adrián Poveda All Rights Reserved
Me desespera ser tan yo
no se si es porque tengo el periodo
pero ya no me soporto
estoy harta de como soy
y no lo puedo cambiar
por mas que intente
y siempre me trae problemas
y mi inseguridad
y mi inmadurez
y mi falta de capacidad
y mi forma de dejar que cualquier cosa me haga mierda
soy una pendeja
estoy hasta la madre de todo
y no lo puedo cambiar
quisiera poder desaparecer a un lugar tranquilo
un bosque
y tomar muchas fotos y quedarme dormida
pero a la vez quisiera ser mas madura
no ser
como yo
a veces quisiera ser otra persona
mas segura mas madura con experiencia
como cuando llegamos a playa
era super segura
mas madura
valoraba todo
quisiera poder levantarme el animo yo sola, no necesitar de nadie
quisiera dejar de tener problemas hormonales
quisiera dejar de estar tan pinche loca
ser menos desesperada
pero para eso tendría que ser otra persona
porque yo ya intenté cambiar y no se puede
entonces me doy cuenta de que
preferiria morirme
pero no puedo
y mi hermana?
y tu?
y todos mis seres queridos?
y la gente que me quiere ?
y mi talento ?
entonces siento que nada tiene solución
y quiero explotar
y quiero llorar
y ser otra persona
y ser yo
y vivir
y morir.
May not be perfect but it's what i feel right now.
Febronia Ventura Apr 2016
no
no quiero este dolor
se lo regalo a quien lo quiera

no
la vida deja de ser bella
me quiebra tu partida

recién hablé contigo
tu voz era apagada
pero hablaste de fe y esperanza

no
no acepto esto
mi mente lo rechaza

recuerdos
es necesario rezar
pero siento ansiedad

como lo haré?
no volveré a verte
escucharte hablar

no
parece un mal sueno
perdí a mi hermano

obituario con tu nombre
es imposible no llorar
- aunque lo intente

te amo, amigo...
te abrazo desde aquí

----
*A mi mejor amigo, David Ríos Arias, quien falleciera la manana del jueves 7 de abril del 2016. El cáncer gano la batalla)
Mi domando che madri avete avuto.
Se ora vi vedessero al lavoro
in un mondo a loro sconosciuto,
presi in un giro mai compiuto
d'esperienze così diverse dalle loro,
che sguardo avrebbero negli occhi?
Se fossero lì, mentre voi scrivete
il vostro pezzo, conformisti e barocchi,
o lo passate a redattori rotti
a ogni compromesso, capirebbero chi siete?

Madri vili, con nel viso il timore
antico, quello che come un male
deforma i lineamenti in un biancore
che li annebbia, li allontana dal cuore,
li chiude nel vecchio rifiuto morale.
Madri vili, poverine, preoccupate
che i figli conoscano la viltà
per chiedere un posto, per essere pratici,
per non offendere anime privilegiate,
per difendersi da ogni pietà.

Madri mediocri, che hanno imparato
con umiltà di bambine, di noi,
un unico, nudo significato,
con anime in cui il mondo è dannato
a non dare né dolore né gioia.
Madri mediocri, che non hanno avuto
per voi mai una parola d'amore,
se non d'un amore sordidamente muto
di bestia, e in esso v'hanno cresciuto,
impotenti ai reali richiami del cuore.

Madri servili, abituate da secoli
a chinare senza amore la testa,
a trasmettere al loro feto
l'antico, vergognoso segreto
d'accontentarsi dei resti della festa.
Madri servili, che vi hanno insegnato
come il servo può essere felice
odiando chi è, come lui, legato,
come può essere, tradendo, beato,
e sicuro, facendo ciò che non dice.

Madri feroci, intente a difendere
quel poco che, borghesi, possiedono,
la normalità e lo stipendio,
quasi con rabbia di chi si vendichi
o sia stretto da un assurdo assedio.
Madri feroci, che vi hanno detto:
Sopravvivete! Pensate a voi!
Non provate mai pietà o rispetto
per nessuno, covate nel petto
la vostra integrità di avvoltoi!

Ecco, vili, mediocri, servi,
feroci, le vostre povere madri!
Che non hanno vergogna a sapervi
- nel vostro odio - addirittura superbi,
se non è questa che una valle di lacrime.
È così che vi appartiene questo mondo:
fatti fratelli nelle opposte passioni,
o le patrie nemiche, dal rifiuto profondo
a essere diversi: a rispondere
del selvaggio dolore di esser uomini.
Que je hais cet art de pédant,
Cette logique captieuse,
Qui d'une chose claire en fait une douteuse,
D'un principe erroné tire subtilement
Une conséquence trompeuse,
Et raisonne en déraisonnant !
Les grecs ont inventé cette belle manière.
Ils ont fait plus de mal qu'ils ne croyaient en faire.
Que Dieu leur donne paix ! Il s'agit d'un renard,
Grand argumentateur, célèbre babillard,
Et qui montrait la rhétorique.
Il tenait école publique,
Avait des écoliers qui payaient en poulets.
Un d'eux qu'on destinait à plaider au palais
Devait payer son maître à la première cause
Qu'il gagnerait : ainsi la chose
Avait été réglée et d'une et d'autre part.
Son cours étant fini, mon écolier renard
Intente un procès à son maître,
Disant qu'il ne doit rien. Devant le léopard
Tous les deux s'en vont comparaître.
Monseigneur, disait l'écolier,
Si je gagne, c'est clair, je ne dois rien payer ;
Si je perds, nulle est sa créance :
Car il convient que l'échéance
N'en devait arriver qu'après
Le gain de mon premier procès ;
Or, ce procès perdu, je suis quitte, je pense :
Mon dilemme est certain. Nenni,
Répondait aussitôt le maître :
Si vous perdez, payez, la loi l'ordonne ainsi ;
Si vous gagnez, sans plus remettre,
Payez, car vous avez signé
Promesse de payer au premier plaid gagné :
Vous y voilà. Je crois l'argument sans réponse.
Chacun attend alors que le juge prononce,
Et l'auditoire s'étonnait
Qu'il n'y jetât pas son bonnet.
Le léopard rêveur prit enfin la parole :
Hors de cour, leur dit-il ; défense à l'écolier
De continuer son métier,
Au maître de tenir école.
¿Con qué culpa tan grave,
sueño blando y suave,
pude en largo destierro merecerte
que se aparte de mí tu olvido manso?
pues no te busco yo por ser descanso,
sino por muda imagen de la muerte.

Cuidados veladores
hacen inobedientes mis dos ojos
a la ley de las horas:
no han podido vencer a mis dolores
las noches, ni dar paz a mis enojos.

Madrugan más en mí, que en las Auroras
lágrimas a este llano,
que amanece a mi mal siempre temprano;
y tanto, que persuade la tristeza
a mis dos ojos, que nacieron antes
para llorar que para verte, Sueño.

De sosiego los tienes ignorantes,
de tal manera que al morir el día
con luz enferma, vi que permitía
el Sol que le mirasen en Poniente.

Con pies torpes, al punto, ciega y fría,
cayó de las estrellas blandamente
la noche, tras las pardas sombras mudas
que el sueño persuadieron a la gente.

Escondieron las galas a los prados
y quedaron desnudas
estas laderas, y sus peñas solas
duermen ya entre tus montes recostados.

Los mares y las olas,
si con algún acento
ofenden las orejas,
es que entre sueños dan al cielo quejas.

Del yerto lecho y duro acogimiento
que blandos hallan en cerros duros,
los arroyuelos puros
se adormecen al son del llanto mío,
y, a su modo, también se duerme el río.

Con sosiego agradable
se dejan poseer de ti las flores;
mudos están los males;
no hay cuidado que hable:
faltan lenguas y voz a los dolores,
y en todos los mortales
yace la vida envuelta en alto olvido.

Tan sólo mi gemido
pierde el respeto a tu silencio santo:
yo tu quietud molesto con mi llanto,
y te desacredito
el nombre de callado con mi grito.

Dame, cortés mancebo, algún reposo;
no seas digno del nombre de avariento
en el más desdichado y firme amante,
que lo merece ser por dueño hermoso:
débate alguna pausa mi tormento.

Gózante en las cabañas
y debajo del cielo
los ásperos villanos;
hállate en el rigor de los pantanos
y encuéntrate en las nieves y en el hielo
el soldado valiente:
y yo no puedo hallarte, aunque lo intente,
entre mi pensamiento y mi deseo.

Ya, pues, con dolor creo
que eres más riguroso que la tierra,
más duro que la roca,
pues te alcanza el soldado envuelto en guerra,
y en ella mi alma por jamás te toca.

Mira que es gran rigor; dame siquiera
lo que de ti desprecia tanto avaro,
por el oro en que alegre considera
hasta que da la vuelta el tiempo claro;
lo que había de dormir en blando lecho,
y da el enamorado a su señora,
y a ti se te debía de derecho.

Dame lo que desprecia de ti ahora,
por robar, el ladrón: lo que desecha
el que envidiosos celos tuvo, y llora.

Quede en parte mi queja satisfecha:
tócame con el cuento de tu vara;
oirán siquiera el ruido de tus plumas
mis desventuras sumas,
que yo no quiero verte cara a cara,
ni que hagas más caso
de mí que hasta pasar por mí de paso;
o que a tu sombra negra por lo menos,
si fueres a otra parte peregrino,
se le haga camino
por estos ojos de sosiego ajenos.

Quítame, blando Sueño, este desvelo,
o de él alguna parte,
y te prometo, mientras viere el cielo,
de desvelarme sólo en celebrarte.
Gerardo Manllo Jan 2018
no era hombre
era solo un niño
la primera vez que senti frio

intente alejarme del juego del amor
pensaba que era yo un perdedor
y llegaste tu y todo cambio
senti lleno otra vez mi corazon

crei que eras feliz
crei que yo era suficiente
crei que a pesar de tu pasado
tendrias el valor de confiar libremente
que inocente

dices que te duele
que nunca habias querido tanto
que sabes tu de dolor
si nunca te has ahogado en llanto
que sabes tu de dolor
si me pegaste donde mas me duele
que sabes tu de dolor

ahora vivo del recuerdo
que alimenta mi esperanza
a veces me siento un idiota
por creerme yo estas palabras

he sufrido tanto
que el olvido ya es amigo
que la soledad ya es diaria
que no dejo de soñar contigo

te quiero tanto
que a pesar de todo lo escrito
te deseo de corazon
que jamas te toque vivirlo
4/11/17
LKenzo Dec 2020
Todavía recuerdo el día en el que te marchaste
dejándome tirada en ese
viejo aparcamiento para camiones.
Se que no soy ningún deshecho para ti.
Yo soy la que jode, el penar
el dolor
el tormento
La única que te habla con sinceridad
en esa gasolinera del condado de Queens.
He entregado toda mi alma
tanto mi amor como mi rabia
y si no es así, no importa ya
Súbete
monta y conduce
Convéncete
necesitas esto
esa cruz que se balancea
la pistola en tu guantera
El camino es oscuro, pon las luces largas
Y si la carretera es complicada
siempre me tendrás de copiloto a tu lado.

Te entregué mi alma al completo
dime tu si hice bien
confundiste una parte con un todo otra vez
Tu puedes ser mi amante, que yo también seré,
yo también seré tu tormento.
Si puedes seguirme el ritmo
persígueme
dulcemente
en la luz o en la oscuridad
todas las cosas que has confesado odiar
Latente la herida
como un corazón purpura.

Entregué mi alma a tus business
nadando en el lago, entre los cisnes
aunque intente huir
ya sabes como hundirme,
confundiste el valor con el precio
estrellé mis sueños contra tu parachoques
volví de entre los muertos para buscarte
lloré y supliqué que me escuchases
Allá en el callejón
esta húmedo el ambiente
seamos jóvenes y ridículos por una noche
Solo necesito un mechero que prenda esta droga
pequeño milagro sin tatuar
dámelo en tus besos.

¿Que le voy a hacer?
si la noche se torna mejor que el día
Diviértete tu
siempre haces que esté más fría
Tómalo con suavidad
pequeño cachorro de lobo
Yo pinté una sonrisa
sobre mis delicados labios tristes
Y ¿que le voy a hacer?
si pierdo cada vez que intento ganar
si la tormenta lentamente se acerca
Oh salgamos de fiesta
solo que esta vez no me hagas llorar
impetuoso hombre
Todavía recuerdo el día que te marchaste
dejándome tirada en ese
motel con sucios colchones
tengo tantas cosas que decir.
Voy a dormir y espero verte allí.
8
Un día, vendrá un hombre
que, echado sobre ti, te intente desnudar
de tu luto de ignota,
¡palabra mía, hoy tan desnuda, tan clara!;
un hombre que te crea
sombra echa agua de murmullo raro,
¡a ti, voz mía, agua
de luz sencilla!
Carolina Mar 2023
Amé tu energía,
tu sonrisa,
tu mirar.
Y hoy ya no te encuentro;
aunque lo intente
ya no estás.
Y no quiero alejarme
pero me cuesta caminar
y vos casi corriendo
ya ni me esperas.
Triste pero cierto,
a veces el amor no alcanza.
Mi domando che madri avete avuto.
Se ora vi vedessero al lavoro
in un mondo a loro sconosciuto,
presi in un giro mai compiuto
d'esperienze così diverse dalle loro,
che sguardo avrebbero negli occhi?
Se fossero lì, mentre voi scrivete
il vostro pezzo, conformisti e barocchi,
o lo passate a redattori rotti
a ogni compromesso, capirebbero chi siete?

Madri vili, con nel viso il timore
antico, quello che come un male
deforma i lineamenti in un biancore
che li annebbia, li allontana dal cuore,
li chiude nel vecchio rifiuto morale.
Madri vili, poverine, preoccupate
che i figli conoscano la viltà
per chiedere un posto, per essere pratici,
per non offendere anime privilegiate,
per difendersi da ogni pietà.

Madri mediocri, che hanno imparato
con umiltà di bambine, di noi,
un unico, nudo significato,
con anime in cui il mondo è dannato
a non dare né dolore né gioia.
Madri mediocri, che non hanno avuto
per voi mai una parola d'amore,
se non d'un amore sordidamente muto
di bestia, e in esso v'hanno cresciuto,
impotenti ai reali richiami del cuore.

Madri servili, abituate da secoli
a chinare senza amore la testa,
a trasmettere al loro feto
l'antico, vergognoso segreto
d'accontentarsi dei resti della festa.
Madri servili, che vi hanno insegnato
come il servo può essere felice
odiando chi è, come lui, legato,
come può essere, tradendo, beato,
e sicuro, facendo ciò che non dice.

Madri feroci, intente a difendere
quel poco che, borghesi, possiedono,
la normalità e lo stipendio,
quasi con rabbia di chi si vendichi
o sia stretto da un assurdo assedio.
Madri feroci, che vi hanno detto:
Sopravvivete! Pensate a voi!
Non provate mai pietà o rispetto
per nessuno, covate nel petto
la vostra integrità di avvoltoi!

Ecco, vili, mediocri, servi,
feroci, le vostre povere madri!
Che non hanno vergogna a sapervi
– nel vostro odio – addirittura superbi,
se non è questa che una valle di lacrime.
È così che vi appartiene questo mondo:
fatti fratelli nelle opposte passioni,
o le patrie nemiche, dal rifiuto profondo
a essere diversi: a rispondere
del selvaggio dolore di esser uomini.
Mi domando che madri avete avuto.
Se ora vi vedessero al lavoro
in un mondo a loro sconosciuto,
presi in un giro mai compiuto
d'esperienze così diverse dalle loro,
che sguardo avrebbero negli occhi?
Se fossero lì, mentre voi scrivete
il vostro pezzo, conformisti e barocchi,
o lo passate a redattori rotti
a ogni compromesso, capirebbero chi siete?

Madri vili, con nel viso il timore
antico, quello che come un male
deforma i lineamenti in un biancore
che li annebbia, li allontana dal cuore,
li chiude nel vecchio rifiuto morale.
Madri vili, poverine, preoccupate
che i figli conoscano la viltà
per chiedere un posto, per essere pratici,
per non offendere anime privilegiate,
per difendersi da ogni pietà.

Madri mediocri, che hanno imparato
con umiltà di bambine, di noi,
un unico, nudo significato,
con anime in cui il mondo è dannato
a non dare né dolore né gioia.
Madri mediocri, che non hanno avuto
per voi mai una parola d'amore,
se non d'un amore sordidamente muto
di bestia, e in esso v'hanno cresciuto,
impotenti ai reali richiami del cuore.

Madri servili, abituate da secoli
a chinare senza amore la testa,
a trasmettere al loro feto
l'antico, vergognoso segreto
d'accontentarsi dei resti della festa.
Madri servili, che vi hanno insegnato
come il servo può essere felice
odiando chi è, come lui, legato,
come può essere, tradendo, beato,
e sicuro, facendo ciò che non dice.

Madri feroci, intente a difendere
quel poco che, borghesi, possiedono,
la normalità e lo stipendio,
quasi con rabbia di chi si vendichi
o sia stretto da un assurdo assedio.
Madri feroci, che vi hanno detto:
Sopravvivete! Pensate a voi!
Non provate mai pietà o rispetto
per nessuno, covate nel petto
la vostra integrità di avvoltoi!

Ecco, vili, mediocri, servi,
feroci, le vostre povere madri!
Che non hanno vergogna a sapervi
- nel vostro odio - addirittura superbi,
se non è questa che una valle di lacrime.
È così che vi appartiene questo mondo:
fatti fratelli nelle opposte passioni,
o le patrie nemiche, dal rifiuto profondo
a essere diversi: a rispondere
del selvaggio dolore di esser uomini.

— The End —