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Ralph Akintan Dec 2018
Snoring gangling giant,
Slumbering away on a snowy
      night.
Spoil of war unprotected,
Opening ways for ingress of
      worrisome infiltrated
      interlopers.
Remember the lord of Philistine
      Samusini,
Who returned not from the
      seductive antics of his
      mistress,
Perished in the furnace fire of
      frustration,
And drowned in the Laguna of
     no return

Slumbering hindered the move
      of the water.
Howling of devourers enclosed
      your shack.
Heterocercal caudal fins of
      sharks prevented the sailing
      of ships.
Wolfished wailing of tidal waves
      consumed the anchorage
      ground.
And the apparition of foes
      lurked-up in darkness like
      the foehn on the Alps.

Awake before the devastating
      night owl.
Awake from the abyss of deep
      slumber.
Awake before the cockcrow,
When darkness of defeats
Controls the reigns of night.
Snoring gangling giant,
Awake unto light.
Invitación al llanto.  Esto es un llanto,
      ojos, sin fin, llorando,
escombrera adelante, por las ruinas
        de innumerables días.
Ruinas que esparce un cero -autor de nadas,
obra del hombre-, un cero, cuando estalla.
Cayó ciega.  La soltó,
la soltaron, a seis mil
metros de altura, a las cuatro.
¿Hay ojos que le distingan
a la Tierra sus primores
desde tan alto?
¿Mundo feliz? ¿Tramas, vidas,
que se tejen, se destejen,
mariposas, hombres, tigres,
amándose y desamándose?
No. Geometría.  Abstractos
colores sin habitantes,
embuste liso de atlas.
Cientos de dedos del viento
una tras otra pasaban
las hojas
-márgenes de nubes blancas-
de las tierras de la Tierra,
vuelta cuaderno de mapas.
Y a un mapa distante, ¿quién
le tiene lástima? Lástima
de una pompa de jabón
irisada, que se quiebra;
o en la arena de la playa
un crujido, un caracol
roto
sin querer, con la pisada. 
Pero esa altura tan alta
que ya no la quieren pájaros,
le ciega al querer su causa
con mil aires transparentes.
Invisibles se le vuelven
al mundo delgadas gracias:
La azucena y sus estambres,
colibríes y sus alas,
las venas que van y vienen,
en tierno azul dibujadas,
por un pecho de doncella.
¿Quién va a quererlas
si no se las ve de cerca?
Él hizo su obligación:
lo que desde veinte esferas
instrumentos ordenaban,
exactamente: soltarla
al momento justo.                                   Nada.
Al principio
no vio casi nada.  Una
mancha, creciendo despacio,
blanca, más blanca, ya cándida.
¿Arrebañados corderos?
¿Vedijas, copos de lana?
Eso sería...
¡Qué peso se le quitaba!
Eso sería: una imagen
que regresa.
Veinte años, atrás, un niño.
Él era un niño -allá atrás-
que en estíos campesinos
con los corderos jugaba
por el pastizal.  Carreras,
topadas, risas, caídas
de bruces sobre la grama,
tan reciente de rocío
que la alegría del mundo
al verse otra vez tan claro,
le refrescaba la cara.
Sí; esas blancuras de ahora,
allá abajo
en vellones dilatadas,
no pueden ser nada malo:
rebaños y más rebaños
serenísimos que pastan
en ancho mapa de tréboles.
Nada malo.  Ecos redondos
de aquella inocencia doble
veinte años atrás: infancia
triscando con el cordero
y retazos celestiales,
del sol niño con las nubes
que empuja, pastora, el alba.
 
Mientras,
detrás de tanta blancura
en la Tierra -no era mapa-
en donde el cero cayó,
el gran desastre empezaba.Muerto inicial y víctima primera:
lo que va a ser y expira en los umbrales
del ser. ¡Ahogado coro de inminencias!
Heráldicas palabras voladoras
-«¡pronto!», «¡en seguida!», «¡ya!»- nuncios de dichas
colman el aire, lo vuelven promesa.
Pero la anunciación jamás se cumple:
la que aguardaba el éxtasis, doncella,
se quedará en su orilla, para siempre
entre su cuerpo y Dios alma suspensa.
¡Qué de esparcidas ruinas de futuro
por todo alrededor, sin que se vean!
Primer beso de amantes incipientes.
¡Asombro! ¿Es obra humana tanto gozo?
¿Podrán los labios repetirlo?  Vuelan
hacia el segundo beso; más que beso,
claridad quieren, buscan la certeza
alegre de su don de hacer milagros
donde las bocas férvidas se encuentran.
¿ Por qué si ya los hálitos se juntan
los labios a posarse nunca llegan?
Tan al borde del beso, no se besan.
Obediente al ardor de un mediodía
la moza muerde ya la fruta nueva.
La boca anhela el más celado jugo;
del anhelo no pasa.  Se le niega
cuando el labio presiente su dulzura
la condensada dentro, primavera,
pulpas de mayo, azúcares de junio,
día a día sumados a la almendra.
Consumación feliz de tanta ruta,
último paso, amante, pie en el aire,
que trae amor adonde amor espera.
Tiembla Julieta de Romeos próximos,
ya abre el alma a Calixto, Melibea.
Pero el paso final no encuentra suelo.
¿Dónde, si se hunde el mundo en la tiniebla,
si ya es nada Verona, y si no hay huerto?
De imposibles se vuelve la pareja.
¿Y esa mano -¿de quién?-, la mano trunca
blanca, en el suelo, sin su brazo, huérfana,
que buscas en el rosal la única abierta,
y cuando ya la alcanza por el tallo
se desprende, dejándose a la rosa,
sin conocer los ojos de su dueña?
¡Cimeras alegrías tremolantes,
gozo inmediato, pasmo que se acerca:
la frase más difícil, la penúltima,
la que lleva, derecho, hasta el acierto,
perfección vislumbrada, nunca nuestra!
¡Imágenes que inclinan su hermosura
sobre espejos que nunca las reflejan!
¡Qué cadáver ingrávido: una mañana
que muere al filo de su aurora cierta!
Vísperas son capullos. Sí, de dichas;
sí, de tiempo, futuros en capullos.
¡Tan hermosas, las vísperas!
                                                          ¡Y muertas!¿Se puede hacer más daño, allí en la Tierra?
Polvo que se levanta de la ruina,
humo del sacrificio, vaho de escombros
dice que sí se puede.  Que hay más pena.
Vasto ayer que se queda sin presente,
vida inmolada en aparentes piedras.
¡Tanto afinar la gracia de los fustes
contra la selva tenebrosa alzados
de donde el miedo viene al alma, pánico!
Junto a un altar de azul, de ola y espuma,
el pensar y la piedra se desposan;
el mármol, que era blanco, es ya blancura.
Alborean columnas por el mundo,
ofreciéndole un orden a la aurora.
No terror, calma pura da este bosque,
de noble savia pórtico.
Vientos y vientos de dos mil otoños
con hojas de esta selva inmarcesible
quisieran aumentar sus hojarascas.
Rectos embisten, curvas les engañan.
Sin botín huyen. ¿Dónde está su fronda?
No pájaros, sus copas, procesiones
de doncellas mantienen en lo alto,
que atraviesan el tiempo, sin moverse.
Este espacio que no era más que espacio
a nadie dedicado, aire en vacío,
la lenta cantería lo redime
piedras poniendo, de oro, sobre piedras,
de aquella indiferencia sin plegaria.
Fiera luz, la del sumo mediodía,
claridad, toda hueca, de tan clara
va aprendiendo, ceñida entre altos muros
mansedumbres, dulzuras; ya es misterio.
Cantan coral callado las ojivas.
Flechas de alba cruzan por los santos
incorpóreos, no hieren, les traen vida
de colores.  La noche se la quita.
La bóveda, al cerrarse abre más cielo.
Y en la hermosura vasta de estos límites
siente el alma que nada la termina.
Tierra sin forma, pobre arcilla; ahora
el torno la conduce hasta su auge:
suave concavidad, nido de dioses.
Poseidón, Venus, Iris, sus siluetas
en su seno se posan.  A esta crátera
ojos, siempre sedientos, a abrevarse
vienen de agua de mito, inagotable.
Guarda la copa en este fondo oscuro
callado resplandor, eco de Olimpo.
Frágil materia es, mas se acomodan
los dioses, los eternos, en su círculo.
Y así, con lentitud que no descansa,
por las obras del hombre se hace el tiempo
profusión fabulosa.  Cuando rueda
el mundo, tesorero, va sumando
-en cada vuelta gana una hermosura-
a belleza de ayer, belleza inédita.
Sobre sus hombros gráciles las horas
dádivas imprevistas acarrean.
¿Vida?  Invención, hallazgo, lo que es
hoy a las cuatro, y a las tres no era.
Gozo de ver que si se marchan unas
trasponiendo la ceja de la tarde,
por el nocturno alcor otras se acercan.
Tiempo, fila de gracias que no cesa.
¡Qué alegría, saber que en cada hora
algo que está viniendo nos espera!
Ninguna ociosa, cada cual su don;
ninguna avara, todo nos lo entregan.
Por las manos que abren somos ricos
y en el regazo, Tierra, de este mundo
dejando van sin pausa
novísimos presentes: diferencias.
¿Flor?  Flores. ¡Qué sinfín de flores, flor!
Todo, en lo igual, distinto: primavera.
Cuando se ve la Tierra amanecerse
se siente más feliz.  La luz que llega
a estrecharle las obras que este día
la acrece su plural. ¡Es más diversa!El cero cae sobre ellas.
Ya no las veo, a las muchas,
las bellísimas, deshechas,
en esa desgarradora
unidad que las confunde,
en la nada, en la escombrera.
Por el escombro busco yo a mis muertos;
más me duele su ser tan invisibles.
Nadie los ve: lo que se ve son formas
truncas; prodigios eran, singulares,
que retornan, vencidos, a su piedra.
Muertos añosos, muertos a lo lejos,
cadáveres perdidos,
en ignorado osario perfecciona
la Tierra, lentamente, su esqueleto.
Su muerte fue hace mucho.  Esperanzada
en no morir, su muerte. Ánima dieron
a masas que yacían en canteras.
Muchas piedras llenaron de temblores.
Mineral que camina hacia la imagen,
misteriosa tibieza, ya corriendo
por las vetas del mármol,
cuando, curva tras curva, se le empuja
hacia su más, a ser pecho de ninfa.
Piedra que late así con un latido
de carne que no es suya, entra en el juego
-ruleta son las horas y los días-:
el jugarse a la nada, o a lo eterno
el caudal de sus formas confiado:
el alma de los hombres, sus autores.
Si es su bulto de carne fugitivo,
ella queda detrás, la salvadora
roca, hija de sus manos, fidelísima,
que acepta con marmóreo silencio
augusto compromiso: eternizarlos.
Menos morir, morir así: transbordo
de una carne terrena a bajel pétreo
que zarpa, sin más aire que le impulse
que un soplo, al expirar, último aliento.
Travesía que empieza, rumbo a siempre;
la brújula no sirve, hay otro norte
que no confía a mapas su secreto;
misteriosos pilotos invisibles,
desde tumbas los guían, mareantes
por aguja de fe, según luceros.
Balsa de dioses, ánfora.
Naves de salvación con un polícromo
velamen de vidrieras, y sus cuentos
mármol, que flota porque vista de Venus.
Naos prodigiosas, sin cesar hendiendo
inmóviles, con proas tajadoras
auroras y crepúsculos, espumas
del tumbo de los años; años, olas
por los siglos alzándose y rompiendo.
Peripecia suprema día y noche,
navegar tesonero
empujado por racha que no atregua:
negación del morir, ansia de vida,
dando sus velas, piedras, a los vientos.
Armadas extrañísimas de afanes,
galeras, no de vivos, no de muertos,
tripulaciones de querencias puras,
incansables remeros,
cada cual con su remo, lo que hizo,
soñando en recalar en la celeste
ensenada segura, la que está
detrás, salva, del tiempo.¡Y todos, ahora, todos,
qué naufragio total, en este escombro!
No tibios, no despedazados miembros
me piden compasión, desde la ruina:
de carne antigua voz antigua, oigo.
Desgarrada blancura, torso abierto,
aquí, a mis pies, informe.
Fue ninfa geométrica, columna.
El corazón que acaban de matarle,
Leucipo, pitagórico,
calculador de sueños, arquitecto,
de su pecho lo fue pasando a mármoles.
Y así, edad tras edad, en estas cándidas
hijas de su diseño
su vivir se salvó.  Todo invisible,
su pálpito y su fuego.
Y ellas abstractos bultos se fingían,
pura piedra, columnas sin misterio.
Más duelo, más allá: serafín trunco,
ángel a trozos, roto mensajero.
Quebrada en seis pedazos
sonrisa, que anunciaba, por el suelo.
Entre el polvo guedejas
de rubia piedra, pelo tan sedeño
que el sol se lo atusaba a cada aurora
con sus dedos primeros.
Alas yacen usadas a lo altísimo,
en barro acaba su plumaje célico.
(A estas plumas del ángel desalado
encomendó su vuelo
sobre los siglos el hermano Pablo,
dulce monje cantero).
Sigo escombro adelante, solo, solo.
Hollando voy los restos
de tantas perfecciones abolidas.
Años, siglos, por siglos acudieron
aquí, a posarse en ellas; rezumaban
arcillas o granitos,
linajes de humedad, frescor edénico.
No piso la materia; en su pedriza
piso al mayor dolor, tiempo deshecho.
Tiempo divino que llegó a ser tiempo
poco a poco, mañana tras su aurora,
mediodía camino de su véspero,
estío que se junta con otoño,
primaveras sumadas al invierno.
Años que nada saben de sus números,
llegándose, marchándose sin prisa,
sol que sale, sol puesto,
artificio diario, lenta rueda
que va subiendo al hombre hasta su cielo.
Piso añicos de tiempo.
Camino sobre anhelos hechos trizas,
sobre los días lentos
que le costó al cincel llegar al ángel;
sobre ardorosas noches,
con el ardor ardidas del desvelo
que en la alta madrugada da, por fin,
con el contorno exacto de su empeño...
Hollando voy las horas jubilares:
triunfo, toque final, remate, término
cuando ya, por constancia o por milagro,
obra se acaba que empezó proyecto.
Lo que era suma en un instante es polvo.
¡Qué derroche de siglos, un momento!
No se derrumban piedras, no, ni imágenes;
lo que se viene abajo es esa hueste
de tercos defensores de sus sueños.
Tropa que dio batalla a las milicias
mudas, sin rostro, de la nada; ejército
que matando a un olvido cada día
conquistó lentamente los milenios.
Se abre por fin la tumba a que escaparon;
les llega aquí la muerte de que huyeron.
Ya encontré mi cadáver, el que lloro.
Cadáver de los muertos que vivían
salvados de sus cuerpos pasajeros.
Un gran silencio en el vacío oscuro,
un gran polvo de obras, triste incienso,
canto inaudito, funeral sin nadie.
Yo sólo le recuerdo, al impalpable,
al NO dicho a la muerte, sostenido
contra tiempo y marea: ése es el muerto.
Soy la sombra que busca en la escombrera.
Con sus siete dolores cada una
mil soledades vienen a mi encuentro.
Hay un crucificado que agoniza
en desolado Gólgota de escombros,
de su cruz separado, cara al cielo.
Como no tiene cruz parece un hombre.
Pero aúlla un perro, un infinito perro
-inmenso aullar nocturno ¿desde dónde?-,
voz clamante entre ruinas por su Dueño.
Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí, opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.Muy ricas las bodas fueron
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.   Feliz vivió Alvargonzález
en el amor de su tierra.
Naciéronle tres varones,
que en el campo son riqueza,
y, ya crecidos, los puso,
uno a cultivar la huerta,
otro a cuidar los merinos,
y dio el menor a la Iglesia.   Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.   Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.   La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.   El menor, que a los latines
prefería las doncellas
hermosas y no gustaba
de vestir por la cabeza,
colgó la sotana un día
y partió a lejanas tierras.La madre lloró, y el padre
diole bendición y herencia.   Alvargonzález ya tiene
la adusta frente arrugada,
por la barba le platea
la sombra azul de la cara.   Una mañana de otoño
salió solo de su casa;
no llevaba sus lebreles,
agudos canes de caza;

  iba triste y pensativo
por la alameda dorada;
anduvo largo camino
y llegó a una fuente clara.   Echóse en la tierra; puso
sobre una piedra la manta,
y a la vera de la fuente
durmió al arrullo del agua.   Y Alvargonzález veía,
como Jacob, una escala
que iba de la tierra al cielo,
y oyó una voz que le hablaba.Mas las hadas hilanderas,
entre las vedijas blancas
y vellones de oro, han puesto
un mechón de negra lana.Tres niños están jugando
a la puerta de su casa;
entre los mayores brinca
un cuervo de negras alas.La mujer vigila, cose
y, a ratos, sonríe y canta.-Hijos, ¿qué hacéis? -les pregunta.Ellos se miran y callan.-Subid al monte, hijos míos,
y antes que la noche caiga,
con un brazado de estepas
hacedme una buena llama.   Sobre el lar de Alvargonzález
está la leña apilada;
el mayor quiere encenderla,
pero no brota la llama.-Padre, la hoguera no prende,
está la estepa mojada.   Su hermano viene a ayudarle
y arroja astillas y ramas
sobre los troncos de roble;
pero el rescoldo se apaga.Acude el menor, y enciende,
bajo la negra campana
de la cocina, una hoguera
que alumbra toda la casa.   Alvargonzález levanta
en brazos al más pequeño
y en sus rodillas lo sienta;-Tus manos hacen el fuego;
aunque el último naciste
tú eres en mi amor primero.   Los dos mayores se alejan
por los rincones del sueño.
Entre los dos fugitivos
reluce un hacha de hierro.   Sobre los campos desnudos,
la luna llena manchada
de un arrebol purpurino,
enorme globo, asomaba.Los hijos de Alvargonzález
silenciosos caminaban,
y han visto al padre dormido
junto de la fuente clara.   Tiene el padre entre las cejas
un ceño que le aborrasca
el rostro, un tachón sombrío
como la huella de un hacha.Soñando está con sus hijos,
que sus hijos lo apuñalan;
y cuando despierta mira
que es cierto lo que soñaba.   A la vera de la fuente
quedó Alvargonzález muerto.Tiene cuatro puñaladas
entre el costado y el pecho,
por donde la sangre brota,
más un hachazo en el cuello.Cuenta la hazaña del campo
el agua clara corriendo,
mientras los dos asesinos
huyen hacia los hayedos.Hasta la Laguna Negra,
bajo las fuentes del Duero,
llevan el muerto, dejando
detrás un rastro sangriento,
y en la laguna sin fondo,
que guarda bien los secretos,
con una piedra amarrada
a los pies, tumba le dieron.   Se encontró junto a la fuente
la manta de Alvargonzález,
y, camino del hayedo,
se vio un reguero de sangre.Nadie de la aldea ha osado
a la laguna acercarse,
y el sondarla inútil fuera,
que es la laguna insondable.Un buhonero, que cruzaba
aquellas tierras errante,
fue en Dauria acusado, preso
y muerto en garrote infame.   Pasados algunos meses,
la madre murió de pena.Los que muerta la encontraron
dicen que las manos yertas
sobre su rostro tenía,
oculto el rostro con ellas.   Los hijos de Alvargonzález
ya tienen majada y huerta,
campos de trigo y centeno
y prados de fina hierba;
en el olmo viejo, hendido
por el rayo, la colmena,
dos yuntas para el arado,
un mastín y mil ovejas.
    Ya están las zarzas floridas
y los ciruelos blanquean;
ya las abejas doradas
liban para sus colmenas,
y en los nidos, que coronan
las torres de las iglesias,
asoman los garabatos
ganchudos de las cigüeñas.Ya los olmos del camino
y chopos de las riberas
de los arroyos, que buscan
al padre Duero, verdean.El cielo está azul, los montes
sin nieve son de violeta.La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza;
muerto está quien la ha labrado,
mas no le cubre la tierra.   La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.   Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.Van en busca de ganado
con que volver a su aldea,
y por tierra de pinares
larga jornada comienzan.Van Duero arriba, dejando
atrás los arcos de piedra
del puente y el caserío
de la ociosa y opulenta
villa de indianos. El río
al fondo del valle, suena,
y de las cabalgaduras
los cascos baten las piedras.A la otra orilla del Duero
canta una voz lastimera:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra.»   Llegados son a un paraje
en donde el pinar se espesa,
y el mayor, que abre la marcha,
su parda mula espolea,
diciendo: -Démonos prisa;
porque son más de dos leguas
de pinar y hay que apurarlas
antes que la noche venga.Dos hijos del campo, hechos
a quebradas y asperezas,
porque recuerdan un día
la tarde en el monte tiemblan.Allá en lo espeso del bosque
otra vez la copla suena:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».   Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
a ambas márgenes del río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valle se estrecha.Los fuertes pinos del bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean,
pinos jóvenes; los viejos,
cubiertos de blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
colman el valle y se pierden
rebasando ambas laderasJuan, el mayor, dice: -Hermano,
si Blas Antonio apacienta
cerca de Urbión su vacada,
largo camino nos queda.-Cuando hacia Urbión alarguemos
se puede acortar de vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.-Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez. Cerremos
los tratos en Covaleda;
hagamos noche y, al alba,
volvámonos a la aldea
por este valle, que, a veces,
quien piensa atajar rodea.Cerca del río cabalgan
los hermanos, y contemplan
cómo el bosque centenario,
al par que avanzan, aumenta,
y la roqueda del monte
el horizonte les cierra.El agua, que va saltando,
parece que canta o cuenta:«La tierra de Alvargonzález
se colmará de riqueza,
y el que la tierra ha labrado
no duerme bajo la tierra».
    Aunque la codicia tiene
redil que encierre la oveja,
trojes que guarden el trigo,
bolsas para la moneda,
y garras, no tiene manos
que sepan labrar la tierra.Así, a un año de abundancia
siguió un año de pobreza.   En los sembrados crecieron
las amapolas sangrientas;
pudrió el tizón las espigas
de trigales y de avenas;
hielos tardíos mataron
en flor la fruta en la huerta,
y una mala hechicería
hizo enfermar las ovejas.A los dos Alvargonzález
maldijo Dios en sus tierras,
y al año pobre siguieron
largos años de miseria.   Es una noche de invierno.
Cae la nieve en remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.El pensamiento amarrado
tienen a un recuerdo mismo,
y en las ascuas mortecinas
del hogar los ojos fijos.No tienen leña ni sueño.Larga es la noche y el frío
arrecia. Un candil humea
en el muro ennegrecido.El aire agita la llama,
que pone un  fulgor rojizo
sobre las dos pensativas 
testas de los asesinos.El mayor de Alvargonzález,
lanzando un ronco suspiro,
rompe el silencio, exclamando:-Hermano, ¡qué mal hicimos!El viento la puerta bate
hace temblar el postigo,
y suena en la chimenea
con hueco y largo bramido.Después, el silencio vuelve,
y a intervalos el pabilo
del candil chisporrotea
en el aire aterecido.El segundo dijo: -Hermano,
¡demos lo viejo al olvido!

  Es una noche de invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.Bajo la nevada, un hombre
por el camino cabalga;
va cubierto hasta los ojos,
embozado en negra capa.Entrado en la aldea, busca
de Alvargonzález la casa,
y ante su puerta llegado,
sin echar pie a tierra, llama.   Los dos hermanos oyeron
una aldabada a la puerta,
y de una cabalgadura
los cascos sobre las piedras.Ambos los ojos alzaron
llenos de espanto y sorpresa.-¿Quién es?  Responda -gritaron.-Miguel -respondieron fuera.Era la voz del viajero
que partió a lejanas tierras.   Abierto el portón, entróse
a caballo el caballero
y echó pie a tierra. Venía
todo de nieve cubierto.En brazos de sus hermanos
lloró algún rato en silencio.Después dio el caballo al uno,
al otro, capa y sombrero,
y en la estancia campesina
buscó el arrimo del fuego.   El menor de los hermanos,
que niño y aventurero
fue más allá de los mares
y hoy torna indiano opulento,
vestía con ***** traje
de peludo terciopelo,
ajustado a la cintura
por ancho cinto de cuero.Gruesa cadena formaba
un bucle de oro en su pecho.Era un hombre alto y robusto,
con ojos grandes y negros
llenos de melancolía;
la tez de color moreno,
y sobre la frente comba
enmarañados cabellos;
el hijo que saca porte
señor de padre labriego,
a quien fortuna le debe
amor, poder y dinero.
De los tres Alvargonzález
era Miguel el más bello;
porque al mayor afeaba
el muy poblado entrecejo
bajo la frente mezquina,
y al segundo, los inquietos
ojos que mirar no saben
de frente, torvos y fieros.   Los tres hermanos contemplan
el triste hogar en silencio;
y con la noche cerrada
arrecia el frío y el viento.-Hermanos, ¿no tenéis leña?-dice Miguel.             -No tenemos
-responde el mayor.               Un hombre,
milagrosamente, ha abierto
la gruesa puerta cerrada
con doble barra de hierro.

El hombre que ha entrado tiene
el rostro del padre muerto.Un halo de luz dorada
orla sus blancos cabellos.
Lleva un haz de leña al hombro
y empuña un hacha de hierro.   De aquellos campos malditos,
Miguel a sus dos hermanos
compró una parte, que mucho
caudal de América trajo,
y aun en tierra mala, el oro
luce mejor que enterrado,
y más en mano de pobres
que oculto en orza de barro.   Diose a trabajar la tierra
con fe y tesón el indiano,
y a laborar los mayores
sus pegujales tornaron.   Ya con macizas espigas,
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó el fecundo verano;
y ya de aldea en aldea
se cuenta como un milagro,
que los asesinos tienen
la maldición en sus campos.   Ya el pueblo canta una copla
que narra el crimen pasado:«A la orilla de la fuente
lo asesinaron.¡qué mala muerte le dieron
los hijos malos!En la laguna sin fondo
al padre muerto arrojaron.No duerme bajo la tierra
el que la tierra ha labrado».   Miguel, con sus dos lebreles
y armado de su escopeta,
hacia el azul de los montes,
en una tarde serena,
caminaba entre los verdes
chopos de la carretera,
y oyó una voz que cantaba:«No tiene tumba en la tierra.
Entre los pinos del valle
del Revinuesa,
al padre muerto llevaron
hasta la Laguna Negra».
    La casa de Alvargonzález
era una casona vieja,
con cuatro estrechas ventanas,
separada de la aldea
cien pasos y entre dos olmos
que, gigantes centinelas,
sombra le dan en verano,
y en el otoño hojas secas.   Es casa de labradores,
gente aunque rica plebeya,
donde el hogar humeante
con sus escaños de piedra
se ve sin entrar, si tiene
abierta al campo la puerta.   Al arrimo del rescoldo
del hogar borbollonean
dos pucherillos de barro,
que a dos familias sustentan.   A diestra mano, la cuadra
y el corral; a la siniestra,
huerto y abejar, y, al fondo,
una gastada escalera,
que va a las habitaciones
partidas en dos viviendas.   Los Alvargonzález moran
con sus mujeres en ellas.
A ambas parejas que hubieron,
sin que lograrse pudieran,
dos hijos, sobrado espacio
les da la casa paterna.   En una estancia que tiene
luz al huerto, hay una mesa
con gruesa tabla de roble,
dos sillones de vaqueta,
colgado en el muro, un *****
ábaco de enormes cuentas,
y unas espuelas mohosas
sobre un arcón de madera.   Era una estancia olvidada
donde hoy Miguel se aposenta.
Y era allí donde los padres
veían en primavera
el huerto en flor, y en el cielo
de mayo, azul, la cigüeña
-cuando las rosas se abren
y los zarzales blanquean-
que enseñaba a sus hijuelos
a usar de las alas lentas.   Y en las noches del verano,
cuando la calor desvela,
desde la ventana al dulce
ruiseñor cantar oyeran.   Fue allí donde Alvargonzález,
del orgullo de su huerta
y del amor a los suyos,
sacó sueños de grandeza.   Cuando en brazos de la madre
vio la figura risueña
del primer hijo, bruñida
de rubio sol la cabeza,
del niño que levantaba
las codiciosas, pequeñas
manos a las rojas guindas
y a las moradas ciruelas,
o aquella tarde de otoño,
dorada, plácida y buena,
él pensó que ser podría
feliz el hombre en la tierra.   Hoy canta el pueblo una copla
que va de aldea en aldea:«¡Oh casa de Alvargonzález,
qué malos días te esperan;
casa de los asesinos,
que nadie llame a tu puerta!»   Es una tarde de otoño.
En la alameda dorada
no quedan ya ruiseñores;
enmudeció la cigarra.   Las últimas golondrinas,
que no emprendieron la marcha,
morirán, y las cigüeñas
de sus nidos de retamas,
en torres y campanarios,
huyeron.           Sobre la casa
de Alvargonzález, los olmos
sus hojas que el viento arranca
van dejando. Todavía
las tres redondas acacias,
en el atrio de la iglesia,
conservan verdes sus ramas,
y las castañas de Indias
a intervalos se desgajan
cubiertas de sus erizos;
tiene el rosal rosas grana
otra vez, y en las praderas
brilla la alegre otoñada.   En laderas y en alcores,
en ribazos y en cañadas,
el verde nuevo y la hierba,
aún del estío quemada,
alternan; los serrijones
pelados, las lomas calvas,
se coronan de plomizas
nubes apelotonadas;
y bajo el pinar gigante,
entre las marchitas zarzas
y amarillentos helechos,
corren las crecidas aguas
a engrosar el padre río
por canchales y barrancas.   Abunda en la tierra un gris
de plomo y azul de plata,
con manchas de roja herrumbre,
todo envuelto en luz violada.   ¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!   Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque a bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!
    Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.
Martín se quedó en el huerto
arrancando hierbas malas.   Una mañana de otoño,
cuando los campos se aran,
sobre un otero, que tiene
el cielo de la mañana
por fondo, la parda yunta
de Juan lentamente avanza.   Cardos, lampazos y abrojos,
avena loca y cizaña,
llenan la tierra maldita,
tenaz a pico y a escarda.   Del corvo arado de roble
la hundida reja trabaja
con vano esfuerzo; parece,
que al par que hiende la entraña
del campo y hace camino
se cierra otra vez la zanja.   «Cuando el asesino labre
será su labor pesada;
antes que un surco en la tierra,
tendrá una arruga en su cara».   Martín, que estaba en la huerta
cavando, sobre su azada
quedó apoyado un momento;
frío sudor le bañaba
el rostro.           Por el Oriente,
la luna llena, manchada
de un arrebol purpurino,
lucía tras de la tapia
del huerto.           Martín tenía
la sangre de horror helada.
La azada que hundió en la tierra
teñida de sangre estaba.   En la tierra en que ha nacido
supo afincar el indiano;
por mujer a una doncella
rica y hermosa ha tomado.   La hacienda de Alvargonzález
ya es suya, que sus hermanos
todo le vendieron: casa,
huerto, colmenar y campo.   Juan y Martín, los mayores
de Alvargonzález, un
Quitar codicia, no añadir dinero,
Hace ricos los hombres, Casimiro:
Puedes arder en púrpura de Tiro,
Y no alcanzar descanso verdadero.
Señor te llamas; yo te considero
Cuando el hombre interior que vives miro,
Esclavo de las ansias y el suspiro,
Y de tus propias culpas prisionero.
Al asiento de l'alma suba el oro,
No al sepulcro del oro l'alma baje,
Ni le compita a Dios su precio el lodo.
Descifra las mentiras del tesoro,
Pues falta (y es del Cielo este lenguaje)
Al pobre, mucho, y al avaro todo.
Ardiente juventud, tú que la herencia
Recoges ya del siglo diez y nueve,
Y que el maduro fruto de la ciencia
Llevas al porvenir con planta breve;
Tú que en la edad viril, la limpia aurora
Verás del nuevo siglo, en que, alentado
Por el rico saber que hoy atesora,
Tu espíritu esforzado,
Al saludar gozosa el sol naciente,
Honrarás las conquistas del presente
Con las sabias lecciones del pasado:

Atiende aquí a mi voz; vibre mi acento
Como un canto triunfal en tus oídos;
Y en noble sentimiento,
Como al sonar de bélico instrumento,
Los generosos pechos encendidos,
Al escucharse de la lira mía
Las toscas pulsaciones,
La acompañen en rítmica armonía
Latiendo vuestros nobles corazones.

Madre es la Patria, que confiada espera,
Al contemplaros, de su amor ufana,
En la marcial carrera,
Su porvenir, su nombre y su bandera
En vuestras manos entregar mañana;
Y, escudos de la ley y del derecho,
La mente con la ciencia engalanada,
Las patricias virtudes en el pecho,
Podréis decir que irradia vuestra espada
Aquella luz que en África una noche
Vieron brillar de César los guerreros
Como lenguas de fuego en sus aceros.

Que no siempre el aliento de la guerra
Fue engendro del rencor y la venganza;
Ni el odio y la matanza
Sobre la faz de la extendida tierra
Han llevado las huestes victoriosas
Que, cual fieros torrentes desbordados,
Destruyeron naciones poderosas
En los heroicos tiempos ya pasados.

El saber, las costumbres, las ideas;
El rico idioma que a mezclarse llega
Con ignotos idiomas escondidos;
La extraña actividad que se desplega,
Al formar vencedores y vencidos
Nuevos pueblos, y razas, y naciones,
Con más altas tendencias,
Con más nobles creencias,
Y más rico caudal de aspiraciones:

Esta la guerra fue. ¡Cuán grande miro,
Sobre la deslumbrante Babilonia,
Su poderoso imperio alzando Ciro!
¡Y al hundirse la asiría monarquía,
De sus escombros de oro y alabastro
Surgir una era nueva, como un astro
Derramando la luz del nuevo día!

El espíritu helénico ¿a quién debe
Su más alto esplendor? Se alza primero
Como lejana luz brillando leve;
Lo trasforma en un sol la voz de Homero;
Y su inmortal fulgor, grande y fecundo,
Viene a alumbrar la historia,
Cuando Alejandro, en alas de la gloria,
Lo extiende en sus conquistas por el mundo.

Predilecto del genio y la victoria,
Por donde quiera que la firme planta
Asienta el hijo de Filipo, un templo
Para honrar el progreso se levanta.
¡Oh caudillo esforzado y sin ejemplo!
Su triunfal estandarte
Pueblos, reyes y obstáculos desprecia,
Porque lleva con él la fe de Grecia,
La voz del genio y el poder del arte.
Y al calor de la lucha y de las armas,
Y a la sombra del águila altanera
Que hacia el Oriente sus legiones guía,
Cifra imperecedera
De inmensa gloria, nace Alejandría.

¡Augusto emporio del saber humano,
Irguióse altiva entre la mar y el Nilo,
Siguiendo el trazo que con diestra mano
Supo copiar Dinócrates tranquilo
Del manto militar del soberano!

Ved: las romanas picas aparecen
Anunciando a la tierra
Que otros gérmenes crecen;
Que en la ciudad de Rómulo se encierra
El porvenir de cien generaciones,
Que llevarán, en alas de la guerra,
Fuertes y victoriosas sus legiones.
Y bajo el sol ardiente de Cartago,
Y en la margen del Támesis sombrío,
Y del Danubio entre el murmullo vago,
Y al pintoresco pie del Alpe frío,
Con César y Pompeyo soberanas,
Llevando al mundo entre sus garras preso,
De la victoria al encendido beso,
Se han de cernir las águilas romanas.

Y al cruzar esas huestes, anchas vías
Se abren para el viajero;
Despiertan en los pueblos simpatías,
Del mercader audaz rico venero;
Surcan tendidos mares los bajeles,
Y, nuevo Deucalión, Roma dejando
Su camino regado de laureles,
Fantásticas ciudades van brotando;
Y, el polvo que levantan los corceles,
Al disipar los vientos,
Dejan ver, como huellas de su paso,
Soberbios monumentos
Desde do nace el sol hasta el ocaso.

Después de tantos siglos de victoria
Roma también inclina su bandera;
Y los últimos fastos de su historia
El triunfo son de muchedumbre fiera
Atravesando con feroz encono
Los lejanos y estériles desiertos,
Y en numerosas hordas conducidos
Por caminos inciertos.
Cual de mares que están embravecidos,
Su espuma salpicando en las arenas
Las gigantescas olas,
Llegan a sepultar playas serenas:
Así vienen, ardientes y terribles,
Hunos, godos, alanos y lombardos,
Vándalos, francos, suevos, burguiñones,
Galos y anglo-sajones;
Y de ese hervor de muchedumbre extraña
Surgen nuevas naciones:
Inglaterra, Alemania, Francia, España.

Del escondido seno de la Arabia
Brota un incendio nuevo que devora
Al mundo ya cristiano;
Brilla la media luna aterradora;
Lanza un grito de guerra el africano;
Y Europa, en otro tiempo vencedora,
Trémula mira la atrevida mano
Del hijo del profeta,
Que, incontrastable, vino
A clavar su pendón sobre los muros
De la imperial ciudad de Constantino.
Su irresistible empuje
Hace rodar el trono de los godos;
Al paso del islam la tierra cruje,
Y al cielo de la ciencia tres estrellas
En tan sangrienta y trágica demanda
Asoman luego espléndidas y bellas:
Son Córdoba, Bagdad y Samarcanda.

Y en esa larga noche tenebrosa
Del espíritu humano, en la Edad Media,
Esos astros de luz esplendorosa
Guardan el sacro fuego
Que el mundo entonces desconoce ciego,
Y que otra culta edad mira asombrada,
Cuando su noble admiración excita
De Córdoba la arábiga Mezquita,
Y la soberbia Alhambra de Granada.

Siempre tras de la guerra,
Más vigorosa llega la cultura:
Así sobre la tierra
La negra tempestad ruge en la altura;
Tremenda se desata
De su seno la hirviente catarata;
El formidable rayo serpentea;
El relámpago incendia el horizonte;
El huracán los ámbitos pasea,
Infundiendo el terror del prado al monte
Y aquella confusión que, estremecida
Y acobardada ve Naturaleza,
Es nueva fuente de vigor y vida,
Y manantial de amor y de belleza.

Recordadlo vosotros, cuyo pecho
Desde temprana edad honra la insignia
Del soldado del pueblo y del derecho;
Y no olvidéis jamás, si acaso un día,
Siguiendo con valor vuestra bandera.
Lleváis o resistís la guerra impía
De nación extranjera,
Sin consentir jamás infame yugo,
Que la espada esgrimís del ciudadano,
No el hacha del verdugo:
Que el pendón que enarbola vuestra mano,
Es la antorcha de luz, y no la tea
Del incendiario vil: que los desvelos
De esta patria, tan tiernos y prolijos,
Es hallar en vosotros dignos hijos
De Hidalgo, de Guerrero y de Morelos.

No olvidéis que mecióse vuestra cuna
En el mismo recinto
Sobre el cual resistieron los aztecas
A las huestes del César Carlos Quinto;
Y que el indio jamás huyó cobarde,
Ni al ver flotando espléndidos palacios
En el revuelto mar, de audacia alarde;
Ni al ver cruzar, silbando en el espacio,
El duro proyectil; ni ante el ruido
Atronador del arcabuz ibero;
Ni al conocer el ágil y ligero
Corcel, que, resoplando entre la espuma
De sus hinchadas fauces, parecía
Hundir el virgen suelo que regía
Con su dorado cetro Moctezuma.
Recordad que a los golpes de la espada,
Y de las lanzas a los botes rudos,
Nunca temió la raza denodada,
Cuyos pechos desnudos
Puso ante los cañones por escudos.
Recordad que este pueblo, cuando siente
Herir su dignidad, fulmina el rayo,
Lo mismo en las montañas insurgente,
Que en los baluartes bajo el sol de mayo:
Que, en páginas de luz dejando escritas,
Glorias que nunca empañará la niebla,
Hidalgo fue un titán de Granaditas,
Y fue un gigante Zaragoza en Puebla:
Que merece en la historia eterna vida
La guerra al invasor osado y fiero,
Cual merece la guerra fratricida
La maldición del Universo entero:
Que una docta experiencia
Dicen que dan el triunfo ambicionado,
Más que las toscas armas del soldado,
Las invencibles armas de la ciencia;
Y, sabios y prudentes,
Al recoger la enseña sacrosanta
De esta patria, que hoy ciñe vuestras frentes
Con el lauro debido a vuestro celo,
Veladla siempre con amor profundo;
Y así cual brilla el sol sobre la esfera,
Mire brillar en vuestra mano el mundo,
Libre y llena de honor, nuestra bandera.
Dad de firmeza y de heroísmo ejemplo;
Nunca luchéis hermano contra hermano;
Amad la patria: y hallaréis por templo
El corazón del pueblo mejicano.
Por más que intente al despedirme
guardarte entero en mi recinto
de soledad, por más que quiera
beber tus ojos infinitos,
tus largas tardes plateadas,
tu vasto gesto, gris y frío,
sé que al volver a tus orillas
nos sentiremos muy distintos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.Este perfume de manzanas,
¿de dónde viene? ¡Oh sueño mío,
mar mío! ¡Fúndeme, despójame
de mi carne, de mi vestido
mortal! ¡Olvídame en la arena,
y sea yo también un hijo
más, un caudal de agua serena
que vuelve a ti, a su salino
nacimiento, a vivir tu vida
como el más triste de los ríos!Ramos frescos de espuma... Barcas
soñolientas y vagas... Niños
rebañando la miel poniente
del sol... ¡Qué nuevo y fresco y limpio
el mundo...! Nace cada día
del mar, recorre los caminos
que rodean mi alma, y corre
a esconderse bajo el sombrío,
lúgubre aceite de la noche;
vuelve a su origen y principio.¡Y que ahora tenga que dejarte
para emprender otro camino!...Por más que intente al despedirme
llevar tu imagen, mar, conmigo;
por más que quiera traspasarte,
fijarte, exacto, en mis sentidos;
por más que busque tus cadenas
para negarme a mi destino,
yo sé que pronto estará rota
tu malla gris de tenues hilos.
Nunca jamás volveré a verte
con estos ojos que hoy te miro.
Rococo Aug 2022
Tegucigalpa, orquídea marchita,
de suelos polutos por plata y sangre,
cosecha de sueños malogrados y maltrechos,
irrigados por los cauces desbordantes de ríos negros.

Tegucigalpa, ciudad de esquinas opuestas
y avenidas perforadas por el tiempo.
Urbe de aceras estrechas
y de violencia que deambula.

Tegucigalpa, narcisista sedentaria,
que cada día se enamora ante el espejo de su cielo,
que cada noche duerme en una cuna de cerros.

Tegucigalpa escandalosa y bulliciosa,
de estruendos que arrullan y susurros que matan.

Tegucigalpa, te veo y una tristeza me asalta,
entre tus calles coagula un caudal escarlata.

Tegucigalpa, te sueño y el corazón me resalta,
ante el recuerdo glorioso de tu pasado esmeralda.
Ken Pepiton Apr 2020
2020 - day 103 -- a long and winding story, fun, I re read it twice.

Wednesday, April 22, 2020
8:04 AM

Pharoah-ism is a thing.

It's in a class of words holding forms for governing,
herds of humans,
who can be fit to the form, walk this way,

like an Egyptian, indebted for all your worth

Trillions and trillions, soon enough,
the ghost of Everett Dirkson laughs at
another billion attributed to Carl Sagan,
"we ain't even thinking real money any more."

To whom does the government of, for, and by the people,
owe all the nation can invent

Some day we will learn each bit of reality, but

we, as a specie, a valued mod on the base line
must access our global brain.

China -- that is -- the military mind of China,

has egged on
the military might of the USA, offering hope

for all-out war on peace, for no reason.

War has never had a reason for which any good
could come. Never.

And I will defend to the death your right to disagree,
but not your right to fight and destroy me.

If peace and war were to meet on a distant shore,
peace might move inland, but

now, we meet here on earth as mere ideas empowered
by the codemaker; peace and war

tete a tete, cabezo y cabezo I betcha, like dos cabezos

peering ahead on I -10... on the road again...

this is a changing station stage of life...

fold down time.

monster employers, users and maintainers of
common flesh and blood eyes, ears and hands,
people of the commonest class;
some times sitting in boxes,
some times standing in lines, sometimes

watching welder robots do your dad's old job.


--- capital
= money = time.

Gotta minute?
Invest it in imagining you think, as in,

think

who holds those, no, not those,

these truths, these factions of the whole
truth
faction, not fraction,

truth
and nothing but as sworn to on tv via mirror neurons
and solidi-fied, pur-chased, caught, netted,

in plebeian pledges of allegiance from first
grade, in the sorting of useful citizens,

some may serve at the highest levels, lifted via
lessons proven learned in standard tests,

-- number two pencil, fill each box, complete-ly,

so a machine can discern your answer, and punch
through the insulating paper, to signal
each bit of evidence

coming into piles of assorted usefull knacks,

mark this one. Feed him Wattie Piper, make him
think, I can
think, I can, think, think a little think...


We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal, that they are endowed by their Creator with certain unalienable Rights, that among these are Life, Liberty and the pursuit of Happiness.--That to secure these rights, Governments are instituted among Men, deriving their just powers from the consent of the governed, --That whenever any Form of Government becomes destructive of these ends, it is the Right of

How did Einstein think?

AI ai ai, we know. Not in words. Einstein was taught to think

in whatification. What if I

--- nail the sun to the sky and feel the earth move me at
-- twenty-five, or so
-- thousands of miles
per fifteen three hundred and sixtieths of a day
-- and a night, one whole day...

but N D Tyson taught me that trick, not Einstein...
and not all things count as worthy,
relatively, of attention paid.

The worth of a thought's open door invitation to the curiosity we
enjoy


Semantics (from Ancient Greek: σημαντικός sēmantikós,
"significant") 
is the linguistic and philosophical study of meaning 
in language,
programming languages,
formal logics,
and semiotics.
It is concerned with the relationship between signifiers
—like 
words, phrases, signs, and symbols
—and what they stand for in reality, their denotation.

On the subject of secrecy in general,

ah, no, we've no secrets, for here we have no truely
believable lies,

the truth will out, we say.
Life ain't fair, death had no hope, that's just

the way it is.
Wait and see. We had ein kleiner Gedanke, once
upon a mythical histerical time,

ah, think of any first blood in a world of secrets, such as we

formed from, even in famine, some seed was sown
each season,

some seed remained from first story peoples, preserved
in sacred places, safe,
until the dawning on you, that this is true, life always wins.

brightly lighted stage of history

no weakness... save where the blade meets the soft flesh
beneath a noble head bowing to think


fringe brushes my gnostic-itch, son of a gun,

son of a blade, edge, point

pierce the air, no pop, no apoptosist apostasy, see

we use words with no definitive meanings, right?

significance is cast aside, who cares
that's just semantics, I don' quibble bout {sign-if-i can-sense}
significance
or sign.
I wonder did we double down on a word righting there,
did we give meaning to a barely breathing

wind born lie, some interruptions signify engagement of

a clutch, a tool to grip the wild spinning trans-
*******, while

we slip into something more comfortable.
A higher, cruising 12 to 1 gear

My neighbor from two hills north, is coming to sit a while,

the guy has been called Cowboy, as a name, since all his siblings
knew him.

He is a walking archetype. And my friend. We share some burrs,
from wild meadows ridden on sole leather,

leaving a steaming auto-mobile by the side of the road,

aaah, the interruptions {more, with Oliver gone}

any line in context, is a step past last, a first of all the nexts

Nexts?
Options. Who determined this? My will being to discover this
fringe connection to the persistence on the fringe

of string theory strangling struggling

genera general, whole sorts of hu-mongolian signif-if-if ier yous.

Yous guys includes girls and nobody makes me say,

wombed AND un-wombed, man. So yous, youse, y'all you all;
you,
samesame, okeh. Plain and subliminal, wait and see. Losers win,

when they stop fighting fair.
Die and see what happens,
or imagine
you
know some body who did die and before he did he said,

Hide, and watch. AND now, you see,

caution once cast to the wind, calming all the rage required

to oppose the forces

¿? quare, sistere, wait, feel the urge to know, a click calque

see, new old idea, an old idea studied to the point of a word
formed to signify a set of things

cal-que-able, in curios kurio terms derived

from Phoencian merchants, who set up benches in all the ports.

Users of money, milkers of the exchange, worth-ship of silver,

balanced on the craftily formed me-assuring thing,

eight silver tid-bits makes one golden one, tid-bits fit

fingers, excluding thumbs, for thumbs play a role

mechanically in holding any thing, even

steady -- com-pre-hensive press press sure...

you got it, knowledge

ex-spands into wow... did it work?

Did we make a handle? Or a tool? No pressure, guess.

And Dave Goodman, rides into the west, with a QVC Lid-Lock

full of fabulous pasta cheese and celery, with peas.

A culinary experiment conducted by the grandmother
of all my grand children,

a most mazing teacher of balance's pre care-ious role

on an inclined plane sure to flatten the curve

--- are we in historical moments a generation long,
--- with second generations arrows
--- never quivered, these shafts I shot by faith at unseen things,

for which I have reasons. Were now the war,

we all agree war always cost far more than its worth in death,
robbing life from mankind,

unaware if there ever were a gospel truth. I say don't study war with carnal weapons.

Words carry us into real contextual contests for human sanity as a whole,
we can make peace,
we all can breathe easy, loose the tight jibbs {jaws}, gritted molars, loosen up...

Historically, it seems riddles became de riguer in ifity, but plainly,

only surviving stories survive.

Science knows no story which was eaten up and troubled m'bowels and made me know

boom boom boom, montezuma's revenge

in the spirit kah-blewy con ef ef ef fectual fervent

prayer/sayer saying/praying in timeless harmony

if we can agree... no good we imagine can fail,

let chirality meet diversity and error meet ciliation

conciliate celebration,

conciliate (v.)
"overcome distrust or hostility of by soothing and pacifying," 1540s, from Latin conciliatus, past participle of conciliare "to bring together, unite in feelings, make friendly," from concilium "a meeting, a gathering of people," from assimilated form of com "together, together with" (see com-) + PIE *kal-yo-, suffixed form of root *kele- (2) "to shout" (the notion is of "a calling together"). Related: Conciliated; conciliating; conciliary. The earlier verb was Middle English concile "to reconcile" (late 14c.).

take away my anti-grace, de
ify my chance appearance,

dance, mirror neuronically, sitting your chair-saddle,

y'put y'left foot in behind your right and

boom
y'hit a but, but this, but that, but some other thing,

you got only so much mortal attention,

so when one door closes, whatever you need, is not there,

here we see the old wise man who saved a city and no one knows his name,
he say, redundancy of instruction is the way of life.

fectual per effing e fect, non sensicle semantical ice, Gibsonian ice,

no sweat, we are wrapped in white linen,

we broke on through and waited for you.

Yea, a sword shall pierce through thy own soul also.

words we remember were words
meant
to stand tall understanding all things


differently, re
reading, the scene from Night Scenes in the Bible,
that
was a level of knowns
effectually un provable but by
common movie-complex unbelief release, let it be

-- lower missing efs, finding more attention {behind the scenes}

ef-fectual is conjugolly confusin my prudent nature.

or higher, north or sout, plus or minus h

who cares. We made it. This is today.

Meek inheritance day or the spirits judged by the degree day,
a holi
day
in which they trouble their own house, and recall the point that
pierced their own soul,

so to speak,

survived hating your own self for other's sakes,

sakes meaning  goodness and graciousness which

constitute the happy bits in ever,
the treasures found,

where a man's heart is,
my diamond farm is yours now,

my gift to you... only words.

I inherited the wind, my job is to finish melting the ice.

God and sinner reconciled is a song,

does that make it less true?

For us, ever began before today,

so today is that day or it is not, we wait to see

or we wait and see, seeing if

this were the day, when all things go my way,

or come my way, in the course of human events,

I may be ready if readiness is some form of kurios

assurance, blessed, said *****, in a song,

I agree, blessed assurance,
Hey-sus is mine, find his words bring comfort

2020 paradigm shift is common parlance, Cowboy uses that
and logos regularly and he is

old, by mortal standards, for an archetype he's barely ligandary
to most receptive sub caudal imps.

they can feel

him biting the bullet,
gritting his teeth on the Gerber Bowie-wannabe blued steel
blade, re-imagined in reread instead, bullets bitten can go off,

I know a kid fired a deadly-for-a-mile bullet,
with a hammer and a rock, so, knifes are dangerous, too,
so
as a mime-ical biting down, per
haps this hero-in-forming bites

a wooden drumstick, beating now with one,
biting down on the other
boom
boomto doom boom
boom
boomto doom boom... and as the beat goes on,

fringes find loose ends and latch on...

Dirac was an early Cher fan, and she was something like dys
lexical survivor of the year,
if she can, anybody can
I think I can read faster than

hmmm, slippery *****,
speaking memes as old as I remember, then

by the time I wondered if she were real or
a con structure
I lose my footing

slip on something comfortable, this promises to be

that night, in the legends, just prior to a marked, edge of night,

ever after post. Will you still love me,

tomorrow.... deeedly violins lift away any hope

of redemption, oh, ma, it was 1963, you had to have me

to sing your blessing into,
to hide your gift in me, no one must know, oh god
bless his heart...

no part of this vision is clear, nor plain, why is this my beatrice
cockatrice

Olden day, Robinson's cowboy preacher son, sowed a saying in my
core, I sup-pose, put
his phrase formed
an ever more pleasant link to Wikenberg,
on this shelf, see, we can remember the target by re

reading... remembering never drink from the Hasayampa.
and you can tell the truth
by
aquiring point on conscience. Taking thought.

Ethos keeps insisting we are in some offensive mode.
Thus the call for concentration, we are tunable now,

on some oldies but goodies websites...
Kenpepiton.com, for one.
mytechpeople.com is possibly in the archives.

Calebland.com long left to a bland b-break lacking dash,
early urls. imaginable as answers to
either wishes or prayers,

or desires... unseen, unthinkable tools to augment a

satisfied mind, completely ******, no direction home...

here, my heart, my contentment container,

at the moment, indistinguishable from any mortal concept of heaven.

Robinson's father's saying: {remembered just in time}

some times you have to stomp your own snakes.
he may have said, you gotta stohmp yerown dam'snakes,

but never would he have said: one must stomp one's own snakes.
Long -- but a fun run, kept my mind from waxing sentimental on the loss of my dog.
¡Oh muerte, en otros días, que recordar no puedo
sin emoción profunda, te tenía yo miedo!...
En medio de la noche, incapaz de dormir,
clamaba congojado: "Yo tengo que morir...
¡Yo tengo que morir irremisiblemente!"
Y sudores glaciales empapaban mi frente.

¿A quién tender la mano ni de quién esperar?
Estaba solo, solo de la vida en el mar...
Tenía un formidable aislador: la pobreza,
y ningún seno de hembra brindaba a mi cabeza
febril una almohada.
Estaba solo, solo; ¿de quién esperar nada?
Mas pasaron los años, y un día, una chiquilla
bondadosa me quiso. ¡Era noble, sencilla;
la fortuna la había tratado con rigor:
nos unimos... y, juntos, nos hallamos mejor!

Entonces, si la muerte volvía , con su quedo
andar, yo le tenía ya mucho menos miedo.
Buscaba, despertando, la diestra tan leal
de mi amiga, y con ímpetu resuelto, fraternal,
la estrechaba, pensando: "¡Con ella nada temo!
Con tal de marchar juntos, ¿qué importan tu supremo
horror y tus supremos abismos, oh, callada
Eternidad?... Con ella no temo nada, nada.

¿El infierno? -¡El infierno será donde ella falte!
¿Y el cielo? -Pues donde ella se encuentre... Que me exalte
o me deprima tanto como quiera mi estrella:
¿Qué importa, si desciendo y asciendo yo con ella?
¿Que más me dan las hondas negruras del Arcano,
si voy por los abismos cogido de su mano?"
¡Pero tanta ventura enojó no sé a quién
en las tinieblas, y una hoz me segó mi bien!
Una garra de sombra solapando su dolo,
me la mató... ¡y entonces me volví a quedar solo!
Solo, pero con una soledad más terrible
que antes.

                    Sollozando,
buscaba a la Invisible
y pedía piedad a lo desconocido;
abriendo bien los ojos y aguzando el oído,
en un mutismo trágico, pretendía escuchar
siquiera una palabra que me hiciese esperar...

Mas no plugo a la Esfinge responder a mi grito,
y ante el inexorable callar del Infinito
(tal vez indiferente, tal vez hosco y fatal)
escondí en lo más hondo del corazón mi mal,
y apático y ayuno de deseo y de amor,
entré resueltamente dentro de mi Dolor
como dentro de una gran torre silenciosa...

Mis pobres rimas fieles me decían: "Reposa,
y luego, con nosotras, canta el mal que sufriste;
ven, duerme en nuestro dulce regazo, no estés triste.
¡Aún hay muchas cosas que cantar..., cobra fe!"

Y yo les respondía: "¡Para qué! ¡para
qué!..."
Mas ellas insistían; en mi redor volaban,
y como eran las únicas que no me abandonaban,
acabé por oírlas...

                         Un libro, gota a gota,
se rezumó, con lágrimas y sangre, de la rota
entraña; un haz de rimas brotó para el Lucero
inaccesible, un libro de tal suerte sincero,
tan íntimo, tan hondo, que si desde su fría
quietud ella lo viese... me lo agradecería.

Después de haber escrito, quéde más resignado,
como si en su fiel ánfora hubiese yo vaciado
todo lo crespo y turbio de mi dolor presente,
dejando en la alma sólo la linfa transparente,
el caudal cristalino, diáfano, de mi pena,
profundo cual la noche, cual la noche serena.

Y aquel fantasma *****, que miraba temblando
yo antes, blandamente se fue transfigurando...
En la pálida faz del espectro, indecisa
como un albor naciente, brotaba una sonrisa;
brotaba una sonrisa tan cordial, de tal suerte
hospitalaria, que me pareció la Muerte
más madre que las madres; su boca, ayer horrible,
más que todas las bocas de hembra apetecible;
sus brazos, más seguros que todos los regazos...
¡Y acabé por echarme, como un niño, en sus brazos!

Hoy, ella es la divina barquera en quien me fío;
con ella, nada temo; con ella, nada ansío.
En su gran barca de ébano, llena de majestad,
me embarcaré tranquilo para la Eternidad.
Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.

Allí fue... los sabinos la cimera
con sortijas de plata remecían;
cantaba nuestra eterna primavera
su himno al sol: era diáfana la esfera;
perfumaba la flor... ¡y ellos morían!

Allí fue... los volcanes en sus viejos
albornoces de nieve se envolvían,
perfilando sus moles a lo lejos;
era el valle una fiesta de reflejos,
de frescura, de luz... ¡y ellos morían!

Allí fue... Saludaba al mundo el cielo,
y al divino saludo respondían
los árboles, la brisa, el arroyuelo,
los nidos con su trino del polluelo,
las rosas con su olor... ¡y ellos morían!

Morían cuando apenas el enhiesto
botón daba sus pétalos precoces,
privilegiados por la suerte en esto:
que los que aman los dioses mueren presto
¡y ellos eran amados de los dioses!

Sí, los dioses la linfa bullidora
cegaban de esos puros manantiales,
espejos de las hadas y de Flora,
y juntaban la noche con la aurora
como pasa en los climas boreales.

Los dioses nos robaron el tesoro
de esas almas de niños que se abrían
a la vida y al bien, cantando en coro...
Allí fue... la mañana era de oro,
Septiembre estaba en flor... ¡y ellos morían!

Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.

No fue su muerte conjunción febea
ni puesta melancólica de Diana.
sino eclipse de Vésper, que recrea
los cielos con su luz, y parpadea
y cede ante el fulgor de la mañana.

Morir cuando la tumba nos reclama,
cuando la dicha suspirando quedo,
"¡Adiós!", murmura, y se extinguió la llama
de la fe, y aunque todo dice.. "¡Ama!",
responde el corazón: "¡Si ya no puedo...!";

cuando sólo escuchamos donde quiera
del tedio el gran monologar eterno,
y en vano desparrama Primavera
su florido caudal en la pradera,
porque dentro llevamos el Invierno,

bien está... más partir en pleno día,
cuando el sol glorifica la jornada,
cuando todo en el pecho ama y confía,
y la Vida, Julieta enamorada,
nos dice: "¡No te vayas todavía!";

y forma la ilusión mundos de encaje,
y los troncos de savia están henchidos
y las frondas perfuman los boscajes,
y los nidos salpican los frondajes,
y las aves arrullan en los nidos,

es cruel.... mas, entonces, ¿por qué ahora
muestra galas el Bosque y luce aliños?
¿Por qué canta el clarín con voz sonora?
¿Por qué nadie está triste, nadie llora
delante del recuerdo de esos niños?

Porque más que la vida, bien pequeño;
porque más que la gloria, que es un sueño;
porque más que el amor, vale, de fijo,
la divina oblación, y en una losa
este bello epitafio: "Aquí reposa;
dio su sangre a la Patria: ¡Era un buen hijo!"

Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.

Descansa, Juventud, ya sin anhelo,
serena como un dios, bajo las flores
de que es pródigo siempre nuestro suelo;
descansa bajo el palio de tu cielo
y el santo pabellón de tres colores.

Descansa, y que liricen tus hazañas
las voces del terral en los palmares,
y las voces del céfiro en las cañas,
las voces del pinar en las montañas
y la voz de las ondas en los mares.

Descansa, y que tu ejemplo persevere,
que el amor al derecho siempre avive;
y que en tanto que el pueblo que te quiere
murmura en tu sepulcro: "¡Así se muere!",
la fama cante en él: "¡Así se vive!".

Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.

Señor, en cuanto a ti, dos veces bravo,
que aquí defiendes el hollado suelo
tras haber defendido el suelo esclavo,
y hoy en el sitio dormirás al cabo
donde el águila azteca posó el vuelo;
Señor, en cuanto a ti, que noble y fuerte,
llegaste del perdón al heroísmo,
perdonando en tu triunfo a quien la muerte
dio a tu padre infeliz, y de esta suerte
venciéndote dos veces a ti mismo:

¡ven, únete a esos niños como hermano
mayor, pues que su gloria fue tu gloria,
y llévalos contigo de la mano
hacia el solio de Jove soberano
y a las puertas de bronce de la Historia!
When their ears fell in love with the Orthoptera or Grylloideas before Joshua, the night was restless, abandoning them from their shelters, they brushed the seeds of the thistle that trembled with the new millennium of the Duoverso.  Levitating their ailerons in the tenors of their birth and dilettante sounds, before an ovipositing candor of the remains of the abdomen that remained in their jaws, always being from one of the Beams, for the largest Ensiferas that hung from their antennas in search of Joshua's telepathic messages in the manger. Sappho of Mytilene, also known as Sappho of ****** or simply Sappho, pretended to be a marigold proliferating in the twenty corridors of the Greek poet, and also as the tenth poet in the other ten that was reflected with transparent wings of the dew that stuck physical phenomena -Saphonic, and in the relent rain of wind and condensed air, in the form of drops due to the sudden decrease in temperature in contact with cold surfaces. Sappho dew was spoken of in Kafersuseh, usually when it comes to condensation on a Poetic Grylloidae surface, naturally on the ground cover or artificially on a dull foggy crystalline, in the amount of supernatural tradition, heroes, superheroes, and anti-heroes conspiring with the territorialities of the hexagonality and the brutish wings of the Cricket that were preparing to take root in the manger to combat the demons of Ashera, sniffing with their antennae in trills of physical-ethereal bronze wings, under intra-caudal grazing of the manger, under the aligned conjunction of the parapets and the Crickets that were preparing to take root in the dismembered arms, speaking with their trill antennas and physical-ethereal bronze wings, under an infra-caudal pastoral of Kafersuseh and under the aligned set of the barbicans.

The Aramaic message comes forward with vigor from the orthopterans and birds that piled up on the journey, going back and forth. The Beams shone from the celestial kingdom holding onto the Cherubim and the Archangels, through the paths of conversion and the support of the bizarre Christian time, in implacable hegemony for the propaedeutic of phylogeny, but more than a perfumerist chemistry and the same creation. carrying Lepidoptera winged tetra and Sand Crickets, on the interlocking and obfuscated pheromones from a nascent-elemental child, in his own evangelical philosophy, from a winged dimensionality and in the gloom of Manger shouted and aligned, before the compendiums of double pyramidal landmarks and of inflection, of his word in the Grylloids and panaceas created in the affinity of the world and of Animalia, stylizing muleteers carriers, phrasing acronyms and parabolizing the polygonic nomenclature of the child made territorial man on the wings of a Cricket, already being it! but depicting himself as a lifeless man in the fullness of a canon advantageous child, from a sudden two-dimensional grillionality. A great Zohar light was gathered all towards a whole in those errors of advantageous terrestrial columns and orthopterans that Joshua felt in advance in his resined ears, as irreversible entropy giving back his wise existence to prepare them for the day of his holocaust. Pre Existing in catharsis and substantive busilis of divinity connected with the Grylloid phylogenetic species, classifying until the Aramaic crackle, pontifying pheromones settled in the lithosphere site of Gethsemane, in a biological sense and in close coincidence in the fording of a big book period, or in the phenomenological simultaneity of Eukaryota and Glaucophyta until late Animalia, giving parental relationship in the characters of the vibrational timbre of the Beams and the atavistic pedestal, readjusting themselves in the evolutionary elliptical of winged tetra species, allowing to change the ancestral linguistic accouterments in processes of the redesign of the genetic historical tree ..., divine and increasing.

Inter-Duoverse, in the demography of space it has been frequented since today in a nuptiality between the Sun and the Earth, wrapping the inter-generational homes that have prostrated themselves to the One-Dimensional Beams, evolving millions of years with between links of northern angels and the south, for each year between the years and lustrums that the ancestors are passionate about, unleashing their youths and eternal ideals as they aged, as an atom not guaranteed in families that did not get to know their Duoverse. When they walk through the urbanized farm of their parents they go in their shoes and from the parental sun to interparental barefoot. The children travel far from the monographic patriarchy, declaring themselves among psychic families in unstable networks of trunk conformity and procreation, dismissing family industrialism towards industrial cemeteries highly emanating from dioxides.

The strains of supra healthy cerebral, born from Beams of deforested family trees and treasured in the Trunk of the seventh ascending generation, towards a nefarious tribal of industrious and vegetating regressive parapsychology, bringing zombie societies, to great lethargy that disorganizes the parallel emotion of the Being a descendant of a Messiah, with the prophetic organization. There in the Koumeterium of Messolonghi, in past generations, the "I-O" were omitted to limit them from the paragraphs as Ghost Cemetery lost in other lost sacramental ancestors. The inappropriate location of our ancestral duties has oriented us in the axis of the pabulum, before the second coming of the Messiah to continue the re-sprouting foliage of the Universal theological tree. The children of the seven intergeneration generations will be those of the beloved of a patriarchal family, and those of the Exo family lineage that will be outside the non-generational family, where everything flourishes according to the requirements of ******-domestic economies, and in the new Chimera from new shudders and reconcomments, the Sun and the Earth being spouses after being divorced from a deluge of immolations and inter-millennia and rotations, further than those of any prophet wandering without advancing or rotating, enrolling and expiring in generations succumbed and prehistoric from other prehistoric ones. Pre and post Flood; not presenting itself as an object to link a thousand decades where not even a holy chirp from the Thrush, praises on the windows of the world bringing us babies that are born without past or future quantum generations. Ready at the glimpse of Duality and its nuptiality with the Sun and the Earth, they will make us magical and creditors of increasing demographics and unions that will marry in inter generations, not seeing passions in exhaustion, under the lawn of the allegory of love defeated. Giving ourselves conjugal virtuosity, but of immanent dogma for the purpose of multi-figurative coexistence, under the Yoke of an individualized Faith, in the passing of millennia, we continue to crawl on the floor of the nebulae, and we do not rise to establish ourselves as masters of the ecstasy of the pendulum of the stars, creating us more egalitarian and orthogonal in the cosmos and its Verthian architecture, of poly productivity, of Sun-Earth and its post-genetics, of high-grade clay, expanding with halberds on the highly caloriferous self-insolated and inherited Suns, towards a rupture of Solar freedom, abandoning us in the horizontal, adapting to pluralism and plutocratic sunsets.

Here is the classic verse-parental liberation from stripping oneself from the rows of the socio-political womb, re-institutionalizing archaic and pro-archaic forms of life and the cessation of intergenerational trepanations, in the residence of the breath that feeds the others, living together in the evolved transformation that does not ascribe the morality and presumption of a thinking individuality, rather destitute of the link of its uninhabited corporality, from the beginning umbraloid in the One-dimensional Beam of Kafersesuh and beyond the framework of pollution that does not configure settlements of superfamilies nomads, without scented crowns, not of feminine conjunctural and ontological presences in the new world of an awakening of an Adam, censured for being chosen and sentenced to be a Human rickety from his descendants, not having ascendants of sin and of illicit chromosomal enrichment.  Made beast, from the inertia of a paradise full of hidden public and private exchanges, but not secular, for those who pay tributes of ecstasy in a reborn and weakened state. Here is how Diogiversality is verticalized (Diogenes's anthological action), concluding the variants that weaken the nexus of the denatured society of its atavistic social nuclear concomitant, extending eco-life gaps, but eco-destructured and of intergenerational cruciality, being of arbitrary passion and of seismological doctrines, of haughty morality and of woven sociologies without body or motor, with an intersection of castes and generations evolved in a retrograde and elemental psychic sense, but biologically and reversibly to its boomerang lineage. Everything that depends on a third life is verticalized homologous to the third age of the ascending seventh generation and all cyclical third life separated from other evolutions, greening one-dimensional in time, for times of past polyarchic potential and abdicated beings, but with spirits and bodies of young people uniting between generations that twist into pivots that are reorganized in intra-human relationships, renewing themselves from the trunk, with a mechanism of sepulchral silence and resilient behavior in the unbreakable tri-generational spike of “ Beam and Dimension, for three who advance in their integers, and not in their fractions ..., born of three and four generations in between "
One-dimensional Beams II
building news
Scientists discovered a heart lost in the bemuda triangle.
far offshore was a man drowning in love
for sure the ocean was Valencia.
a curvy woman, he rose with tides as his hands hope to hold her.

breaking news
Love is a conspiracy theory formed in the chest like the triangular trade, we are slaves to our hearts. slowly dying in the hands of the ignorant.

in other news

insecurities are like sharks' caudal fins , tipping in our visibilities everytime we hide it.

Love comes when it's least expected.
Prolóngase tu doncellez
como una vacua intriga de ajedrez.
Torneada como una reina
de cedro, ningún jaque te despeina.
Mis peones tantálicos
al rondarte a deshora,
fracasan en sus ímpetus vandálicos.
La lámpara sonroja tu balcón;
despilfarras el tiempo y la emoción.
Yo despilfarro, en una absurda espera,
fantasía y hoguera.
En la velada incompatible,
frústrase el yacimiento espiritual
y de nuestras arterias el caudal.
Los pródigos al uso
que vengan a nosotros a aprender
cómo se dilapida todo el ser.
Tu destino y el mío, contrapuestos,
vuelcan el apogeo de la vida
febril e insomne que se va, en la ida
de un cofre que rebosa
y se malgasta en una fecha ociosa.
Las monedas excomulgadas
de nuestro adulto corazón
caen al vacío, con
lúgubre opacidad, cual si cayera
una irreparable sordera.
Y frente al ínclito derroche
de los tesoros que atesora
el yacimiento de las almas, algo
muy hondo en mí, se escandaliza y llora.
En estos hiperbólicos minutos
en que la vida sube por mi pecho
como una marea de tributos
onerosos, la plétora de vida
se resuelve en renuncia capital
y en miedo se liquida.
Mi sufrimiento es como un gravamen
de rencor, y mi dicha como cera
que se derrite siempre en jubileos,
y hasta mi mismo amor es como un tósigo
que en la raíz del corazón prospera.
Cobardemente clamo, desde el centro
de mis intensidades corrosivas,
a mi parroquia, el ave moderada,
a la flor quieta y a las aguas vivas.
Yo quisiera acogerme a la mesura,
a la estricta conciencia y al recato
de aquellas cosas que me hicieron bien...
Anticuados relojes del Curato
cuyas pesas de cobre
se retardaban, con intención pura,
por aplazarme indefinidamente
la primera amargura.
Obesidad de aquellas lunas que iban
rodando, dormilonas y coquetas,
por un absorto azul
sobre los árboles de las banquetas.
Fatiga incierta de un incierto piano
en que un tema llorón se decantaba,
con insomnio y desgano,
en favor del obtuso centinela
y contra la salud del hortelano.
Santos de piedra que en el atrio exponen
su casulla de piedra a la herejía
del recio temporal.
Garganta criolla de Carmen García
que mandaba su canto hasta las calles
envueltas en perfume vegetal.
Cromos bobalicones,
colgados por estímulo a la mesa,
y que muestran sandías y viandas
con exageraciones
pictóricas; exánimes gallinas,
y conejos en quienes no hizo sangre
lo comedido de los perdigones.
Canteras cuyo vértice poroso
destila el agua, con paciente escrúpulo,
en el monjil reposo
del comedor, a cada golpe neto
con que las gotas, simples y tardías,
acrecen el caudal noches y días.
Acudo a la justicia original
de todas estas cosas;
mas en mi pecho siguen germinando
las plantas venenosas,
y mi violento espíritu se halla
nostálgico de sus jaculatorias
y del pío metal de su medalla.
¿Ese gesto de muerte
tendrás siempre, alegría?
¡Ay, si los tallos dóciles
al peso de la brisa,
si las flores moradas,
si las aguas dormidas,
si tantas hermosuras
que en ti, sin ti, suspiran,
por tu flecha de fuego
se sintiesen heridas!

Te lleva el que te ignora.
Te pierde el que te mira.

Fueras siempre en nosotros
caudal de maravilla,
luna que nos traspasa
con su luz, si nos mira,
materia que se esconde
en nuestra carne viva.

Y no país lejano
que niega a nuestra noche
su eterno mediodía.
El acusado es pálido y lampiño.
Arde en sus ojos una fosca lumbre,
que repugna a su máscara de niño
y ademán de piadosa mansedumbre.
      Conserva del obscuro seminario
el talante modesto y la costumbre
de mirar a la tierra o al breviario.
      Devoto de María,
madre de pecadores,
por Burgos bachiller en teología,
presto a tomar las órdenes menores.
      Fue su crimen atroz. Hartóse un día
de los textos profanos y divinos,
sintió pesar del tiempo que perdía
enderezando hipérbatons latinos.
      Enamoróse de una hermosa niña,
subiósele el amor a la cabeza
como el zumo dorado de la viña,
y despertó su natural fiereza.
      En sueños vio a sus padres -labradores
de mediano caudal- iluminados 
del hogar por los rojos resplandores,
los campesinos rostros atezados.
      Quiso heredar. ¡Oh guindos y nogales
del huerto familiar, verde y sombrío,
y doradas espigas candeales
que colmarán las trojes del estío!.
      Y se acordó del hacha que pendía
en el muro, luciente y afilada,
el hacha fuerte que la leña hacía
de la rama de roble cercenada.
......................................................­..........................................
      Frente al reo, los jueces con sus viejos
ropones enlutados;
y una hilera de obscuros entrecejos
y de plebeyos rostros: los jurados.
      El abogado defensor perora,
golpeando el pupitre con la mano;
emborrona papel un escribano,
mientras oye el fiscal, indiferente,
el alegato enfático y sonoro,
y repasa los autos judiciales
o, entre sus dedos, de las gafas de oro
acaricia los límpidos cristales.
      Dice un ujier: «Va sin remedio al palo».
El joven cuervo la clemencia espera.
Un pueblo, carne de horca, la severa
justicia aguarda que castiga al malo.
Era un ritmo: el que vibra en el espacio
como queja inmortal y se levanta
y llega del Señor hasta el palacio
¡Un ritmo!, y en el cielo de topacio
se perdió: ¡Como todo lo que canta!

Era un ave: su nido en el paraje
que habitamos formó; cual filoomela,
gorjeaba al amparo del follaje.
¡Un ave! y sacudiendo su plumaje
se alejó: ¡como todo lo que vuela!

Era un lampo: el flamígero, de plata,
que tiende su fulgor en la penumbra
de casto amanecer, y se dilata
por el éter. ¡Un lampo! y su luz grata
se apagó: ¡como todo lo que alumbra!

No fue su muerte conjunción febea
ni puesta melancólica de Diana,
sino eclipse de Vísper, que recrea
los cielos con su luz, y parpadea
y cede ante el fulgor de la mañana.

Morir cuando la tumba nos reclama,
cuando la dicha suspirando quedo:
"Adiós", murmura, y se extinguió la llama
de la fe, y aunque todo dice: "Ama",
responde el corazón: "¡Si ya no puedo!";

cuando solo escuchamos dondequiera
del tedio el gran monologar eterno,
y en vano desparrama Primavera
su florido caudal en la pradera,
porque dentro llevamos el invierno,

¡bien está! Mas partir en pleno día,
cuando el sol glorifica la jornada,
cuando todo en el pecho ama y confía
y la vida, Julieta enamorada,
nos dice: ¡No te vayas todavía!,

y forma la ilusión mundos d'encaje
y los troncos de savia están henchidos,
y las frondas perfuman el boscaje,
y los nidos salpican el frondaje,
y las aves arrullan en los nidos,

¡es muy triste, en verdad! Tal fue su suerte,
¡oh poeta!, y en vano a tu partida
opusieron al par su muro fuerte
Amor, más poderoso que la muerte;
Juventud, ¡el paladion de la vida!

Ave, ritmo, perfume, luz qu'encanta:
el cariño a perderos se rebela;
entre Dios y vosotros se levanta;
mas os vais: ¡como todo lo que canta!
os perdéis: ¡como todo lo que vuela...!
Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío,
y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.
Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.Sólo se anima ante el azar prohibido,
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
o la proeza de un matón, sangrienta.Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,
y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.Un poco labrador, del cielo aguarda
y al cielo teme; alguna vez suspira,
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.
athena Sep 2019
an alcohol infused less than five-feet human being also feels like what humans could feel, to find someone who would really love you is phenomenal. it could feel like the first day of high school or the ringing bell. opening birthday presents or the thin ice cold mint that travels through your nostrils. lifting your right feet up higher than you can or for as long as you could hold his hand during the winter storm. stepping on the sand feeling the corals and the caudal fins of those miniscule creatures inhabiting the sea where you lingered burying your feet deeper and deeper feeling them dissipate. smelling freshly baked cookies or pouring moscato in the morning. wearing a different pair of socks and checking the doorknob 42 times. pulling a microscopic thin thread out of your plastic button or making sure that the wooden tiles are staying where they should. washing your hands every after five minutes or smelling the musk of a new book. writing while you wonder where he could be, would he love the strokes or the way you chase the changing weather? the way you carelessly laugh and your creative ways to put life in the jungle varmint or putting your head on his chest and feel like you belong there, that's when you know that there is something sweeter than heirloom wine.
- for Nikko, of course.
Yo alabo al cielo porque me brindó en sus amores,
para mi fondo gemas, para mi margen flores;
porque cuando la roca me muerde y me maltrata
hay en mi sangre (espuma) filigrana de palta;
porque cuando al abismo ruedo en un cataclismo,
adorno de arco-iris triunfales el abismo,
y el rocío que salta de mis espumas blancas
riega las florecitas que esmaltan las barrancas;
porque a través del cauce llevando mi caudal,
soy un camino que anda, como dijo Pascal;
porque en mi gran llanura donde la brisa vuela;
deslízanse los élitros nevados de la vela;
porque en mi azul espalda que la quilla acuchilla
mezo, aduermo y soporto la audacia de la quilla,
mientras que no conturba mis ondas el Dios fuerte,
a fin de que originen catástrofes de muerte,
y la onda que arrulla sea la onda que hiere...
¡Quién sabe los designios de Dios que así lo quiere!

Yo alabo al cielo porque en mi vida errabunda
Soy Niágara que truena, soy Nilo que fecunda,
maelstrom de remolino fatal, o golfo amigo;
porque, mar di la vida, y, diluvio, el castigo.

Docilidad inmensa tengo para mi dueño:
El me dice: "Anda", y ando; "Despéñate", y despeño
mis aguas en la sima de roca que da espanto;
y canto cuando corro, y al despeñarme canto,
y cantando, mi linfa tormentas o iris fragua,
fiel al Señor...
                             
-¡Loemos a Dios, hermana Agua!
In a lost paradise where the sea shrinks with feminine conscience, compassionate flashes are ratified in each groove and I calculate footage, this previous present attracts the magnanimous representation of the lightning emission of its speech representing itself where the queen judges the king Consummatum Est, with little difference from culinary art and its very dense genre. Here is the carious aspect of the bluish faskéloma or exasperating of the paws that move the occasional ones in sub-vibrations softening in the shiny mark of the sessile columns in consistency of its weak receptive propagation and masculine science, lacking what prospers with moist regulars of flashes that are cooling from their imbibition. With thousandths of his enchanted parasitizing and prior ego I wonder afterwards not far from a Para-Celestial and sacrilegious lore of Lochnith; Who, what and where would have been able to support such or such, rising on the beams and girders that make a whole for an inaccurate Menthe, going to the arcane of the seventh external love with clear magenta lights, on rounded ultraviolet reliefs, here is where everything lulls from the adverb Eleusis, seething with a consonant flight that suffocates in spite of a Pseudo Vernarthian, where it will go without any exception disrupting the courses of hesitation, leaving no more the divine portent and going back to the loaded Cibatus or barley in northwests that flatten ultra winter, mowed down to its glacial bluish water discharge in unequal thickening of fast secrets with thirds of vox with bordering called in pair of trios, and symbolic of a reborn flashed subsoil of a lifetime swollen in its low course and ministerial occultation that isolates itself on Patmos. The skies were beaten where nothing germinates from dreams waiting for thousands of those like me with acute senses of the Anthesterion, or of March taking me towards an enigma not posed even if it is not clarified yet not resigning from love or smelling in the singular uni-lunar desolate with venerable fulminations and inquinas of the branch of the bakchoi, which was whistled by an Aulós that was remade generic when restarting fasting from a day rebuked and repaid in the emaciated Cibatus. Such light grasses were polarizing prohijadas when recovering from resounding beginnings of the rhizomatous aromatic nuance, and from super life machined from the metallic oscillation of the fires and rites ruined in the aromatic arthrophagous of Lochnith, nauseating at night in flowing enigma and gramineous rictus, intermingling while he longed for the ritual and his graceful plumes in feasts that honored his Canephores transferring mead towards the bakchoi psychic adept revealing himself from the masculine to the feminine in aqueous positive bed and supra negative redemption, which was fading into sharp matter attended while the world was created that they would live with more than forty stratagems, seeing themselves praised before their eminent Truth. Myself…being its own tyranny…, which erects whoever classifies it sacramental, and notices the squalid lack of control of its barbarism flash when I still pursue the darkness of my purge that is falling even without finding where to do it, falling however from its end and of guilty thunderous glances..., what more public decree do I wish, for more rituals that you have close to you when feeling sharp minorities of its aftertaste although in double life and night your memory continues to spy on whoever denatures you from the paganism of Lochnith, more than a proselyte , plus that a lien conceived in dethroned galleys of homeland and fusca haze. Meanwhile, quantities of Omphalos from the ego micro center are distancing themselves from mine, my faded lost throne hallucinates lost knowing that it is a probable sculpted flash subject to the gleaning of the Cibatus in fraction of the cereal ritual, and of sanctified illumination with tableares that have to dwell all the times that they revive from the vivid purple red, and from the debtor clairvoyant mystery sky that is reviving in the revealed luminescence that throws it in ornate nickels and acidic rattles at midnight falling on a positive particle devoid of yours returning to mine, and preparing for the flashing praise that pigeonholes him from his crippled fallacious and previous theory suggested after favors by not being reconverted. Lochnith capitulate capitulation suffers from glare towards her beloved, placing his phalanges on circular and angular waves on the virtual milky river of Eleusis caressing her face and glare from her. “I, Lochnith, was on the cliff with my Canephor Aerse, near his Athenian paternal landlord, I was going to say goodbye to myself and carelessness, not being able to see myself in the reflection of the water separated from my ego, knowing that Aerse would not choose me, much less to my abandoned superior.

In Keri on the Island of Zakynthos, I synchronized the fall of Aeschylus in Leucas, which perhaps without my local would offend me by reputation and snoop on cliffside suicides that only see nascent effigies of the bakchoi as a potion for serials of life and cities of the incongruous dramatic space , where its tragedy and antithesis do not fit in the basket carried by my priestess Aerse. I am flying over the structures of the acropolis, not yielding as a deity who prophesies where there is no room for the world in which she and I can inhabit. Lochnith, jumped after her as she was falling down the frontispiece of the cape..., She watched him as he fell..., forbidding to skew him from his gestures and get close to her so as not to fall where the wind is more docile and free, intervening with pashkein inclination or entangling them of the vipers and rims of the heroic hair in a condition of evanescent reckless touch against her suitor, trapping her from the Omphalus that she had tied to her neck transferred from brilliant didactics before a puerile boxing of vicissitudes, and spring flower shops next to the flayed serpents of Persephone and Kashmar floating on the Lilies of Aerse. Prey to the escarpments and cliffs, she remained possessed among the sedimentary dolomites that emanated near her veins before plunging down the steep side in over cascading prayers for her, always knowing that he would love her on a singular base of enchantments while he looked smiling before fall yielded In the end, forty-one seconds she was thrown off the cliff..., Lochnith passes from one end to the other the Omphalus of her neck by a lofty plume ready for love, imagining herself in the midlands of a ruthless positive affection of the mysterious flashing Eleusino, and by the divided ***** that took them as they fell into a splendid world with serials and images of Aerse, tied to the prehensile sacrifice and the cold hand of Lochnith, together as they fell between their subconscious selves, becoming heaped and vivid as something plunged towards them fleetingly, knowing that he I was going to survive him.

Lochnith's gleam was northwest of Athens once lost in the scrupulousness of a pagan polis and cult that kept docked in the sands to find her on the cliffs of the acropolis, where they had lost each other after two thousand years since they Theodosius abolished by decree the rituals of Eleusis. With revulsion and unprecedented insight, Aerse remained a recluse with excessive eagerness to self-eliminate, possessing for both the due imagination that he had possessed of the devoid neckline of the omphallus causing the inclination of the avalanche and their bodies towards where they supposedly would land on the divine and Dionysian path which leads to the eschatological of Vernarth's Diokitis. Apparently they were leaving as a result of an immortal Vernarthian existential catastrophe or decline, at the same time of a rhythmic alkaloid hemlock with its Achene that carried them for any pretense by being triggered towards the meeting with Persephone without her or he knowing why to fester at Eleusinos as Lochnith and Aerse in a single concentric whole, and quantum beings of the octagonal by the straight or transversal line that slipped into the hypotenuse at the instant that they were conceived implicitly as they took him from relapses when he went towards Aerse, after winding up from his conclave Hypomorphic writing and Magna Mater Misterica. Under the established power of his ministerial, the redemption that went in adjoining the ins and outs was consigned to resurface from the subgenre, and from himself procreating exultation with the analogs of Vernarth that were prolonged in excremental purges and disagreements of the cult of what should be twisted in the ****** of the magnetic genre and of positive tendency that would be eternalized after the cessation of the active decrees by Theodosius. Eminently Aerse suffered on some semi-dead watery slabs next to Vernarth, she remained after the agreement to centralize what irradiated her humanly as semi-Itheoi from a reinforced gender that was cohesive in retrograde worship to achieve pre-flowering in all the springs of the world, where they could be seen together with Persephone in the finnis that was distanced ultra terrestrial towards a dowry of profusion and disproportionate wealth, not being categorized as a mystery rather as an unknown of a super method of rummaging in the lanterns where no reflection of Aerse could to be found by Lochnith after getting lost in the polychrome figures of the acrotera, lying in watery nitrosities on the escarpment of the cliff. Physiology will influence Eleusis with systematic naturalness for the active hydrogenated elements, and of such unknown prebiotics or phyto-estrogens where remnants of the great sepulcher of humanity are manifested, as it is found to rise from the true hecatomb of July with a hundred halters arranged with foreign beings towards the oasis of transition. The little will of the annals will multiply in millennia of obscurantism, taking him in transit to a more exciting late management by harassing the search for Aerse in a clear mystery already in the jaws of a clamoring night by the reefs of Demeter for those who know about Persephone! even being with the inventive fallacy of a addicted spirit in correlation to the rite and its lineage. Every night that he convalesces, he will look sleepless with the servile promise of divinity from a vision that fades from the winepress and the Boedromion party, moving from the born ****** position of a hierophant towards the mold that dies and that does not renew itself from Boedromia itself. The representation of Aerse was reflected with transfused majolica and Eleusinian threads when she was seen walking from the beginning floating remotely in the meadows of the knoll, from which the cyclical anagram of the lost cliff rises when it separates from its Adonis being able to expose them in mythological treachery and transcended from epic truth to be related to the treaty between Zeus, Hades and Demeter for the rescue of Persephone after being dented from the beginning of the arcana that sprouted from a distorted symptomatology. She aerse carried the flayed serpents even on her body as if she should look for them in an omnipotent volatile gray so that it would come out by itself and be unguarded by her gone eyes, witnessing secrets and resting in anarchy from where there is not and will not be. Archon or governor What a mesmerizing problem is improvised from second after third that provoke astonishment to see him in the course that he could not have of his cursed detection! Aerse was beginning as a curious Canephore, he came to meet his ephebes Lochnith after excessive self-inferred hypotheses by following him at her command detailing the Kykeon that paled her psychotropically from a discarded and mineral exhibition, of which she would be devoured by the numinous portent of the Mashiach with his Sunday appearance or concerning the numen manifested with the eternal powers in front of the hieratic presence of the man who looked at her paternally, with a crass profile like a Damian Hessian drawing them in, plotting in a colossal fascinating stealth. Here she wraps him up but does not approach him and falls, lost in love, such a Faustus dilemma, granting herself at the initiation of the portal of the twelve lunar months in Eleusis, with immutable years and origins where they will bounce to meet in childhood that made them known as Aerse and Lochnith . Here in the greatest trance of life, both would begin to overcome all the twists and turns of the gestated gloom that separated them due to the shaken annoyance and confusion still divergent in sediments of runoff and bark oscillations that emerged from the unevenness of the acropolis, until a meeting in the amazing light and divine libertarian of two tendernesses, and martyrdoms that purely push them back towards a new end of the muddy gleam in a found paradise where the sea unfolds by male consciousness and is ratified mercifully in each flash of the striated. They will meet again in similar attachments divided by the fluctuating one who unmasks the one who drives him away with his dominant ******, and ill-advised caudal space seducing the contiguous public and private astral bodies that have never been coarse or dissimilar in ablution or sacraments of gods the pagans, everywhere nor whatever its fragmented remains by the gullies and ravines of the Kêphisos. After the remnants in politics, the desolate serpents of Aerse flowed down the river, as a link section that declared itself from an initial that was an evident flash that enveloped them as a cardinal canon with bucolic politics in all the nearby regions. Athenians, after the vertiginous regressive parapsychology like an Eleusino flahsback or Anadromí sto Parelthón Eleusia, with the visualizations of Aerse and Lochnith when they follow each other through the learned induction of feedback that was arranged in the inclinations of both, refining their morphological bastimento for the purpose of instituting them as articulators of the evocation of the millennia. Prophecies were reported from the 8th century BC. with ends, and interprocesses of the eternal in the unknown mystery that began to be clarified with the reinvented personality of the amendment of Life and Expiration experienced with Lochnith of the month of Boedromia, fleeing from a federated Polis that would be unified to a substantial dimension and of sacred Eleusinian space with brand new warmongering for the culminations of being incorporated into the Hexagonal Primogeniture integrated in this way in the indissoluble ephemeris of foundation and hegemony of the Megaron or Opisthodomos of Patmos. This is thanks to the beaten serpents that were nesting the reanimates of the question with subterfuges that make the widths of inter-pairs prevail, which are consolidated as a reality of session and space, agreeing on the defeated parapsychological memory or future in the economy of two resignation blocks of the repealed Sacred Space, in consensus of the beams of the Vernarth Military Command forging from the beating sacralized ***** that cultly intensified from its mysterious nature and territorial domesticity to come from the attracted Agoras that were repositioning themselves with the metaphysical agents that they will be restored in the polis with the scope of furrowing in a civic action induced towards someone who virtually recognizes him in the purge of the exclaimed strangers. More ardent passion was added to receive them even being wary of further mutations vibrated with the Faskéloma, or exasperating that moves the tint of the occasional vibrations, similar to the tendencies of the Sacred Space of Gethsemane, with the disastrous passing of the aqueous levels of the Kêphisos, which it would mean the presumptive ordinal of unreal historical worlds. The parapsychology of space was absorbed with torched quadrilaterals that were hanging from the invoked meditation, they were lying on futile folders and anodyne Aerse molecules, which were still welcomed by the magical exposed extra-corporeal substances that were deduced as they were experiencing unprecedented transit preserved of the eccentric deconcentrated radio of the refurbished of the spectral chromatic. The precipitated mental field dared to invade boldly towards another unheard-of generator that dissipated between Aerse and Eurydice coming near the Coasts of Patmos, coming from hypothetical planes that flow for their definitive moderated unions. The static refluxes bounced in simultaneity of bilocation of the Eleusinian exordia that were exorbitating each other with the rollers that were uncrossing the corporeal margins that concelebrated the quantum crankshaft, and the fibrous distinction that was teleporting the rescue rituals unforeseen astrological

Lochnith says: “in the proximity of the mortuary reality there will be no hesitation outside of our body and geodesy of our lost zafral or of lives in transit sub or supra quantum, obsessing in the eyes of erudition and unknowns, while our contraption self-obstructs with our electromagnetic sensory interactions paraphrasing in the convoluted distance and residues of related-metaphysical electros that are reconverted into the appearance of a premonition” The ligation of the arteries of Cephisus carried the emanations of Lochnith to love him in a healing act suspended with beings devoid of physicality, on the way to specters and healings of a perverse, to repair his extra-corporeal suffering confined to those who condescend to the androecium and gynoecium as a unit of mental physical motor gender, at the instant of the exacerbated and ectoplasmic world regulated by means of the Vernarth regression that was going lowering your blood pressure, increasing your red blood cells side effect rivers intertwined with Eurydice and Aerse in the opening Othon, directed at Vernarth's outcomes that came in the bow of the super-aqueous ship with some fabrics from the ship's stowage directing the speculative and autonomous advance that was already dispersing in the waves. Dead cells of the right Lynothorax,  A savvy military mancomunal became syncretic with Lochnith, he was determined to continue reinstalling us in his white blood cells that rose when it was already dawn on the shores of independent Skalá, and in the circled cohorts of Phalanxes and Psiloi that accompanied him in minutes that seemed millennia, all succumbing to the physical dismay of the underlying necrosanct and telepathic prayer that took place at the dawn of parapsychology trances cysts of recovery that descended on them in pure novel regenerative membranes, persé of merciful acts that became thick in the flashes when freezing from the weightless rays of the ultraviolet, which was separating between Sóma and Gnómi or corporal opinion that was joining synthetic networks with indefinite emissaries and receptors, subsequent bodies of the Bachkoi chemist, already deficient for a compensatory universe and varieties that were taking shape in a disintegrated emotional quantum world. Each time the bodies were reinserting themselves into the full unknown and subjective material, the concrete material united in the network with each other as a single force was transforming into the greatest passion and sparkle among their own, reinstalling themselves in the Super Egos.

In the Latest Minute Dogmate according to the rictus mortis thesis, the globules would move like a big explosion interacting with everything, so starting everything from the beginning of nothing to the indivisible with optional digits of coincidence or inseparable digitized, such a phenomenon of meekness of aligning times were massified with the probability of finding them in the vestige of real anomalous presences that occurred millions of light years ago. Aerse replies: “My admiration, the sparkle has a measure of astral body in reason of the vigor that underlies reiterated expiation and measurable virtuosity in its perfection of semblance p and corporal providence, inquired of being transformed far from disaffection rather than a continuous healing . The smallest and most coherent in the fabulous Griffins will join my clairvoyant and component with the ballast of his final game, not reflective of another who can measure or predict him for an undivided being. But I am already here, and I am your infinite…, I no longer know of other bad illusions of trying to separate myself from this life of what Eleusis is, perhaps a cosmic coarse that is and was in all time that passes speculatively, for this flash that is reflects whether it pales visible or not, I hope it will be compact on our intertwined attachments”
As living organisms, various life methods will be postulated as an initiative in the announced Big Bang, for the profit of those who are real close and real logotypes of resonant neuroscience as a daring that will influence the progeny, for ****** volumes, exonerations of bearers experiences and evolutionary lives of the emitter outside of an ignored Parthenon, since the gender of the world is also associated with random ambiguities from anode to cathode, positive-negative towards a Hellenic parallelism of roots in life dressed with lasting vernacular inheritances. Much of Lochnith's electro-dermal conglomerate was in full congruence with retrograde Eleusian parapsychology propagating from Vernarth's Invisible Eclectic Portal, which was nebulously teleported down the Kêphisos River with saprophytic living organisms acknowledging it in indigenous originality. of the species of reborn Vernarth, and super regulation of the euphemism and mysterious underworld below their protocols.

Revelations of the mental-material, made reluctance and support of the estrangement of inviolate perceptions, precognitions, telepathies and premonition, which debuted in this intrepid adventure intuiting in perpetuity with the sensory corridors and interferences of a reality of body in an explosive world incontestable. Lochnith, was already in possession of a hypnotic mental reincarnation formula in the form of neuroscience vessels close to scarecrows of expiration, allocating the subsequent locks of an enlightened decency of the ethereal sleepy baggage and the oracular review. The more we experience the laws that explain his prodigies, the more our perspective of media and complete fiction will increase in something that begins to be typical of the laurel of a true slowed-down ******-kinetic process. Within the curvature and the dim light that remained in the Lochtian days, normality returned to them after this long epitome in the parapsychological biosphere, and the intriguing contemplation and even mischievous tenuity of idea that can die suddenly, after self-incubate in the intangible coexisting passage and medication rupture of lived art with alien morbid beings. For a character archetype, it is only known that reaping is consuming capital from the disruption of a non-profit loss and its incontrovertible paranormal, which is paranormal and parapsychological from the plane of posterity of life, which will be an act of peaceful coexistence in playful spirits, compensating for seclusion in the vaults of an involutionary dramatic past, if its material or monad (spiritual) is not dissected in the cosmic train of perception of unfolding, and of the concept of purging energy that goes out of its way in its seventh heaven. The hypnosis of death and purgation to whoever requires it in the convoy of their conscience continues to be a tiny unruly space that transports us physically, reverting to minimums that are neutralized in alien foundlings. From an aedicule depository to an empty body that is neither independent nor from the lord who claims it (V.g. aedicule of José de Arimatea). The impersonal voices that officiated at the ritual of Eleusis were heard far beyond those who could hear them merely with memorable spaced therapies, recording themselves in interspersed layers of sounds and imprecise electroacoustics in the serial of an alarming complex frequency of the regenerative stumble in an organism of Continuous movement. Everything spreads in bends of abstraction that revives those who promote the perfection of marigolds like buttercups that they wear in the clothing of the Canephores like Aerse, but soulful and latent ephemeral of the ethereal alchemical entitative of ignored molecules. Lochnith says: “My submission heals, it no longer maintains being far from who represents it and where it comes from, I know that its remains in me do not reason, clarifying more my journey towards the crown and vilifications of a nascent humanity that mourns me, and that does not recognizes by rebelling in my desires to attract him"
the sky closes in vermilion digression and you inquire that they should answer for the silence of confusion in the parapsychological aqueducts of Athens with Patmos. The organization of the Sacred Space starts with the bizarre totemic quantum by sacred paths, Megarons, fictitious hunting places, double surrounding lunar ring, curves of virtual walls, Propylaea to embrace the Vernarthian enigma and finally the Telesterion that received Vernarth with a naked torso that perched in front of Aerse and Lochnith, looking at them towards the futuristic survival with five digits in a quarter of the waning of his right hand containing the small coat of Betelgeuse and the Pleiades in inklings of the umpteenth apocalyptic Megaron of Patmos. Scrupulosity as an Electro-Eleusian placebo effect, went alone, dismissing itself in the singular of a Templar niche and towards a Megaró-Omega Telesterion for catechized who endowed themselves with super-resident halos and litters of priesthoods that fled in terror from the Aerse-Lochnith fusion, prior to each rudeness and their contours swearing eternal exaltation and idealism, to be reconverted into individuals saved and votive to love each other with third parties, escaping from small frames that still did not hold up from the ecumenical mess.
Lochnith Eleusis Quantum
Lágrimas alquiladas del Contento
Lloran difunto al padre y al marido;
Y el perdido caudal ha merecido
Solamente verdad en el lamento.
Codicia, no razón ni entendimiento,
Gobierna los afectos del sentido:
Quien pierde hacienda dice que ha perdido,
No el que convierte en logro el monumento.
Los sacrosantos bultos adorados
Ven sus muslos raídos por el oro,
Sus barbas y cabellos arrancados.
Y el ser los Dioses masa de tesoro,
Los tiene al fuego y cuño condenados,
Y al Tonante fundido en Cisne y Toro.
Solo, alegre, sano, fuerte,
vestido el cielo de blanco,
sentado estoy en un banco
orgulloso de mi suerte.
Lejos del mal y la muerte
sopeso mi poderío;
y a mí mismo me sonrío
dueño de mi pensamiento,
de la frescura, del viento,
de la Ciudad y del Río.

Bajo el cielo tenebroso,
el gran Río de la Plata,
a duras penas dilata

un plúmbeo caudal oleoso.
Abatido, sudoroso,
contemplo su pequeñez:
agua, tosca, lodo, hez,
una boya roja o verde,
una estrella que se pierde
y el salto fugaz de un pez.

En ti encuentra el caminante
o el amigo del reposo,
el álamo tembloroso
o el pétreo bloque gigante.
Y la lección humeante
de fábrica o de navío...
Celébrate el verso mío,
llena de sol y de viento,
y a Buenos Aires contento
con las aguas de su Río.
Ram Prabhu Udai May 2017
Angling in the ocean unknown,
The waves of eternity swept by,
Creeping time brought along the coldness of fear,
With the warmth disappearing, I started ‘reeling in’ the doubts,
As I retracted, the child in me prodded not to,
With my ego bruised albeit slightly I waited in vain,
Countless minutes bygone my lure finally tugged,
My anticipation roused batting for the Giant Trevally,
Hesitantly I pulled out the gleaming fish amidst the engulfing darkness,
Oh Mackerel it was,
Desolate over the return of my travail,
With my bait questioned,
And my ‘success’ writhing in pain,
I was lost in the gamut of emotions absorbed,
The slap of the caudal fin my epiphany,
I alleviated the fish with a splash,
Liberated and succored by the ‘lowly’ mackerel,
It dawned upon me that
the CATCH was in giving rather than taking.
Como atento no más a mi quimera
no reparaba en torno mío, un día
me sorprendió la fértil primavera
que en todo el ancho campo sonreía.     Brotaban verdes hojas
de las hinchadas yemas del ramaje,
y flores amarillas, blancas, rojas,
alegraban la mancha del paisaje.     Y era una lluvia de saetas de oro,
el sol sobre las frondas juveniles;
del amplio río en el caudal sonoro
se miraban los álamos gentiles.     Tras de tanto camino es la primera
vez que miro brotar la primavera,
dije, y después, declamatoriamente:     -¡Cuán tarde ya para la dicha mía!-
Y luego, al caminar, como quien siente
alas de otra ilusión: -Y todavía
¡yo alcanzaré mi juventud un día!
¿Cuándo seré infeliz sin mi gemido?
¿Cuándo sin el ajeno fortunado?
El desprecio me sigue desdeñado;
la invidia, en dignidad constituido.
U del bien u del mal vivo ofendido;
y es ya tan insolente mi pecado,
que, por no confesarme castigado,
acusa a Dios con llanto inadvertido.
Temo la muerte, que mi miedo afea;
amo la vida, con saber es muerte:
tan ciega noche el seso me rodea.
Si el hombre es flaco y la ambición es fuerte,
caudal que en desengaños no se emplea,
cuanto se aumenta, Caridón, se vierte.
Soy el fuego que arde tu piel
Soy el agua que mata tu sed
El castillo, la torre yo soy
La espada que guarda el caudal
Tú, el aire que respiro yo
Y la luz de la luna en el mar
La garganta que ansío mojar
Que temo ahogar de amor
Y cuáles deseos me vas a dar, oh
Dices tu, mi tesoro basta con mirarlo
Y tuyo será, y tuyo será

Songwriters: Rodrigo Amarante de Castro Neves
Tuyo lyrics © Universal Music Publishing Group
Again ....for the Poem snorer....I wish I had written this....it says it all.  Have a listen to Rodrigo Amarante.   Theme song from Narcos
¡Qué tristeza este pasar
el caudal de cada día
(¡vueltas arriba y abajo!),
por el puente de la noche
(¡vueltas abajo y arriba!),
al otro sol!
                    ¡Quién supiera
dejar el manto, contento,
en las manos del pasado;
no mirar más lo que fue;
entrar de frente y gustoso,
todo desnudo, en la libre
alegría del presente!
with Barb Black née Beebee
to help set the ghost
of little ***** Brandt free
(a non German, but germane fellow  
courtesy Craigslist classified
personals of mine invitee
she replied, I took liberty
to Google her first and last name,
and risked calling mentioning,
she qualified as lucky nominee
meaning yours truly hanker
for a barenaked lady
to indulge libidinal ******* spree,
(ahem - no pun intended)
in layman's terms to make whoopie!

Years ago, an outing
with paramour went awry
lower gastrointestinal system
of the down did not comply
dear reader let these lines hopefully edify
and entertain courtesy
garden variety generic guy,
who strives to tickle your fancy
to jollify cause yours truly
tries humor that's no lie
and if receptive

to give feedback please notify
author of these words
who in actuality
counts himself a private-eye.
Picture the opening scene
Cumberland Farms -
in Coatesville, Pennsylvania,
the paramour and I purchase lunch;
she bought the two
Italian hoagies and drinks,
one for me and the other for her.

Upon arriving back
at boudoir place of courtesan,
we inherently, immediately,
got down to monkey business;
each of us carefully unwrapped
our respective submarine;
Between mouthfuls of deli meat and cheese,
(the latter a substance that triggered
nascent irritable bowel syndrome),
I suppressed grimaces of abdominal agony,
which ****** contortions overrode attempts
at non verbal foreplay.

The rapid fire acting power of dairy product
moved bowels of mine faster than
The quick brown fox jumps over the lazy dog.

Despite frequent record breaking
sprints to the bathroom
nothing would forsake golden opportunity
to indulge philandering bacchanalian adultery.

****** ******* the farthest
thought in my mind,
yet I ignored queasiness,
and feigned interest,
no matter intuition
vis a vis gurgly tummy
signaled warning against
engaging in frolicsome escapade,
nevertheless Casanova wannabe
succumbed to arrange himself
in concert with his mistress
two times the ninth highest prime number.

Woody pecker of mine
(a fine specimen male ***** she
highly touted, praised, and notated
courtesy the woman, whose presence
I honorably graced)
perhaps interpreted and intimated
as a fervent desire to rut
(despite lady of the night
having undergone tubal ligation
years before our initial close encounters

of the illicit kind took place
at Evansburg Park,
where after at least
a decade of being celibate,
I experienced premature *******
and soiled my underwear,
which super seminal glue
seals a stronger bond than
another tried and true
rigged with mortise and tenon.

A mortise and tenon joint connects
two pieces of wood or other material.

Woodworkers around the world used it
for thousands of years
to join pieces of wood,
mainly when the adjoining pieces
connect at right angles.
Mortise and tenon joints count as strong
and stable joints used in many projects.

Now lemme loop back
to aforementioned plight
to sorry state of affairs
that found me plagued
with an overactive
internal **** sphincter (IAS)
and external **** sphincter (EAS);

The internal **** sphincter (IAS)
forms the innermost muscular layer
of the **** canal and is a continuation
of the circular muscle of the ******
and ends with a pronounced rounded edge
1 to 1.5 cm caudal to the dentate line
and slightly cranial to the terminus
of the external **** sphincter (EAS).
Outlanders (& lowlanders) from the European continental shelf shall expand weftwise till theirs is the girth of elephants. We shall call upon one & another to stultify mistrust & dysplasia & dyspepsia & dysentery. Our hips establish carriage—smooth glides & the wherewithal to sashay. Until Americans buckle- & batten-down, no one in Mexicali can be employed. Now's el momento when goodness, righteousness & piety count. Celebrate claustrophobic bends, needles in the pinpricks & medications of fabled remission. Choose not to spin when there's nowhere to turn. One follows another as by natural edict. The guppies that were flushed down our loos in 1974 live in our hearts within 1,000 oils of these revolving tenderloins & caudal *****. People appear @ the funeral home who have nobody dead to visit with. People vaporize in an instant when there's no need for hasty departure. Living our lives to the cruelest is of, & corresponds to, the fragile will of our prompters. I shall speed into slots with a baked face. I shall review Jim Jones' C.I.A. funding blueprints. “Fear not the reaper!” I should replace my olden connections with spiffy prayer-beads. Moving our bowels & furniture honors a keen fashion-sense.

— The End —