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Venus Jun 2015
A veces me pregunto: ¿Qué es el amor? El amor, en parte, se relaciona con la felicidad, y todos buscamos esa felicidad. Observo peliculas , y aunque sé que las peliculas están llenas de falacias, no puedo evitar de tener ese deseo de enamorarme. Me gustaría tener una persona por la cual sonreir sea inevitable y  por la cual el silencio se haga cómodo. Tener esa atracción por alguien se me hace curioso y a la misma vez hermoso. Recuerdo la primera vez que sentí algo por alguien. Sus ojos eran puros, sus labios suaves y calientes. Era torpe, gracioso, humilde. También era la persona que rompió mi corazón. Extraño, no? Como tu alegría se puede ir por una persona. Como tu vida planeada se queda en blanco. En la espera de que tu amado se de cuenta de lo que ha dejado y regrese. El amor es para tontos. Tontos en busca de felicidad. Tontos en busca de sentir y de hacer sentir a alguien. Tontos.
Myriah Jul 2015
Estaba casado con la idea de amarla.
Vamos a ir a un lugar en el que podemos caer y y encontrar un amor para atraparnos y llevarnos a un lugar donde sólo los tontos se apresuran.
B Woods Dec 2009
Uds. son muy tontos.
Les gusta cuando les doy los baños.
Les encantan mis padres porque por el desayuno,
Se lo doy cada día.
Les miro cuando juegan.
Louie, te gusta eschuchar
A música en mi hombro.
¿Lo escuchas, Louie?
Herbie Hancock y Louie Armstrong
Son tus favoritos.
Emily Morgan May 2013
Limp hair,
Sopping, strung out
Pallid skin
You look hollow
As if
Lying on a hospital floor
Was too soon for a coffin
Hands smooth down frizz
Your mouth, ajar
Bits of chalk, grinning
Only you could
You itch at the humans
Coming in
And out
In and out
Who couldn’t oir tus palabras
Thinking, too young and stupid
An immigrant
So you sat
Waiting
For the gringos tontos
To fix you.
Lo que siento por ti es algo demente
Me mantiene despierta en las noches,
no logro encontrarme en mi propia mente
Mi sangre es caliente como el motor de los coches

Tu beso es mi café del día
Admiro tu piel suave y bronceada
Dices que mis obras son una maravilla
Tus greñas en mi oreja me causan una carcajada

Meterme en problemas ya es una costumbre contigo
Entiende que todo tiene un significado
Piérdete en el sendero conmigo
Ya ni sé cuántas veces he pecado

Mis pensamientos hacia ti no se pueden comparar
He aprendido la diferencia entre pedir y conseguir
Tus ausencias me han enseñado a llorar
Y con los años te he dejado ir

Tus recuerdos se quedaron grabados en mi ser
Duele ver las fotos
Y te he dejado de querer
Ahora todo lo veo como uno de mis grandes sucesos tontos

Meterme en problemas ya es una costumbre conmigo
Entiende que todo ha cambiada
Al amor ya no le veo sentido
Y no me arrepiento de haberte dejado

Mis pensamientos hacia ti no se pueden comparar
He aprendido la diferencia entre perder y dejar ir
Tus ausencias me han enseñado a avanzar
Y con los años he vuelto a sonreír

Lo mejor que uno puede hacer es ser feliz
Probando nuevas bocas
Ahora te desvaneces como el anís
Con mi presencia ya no te enfocas

Las horas me enseñaron a ser fuerte
Ya no me hace falta de tu calor
He aprendido a detenerte
Y ya ni siento ningún dolor

Meterme en problemas, eso ya no lo persigo
Entiendo que el camino está cerrado
El amor ya no le visto
Y no me arrepiento de haber progresado

Mis pensamientos hacia ti ya no los puedo imaginar
He aprendido la diferencia de ser feliz y consumir
Tus ausencias me han enseñado a superar
Y con los años dejé de sentir

En fin, con esto te agradezco por darme una lección
Te puede traicionar la persona que más amas
Pero es tu decisión si quieres que sea tu nueva adicción
No tengas tus expectativas altas

- Andrea Serment Ch.
Krusty Aranda Aug 2016
Te lloré una tarde en viernes
Te lloré de forma amarga
Pena grande mi alma carga
Sentimiento, en mi te ciernes

Te lloré en solitario
Confinado a un rincón
Desahogando el corazón
Recorriendo su calvario

Te lloré sin hacer ruido
El silencio es mi testigo
Lágrimas, mi buen amigo
Las derramo con descuido

Te lloré hacia mis adentros
Pues mi pena es mía sola
Pena enorme que desola
No consuelan los encuentros

Te lloré con ojos ciegos
Sin mirar a las razones
Tontos son dos corazones
Que no pasan de los juegos

Te lloré con ritmo errante
A destiempo y sincopado
Estar lejos, ser amado
Destino del caminante

Te lloré por vez primera
Desde hacía muchos meses
Te he llorado muchas veces
Desde aquella primavera

Te lloré hasta no llorar
Mi motivo se ha apagado
Por vencido no me he dado
Pues por siempre te he de amar
Hermano:
hay cuatro o cinco nombres obscuros
que sangran la poesía.
El exterminio asiste a los amantes.
Hay quien sin darse cuenta camina en el suicidio
como si visitara la muerte de un extraño.
El hombre dice polvo y soledad y angustia.
La esperanza, asustada, se refugia en los niños
y en los tontos
y en nosotros, los que todavía, por la gracia del verbo, somos desgraciados.
La tierra ignora, el hombre trata
de conocer, levanta la cabeza en que los ojos brillan.
Hermano: estoy enfermo, estamos
bebiendo diariamente vida y muerte mezcladas,
en nuestro pan hay piedras,
tenemos sucio el llanto,
acudimos a nuestro corazón como a una casa limpia,
pero tenemos que dormir sobre montones de basura
y cuando llega el día no podemos tomar leche al pie de la vaca
sino brebajes de perdición en manos de brujas.
Amanecer no es hoy darse cuenta del día.
La sangre a veces se congela en los ojos
que quieren ver el mundo.
Tu mano de amor se hará de piedra
si tratas de secar el llanto a tu vecino.
No hables, no escuches nada, no socorras,
no llames en tu auxilio,
que cada quien se ahogue bajo sus propios gritos,
en sus gestos de espanto para la mímica universal.
Hermano: tu desaliento no tiene sentido,
óyeme hablar de la primavera.
Yo siento a veces que los pulmones se me quiebran,
que la carne toda se me quiebra
igual que un vidrio golpeado por un martillo;
siento que alguien les aprieta el pescuezo a los pájaros dentro de las jaulas,
que alguien mete un perro y un gato en un costal,
que les dan con un mazo en la nuca a los corderos,
que degüellan niñas, juntándoles la cabeza a la espalda,
pero óyeme hablar de la primavera.
La miel se cosecha todavía en las bodegas
y en los libros. La ternura existe.
Vamos a morirnos cada quien en su sitio
calladamente. No hay que darle importancia.
Nada te importa la verdad,
y eso no basta para ser poeta.

Para ganar las cimas del Olimpo
confías en tus amigos:
tantos y tan tontos
que acabaron metiéndote en sus antologías.

¿O lo hicieron adrede?
En cualquier caso,
merced a sus esfuerzos
tu estupidez -antes
celebrada tan sólo entre iniciados-
ya es pública y notoria.

Dales las gracias, pero desconfía.
Victor D López Dec 2019
Tu esposo murió a los 40 años, dejándote sola con siete hijos a mantener,
Pero no antes de que tu hijo mayor más, Juan, muriera ahogado en el mar,
Aun en su adolescencia, trabajando como pescador para ayudarte a ti y a tu esposo
A poner comida en la mesa.

Habías también perdido a una hija,
Toñita, también en su tierna adolescencia, a la enfermedad.
Sus gentiles almas puras encontraron
Su camino de regreso a casa demasiado pronto.

Más tarde en la vida que perderías dos hijos más a la tragedia, Paco (Francisco),
Un, hombre sumamente trabajador, honesto, y bueno cuya inclinación a usar lenguaje ******
Nunca pudieron desmentir una naturaleza apacible y un corazón generoso. Se electrocutó con una
Luz portátil defectuosa mientras trabaja en torno a su piscina.

Y el niño de tus ojos, Sito ( José ), el último en nacer y tu preferido, quien
Había heredado la hermosura física de su padre y también su conciencia social, su política de izquierdas, Su imponente presencia, su ***** de oro, y su mala, mala suerte, terminando su vida tal vez por
Accidente debajo del carril de un tren en movimiento.

Ni la desesperación ni la pobreza pudieron doblar tu espíritu. Tú te levantaste todos los
Días antes de la madrugada para vender el pescado en un puesto en la plaza.
Y cada tarde colocaste una enorme cesta de mimbre en la cabeza y
Caminaste muchos, muchos kilómetros para vender más pescado en otros pueblos.

El dinero era escaso, por lo cual a menudo recibías otros bienes a cambio de tu pescado.
También le dabas tu pescado a quien solo te lo podía pagar con su bendición. Caminabas
De vuelta a casa, a altas horas de la noche, a través de la oscuridad o por
Caminos iluminados por la luna, cargada de lo que te dieran a cambio de tu pescado.

Verduras, huevos, y tal vez un conejo o un pollo llenaban tu cesta de mimbre sobre tu
Fuerte cabeza. Caminabas recta sobre tus piernas repletas de venas varicosas, impulsada
Siempre hacia delante por un propósito noble: alimentar a tus hijos y poder darles
Esperanza de que vendrían tiempos mejores.


Durante la peor época de hambre mediante y después de la Guerra Civil, la chimenea de tu
Casa alquilada con vistas al Puerto de Fontan, expulsó humo ***** todos los días.
El fuego de tu lareira alimentó no sólo a tus hijos, sino también a muchos vecinos aun
Menos afortunados que tú, alimentando su cuerpo y manteniendo en vida la esperanza.

Fuiste criticada por algunos vecinos cuando lo peor había pasado, después de la guerra.
"¿Por qué trabajas tan duro, Remedios, y permites que tus niños pequeños trabajen
Tan jóvenes? Los sacrificas a ellos y a ti misma sin necesidad por un orgullo imbécil
Cuando Franco y la ayuda extranjera otorgan comidas gratis para los necesitados”.

“Mis hijos nunca vivirán de la caridad pública mientras mi espalda lo permita,” era tu
Contestación. Resentiste a tu esposo por poner la política por encima de su familia, y por
Arrastrarte a ti y a tus dos hijas mayores de tu cómoda y sana vida en tu casa, en el
Numero 10 Perry Street cerca del Grenwich Village a una Galicia sin esperanzas.

El optó por inclinar su lanza a molinos de viento por a la eterna gloria de otros hombres
Necios. Y te dejó a ti sola para enfrentar la ingloriosa lucha por la sobrevivencia diaria.
No obstante su corazón enfermo, el trabajó  con gran diligencia para promover un futuro
Justo en su querida España, ignorando la realidad practica de tu doloroso presente.

Te llenó de hijos y construyó con gran cuidado la cruz en la cual lo crucificaron, una
Palabra a la vez, dejándote a ti la dolorosa tarea de recoger los rasgos de su idealismo
Destrozado.  Pero tú sobreviviste y prosperaste sin sacrificar tus propios principios
Sólidos y sin permitir que tus hijos sufrieran más privaciones que las del trabajo duro.

Nunca perdiste tu sentido del humor. Nunca tomaste a nada ni a nadie con gran seriedad.
Enfrentada con la absurdidad de la vida, siempre optaste por reírte con ganas.
Te vi llorar muchas lágrimas de risa, Pero nunca te vi llorar lágrimas de tristeza o de dolor.
Nunca te verías a ti misma como una víctima ni permitiría que otros lo hicieran.

Te encantaba la gente. Tu sentido del humor fue siempre irreverente y repleto de suave Ironía.
Y de gran sabiduría. Te encantaba reírte de ti misma, de otros, y especialmente de
Tontos pomposos que invariablemente no se daban cuanta que eran los objetos de tu gran
Diversión, inconscientes de tu despito, proveído con gentiles palabras y ojos luminosos.

Tus cataratas y miopía hicieron difícil que leyeras, No obstante leías
Vorazmente y te encantaba escribir largas cartas a tus seres queridos
Y amigos. Eras una anciana sabia, la persona más sabia y más fuerte que jamás conoceré.
Eras sabia, si, pero con el corazón de una niña y el alma de un ángel.

Fuiste el ser más sano, más racional, más bien ajustado y humano que jamás he conocido. Eras
Traviesa, pero incapaz de malicia. Fuiste aventurera; nunca tuviste miedo de probar o de aprender algo Nuevo. Fuiste amante de la diversión, interesante, amable, traviesa, divertida e infernalmente inteligente.


Habrías sido una de las primeras adoptadoras de toda la
Tecnología moderna, si hubieras tenido una vida más larga,
Y te hubiera encantado jugar-y trabajar con
Todos mis juguetes electrónicos.

Habrías sido un terror con un procesador de textos, con el correo electrónico
Y con las redes sociales y una gran campeona con mis juegos de video.
Me habrías ganando en todos ellos. Éramos grandes amigos tú y yo,
Y compañeros de juego a lo largo de la mayor parte de mi infancia.

Nos seguiste a nosotros aquí en breve después de que emigramos en 1967, dejando atrás a 20 nietos. Nunca entendí a plenitud la profundidad de ese sacrificio,
O el amor que lo hizo soportable para ti. Lo comprendo ahora. Demasiado tarde.
Es uno de los grandes pesares de mi vida.

Jugamos juegos de mesa, a vaqueros e indios, carreras de coches eléctricos,
Volteamos tarjetas de béisbol y compartimos miles de manos de cartas juntos. Nunca
Se me ocurrió que tú eras el más mínimo inusual de ninguna manera. Te amé profundamente, pero Nunca me moleste mucho por demostrártelo. Eso también me pesa, y es también demasiado tarde.

Después de mudarse a Buenos Aires, cuando mamá se había ganado suficiente dinero
Para llevarte a ti y a los dos hermanos más jóvenes, el sistema de cuotas entonces
No permitía que emigraran también tus dos hijos menores, quienes quedaron
Al buen cuidado de tu hija casada mayor en España, María, y su esposo, Fausto.

Los querías contigo. Te dirigiste directamente a Evita Perón para pedirle ayuda.
Como era de esperar, no pudiste conseguir esquivar a sus porteros. Pero no eras nada si no persistente. Sabías que Evita salía temprano cada mañana para su oficina. Y te
Estacionaste a las 6:00 de la mañana, mediante muchos, días por su camino de salida.

Con el tiempo, Evita le hizo parar a su chofer y te señalo que te acercaras.
"Abuela, ¿por qué me hace señas a mí cada mañana cuando salgo para mi trabajo? "
Ella preguntó. Tu le explicaste acerca de tus hijos en España. Evita se apiadó y
Te escribió un pase en su tarjeta para verte en su oficina al día siguiente.

La fuiste a ver al día siguiente y ella te aseguró que la visa se expediría inminentemente;
Cuando se enteró de que hacías la vida de lavandera y de limpieza,
Ella te ofreció una máquina de coser y entrenamiento para
Convertirte en una costurera con la intención de promoverte una vida mejor.

Tú se lo agradeciste, pero declinaste la oferta. "Dele la máquina de coser a otra madre Necesitada. Mi espalda es fuerte y mis manos me sirven bastante bien, igual que siempre Me sirvieron. “Evita debió haber quedado impresionada, puesto a que te pidió que la Visitaras una vez más cuando los niños hubiesen ya  llegado a Buenos Aires.


Te dio otro pase y tú cumpliste tu palabra, como siempre, de volver a verla con tus niños.
Evita te volvió a ver en su despacho brevemente y compartieron chocolate en taza y Galletas tu, Evita y tus dos hijos menores—Emilio y José (Sito). No eras partidaria de la Política ni del
Peronismo, pero siempre defendiste a Evita mediante tu larga vida.

Te fuiste demasiado pronto. No te había dicho “te quiero” en muchos años, estando
Demasiado ocupado con mis estudios y con otras ocupaciones igualmente inútiles.
Falleciste sin poder volverte a ver. Mamá tuvo que ir a tu lado sola. La última vez que
Te había escrito te envié una foto de mi graduación de abogado.

Según mamá la llevabas en el bolsillo antes de que te diera el ictus cerebral del cual
No hubo recuperación. Como siempre, me quisiste con todas mis faltas que me hacen
Indigno de tu cariño. Yo presentí el momento de tu muerte. Desperté de un profundo
Sueño desperté y vi un pájaro blanco parado encima de mi escritorio al pie de mi cama.

Ese pájaro de tamaño humano extendió unas enormes alas y voló hacia mí,
Traspasándome y dejándome en un fuerte escalofrió. Supe en ese momento que
Habías muerto. Lloré y recé por ti. Mamá llamo el próximo día por la mañana
Para confirmar la triste noticia.

Mamá también me comunicó muchos años después que habías estado en una
Coma por un tiempo pero que habías despertado y que, sin conocerla, le
Habías dicho que viajabas a Nueva York par ver a tu nieto. Luego te dormiste
Por última vez, según mamá.  Te echo de menos todos los días.

Translated by the author from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011 Victor D. Lopez (Amazon Kindle and CreateSpace)]
¡Para el que sufre como yo he sufrido,
para el cansado corazón ya huérfano,
para el triste ya inerme ante la vida,
bendito agujero *****!

¡Para el que pierde lo que yo he perdido
(luz de su luz y hueso de sus huesos),
para el que ni recobra ya ni olvida,
bendito agujero *****!

¡Agujero sin límites, gigante
y medroso agujero,
cómo intriga a los tontos y a los sabios
la insondabilidad de tu misterio!

¡Mas si hay alma, he de hallar la suya errante;
si no, en la misma nada fundiremos
nuestras áridas bocas, ya sin labios,
en tu regazo, fúnebre agujero!
¡Cuánto catorce ha habido en la existencia!
¡Qué créditos con bruma, en una esquina!
¡Qué diamante sintético, el del casco!
¡Cuánta más dulcedumbre
a lo largo, más honda superficie:
¡cuánto catorce ha habido en tan poco uno!

¡Qué deber,
qué cortar y qué tajo,
de memoria a memoria, en la pestaña!
¡Cuanto más amarillo, más granate!
¡Cuánto catorce en un solo catorce!

Acordeón de la tarde, en esa esquina,
piano de la mañana, aquella tarde;
clarín de carne,
tambor de un solo palo,
guitarra sin cuarta ¡cuánta quinta,
y cuánta reunión de amigos tontos
y qué nido de tigres el tabaco!
¡Cuánto catorce ha habido en la existencia!

¿Qué te diré ahora,
quince feliz, ajeno, quince de otros?
Nada más que no crece ya el cabello,
que han venido por las cartas,
que me brillan los seres que he parido,
que no hay nadie en mi tumba
y que me han confundido con mi llanto.

¡Cuánto catorce ha habido en la existencia!
Jonathan Foreman, Daily Mail (London), August 18, 2013
The 16-year-old girl’s once-beautiful face was grotesque.
She had been disfigured beyond all recognition in the 18 months she had been held captive by the Comanche Indians.
Now, she was being offered back to the Texan authorities by Indian chiefs as part of a peace negotiation.
To gasps of horror from the watching crowds, the Indians presented her at the Council House in the ranching town of San Antonio in 1840, the year Queen Victoria married Prince Albert.
‘Her head, arms and face were full of bruises and sores,’ wrote one witness, Mary Maverick. ‘And her nose was actually burnt off to the bone. Both nostrils were wide open and denuded of flesh.’
Once handed over, Matilda Lockhart broke down as she described the horrors she had endured—the ****, the relentless ****** humiliation and the way Comanche squaws had tortured her with fire. It wasn’t just her nose, her thin body was hideously scarred all over with burns.
When she mentioned she thought there were 15 other white captives at the Indians’ camp, all of them being subjected to a similar fate, the Texan lawmakers and officials said they were detaining the Comanche chiefs while they rescued the others.
It was a decision that prompted one of the most brutal slaughters in the history of the Wild West—and showed just how bloodthirsty the Comanche could be in revenge.
S C Gwynne, author of Empire Of The Summer Moon about the rise and fall of the Comanche, says simply: ‘No tribe in the history of the Spanish, French, Mexican, Texan, and American occupations of this land had ever caused so much havoc and death. None was even a close second.’
He refers to the ‘demonic immorality’ of Comanche attacks on white settlers, the way in which torture, killings and gang-rapes were routine. ‘The logic of Comanche raids was straightforward,’ he explains.
‘All the men were killed, and any men who were captured alive were tortured; the captive women were gang *****. Babies were invariably killed.’
Not that you would know this from the new Lone Ranger movie, starring Johnny Depp as the Indian Tonto.
For reasons best know to themselves, the film-makers have changed Tonto’s tribe to Comanche—in the original TV version, he was a member of the comparatively peace-loving Potowatomi tribe.
And yet he and his fellow native Americans are presented in the film as saintly victims of a Old West where it is the white settlers—the men who built America—who represent nothing but exploitation, brutality, environmental destruction and genocide.
Depp has said he wanted to play Tonto in order to portray Native Americans in a more sympathetic light. But the Comanche never showed sympathy themselves.
When that Indian delegation to San Antonio realised they were to be detained, they tried to fight their way out with bows and arrows and knives—killing any Texan they could get at. In turn, Texan soldiers opened fire, slaughtering 35 Comanche, injuring many more and taking 29 prisoner.
But the Comanche tribe’s furious response knew no bounds. When the Texans suggested they swap the Comanche prisoners for their captives, the Indians tortured every one of those captives to death instead.
‘One by one, the children and young women were pegged out naked beside the camp fire,’ according to a contemporary account. ‘They were skinned, sliced, and horribly mutilated, and finally burned alive by vengeful women determined to wring the last shriek and convulsion from their agonised bodies. Matilda Lockhart’s six-year-old sister was among these unfortunates who died screaming under the high plains moon.’
Not only were the Comanche specialists in torture, they were also the most ferocious and successful warriors—indeed, they become known as ‘Lords of the Plains’.
They were as imperialist and genocidal as the white settlers who eventually vanquished them.
When they first migrated to the great plains of the American South in the late 18th century from the Rocky Mountains, not only did they achieve dominance over the tribes there, they almost exterminated the Apaches, among the greatest horse warriors in the world.
The key to the Comanche’s brutal success was that they adapted to the horse even more skilfully than the Apaches.
There were no horses at all in the Americas until the Spanish conquerors brought them. And the Comanche were a small, relatively primitive tribe roaming the area that is now Wyoming and Montana, until around 1700, when a migration southwards introduced them to escaped Spanish mustangs from Mexico.
The first Indians to take up the horse, they had an aptitude for horsemanship akin to that of Genghis Khan’s Mongols. Combined with their remarkable ferocity, this enabled them to dominate more territory than any other Indian tribe: what the Spanish called Comancheria spread over at least 250,000 miles.
They terrorised Mexico and brought the expansion of Spanish colonisation of America to a halt. They stole horses to ride and cattle to sell, often in return for firearms.
Other livestock they slaughtered along with babies and the elderly (older women were usually ***** before being killed), leaving what one Mexican called ‘a thousand deserts’. When their warriors were killed they felt honour-bound to exact a revenge that involved torture and death.
Settlers in Texas were utterly terrified of the Comanche, who would travel almost a thousand miles to slaughter a single white family.
The historian T R Fehrenbach, author of Comanche: The History Of A People, tells of a raid on an early settler family called the Parkers, who with other families had set up a stockade known as Fort Parker. In 1836, 100 mounted Comanche warriors appeared outside the fort’s walls, one of them waving a white flag to trick the Parkers.
‘Benjamin Parker went outside the gate to parley with the Comanche,’ he says. ‘The people inside the fort saw the riders suddenly surround him and drive their lances into him. Then with loud whoops, mounted warriors dashed for the gate. Silas Parker was cut down before he could bar their entry; horsemen poured inside the walls.’
Survivors described the slaughter: ‘The two Frosts, father and son, died in front of the women; Elder John Parker, his wife ‘Granny’ and others tried to flee. The warriors scattered and rode them down.
‘John Parker was pinned to the ground, he was scalped and his genitals ripped off. Then he was killed. Granny Parker was stripped and fixed to the earth with a lance driven through her flesh. Several warriors ***** her while she screamed.
‘Silas Parker’s wife Lucy fled through the gate with her four small children. But the Comanche overtook them near the river. They threw her and the four children over their horses to take them as captives.’
So intimidating was Comanche cruelty, almost all raids by Indians were blamed on them. Texans, Mexicans and other Indians living in the region all developed a particular dread of the full moon—still known as a ‘Comanche Moon’ in Texas—because that was when the Comanche came for cattle, horses and captives.
They were infamous for their inventive tortures, and women were usually in charge of the torture process.
The Comanche roasted captive American and Mexican soldiers to death over open fires. Others were castrated and scalped while alive. The most agonising Comanche tortures included burying captives up to the chin and cutting off their eyelids so their eyes were seared by the burning sun before they starved to death.
Contemporary accounts also describe them staking out male captives spread-eagled and naked over a red-ant bed. Sometimes this was done after excising the victim’s private parts, putting them in his mouth and then sewing his lips together.
One band sewed up captives in untanned leather and left them out in the sun. The green rawhide would slowly shrink and squeeze the prisoner to death.
T R Fehrenbach quotes a Spanish account that has Comanche torturing Tonkawa Indian captives by burning their hands and feet until the nerves in them were destroyed, then amputating these extremities and starting the fire treatment again on the fresh wounds. Scalped alive, the Tonkawas had their tongues torn out to stop the screaming.
The Comanche always fought to the death, because they expected to be treated like their captives. Babies were almost invariably killed in raids, though it should be said that soldiers and settlers were likely to ****** Comanche women and children if they came upon them.
Comanche boys—including captives—were raised to be warriors and had to endure ****** rites of passage. Women often fought alongside the men.
It’s possible the viciousness of the Comanche was in part a by-product of their violent encounters with notoriously cruel Spanish colonists and then with Mexican bandits and soldiers.
But a more persuasive theory is that the Comanche’s lack of central leadership prompted much of their cruelty. The Comanche bands were loose associations of warrior-raiders, like a confederation of small street gangs.
In every society, teenage and twenty-something youths are the most violent, and even if they had wanted to, Comanche tribal chiefs had no way of stopping their young men from raiding.
But the Comanche found their match with the Texas Rangers. Brilliantly portrayed in the Larry McMurtry’s Lonesome Dove books, the Rangers began to be recruited in 1823, specifically to fight the Comanche and their allies. They were a tough guerilla force, as merciless as their Comanche opponents.
They also respected them. As one of McMurtry’s Ranger characters wryly tells a man who claims to have seen a thousand-strong band of Comanche: ‘If there’d ever been a thousand Comanche in a band they’d have taken Washington DC.”
The Texas Rangers often fared badly against their enemy until they learned how to fight like them, and until they were given the new Colt revolver.
During the Civil War, when the Rangers left to fight for the Confederacy, the Comanche rolled back the American frontier and white settlements by 100 miles.
Even after the Rangers came back and the U.S. Army joined the campaigns against Comanche raiders, Texas lost an average of 200 settlers a year until the Red River War of 1874, where the full might of the Army—and the destruction of great buffalo herds on which they depended—ended Commanche depredations.
Interestingly the Comanche, though hostile to all competing tribes and people they came across, had no sense of race. They supplemented their numbers with young American or Mexican captives, who could become full-fledged members of the tribe if they had warrior potential and could survive initiation rites.
Weaker captives might be sold to Mexican traders as slaves, but more often were slaughtered. But despite the cruelty, some of the young captives who were subsequently ransomed found themselves unable to adapt to settled ‘civilised life and ran away to rejoin their brothers.
One of the great chiefs, Quanah, was the son of the white captive Cynthia Ann Parker. His father was killed in a raid by Texas Rangers that resulted in her being rescued from the tribe. She never adjusted to life back in civilisation and starved herself to death.
Quanah surrendered to the Army in 1874. He adapted well to life in a reservation, and indeed the Comanche, rather amazingly, become one of the most economically successful and best assimilated tribes.
As a result, the main Comanche reservation was closed in 1901, and Comanche soldiers served in the U.S. Army with distinction in the World Wars. Even today they are among the most prosperous native Americans, with a reputation for education.
By casting the cruelest, most aggressive tribe of Indians as mere saps and victims of oppression, Johnny Depp’s Lone Ranger perpetuates the patronising and ignorant cartoon of the ‘noble savage’.
Not only is it a travesty of the truth, it does no favours to the Indians Depp is so keen to support.
Leydis Jul 2017
No la abraces para retenerla,
no la atrapes,
no ataques,
no la restrinjas,
no la encarceles,
no la hieras,
no la mortifiques,
por favor, déjala salir.
No la límites.
Ella está llena de posibilidades
Llena de sueños que quiere ver realizados.
No la estanques, a vivir en tu mundo,
vacío y amargo..
ese no es su destino.
Ella es libre aun la mantengas secuestrada.
Es risueña,
dueña de su ser….
Tiene la selva como su maestra.
la sapiencia como guía,
la ternura de la madre naturaleza,
la ferocidad del violento mar,
la calma en tiempos de tinieblas,
la luz de la crepúsculo matutino,
Esta entre luces, algunas más brillante que otras,
pero sabe brillar en su oscuridad.
Ella podría hacer lo que tú no has logrado--por tu falsa identidad!
Ella es una constelación de pasiones.
Saber ser leal y fugaz como cometa, si la retan.
¿Por qué la encierras?
la aturdes con tus tontos egos,
tu deseo de dominarla,
de callarla,
de agotarla
de desaparecerla.
¿Sabes por qué?
Porque le tienes miedo.
A su valentía y todo lo que su alma alberga.
Déjala salir…ya le llego su tiempo.
Si la sigues doblegando,
Te estas.....auto-destruyendo!!!!
LeydisProse
7/25/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Victor D López Dec 2019
The Wise Speak Softly

The wise speak softly,
Fools yell out their every thought,
That all may know them.

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Los Sabios Hablan en Voz Baja

Los sabios hablan en voz baja,
Los tontos gritan cada pensamiento,
Para que todos puedan conocerlos.

https://allpoetry.com/Victor
D._L%C3%B3pez

— The End —