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 Jun 2017 Leydis
My Type
Not with your pear-shaped eyes which are a perfect colour of brown,
Or what they do to me when you look my way.
Not with that deep-bass voice of yours that's so **** ****,
and how it keeps me glued to the phone.
Not with how you have this way with words,
and how you sound so charming and cheesy all at once.  
Not even with that, half naughty-half innocent crescent between your cheeks, and how it's stuck, when we share an inside joke in public.
Not with that strong musky scent of yours that reels me in so bad,
Or how it turns me on when I just think about it on my skin.
Not with how you make me laugh at you and then with you,
and then even wipe my tears of laughter.
No.
Not with just these things.
They have been loved enough.
But, I do want to fall in love with everything about you...
that the others never did.
 Jun 2017 Leydis
Terry Jordan
I’m coming apart at the seams
No longer sprint like a deer
Except in occasional dreams
I struggle in my yoga class
Since getting titanium hips
The lotus and pigeon I pass
It’s so difficult to apply
Mascara to my lashes
I look in the mirror and sigh…
I can’t see without my glasses
But it’s difficult to ignore
Those itchy, mystery rashes
It’s over, now, wearing short skirts
Got to keep knobby knees hidden
While I try exercise in spurts
Joints in my ankles hips and knees
Are letting me down so fast
That climbing stairs is no breeze
I’m shrinking, less one inch this year
My hands crawling with blue veins
Spelling out, “THE END IS NEAR"
HAHA! in response to my son asking me how I was doing getting old and all...
 Jun 2017 Leydis
Gabriel burnS
staring contest in public transport
and the stranger’s eyes
were her passport
passed the check at customs
crossed the borders of an impulse
I was hers and she was mine
until the station

my coffee daydreams
mad with jealousy
because reality was
standing true in front of me
their eyes met in the train car: https://www.youtube.com/watch?v=Co3w_ZxcO1U
 Jun 2017 Leydis
Pablo Neruda
De aquel hombre me acuerdo y no han pasado
sino dos siglos desde que lo vi,
no anduvo ni a caballo ni en carroza:
a puro pie
deshizo
las distancias
y no llevaba espada ni armadura,
sino redes al hombro,
hacha o martillo o pala,
nunca apaleó a ninguno de su especie:
su hazaña fue contra el agua o la tierra,
contra el trigo para que hubiera pan,
contra el árbol gigante para que diera leña,
contra los muros para abrir las puertas,
contra la arena construyendo muros
y contra el mar para hacerlo parir.

Lo conocí y aún no se me borra.

Cayeron en pedazos las carrozas,
la guerra destruyó puertas y muros,
la ciudad fue un puñado de cenizas,
se hicieron polvo todos los vestidos,
y él para mí subsiste,
sobrevive en la arena,
cuando antes parecía
todo imborrable menos él.

En el ir y venir de las familias
a veces fue mi padre o mi pariente
o apenas si era él o si no era
tal vez aquel que no volvió a su casa
porque el agua o la tierra lo tragaron
o lo mató una máquina o un árbol
o fue aquel enlutado carpintero
que iba detrás del ataúd, sin lágrimas,
alguien en fin que no tenía nombre,
que se llamaba metal o madera,
y a quien miraron otros desde arriba
sin ver la hormiga
sino el hormiguero
y que cuando sus pies no se movían,
porque el pobre cansado había muerto,
no vieron nunca que no lo veían:
había ya otros pies en donde estuvo.

Los otros pies eran él mismo,
también las otras manos,
el hombre sucedía:
cuando ya parecía transcurrido
era el mismo de nuevo,
allí estaba otra vez cavando tierra,
cortando tela, pero sin camisa,
allí estaba y no estaba, como entonces
se había ido y estaba de nuevo,
y como nunca tuvo cementerio,
ni tumba, ni su nombre fue grabado
sobre la piedra que cortó sudando,
nunca sabia nadie que llegaba
y nadie supo cuando se moría,
así es que sólo cuando el pobre pudo
resucitó otra vez sin ser notado.

Era el hombre sin duda, sin herencia,
sin vaca, sin bandera,
y no se distinguía entre los otros,
los otros que eran él,
desde arriba era gris como el subsuelo,
como el cuero era pardo,
era amarillo cosechando trigo,
era ***** debajo de la mina,
era color de piedra en el castillo,
en el barco pesquero era color de atún
y color de caballo en la pradera:
cómo podía nadie distinguirlo
si era el inseparable, el elemento,
tierra, carbón o mar vestido de hombre?

Donde vivió crecía
cuanto el hombre tocaba:
La piedra hostil,
quebrada
por sus manos,
se convertía en orden
y una a una formaron
la recia claridad del edificio,
hizo el pan con sus manos,
movilizó los trenes,
se poblaron de pueblos las distancias,
otros hombres crecieron,
llegaron las abejas,
y porque el hombre crea y multiplica
la primavera camino al mercado
entre panaderías y palomas.

El padre de los panes fue olvidado,
él que cortó y anduvo, machacando
y abriendo surcos, acarreando arena,
cuando todo existió ya no existía,
él daba su existencia, eso era todo.
Salió a otra parte a trabajar, y luego
se fue a morir rodando
como piedra del río:
aguas abajo lo llevó la muerte.

Yo, que lo conocí, lo vi bajando
hasta no ser sino lo que dejaba:
calles que apenas pudo conocer,
casas que nunca y nunca habitaría.

Y vuelvo a verlo, y cada día espero.

Lo veo en su ataúd y resurrecto.

Lo distingo entre todos
los que son sus iguales
y me parece que no puede ser,
que así no vamos a ninguna parte,
que suceder así no tiene gloria.

Yo creo que en el trono debe estar
este hombre, bien calzado y coronado.

Creo que los que hicieron tantas cosas
deben ser dueños de todas las cosas.

Y los que hacen el pan deben comer!

Y deben tener luz los de la mina!

Basta ya de encadenados grises!

Basta de pálidos desaparecidos!

Ni un hombre más que pase sin que reine.

Ni una sola mujer sin su diadema.

Para todas las manos guantes de oro.

Frutas de sol a todos los oscuros!

Yo conocí aquel hombre y cuando pude,
cuando ya tuve ojos en la cara,
cuando ya tuve la voz en la boca
lo busqué entre las tumbas, y le dije
apretándole un brazo que aún no era polvo:

«Todos se irán, tú quedarás viviente.

Tú encendiste la vida.

Tú hiciste lo que es tuyo».

Por eso nadie se moleste cuando
parece que estoy solo y no estoy solo,
no estoy con nadie y hablo para todos:

Alguien me está escuchando y no lo saben,
pero aquellos que canto y que lo saben
siguen naciendo y llenarán el mundo.
Silent Circles
Suspended in light
Spiraling eloquence
Reflecting the night

In a dance
One shadows
Then becomes shadowed
Circling each other
Within passions sight

Ruling sun rays
Lines them up
To each an audience
Rounding each other
As One

With haloed shoulders
We mask the solitude
‘Neath the starry valence
Of night
Oceans waving
Conjoined in balance
Of our ever enlightened might

Life is
As a grand eclipse
Fleeting moments
Waltzing
Around the sun

Once shadowed
We forever shadow
Dancing
Till morning’s dawn

To and fro we sway
Dancing with words
We say
Living eclipsed
As one
There is energy in everything. One energy sometimes eclipses another in nature. Sometimes that happens to us as well. When that happens you can come out of the shadow of another by simply moving toward the light.
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