Al terminar la noche
no queda mucho más
que este café frío
y tu nombre tibio
dando vueltas en mi boca.
Las palabras ya se acostaron
los relojes bostezan
y la ciudad parpadea
como si también soñara con vos.
No sé si mañana vas a estar
pero esta noche
te pensó cada sombra,
te quiso cada pausa,
te escribió cada verso sin apuro.
Y si el mundo se apaga
o se reinventa de golpe,
a mí que no me falte
el milagro
de haberte amado
al terminar la noche.
¡Al terminar la noche!