There's a picture in my head:
I can see you and yes, yes
you look handsome  
like
a cold night outside
wearing leather jackets
and
smoking old cigars
and
feeling a bit empty
smiling at the stars.
Oh Baby,
if only you were here
to see this grown up kid
of yours
dancing on the streets
this picture in my head
maybe,
just maybe
wouldn't make me cry.

Some of these days
children will stop eating your dreams
and the eternal void of thinking silently,
the eternal darkness of your internal voice
will forever be
just noise
and
that pain,
that tedious light
at the end of the trail
won't drag you
away
no more.

Tengo un vacío enorme en el pecho,
hambriento como buzón de sugerencias.
Y no quiero hacer nada.
Echarse a morir es terapéutico.
Buitres en la azotea, niños hurgando en basureros.
La última vez que hablé con alguien
ninguno de los dos estaba prestando atención.
A veces no quiero ser nada.
Para ti, vocecita de lector (que suena como tú
y habla como yo), son estas letras vagas
llenas de la sabiduría que otorga el sufrir
y el amar profundamente:
si te digo que la vida pesa lo mismo que pesa
un elefante de Dalí,
¿creerías en mí?
Sería la poesía un asunto académico
si vivir no fuera de dominio público.
Pero yo no quiero hacer nada.
Como disculpándose me abraza
la primera derrota del día
y al salir se le olvida
cerrar la puerta.
Hasta luego, poeta.
Hoy no quiero ser nada.

It is late
too late now,
everything hurts,
you have no face at all.
Lights are still shining bright
while your broken soul is dying.
Sense and meaning,
two things that I don't seem to get.
Come here and tell me
that you care.
This heartless city keeps burning all your letters.
Somehow I'm not impressed.

It must mean something
see through you,
count with your heartbeat
the days gone,
erase the mist,
the clouds, the leaves.  

Death must mean something.

Spitting on your momma's grave
you start to think about happiness,
silly jokes and rainy clouds.
It's okay to be dark sometimes.
And we can be kids,
kids for days.
Hanging on the old cassettes,
being kids for days.
Please let them forget our faces.
Set them free.
And no more rainbows, please,
no more sugar free sodas.
You can keep the change.
Sleeping early is only good
if you wake up late.
Oh, momma, this is the end.
Can we be kids for days?

Every little word comes with a price.
Shapes and figures,
instant past,
the time, oh, the knowledge.
We can do it, loving a piece of tree,
hating the dance of leafs,
giving, oh, always giving
to receive.

World,
World of days, World of hours.
Grey visions of doom surround
the veil of light covering darkness
and that thought
is yours to keep.

Alguien que me salve de la vida.
Dirán que estamos bien enjuagándose la boca con tanto
tanto vacío familiar. Sí, sí. La vida,
larga vida, adorable viento matutino,
cortinas ligeras ondeando en los ventanales,
sí, sí, larga vida, alegría plena.
Alguien que me salve, por favor.
Pero está bien. Uno encuentra razones.
Pronto lo verás.
Eso dicen y se marchan muy contentos
de haber servido para absolutamente nada.
Tal vez esa es la fuente de la dicha.
Se jactan de la bendita ignorancia como guía
y declaran el patetismo como aspiración intelectual,
sin saberlo claro está. Pero ahora que entiendo
las cosas como son (metafísica de asientos
plásticos de metro y envoltorios abre fácil nada
fáciles de abrir: una tortura común)
puedo disimular un poco mi existencia,
y desfilar mi mal olor en público
limpia la consciencia por las feromonas.
Tantas soluciones para un problema
y siempre la que no se comprende  
es la más sencilla,
la más aplicada,
la más conocida,
hablo pues de la errónea que mantiene viva
la creencia.
Alguien termine de salvarme,
que yo solo podría
pero no puedo.