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aldo kraas Sep 2023
Despedida
Friend I am not
Looking forward
To say despedida
From you
Yes I always get sad
When I  have to say
Despedida to my friend
Friend I must say
That I hate also
To say despedida to
You
I know that you are
A lot older than me
And also you lived
A long life here on
Earth
Now you no longer
Can walk anymore
Or reconize me
Anymore
Because you
Have some dementia
Also, it is very sad
That you are ending up
That way
I never wished you would
End up with dementia
I had been in your life
For a long time
And also we had been
God friends for a lifetime
Friend now my father
Had shut your
Body down
And now is time for you
To die
Friend, I must say
That I will miss having you
Around here on earth
Also the angel my father
Had sent down from heaven
To take you to heaven
There in heaven you
Will live a second life
That my father made for you
I also know that
You are not going to suffer anymore
The way you had suffered with
You dementia
My friend, I will be praying for you
Every single day
A la luz de la tarde moribunda
Recorro el olvidado cementerio,
Y una dulce piedad mi pecho inunda
Al pensar de la muerte en el misterio.

Del occidente a las postreras luces
Mi errabunda mirada sólo advierte
Los toscos leños de torcidas cruces,
Despojos en la playa de la Muerte.

De madreselvas que el Abril enflora,
Cercado humilde en torno se levanta,
Donde vierte sus lágrimas la aurora,
Y donde el ave, por las tardes, canta.

Corre cerca un arroyo en hondo cauce
Que a trechos lama verdinegra viste,
Y de la orilla se levanta un sauce,
Cual de la Muerte centinela triste.

Y al oír el rumor en la maleza,
Mi mente inquiere, de la sombra esclava,
Si es rumor de la vida que ya empieza,
O rumor de la vida que se acaba.

«¿Muere todo?» me digo. En el instante
Alzarse veo de las verdes lomas,
Para perderse en el azul radiante,
Una blanca bandada de palomas.

Y del bardo sajón el hondo verso,
Verso consolador, mi oído hiere:
No hay muerte porque es vida el universo;
Los muertos no están muertos...  ¡Nada muere!
¡No hay muerte! ¡todo es vida!...
                                                     
El sol que ahora,
Por entre nubes de encendida grana
Va llegando al ocaso, ya es aurora
Para otros mundos, en región lejana.

Peregrina en la sombra, el alma yerra
Cuando un perdido bien llora en su duelo.
Los dones de los cielos a la tierra
No mueren... ¡Tornan de la tierra al cielo!
Si ya llegaron a la eterna vida
Los que a la sima del sepulcro ruedan,
Con júbilo cantemos su partida,
¡Y lloremos más bien por los que quedan!

Sus ojos vieron, en la tierra, cardos,
Y sangraron sus pies en los abrojos...
¡Ya los abrojos son fragantes nardos,
Y todo es fiesta y luz para sus ojos!

Su pan fue duro, y largo su camino,
Su dicha terrenal fue transitoria...
Si ya la muerte a libertarlos vino,
¿Porqué no alzarnos himnos de victoria?
La dulce faz en el hogar querida,
Que fue en las sombras cual polar estrella:
La dulce faz, ausente de la vida,
¡Ya sonríe más fúlgida y más bella!

La mano que posada en nuestra frente,
En horas de dolor fue blanda pluma,
Transfigurada, diáfana, fulgente,
Ya como rosa de Sarón perfuma.

Y los ojos queridos, siempre amados,
Que alegraron los páramos desiertos,
Aunque entre sombras los miréis cerrados,
¡Sabed que están para la luz abiertos!

Y el corazón que nos amó, santuario
De todos nuestros sueños terrenales,
Al surgir de la noche del osario,
Es ya vaso de aromas edenales.

Para la nave errante ya hay remanso;
Para la mente humana, un mundo abierto;
Para los pies heridos... ya hay descanso,
Y para el pobre náufrago... ya hay puerto.
No hay muerte, aunque se apague a nuestros ojos
Lo que dio a nuestra vida luz y encanto;
¡Todo es vida, aunque en míseros despojos
Caiga en raudal copioso nuestro llanto!

No hay muerte, aunque a la tumba a los que amamos
(La frente baja y de dolor cubiertos),
Llevemos a dormir... y aunque creamos
Que los muertos queridos están muertos.

Ni fue su adiós eterna despedida...
Como buscando un sol de primavera
Dejaron las tinieblas de la vida
Por nueva vida, en luminosa esfera.

Padre, madre y hermanos, de fatigas
En el mundo sufridos compañeros,
Grermen fuisteis ayer... ¡hoy sois espigas,
Espigas del Señor en los graneros!

Dejaron su terrena vestidura
Y ya lauro inmortal radia en sus frentes;
Y aunque partieron para excelsa altura,
Con nosotros están... no están ausentes!
Son luz para el humano pensamiento,
Rayo en la estrella y música en la brisa.
¿Canta el aura en las frondas?...  ¡Es su acento!
¿Una estrella miráis?...  ¡Es su sonrisa!

Por eso cuando en horas de amargura
El horizonte ennegrecido vemos,
Oímos como voces de dulzura
Pero de dónde vienen... ¡no sabemos!

¡Son ellos... cerca están!  Y aunque circuya
Luz eterna a sus almas donde moran
En el placer nuestra alegría es suya,
Y en el dolor, con nuestro llanto lloran.

A nuestro lado van.  Son luz y egida
De nuestros pasos débiles e inciertos
No hay muerte...  ¡Todo alienta, todo es vida!
¡Y los muertos queridos no están muertos!

Porque al caer el corazón inerte
Un mundo se abre de infinitas galas,
¡Y como eterno galardón, la Muerte
Cambia el sudario del sepulcro, en alas!
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós. 1
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo, 2
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé. 3

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
Mar Orellana Jun 2020
Es miércoles por la noche. La luz de mi móvil anuncia que son casi las 3. He pasado los 2 últimos meses sin ser capaz de escribir, pero algo se ha activado en mi mente esta noche y me ha obligado a redactar esta carta de despedida sobre un papel que ya está empapado por mis lágrimas, así que aquí está:

Se lo dedico a los finales, a los que duelen, a los que nunca llegan, a los que se agarran a nuestra piel y se niegan a dejarnos ir. A los finales que tintan los ojos de rojo durante semanas o meses o años, a los que nos quitan de nuestras manos, a los que desatan nudos en la garganta para que podamos aprender a hablar de nuevo, y a los que retrasamos para tener una excusa para volver a decirnos adiós una vez más.
Se lo dedico a todos los finales que imaginé para que cuando éste llegara no supiera tan amargo. Pero no, este no es el final que me imaginé y aunque lo vi venir hace mucho tiempo, no por eso hace que arañe un poquito menos.

Y es que tengo miedo. Tengo miedo de este final. Todos mis finales anteriores dolieron un poquito menos porque sabía que volvía a vosotros. Que volvía a casa.

Desde hace un tiempo he pensado en todas las posibles vidas y realidades que existían para mí. Las imagino en fila y repaso con detenimiento cada pliegue y milímetro de ellas, y me he dado cuenta de que ninguna es mínimamente tan bonita y brillante como esta. Y por fin he aprendido que no tengo que agradecérselo a cualquier ente extraño que me haya podido traer hasta aquí, si no a la gente tan bonita y cálida con la que he tenido el placer de compartir los mejores años de mi vida. Ya sabéis, el amor es un pueblo junto al mar. Y la gente que lo habita, que te inspira y que te cambia, siempre a mejor. Esas personas que poco a poco y sin saber como, se cuelan por los poros y cuando te das cuenta, han construido su casita dentro de ti, haciendo que sea raro imaginar cómo era la vida antes de conocerles. Que cubren y acarician, sin saberlo, las manchas de tinta de viejos diarios que ahora solo son prueba de que el frio no puede matarte.

Siento que a veces no soy capaz de verbalizar todo lo que me han traído estos últimos 4 años. Me abruma pensar en cómo ha podido cambiar tanto mi vida en tan poco tiempo. Pude empezar a escribir mi primer libro gracias a los infinitos viajes de tren volviendo a casa, y aquí creció, se nutrió y vio la luz, trayéndome solo cosas bonitas. Crecí. Crecí como nunca pensé que lo haría, y me convertí en algo muy parecido a lo que me imaginé cuando escribía y escondía cartas a mi yo de 20 años. Me he roto el corazón y me lo he curado, y me lo han curado. Pero sobre todo, he sido feliz, he sido más feliz de lo que pensaba que era lo más feliz que me sentiría nunca.

Para terminar, quería añadir algo que he encontrado en una de las tantas cartas de despedida que he escrito. Decía así:

“Y cuando todo acabe, nos sentaremos en algún lugar en el que nunca hemos estado pero que de algún modo nos resulta familiar. Los únicos testigos serán nuestros ojos, desnudos y encharcados. Y yo te contaré cómo aun puedo escuchar el mar, murmurando cuando me voy a dormir, y que cada vez que me tumbe en silencio, desearé estar tumbada en silencio contigo. Y sé que habrá muchos más días de invierno que de algún modo parecen de verano pero que seguro que ya no serán tan cálidos. Y sé que el árbol de la entrada se volverá rojo en primavera y sé que ya no florecerá para nosotros, pero también sé que llegará un momento en el que septiembre no nos escueza.
Entonces me abrazarás y mi cabeza caerá perfectamente sobre tu pecho. Sólo el latido de tu corazón podrá tapar las voces que me gritan que éste abrazo podría ser el último.”

Pero ahora, caminando de puntillas en una casa que mañana ya no será la mía y mientras descuelgo los girasoles de la pared, no puedo sentir dolor, ¿como puede doler dejar algo si los recuerdos ligados a ello son tan bonitos?
Y solo me queda decir gracias. Gracias, gracias, gracias. Por verme, por dejarme crecer y florecer, por ser Soles que siempre devuelven la mirada.
Os quiero más que a mi vida.
Hasta siempre <3
Michael R Burch Apr 2020
Mirza Ghalib Translations

Mirza Ghalib (1797-1869) is considered to be one of the best Urdu poets of all time. The last great poet of the Mughal Empire, Ghalib was a master of the sher (couplet) and the ghazal (a lyric poem formed from couplets). Ghalib remains popular in India, Pakistan, and among the Hindustani diaspora. He also wrote poetry in Persian.

It's Only My Heart!
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

It’s only my heart, not unfeeling stone,
so why be dismayed when it throbs with pain?
It was made to suffer ten thousand darts;
why let one more torment impede us?



Inquiry
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The miracle of your absence
is that I found myself endlessly searching for you.



Near Sainthood
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Kanu V. Prajapati and Michael R. Burch

On the subject of mystic philosophy, Ghalib,
your words might have struck us as deeply profound
and we might have pronounced you a saint ...
Yes, if only we hadn't found
you drunk
as a skunk!



Ghazal
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Not the blossomings of songs nor the adornments of music:
I am the voice of my own heart breaking.

You toy with your long, dark curls
while I remain captive to my dark, pensive thoughts.

We congratulate ourselves that we two are different:
that this weakness has not burdened us both with inchoate grief.

Now you are here, and I find myself bowing—
as if sadness is a blessing, and longing a sacrament.

I am a fragment of sound rebounding;
you are the walls impounding my echoes.



The Mistake
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

All your life, O Ghalib,
You kept repeating the same mistake:
Your face was *****
But you were obsessed with cleaning the mirror!



The Infidel
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Ten thousand desires: each worth dying for ...
So many fulfilled, yet still I yearn for more.

Being in love, for me there was no difference between living and dying ...
and so I lived each dying breath watching you, my lovely Infidel, sighing                       afar.



Bleedings
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Love requires patience but lust is relentless;
what colors must my heart leak, before it bleeds to death?



Ghazal
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Life becomes even more complicated
when a man can’t think like a man ...

What irrationality makes me so dependent on her
that I rush off an hour early, then get annoyed when she's "late"?

My lover is so striking! She demands to be seen.
The mirror reflects only her image, yet still dazzles and confounds my eyes.

Love’s stings have left me the deep scar of happiness
while she hovers above me, illuminated.

She promised not to torment me, but only after I was mortally wounded.
How easily she “repents,” my lovely slayer!



Ghazal
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

It’s time for the world to hear Ghalib again!
May these words and their shadows like doors remain open.

Tonight the watery mirror of stars appears
while night-blooming flowers gather where beauty rests.

She who knows my desire is speaking,
or at least her lips have recently moved me.

Why is grief the fundamental element of night
when everything falls as the distant stars rise?

Tell me, how can I be happy, vast oceans from home
when mail from my beloved lies here, so recently opened?



Abstinence?
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Let me get drunk in the mosque,
Or show me the place where God abstains!



Shared Blessings
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Drunk on love, I made her my God.
She soon informed me that God does not belong to any one man!



Exiles
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Often we have heard of Adam's banishment from Eden,
but with far greater humiliation, I depart your paradise.



To Whom Shall I Complain?
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

To whom shall I complain when I am denied Good Fortune in acceptable measure?
Thus I demanded Death, but was denied even that dubious pleasure!



Ghazal
by Mirza Ghalib
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

You should have stayed a little longer;
you left all alone, so why not linger?

We’ll meet again, you said, some day similar to this one,
as if such days can ever recur, not vanish!

You left our house as the moon abandons night's skies,
as the evening light abandons its earlier surmise.

You hated me: a wife abnormally distant, unknown;
you left me before your children were grown.

Only fools ask why old Ghalib still clings to breath
when his fate is to live desiring death.


Bleedings
by Mirza Ghalib
loose translation by Michael R. Burch

Love requires patience while passion races;
must my heart bleed constantly before it expires?


Abstinence?
by Mirza Ghalib
loose translation by Michael R. Burch

Let me get drunk in the mosque,
Or show me the place where God abstains!


Step Carefully!
by Mirza Ghalib
loose translation by Michael R. Burch

Step carefully Ghalib—this world is merciless!
Here people will "adore" you to win your respect ... or your
downfall.


Drunk on Love
by Mirza Ghalib
loose translation by Michael R. Burch

Drunk on love, I made her my God.
She quickly informed me God belongs to no man!


Exiles
by Mirza Ghalib
loose translation by Michael R. Burch

We have often heard of Adam's banishment from Eden,
but with far greater humiliation, I abandon your garden.


A lifetime of sighs scarcely reveals its effects,
yet how impatiently I wait for you to untangle your hair!
—Mirza Ghalib, loose translation/interpretation by Michael R. Burch


Every wave conceals monsters,
and yet teardrops become pearls.
—Mirza Ghalib, loose translation/interpretation by Michael R. Burch


I’ll only wish ill on myself today,
for when I wished for good, bad came my way.
—Mirza Ghalib, loose translation/interpretation by Michael R. Burch


People don’t change, it’s just that their true colors are revealed.
—Mirza Ghalib, loose translation/interpretation by Michael R. Burch


Ten thousand desires: each one worth dying for ...
So many fulfilled, and yet still I yearn for more!
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch


Oh naïve heart, what will become of you?
Is there no relief for your pain? What will you do?
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch


I get that Ghalib is not much,
but when a slave comes free, what’s the problem?
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch


My face lights up whenever I see my lover;
now she thinks my illness has been cured!
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch


If you want to hear rhetoric flower,
hand me the wine decanter.
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch


I tease her, but she remains tight-lipped ...
if only she'd sipped a little wine!
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch


While you may not ignore me,
I’ll be ashes before you understand me.
—Mirza Ghalib, loose translation by Michael R. Burch

Keywords/Tags: Mirza Ghalib, translations, Urdu, Hindi, love, philosophy, heart, stone, sainthood



Earth’s least trace of life cannot be erased;
even when you lie underground, it encompasses you.
So, those of you who anticipate the shadows:
how long will the darkness remember you?
— by Mehmet Akif Ersoy, Turkish poet, loose translation by Michael R. Burch



The following translation is the speech of the Sibyl to Aeneas, after he has implored her to help him find his beloved father in the Afterlife, found in the sixth book of the Aeneid ...

The Descent into the Underworld
by Virgil
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The Sibyl began to speak:

“God-blooded Trojan, son of Anchises,
descending into the Underworld’s easy
since Death’s dark door stands eternally unbarred.
But to retrace one’s steps and return to the surface:
that’s the conundrum, that’s the catch!
Godsons have done it, the chosen few
whom welcoming Jupiter favored
and whose virtue merited heaven.
However, even the Blessed find headway’s hard:
immense woods barricade boggy bottomland
where the Cocytus glides with its dark coils.
But if you insist on ferrying the Styx twice
and twice traversing Tartarus,
if Love demands you indulge in such madness,
listen closely to how you must proceed...”



Federico Garcia Lorca (1898-1936) was a Spanish poet, playwright and theater director. He was assassinated by Nationalist forces at the beginning of the Spanish Civil War and his body was never found.

Gacela of the Dark Death
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

I want to sleep the dreamless sleep of apples
far from the bustle of cemeteries.
I want to sleep the dream-filled sleep of the child
who longed to cut out his heart on the high seas.

I don't want to hear how the corpse retains its blood,
or how the putrefying mouth continues accumulating water.
I don't want to be informed of the grasses’ torture sessions,
nor of the moon with its serpent's snout
scuttling until dawn.

I want to sleep awhile,
whether a second, a minute, or a century;
and yet I want everyone to know that I’m still alive,
that there’s a golden manger in my lips;
that I’m the elfin companion of the West Wind;
that I’m the immense shadow of my own tears.

When Dawn arrives, cover me with a veil,
because Dawn will toss fistfuls of ants at me;
then wet my shoes with a little hard water
so her scorpion pincers slip off.

Because I want to sleep the dreamless sleep of the apples,
to learn the lament that cleanses me of this earth;
because I want to live again as that dark child
who longed to cut out his heart on the high sea.

Gacela de la huida (“Ghazal of the Flight”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

I have been lost, many times, by the sea
with an ear full of freshly-cut flowers
and a tongue spilling love and agony.

I have often been lost by the sea,
as I am lost in the hearts of children.

At night, no one giving a kiss
fails to feel the smiles of the faceless.
No one touching a new-born child
fails to remember horses’ thick skulls.

Because roses root through the forehead
for hardened landscapes of bone,
and man’s hands merely imitate
roots, underground.

Thus, I have lost myself in children’s hearts
and have been lost many times by the sea.
Ignorant of water, I go searching
for death, as the light consumes me.



La balada del agua del mar (“The Ballad of the Sea Water”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The sea
smiles in the distance:
foam-toothed,
heaven-lipped.

What do you sell, shadowy child
with your naked *******?

Sir, I sell
the sea’s saltwater.

What do you bear, dark child,
mingled with your blood?

Sir, I bear
the sea’s saltwater.

Those briny tears,
where were they born, mother?

Sir, I weep
the sea’s saltwater.

Heart, this bitterness,
whence does it arise?

So very bitter,
the sea’s saltwater!

The sea
smiles in the distance:
foam-toothed,
heaven-lipped.



Paisaje (“Landscape”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The olive orchard
opens and closes
like a fan;
above the grove
a sunken sky dims;
a dark rain falls
on warmthless lights;
reeds tremble by the gloomy river;
the colorless air wavers;
olive trees
scream with flocks
of captive birds
waving their tailfeathers
in the dark.



Canción del jinete (“The Horseman’s Song” or “Song of the Rider”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Cordoba. Distant and lone.
Black pony, big moon,
olives in my saddlebag.
Although my pony knows the way,
I never will reach Cordoba.

High plains, high winds.
Black pony, blood moon.
Death awaits me, watching
from the towers of Cordoba.

Such a long, long way!
Oh my brave pony!
Death awaits me
before I arrive in Cordoba!

Cordoba. Distant and lone.



Arbolé, arbolé (“Tree, Tree”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Sapling, sapling,
dry but green.

The girl with the lovely countenance
gathers olives.
The wind, that towering lover,
seizes her by the waist.

Four dandies ride by
on fine Andalusian steeds,
wearing azure and emerald suits
beneath long shadowy cloaks.
“Come to Cordoba, sweetheart!”
The girl does not heed them.

Three young bullfighters pass by,
slim-waisted, wearing suits of orange,
with swords of antique silver.
“Come to Sevilla, sweetheart!”
The girl does not heed them.

When twilight falls and the sky purples
with day’s demise,
a young man passes by, bearing
roses and moonlit myrtle.
“Come to Granada, sweetheart!”
But the girl does not heed him.

The girl, with the lovely countenance
continues gathering olives
while the wind’s colorless arms
encircle her waist.

Sapling, sapling,
dry but green.



Despedida (“Farewell”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

If I die,
leave the balcony open.

The boy eats oranges.
(I see him from my balcony.)

The reaper scythes barley.
(I feel it from my balcony.)

If I die,
leave the balcony open!



In the green morning
I longed to become a heart.
Heart.

In the ripe evening
I longed to become a nightingale.
Nightingale.

(Soul,
become the color of oranges.
Soul,
become the color of love.)

In the living morning
I wanted to be me.
Heart.

At nightfall
I wanted to be my voice.
Nightingale.

Soul,
become the color of oranges.
Soul,
become the color of love!



I want to return to childhood,
and from childhood to the darkness.

Are you going, nightingale?
Go!

I want return to the darkness
And from the darkness to the flower.

Are you leaving, aroma?
Go!

I want to return to the flower
and from the flower
to my heart.

Are you departing, love?
Depart!

(To my deserted heart!)
Victor Marques Apr 2012
Saudades de ti

Labirinto que a todos convida,
Sofrimento que sempre sufoca,
Na despedida desta vida,
Fugiu a vontade própria.

Peregrinos cansados de sonhos vividos,
Esperança no reino de Deus,
Riscos por vezes corridos,
Saudade dos filhos teus.


Despedida que nunca acabe,
Famintos de nova luz,
Sentir sempre saudade,
Rezamos por ti a Jesus.

A tua companhia era tão terna,
Recordação deste teu dia,
Morte que a todos condena,
Nobre e eterna fidalguia.

Victor Marques
Vete como quien llega, pero vete,
pues ya el trigo creció para la siega.
Mi amor es como un niño que no juega
para que no se rompa su jugete.

Te irás coomo la lluvia, gota a a gota;
y yo al cantar mi canto hacia el olvido,
soy la rama que sólo ha florecido
para que no se vea que está rota.

Y mientras tú te vas sin un sollozo
yo cruzaré los brazos sin un ruego,
muriéndome de sed igual que un ciego
que se sentara en el brocal de un pozo.

O he de mirarte como el moribundo
que ve llegar la primavera al huerto,
y piensa que después que se haya muerto
no debiera haber flores en el mundo.

Pues como el monje ante su crucifijo,
que es su esperanza y a la vez su yugo,
yo sentiré la angustia de un verdugo
que debe ajusticiar su único hijo.

Vete... pero es mejor que ni en el eco
pueda sobrevivir tu voz ausente,
porque mi amor es triste como un puente
sobre la cicactríz de un río seco...

Y aunque sonría como quien engaña,
viéndote ir como quien se equivoca,
mi corazón será una araña loca
que se enreda en su propia telaraña.

Yo he de fingir un ademán de hastío
en una despedida indiferente,
pero mi amor será como un demente
que sepultará un ataúd vacío.

Y, ya lejos mi boca de tu boca,
mi alma despertará cada mañana
con su oscuro silencio de campana
que se puede tocar y no se toca.

Pues aunque digas un adíos risueño
yo sentiré que cierras una puerta,
como esa mano cruel que nos despierta
cuando soñamos lo mejor de un sueño.
Llamarada de ayer, ceniza ahora,
ya todo será en vano,
como fijar el tiempo en una hora
o retener el agua en una mano.

Ah, pobre amor tardío,
es tu sombra no más lo que regresa,
porque si el vaso se quedó vacío
nada importa que esté sobre la mesa.

Pero quizás mañana,
como este gran olvido es tan pequeño,
pensaré en ti, cerrando una ventana,
abriendo un libro o recordando un sueño...

Tu amor ya está en mi olvido,
pues, como un árbol en la primavera,
si florece después de haber caído,
no retoña después de ser hoguera;

pero el alma vacía
se complace evocando horas felices,
porque el árbol da sombra todavía,
después que se han secado sus raíces;

y una ternura nueva
me irá naciendo, como el pan del trigo:
Pensar en ti una tarde, cuando llueva,
o hacer un gesto que aprendí contigo.

Y un día indiferente,
ya en olvido total sobre mi vida,
recordaré tus ojos de repente,
viendo pasar a una desconocida...
Natalia Rivera May 2015
Mi dulce niño:

Jamás le pediría a la luna que solo iluminara mi camino.
No puedo dominar el espíritu libre del mar.
Nunca le diría al viento que solo revuelque mi cabello.
Así que, vida mía, ¿Cómo podría pedirte que te quedaras queriendo irte?
Me has enseñado a que si me caigo, me tengo que levantar, a soltar las cosas que no podían quedarse, a pensar en mi misma, a volar. Me mostraste un mundo distinto del que vivía, solo con una mirada; volvías mis noches eternas entre versos sucios, sutiles, puros. Me pintabas tal  cual querías, era el canvas que siempre estaba en blanco y a tu disposición. Me has enseñado a vivir, a respirarte y lo que es amar a alguien sin medida.

Te has ido, y solo le pido a mis estrellas parlanchinas que jueguen a mi favor, y que en nuestros caminos, algún día, en algún rato, nos encontremos. Solo para saber que se siente estar viva, luego de estar muerta en vida. Jamás dejare de amarte, porque si miro la noche sé que en algún remoto lugar estarás mirando la misma noche.

Siempre seré tuya,
N
"Tu no eres sin mi... y yo solo soy contigo" Fito y los fitipaldis
Al cabo, al fin, por último,
tomo, volví y acábome y os gimo, dándoos
la llave, mi sombrero, esta cartita para todos.
Al cabo de la llave está el metal en que aprendiéramos
a desdorar el oro, y está, al fin
de mi sombrero, este pobre cerebro mal peinado,
y, último vaso de humo, en su papel dramático,
yace este sueño práctico del alma.

¡Adiós, hermanos san pedros,
heráclitos, erasmos, espinosas!
¡Adiós, tristes obispos bolcheviques!
¡Adiós, gobernadores en desorden!
¡Adiós, vino que está en el agua como vino!
¡Adiós, alcohol que está en la lluvia!

¡Adiós también, me digo a mí mismo,
adios, vuelo formal de los milígramos!
¡También adiós, de modo idéntico,
frío del frío y frío del calor!
Al cabo, al fin, por último, la lógica,
los linderos del fuego,
la despedida recordando aquel adiós.
Por más que intente al despedirme
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!Ramos frescos de espuma... Barcas
soñolientas y vagas... Niños
rebañando la miel poniente
del sol... ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo...! Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.¡Y que ahora tenga que dejarte
para emprender otro camino!...Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
A veces,
mi egoísmo me llena
de maldad,
y te odio casi
hasta hacerme daño
a mí mismo:
son los celos, la envidia,
el asco
al hombre, mi semejante
aborrecible, como yo
corrompido y sin remedio,
mi querido
hermano y parigual en la desgracia.

A veces -o mejor dicho:
casi nunca-,
te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces
a la que amaba sólo hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia
y es más bello
-quizá por imposible y por lejano.

Pero el odio también me modifica
a mí mismo,
y cuando quiero darme cuenta
soy otro
que no odia, que ama
a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,
igual que tú,
el cabello largo.
Cuando sonríes, yo te reconozco,
identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte,
al fin,
tal como eras, como sigues
siendo,
como serás ya siempre, mientras te ame.
Tardan las cartas y son poco
para decir lo que uno quiere.
Después pasan los años, y la vida
(demasiado confusa para explicar por carta)
nos hará más perdidos.
Los unos en los otros, iguales a las sombras
al fondo un pasillo desvayéndonos,
viviremos de luz involuntaria
pero sólo un instante, porque ya el recuerdo
será como un puñado de conchas recogidas,
tan hermoso en sí mismo que no devuelve nunca
las palmeras felices y el mar trémulo.
Todo fue hace minutos: dos amigos
hemos visto tu rostro terriblemente serio
queriendo sonreír.
                            Has desaparecido.
Y estamos los dos solos y en silencio,
en medio de este día de domingo,
bellísimo de mayo, con matrimonios jóvenes
y niños excitados que gritaban
al levantarse tu avión.
Ahora las montañas parecen más cercanas.
Y, por primera vez,
pensamos en nosotros.
A solas con tu imagen,
cada cual se conoce por este sentimiento
de cansancio, que es dulce -como un brillo de lágrimas
que empaña la memoria de estos días,
esta extraña semana.
Y el mal que nos hacemos,
como el que a ti te hicimos, lo inevitablemente
amargo de esta vida en la que siempre, siempre,
somos peores que nosotros mismos,
acaso resucite un viejo sueño
sabido y olvidado.
El sueño de ser buenos y felices.
Porque sueño y recuerdo tienen fuerza
para obligar la vida,
aunque sean no más que un límite imposible.
Si este mar de proyectos
y tentativas naufragadas,
este torpe tapiz a cada instante
tejido y destejido,
esta guerra perdida,
nuestra vida,
da de sí alguna vez un sentimiento digno,
un acto verdadero,
en él tu estarás para siempre asociado
a mi amigo y a mí. No te habremos perdido.
Michael R Burch Apr 2020
Withered Roses
by Allama Iqbal
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

What shall I call you,
but the nightingale's desire?

The morning breeze was your nativity,
an afternoon garden, your sepulchre.

My tears welled up like dew,
till in my abandoned heart your rune grew:

this memento of love,
this spray of withered roses.



Ehad-e-Tifli (“The Age of Infancy”)
by Allama Iqbal aka Muhammad Iqbal
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The earth and the heavens remained unknown to me,
My mother's ***** was my only world.

Her embraces communicated life's joys
While I babbled meaningless sounds.

During my infancy if someone alarmed me
The clank of the door chain consoled me.

At night I observed the moon,
Following its flight through distant clouds.

By day I pondered earth’s terrain
Only to be surprised by convenient explanations.

My eyes ingested light, my lips sought speech,
I was curiosity incarnate.



Excerpt from Rumuz-e bikhudi (“The Mysteries of Selflessness”)
by Allama Iqbal aka Muhammad Iqbal
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Like a candle fending off the night,
I consumed myself, melting into tears.
I spent myself, to create more light,
More beauty and joy for my peers.



Longing
by Allama Iqbal
loose translation by Michael R. Burch

Lord, I’ve grown tired of human assemblies!
I long to avoid conflict! My heart craves peace!
I desperately desire the silence of a small mountainside hut!



Life Advice
by Allama Iqbāl
loose translation by Michael R. Burch

This passive nature will not allow you to survive;
If you want to live, raise a storm!



Destiny
by Allama Iqbal
loose translation by Michael R. Burch

Isn't it futile to complain about God's will,
When indeed you are your own destiny?



O, Colorful Rose!
by Allama Iqbal
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

You are not troubled with solving enigmas,
O, beautiful Rose! Nor do you express sublime feelings.
You ornament the assembly, and yet still flower apart.
(Alas, I’m not permitted such distance.)

Here in my garden, I conduct the symphony of longing
While your life is devoid of passionate warmth.
Why should I pluck you from your lonely perch?
(I am not deluded by mere appearances.)

O, colorful Rose! This hand is not your abuser!
(I am no callous flower picker.)
I am no intern to analyze you with dissecting eyes.
Like a lover, I see you with nightingale's eyes.

Despite your eloquent tongues, you prefer silence.
What secrets, O Rose, lie concealed within your *****?
Like me you're a bloom from the garden of Ñër.
We’re both far from our original Edens!

You are complete, content, but I’m a scattered fragrance,
Pierced by love’s sword in my errant quest.
This turmoil within might be a means of fulfillment,
This torment, a source of illumination.

My frailty might be the beginning of strength,
My envy mirror Jamshid’s cup of divination.
My constant vigil might light a world-illuminating candle
And teach this steed, the human intellect, to gallop.



Bright Rose
by Allama Iqbal
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

You cannot loosen the heart's knot;
perhaps you have no heart,
no share in the chaos
of this garden, where I yearn (for what?)
yet harvest no roses.

Of what use to me is wisdom?
Having abandoned Eden,
you are at peace, while I remain anxious,
disconsolate in my terror.

Perhaps Jamshid's empty cup
foretold the future, but may wine
never satisfy my desire
till I find you in the mirror.

Jamshid's empty cup: Jamshid saw the reflection of future events in a wine cup.



Coal to Diamond
by Allama Iqbal, after Nietzsche
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

I am corrupt, less than dust
while your brilliance out-blazes the brightest mirror.
My darkness defiles the chafing-dish
before my cremation; a miner's boot
crushes my cranium; I end up soot.

Do you acknowledge my life's bleak essence?
Condensations of smoke, black clouds stillborn from a single spark,
while you with your starlike nature triumphantly adorn monarchs,
gleam of the king's crown, the scepter's centerpiece.

"Please, kin-friend, be wise," the diamond replied,
"Assume a gemlike dignity! Carbon must harden
before it can fill a ***** with radiance. Burn
because you yield warmth. Brighten the darkness.
Be adamant as stone, be diamond."

Iqbal’s poem was written after a passage in Nietzsche’s Twilight of the Idols in which a kitchen coal and diamond discuss hardness versus softness.

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Federico Garcia Lorca (1898-1936) was a Spanish poet, playwright and theater director. He was assassinated by Nationalist forces at the beginning of the Spanish Civil War and his body was never found.

Gacela of the Dark Death
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

I want to sleep the dreamless sleep of apples
far from the bustle of cemeteries.
I want to sleep the dream-filled sleep of the child
who longed to cut out his heart on the high seas.

I don't want to hear how the corpse retains its blood,
or how the putrefying mouth continues accumulating water.
I don't want to be informed of the grasses’ torture sessions,
nor of the moon with its serpent's snout
scuttling until dawn.

I want to sleep awhile,
whether a second, a minute, or a century;
and yet I want everyone to know that I’m still alive,
that there’s a golden manger in my lips;
that I’m the elfin companion of the West Wind;
that I’m the immense shadow of my own tears.

When Dawn arrives, cover me with a veil,
because Dawn will toss fistfuls of ants at me;
then wet my shoes with a little hard water
so her scorpion pincers slip off.

Because I want to sleep the dreamless sleep of the apples,
to learn the lament that cleanses me of this earth;
because I want to live again as that dark child
who longed to cut out his heart on the high sea.

Gacela de la huida (“Ghazal of the Flight”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

I have been lost, many times, by the sea
with an ear full of freshly-cut flowers
and a tongue spilling love and agony.

I have often been lost by the sea,
as I am lost in the hearts of children.

At night, no one giving a kiss
fails to feel the smiles of the faceless.
No one touching a new-born child
fails to remember horses’ thick skulls.

Because roses root through the forehead
for hardened landscapes of bone,
and man’s hands merely imitate
roots, underground.

Thus, I have lost myself in children’s hearts
and have been lost many times by the sea.
Ignorant of water, I go searching
for death, as the light consumes me.



La balada del agua del mar (“The Ballad of the Sea Water”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The sea
smiles in the distance:
foam-toothed,
heaven-lipped.

What do you sell, shadowy child
with your naked *******?

Sir, I sell
the sea’s saltwater.

What do you bear, dark child,
mingled with your blood?

Sir, I bear
the sea’s saltwater.

Those briny tears,
where were they born, mother?

Sir, I weep
the sea’s saltwater.

Heart, this bitterness,
whence does it arise?

So very bitter,
the sea’s saltwater!

The sea
smiles in the distance:
foam-toothed,
heaven-lipped.



Paisaje (“Landscape”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

The olive orchard
opens and closes
like a fan;
above the grove
a sunken sky dims;
a dark rain falls
on warmthless lights;
reeds tremble by the gloomy river;
the colorless air wavers;
olive trees
scream with flocks
of captive birds
waving their tailfeathers
in the dark.



Canción del jinete (“The Horseman’s Song” or “Song of the Rider”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Cordoba. Distant and lone.
Black pony, big moon,
olives in my saddlebag.
Although my pony knows the way,
I never will reach Cordoba.

High plains, high winds.
Black pony, blood moon.
Death awaits me, watching
from the towers of Cordoba.

Such a long, long way!
Oh my brave pony!
Death awaits me
before I arrive in Cordoba!

Cordoba. Distant and lone.



Arbolé, arbolé (“Tree, Tree”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

Sapling, sapling,
dry but green.

The girl with the lovely countenance
gathers olives.
The wind, that towering lover,
seizes her by the waist.

Four dandies ride by
on fine Andalusian steeds,
wearing azure and emerald suits
beneath long shadowy cloaks.
“Come to Cordoba, sweetheart!”
The girl does not heed them.

Three young bullfighters pass by,
slim-waisted, wearing suits of orange,
with swords of antique silver.
“Come to Sevilla, sweetheart!”
The girl does not heed them.

When twilight falls and the sky purples
with day’s demise,
a young man passes by, bearing
roses and moonlit myrtle.
“Come to Granada, sweetheart!”
But the girl does not heed him.

The girl, with the lovely countenance
continues gathering olives
while the wind’s colorless arms
encircle her waist.

Sapling, sapling,
dry but green.



Despedida (“Farewell”)
by Federico Garcia Lorca
loose translation/interpretation by Michael R. Burch

If I die,
leave the balcony open.

The boy eats oranges.
(I see him from my balcony.)

The reaper scythes barley.
(I feel it from my balcony.)

If I die,
leave the balcony open!



In the green morning
I longed to become a heart.
Heart.

In the ripe evening
I longed to become a nightingale.
Nightingale.

(Soul,
become the color of oranges.
Soul,
become the color of love.)

In the living morning
I wanted to be me.
Heart.

At nightfall
I wanted to be my voice.
Nightingale.

Soul,
become the color of oranges.
Soul,
become the color of love!



I want to return to childhood,
and from childhood to the darkness.

Are you going, nightingale?
Go!

I want return to the darkness
And from the darkness to the flower.

Are you leaving, aroma?
Go!

I want to return to the flower
and from the flower
to my heart.

Are you departing, love?
Depart!

(To my deserted heart!)
Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.
Quizás tú no recuerdes
quién fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.
Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.
Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivos!
Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.
l - DELÍRIOS ORGIÁSTICOS & ASTRAIS
    
    Participei da festa de Dionísio & as grandes estátuas de Leão plasmático, ergueram – se sobre a Terra. O precipício & o primeiro sinal da despedida cantando juntos a trilha sonora da invasão dos Profetas urrando a serviço das letras. Para todo o sempre o trono partido por ninfas histéricas! Crises contra o amuleto. Gnose fumacê participando celebrando a queda das pirâmides. Alquimistas do Verbo cantem o grito profano da Inquisição! Os sete pergaminhos caíram semeando a destruição da pedra Xamânica. Diadorim buscando solução em Fausto & Orfeu...? (inaudível psicopatia irradiada na vestimenta da alma). Exagerados, contemplavam mensagens infernais de Blake em vozes imagens melancólicas de Rimbaud. Logo as marés baixaram & sobre as ondas a Lua levitava em direção ao rugido do fogo; Dionísio em chamas bacantes! Ausência da queda no tempestuoso ninho levando aos portais da tormenta. Sete anjos cantando o mantra da lágrima metamorfoseada em dor.                                                             ­       
   Dionísio em voz de trovão: Oh! Se a voz do Tudo emanar a língua em torpor saqueando o princípio da guerra; Quando os sentidos estão sacudidos & a alma está dirigindo- se à loucura; quem pode permanecer? Quando as almas estiverem aprisionadas, lutando contra as revoltas do ar, na cor do som, quem poderá permanecer? Quando a brisa da fúria vier da garganta de Deus, quando as fábulas da persistência guiarem as nações, quem poderá permanecer?
    
    Quando baladarem o pecado, acabarem na batalha & navios dançarem em volta do último regozijo no espaço da morte: quando as almas estiverem embriagadas no fogo eterno & os amigos do inferno beberem antes do traço do infinito: Oh! quem poderá permanecer? Quem pode causar isto? Oh! Quem poderá responder diante do trono de Deus? Os Reis & os nobres poetas malditos repousando na caverna por dois séculos, têm permanecido?
    Não escutem, mas o Grito leva à ponte do não-ouvir. Não escutem, mas prazeres congestionados devem esperar. Amanhã. Só amanhã pensando se o tempo foge ao futuro ou se as árvores choram no Tempo & o Vento cantando a antiga canção da essência. A Terra deve esperar as lendas memoráveis sentindo passado & liberdade entre velhas histórias do coração descompassado em dia de vitória movendo ilusões da criação do mundo. Nem um sorriso noturno tremendo escrevendo cartas no oceano desejando amar & morrer ébrio no mar sonoro! Vamos celebrar sua dor& as novas despedidas & as páginas manchadas no lago desespero procurando asas no inferno análogo à soberba contemplando como um feiticeiro histórias orgiásticas em dias perdidos!
||- IMPRESSÕES DO INFINITO
Pequena ninfa exala virtude
Nova percepção é velha chuva
Intrépido céu em força à beira da tormenta
Tempo escasso frente do Tudo!
    Paradoxo abissal em finais absurdos. Doutrinas anti-socráticas poeira do nada embebecido forjado  para a volta. Um caminho é serpente fria salto com Ícaro destoando nobre silêncio ainda que duas palavras atravessem é sinal mágico psiconitróide em míticos fragmentos complexos da grande barriga virtual grande momento, enfim personagens pensantes na corrente capital ilustre ideológica. Nietzsche disse: “ não a intensidade, mas a constância das impressões superiores é que produz os homens superiores”. Dionísio ausente sibilo missionário resquício da grande tempestade transformando nada em músicas eternas músicas pós-Tudo música póstuma aquém de princípios de aura. É grande o Banquete na eternidade alucinógena da erva platônica. Lembranças unidas outras vidas presentes no barulho da dor. A carruagem sem asas foi  o veículo de Dante no purgatório encontrando Beatriz dito anjo de pele sutil com olhos da noite. Ou não. O primeiro grito do mundo foi o verbo, a morte do mundo foi a palavra.

    Acostumei a encontrar palavras atravessando o outro lado realizando caótico passo ao começo do ato simétrico pairando no ar buscando Tudo. Se a palavra antes fim fosse real sem ser palavra psia apenas causadora empírica dos dilemas tristes recortes de outrora pigmentados sem nome em precipício do fim! A ilha colorida geme! É o sinal da passagem da vida filosofal alfa poética plenos estados iluminados na sombra abissal de Rimbaud em crise  de riso & esquecimento sendo expulso da fumaça purgatório vivendo entre o sagrado & o profano com queda para o profano escutando vozes em terríveis silêncios metapsicofísicos abundantes pausas noturnas no vôo da maré. Salve a iluminação mágica fixada na irradiação transcendenastral! Dissonâncias filosóficas,  venham todos! Lamentos proféticos entorpecidos beberei do seu vinho! Indício do apocalipse! Profana histeria caótica levando a contatos xamânicos primitivos míticos em desertos & portais circulares!
             Serei eternamente condenado ao arco-íris do absoluto infinito!
se soubesses do êxtase que me atinge
quando te tenho comigo em quatro paredes
não partirias, te quedarias.
ò bela safira não vás.
Muchachos
Que nunca fuisteis compañeros de mi vida,
Adiós.
Muchachos
Que no seréis nunca compañeros de mi vida
Adiós.

El tiempo de una vida nos separa
Infranqueable:
A un lado la juventud libre y risueña;
A otro la vejez humillante e inhóspita.

De joven no sabía
Ver la hermosura, codiciarla, poseerla;
De viejo la he aprendido
Y veo a la hermosura, mas la codicio inútilmente.

Mano de viejo mancha
El cuerpo juvenil si intenta acariciarlo.
Con solitaria dignidad el viejo debe
Pasar de largo junto a la tentación tardía.

Frescos y codiciables son los labios besados,
Labios nunca besados más codiciables y frescos aparecen.
¿Qué remedio, amigos? ¿Qué remedio?
Bien lo sé: no lo hay.

Qué dulce hubiera sido
En vuestra compañía vivir un tiempo:
Bañarse juntos en aguas de una playa caliente,
Compartir bebida y alimento en una mesa.
Sonreír, conversar, pasearse
Mirando cerca, en vuestros ojos, esa luz y esa música.

Seguid, seguid así, tan descuidadamente,
Atrayendo al amor, atrayendo al deseo.
No cuidéis de la herida que la hermosura vuestra y vuestra
gracia abren
En este transeúnte inmune en apariencia a ellas.

Adiós, adiós, manojos de gracias y donaires.
Que yo pronto he de irme, confiado,
Adonde, anudado el roto hilo, diga y haga
Lo que aquí falta, lo que a tiempo decir y hacer
aquí no supe.

Adiós, adiós, compañeros imposibles.
Que ya tan sólo aprendo
A morir, deseando
Veros de nuevo, hermosos igualmente
En alguna otra vida.
Victor Marques Oct 2010
António teu nome,
Agricultor, vitivicultor.
Apaixonado pela terra,
Pelo Douro, pelos Montes.


Aquele amor que não se encerra,
Dorme na colina, na serra.
Colheu tristeza na Guerra Colonial,
Amou  o Douro e Portugal.


Semeou a terra que alegrias lhe traria,
Amou seus filhos e sua esposa Maria.
Plantou videiras que olhavam o céu estrelado,
Fez vinho com amor imaculado.



As uvas são um amor para toda a vida,
Deus nos ama até na despedida.
Olhou para o Rio Douro eTua ,
E na memória de um povo com glória,
Com aquela lágrima que eu sinto agora.
Me conforto no horizonte duriense,
Hoje, amanhã e sempre.


Victor Marques
amor, douro, Pai
Nuestro amor ya es inútil como un mástil sin lona,
como un cauce sin agua, como un arco sin flecha,
pues lo que enciende un beso lo apaga una sospecha,
y en amor es culpable el que perdona.

Ya es sombra para siempre lo que miró la duda
con su mirada amarga como una fruta verde;
y el alma está perdida cuando pierde
el supremo pudor de estar desnuda.

Así, frente a la noche, te he de tender la mano
con un gesto cordial de despedida,
y tú no sabrás nunca lo que pesa en mi vida
la angustia irremediable de haberte amado en vano.
Era su nombre Betsy y era de Ohio.
                                                       
Un día,
En que al azar vagaba por mi ruta sombría,
Los dos nos encontramos.  Y la quise por bella;
Después amé su alma, porque mi alma en ella
Vio una luz casta y blanca, vio piedad y ternura.

Jirón azul de cielo rompió mi noche oscura,
Y la luz de una estrella de fulgores risueños,
Hizo abrir la dormida floración de mis sueños.

¿Qué fuerza misteriosa la puso en mi camino?...
¿Fue una intuición secreta quizá de mi destino
La que a la senda suya llevó mi errante paso?
¿Fue casual ese encuentro?... ¿Fue presentido
acaso?
No lo sé... ni me importa.

                                                 
De raza puritana,
De aquella raza austera que a la costa britana,
Buscando hogar y patria, dijo adiós sin tristeza;
De los lagos del Norte rubia flor de belleza;
Los libros y la música su amada compañía,
Y esquiva a los arranques de ruidosa alegría;
Su flor dilecta, el lirio; mística en sus anhelos,
 -Palomas que sus alas tendían a los cielos;-
En contraste sus hábitos y su elación divina
Con todos los impulsos de mi raza latina;
De regiones distantes dos solitarias palmas,
¿Qué fuerza misteriosa juntó nuestras dos almas?
De su idioma, al principio, pocas frases sabía,
Mas mezclando palabras de su lengua y la mía,
Con versos que copiaba de antiguo Florilegio,
Y dísticos de Byron que aprendí en el Colegio,
Le dije muchas cosas... muchas, en el balneario
Donde por vez primera la vi.
                                              (Del solitario
Poeta fue la Musa desde entonces).

                                      Su gracia
Y atractiva belleza; su aire de aristocracia;
Su cabellera blonda, de un rubio veneciano,
Y su perfil de antiguo camafeo romano;
Sus ojos pensativos y de mirar risueño
Donde flotaba a veces el azul de un ensueño;
Sus mejillas rosadas como un durazno; el breve;
Esbelto busto, en donde tuvo vida la nieve;
Sus veinte años... ¡Qué hermosa primavera florida!
¡Todo en ella era un himno que cantaba la vida!
En bailes, en paseos, en la playa...  doquiera
De todos los galanes la preferida era.

Con su traje de lino, con su blanca sombrilla,
Con sus zapatos grises de reluciente hebilla,
Y el sombrero de paja con una cinta angosta,
Nunca se vio más bella mujer en esa costa.

Quiso aprender mi lengua: cambiábamos lecciones,
Y así fueron frecuentes nuestras conversaciones;
Hasta que al fin un día-mi alma de ella esclava,
-Le dije que era bella... muy bella y que la amaba.

Pasado ya el verano, adiós al mar dijimos,
Y en tren, expreso, todos a la ciudad volvimos.
Rodaban... y rodaban las hojas, desprendidas
En raudos torbellinos, por parques y avenidas;
Del ábrego se oían los resoplidos roncos,
Y entre brumas se alzaban casi escuetos  los troncos;
En las calles formaba la lluvia barrizales
Y eran soplos de invierno las brisas otoñales.
Rodaban... y rodaban las hojas. De ceniza
Parecía el crepúsculo con su niebla plomiza,
Y alzábase doliente la luna, en la gris y ancha
Lámina de los cielos, como amarilla mancha.

Con sombrero de plumas, sobretodo entallado,
Y traje azul oscuro, su rostro sonrosado
Era una nota viva y alegre, era un celaje
En la helada y sombría tristeza del paisaje.

«¡Qué triste es el otoño... qué triste!» me decía;
«Todo se está muriendo... todo está en la agonía,
Mas nuestro amor...»:

                                             
(De pronto cayó. Vivos sonrojos
La hicieron al instante bajar los castos ojos).
«También!» dije riendo, «cual todo lo que vuela».
Y reía... reía como alegre chicuela,
Porque su claro instinto de mujer le decía
Que la amaba y que nunca mi pasión moriría.

En bailes, en conciertos, en salones... doquiera

De todos los galanes la preferida era,
Y aunque su amor, a veces, riendo me negaba,
También reía, porque... sabía que me amaba.
Una tarde de invierno, cuando como un sudario
La nieve en albos copos, el parque solitario
Y las calles desiertas cubría; cuando el cielo
Era blanca mortaja; cuando espectros en duelo
Parecían los árboles quemados por el frío,
En un diván sentados, en el salón sombrío,
Junto a la chimenea que con su alegre y clara
Luz daba un vago tinte sonrosado a su cara,
Enjugando una lágrima silenciosa y furtiva,
«Me siento enferma y triste», me dijo pensativa.

Los aullidos del viento vibraban en la sombra...
Y se alejó. Y el roce de su traje en la alfombra
Me arrancó de mis sueños. Incliné la cabeza,
Y solo, y en silencio, quedé con mi tristeza.
Pasó el invierno.
                                     
El cielo fue todo resplandores;
El bosque, lira inmensa, y el campo, todo flores.
Y una tarde, su alcoba, después de muchos días,
Dejó por vez primera la enferma.
                                               
¡Oh, las sombrías
Noches en vela, noches de indecible martirio,
Noches interminables de fiebre y de delirio,
Cuando todos, henchidos de lágrimas los ojos,
Su vida amada al cielo pedíamos de hinojos,
Mientras que en el silencio de esa calma profunda
Se oía, delirando, su voz de moribunda!

Abierta la ventana que daba al parque, en ondas
De fragancia entró el aura susurrando.  Las frondas
De las viejas encinas sus más gratos rumores
Dieron en el crepúsculo.  Fue el triunfo de las flores
Sobre el verde sombrío de los boscajes.  Era
Una tarde rosada, tarde de primavera.

Envuelta en amplia bata de rojo terciopelo,
Suelta la cabellera, como un dorado velo,
Y en la pálida boca, pálida flor sin vida,
Una sonrisa casta, como estrella dormida,
Tendiéndome la mano, pero baja la frente,
Y esquivando los ojos, avanzó lentamente.

Unidas nuestras manos, a mi lado sentada,
Y un instante en mi hombro su frente reclinada,
Quedamos en silencio...

                                                   
¡Cuántas veces, de noche,
Lloroso, y en los labios el blasfemo reproche,
Desde ese mismo sitio sus quejidos oía,
Los ahogados quejidos de su larga agonía!
¡Cuántas veces a solas, cerca de esa ventana,
Me sorprendió sin sueño la luz de la mañana,
Mientras que de la Muerte, furtiva y en acecho,
Oíanse los pasos en torno de su lecho!...
De pronto alzó los ojos, llenos de honda dulzura,
Donde brillaba siempre su alma blanca y pura,
Y con su voz de arrullo, voz de celeste encanto,
-«Sé que lloraste... Gracias», me dijo, y rompió en llanto.

Por la abierta ventana soplos primaverales
La fragancia traían de los verdes rosales.

Luego al parque salimos.
                                                     
Su palidez de cera;
Sus pasos vacilantes al bajar la escalera,
Al andar, su cansancio; los círculos violados
En torno de las claras pupilas; los holgados
Pliegues de su vestido; la enfermiza blancura
De las manos; los dedos, en donde con holgura
Los anillos giraban; la tos, triste presagio
De que estaba marcada para el final naufragio
En la roca sombría de la Muerte; la lenta,
Triste voz; la dulzura de la faz macilenta,
Sus ahogados suspiros, plegarias de su anhelo,
-Plegarias sin palabras para un remoto cielo,-
Su laxitud... ¡Cuán pura, cuán ideal belleza,
Allí mis ojos vieron con su halo de tristeza!...
Y como presintiendo su eterna despedida
En ese dulce instante reconcentré mi vida
Y fue mi amor más grande, fue más intenso y fuerte
Al pensar que muy pronto sería de la Muerte!

Era música el vago rumor de la arboleda,
Y seguimos callados por la oscura alameda.

Al verla se agitaron en sus tallos las rosas;
Más aromas regaron las auras bulliciosas;
Entre arbustos tupidos y fragantes macetas
Asomaron sus ojos azules las violetas;
Todas las campanillas en el verde boscaje
Como que repicaron al ver su rojo traje;
Los pájaros miraban a la convaleciente,
Del parque solitario tantos días ausente;
Se oyeron en las frondas cual vagos cuchicheos,
Y al fin la alada orquesta preludió sus gorjeos
Los cisnes, como góndolas de alba plata bruñida
Enarcaron sus cuellos en el agua dormida
Y del sol a los tibios fulgures vesperales;
Destellaron las colas de los pavos reales.

«La vida es la tristeza», me dijo. «¡Todo anhelo
Del presente, mañana será amargura y duelo;
La vida es desencanto. Feliz creíme un día,
Y ya ves, cuan traidora la suerte y cuan impía!
Como flor, en mi pecho, se abría la Esperanza,
Y ya la desventura por mi camino avanza.
Lentamente mi vida se extingue. Triste, enferma,
¿A qué traer tus sueños a la sombría y yerma
Soledad de mi alma? ¿Para qué tu alegría
Trocar en amargura con mi lenta agonía?
Del árbol de la Vida fui pálido retoño,
Y me iré con las hojas marchitas del otoño;
Para toda esperanza ya soy despojo inerte...
Tú vas para la Vida... ¡yo voy hacia la Muerte!»

«Tus temores», le dije, «son de niña mimada;
Tú todo lo exageras...»

                                                   
En mi brazo apoyada
El parque abandonamos, y al subir la escalera
Parecía un crepúsculo su rubia cabellera.

Un día, para Ohio, tomó el tren.,.., ¡triste día!
Y alzando la vidriera, cuando el tren ya partía
De la Estación, me dijo:
                                             
«Te escribiré primero,
Pero escribe. Hasta pronto...  No olvides que te espero».
Y después.... en sus cartas decía:
                                                         
«Si vinieras,
¡Qué sorpresa la tuya! ¡Qué cambio...! ¡Si me vieras!
Las brisas de mi lago fueron auras de vida.
Razón tuviste. Ha vuelto la esperanza perdida.
Recuerdas? Tú decías: todo eso pronto pasa,
Y es verdad.  La alegría de nuevo está en mi casa.
Soy otra.... y soy la misma: tú entiendes.  Frescas rosas
Se abren en mis mejillas, que eran dos tuberosas.
(Bien sé que de esta frase burla harás con tu flema,
Mas no importa.  No es mía: la copié de un poema).
Hoy río, canto y juego como chiquilla. El piano,
Cerrado tanto tiempo, ya al roce de mi mano
Es música perenne.  Las viejas Melodías
¡Cómo evocan recuerdos de venturosos días!
Soy otra.... habrás de verlo.  Pasaron mis congojas,
¡Y creí que me iría con las marchitas hojas!».
Sueños de un alma casta... ¡Visión desvanecida!
Creyó en la Vida ... ¡Y pronto la traicionó la Vida!

Para siempre descansa del rigor de la suerte,
Con su velo de novia tejido por la Muerte,
Con todas sus quimeras, con todos sus anhelos,
Junto al nativo lago... bajo brumosos cielos.
Victor Marques Jan 2015
O Odor da flor

Estou sempre á espera de seu odor,
Tão bela é a singela flor,
Parece que se entranha na nossa vida,
Cheiras a regresso e despedida.

Teu encanto a todos consome,
Parece seres mulher sem nome,
As abelhas te escolhem para em ti poisar,
Eu não me canso de te contemplar.

Enfeitas casas, jardins, as pradarias,
És flor para tantas tristezas e alegrias.
Podes ser evento, ou notícia,
Teu odor me purifica.

Victor Marques
flor, odor, notícia
El día de los desventurados, el día pálido se asoma
con un desgarrador olor frío, con sus fuerzas en gris,
sin cascabeles, goteando el alba por todas partes:
es un naufragio en el vacío, con un alrededor de llanto.

Porque se fue de tantos sitios la sombra húmeda, callada,
de tantas cavilaciones en vano, de tantos parajes terrestres
en donde debió ocupar hasta el designio de las raíces,
de tanta forma aguda que se defendía.

Yo lloro en medio de lo invadido, entre lo confuso,
entre el sabor creciente, poniendo el oído
en la pura circulación, en el aumento,
cediendo sin rumbo el paso a lo que arriba,
a lo que surge vestido de cadenas y claveles,
yo sueño, sobrellevando mis vestigios morales.

Nada hay de precipitado ni de alegre, ni de forma orgullosa,
todo aparece haciéndose con evidente pobreza,
la luz de la tierra sale de sus párpados
no como la campanada, sino más bien como las lágrimas:
el tejido del día, su lienzo débil,
sirve para una venda de enfermos, sirve para hacer señas
en una despedida, detrás de la ausencia:
es el color que sólo quiere reemplazar,
cubrir, tragar, vencer, hacer distancias.

Estoy solo entre materias desvencijadas,
la lluvia cae sobre mí, y se me parece,
se me parece con su desvarío, solitaria en el mundo muerto,
rechazada al caer, y sin forma obstinada.
Celebro o medo através da poesia
O medo, não do mundo para o qual fugi,
Mas do inevitável retorno àquele que deixei para trás.
Celebro a despedida a Lisboa,
Menina e moça dos meus olhos,
De juventude esvaída.
Outrora casa e ser e essência
Perdeu a cidade a capacidade de amar
E de acolher amantes na sua calçada gasta
E assim, perdi eu a capacidade de a sentir um lar.
Desprendo-me, feroz, do seu abraço
Choro só a beleza de não lá ser mais
E aprendo (ou tento) amar outras fachadas.
Tudo o que em si importava -
o calor dos gestos, a poesia -
Morreu em mim.
Fiz do meu berço uma cidade vazia.
Victor Marques Oct 2014
Vinhas nos dias de Outono
Quando da minha janela olho com sono,
Vejo vinhas ao abandono...
Quando da minha janela não  vejo flores floridas,
Olho para as folhas apodrecidas.
Me levanto com a vidraça embaciada,
Olho para um horizonte feito do nada.
As videiras imponentes e coloridas,
Despertam meio adormecidas.
Os ribeiros que desesperam junto aos salgueiros,
As rochas escurecem  com sorrateiros nevoeiros,
As vinhas parecem estar cheias de vida,
Eu me conforto com um  beijo de despedida.
Tantas e diversificadas  cores que me enchem a alma,
Solidão que ama e da calma.
Vinhas de um Outono  singular,
Folhas de par em par. .
Victor Marques
outono, sono, folhas, vinhas
No vine sólo por decirte
(aunque también) que no volveré nunca,
y que nunca podré olvidarte.

Emprendo la tarea
(imposible, si es que algo hay imposible)
de racionalizar, interpretar, reconstruir y desandar
aquellas fábulas y hechizos
que gracias a ti fueron realidad.

Recupero los pasos iniciados a la orilla del río
y que desembocaban en «Kiss Bar» (aunque no estoy
seguro
dónde estaba el principio y dónde el fin).

Estoy cansado, muy cansado.
Don Antonio Machado dijo hace más de sesenta años
«Soy viejo porque tengo más de setenta años,
que es mucha edad para un español».
(Sin comentarios).

              He vivido días radiantes
gracias a ti. Entre mis dedos se escurrían
cristalinas las horas, agua pura. Benditas sean.

Fue un tercer grado carcelario:
regresas a la cárcel por la noche,
por el día -espejismo- te sientes libre, libre, libre.
Nadie pudo, ni puede, ni podrá por los siglos de los siglos
arrebatarme tanta felicidad.

Yo no he venido -te lo dije-
para decirte adiós. Sé que no me echarás de menos,
y eso que yo soñaba ser todo para ti
como tú lo eres todo para mí.
¡Ay vanidad de vanidades y todo vanidad!

No te importuno más (ni siquiera sé si me escuchas).
Bebo el último whisky en el «Kiss Bar»,
la última margarita en «Santa Fe»,
rodeo luego la ciudad y su muralla de agua
en la que ya no queda nada que fue mío.
Desisto de adentrarme en su recinto,
no tengo fuerzas para celebrar
la melancólica liturgia de la separación
Sólo deseo ya dormir, dormir,
tal vez soñar...
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.

No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Santiago Jan 2015
Todo lo ves rifando uno tres
Un padre entre el desmadre
El varrio de los pobres
Nunca tuvimos dinero
El meromero ser primero
Siempre seguir adelante
Controlando el bolante
No caer para ver mi progreso
Tambien aumentar el ingreso
No soy un pinchi menso
Porque que cres no me venso
Alcontrario con la mente yo pienso
Me voy recio miro hacia enfrente
Combirtiendome en el presidente
No son simple mentiras
Puro polvo es lo que respiras
Esclavitud es todo lo que tu miras
No lo cres en la noche sal y talves
Del mes ya despues de las tres
Muchos mueren otros pierden
La vida sigue rolando altanto
En las calles caminando
Soy commando con el mando
Con patadas te mando volando
A putasos y zintadazos
Te dejo tirado pisado a un lado
Carajo no sabias yo nunca me rajo
Te rompo las berijas y los labios
Te tumbo las orejas y manos
Pa que veas te quebro los dientes
No seas culo para que no mientas
Me aseguro que todo lo sientas
Te llene la frente de sangre roja
Y los ojos morados bien cortados
Hinchados como un pinchichango
Mi despedida sera mi ultima salida
Te lleno de plumas como gallina
Un maricon dejandote en el rincon
Llorando como la grand vieja
Te llamaran dona siega la ballunca
Que no se te cruze en mente nunca
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Nat Lipstadt Jun 2013
Whispering her smile
Looking beatific,
Looking arousingly terrific,
Uninvited but invitingly,
Place my pointer finger
Upon her breast, ******* already attentive,
*****,  she preps to dance and to
Leave me

Bid her despedida,
For my adieu is tinged
With desperation internal raging,
For tantalizing, J'accuse,
Guilty as charged

My tango muse,
Off to dance in dives,
Where all the men are
Strangers, who paid in cash,
With creased and stained $20 bills,
To soil themselves, to dance with my woman,
Paid far in advance.

For consorting with the enemy,
I renounce her not, but guilty charged,
For mesmerizing, J'accuse,
Guilty as charged

She'll return, after three,
Undress before me,
Purportedly sleeping,
Pointedly, slowly, knowingly,
To insure I scent the sweat
That tango demands,
The ****** side effects,
The Argentines invented,
Accoutrement rituals,
Excuses to invent dance,
In order to pleasure intensity,
For teasing w/o mercy, J'accuse,
Guilty as charged

She chambers her body bullet,
Sliding in unrobed,
For a negligee would be
Negligent in her condition,
Laughing at my pretend closed eyes,
She whispers,:

I return here, to you
For one reason alone
Despite soul and body, exhilarated,
While gone, you have been composing
About me without permission,
Of  this, of thee,
J'accuse!

I know you have penned
Poem,
Which long after the dance thrill has chilled,
Will belong to me forever,
I will kiss you now so I may taste the
Words  that are mine, until next week,
When I will be guilty again
Of charging your imagination
The intro:
"Let's state the facts:
She gorgeous, she's hot,
She goes tango dancing after 10 PM
With bad boys from Argentina and the Ukraine"
First Poem of the Day: Yes Ma'am!

See Part I, "Ditty This, ***** Little Boy!"

Serial poet
Ahora, entre nosotros, aquí,
ven conmigo, trae por la mano a tu cuerpo
y cenemos juntos y pasemos un instante la vida
a dos vidas y dando una parte a nuestra muerte.

Ahora, ven contigo, hazme el favor
de quejarte en mi nombre y a la luz de la noche teneblosa
en que traes a tu alma de la mano
y huímos en puntillas de nosotros.

Ven a mí, sí, y a ti, sí,
con paso par, a vemos a los dos con paso impar,
marcar el paso de la despedida.
¡Hasta cuando volvamos! ¡Hasta la vuelta!
¡Hasta cuando leamos, ignorantes!
¡Hasta cuando volvamos, despidámonos!

¿Qué me importan los fusiles?,
escúchame;
escúchame, ¿qué impórtenme,
si la bala circula ya en el rango de mi firma?
¿Qué te importan a ti las balas,
si el fusil está humeando ya en tu olor?
Hoy mismo pesaremos
en los brazos de un ciego nuestra estrella
y, una vez que me cantes, lloraremos.
Hoy mismo, hermosa, con tu paso par
y tu confianza a que llegó mi alarma,
saldremos de nosotros, dos a dos.
¡Hasta cuando seamos ciegos!
¡Hasta
que lloremos de tánto volver!

Ahora,
entre nosotros, trae
por la mano a tu dulce personaje
y cenemos juntos y pasemos un instante la vida
a dos vidas y dando una parte a nuestra muerte.

Ahora, ven contigo, hazme el favor
de cantar algo
y de tocar en tu alma, haciendo palmas.
¡Hasta cuando volvamos! ¡Hasta entonces!
¡Hasta cuando partamos, despidámonos!
Victor Marques Oct 2012
Lembro meu Pai António Alexandre Marques

Na vida de todos nós,
Temos pais e avós.
Os dias passam sem despedida,
Amo meu pai toda a vida.

As videiras são teu paraíso,
Uvas do lagar se pisam sem aviso.
Vida por vezes sorridente,
Se ganha e perde num instante.

Foste podador da boa colheita,
Vinho que com Deus se deita.
As folhas das videiras avermelhadas, verdes e amarelas,
São teus anjos, tuas sentinelas.

Deus também amou o vinho,
Pois Cristo Sofreu sozinho.
As tuas memórias são sonhos lindos bem meus,
Amor eterno de filhos teus.

Victor Marques
Estoy aquí, contigo. Y pienso en ti, a tu sombra,
a tu sombra callada como un agua de otoño.
Aquí, con la cabeza caída en tu regazo,
como para que pienses que contemplo las nubes.

En tu rostro apacible se refleja el crepúsculo,
y eres tan bella, amiga, que me duele mirarte.
Aquí estoy, a tu sombra, pensando en ti, contigo.
Y tú piensas, acaso, que estoy pensando en otra.

Tú sonríes, segura del poder de tu beso,
y yo cierro los ojos para sentir tu ausencia.
Ah, pobre amiga mía, cómo quisiera amarte,
amarte como entonces, cuando tú no me amabas...

Ah, sí, qué pronto pasan el amor y las nubes...
Qué irreparablemente se mustian las espigas...
Aquí, bajo este árbol que ignora su silencio,
mí corazón se aleja tristemente del tuyo.

Y, sin embargo, amiga, ya ves que te sonrío.
Y mi boca recorre la distancia del beso.
Pero pienso en el modo de dejar de besarte,
y en una despedida que no te haga llorar...
Victor Marques Dec 2009
As videiras são uma força viva,
Desgarrada e despedida.
Bagos eternos sempre da mesma uva,
Folhas com pedaços de chuva...


As videiras são uma religião menor,
Peregrinos se embebedam em seu redor,
Ai... bagos brancos de sentida pureza,
Cepas tortas com estranha beleza.


As videiras estão comprometidas,
Vides entrelaçadas, deitadas.
Bago meu, teu bafo de calor,
Videira fiel ao seu progenitor.


As uvas de uma ou várias colheitas,
Sentimento adoçado que com Deus se deita,
Bagos tintos espremidos com pudor,
Videira da vida, do teu amor!



Victor Marques
- From Network, wine and people....
Un monte azul, un pájaro viajero,
un roble, una llanura,
un niño, una canción... Y, sin embargo,
nada sabemos hoy, hermano mío.
Bórranse los senderos en la sombra;
el corazón del monte está cerrado;
el perro del pastor trágicamente
aúlla entre las hierbas del vallado.
Apoya tu fatiga en mi fatiga,
que yo mi pena apoyaré en tu pena,
y llora, como yo, por el influjo
de la tarde traslúcida y serena.
Nunca sabremos nada...
¿Quién puso en nuestro espíritu anhelante,
vago rumor de mares en zozobra,
emoción desatada,
quimeras vanas, ilusión sin obra?
Hermano mío, en la inquietud constante,
nunca sabremos nada...
¿En qué grutas de islas misteriosas
arrullaron los Números tu sueño?
¿Quién me da los carbones irreales
de mi ardiente pasión, y la resina
que efunde en mis poemas su fragancia?
¿Qué voz suave, que ansiedad divina
tiene en nuestra ansiedad su resonancia?
Todo inquirir fracasa en el vacío,
cual fracasan los bólidos nocturnos
en el fondo del mar; toda pregunta
vuelve a nosotros trémula y fallida,
como del choque en el cantil fragoso
la flecha por el arco despedida.
Hermano mío, en el impulso errante,
nunca sabremos nada...
Y sin embargo...
¿Qué mística influencia
vierte en nuestros dolores un bálsamo radiante?
¿Quién prende a nuestros hombros
manto real de púrpuras gloriosas,
y quién a nuestras llagas
viene y las unge y las convierte en rosas?
Tú, que sobre las hierbas reposabas
de cara al cielo, dices de repente:
-«La estrella de la tarde está encendida».
Ávidos buscan su fulgor mis ojos
a través de la bruma, y ascendemos
por el hilo de luz...
Un grillo canta
en los repuestos musgos del cercado,
y un incendio de estrellas se levanta
en tu pecho, tranquilo ante la tarde,
y en mi pecho en la tarde sosegado...
Santiago Nov 2015
Hoja En Blanco
Monchy y Alexandra

Fue imposible sacar tu recuerdo de mi mente
Fue imposible olvidar que algun dia yo te quise
Tanto tiempo pasó desde el dia que te fuiste
Ahi yo supe que las despedidas son muy tristes
Nunca me imagine que un tren se llevara en su viaje
Aquellas ilusiones que de niños nos juramos
Todos tus sentimientos los guardaste en tu equipaje
Quiciste consolarme y me dijiste yo te amo
Desde entonces no supe que seria de tu vida
Desde entonces no supe si algun dia regresabas
Los amigos del pueblo preguntabas si volvias
Llorando di la espalda no les pude decir nada
Ayer que regresé a mi pueblo
Aguien me dijo que ya te casaste
Mirame y dime si ya me olvidaste
Me marcharé con los ojos aguados
Despues le pregunté a la luna
Me dio la espalda e intento ocultarse
Hasta la luna sabe que me amaste
Hasta la luna sabe que aun me amas
Y vuela vuela por otro rumbo
Ve y sueña sueña que el mundo es tuyo
Tu ya no puedes soñar conmigo
Aunque mis sueños se iran contigo
Es tan triste tener que decirte que me olvides
Otro amor ha llegado a mi vida y no te quiero
Es muy tarde no puedo negarte que me muero
Pero no callaran mis palabras pa' decirte
Que soñaré contigo siempre que cierre mis ojos
Que entonaré por ti mis cantos tristes noche a noche
Que lloraré sin ti cuando recuerde que estoy solo
Y al recordar que duermes en los brazos de otro hombre
Me pregunto si aun reflejas algo de mi vida
Si en tu memoria vive aquel amor de tantos años
Aquel hombre que siempre te ha querido desde niña
Que llora porque el amor de su vida se ha casado
Es triste ver que un tren se aleja
Y en el se va lo mejor de tu vida
Dime el motivo de tu despedida
¿Por que te fuiste dejando mil penas?
Un dia recibi tu carta
Quice leerla y era una hoja en blanco
Pues de tu vida nunca supe nada
Como preguntas que si aun te amo
Oh akon isahanon nga Handsome Hangaway
Pamatii ang akon simple nga binalaybay
Para sa imo bag-o kita mag-say “goodbye”

Imo guid nga tandaan bisan diin ikaw makadto
Isa lang guid ang akon pangabay sa imo
Bisan ano pa ang magkalatabo, pakabuot ikaw nga tawo

Kay kon bangud sa itsura ang tawo mailaan
Bangud sa batasan ang tawo maakigan
Gani ang imo nga pagkatao imo guid nga halungan!

-10/14/2015
(Dumarao)
*for Charming Knight before he leaves for Manila
My Poem No. 384
Natalia Rivera Sep 2014
Una mañana ella se encontraba frente al espejo, parecía estar concentrada mirando su reflejo pero lo curioso era que lo que veía en el espejo no era precisamente eso. Ella vio su vida pasar frente a ella, vio como surgió el amor que tenia con su esposo, la ternura con la que cuidaba a su hijo desde pequeño, los placenteros fin de semanas con sus amistades, la canción que le recordaba lo bueno que era estar enamorado, su libro favorito, el olor del mar, todos los errores que cometió, el porqué era feliz. Ese día, ella pudo volverse a encontrar   una última vez. Complacida, condujo hasta llegar al rio que había cerca de su casa. Se sentó en una roca a contemplar por última vez la belleza que la vida le había obsequiado; estaba cautivada por el sonido del agua corriendo, los arboles moviéndose, los animales con su canto. Era la despedida perfecta, miro a su izquierda y junto a ella yacía una mujer la cual le sonrió. Ella sabía perfectamente que hacia la mujer allí, la hora había llegado. Miro por última vez todo lo que le rodeaba, cerró los ojos y por primera vez pudo recordar otra vez todo lo que había visto frente al espejo; entre sollozos le dijo a la mujer que aun no estaba lista, que tenía que hacer una última cosa antes de partir. Regreso a su hogar en busca de su familia pero lo que encontró fue una carta.

Amada mía:
Para cuando leas esto ya yo me abre ido, mi enfermedad no me permitirá seguir más. Solo tengo un último deseo: el día que recuerdes todo lo harás para siempre. Quiero que tomes tu libro favorito, el traje que tanto te gusta, te sirvas una buena taza de café y me vallas a ver al rio para recordarte todos los días lo mucho que te amo.


Y así lo hizo.
distantfridays Feb 2011
Cántame una canción, una canción de amor y esperanza.

(Sing me a song, a song of love and hope.)

Cántame una canción, una canción de fe y promesa.

(Sing me a song, a song of faith and promise.)

Cántame una canción, una canción de admiración y asombro.

(Sing me a song, a song of admiration and amazement.)

Cántame una canción, una canción de "Missing You" y despedida sombrío.

(Sing me a song, a song of "Missing You" and somber farewell.)

Cántame una canción, una canción de alegría y tristeza.

(Sing me a song, a song of happiness and sadness.)

Cántame una canción.

*(Sing me a song.)
All rights reserved, property of distantfridays.
Walter Calderon Mar 2015
UNA SONRISA Y TU SALUDO
DESPIERTA MI ATENCION EN TI.
TOMO RIENDA Y SALTO
ENTRE TU MANOS DEBO CAER.

ENTRE TUS DEDOS SIENTO ESTAR
Y AMANECER NO PUEDO.
TU ESTRECHEZ Y ENTREGA
TUS HISTORIAS Y TUS BESOS.

ME ESCONDES EN TI.
EL PORQUE DE DECIR Q' ME DAS
SI AL FINAL ME LO QUITAS.
DESTROZAMOS LO DEBIDO.

EL SILENCIO VUELVE.
UN OJO, TU BOCA, TU SUAVIDEZ.
RESPIRO Y SIENTO EL AMARGO
ABRAZO DE DESPEDIDA.
LA DISTANCIA ME DICE UN DÍA MÁS.
UN DIA, UN BESO, Y EL DESEO.
Quizás te diga un día que dejé de quererte
aunque siga queriéndote más allá de la muerte
y acaso no comprendes que en esta despedida
aunque el amor nos une nos separa la vida.

Quizás te diga un día que se me fue el amor
y cerraré los ojos para amarte mejor
porque el amor nos ciega, pero vivos o muertos
nuestros ojos cerrados ven más que estando abiertos

Quizás te diga un día que dejé de quererte
aunque siga queriéndote más allá de la muerte
y acaso no comprendas que en esta despedida
nos quedaremos juntos para toda la vida.

— The End —