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No digamos la palabra del canto,
cantemos. Alrededor de los huesos,
en los panteones, cantemos.
Al lado de los agonizantes,
de las parturientas, de los quebrados, de los presos,
de los trabajadores, cantemos.
Bailemos, bebamos, violemos.
Ronda del fuego, círculo de sombras,
con los brazos en alto, que la muerte llega.

Encerrados ahora en el ataúd del aire,
hijos de la locura, caminemos
en torno de los esqueletos.
Es blanda y dulce como una cama con mujer
Lloremos.
Cantemos: la muerte, la muerte, la muerte,
hija de puta, viene.

La tengo aquí, me sube, me agarra
por dentro.
Como un esperma contenido,
como un vino enfermo.
Por los ahorcados lloremos,
por los curas, por los limpiabotas,
por las ceras de los hospitales,
por los sin oficio y los cantantes.
Lloremos por mí,
el más feliz, ay, lloremos.

Lloremos un barril de lágrimas.
Con un montón de ojos lloremos.
Que el mundo sepa que lloramos aquí
por el amor crucificado y las vírgenes,
por nuestra hambre de Dios
(¡pequeño Dios el hombre!)
y por los riñones del domingo.

Lloremos llanto clásico, bailando,
riendo con la boca mojada de lágrimas.
Que el mundo sepa que sabemos ser trágicos.
Lloremos por el polvo
y por la muerte de la rosa en las manos de los mendigos.
Yo, el último, os invito
a bailar sobre el cráneo del tiempo.
¡De dos en dos los muertos!
Al tambor, a la Luna,
al compás del viento.
¡A cogerse las manos, sepultureros!
Gloria del hombre vivo:
¡espacio para el miedo
que va a bailar la danza que bailemos!
 
Tranca la tranca,
con la musiquilla del concierto
¡qué fácil es bailar remuerto!¿Vamos a seguir con el cuento del canto y de la risa?
¡Ojos de sombra, corazón de ciego!
Pirámides de huesos se derrumban,
la madre hace los muertos.
Aremos los panteones y sembremos.
Trigo de muerto, pan de cada día,
en nuestra boca coja saliva.
(Moneda de los muertos sucia y salada,
en mi lengua hace de hostia petrificada).
Hay que ver florecer en los jardines
piernas y espaldas entre arroyos de orines.
Cráneos con sus helechos, dientes violetas,
margaritas en las caderas de los poetas.
Que en medio de este cante
el loco pájaro gigante,
aleluya en el ala del vuelo,
aleluya por el cielo.

¡De pie, esqueletos!
Tenemos las sonrisas por amuletos.
¡Entremos a la danza,
en las cuencas los ojos de la esperanza!Hay que mirar los niños en la flor de la muerte floreciendo,
luz untada en los pétalos nocturnos de la muerte.
Hay que mirar los ojos de los ancianos
mansamente encendidos, ardiendo en el aceite
votivo de la muerte.
Hay que mirar los pechos de las vírgenes
delgados de leche
amamantando las crías de la muerte.
Hay que mirar, tocar, brazos y piernas,
bocas mejillas, vientres
deshaciéndose en el ácido de la muerte.
Novias y madres caen,
se derrumban hermanos silenciosamente
en el pozo de la muerte.
Ejército de ciegos,
uno tras otro, de repente,
metiendo el pie en el hoyo de la muerte.Acude, sombra, al sitio en que la muerte
nos espera.
Asiste, llanto, visitante *****.
Agujas en los ojos, dedos en la garganta,
brazos de pesadumbre sofocando el pecho.
La desgracia ha barrido el lugar
y ha cercado el lamento.
Coros de ruinas organiza el viento.
Viudos pasan y huérfanos,
y mujeres sin hombre,
y madres arrancadas, con la raíz al aire,
y todos en silencio.
Asiste, hermano, padre,
ven conmigo, ternura de perro.
Mi amor sale como el sol diariamente.
Cortemos la fruta del árbol *****,
bebamos el agua del río *****,
respiremos el aire *****.

No pasa, no sucede, no hablar del tiempo.
Esto ha de ser, no sé, esto es el fuego
-no brasa, no llama, no ceniza-
fuego sin rostro, *****.
Deja que me arranquen uno a uno los dedos,
después la mano, el brazo,
que me arranquen el cuerpo,
que me busquen inútilmente *****.

Vamos, acude, llama, congrega
tu rebaño, muerte, tu pequeño
rebaño del día, enciérralo en tu puño,
aprisco de sueño.

Dejo en ti, madre nuestra,
en ti me dejo.
Gota perpetua,
bautizo verdadero,
en ti, inicial, final, estoy, me quedo.
Hoy amanecí con los puños cerrados
pero no lo tomen al pie de la letra
es apenas un signo de pervivencia
declaración de guerra o de nostalgia
a lo sumo contraseña o imprecación
al ciclo sordomudo y nubladísimo

sucede que ya es el tercer año
que voy ele gente en pueblo
ele aeropuerto en frontera
ele solidaridad en solidaridad
de cerca en lejos
de apartado en casilla
de hotelito en pensión
de apartamentito casi camarote
a otro con teléfono y water-comedor

además
de tanto mirar hacia el país
se me fue desprendiendo la retina
ahora ya la prendieron de nuevo,
así que miro otra vez hacia el país

llena pletórica de vacíos
mártir de su destino provisorio
patria arrollada en su congoja
puesta provisoriamente a morir
guardada por sabuesos no menos provisorios

pero los hombres de mala voluntad
no serán provisoriamente condenados
para ellos no habrá paz en la tierrita
ni de ellos será el reino de los cielos
ya que como es público y notorio
no son pobres de espíritu

los hombres de mala voluntad
no sueñan con muchachas y justicia
sino con locomotoras y elefantes
que acaban desprendiéndose de un guinche ecuánime
que casualmente pende sobre sus testas
no sueñan como nosotros con primaveras y alfabetizaciones
sino con robustas estatuas al gendarme desconocido
que a veces se quiebran como mazapán

los hombres de mala voluntad
no todos sino los verdaderamente temerarios
cuando van al analista y se confiesan
somatizan el odio y acaban vomitando

a propósito
son ellos que gobiernan
gobiernan con garrotes expedientes cenizas
con genuflexiones concertadas
y genuflexiones espontáneas
minidevaluaciones que en realidad son mezzo
mezzodevaluaciones que en realidad son macro

gobiernan con maldiciones y sin malabarismos
con malogros y malos pasos
con maltusianismo y malevaje
con malhumor y malversaciones
con maltrato y malvones
ya que aman las flores como si fueran prójimos
pero no viceversa

los hombres de pésima voluntad
todo lo postergan y pretergan
tal vez por eso no hacen casi nada
y ese poco no sirve

si por ellos fuera le pondrían
un durísimo freno a la historia
tienen pánico (le que ésta se desboque
y les galopo por encima pobres
tienen otras inquinas verbigracia
no les gustan los jóvenes tú el himno
los jóvenes bah no es una sorpresa
el himno porque dice tiranos temblad
y eso les repercute en el duodeno
pero sobre todo les desagrada
porque cuando lo oyen
obedecen y tiemblan
sus enemigos son cuantiosos y tercos
marxistas economistas niños sacerdotes
pueblos y más pueblos
qué lata es imposible acabar con los pueblos
y casi cien catervas internacionales
due tienen insolentes exigencias
como pan nuestro y amnistía
no se sabe por qué
los obreros y estudiantes no los aman

sus amigos entrañables tienen
algunas veces mala entraña
digamos Pinochet y el apartheid
dime con quién andas y te diré go home

también existen leves contradicciones
algo así como una dialéctica de oprobio
por ejemplo un presidio se llama libertad
de modo que si dicen con orgullo
aquí el ciudadano vive en libertad
significa que tiene diez años de condena

es claro en apariencia nos hemos ampliado
ya que invadimos los cuatro cardinales
en venezuela hay como treinta mil
incluidos cuarenta futbolistas
en sidney oceanía
hay una librería de autores orientales
que para sorpresa de los australianos
no son confucio ni lin yu tang
sino onetti vilariño arregui espínola
en barcelona un café petit montevideo
y otro localcito llamado el quilombo
nombre que dice algo a los rioplatenses
pero muy poca cosa a los catalanes
en buenos aires setecientos mil o sea no caben más
y así en méxico nueva york porto alegre la habana
panamá quito argel estocolmo parís
lisboa maracaibo lima amsterdam madrid
roma xalapa pau caracas san francisco montreal
bogotá londres mérida goteburgo moscú
efe todas partes llegan sobres de la nostalgia
narrando cómo hay que empezar desde cero
navegar por idiomas que apenas son afluentes
construirse algún sitio en cualquier sitio
a veces           lindas
veces             con manos solidarias
y otras           amargas
veces               recibiendo en la nunca
la mirada xenófoba

de todas partes llegan serenidades
de todas partes llegan desesperaciones
oscuros silencios de voz quebrada
uño de cada mil se resigna a ser otro

y sin embargo somos privilegiados

con esta rabia melancólica
este arraigo tan nómada
este coraje hervido en la tristeza
este desorden este no saber
esta ausencia a pedazos
estos huesos que reclaman su lecho
con todo este derrumbe misterioso
con todo este fichero de dolor
somos privilegiados

después de todo amamos discutimos leemos
aprendemos sueco catalán portugués
vemos documentales sobre el triunfo
en vietnam la libertad de angola
fidel a quien la historia siempre absuelve
y en una esquina de carne y hueso
miramos cómo transcurre el mundo
escuchamos coros salvacionistas y afónicos
contemplamos viajeros y laureles
aviones que escriben en el cielo
y tienen mala letra
soportamos un ciclón de trópico
o un diciembre de nieve

podemos ver la noche sin barrotes
poseer un talismán         o en su defecto un perro
hostezar escupir lagrimear
soñar suspirar confundir
quedar hambrientos o saciados
trabajar permitir maldecir
jugar descubrir acariciar
sin que el ojo cancerbero vigile

pero
         y los otros
qué pensarán los otros
si es que tienen ánimo y espacio
para pensar en algo

qué pensarán los que se encaminan
a la máquina buitre         a la tortura hiena
qué quedará a los que jadean de impotencia
qué a los que salieron semimuertos
e ignoran cuándo volverán al cepo
qué rendija de orgullo
qué gramo de vida
ciegos en su capucha
mudos de soledad
inermes en la espera

ni el recurso les queda de amanecer puteando
no sólo oyen las paredes
también escuchan los colchones si hay
las baldosas si hay
el inodoro si hay
y los barrotes que ésos siempre hay

cómo recuperarlos del suplicio y el tedio
cómo salvarlos de la muerte sucedánea
cómo rescatarlos del rencor que carcome

el exilio también tiene barrotes

sabemos dónde está cada ventana
cada plaza cada madre cada loma
dónde está el mejor ángulo ele cíelo
cómo se mueven las dunas y gaviotas
dónde está la escuelita con el hijo
del laburante que murió sellado
dónde quedaron enterrados los sueños
de los muertos y también de los vivos
dónde quedó el resto del naufragio
y dónde están los sobrevivientes

sabemos dónde rompen las olas más agudas
y dónde y cuándo empalaga la luna
y también cuándo sirve como única linterna

sabemos todo eso y sin embargo
el exilio también tiene barrotes

allí donde el pueblo a durísimas penas
sobrevive entre la espada tan fría que da asco
y la pared que dice libertad o muer
porque el adolesente ya no pudo

allí pervierte el aire una culpa innombrable
tarde horrenda de esquinas sin muchachos
hajo un sol que se desploma como buscando
el presidente ganadero y católico
es ganadero basta en sus pupilas bueyunas
y preconciliar pero de trento
el presidente es partidario del rigor
y la exigencia en interrogatorios
hay que aclarar que cultiva el pleonasmo
ya que el rigor siempre es exigente
y la exigencia siempre es rigurosa
tal vez quiso decir algo más simple
por ejemplo que alienta la tortura

seguro el presidente no opinaría lo mismo
si una noche pasara de ganadero a perdidoso
y algún otro partidario kyric eleison
del rigor y la exigencia kyrie eleison
le metiera las bueyunas en un balde de mierda
pleonasmo sobre el que hay jurisprudencia

parece que las calles ahora no tienen baches
y después del ángelus ni baches ni transeúntes
los jardines públicos están preciosos
las estatuas sin **** de palomas

después de todo no es tan novedoso
los gobiernos musculosos siempre se jactan
de sus virtudes municipales

es cierto que esos méritos no salvan un país
tal vez haya algún coronel que lo sepa

al pobre que quedó a solas con su hambre
no le importa que esté cortado el césped
los padres que pagaron con un hijo al contado
ignoran esos hoyos que tapó el intendente

a juana le amputaron el marido
no le atañe la poda de los plátanos

los trozos de familia no valoran
la sólida unidad de las estatuas

de modo que no vale la gloria ni la pena
que gasten tanto erario en ese brillo

aclaro que no siempre
amanezco con los puños cerrados

hay mañanas en que me desperezo
y cuando el pecho se me ensancha
y abro la boca como pez en el aire
siento que aspiro una tristeza húmeda
una tristeza que me invade entero
y que me deja absorto suspendido
y mientras ella lentamente se mezcla
con mi sangre y hasta con mi suerte
pasa por viejas y nuevas cicatrices
algo así como costuras mal cosidas
que tengo en la memoria en el estómago
en el cerebro en las coronarias
en un recodo del entusiasmo
en el fervor convaleciente
en las pistas que perdí para siempre
en las huellas que no reconozco
en el rumbo que oscila como un péndulo

y esa tristeza madrugadora y gris
pasa por los rostros de mis iguales
Unos lejanos perdidos en la escarcha
otros no sé dónde       deshechos o rehechos

el viejo que aguantó y volvió a aguantar
la llaca con la boca destruida
el gordo al que castraron
y los otros los otros y los otros
otros innumerables y fraternos
mi tristeza los toca con abrupto respeto
y las otras las otras y las otras
otras esplendorosas y valientes
mi tristeza las besa una por una

no sé qué les debemos
pero eso que no sé
sé que es muchísimo

esto es una derrota
hay cine decirlo
vamos a no mentirnos nunca más
a no inventar triunfos de cartón

si quiero rescatarme
si quiero iluminar esta tristeza
si quiero no doblarme de rencor
ni pudrirme de resentimiento
tengo que excavar hondo
hasta mis huesos
tengo que excavar hondo en el pasado
y hallar por fin la verdad maltrecha
con mis manos que ya no son las mismas

pero no sólo eso
tendré que excavar hondo en el futuro
y buscar otra vez la verdad
con mis manos que tendrán otras manos

que tampoco serán ya las mismas
pues tendrán otras manos

habrá que rescatar el vellocino
que tal vez era sólo de lana
rescatar la verdad más sencilla
y una vez que la hayamos aprendido
y sea tan nuestra como
las articulaciones o los tímpanos
entonces basta basta basta
de autoflagelaciones y de culpas
todos tenemos nuestra rastra
claro
pero la autocrítica
                               no es una noria
no voy a anquilosarme en el reproche
y no voy a infamar a mis hermanos
el baldón y la ira los reservo
para los hombres de mala voluntad
para los que nos matan nos expulsan
nos cubren de amenazas nos humillan
nos cortan la familia en pedacitos
nos quitan el país verde y herido
nos quieren condenar al desamor
nos queman el futuro
nos hacen escuchar cómo crepita

el baldón y la ira
que esto quede bien claro
yo los reservo para el enemigo

con mis hermanos porfiaré
es natural
sobre planes y voces
trochas atajos y veredas
pasos atrás y pasos adelante
silencios oportunos       omisiones que no
coyunturas mejores o peores
pero tendré a la vista que son eso
hermanos

si esta vez no aprendemos
será que merecemos la derrota
y sé que merecemos la victoria

el paisito está allá
                              y es una certidumbre
a lo mejor ahora está lloviendo
allá sobre la tierra

y aquí
bajo este transparente sol de libres
aquella lluvia cala hasta mis bronquios
me empapa la vislumbre
me refresca los signos
lava mi soledad

la victoria es tan sólo
un tallito que asoma
pero esta lluvia patria
le va a hacer mucho bien
creo que la victoria estará como yo
ahí nomás germinando
digamos aprendiendo a germinar
la buena tierra artigas revive con la lluvia
habrá uvas y duraznos y vino
barro para amasar
muchachas con el rostro hacia las nubes
para que el chaparrón borre por fin las lágrimas

ojalá que perdure
hace bien este riego
a vos a mí al futuro
a la patria sin más

hace bien si llovemos mi pueblo torrencial
donde estemos
                            allá
                                   o en cualquier parte

sobre todo si somos la lluvia y el solar
la lluvia y las pupilas y los muros
la bóveda la lluvia y el ranchito
el río y los tejados y la lluvia

furia paciente
                        lluvia
                                  iracundo silencio
allá y en todas partes

ah tierra lluvia pobre
modesto pueblo torrencial

con tan buen aguacero
la férrea dictadura
acabará oxidándose

y la victoria crecerá despacio
como siempre han crecido las victorias.
Natalia Rivera Jun 2014
La vida me mostro  que no importa cuántas personas tenga a mi alrededor siempre estaré sola. Me enseño a no depender de nadie, a no dejar de ser yo misma solo por encajar en un grupo social. Aprendí esto son de cantazos, de muchas noches llorando, de coraje, frustración & de acciones erróneas que llegue a tomar bajo coraje. Opte por ser egoísta porque me canse, me canse como se cansa un viejo matrimonio arreglado fingiendo que es feliz, me canse ceder a la merced de todos para nada. Y esto no se trata de dar para recibir, se trata de igualdad. Se trata de personas que te juzgan solo por que no conocen tus motivos, se trata de personas que solo se llenan la boca de estiércol cuando no se imaginan por todo lo que pasa la otra persona. Es muy fácil burlarse de la gorda del grupo solo porque no cumple con tus expectativas de belleza, es muy fácil burlarse de la que se mutila porque para ti eso es de inmaduros, es muy fácil creerte superior a una dama solo porque los estereotipos dicen que el hombre es el **** fuerte. Pero si el mundo gira en dirección contraria & a un amigo le sucede eso & necesita con quien hablar ahí estas tu como un idiota de nuevo, tratando de ayudar a quien te hunde, tratando de salvar a alguien que te mata con cada palabra que sale de su boca. Ahí estas de nuevo. Ahora te pregunto, vale la pena darlo todo por alguien que no da nada por ti?  Para que estar con personas que te hacen daño? Crees que es necesario el humillarte así?  . No, por supuesto que no, pero tenemos miedo. Tenemos miedo a quedarnos solos, le tenemos miedo a la soledad, a que nadie sepa que estamos aquí, a ser invisibles. Yo elegí ser egoísta, elegí solo preocuparme por mi, porque si yo no lo hago entonces quien lo hará por mi? No dependas de los demás, no dejes que los demás controlen tus emociones. No permitas que te hagan tanto daño emocional. Tu das mas que eso, sal adelante, si no tienes con quien hablar o con quien pasar el tiempo quédate solo. Como dice una de las canciones de mi querido Arjona “no es bueno el que te ayuda si no el que no te molesta” Tu decides si mirarlos a todos desde abajo o sacarle el dedo a todos los que te dijeron “ no puedes” desde arriba. Tu eres quien te pones barreras & quien las quita, eres quien toma las decisiones importantes en tu vida. En ti esta salir de esa charca para experimentar la grandeza del océano
No estés triste, Plutón
Lejos del Sol, cerca del vacío
Pequeño desterrado sin razón de ser.

Piensa en los buenos tiempos
Aquellos lejanos años 30
Cuando te acogimos con entusiasmo.

No pienses en lo del nuevo siglo
En esta última vez que te dijimos
“No eres tú
                      somos nosotros”.

No hubo astrólogo
Que te considerara planeta
Aunque todos respetaran tu tránsito:
Siempre será bueno
Que pases por nuestra carta natal.

Plutón, hermoso plutoide
No nos extrañes
No valemos la pena.

Quédate con Eris y Sedna
Formen bellos conjuntos
Que alguien mejor
Alguien con luz
Sepa contemplar.
(18-febrero-1930, Clyde Tombaugh descubre Plutón. 24-agosto-2006, la Unión Astronómica Internacional acuerda que Plutón no es un planeta sino un plutoide, es decir, un planeta enano situado más allá de la órbita de Neptuno, es decir, va pa fuera de nuestra lista de planetas del sistema solar. En Astrología, Plutón simboliza la transformación y los grandes retos, aunque en general tampoco es considerado planeta. ¿Qué le deparará a Plutón el futuro? (poema del 2012))
Una noche invernal, de las más bellas
Con que engalana enero sus rigores
Y en que asoman la luna y las estrellas
Calmando penas e inspirando amores;
Noche en que están galanes y doncellas
Olvidados de amargos sinsabores,
Al casto fuego de pasión secreta
Parodiando a Romeo y a Julieta.

En una de esas noches sosegadas,
En que ni el viento a susurrar se atreve,
Ni al cruzar por las tristes enramadas
Las mustias hojas de los fresnos mueve
En que se ven las cimas argentadas
Que natura vistió de eterna nieve,
Y en la distancia se dibujan vagos
Copiando el cielo azul los quietos lagos;

Llegó al pie de una angosta celosía,
Embozado y discreto un caballero,
Cuya mirada hipócrita escondía
Con la anchurosa falda del sombrero.
Señal de previsión o de hidalguía
Dejaba ver la ***** de su acero
Y en pie quedó junto a vetusta puerta,
Como quien va a una cita y está alerta.

En gran silencio la ciudad dormida,
Tan sólo turba su quietud serena,
Del Santo Oficio como voz temida
Débil campana que distante suena,
O de amor juvenil nota perdida
Alguna apasionada cantilena
O el rumor que entre pálidos reflejos
Suelen alzar las rondas a lo lejos.

De pronto, aquel galán desconocido
Levanta el rostro en actitud violenta
Y cual del alto cielo desprendido
Un ángel a su vista se presenta
-¡Oh Manrique! ¿Eres tú? ¡Tarde has venido!
-¿Tarde dices, Leonor? Las horas cuenta.
Y el tiempo que contesta a tal reproche
Daba el reloj las doce de la noche.

Y dijo la doncella: -«Debo hablarte
Con todo el corazón; yo necesito
La causa de mis celos explicarte.
Mi amor, lo sabes bien, es infinito,
Tal vez ni muerta dejaré de amarte
Pero este amor lo juzgan un delito
Porque no lo unirán sagrados lazos,
Puesto que vives en ajenos brazos.

»Mi padre, ayer, mirándome enfadada
-Me preguntó, con duda, si era cierto
Que me llegaste a hablar enamorado,
Y al ver mi confusión, él tan experto,
Sin preguntarme más, agregó airado:
Prefiero verlo por mi mano muerto
A dejar que con torpe alevosía
Mancille el limpio honor de la hija mía.

»Y alguien que estaba allí dijo imprudente:
¡Ah! yo a Manrique conocí en Sevilla,
Es guapo, decidor, inteligente,
Donde quiera que está resalta y brilla,
Mas conozco también a una inocente
Mujer de alta familia de Castilla,
En cuyo hogar, cual áspid, se introdujo
Y la mintió pasión y la sedujo.

Entonces yo celosa y consternada
Le pregunté con rabia y amargura,
Sintiendo en mi cerebro desbordada
La fiebre del dolor y la locura:
-¿Esa inocente víctima inmolada
Hoy llora en el olvido su ternura?
Y el delator me respondió con saña:
-¡No! La trajo Manrique a Nueva España.

»Si es la mujer por condición curiosa
Y en inquirir concentra sus anhelos,
es más cuando ofendida y rencorosa
siente en su pecho el dardo de los celos
Y yo, sin contenerme, loca, ansiosa,
Sin demandar alivios ni consuelos,
Le pregunté por víctima tan bella
Y en calma respondió: -Vive con ella.

»Después de tal respuesta que ha dejado
Dudando entre lo efímero y lo cierto
A un corazón que siempre te ha adorado
Y sólo para ti late despierto,
Tal como deja un filtro envenenado
Al que lo apura, sin color y yerto:
No te sorprenda que a tu cita acuda
Para que tú me aclares esta duda».

Pasó un gran rato de silencio y luego
Manrique dijo con la voz serena
-«Desde que yo te vi te adoro ciego
Por ti tengo de amor el alma llena;
No sé si esta pasión ni si este fuego
Me ennoblece, me salva o me condena,
Pero escucha, Leonor idolatrada,
A nadie temo ni me importa nada.

»Muy joven era yo y en cierto día
Libre de desengaños y dolores,
Llegué de capitán a Andalucía,
La tierra de la gracia y los amores.
Ni la maldad ni el mundo conocía,
Vagaba como tantos soñadores
Que en pos de algún amor dulce y profundo
Ven como eterno carnaval el mundo.

»Encontré a una mujer joven y pura,
Y no sé qué la dije de improviso,
La aseguré quererla con ternura
Y no puedo negártelo: me quiso.
Bien pronto, tomó creces la aventura;
Soñé tener con ella un paraíso
Porque ya en mis abuelos era fama:
Antes Dios, luego el Rey, después mi dama.

»Y la llevé conmigo; fue su anhelo
Seguirme y fue mi voluntad entera;
Surgió un rival y le maté en un duelo,
Y después de tal lance, aunque quisiera
Pintar no puedo el ansia y el desvelo
Que de aquella Sevilla, dentro y fuera,
Me dio el amor como tenaz castigo
Del rapto que me pesa y que maldigo.

»A noticias llegó del Soberano
Esta amorosa y juvenil hazaña
Y por salvarme me tendió su mano,
Y para hacerme diestro en la campaña
Me mandó con un jefe veterano
A esta bella región de Nueva España...
¿Abandonaba a la mujer aquella?
Soy hidalgo, Leonor, ¡vine con ella!

»Te conocí y te amé, nada te importe
La causa del amor que me devora;
La brújula, mi bien, siempre va al norte;
La alondra siempre cantará a la aurora.
¿No me amas ya? pues deja que soporte
A solas mi dolor hora tras hora;
No demando tu amor como un tesoro,
¡Bástame con saber que yo te adoro!

»No adoro a esa mujer; jamás acudo
A mentirle pasión, pero tú piensa
Que soy su amparo, su constante escudo,
De tanto sacrificio en recompensa.
Tú, azucena gentil, yo cardo rudo,
Si ofrecerte mi mano es una ofensa
Nada exijo de ti, nada reclamo,
Me puedes despreciar, pero te amo».

Después de tal relato, que en franqueza
Ninguno le excedió, calló el amante,
Inclinó tristemente la cabeza;
Cerró los ojos mudo y anhelante
Ira, celos, dolor, miedo y tristeza
Hiriendo a la doncella en tal instante
Parecían decirle con voz ruda:
La verdad es más negra que la duda.

Quiere alejarse y su medrosa planta
De aquel sitio querido no se mueve,
Quiere encontrar disculpa, mas le espanta
De su adorado la conducta aleve;
Quiere hablar y se anuda su garganta,
Y helada en interior como la nieve
Mira con rabia a quien rendida adora
Y calla, gime, se estremece y llora.

¡Es el humano corazón un cielo!
Cuando el sol de la dicha lo ilumina
Parece azul y vaporoso velo
Que en todo cuanto flota nos fascina:
Si lo ennegrece con su sombra el duelo,
Noche eterna el que sufre lo imagina,
Y si en nubes lo envuelve el desencanto
Ruge la tempestad y llueve el llanto.

¡Ah! cuán triste es mirar marchita y rota
La flor de la esperanza y la ventura,
Cuando sobre sus restos solo flota
El ***** manto de la noche obscura;
Cuando vierte en el alma gota a gota
Su ponzoñosa esencia la amargura
Y que ya para siempre en nuestra vida
La primera ilusión está perdida.

Leonor oyendo la ****** historia
Del hombre que encontrara en su camino,
Miró eclipsarse la brillante gloria
De su primer amor, casto y divino;
Su más dulce esperanza fue ilusoria,
Culpaba, no a Manrique, a su destino
Y al fin le dijo a su galán callado:
-«Bien; después de lo dicho, ¿qué has pensado?

»Tanta pasión por ti mi pecho encierra
Que el dolor que me causas lo bendigo;
Voy a vivir sin alma y no me aterra,
Pues mi culpa merece tal castigo.
Como a nadie amaré sobre la tierra
Llorando y de rodillas te lo digo,
Haz en mi nombre a esa mujer dichosa,
Porque yo quiero ser de Dios esposa.

Calló la dama y el galán, temblando,
Dijo con tenue y apagado acento:
-«Haré lo que me pidas; te estoy dando
Pruebas de mi lealtad, y ya presiento
Que lo mismo que yo te siga amando
Me amarás tú también en el Convento;
Y si es verdad, Leonor, que me has querido
Dame una última prueba que te pido.

»No tu limpia pureza escandalices
con este testimonio de ternura
No hay errores, ni culpas, ni deslice
Entre un hombre de honor y un alma pura;
Si vamos a ser ambos infelices
Y si eterna ha de ser nuestra amargura,
Que mi postrer adiós que tu alma invoca
Lo selles con un beso de mi boca».

Con rabia, ciega, airada y ofendida,
-«No me hables más,- repuso la doncella
Sólo pretendes verme envilecida
Y mancillarme tanto como a aquélla.
Te adoro con el alma y con la vida
Y maldigo este amor, pese a mi estrella,
Si hidalgo no eres ya ni caballero
Ni debo amarte, ni escucharte quiero».

Manrique, entonces la cabeza inclina,
Siente que se estremece aquel recinto,
Y sacando una daga florentina,
Que llevaba escondida bajo el cinto
Como un tributo a la beldad divina
Que amó con un amor jamás extinto,
Altivo, fiero y de dolor deshecho
Diciendo: -«Adiós, Leonor», la hundió en su pecho.

La dama, al contemplar el cuerpo inerte
En el dintel de su mansión caído,
Maldiciendo lo ***** de la suerte,
Pretende dar el beso apetecido.
Llora, solloza, grita ante la muerte
Del hombre por su pecho tan querido,
Y antes de que bajara hasta la puerta
La gente amedrentada se despierta.

Leonor, a todos sollozando invoca
Y les pide la lleven al convento
Junto a Manrique, en cuya helada boca
Un beso puede renovar su aliento.
Todos claman oyéndola: «¡Está loca!»
Y ella, fija en un solo pensamiento
Convulsa, inquieta, lívida y turbada
Cae, al ver a su padre, desmayada.

Y no cuentan las crónicas añejas
De aquesta triste y amorosa hazaña,
Si halló asilo Leonor tras de las rejas
De algún convento de la Nueva España.
Tan fútil como todas las consejas,
Si ésta que narro a mi le lector extraña,
Sepa que a la mansión de tal suceso,
Llama la gente: «El Callejón del Beso».
Nicole Jun 2015
Mi inspiración es escasa,
he sentido que algo me falta.
Quiero que me toques,
que me hagas sentir tuya una vez más,
que seamos dueños de la noche,
que nos ahoguemos en el deseo.
Quiero que seas como águila;
que de lejos tomes posesión de mi cuerpo con la mirada
y que con garras afiladas me tomes
y me lleves al punto más alto.
Mantén prisionero mi cuerpo,
ten control total.
Quiero que seas como serpiente venenosa,
que me inyectes de tu substancia,
que por más mortífera,
me endulces la vida,
que así sea por un solo instante,
me hagas alucinar.
Quiero que me asfixies,
que provoques el mayor de los suspiros,
dejando parecer que es el último,
aunque sepa que luego me dejarás en libertad
Quiero que me tomes esta noche,
te permito que me optes como presa,
que seas como animal feroz hambriento,
devorando cada extremidad.
Solo una noche,
una noche más.
Necesito que tomes mi cuerpo,
que me devuelvas mi musa,
aunque por una noche
pierda la cordura.
He abierto la ventana. Entra sin hacer ruido
(afuera deja sus constelaciones).
«Buenas noches, Noche».
Pasa las páginas de sombra
en las que todo está ya escrito.
Viene a pedirme cuentas.

«Salí al rayar el alba -digo-.
Lamía el sol las paredes leprosas
Olía a vino, a miel, a jara»
(Deslumbrada por tanta claridad
ha entornado los ojos).
La llevan mis palabras por calles, ascuas, no lo sé:
oye la plata de las campanadas.
Ante la puerta de la iglesia
me callo, me detengo -entraría conmigo-
si yo no me callase, si no me detuviera-;
yo sé bien lo que quiere la Noche;
lo de todas las noches;
si no, por qué habría venido.

Ya mi memoria no es lo que era. En la misa del alba
no dije Agnus Dei qui tollis pecata mundi,
sino que dije Marta Dei  (ella también es cordero de Dios
que quita mis pecados del mundo).
La noche no podría comprenderlo,
y qué decirle, y cómo, para que lo entendiese.

No me pregunta nada la Noche,
no me pregunta nada. Ella lo sabe todo
antes que yo lo diga, antes que yo lo sepa.
Ella ha oído esos versos
que se escupen de boca en boca, versos
de un malaleche del Andalucía
al que otro malaleche de solar montañés
llamara «capellán del rey de bastos»
en los que se hace mofa de mí y de Marta,
amor mío, resumen de todos mis amores:
Dicho me han por una carta
que es tu cómica persona
sobre los manteles, mona
y entre las sábanas, Marta.
qué sabrá ese tahúr, ese amargado
lo que es amor.
La Noche trae entre los pliegues de su toga
un polvillo de música, como el del ala de la mariposa.
Una música hilada en la vihuela
del maestro del danzar, nuestro vecino.
En la cocina estará escuchando Marta;
danzará, mientras barre el suelo que no ve,
manchado de ceniza, de aroma, de trigo candeal,
de jazmines, de estrellas, de papeles rompidos.
Danza y barra Marta.

Pido a la Noche que se vaya. Hasta mañana, Noche.
Déjame que descanse. Cuando amanezca regaré el jardín,
saldré después a decir misa.
-Deus meus, Deus meus, quare tristis est amina mea-
luego volveré a casa, terminaré una epístola en tercetos
escribiré unas hojas
de la comedia que encargaron unos representantes.
Que las cosas no marchan bien en el teatro,
y uno no puede dormirse en los laureles.

Hasta mañana, Noche.
Tengo que dar la cena a Marta,
asearla, peinarla (ella no vive ya en el mundo nuestro),
cuidar que no alborote mis papeles,
que no apuñale las paredes con mis plumas
mis bien cortadas plumas,
tengo que confesarla. «Padre, vivo en pecado»
(no sabe que el pecado es de los dos),
y dirá luego: «Lope, quiero morirme»
(y qué sucedería si yo muriese antes que ella).
Ego te absolvo.

Y luego, sosegada, le contaré, para dormirla,
aventuras de olas, de galeones, de arcabuces, de rumbos marinos,
de lugares vividos y soñados: de lo que fue
y que no fue y que pudo ser mi vida.
Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar.
Oh, tú que me subyugas. ¿Por qué has llegado tarde?
¿Por qué has venido ahora cuando el alma no arde,
Cuando rosas no tengo para hacerte con ellas
Una alegre guirnalda salpicada de estrellas?

Oh tú, de la palabra dulce como el murmullo
Del agua de la fuente; dulce como el arrullo
De la torcaza; dulce como besos dormidos
Sobre dos manos pálidas protectoras de nidos.

Oh tú, que con tus manos puedes tomar mi testa
Y hacerle brotar flores como un árbol en fiesta
Y hacer que entre mis labios se arquee la sonrisa
Como un cielo nublado que de pronto se irisa.

¿Por qué has llegado tarde? ¿Por qué has venido ahora
Cuando he sido vencida por llama destructora,
Cuando he sido arrasada por el fuego divino
Y voy, cegada y triste, por un ***** camino?

Yo quiero, Dios de dioses, que me hagan nueva toda.
Que me tejan con lirios; me sometan a poda
Las manos del Misterio; que me resten maleza.
Tus labios no se hicieron para curar tristeza.

Para tus labios, agua de una pureza suma.
Para tus labios, copas de cristal y la espuma
Blanquísima de un alma que no sepa de abejas,
Ni de mieles, ni sepa de las flores bermejas.

Para tus manos, esas que nunca amortajaron;
Para tus ojos, esos, los que nunca lloraron;
Para tus sueños, sueños como cisnes de oro;
Para que tus pupilas persiguieran mis rastros,

Oh si luego mis pétalos que estrujaran tus manos,
Adquirieran por magia poderes sobrehumanos
Y hechos luz se aferraran a la luz de los astros
Para que tus pupilas persiguieran mis rastros.

Bienvenida la muerte que al sorberme me dieras;
Bienvenido tu fuego que agosta primavera;
Bienvenido tu fuego que mata los rosales:
Que todas las corolas se acerquen a tus males.

Oh tú, a quien idolatro por sobre la existencia,
Oh tú, por quien deseo renovada mi esencia,
¿Por qué has llegado ahora cuando no he de lograr
El divino suplicio de verme deshojar?...
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.
Iba yo por la senda, tú venías por ella,
mi amor cayó en tus brazos, tu amor tembló en los míos.
Desde entonces mi cielo de noche tuvo estrellas
y para recogerlas se hizo tu vida un río.
Para ti cada roca que tocarán mis manos
ha de ser manantial, aroma, fruta y flor.Para ti cada espiga debe apretar su grano
y en cada espiga debe desgranarse mi amor.Me impedirás, en cambio, que yo mire la senda
cuando llegue la muerte para dejarla trunca.Te cubrirán mis ojos como una doble venda.Me hablarás de un camino que no termine nunca.
La música que escondo para encantarse huye
lejos de la canción que borbota y resalta:
como una vía láctea desde mi pecho fluye.En tus brazos se enredan las estrellas más altas.
Tengo miedo. Perdóname por no haber llegado antes.Una sonrisa tuya borra todo un pasado:
guarden tus labios dulces lo que ya está distante.En un beso sabrás todo lo que he callado.Tal vez no sepa entonces conocer tu caricia,
porque en las venas mías tu ser se habrá fundido.Cuando yo muerda un fruto tú sabrás su delicia.Cuando cierres los ojos me quedaré dormido.
Fa Be O Jan 2013
no sabia que lo que yo sentia
tuviera nombre...
le llamaba amor,
le llamaba tentacion,
le llamaba frustracion,
le llamaba decepcion,
le llamaba inspiracion.
y no, no llegaba
ninguna palabra
ni a la mitad.
y tu lo dijiste:
incondicional
esa palabra que lo explica todo:
el porque de mis desvelos,
el sentimiento de enojo
cuando mis ojos
captaban los tuyos mirando a otros,
y aun así pensar que eran hermosos,
la razón por la cual
mi orgullo no existe contigo,
lo que excusa
que yo te bese donde quieras:
en el cuello cuando estamos solos,
en la mejilla cuando hay que pretender
simplemente amistad.
incondicional:
que me rompas el corazón
de mil maneras,
a tu forma, cuando quieras;
y que vuelva otra vez,
a perdonarte mil veces
como a ti te gusta,
pidiéndote que me quieras
un poquito mas,
un poquito mas así....
incondicional:
que sepa siempre
cuando se trata de amar,
cuando de los negocios,
y cuando de solo idear....
que cambie mi voz,
que te complazca
una noche
con mis gemidos sin aliento,
con mi llanto de placer,
y al otro día
que te informe ,
bien seria y profesional,
los detalles de aquel plan....
incondicional
saber que ahi voy a estar,
que voy a ser lo que necesites,
cuando lo necesites.
incondicional
*incondicional
1/10/13
Ella amará a otro hombre.
Yo voy lejos, andando hacia el olvido.
Y puede suceder que alguien me nombre,
pero ella fingirá no haber oído.

Ella amará a otro hombre:
el tiempo pasa y el amor finaliza,
y es natural que lo que fue una brasa
acabe convirtiéndose en ceniza.

Aunque nadie lo quiera,
envejecen las vidas y las cosas,
y es natural también que en primavera
los rosales den rosas.

Es natural. Por eso,
ella amará a otro hombre, y está bien.
No sé si ya olvidó mi último beso,
ni me importa con quién.

Pero quizás, un día,
oyendo una canción,
sentirá que esa vieja melodía
le cambia el ritmo de su corazón.

O será algún vestido
que yo le conocí,
o el olor del jardín cuando ha llovido,
pero algún día ha de pensar en mí.

O puede ser un gesto,
un modo de mirar,
o ciertas calles, o un botón mal puesto,
o una hoja seca que voló al azar.

Y de alguna manera
tendrá que recordarme, sin querer,
escuchando unos pasos en la acera
como los míos al atardecer.

Será en algún momento,
no importa cuándo o dónde, aquí o allá,
porque el amor, por parecerse al viento,
parece que se ha ido y no se va.

Y si en ese momento ella suspira
y él pregunta por qué,
le tendrá que inventar una mentira
para que nunca sepa por qué fue.

Y él no verá esa huella,
eso tan mío en lo que ya perdí;
y, aunque la pueda amar más que yo a ella,
ella no podrá amarlo más que a mí...!
Leydis Oct 2017
He dejado una carta
en lo largo de mi espalda
un manual de instrucciones
una guía de esperanza.

He dejado una carta
a lo largo de mi cuello,
a lo ancho de mi pecho,
en la humildad de mi ombligo,
en la necesidad de mi espíritu,
para el que desee leerla,
para el que sepa interpretar antiguas lenguas,
para el que sepa nadar con la corriente,
y orillarse en el sablón cuando las olas estén en contención.

He escrito una carta
pueda que contenga rimas,
puede que trine en melodías,
puede que se sienta a melancolía,
puede versar en la ironía,
pueden que esas líneas solo busquen compañía.

He descrito mis deseos,
he detallado como quiero que me besen,
he contado como quiero sentirme en manos fructíferas,
he cantado como quiero que mi cuerpo se oscile en delicia,
que mi mente se agite buscando el verso perfecto,
el sentimiento que denote un amor que traspasa el tiempo.

Llevo un escrito en lo largo de mi cuerpo,
talvez sea una vieja canción,
talvez un poema que exhorte pasión,
talvez sea una inspiración sisada del viento.
Creo que llevo el mapa del tiempo en mis labios sedientos,
creo que habla del universo,
creo que son los diez mandamientos…..
no sé si en español, inglés, o griego.
Creo que habla de una diosa primorosa,
puede que hable de amor sin filtros,
talvez describa la soledad del preso,
o de la prisión del ego.

No sé a quién dedicárselo.
No sé si querrán leerlo,
solo se,
que hay un poema en lo largo de mi cuerpo,
cuya pluma fluye buscando el verso perfecto.
Creo que puedes comenzar a descifrarlo
con un beso sincero!!!  


LeydisProse
10/9/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Santiago Nov 2015
Señor aqui estamos
dispuestos ante ti
para adorarte

Señor, hoy te entregamos
nuestro nuestro corazon
como una ofrenda de amor

Señor, hemos venido
a ministrarte, a adorarte
Señor reconocemos que
no hay nadie como tu
y te cantamos

//No hay nadie como tu//
precioso y glorioso
tan bello y tan hermoso

//No hay nadie como tu//
precioso y glorioso
tan bello y tan hermoso
Jesus

Jesus, precioso Jesus

Quiero decirte que mi vida
te pertenece a ti porque
tu Señor tu vida diste por mi

Y en este canto
yo te entrego mi amor
para exaltarte y que
todo el mundo sepa

//No hay nadie como tu//
precioso y glorioso
tan bello y tan hermoso

//No hay nadie como tu//
precioso y glorioso
tan bello y tan hermoso
Jesus

Jesus precioso Jesus

Amado mio mi corazon te canta
a ti por todo lo que has hecho
en mi Señor Jesus

Mi vida es tuya
Mi vida es tuya Señor
Te doy todo lo que soy para
que te glorifiques Dios

//No hay nadie como tu//
precioso y glorioso
tan bello y tan hermoso

//No hay nadie como tu//
precioso y glorioso
tan bello y tan hermoso
Jesus

Jesus precioso Jesus
Señora; según dicen, ya tiene usted otro amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante...
Yo sé que no es frecuente que una mujer hermosa
se resigne a ser viuda, sin haber sido esposa.

Y me parece injusto discutirle el derecho
de compartir sus penas, sus gozos y su lecho;
pero el amor, señora, cuando llega el olvido
también tiene el derecho de un final distinguido.

Perdón, si es que la hiere mi reproche, perdón,
aunque sé que la herida no es en el corazón...
Y, para perdonarme, piense si hay más despecho
en lo que yo le digo que en lo que usted ha hecho;

pues sepa que una dama con la espalda desnuda,
sin luto, en una fiesta, puede ser una viuda,
pero no, como tantas, de un difunto señor,
sino, para ella sola; viuda de un gran amor.

Y nuestro amor, recuerdo, fue un amor diferente,
(al menos al principio, ya no, naturalmente).

Usted era el crepúsculo a la orilla del mar,
que, según quien la mire, será hermoso o ******.
Usted era la flor que, según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.

O acaso ¿cierta noche de amor y de locura,
yo vivía un ensueño... y usted una aventura?
Si, usted juró, cien veces, ser para siempre mía:
yo besaba sus labios, pero no lo creía...

Usted sabe, y perdóneme, que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
Por eso no me extraña que ya tenga otro amante,
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.

Y como usted, señora, ya aprendió a ser infiel,
a mí, así de repente... me da pena por él.

Sí, es cierto. Alguna noche su puerta estuvo abierta,
y yo, en otra ventana me olvidé de su puerta;
o una tarde de lluvia se iluminó mi vida
mirándome en los ojos de una desconocida;

y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en la corriente.
Sin embargo, señora, yo, con sed o sin sed,
nunca pensaba en otra si la besaba a usted.

Perdóneme de nuevo, si le digo estas cosas,
pero ni los rosales dan solamente rosas;
y no digo esto por usted, ni por mí,
sino por los amores que terminan así.

Pero vea, señora, que diferencia había
entre usted que lloraba y yo; que sonreía,
pues nuestro amor concluye con finales diversos:
Usted besando a otro; yo, escribiendo estos versos...
Elige ¡oh, Juan! un amigo
Franco, sincero y honrado,
Que cuando estés a su lado
No extrañes no estar conmigo.
Un joven que imite a un viejo
En lo juicioso y prudente,
Que te conforte y aliente
Siempre que te dé un consejo.
Que se interese en tu bien,
Que censure tus errores,
Y en tus dichas y dolores
Se alegre y sufra también.
Que nunca te incline al mal,
Que no te engañe ni adule,
Y te aplauda o te estimule
Con desinterés igual.
No un farsante, un caballero
Por hechos, no por blasones;
Que sea en todas tus acciones,
No un cómplice, un compañero.
Que puedas darle tu mano
Sin temor de que la manche;
Un ser que el alma te ensanche
Cuando le llames hermano.
No le canse tu exigencia,
Ni tu carácter le hostigue,
Piensa bien cuánto consigue
La mutua condescendencia.
Que no ostente falsas galas,
Que no oculte la verdad,
Y sepa que la amistad
Es sólo el amor sin alas.
¡Oh mi Juan!, yo te lo digo,
Por este mundo al cruzar
Es muy difícil hallar
Este tesoro, un amigo.
Y es tan grave su elección,
Que te lo puedo decir,
Compromete al porvenir,
Compromete al corazón.
Y tanto influye en la suerte
Del necio que se descuida,
Que un buen amigo es la vida
Y un mal amigo, la muerte.
Como tu dicha es mi afán,
No busques falsos testigos,
Tus libros y tus amigos,
Preséntamelos, mi Juan.
Con un menino del Padre,
Tu mandil y mi avantal,
De la cámara del golpe,
Pues que su llave la trae,
Recibí en letra los ciento
Que recibiste, jayán,
De contado, que se vían
Uno al otro al asentar.
Por matar la sed te has muerto;
Más valiera, Escarramán,
Por no pasar esos tragos
Dejar otros de pasar.
Borrachas son las pendencias,
Pues tan derechas se van
A la bayuca, donde hallan,
Besando los jarros, paz.
No hay cuestión ni pesadumbre
Que sepa, amigo, nadar;
Todas se ahogan en vino,
Todas se atascan en pan.
Si por un chirlo tan sólo
Ciento el verdugo te da,
En el dar ciento por uno
Parecido a Dios será.
Si tantos verdugos catas,
Sin duda que te querrán
Las Damas por verdugado
Y las Izas por rufián.
Si te han de dar más azotes
Sobre los que están atrás,
Estarán unos sobre otros
O se habrán de hacer alIá.
Llevar buenos pies de albarda
No tienes que exagerar,
Que es más de muy azotado
Que de jinete y galán.
Por buen supuesto te tienen
Pues te envían a bogar,
Ropa y plaza tienes cierta,
Y a subir empezarás.
Quéjaste de ser forzado,
No pudiera decir más
Lucrecia del rey Tarquino,
Que tú de su Majestad.
Esto de ser galeote
Solamente es empezar,
Que luego, tras remo y pito,
Las manos te comerás.
Dices que te contribuya,
Y es mi desventura tal
Que si no te doy consejos,
Yo no tengo que te dar.
Los hombres por las mujeres
Se truecan ya taz a taz,
Y si les dan algo encima,
No es moneda lo que dan.
No da nadie sino a censo,
Y todas queremos más
Para galán un Pagano,
Que un Cristiano sin pagar.
A la sombra de un corchete
Vivo en aqueste lugar,
Que es para los delincuentes
Árbol que puede asombrar.
De las cosas que me escribes
He sentido algún pesar,
Que le tengo a Cardeñoso
Entrañable voluntad.
¡Miren qué huevos le daba
El Asistente a tragar
Para que cantara tiples,
Sino agua, cuerda y cendal!
Que Remolón fuese cuenta
Heme holgado en mi verdad,
Pues por aquese camino
Hombre de cuenta será.
Aquí derrotaron juntos
Coscolina y Cañamar,
En cueros por su pecado
Como Eva con Adán.
Pasáronlo honradamente
En este honrado lugar;
Y no siendo picadores,
Vivieron pues de hacer mal.
Espaldas le hizo el verdugo,
Mas debióse de cansar,
Pues habrá como ocho días
Que se las deshizo ya.
Y muriera como Judas,
Pero anduvo tan sagaz,
Que negó -sin ser San Pedro-
Tener llave universal.
Perdone Dios a Lobrezno,
Por su infinita bondad,
Que ha dejado sin amparo
Y muchacha a la Luján.
Después que supo la nueva,
Nadie la ha visto pecar
En público; que de pena
Va de zaguán en zaguán.
De nuevo no se me ofrece
Cosa de que te avisar,
Que la muerte de Valgarra
Ya es añeja por allá.
Cespedosa es ermitaño
Una legua de Acalá;
Buen diciplinante ha sido,
Buen penitente será.
Baldorro es mozo de sillas
Y lacayo Matorral,
Que Dios por este camino
Los ha querido llamar.
Montúsar se ha entrado a ****
Con un mulato rapaz:
Que por lucir más que todos
Se deja el pobre quemar.
Murió en la Ene de palo
Con buen ánimo un Gañán,
Y el Jinete de gaznates
Lo hizo con él muy mal.
Tiénenos muy lastimadas
La justicia, sin pensar
Qué se hizo en nuestra Madre,
La vieja del arrabal,
Pues sin respetar las tocas
Ni las canas ni la edad,
A fuerza de cardenales
Ya la hicieron obispar.
Tras ella, de su motivo,
Se salían del hogar
Las ollas con sus legumbres;
No se vio en el mundo tal,
Pues cogió más berenjenas
En una hora, sin sembrar,
Que un hortelano morisco
En todo un año cabal.
Esta Cuaresma pasada
Se convirtió la Tomás
En el Sermón de los peces
Siendo el pecado carnal.
Convirtióse a puros gritos,
Túvosele a liviandad,
Por no ser de los famosos,
Sino un pobre Sacristán.
No aguardó que la sacase
Calavera o cosa tal,
Que se convirtió de miedo
Al primero ¡Satanás!.
No hay otra cosa de nuevo,
Que en el vestir y el calzar,
Caduca ropa me visto
Y saya de mucha edad.
Acabado el decenario
Adonde ahora te vas,
Tuya seré, que tullida
Ya no me puedo mudar.
Si acaso quisieres algo
O se te ofreciere acá,
Mándame, pues de bubosa
Yo no me puedo mandar.
Aunque no de Calatrava
De Alcántara ni San Juan,
Te envían sus encomiendas
La Téllez, Caravajal,
La Collantes valerosa,
La golondrina Pascual,
La Enrique mal degollada,
La Palomita torcaz.
Fecha en Toledo la rica,
Dentro del pobre Hospital,
Donde trabajos de entrambos
Empiezo ahora a sudar.
empezó a llover vacas
y en vista de la situación reinante en el país
los estudiantes de agronomía sembraron desconcierto
los profesores de ingeniería proclamaron su virginidad
los bedeles de filosofía aceitaron las grampas de la razón intelectual
los maestros de matemáticas verificaron llorando el dos más dos
los alumnos de lenguaje inventaron buenas malas palabras
esto ocurrió al mismo tiempo
un oleaje de nostalgia invadía las camas del país
y las parejas entre sí se miraban como desconocidos
y el crepúsculo era servido en el almuerzo por padres y madres
y el dolor o la pena iba vistiendo lentamente a los chiquitines
y a unos se les caía el pecho y la espalda a otros y nada a los demás
y a Dios lo encontraron muerto varias veces
y los viejos volaban por el aire agarrados a sus testículos resecos
y las viejas lanzaban exclamaciones y sentían puntadas en la memoria o el olvido según
y varios perros asentían y brindaban con armenio coñac
y a un hombre lo encontraron muerto varias veces

junto a un viernes de carnaval arrancado del carnaval
bajo una invasión de insultos otoñales
o sobre elefantes azules parados en la mejilla de Mr. Hollow
o alrededor de alondras en dulce desafío vocal con el verano
encontraron muerto a ese hombre
con las manos abiertamente grises
y las caderas desordenadas por los sucesos de Chicago
un resto de viento en la garganta
25 centavos de dólar en el bolsillo y su águila quieta
con las plumas mojadas por la lluvia infernal

¡ah queridos!
¡esa lluvia llovió años y años sobre el pavimento de Hereby Street
sin borrar la más mínima huella de lo acontecido!
¡sin mojar ninguna de las humillaciones ni uno solo de los miedos
de ese hombre con las caderas revueltas tiradas en la calle
tarde para que sus terrores puedan mezclarse con el agua y pudrirse y terminar!

así murió parsifal hoolig
cerró los ojos silenciosos
conservó la costumbre de no protestar
fue un difunto valiente
y aunque no tuvo necrológica en el New York Times ni el Chicago Tribune se ocupó de él
no se quejó cuando lo recogieron en un camión del servicio municipal
a él y a su aspecto melancólico
y si alguno supone que esto es triste
si alguno va a pararse a decir que esto es triste
sepa que esto es exactamente lo que pasó
que ninguna otra cosa pasó sino esto
bajo este cielo o bóveda celeste
No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?Hoy, sin miedo que, libre, escandalice,
puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice.En otros siglos pudo ser pecado
severo estudio y la verdad desnuda,
y romper el silencio el bien hablado.Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda,
que es lengua la verdad de Dios severo,
y la lengua de Dios nunca fue muda.Son la verdad y Dios, Dios verdadero,
ni eternidad divina los separa,
ni de los dos alguno fue primero.Si Dios a la verdad se adelantara,
siendo verdad, implicación hubiera
en ser, y en que verdad de ser dejara.La justicia de Dios es verdadera,
y la misericordia, y todo cuanto
es Dios, todo ha de ser verdad entera.Señor Excelentísimo, mi llanto
ya no consiente márgenes ni orillas:
inundación será la de mi canto.Ya sumergirse miro mis mejillas,
la vista por dos urnas derramada
sobre las aras de las dos Castillas.Yace aquella virtud desaliñada,
que fue, si rica menos, más temida,
en vanidad y en sueño sepultada.Y aquella libertad esclarecida,
que en donde supo hallar honrada muerte,
nunca quiso tener más larga vida.Y pródiga de l'alma, nación fuerte,
contaba, por afrentas de los años,
envejecer en brazos de la suerte.Del tiempo el ocio torpe, y los engaños
del paso de las horas y del día,
reputaban los nuestros por extraños.Nadie contaba cuánta edad vivía,
sino de qué manera: ni aun un'hora
lograba sin afán su valentía.La robusta virtud era señora,
y sola dominaba al pueblo rudo;
edad, si mal hablada, vencedora.El temor de la mano daba escudo
al corazón, que, en ella confiado,
todas las armas despreció desnudo.Multiplicó en escuadras un soldado
su honor precioso, su ánimo valiente,
de sola honesta obligación armado.Y debajo del cielo, aquella gente,
si no a más descansado, a más honroso
sueño entregó los ojos, no la mente.Hilaba la mujer para su esposo
la mortaja, primero que el vestido;
menos le vio galán que peligroso.Acompañaba el lado del marido
más veces en la hueste que en la cama;
sano le aventuró, vengóle herido.Todas matronas, y ninguna dama:
que nombres del halago cortesano
no admitió lo severo de su fama.Derramado y sonoro el Oceano
era divorcio de las rubias minas
que usurparon la paz del pecho humano.Ni los trujo costumbres peregrinas
el áspero dinero, ni el Oriente
compró la honestidad con piedras finas.Joya fue la virtud pura y ardiente;
gala el merecimiento y alabanza;
sólo se cudiciaba lo decente.No de la pluma dependió la lanza,
ni el cántabro con cajas y tinteros
hizo el campo heredad, sino matanza.Y España, con legítimos dineros,
no mendigando el crédito a Liguria,
más quiso los turbantes que los ceros.Menos fuera la pérdida y la injuria,
si se volvieran Muzas los asientos;
que esta usura es peor que aquella furia.Caducaban las aves en los vientos,
y expiraba decrépito el venado:
grande vejez duró en los elementos.Que el vientre entonces bien diciplinado
buscó satisfación, y no hartura,
y estaba la garganta sin pecado.Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres, era
una vaca sustento y armadura.No había venido al gusto lisonjera
la pimienta arrugada, ni del clavo
la adulación fragrante forastera.Carnero y vaca fue principio y cabo,
Y con rojos pimientos, y ajos duros,
tan bien como el señor, comió el esclavo.Bebió la sed los arroyuelos puros;
de pués mostraron del carchesio a Baco
el camino los brindis mal seguros.El rostro macilento, el cuerpo flaco
eran recuerdo del trabajo honroso,
y honra y provecho andaban en un saco.Pudo sin miedo un español velloso
llamar a los tudescos bacchanales,
y al holandés, hereje y alevoso.Pudo acusar los celos desiguales
a la Italia; pero hoy, de muchos modos,
somos copias, si son originales.Las descendencias gastan muchos godos,
todos blasonan, nadie los imita:
y no son sucesores, sino apodos.Vino el betún precioso que vomita
la ballena, o la espuma de las olas,
que el vicio, no el olor, nos acredita.Y quedaron las huestes españolas
bien perfumadas, pero mal regidas,
y alhajas las que fueron pieles solas.Estaban las hazañas mal vestidas,
y aún no se hartaba de buriel y lana
la vanidad de fembras presumidas.A la seda pomposa siciliana,
que manchó ardiente múrice, el romano
y el oro hicieron áspera y tirana.Nunca al duro español supo el gusano
persuadir que vistiese su mortaja,
intercediendo el Can por el verano.Hoy desprecia el honor al que trabaja,
y entonces fue el trabajo ejecutoria,
y el vicio gradüó la gente baja.Pretende el alentado joven gloria
por dejar la vacada sin marido,
y de Ceres ofende la memoria.Un animal a la labor nacido,
y símbolo celoso a los mortales,
que a Jove fue disfraz, y fue vestido;que un tiempo endureció manos reales,
y detrás de él los cónsules gimieron,
y rumia luz en campos celestiales,¿por cuál enemistad se persuadieron
a que su apocamiento fuese hazaña,
y a las mieses tan grande ofensa hicieron?¡Qué cosa es ver un infanzón de España
abreviado en la silla a la jineta,
y gastar un caballo en una caña!Que la niñez al gallo le acometa
con semejante munición apruebo;
mas no la edad madura y la perfeta.Ejercite sus fuerzas el mancebo
en frentes de escuadrones; no en la frente
del útil bruto l'asta del acebo.El trompeta le llame diligente,
dando fuerza de ley el viento vano,
y al son esté el ejército obediente.¡Con cuánta majestad llena la mano
la pica, y el mosquete carga el hombro,
del que se atreve a ser buen castellano!Con asco, entre las otras gentes, nombro
al que de su persona, sin decoro,
más quiere nota dar, que dar asombro.Jineta y cañas son contagio moro;
restitúyanse justas y torneos,
y hagan paces las capas con el toro.Pasadnos vos de juegos a trofeos,
que sólo grande rey y buen privado
pueden ejecutar estos deseos.Vos, que hacéis repetir siglo pasado,
con desembarazarnos las personas
y sacar a los miembros de cuidado;vos distes libertad con las valonas,
para que sean corteses las cabezas,
desnudando el enfado a las coronas.Y pues vos enmendastes las cortezas,
dad a la mejor parte medicina:
vuélvanse los tablados fortalezas.Que la cortés estrella, que os inclina
a privar sin intento y sin venganza,
milagro que a la invidia desatina,tiene por sola bienaventuranza
el reconocimiento temeroso,
no presumida y ciega confianza.Y si os dio el ascendiente generoso
escudos, de armas y blasones llenos,
y por timbre el martirio glorïoso,mejores sean por vos los que eran buenos
Guzmanes, y la cumbre desdeñosa
os muestre, a su pesar, campos serenos.Lograd, señor, edad tan venturosa;
y cuando nuestras fuerzas examina
persecución unida y belicosa,la militar valiente disciplina
tenga más platicantes que la plaza:
descansen tela falsa y tela fina.Suceda a la marlota la coraza,
y si el Corpus con danzas no los pide,
velillos y oropel no hagan baza.El que en treinta lacayos los divide,
hace suerte en el toro, y con un dedo
la hace en él la vara que los mide.Mandadlo así, que aseguraros puedo
que habéis de restaurar más que Pelayo;
pues valdrá por ejércitos el miedo,
y os verá el cielo administrar su rayo.
Dios no lo sabe, pero yo estoy triste
como los viejos pozos en la tarde;
triste como el portón de la herrería
que hace cien años que no ha abierto nadie.
Ya le encuentro sabor de sed al
agua, viendo crecer un trigo miserable;
y todo se me va con el otoño,
pero Dios no lo sabe.

Dios no lo sabe, porque está allá arriba,
y yo acá abajo, triste a mi manera;
yo, que ya sé lo que no dice el viento
y de qué modo hay que pisar la yerba.
Dios no lo sabe, pero yo lo digo,
solo en la noche, solo en la tristeza,
y eso que sé que nada cambiaría
aunque Dios lo supiera.

Yo sé el camino del que sigue andando
derechamente hacia ninguna parte,
y ese lado del tiempo donde hay nieve
para el pequeño amor que llega tarde.
Yo sé cómo se cierra cada puerta
en el anochecer de cada calle;
y sé que hay un sol ***** que da sombra,
pero Dios no lo sabe.

Yo sé del hacia abajo en las raíces,
sin hacia arriba, hacia la primavera;
de la lluvia que llueve y ya no es lluvia
en la arena que sigue siendo arena.
Dios no lo sabe, y nada cambiaría,
nada, por más que un día lo supiera.
-O tal vez Dios lo sabe, y está triste sin que nadie lo sepa...
¿Quién es aquel Caballero
herido por tantas partes,
que está de expirar tan cerca,
y no le socorre nadie?
«Jesús Nazareno» dice
aquel rétulo notable.
¡Ay Dios, que tan dulce nombre
no promete muerte infame!
Después del nombre y la patria,
Rey dice más adelante,
pues si es rey, ¿cuándo de espinas
han usado coronarse?
Dos cetros tiene en las manos,
mas nunca he visto que claven
a los reyes en los cetros
los vasallos desleales.
Unos dicen que si es Rey,
de la cruz descienda y baje;
y otros, que salvando a muchos,
a sí no puede salvarse.
De luto se cubre el cielo,
y el sol de sangriento esmalte,
o padece Dios, o el mundo
se disuelve y se deshace.
Al pie de la cruz, María
está en dolor constante,
mirando al Sol que se pone
entre arreboles de sangre.
Con ella su amado primo
haciendo sus ojos mares,
Cristo los pone en los dos,
más tierno porque se parte.
¡Oh lo que sienten los tres!
Juan, como primo y amante,
como madre la de Dios,
y lo que Dios, Dios lo sabe.
Alma, mirad cómo Cristo,
para partirse a su Padre,
viendo que a su Madre deja,
le dice palabras tales:
Mujer, ves ahí a tu hijo
y a Juan: Ves ahí tu Madre.
Juan queda en lugar de Cristo,
¡ay Dios, qué favor tan grande!
Viendo, pues, Jesús que todo
ya comenzaba a acabarse,
Sed tengo, dijo, que tiene
sed de que el hombre se salve.
Corrió un hombre y puso luego
a sus labios celestiales
en una caña una esponja
llena de hiel y vinagre.
¿En la boca de Jesús
pones hiel?, hombre, ¿qué haces?
Mira que por ese cielo
de Dios las palabras salen.
Advierte que en ella puso
con sus pechos virginales
una ave su blanca leche
a cuya dulzura sabe.
Alma, sus labios divinos,
cuando vamos a rogarle,
¿cómo con vinagre y hiel
darán respuesta süave?
Llegad a la Virgen bella,
y decirle con el ángel:
«Ave, quitad su amargura,
pues que de gracia sois Ave».
Sepa al vientre el fruto santo,
y a la dulce palma el dátil;
si tiene el alma a la puerta
no tengan hiel los umbrales.
Y si dais leche a Bernardo,
porque de madre os alabe,
mejor Jesús la merece,
pues Madre de Dios os hace.
Dulcísimo Cristo mío,
aunque esos labios se bañen
en hiel de mis graves culpas,
Dios sois, como Dios habladme.
Habladme, dulce Jesús,
antes que la lengua os falte,
no os desciendan de la cruz
sin hablarme y perdonarme.
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
        habrá poesía.Mientras las ondas de la luz al beso
        palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
        de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
        perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
        ¡habrá poesía!Mientras la ciencia a descubrir no alcance
        las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
        que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
        no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
        ¡habrá poesía!Mientras se sienta que se ríe el alma,
        sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
        a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
        batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
        ¡habrá poesía!Mientras haya unos ojos que reflejen
        los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
        al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
        dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
        ¡habrá poesía!
Adrián Poveda Apr 2014
Mis recuerdos le reclaman a mi piel
la manera de mantenerte en mi silencio
y poco tardo en recogerle al tiempo
un segundo de tu voz.

recuerda la noche acaso
¿cómo llamarte si le robas su dulzura?
y  ¿cómo me llamo yo?
si en tus labios guardo la cura,

Entonces soy silencio si en silencio es que estás
soy recuerdo si me quieres olvidar
las tinieblas que me dejas si te vas,
y la luz de tus ojos si me vuelves a mirar…

Tal vez nunca sepa tu nombre verdadero
y viva engañado por una simple ilusión
pero recordaré que tu amor fue el primero
el primero que me robo el corazón.
Que título ponerle?
Copyright © 2014 Adrián Poveda All Rights Reserved
Domingo, flor de luz, casi increíble
día. Bajas sobre la tierra
como un ángel inútil y dorado.
Besas
a las muchachas
de turbia cabellera,
vistes de azul marino
a los hombres que te aman, y dejas
en las manos del niño
un aro de madera
o una simple esperanza. Repartes
golondrinas, globos de primavera,
te subes a las torres
y giras las veletas
oxidadas. Tu viento agita faldas
de colores, estremece banderas,
lleva lejos canciones
y sonrisas, llena
las estancias de polvo plateado.

Los árboles esperan
tu llegada
para cubrirse de gorriones. Sabe más fresca
el agua de las fuentes.
Las campanas dispersan
palomas imprevistas
que vuelan
de otro modo.
No hay nadie que no sepa
que es domingo,
domingo.
Tu presencia
de espuma lava,
eleva,
hace flotar las cosas y los seres
en un nítido cielo que no era
-el lunes- de verdad:
apenas desteñido papel, vidrio olvidado,
polvo tedioso sobre las aceras.
Nicole Dec 2018
Era marzo del 2014 y yo tenía una maleta llena de sueños, unos cuantos cortes en el brazo y ojos llenos de lágrimas. Me aferraba al alma de una persona que no me enseño quién era en realidad hasta que sus cadenas atravesaban mi pecho y respirar dolía. Cada paso, cada palabra, cada mirada, dolía. Era marzo del 2014 y estaba viva por que bueno, así lo quizo la vida. Y la vida es divertida por que te pone a las personas correctas en el momento incorrecto y de la forma más extraña posible. Como cuando lo conocí, tenía lentes redondos, ojos tan verdes que podías ver todo tu dolor en ellos pero él no se lo imaginaba, pequeños puntitos en el rostro que él detestaba pero a mí me parecían interesantes, y brazos que nunca acababan. Todo empezó así, derrepente. Era marzo del 2014 y en un solo período académico me contó todo. Desde lo que quería ser, lo que no, lo que quería que los demás supieran y descifre lo que no. Poco a poco, como quitandole los petalos a una rosa y con el pasar los meses conocí a la verdadera persona que querría por el resto de mi vida.

Era marzo del 2015 y yo lo único que quería era morir. Otra vez. Todo empezo de nuevo y estaba aprisionada en una paralela a la avenida Arequipa entre un espejo roto y alguien que me decía que me amaba pero, siempre había un pero.
+ "Me volvió a botar de su casa"
- "Lárgate de ahí, Nicole, por favor vete"

Pero no me fuí.
Con puntos y comas, y ortografía y sonrisas y llantos y abrazos perfectos.

Era julio del 2015 y estaba por morirme. Cerca. Me acuerdo que un día solamente no pude y me senté en medio de la Avenida Larco a llorar. Solo a llorar. Y me tomo de la mano y me dijo "Vamos".
Y esa vez si fuí.
Y todo estuvo bien.

+ "No puedo"
- "Si puedes, ya voy"

Y venía. Y vino cada vez, cada momento, cada llanto. Respondió cada llamada, cada mensaje.

Hasta que todo se empezó a desmoronar en su propia vida. Y empezaron a crecer los petalos de las rosas otra vez y yo ya no podía sacarlos. Las espinas no me dejaban por que me hacía daño y no quiero sangrar más.

Era un par de días antes de mi cumpleaños en el 2017. Y llego a mí con una mirada que nunca me voy a olvidar, y lo supe. Y lo sabía. Y lo dijo. Y sentí como su mundo se venía abajo, y con el de él el mío y en ese momento prometí que nunca dejaría que se sienta como yo me sentí aquel invierno del 2013 cuando compararme con hormigas era mi mayor ocupación e imaginaba como deshacerme de ellas.
Pero, una vez más, falle.

Y en el invierno del 2018 me di cuenta que no podía seguir tapando el sol con un dedo y que no podría, nunca, ayudarlo como él me ayudo. Nunca podría dar tanto. Y no es por que yo no quiera. Es por que esa vez, cuando dejó de comer 1 semana y me echaron la culpa me di cuenta que diga lo que diga, haga lo que haga, siempre habrá una parte del él que nunca podría encontrar. Una parte de él que no deja ver, la misma que no lo deja llorar frente a mí, incluso ahora. Ahora que ya lo sé todo...

Y esta vez ya no fuí.
Era noviembre del 2018 y me dí cuenta que lo amo de la manera más sincera posible y que daría mi vida entera por que sea la persona más feliz del mundo. Por que incluso si yo nunca podré serlo, me gustaría que goze de la felicidad completa, exquisita y verdadera. Que sea libre como las plantas que cultiva y las historias de las que tanto habla, y muy pocos escuchan. Me gustaría que se de cuenta de que no todos sus amigos lo son en realidad y que el dolor es real y nunca va a poder escapar. Que lo sienta, y no lo reprenda. Que entienda que está bien sangrar, está bien llorar, esta bien sentir frente a las personas. Que encerrarse y encadenarse a otros está mal y yo lo aprendí de la peor manera. Me gustaría que sepa que yo sé, yo entiendo, yo comprendo. Y me gustaría que sepa que sí, que siempre y que nunca. Que aveces y que algunas veces.
Pero siempre, siempre.
¿Qué hemos de hacer nosotros los negros
que no sabemos ni leer?
Fregar escupideras en los grandes hoteles
encerar y barrer
manejar ascensores
en el Gran Club servirles de beber
o hacer que el cadillac sea más lujoso
vistiendo la librea de chofer.
Tenemos la respuesta siempre lista:
en París "oui, monsieur"
y en Georgia, en Lousiana o en Virginia
un eterno "yes sir..."
Los negros, pobres negros de este mundo
¿qué cosa hemos de hacer
debiendo de comer todos los días
(y a veces sin comer)?
Bajar la testa reverente
y a lo mismo de ayer.
Hasta que llega un blanco y "nos descubre"
nos mete al ring
y aquí comienza para mal de males
el principio del fin
Footing, training, sombra;
saco, pera, soga;
upper cuta
hook
cross.
Duchazos, masajes,
fotos, reportajes.
¡Okey, boss...!
El cañaveral de mi lejana tierra
me dio estos fuertes bíceps.
Los buques cargueros de todos los muelles
me dieron envidiable complexión.
Y corriendo, voceando millones de diarios
fortalecí
muslo
pierna
y
pie.
Ahora, en el Madison Square Garden
de New York,
dice mi manager:
¡No whisky!
¡No tobacco!
¡No girls!
(No money)
Negros acomodadores
ubican a los blancos en ring side.
Perder esta pelea
significa volver con ellos:
Con Blackie de Maniatan.
Con Brown de Alabama
Con "Nando" Rodríguez de Puerto Rico
...y entonces
no whiksy
no tobacco
no girls
no money
and
¡knock-out!
My challenger
es *****, como yo
Si pierde le espera lo mismo
                 
        (Aquí los únicos
que nunca pierden
son nuestros managers y el promotor).
Comienza el round, voy hacia el centro
-en este plan voy a perder-
este es el round numero trece
¡voy a demostrarle quién es quién!
Me está llevando hacia una esquina,
si caigo aquí me cuentan diez.
¡Virgen del Cobre estoy perdido!
No puedo ver
No... pue.. do... ver...

La gente aplaude al que me mata
El referee no dice "break".
Que mi mujer no sepa nada...
Mi nombre es BENNY "KID" PARET.
- Nov 2013
sin
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       od
mean
          ing?
© Natali Veronica 2013.

I was bored lol
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
                          Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
De Antequera partió el moro   tres horas antes del día,
con cartas en la su mano   en que socorro pedía.
Escritas iban con sangre,   más no por falta de tinta.
El moro que las llevaba   ciento y veinte años había,
la barba tenía blanca,   la calva le relucía;
toca llevaba tocada,   muy grande precio valía.
La mora que la labrara   por su amiga la tenía;
alhaleme en su cabeza   con borlas de seda fina;
caballero en una yegua,   que caballo no quería.
Solo con un pajecico   que le tenga compañía,
no por falta de escuderos,   que en su casa hartos había.
Siete celadas le ponen   de mucha caballería,
mas la yegua era ligera,   de entre todos se salía;
por los campos de Archidona   a grandes voces decía:
-¡Oh buen rey, si tú supieses   mi triste mensajería,
mesarías tus cabellos   y la tu barba vellida!
El rey, que venir lo vido,   a recebirlo salía
con trescientos de caballo,   la flor de la morería.
-Bien seas venido, el moro,   buena sea tu venida.
-Alá te mantenga, el rey,   con toda tu compañía.
-Dime, ¿qué nuevas me traes   de Antequera, esa mi villa?
-Yo te las diré, buen rey,   si tú me otorgas la vida.
-La vida te es otorgada,   si traición en ti no había.
-¡Nunca Alá lo permitiese   hacer tan gran villanía!,
mas sepa tu real alteza   lo que ya saber debría,
que esa villa de Antequera   en grande aprieto se vía,
que el infante don Fernando   cercada te la tenía.
Fuertemente la combate   sin cesar noche ni día;
manjar que tus moros comen,   cueros de vaca cocida.
Buen rey, si no la socorres,   muy presto se perdería.
El rey, cuando aquesto oyera,   de pesar se amortecía;
haciendo gran sentimiento,   muchas lágrimas vertía;
rasgaba sus vestidudas,   con gran dolor que tenía,
ninguno le consolaba,   porque no lo permitía;
mas después, en sí tornando,   a grandes voces decía:
-Tóquense mi añafiles,   trompetas de plata fina;
júntense mis caballeros   cuantos en mi reino había,
vayan con mis dos hermanos   a Archidona, esa mi villa,
en socorro de Antequera,   llave de mi señoría.
Y ansí, con este mandado   se junto gran morería;
ochenta mil peones fueron   el socorro que venía,
con cinco mil de caballo,   los mejores que tenía.
Ansí en la Boca del Asna   este real sentado había
a la vista del infante,   el cual ya se apercebía,
confiando en la gran victoria   que de ellos Dios le daría,
sus gentes bien ordenadas;   de San Juan era aquel día
cuando se dió la batalla   de los nuestros tan herida,
que por ciento y veinte muertos   quince mil moros había.
Después de aquesta batalla   fue la villa combatida
con lombardas y pertrechos   y con una gran bastida
conque le ganan las torres   de donde era defendida.
Después dieron el castillo   los moros a pleitesía,
que libres con sus haciendas   el infante los pornía
en la villa de Archidona,   lo cual todo se cumplía;
y ansí se ganó Antequera   a loor de Santa María.
"escátame la sepa" roy joseph gally decía
y una calandria o perro o gran trasluz le levantaba el buey tranquilo
le metía la boca en la carona
le daba dura escarrabeca

por eso
cuando la realidá a manera de alquiler
o dueño o claridad en los ojos dél daba
"escátame la sepa" roy joseph gally decía
sabiendo su canción

"no los pedazos que me quisiera devorar" roy joseph gally cantaba
"no la madera el jeme la bichoca parientes míos
amadísimos en esto de acabar" cantaba
"hermosa es mi llama" cantaba "veloz y como seda
y buena y de cuello erguido altivo" cantaba

"y reverbera como estrella polar" cantaba roy joseph gally
"y nada de lo que va a matar
ninguna piedra o luna que pasa o flor que muere
puede dañar sus cabellos de oro" cantaba

"o rebajarla a frío a sombra" roy joseph gally cantaba
besó a la llama o reina contra el sol dejándolo rompido
"ah vida oscura" dijo "a rescatar"
dijo "pronto" tocándola

por eso
cuando roy joseph gally murió
disimulaba el mucho rato en soledad
peste del pecho es la tristeza

"o la calandria o perro de irse" roy joseph gally cantaba
disperso íntimo reseco
"salud llama veloz"
cantaba quedado quieto ya
¿Vienes? Me llega aquí, pues que suspiras,
un soplo de las mágicas fragancias
que hicieron los delirios de las liras
en las Grecias, las Romas y las Francias.¡Suspira así! Revuelen las abejas,
al olor de la olímpica ambrosía,
en los perfumes que en el aire dejas;
y el dios de piedra se despierta y ría.Y el dios de piedra se despierte y cante
la gloria de los tirsos florecientes
en el gesto ritual de la bacante
de rojos labios y nevados dientes:En el gesto ritual que en las hermosas
Ninfalias guía a la divina hoguera,
hoguera que hace llamear las rosas
en las manchadas pieles de pantera.Y pues amas reír, ríe, y la brisa
lleve el son de los líricos cristales
de tu reír, y haga temblar la risa
la barba de Términos  joviales.Mira hacia el lado del boscaje, mira
blanquear el muslo de marfil de Diana,
y después de la Virgen,  la Hetaíra
diosa, blanca, rosa y rubia hermana.Pasa en busca de Adonis; sus aromas
deleitan a las rosas y los nardos;
síguela una pareja de palomas,
y hay tras ella una fuga de leopardos.¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas
galantes busco, en donde se recuerde,
al suave son de rítmicas orquestas,
la tierra de la luz y el mirto verde.(Los abates refieren aventuras
a las rubias marquesas. Soñolientos
filósofos defienden las ternuras
del amor, con sutiles argumentos,mientras que surge de la verde grama,
en la mano el acanto de Corinto,
una ninfa a quien puso un epigrama
Beaumarchais, sobre el mármol de su plinto.Amo más que la Grecia de los griegos
la Grecia de la Francia, porque Francia,
al eco de las Risas y los Juegos,
su más dulce licor Venus escancia.Demuestran más encantos y perfidias,
coronadas de flores y desnudas,
las diosas de Glodión  que las de Fidias;
unas cantan francés, otras son mudas.Verlaine es más que Sócrates; y Arsenio
Houssaye  supera al viejo Anacreonte.
En París reinan el Amor y el Genio.
Ha perdido su imperio el dios bifronte.Monsieur Prudhomme y Homais no saben nada.
Hay Chipres, Pafos, Tempes y Amatuntes,
donde el amor de mi madrina, un hada,
tus frescos labios a los míos juntes).Sones de bandolín. El rojo vino
conduce un paje rojo. ¿Amas los sones
del bandolín, y un amor florentino?
Serás la reina en los decamerones,
la barba de los Términos joviales.(Un coro de poetas y pintores
cuenta historias picantes. Con maligna
sonrisa alegre aprueban los señores.
Clelia enrojece, una dueña se signa).¿O un amor alemán?-que no han sentido
jamás los alemanes-: la celeste
Gretchen; claro de luna; el aria; el nido
del ruiseñor; y en una roca agreste,la luz de nieve que del cielo llega
y baña a una hermosa que suspira
la queja vaga que a la noche entrega
Loreley en la lengua de la lira. Y sobre el agua azul el caballero
Lohengrín; y su cisne, cual si fuese
un cincelado témpano viajero,
con su cuello enarcado en forma de S.Y del divino Enrique Heine un canto,
a la orilla del Rhin; y del divino
Wolfang la larga cabellera, el manto;
y de la uva teutona el blanco vino.O amor lleno de sol, amor de España,
amor lleno de púrpuras y oros;
amor que da el clavel, la flor extraña
regada con la sangre de los toros;flor de gitanas, flor que amor recela,
amor de sangre y luz, pasiones locas;
flor que trasciende a clavo y a canela,
roja cual las heridas y las bocas.¿Los amores exóticos acaso...?
Como rosa de Oriente me fascinas:
me deleitan la seda, el oro, el raso.
Gautier adoraba a las princesas chinas.¡Oh bello amor de mil genuflexiones:
torres de kaolín, pies imposibles,
tasas de té, tortugas y dragones,
y verdes arrozales apacibles!Ámame en chino, en el sonoro chino
de Li-Tai-Pe. Yo igualaré a los sabios
poetas que interpretan el destino;
madrigalizaré junto a tus labios.Diré que eres más bella que la Luna:
que el tesoro del cielo es menos rico
que el tesoro que vela la importuna
caricia de marfil de tu abanico.Ámame japonesa, japonesa
antigua, que no sepa de naciones
occidentales; tal una princesa
con las pupilas llenas de visiones,que aun ignorase en la sagrada Kioto,
en su labrado camarín de plata
ornado al par de crisantemo y loto,
la civilización del Yamagata.O con amor hindú que alza sus llamas
en la visión suprema de los mitos,
 y hacen temblar en misteriosas bramas
la iniciación de los sagrados ritos.En tanto mueven tigres y panteras
sus hierros, y en los fuertes elefantes
sueñan con ideales bayaderas
los rajahs, constelados de brillantes.O negra, negra como la que canta
en su Jerusalén al rey hermoso,
negra que haga brotar bajo su planta
la rosa y la cicuta del reposo...Amor, en fin, que todo diga y cante,
amor que encante y deje sorprendida
a la serpiente de ojos de diamante
que está enroscada al árbol de la vida.Ámame así, fatal cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas; misteriosa y erudita:
ámame mar y nube, espuma y ola.Sé mi reina de Saba, mi tesoro;
descansa en mis palacios solitarios.
Duerme. Yo encenderé los incensarios.
Y junto a mi unicornio cuerno de oro,
tendrán rosas y miel tus dromedarios.
Donde quiera en las noches se abrirá una ventana
o una puerta cualquiera de una calle lejana,
no importa dónde ni cuándo, puede ser donde quiera:
ni menos en otoño, ni más en primavera.

Y hoy igual que mañana, mañana igual que ayer,
un hombre enloquecido, besará una mujer.

Tal vez nadie lo sepa; como tal vez un día
todos irán sabiendo lo que nadie sabía.

Y para los amantes, su amor desesperado,
podrá ser un delito, pero nunca un pecado.

Por eso el amor pasa por las calles desiertas,
y es como un viento loco que quiere abrir las puertas

Bien saben los amantes que hay caricias que son;
no una simple caricia, sino una posesión.
Y que un beso, uno sólo, puede más que el olvido,
si se juntan dos bocas en un beso prohibido.

¡No! Un gran amor no es grande por lo mucho que dura
si se parece a un árbol reseco en la llanura.
Y los amantes saben que sin querer siquiera,
hay un amor que crece como una enredadera.

Es natural que el agua de un estanque sombrío,
sueñe en sus largas noches con el sueño de un río.

Y si por algo es triste la lluvia que no llueve,
será porque es la lluvia condenada a ser nieve.

Es natural que un día comprendan los amantes
que no hay nunca sin siempre, que no hay después sin antes.
Y así brota en el alma la rebelión de un sueño,
que es como un perro arisco que le gruñe a su dueño.

El amor... Esa estrella de una sombra infinita,
aunque muera cien veces, cien veces resucita.

Y suele ser un niño de manos milagrosas,
que rompe las cadenas y hace nacer las rosas.

Ya no habrá días turbios. Ya no habrá noches malas,
si hay un amor secreto que nos presta sus alas.

Y el corazón renace con renovada fe,
igual que los rosales, que no saben por qué.

Donde quiera, en las noches, puede abrirse una puerta,
pero... tan suavemente, que nadie se despierta.

Puede ser en otoño. Puede ser en verano,
tanto un amor tardío como un amor temprano.
Una mujer, un hombre y un oscuro aposento:
Y allá afuera, en la calle, sigue pasando el viento.
Y si en la noche hay algo queriendo amanecer
es simplemente un hombre, que besa a una mujer.
Perdóname. No volverá a ocurrir.
Ahora quisiera
meditar, recogerme, olvidar: ser
hoja de olvido y soledad.
Hubiera sido necesario el viento
que esparce las escamas del otoño
con rumor y color.
Hubiera sido necesario el viento.

Hablo con la humildad,
con la desilusión, la gratitud
de quien vivió de la limosna de la vida.
Con la tristeza de quien busca
una pobre verdad en que apoyarse y descansar.
La limosna fue hermosa -seres, sueños, sucesos, amor
don gratuito, porque nada merecí.

¡Y la verdad! ¡Y la verdad!
Buscada a golpes, en los seres,
hiriéndolos e hiriéndome;
hurgada en las palabras;
cavada en lo profundo de los hechos
-mínimos, gigantescos, qué más da:
después de todo, nadie sabe
qué es lo pequeño y qué lo enorme;
grande puede llamarse a una cereza
(«hoy se caen solas las cerezas»,
me dijeron un día, y yo sé por qué fue),
pequeño puede ser un monte,
el universo y el amor.

Se me ha olvidado algo
que había sucedido.
Algo de lo que yo me arrepentía
o, tal vez, me jactaba.
Algo que debió ser de otra manera.
Algo que era importante
porque pertenecía a mi vida: era mi vida.
(Perdóname si considero importante mi vida:
es todo lo que tengo, lo que tuve;
hace ya mucho tiempo, yo la habría vivido
a oscuras, sin lengua, sin oídos, sin manos,
colgado en el vacío,
sin esperanza).

Pero se me ha borrado
la historia (la nostalgia)
y no tengo proyectos
para mañana, ni siquiera creo
que exista ese mañana (la esperanza).
Ando por el presente
y no vivo el presente
(la plenitud en el dolor y la alegría).
Parezco un desterrado
que ha olvidado hasta el nombre de su patria,
su situación precisa, los caminos
que conducen a ella.
Perdóname que necesite
averiguar su sitio exacto.

Y cuando sepa dónde la perdí,
quiero ofrecerte mi destierro, lo que vale
tanto como la vida para mí, que es su sentido.
Y entonces, triste, pero firme,
perdóname, te ofreceré una vida
ya sin demonio ni alucinaciones.
Arder sin voz de estrépito doliente
no puede el tronco duro inanimado;
el robre se lamenta, y, abrasado,
el pino gime al fuego, que no siente.
¿Y ordenas, Floris, que en tu llama ardiente
quede en muda ceniza desatado
mi corazón sensible y animado,
víctima de tus aras obediente?
Concédame tu fuego lo que al pino
y al robre les concede voraz llama:
piedad cabe en incendio que es divino.
Del volcán que en mis venas se derrama,
diga su ardor el llanto que fulmino;
mas no le sepa de mi voz la Fama.
Con la simple palabra de hablar todos los días,
que es tan noble que nunca llegará a ser ******,
voy diciendo estas cosas que casi no son mías,
así como las playas casi no son mar.

Con la simple palabra con que se cuenta un cuento,
que es la vejez eterna de la eterna niñez,
la ilusión, como un árbol que se deshoja al viento,
muere con la esperanza de nacer otra vez.

Con simple palabra te ofrezco lo que ofreces,
amor que apenas llegas cuando te has ido ya:
Quien perfuma una rosa se equivoca dos veces,
pues la rosa se seca y el perfume se va.

Con la simple palabra que arde en su propio fuego,
siento que en mí es orgullo lo que en otro es desdén:
Las estrellas no existen en las noches del ciego,
pero, aunque él no lo sepa, lo iluminan también.

Y así, como un arroyo que se convierte en río,
y que en cada cascada se purifica más,
voy cantando este canto tan ajeno y tan mío,
con la simple palabra que no muere jamás.
La luna ignora que es tranquila y clara
y ni siquiera sabe que es la luna;
la arena, que es la arena. No habrá una
cosa que sepa que su forma es rara.

Las piezas de marfil son tan ajenas
al abstracto ajedrez como la mano
que las rige. Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas

es instrumento de otro. Lo ignoramos;
darle nombre de Dios no nos ayuda.
Vanos también son el temor, la duda

y la trunca plegaria que iniciamos.
¿Qué arco habrá arrojado esta saeta
que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?

— The End —