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Marco Bo Oct 2018
steps,
fear of thinking differently
fear of remaining alone
fear of feeling lost
fear of being in need
fear of going down to the bottom
fear of  finding a nightmare in your dream ............

by these suburbs of the world
the right way to get out of your maze
you're the only who knows

as every single step
fear of thinking differently
fear of remaining alone
fear of feeling lost
fear of being in need
fear of going down to the bottom
fear of  finding a nightmare in your dream..... .

  keep on dreaming!
...............

passi,
paura di pensare diversamente
paura di rimaner solo
paura di sentirti perso
paura di aver bisogno
paura di andare a fondo
paura di trovare un incubo nel tuo sogno............

presso queste periferie del mondo
la giusta strada per uscire dal tuo labirinto
la conosci solo tu
così come ogni singolo passo
paura di pensare diversamente
paura di rimaner solo
paura di sentirti perso
paura di andare a fondo
paura di aver bisogno
paura di trovare un incubo nel tuo sogno...

continua a sognare!

............
pasos,
miedo a pensar diferente
  miedo de quedarte solo
miedo de sentirte perdido
miedo de necesitar
miedo de ir a fondo
miedo de encontrar una pesadilla en tu sueño ............

en estos suburbios del mundo
la via correcta para salir de tu laberinto
solo tu la conoces
así como cada paso
miedo a pensar diferente
  miedo de quedarte solo
miedo de sentirte perdido
miedo de ir a fondo
miedo de necesitar
miedo de encontrar una pesadilla en tu sueño ...

  sigue soñando
Elena Ramos Apr 2015
Elena Ramos


Aquí todo en mi mente da vueltas, nada es estable, no hay un objeto al cual pueda ver directo y guiarme para no caer. Para mí no sirve el simple hecho de tenerlo todo para ser feliz, ni el dinero, ni una familia reconocida en todo Miami y el resto del país. Me llamo Gimena Rodríguez, mis papas son de Honduras pero emigraron a los Estados Unidos cuando mi hermano mayor Roberto tenía apenas diez años en ese entonces yo tenía ocho horribles y apestosos años, era muy fea, mi mama siempre me ponía dos ganchitos en la frente para quitarme el pelo de la cara; bote todas las fotos que dejaban evidencia de ese abuso hacia el estilo y la dignidad de una niña pequeña.  

He buscado en la internet el significado de mi nombre, porque ni yo sé que soy. Hay unos sitios bien raros que dicen que soy de las que necesita ser apoyada por los demás, algo que no es cierto, pero he topado con un sitio que dice que soy de pensamiento firme, ágil y con capacidad analítica. Y por cierto mi número de la suerte dice ser el número cuatro, puede tener algo de sentido ya que el 4 de noviembre es mi cumpleaños, o que casualmente mis papas estén de aniversario el mismo día. Suelo ser de esas chicas que todo el mundo conoce o dice saber conocerme, por el simple hecho de tener una familia la cual, toda América conoce. Mi papa heredo el negocio de mi abuelo, (por lo general el abuelo o como yo lo llamaba Yeyo, era el único que me entendía hasta llegue a prometerle que seguiría los pasos de la familia y seguir el negocio) una empresa que distribuye muebles, ya sean sofás como camas y cosas así. La compañía se llama DecoArte, había empezado en 1934 con mi bisabuelo Arturo, que luego paso a ser mi mi Yeyo y ahora de mi padre (solo espero que Roberto pelee por su lugar en la compañía y decida quedarse todo para él, así no tendría que seguir en este negocio, porque realmente no me gusta). He decidido que quiero ir a Los Angeles y estudiar Fashion Management & Marketing, en la Universidad de Argosy. He aplicado a varias universidades y aun espero respuesta, seria decepcionante no ser aceptada en ninguna y entonces tendría que trabajar en DecoArte toda mi vida. Todos los días son decepcionantes, siempre es lo mismo, mi casa parece un lugar solitario. Roberto tiene su propio apartamento, todos los días sube fotos a su cuenta de Instagram haciendo fiestas, las cuales son mencionadas como las mejores. Fraternidades de muchas universidades terminan ahí, los vagabundos igual, y así todo Miami. Sería bueno si por lo menos me invitara a una de sus “reuniones”, como el las suele llamar cuando estamos frente a nuestros padres. No me veo pequeña, tengo diez y siete años y el próximo año me graduare de Miami Beach High School. Muchos me preguntan si realmente tengo la edad que les digo tener, nadie me cree, muchos dicen que me veo mucho mayor, algo que para mí no está mal. En mi cuenta de twitter me he fijado que Roberto dará una fiesta, tal vez pueda decir que voy a ver una película y me voy un rato a su casa, solo espero que mi propio hermano no me eche de la casa. En mi tiempo libre, después de clases, suelo agarra mi computadora portátil y abrir Word, y escribir todo el día. Hace poco subí gratis un libro de poemas de dicados a la gente que no sabe qué hacer con su vida. He tenido buenas respuestas, inclusive en mi blog recibo visitas y buenos comentarios a montones. Existen dos mundos parami, la realidad y el mundo que creo con los libros y la escritura. Cada libro que leo me envuelve en un sentimiento que hace que imagine estar en el libro. Al escribir siento que mis ideas fluyen y que soy yo honestamente, sin censura, sin miedo a expresarme. En este momento estoy escribiendo una historia ficticia de esta joven que desea encontrar el amor, ya que casi lo encontraba pero el murió. Por su falta de confianza no es capaz de hablar con ningún muchacho. Esta es la introducción del libro:
               Para amar hay un tiempo límite, o por lo menos para mí sí. Si tienes una enfermedad terminal, es muy probable que ese amor nunca llegue. Desearía tener por lo menos un romance que dure poco o hasta cuando yo siga viva. Mi vida se complica cada vez más, el único hombre que veo seguido es mi médico el doctor Collins, está casado y tiene una hermosa hija. En el hospital veo morir a diario personas de las cuales me hice amiga. Aun no olvido su rostro, su pálida cara, que me reía aun a pesar de tener peores condiciones de vida que yo. Se llamaba Mark, tenía doce años cuando lo conocí, y diez y siete cuando lo vi por última vez. Cada año lo volvía diferente, siempre había un problema más o algo en su cuerpo había cambiado por  completo. Lo conocí cuando yo tenía once años, llegue a emergencias esa noche, mi mente giraba, era más verde como la pared que trigueña. Gracias a dios detectaron mi cáncer con tiempo. Pero esa noche ahí estaba el, sentado en una camilla, me pareció muy guapo desde el primer instante en que nuestros ojos se cruzaron. Mientras mi mama hablaba con la enfermera afuera, yo estuve acostada, mirándolo y luego mirando el techo. No sabía que sucedía conmigo, solo sabía que  me sentía a morir. No llore porque él estaba ahí, a dos camillas de la mía. Sabía que me observaba aunque lo disimulaba muy bien. Entraron mi mama y varias enfermeras y un doctor,  después de un rato sacaron mi camilla y me llevaban a otro lugar. Deje a ese muchacho solo en ese espantoso cuarto, solo, y seguramente con dolor en alguna parte. Desperté el día siguiente en un cuarto, había dos camas más  pero al parecer solo yo ocupaba y llenaba aquella gran habitación. Me di cuenta que mi mama y mi papa estaban dormidos, me sorprendió ver a papa faltar al trabajo. No estoy muy segura, pero anoche tuve uno de los mejores sueños más reales que he tenido en mi vida. Soñé con el muchacho de la sala de emergencia. Vi su hermoso pelo, dorado que caía sobre sus orejas, sus perfectos ojos, que no se distinguían si eran grises o verdes. Tenía una camiseta roja, parecía el tipo de adolescente que se intoxica con algo y termina aquí. Definitivamente desearía poder volverlo a ver por lo menos un instante, para poder recordar mejor esa mirada y su hermosa sonrisa.  No hice ruido y me levante buscando un baño, estaba bien, solo algo cansada, y molesta por esa horrenda bata que llevaba puesta, ya que no tenía nada abajo. Hice ruido al levantarme ya que presione uno de los botones que levanta la camilla. Mi padre Augusto, se levantó en un abrir y cerrar de ojos del sofá donde dormía para ir en mi auxilio. –Papa estoy bien-,-No te creo, a dónde vas?-,-solo busco un baño, necesito ir ahorita-. La cara de papa estaba muy diferente, hoy no tenía esa mirada de las mañanas que me decían que todo estaba bien, que la economía estaba por las nubes, o que sasha mi perrita no le causaba alergia cuando todos sabíamos que sí. Me detuve a observarlo, sabía que algo le ocurría,  tal vez fue despedido, o tuvo una seria pelea con mi madre, algo que creo lógico, ya que Paty se pone muy insolente cuando tiene discusiones con papa. –qué ocurre?- le pregunte, tocándole la cara muy delicadamente, tratando de leer su mente o entenderlo-cariño, hay cosas de las cuales tenemos que hablar- al decir esto mi padre, supe que no era nada bueno, porque en ese mismo instante se puso a llorar, por un motivo yo hice lo mismo con él. Mi madre se despertó por el ruido.-Mary, el cáncer no te va a matar, te juro que te van a curar, te lo prometo hija pero por favor no llores-. Mi padre la observo fijamente a los ojos. Fue un golpe muy duro el que recibí, darme cuenta que tenía cáncer y de esta manera. Simplemente, busque la puerta y Salí corriendo, lo más rápido posible, segundos después me di la vuelta y vi que ya no sabía en qué parte del hospital me encontraba. –Mary!-se escuchaba en el fondo. Era mi mama que locamente me buscaba. Me imagino lo mal que se ha de sentir en este momento, pero no lo puedo creer aun, pero tengo cáncer…logre salir de esa situación, ya no estaba corriendo por los pasillos, estaba en un cuarto. –Hola- me di la vuelta y lo vi a él, creí no volver a ver esos ojos, pero si.-hola-creo que nunca estuve tan nerviosa en mi vida. Busque la forma en que la camilla cubriera mi bata, estaba descalza y muy despeinada, pero aun ocupaba ir a un baño. Al fondo vi una puerta, había un baño,-Perdón, pero me puedes prestar tu baño-, él se rio enseguida-si no hay problema, además no es mío es del hospital-. Fui caminando muy rápido, y me encerré, luego, me lave las manos, me enjuague la boca, lave mi cara, y Salí.-me llamo Mary- extendí mi mano hacia la suya.-un gusto Mary, soy Gabriel-. Nombre perfecto para un ángel, el cual él se parecía mucho. Sentía mi corazón palpitando mucho, en un instante sentía que me desmayaba y era enserio, no era por las mariposas ni nada por el estilo, realmente me sentía mal. Gabriel tomo mi mano, me ayudo a sentarme y enseguida llamo a una enfermera. Al rato todos estaban en la habitación, incluso mis papas. –Mary!!—mama estoy bien-.la enfermera me acostó en la camilla de Gabriel, y me tomo la presión, al segundo llego otra enfermera a sacarme sangre. Papa me tomo de la cintura, y me guiaban para ir a mi habitación. Estoy en este momento entrando en un túnel donde sentía que nunca llegaría a casa, pensaba en todas las cosas que hice antes por diversión, pero ahora vivo una pesadilla, que espero que sea simplemente eso, y despertar termine con ella. No pude decirle adiós a Gabriel, pero ya sabia que su numero era treinta y seis, y la mia era la sesenta y dos. Había un brillo que trataba de iluminar mi vida, mi cerebro, había tanta oscuridad, tanta tristeza oculta, cuando la gente que yo amo se de cuente de lo que tengo y en lo que me convertiré tendre miedo de su miedo. He visto tantas películas de esas en las que alguien tiene cáncer o una enfermedad terminal, tengo miedo de no querer luchar por mi vida, miedo a no querer salir de esa comodidad en mi mente y querer rendirme. Tengo solo pocos momentos en mi vida, que valen la pena ser contados. Qué tal si no lleguen mas momentos asi y muera sin haber vivido mi vida. He viajado mucho para que termine asi. Mi mente viaja por lugares muy profundos de mi alma, siento eterna la llegada  a mi habitación. Solo escucho bulla de afuera, tanta que no se en cual enfocarme. Mis papas respetan mi silencio, saben que quiero aclarar mejor las cosas pero que tal si no quiero saberlo y seguir así, viajando por la vida solo por viajar sin rumbo, porque la verdad asi me siento. –mary quieres desayunar, el doctor dice que no tienes dieta-. –Si mam, -dije para romper el silencio de aquella blanca habitación. Tengo una terraza, con hermosas flores, no tengo nada que perder ni ganar ahora, solo disfrutar de su belleza y el canto de los pájaros, es hermosa; la única que no me altera, la única que no se siente como bulla. –pero, creo que todos necesitamos una ducha—si, papa, pero no tengo ropa-.Mama ira a la casa y yo a comprar el desayuno, y tu te quedaras aqui con la enfermera mientra te terminan de revisar-. No  soportaba la idea de que tuvieran que sacarme sangre o que alguien estuviera tan cerca de mi, como esta enfermera. Mis papas salieron de la habitacion, y tuve el descaro de preguntarle en el oído a una de las enfermeras, de quien era Gabriel.-te gusta verdad?-,-no!, simplemente tengo curiosidad-.y ahí empezó la historia mas fasinante e interesante que había escuchacho antes.- Se llama Gabriel Cole y tiene doce años, su mama, no sabemos nada de ella. Vino hace seis meses y desde entonces vive aquí, su papa es Señor Cole,no pudo soportar verlo enfermo entonces pago para que viviera aquí, y se fue. Viene a visitarlo una vez a la semana pero tiene dos semanas sin venir.es un buen muchacho, no le vendría mal una amiga, ahora que no tiene a nadie-.no  puedo creer que su familia lo haya abandonado. No me imagino vivir sin mi mama o sin mi papa, seria horrible.-Bueno he terminado contigo, el doctor Collins vendrá en un rato, descansa-. Salieron por la puerta dejándome sola.
Brenda Galván  Jan 2013
Miedo
Brenda Galván Jan 2013
Le tengo miedo a la vida.
Igual que al amor y las amistades,
A las mentiras y las verdades,
Y al ser igual.

A las cosas que no entiendo,
A personas que no conozco,
Y la obscuridad.

Miedo a las alturas,
Miedo al lastimarme,
Y miedo de no ser suficiente.

Pero yo quisiera un día sin miedo
Un día donde cualquier cosa podría pasar
Y donde el miedo sólo sea otra palabra.
Papá Noel tenía miedo de pasar el día de Navidad
En las calles de Puerto Príncipe. Las balas se disparaban en masa
Esporádicamente, al azar. Mucha gente se escondía debajo de las camas
Los terroristas traviesos son como perros, hienas en bosques viles o desiertos mortales
Están por todas partes con grandes ametralladoras que no se fabrican en Haití
Los bandidos sin ley o demonios espantosos están matando y aterrorizando a todos
Incluso gatos viejos y ratas sucias que corren por los barrancos
Las cosas son muy serias, extremadamente peligrosas y terriblemente malas en Haití
Este año, el tío Noel tenía miedo, mucho miedo, por eso no visitó
Y no pasó por las pequeñas calles de Haití. Nadie sabe cuándo
Estas cosas feas e inusuales, el caos, los crímenes, la pesadilla cambiarán o terminarán
No hubo misas de medianoche; Todas las puertas de la iglesia estaban cerradas, cerradas
Los bandidos que calzan sandalias sucias llevan armas muy caras y modernas
Que sus tíos occidentales blancos y oligarcas sucios les dieron como regalos de Navidad
Para que puedan empujar a más civiles inocentes más profundamente en las llamas del Infierno
Es muy fascinante notar que los hombres lobos, los infames Loups Garous
También tenían miedo de ir a los cementerios para desenterrar a sus víctimas inocentes
En Haití, antiguamente la Perla de las Indias Occidentales, son perros que comen perros
Son gatos que comen gatos. Son perros que comen ratas
La gente está atrapada en este otrora paraíso, la Perla de las Antillas
Que ahora es el Infierno en la Tierra y mazmorras sangrientas para tantos
Son gatos que comen ratas. Son perros que comen ratas y gatos
Esta es una locura despreciable. Frankenstein habría sido feliz allí
La gente nunca antes había experimentado un desastre tan feo. ¿Cuándo cambiará esto?
¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo los colonos oligárquicos, occidentales y codiciosos
Dejarán en paz al pacífico y resistente pueblo de Haití? ¿Y cuándo, cuándo?
¿Cuándo se rebelará el valiente pueblo? ¿Cuándo, maldita sea, la diáspora
Se unirá para luchar y defender a Haití? Los Haitianos están cansados de perder vidas, dinero
Territorios y propiedades en Haití. ¿Cuándo desaparecerán de la faz del Universo
Todos estos terroristas rebeldes? Estoy gritando furioso
Maldita sea, te estoy hablando a ti. Te estoy hablando a ti, maldita sea
Te estoy hablando a ti, sí, sí, sí a ti, criminales violentos
Cucarachas, pájaros impíos, hipócritas malvados y tontos ignorantes
Deja de hablar de revolución. Usa el sentido común. Deja de soñar
Abre los ojos. Sí, porque en nombre de Iahvé, te estoy hablando a ti también
Papá Noel, Père Noël, Tonton Nowèl tenía miedo. No hay pobres ni gente pequeña
No recibieron regalos, nada, cero, chivatos, sólo los sórdidos perpetradores
Que matan y aterrorizan a los ciudadanos, estaban de fiesta. La débil Policía
El ejército y los indefensos vacacionistas de la ONU no pueden hacer más
Simplemente pueden hacer menos. Sabemos que Haití no es Ucrania
Pero Haití necesita ayuda. Los Haitianos están desesperados, los nefastos presidentes
Del CPT ganan mucho dinero, mucho dinero, mucho dinero, mucho dinero
Y mucho dinero, los infames que están en el poder, reciben mucho dinero
Estos traidores están defendiendo sus bolsillos, no la patria
No protegerán a la gente inocente, no defenderán a Haití
Los bandidos, terroristas, hipócritas y oligarcas codiciosos están al mando
Los grupos criminales están dispersos ubicuamente en los pasillos, por todas partes
El pequeño Jesús no fue a Haití, él también tenía miedo. Santa Claus no vino
Tenía miedo naturalmente. Pensemos, pensemos profundamente
Resistamos y soñemos hasta la primavera.

P.D. Este poema está dedicado a todos los que sufren en Haití.
El pueblo haitiano y la diáspora están cansados de ser humillados. Abajo la miseria,
La inseguridad, la corrupción, el crimen, la injusticia, la impunidad, la discriminación y la desigualdad.
Esta es una traducción de ‘Pè Nowèl Te Pè Pase Nan Pòtoprens, Ayiti’,
“Santa Claus Was Afraid to Pass Through Port-au-Prince, Haiti’.

Copyright © Diciembre 2024, Hébert Logerie, Todos los derechos reservados
Hébert Logerie es autor de varias colecciones de poemas.
Fa Be O  Jan 2013
miedo
Fa Be O Jan 2013
tengo miedo.
se que si me pides que te espere,
se que lo voy hacer.
se que si me lo pides,
perderé un millón de minutos,
miles de horas y días,
se que perderé años,
esperando tu regreso.
se que si me lo pides,
gastare mi tinta en escribirte,
que dormiré poco pensándote
que rezare a ese Dios
en el que antes  no creía,
buscando un poquito de fe
y una señal
que no espero en vano.
tengo miedo.
se que te seré fiel,
aunque no nos ate nada,
y se entonces
que perderé mil oportunidades
de encontrar el amor,
de encontrar la paz del alma,
lejos de ti.
tengo miedo,
si te vas
y me pides
que te espere,
que te guarde
un rinconcito de mi corazón.
tengo miedo,
porque te esperare
incondicional,
y tal vez no regresaras
y entonces,
que voy hacer?
1/13/13
Natalia Rivera Jan 2015
Una luz tenue me levanto, ¿qué hora será? Miro el rejo y son las 4:50 de la madrugada de algún martes. Me volteo para verlo plasmado, la obra de arte más bella del mundo; el. Esta dormido profundamente, debido a su insomnio es cosa de celebrar así que lo dejo dormir y tomo el abrigo que hay en el suelo. El bonito abrigo color azul de rayas que tanto me encanta, el mismo abrigo que horas antes me quito con la ternura y pasión de dos amantes. Una pequeña sonrisa brota de mis labios y continúo para la sala, atravieso el pasillo forrado de fotos. Fotos de él, fotos mías, fotos familiares, sus pinturas, llego a la cocina y miro por la ventana, ya casi amanece. Me sirvo un poco de agua en mi taza con forma de gato, en la mesa de la sala están las copas y el vino de anoche.
El estaba sentado en el sofá, con su camisa color negra y sus mahonés grises. Con la mitad de la copa vacía me miraba indescifrablemente. Yo estaba sentada en el suelo cerca de la chimenea, usaba mi lindo vestido de flores junto a su abrigo color azul de rayas y el pelo alborotado (como siempre).
-¿Qué te trae bailando en el cinturón de Orión? dice dándole el último sorbo a su copa.
- En lo bien que se te ven esos mahonés le contesto; seguido de unas miradas disfrazadas y unas cuantas risas  me anime a contarle lo que me pasaba realmente.
-Hay días que el miedo me invade, mi vida era bastante simple antes de tu aparición. Nada me quitaba el sueño, vivía viajando en mis libros y mis prioridades era mantener con vida a mi pez y conseguir dinero al final de día para poder sustentarme. Pero apareciste, de la nada, porque si y mi mundo fue un caos. Cartas, besos, caricias, charlas, malos hábitos, terrible humor, un artista, un genio, un sádico, un romántico, egocéntrico y niño. De eso se componían mis pensamientos, pase de depender de cómo terminaba el final de un libro a como terminaba cada una de sus palabras. Estaba enamorada como nunca antes y eso me asustaba. Estoy enamorada de ti y todas tus mañas, pero quiero que te quedes para siempre.

Podía verlo, la luz del fuego enfocaba su rostro a la perfección, el silencio era agobiante. Permanecía sentada de alguna forma extraña hasta que al fin lo vi caminar hacia mí; se sentó junto y me miraba con ojos perdidos, tomo mi rostro en sus deliciosas manos y me besó. Me besó despacio, permitiéndome respirar su aroma y saborear su alma. Entre caricias, besos y suspiros terminamos en la cama, aún vestidos, aún con ganas. Lentamente baja la cremallera del abrigo y me lo quita con esa sonrisa de picardía, como un niño comenzando una travesura. Una vez que el abrigo cae al suelo me mira y me dice “Te amo, mi pequeña niña y mi inmensa mujer”
El resplandor del sol hizo que retornara a la realidad, eran las 5:20 de la mañana y el seguía durmiendo. Abrí la puerta del balcón para saludar a mi madre, danzaba en las olas y en los rayos del sol, radiante como siempre. La playa estaba desierta, estaba desnuda así como me gusta; decidí entrarme en ella así camine hasta la orilla del agua y me senté.  Me sentía viva pero me di cuenta que algo me cubría de pies a cabeza; la melancolía. Lo quería, si lo miraba sabia que ese era el hombre al que amaría por el resto de mis días y tenía miedo. Miedo a que el no sintiera lo mismo, que no me viera como yo lo veo. Mi desfile de pensamientos fue interrumpido por un cálido beso en la cabeza, mi artista de había levantado. Traía una manta y un bulto,  la extendió y cubriéndome me pregunto ¿Qué haces medio desnuda con este frió sentada ahí? Necesitaba brisa con sabor a playa, le dije. Se quedo junto a mi callado durante un rato. Vimos como del océano brotaban las nubes y danzaban hasta llegar a lo más alto del cielo, también, a lo lejos en el muelle vimos a una pareja sacar su pequeño bote para pasar lo que parecía ser un excelente día.
Inesperadamente el toma mi mano y la besa, me acerca a él y al oído casi susurrando me dice
- Jamás encuentro las palabras correctas para expresarte cuán importante eres, y cuando las encuentro se me pierde el coraje para decirlas. La otra noche vi tu alma desnuda, te vi a ti con todos tus miedos y con todo el amor que tienes, entonces supe nuevamente porque te escogí para pasar el resto de mis días contigo. Has estado en cada paso que doy, aun sabiendo que alguno de esos pasos me alejaba de ti. Fuiste mi brújula cuando me encontraba extraviado, mi amiga cuando deseo hablar de cosas que no te interesan y has sido toda una diosa para mí en aspectos que ambos sabemos.  No soy muy bueno en esto, y sé que estas no son las palabras que deseas oír solo sé que te amo y lo haré hasta que mis ganas de plasmar tu sonrisa en un canva se vayan, hasta que me haya cansado de hacerte el amor, hasta el día en que me muera. Te amo, y no dejare que te marches de mi vida nunca.
El sonido de las olas cubría mis sollozos, las lagrimas bajaban por mis mejillas y las palabras no me salían. Lo mire y el tenia una inmensa sonrisa y sus ojos me miraban con ternura. Me quito ambas mantas y del bulto saco su abrigo azul de rayas, me lo puso y me dijo:
-Quédate conmigo para siempre.
Y le dije:
-Me quedare contigo hasta en las ocasiones que quieras estar solo.
Lo beso y le digo:
-Te amo, renacuajo
Me besa y me dice:
-Te amo, mi niña.
Segunda historia.
Airto  Jun 2010
La paz y el miedo
Airto Jun 2010
Toda la gente tiene miedo pero mucha tiene miedo de la paz. Nadie la quiere totalmente. Es que paz es más tranquila que la guerra y la muerte que dan a todos lo que quieren. El miedo vive en el corazón y el cerebro. Ha llegado con todo el filo y está listo para combate. Tiene sus armas y sus balas para matar a cualquiera. A los que lo tienen y los que lo odian. Porque miedo es la raíz de todo.
Dr Monkey Jr Jan 2012
Que lenguaje mas hermoso
el que produce palabras de alegria
como es el te amo, te quiero y te adoro.

Dicen que los latinos somos ruidosos,
llenos de energia y poca cordura,
pero es que no entienden que el español
no tiene limites, no tiene volumen, solo frescura.

Grita tus palabras indigenas,
huracan, coqui, fotuto, Boricua,
esas palabras tainas tan bellas
que usamos cada dia.

Porque tienes miedo cuando te sale el "Spanglish"
si los gringos no pueden pronunciar ni "Porto Wico"
asi que curate con un  "bad english"
porque nunca tendras que procuparte por decir RRRRico como un chino.

Mi lenguaje no puede morir
porque dentro de sus palabras
estan las llamas de un Neruda,
la negrura de un Llorens,
la fortaleza de un Albizu.

Oh cuanto te amo, te quiero, te adoro Puerto Rico
por enseñarme el español que uso para enamorar a tus hermosas mujeres.
Oh cuanto te amo, te quiero, te adoro Puerto Rico
por eseñarme el español que uso para luchar contra los que ya no te quieren.
trestrece  May 2014
Holy Hole
trestrece May 2014
Hoy me di cuenta de que todos somos un horrible cliché. Que más que interactuar y aplicar papeles y máscaras con el mundo que nos rodea, sobreactuamos, somos farsantes. Ya nadie nos cree. Ni nosotros mismos ni nuestros mejores amigos. Estamos solos y exageramos. Nos convertimos en bufones de los otros y ellos de nosotros. Que lento, que estúpido, que patéticos.

Hoy me di cuenta de que aquellos que parecían gentiles, amables y chamanes se han perdido, se han ido. Se han convertido en malabarismo de onomatopeyas, en cacofonías de libertad artificial. Hoy me di cuenta de que perdí el respeto por lo que creía superior a mí y que tal vez en mi ego, en mi megalomanía, he superado al maestro.

Me han aburrido los grandes sabios del mundo. Todo aquel jurando que la verdad está en sus palabras y en un video bonito. En la prepotencia de la única razón, ortodoxa falsificación de poder. ¿Cuánto tiempo no preví esta charlatanería? Y los idiotas, al final han tenido la razón, la que no quisimos ver. Años pasaron desde mi encuentro con los falsos trogloditas borgianos; ahora me arrepiento de no haber prestado más atención.

Siempre uno cerca de la muerte aprende y recuerda algo. Epifanías de cincuenta centavos y hierbas toqueteadas por el kitsch y el sinsabor viejo de un hierbero, de una calabaza de mate sin un cebador profesional. ¿Cuántos años, siglos, nos hemos tardado en psicologizar a los perros? El epítome del ser humano: sanar el ánima animal.

Pretendemos que lo que hacemos es original y pretendemos crear rupturas en la conciencia pública. Nosotros no somos Hakim Bey y mucho menos agentes del caos. Somos pretensiones de unicidad que cansan al hablar. Somos odio e indiferencia entre protagonistas de cada película hedonista. Nadie será trastornado por una belleza brutal más que tu falsa autoestima.

He prometido a la virgen, exvoto tras milagros que creo sentir. Mater dolorosa, he visto tanto mal… He hecho tanto mal. ¡Que ignorancia la tolerancia! Sentirse humilde ante falsos profetas ha sido el peor de mis pecados, jamás miré de donde aparecía la paloma blanca. Caí muy bajo y al parecer es tarde para rectificar. ¿Será este el punto donde vi o veré la luz? ¿Habrá más allá después del inicio de semana? ¿Habrá amor? ¿Habrá algo más que esta triste apuesta con convicción de orador?

Pretensiones de Gingsberg y actores sobrevalorados por bellas sonrisas. Interpretaciones de aquello que se cree pretender, ni siquiera ser. Pero siempre, el bueno de la película. Yo prefiero a las locas y las putas que la doble moral del cínico con cara de ángel cocainómano. Yo prefiero aquella de la infección vaginal y la tristeza embarrada en el cuello. Yo prefiero al homosexual de closet que ama con pasión, y las lesbianas cristianas que se rasuran las axilas para encajar socialmente en la bella estética de portería, de revista “Teen Sport”, Sport Spice, Pepsi y futbol. Latinismos a la Salma Hayek y relojería armamentista.

Prefiero movimientos involuntarios y errores. Perder la conciencia para saber que se ha perdido todo, que solo quedan las buenas noticias debajo de la bata de un hospital, con el culo al aire y los tubos controlando tu cuerpo. Viajar no me sirve de nada si no huyo de los fantasmas, si revivo miradas de comadrejas y camaradas que piensan que el arte, la poesía y el comunismo salvarán de alguna manera y desde su liderazgo al mundo; y sobre todo, que todo debe ser como ellos crean que sea.

****: se dice “natzi” no “nasi”. Los alemanes y franceses son sensuales al hablar español. Pronunciando la “r” como un bello gargajo. Escupitajo en retretes de ideología escatológica. Jedis con obesidad exógena frenan el movimiento cerebral. Cefaleas de obscuridad y lipotimias que me recuerdan rasguños antiguos. Cicatrices de épocas salvajes.

Marchas de vaginas violentadas, liberadas y repletas de castigos divinos. Y tú, tú apenas eres un recuerdo forzoso. Una brisa con leve olor a meados. A triste esperanza de poeta maldito, que los reblogs de una página le recuerdan el pesar. Diálogos žižekianos preparados para impresionar hipsters. Lo posmoderno de un Manchester tercermundista y la bicicleta como justificación, como disfraz del ñoño, de aquel que sabe pero que igual es un loco con miedo y visiones conspiranoicas; con tanta incapacidad, con tanta tristeza y miedo a morir como cualquier otro animal.

Goffman se quedó corto, jamás miró Marimar; jamás tuvo perfil en Facebook, blog, ni presentó a Lady Gaga en los MTV. Vestidos de carne, así se describe el género humano: todos somos un artista pop. Preguntas perfectas para congresos de embaucadores, de gitanos sociales. De adivinos de tres pesos con beca del FONCA.

¿Enserio a los 30 años y dándote cuenta de la doble moral mexicana, renegando con cicatrices en las muñecas? ¿Cómo no me di cuenta antes de que lo que buscaba no estaba en este teatro? Cuanta pérdida de tiempo, cuánto desperdicié con sofistas y feministas que reúnen redes pro-ana en la clandestinidad de la diarrea polifacética y políticamente correcta.

Una de esas florecitas que creía solo crecían en mi pueblo, me cansas pequeña. Prefiero las sonrisas tachadas y los ojos cansados del escritor que juega billar. Poco tiene sentido y poco hay que hacer. He perdido el deseo de convivir con esta sociedad más no las ganas de estar vivo.
(bad) trip | 2012 | guadalajara | 313
M Suárez  Nov 2016
Diario
M Suárez Nov 2016
¿Por qué siento mi corazón en llamas desde anoche? Hasta físicamente lo siento. Un ardor como cuando te cortas entre los dedos con una hoja de papel. Como cuando sientes que la piel se desgarra al caer.
He pensado más en la muerte estos días. Estando en el techo de Camilo, mientras salimos a ver la luna, no pude evitar pensar si la caída me mataría o solo me dejaría parapléjica. Son solo cinco pisos. En el metro he tenido los mismos pensamientos. Me asomo a ver si se acerca el tren y pienso en qué pasaría si finjo que me tropiezo, ¿qué pasaría si me dejo caer a las vías?
Otras veces solo quiero desaparecer. He pensado en irme sin decir nada. Sin ropa y sin avisar. El otro día fantaseaba con estar en mi lugar favorito de Playa del Carmen. Una banca que estaba en la primera planta de la salita de espera del muelle hace unos años. Cuando aún era una palapa y todo era de madera. Hace tanto que no voy. La última vez recuerdo que sólo la vi por fuera y está tan cambiada. Y me arrepentí de no haberme muerto allí, cuando aún me era mágico. E imaginé que tomaba muchas pastillas, me dirigía allí con un libro en la mano (García o Storni, cambiaba constantemente). Y me sentaba, leía un párrafo o dos. Sentía como mi cuerpo se adormecía. Dejaba el libro de lado y tomaba una última postal con los ojos de lo bello que es el mar. Cerraba los ojos. Desde que leí las distintas versiones de cómo murió Alfonsina, la del mar es mi favorita. Pero mi mayor miedo es morir ahogada, así que no fantaseo mucho sobre eso. Porque soy lo suficientemente cobarde como para no hacerme daño. Porque si muero quiero que sea rápido.
No lo haré ahora. Y no porque aún tenga pendientes. En realidad no los tengo. Sino porque aún me da miedo. Me da miedo qué sigue y aún creo en el castigo divino. Mi mayor miedo es el dolor que se debe sentir cuando uno muere. Como muchos suicidas han sido exitosos en sus ganas de morir, no pueden decirnos qué se siente. Ciertamente los muertos no hablan ni escriben historias. Me he preguntado si es como en las películas, si sientes que el alma se sale de tu cuerpo. Tengo la idea de que sí. Definitivamente creo en el alma, si no, no tendría miedo del castigo divino. Pero cuando mi alma se separe de mi cuerpo, presiento que sentiré vacío. Y odio sentir vacío.
Hay una mosca en mi habitación. Son tan sensibles esos insectos. Nunca he sabido si nos huelen o cómo detectan el olor de los animales muertos.
Quizá ya huelo a eso.
NINI Jan 2015
tengo miedo de escribir
a veces yo tambien
tengo miedo
de un papel vacío
de esta manera todo parece claro
no sé expresarme
este sentimiento de un náufrago
tengo miedo de estar perdido
demasiado

hay estas dudas
tantas dudas como horas
tengo miedo de hacer lo errado?
pero tengo que
eligir, eligir entre dos
los ángeles y demonios
luchan, de formas crueles
los demonios y ángeles
entonces no quieren.. mi paz?

en un papel vacío
de repente todo parece claro
no sé expresarme
y me doy cuenta de que es el tiempo
del deseo de certeza
porque no puede vivir en miedo
escuchando a las peleas interminables
debido al blanco y *****
no más puedo vivir
*mi español no es perfecto
¡Oh corvas almas, oh facinorosos
espíritus furiosos!
¡Oh varios pensamientos insolentes,
deseos delincuentes,
cargados sí, mas nunca satisfechos;
alguna vez cansados,
ninguna arrepentidos,
en la copia crecidos,
y en la necesidad desesperados!
De vuestra vanidad, de vuestro vuelo,
¿qué abismo está ignorado?
Todos los senos que la tierra calla,
las llanuras que borra el Oceano
y los retiramientos de la noche,
de que no ha dado el sol noticia al día,
los sabe la codicia del tirano.
Ni horror, ni religión, ni piedad, juntos,
defienden de los vivos los difuntos.
A las cenizas y a los huesos llega,
palpando miedos, la avaricia ciega.
Ni la pluma a las aves,
ni la garra a las fieras,
ni en los golfos del mar, ni en las riberas
el callado nadar del pez de plata,
les puede defender del apetito;
y el orbe, que infinito
a la navegación nos parecía,
es ya corto distrito
para las diligencias de la gula,
pues de esotros sentidos acumula
el vasallaje, y ella se levanta
con cuanto patrimonio
tienen, y los confunde en la garganta.
Y antes que las desórdenes del vientre
satisfagan sus ímpetus violentos,
yermos han de quedar los elementos,
para que el orbe en sus angustias entre.
Tú, Clito, entretenida, mas no llena,
honesta vida gastarás contigo;
que no teme la invidia por testigo,
con pobreza decente, fácil cena.
Más flaco estará, ¡oh Clito!,
pero estará más sano,
el cuerpo desmayado que el ahíto;
y en la escuela divina,
el ayuno se llama medicina,
y esotro, enfermedad, culpa y delito.
El hombre, de las piedras descendiente
(¡dura generación, duro linaje!),
osó vestir las plumas;
osó tratar, ardiente,
las líquidas veredas; hizo ultraje
al gobierno de Eolo;
desvaneció su presunción Apolo,
y en teatro de espumas,
su vuelo desatado,
yace el nombre y el cuerpo justiciado,
y navegan sus plumas.
Tal has de padecer, Clito, si subes
a competir lugares con las nubes.
De metal fue el primero
que al mar hizo guadaña de la muerte:
con tres cercos de acero
el corazón humano desmentía.
Éste, con velas cóncavas, con remos,
(¡oh muerte!, ¡oh mercancía!),
unió climas extremos;
y rotos de la tierra
los sagrados confines,
nos enseñó, con máquinas tan fieras,
a juntar las riberas;
y de un leño, que el céfiro se sorbe,
fabricó pasadizo a todo el orbe,
adiestrando el error de su camino
en las señas que hace, enamorada,
la piedra imán al Norte,
de quien, amante, quiere ser consorte,
sin advertir que, cuando ve la estrella,
desvarían los éxtasis en ella.
Clito, desde la orilla
navega con la vista el Oceano:
óyele ronco, atiéndele tirano,
y no dejes la choza por la quilla;
pues son las almas que respira Tracia
y las iras del Noto,
muerte en el Ponto, música en el soto.
Profanó la razón, y disfamóla,
mecánica codicia diligente,
pues al robo de Oriente destinada,
y al despojo precioso de Occidente,
la vela desatada,
el remo sacudido,
de más riesgos que ondas impelido,
de Aquilón enojado,
siempre de invierno y noche acompañado,
del mar impetüoso
(que tal vez justifica el codicioso)
padeció la violencia,
lamentó la inclemencia,
y por fuerza piadoso,
a cuantos votos dedicaba a gritos,
previno en la bonanza
otros tantos delitos,
con la esperanza contra la esperanza.
Éste, al sol y a la luna,
que imperio dan, y templo, a la Fortuna,
examinando rumbos y concetos,
por saber los secretos
de la primera madre
que nos sustenta y cría,
de ella hizo miserable anatomía.
Despedazóla el pecho,
rompióle las entrañas,
desangróle las venas
que de estimado horror estaban llenas;
los claustros de la muerte,
duro, solicitó con hierro fuerte.
¿Y espantará que tiemble algunas veces,
siendo madre y robada
del parto, a cuanto vive, preferido?
No des la culpa al viento detenido,
ni al mar por proceloso:
de ti tiembla tu madre, codicioso.
Juntas grande tesoro,
y en Potosí y en Lima
ganas jornal al cerro y a la sima.
Sacas al sueño, a la quietud, desvelo;
a la maldad, consuelo;
disculpa, a la traición; premio, a la culpa;
facilidad, al odio y la venganza,
y, en pálido color, verde esperanza,
y, debajo de llave,
pretendes, acuñados,
cerrar los dioses y guardar los hados,
siendo el oro tirano de buen nombre,
que siempre llega con la muerte al hombre;
mas nunca, si se advierte,
se llega con el hombre hasta la muerte.
Sembraste, ¡oh tú, opulento!, por los vasos,
con desvelos de la arte,
desprecios del metal rico, no escasos;
y en discordes balanzas,
la materia vencida,
vanamente podrás después preciarte
que induciste en la sed dos destemplanzas,
donde tercera, aún hoy, delicia alcanzas.
Y a la Naturaleza, pervertida
con las del tiempo intrépidas mudanzas,
transfiriendo al licor en el estío
prisión de invierno frío,
al brindis luego el apetito necio
del murrino y cristal creció ansí el precio:
que fue pompa y grandeza
disipar los tesoros
por cosa, ¡oh vicio ciego!,
que pudiese perderse toda, y luego.
Tú, Clito, en bien compuesta
pobreza, en paz honesta,
cuanto menos tuvieres,
desarmarás la mano a los placeres,
la malicia a la invidia,
a la vida el cuidado,
a la hermosura lazos,
a la muerte embarazos,
y en los trances postreros,
solicitud de amigos y herederos.
Deja en vida los bienes,
que te tienen, y juzgas que los tienes.
Y las últimas horas
serán en ti forzosas, no molestas,
y al dar la cuenta excusarás respuestas.
Fabrica el ambicioso
ya edificio, olvidado
del poder de los días;
y el palacio, crecido,
no quiere darse, no, por entendido
del paso de la edad sorda y ligera,
que, fugitiva, calla,
y en silencio mordaz, mal advertido,
digiere la muralla,
los alcázares lima,
y la vida del mundo, poco a poco,
o la enferma o lastima.
Los montes invencibles,
que la Naturaleza
eminentes crió para sí sola
(paréntesis de reinos y de imperios),
al hombre inaccesibles,
embarazando el suelo
con el horror de puntas desiguales,
que se oponen, erizo bronco, al cielo,
después que les sacó de sus entrañas
la avaricia, mostrándola a la tierra,
mentida en el color de los metales,
cruda y preciosa guerra,
osó la vanidad cortar sus cimas
y, desde las cervices,
hender a los peñascos las raíces;
y erudito ya el hierro,
porque el hombre acompañe
con magnífico adorno sus insultos,
los duros cerros adelgaza en bultos;
y viven los collados
en atrios y en alcázares cerrados,
que apenas los cubría
el campo eterno que camina el día.
Desarmaron la orilla,
desabrigaron valles y llanuras
y borraron del mar las señas duras;
y los que en pie estuvieron,
y eminentes rompieron
la fuerza de los golfos insolentes,
y fueron objeción, yertos y fríos,
de los atrevimientos de los ríos,
agora navegados,
escollos y collados,
los vemos en los pórticos sombríos,
mintiendo fuerzas y doblando pechos,
aun promontorios sustentar los techos.
Y el rústico linaje,
que fue de piedra dura,
vuelve otra vez viviente en escultura.
Tú, Clito, pues le debes
a la tierra ese vaso de tu vida,
en tan poca ceniza detenida,
y en cárceles tan frágiles y breves
hospedas alma eterna,
no presumas, ¡oh Clito!, oh, no presumas
que la del alma casa, tan moderna
y de tierra caduca,
viva mayor posada que ella vive,
pues que en horror la hospeda y la recibe.
No sirve lo que sobra,
y es grande acusación la grande obra;
sepultura imagina el aposento,
y el alto alcázar vano monumento.
Hoy al mundo fatiga,
hambrienta y con ojos desvelados,
la enfermedad antiga
que a todos los pecados
adelantó en el cielo su malicia,
en la parte mejor de su milicia.
Invidia, sin color y sin consuelo,
mancha primera que borró la vida
a la inocencia humana,
de la quietud y la verdad tirana;
furor envejecido,
del bien ajeno, por su mal, nacido;
veneno de los siglos, si se advierte,
y miserable causa de la muerte.
Este furor eterno,
con afrenta del sol, pobló el infierno,
y debe a sus intentos ciegos, vanos,
la desesperación sus ciudadanos.
Ésta previno, avara,
al hombre las espinas en la tierra,
y el pan, que le mantiene en esta guerra,
con sudor de sus manos y su cara.
Fue motín porfiado
en la progenie de Abraham eterna,
contra el padre del pueblo endurecido,
que dio por ellos el postrer gemido.
La invidia no combate
los muros de la tierra y mortal vida,
si bien la salud propria combatida
deja también; sólo pretende palma
de batir los alcázares de l'alma;
y antes que las entrañas
sientan su artillería,
aprisiona el discurso, si porfía.
Las distantes llanuras de la tierra
a dos hermanos fueron
angosto espacio para mucha guerra.
Y al que Naturaleza
hizo primero, pretendió por dolo
que la invidia mortal le hiciese solo.
Tú, Clito, doctrinado
del escarmiento amigo,
obediente a los doctos desengaños,
contarás tantas vidas como años;
y acertará mejor tu fantasía
si conoces que naces cada día.
Invidia los trabajos, no la gloria;
que ellos corrigen, y ella desvanece,
y no serás horror para la Historia,
que con sucesos de los reyes crece.
De los ajenos bienes
ten piedad, y temor de los que tienes;
goza la buena dicha con sospecha,
trata desconfiado la ventura,
y póstrate en la altura.
Y a las calamidades
invidia la humildad y las verdades,
y advierte que tal vez se justifica
la invidia en los mortales,
y sabe hacer un bien en tantos males:
culpa y castigo que tras sí se viene,
pues que consume al proprio que la tiene.
La grandeza invidiada,
la riqueza molesta y espiada,
el polvo cortesano,
el poder soberano,
asistido de penas y de enojos,
siempre tienen quejosos a los ojos,
amedrentado el sueño,
la consciencia con ceño,
la verdad acusada,
la mentira asistente,
miedo en la soledad, miedo en la gente,
la vida peligrosa,
la muerte apresurada y belicosa.
¡Cuán raros han bajado los tiranos,
delgadas sombras, a los reinos vanos
del silencio severo,
con muerte seca y con el cuerpo entero!
Y vio el yerno de Ceres
pocas veces llegar, hartos de vida,
los reyes sin veneno o sin herida.
Sábenlo bien aquellos
que de joyas y oro
ciñen medroso cerco a los cabellos.
Su dolencia mortal es su tesoro;
su pompa y su cuidado, sus legiones.
Y el que en la variedad de las naciones
se agrada más, y crece
los ambiciosos títulos profanos,
es, cuanto más se precia de monarca,
más ilustre desprecio de la Parca.
El africano duro
que en los Alpes vencer pudo el invierno,
y a la Naturaleza
de su alcázar mayor la fortaleza;
de quien, por darle paso al señorío,
la mitad de la vista cobró el frío,
en Canas, el furor de sus soldados,
con la sangre de venas consulares,
calentó los sembrados,
fue susto del imperio,
hízole ver la cara al captiverio,
dio noticia del miedo su osadía
a tanta presunción de monarquía.
Y peregrino, desterrado y preso
poco después por desdeñoso hado,
militó contra sí desesperado.
Y vengador de muertes y vitorias,
y no invidioso menos de sus glorias,
un anillo piadoso,
sin golpe ni herida,
más temor quitó en Roma que en él vida.
Y ya, en urna ignorada,
tan grande capitán y tanto miedo
peso serán apenas para un dedo.
Mario nos enseñó que los trofeos
llevan a las prisiones,
y que el triunfo que ordena la Fortuna,
tiene en Minturnas cerca la laguna.
Y si te acercas más a nuestros días,
¡oh Clito!, en las historias
verás, donde con sangre las memorias
no estuvieren borradas,
que de horrores manchadas
vidas tantas están esclarecidas,
que leerás más escándalos que vidas.
Id, pues, grandes señores,
a ser rumor del mundo;
y comprando la guerra,
fatigad la paciencia de la tierra,
provocad la impaciencia de los mares
con desatinos nuevos,
sólo por emular locos mancebos;
y a costa de prolija desventura,
será la aclamación de su locura.
Clito, quien no pretende levantarse
puede arrastrar, mas no precipitarse.
El bajel que navega
orilla, ni peligra ni se anega.
Cuando Jove se enoja soberano,
más cerca tiene el monte que no el llano,
y la encina en la cumbre
teme lo que desprecia la legumbre.
Lección te son las hojas,
y maestros las peñas.
Avergüénzate, ¡oh Clito!,
con alma racional y entendimiento,
que te pueda en España
llamar rudo discípulo una caña;
pues si no te moderas,
será de tus costumbres, a su modo,
verde reprehensión el campo todo.
«¿Hacia dónde?» dicen todos,
«Otra vez a España?»
                                -«Al centro,
A conquistar nuevas tierras,
Listo el brazo y firme el pecho.
Río arriba, que hay un río
Que vendrá desde muy lejos.
Habrá en sus orillas oro;
Riquezas habrá en su extremo.
Ese río es el camino,
Ante nosotros abierto,
Para la fortuna. ¡Vamos,
Los que no sepáis de miedo!»

«¿Miedo? Nadie lo conoce».
Todos a una dijeron.

Y en ir y venir constante
Es grande alborozo el puerto
De Santa Marta ese día
De Abril de mil y quinientos
Treinta y seis de nuestra Era.
El Licenciado en Derecho
Don Gonzalo de Jiménez
De Quesada, airoso, erecto,
En el casco blancas plumas
Que agita el marino viento;
Con la luciente coraza
Guarnecido el noble pecho,
Y el pendón de Carlos Quinto
En la diestra mano irguiendo,
Ve ante él desfilar su tropa:
Sus hombres son ochocientos;
Y ochenta y cinco jinetes,
Y aborígenes flecheros.

Fray Domingo de Las Casas,
En el aire mañanero
Alza la mano y bendice,
Pidiendo el favor del Cielo.

Todos inclinan la frente,
Y en fila siguen al puerto.
Las lonas y cabrestantes
Aprestan los marineros,
Y cabecean los barcos
En el mar, diáfano espejo.

En carabelas van unos
Y en bergantines ligeros;
Otros partirán por tierra:
Todos de ánimo resuelto.

-«¡Adiós!» -
«¡Adiós!»...
                                    Tras fatigas
Unos, contra el mar violento
Luchando, y sus bergantines
Por ciclones, rotos viendo;
Y los otros, que en el bosque
Van despejando sendero,
En Malambo, sobre el río,
Se unen al fin. Desaliento
Profundo embarga sus almas,
Y en airada voz dijeron:

-«¿Avanzar? ¡Es imposible!
Para el mar nos volveremos».

Don Gonzalo pensativo,
Ante ese gran desconsuelo,
Le dice al Padre Las Casas,
Ante el peligro, sereno:
«Como voz terrena falla,
Habladles con voz de cielo».

En el arenal del río
Que desciende amarillento
Sobre tabla que se apoya
En recién cortados leños,
Un crucifijo se yergue,
Un cáliz y un Evangelio;
Y terminada la misa
Entre alboroto del viento
Y entre el rumor de la selva,
Dice el fraile:

                      «Llegó el tiempo
De que a los reinos de Cristo
Unamos un nuevo reino»

Y se vio trocado en gozo
Entonces el desaliento


¡Río arriba!... Unos por agua,
Otros por tierra. Al estrépito
De las voces de «¡¡Adelante!!»
Se unió el rimbombo del trueno.
Fúlgidos rayos cruzaron
El espacio ceniciento.
Borrose el sol. De las fieras,
Por entre el follaje espeso,
Llegaban roncos rugidos;
Y torrencial aguacero
Cayó de pronto. La oril la
Fue entonces pantano inmenso.
Unos subían el río;
Otros, bajo árboles, quietos;
Y la tormenta seguía
Los árboles sacudiendo.
Eran torrentes los caños,
Y entre ese fragor siniestro
Sobre las carnes de todos
Caían nubes de insectos,
Arañas, negras avispas,
Jején y tábanos fieros,
Que en encendidas ampollas
Les convertían el cuerpo.

Amarrados a los troncos
Se columbraban muy lejos
Los barcos. Y los infantes
De los raudales huyendo,
Sobre horcones cavilaban,
Mirando inundado el suelo,
Cómo esa noche podrían
El cuerpo entregar al sueño.
Charco enorme era la tierra;
Seguía el río creciendo
Y en los gajos de los árboles
Eran los aventureros
De ese día -y que muy pronto
De un mundo serían dueños-
Pájaros que disputaban
A los pájaros sus lechos.

De vez en cuando caía,
Con rudo golpe, uno al suelo:
De los audaces «chimilas»
Bajo el venablo certero.

«¿Hacia donde?» -preguntaban,
Y Quesada, duro el ceño,
A caballo respondía:
«Río arriba, que esto es nuéstro»

Y el pendón de Carlos Quinto
Erguía entre el aguacero.

Cerca un tigre. De otro tigre
El rugir se oía lejos.

Un alto al fin. En «Barranca
Bermeja»... Entre el desaliento
Estalla el tumulto, y todos
Piden hacia el mar regreso.
-«¿Para qué bellos pasajes
En desamparo y enfermos?»
Así decían. Quesada
Sin vacilar en su empeño.

Por el Opón, dos canoas
Envía Quesada. El cielo
Es viva paleta. El ánimo
Volver parece a sus pechos.
Se alza la luna. Vihuelas
Y voces forman concento:
La primera serenata
Bajo centenarios cedros
A la orilla del gran río
Que desciende soñoliento,
Llevando en sus aguas, troncos
Vivos: los saurios; y muertos
Troncos, que arrancó en la playa
La corriente con estrépito.

En tanto, Quesada sueña;
Soñando está, mas despierto.
Piensa en rejas andaluzas
Y en algunos ojos negros;
Y como es poeta, entonces
Fulge en su memoria un verso,
-¿Quién un verso no recuerda
En sus noches de desvelo,
Un verso que muchas veces
Es lágrima de otro tiempo?-
Y evocando a Santillana
Ya su «Vaqueira», un ensueño
Radioso se alza en su mente,
Visión de gloria: otro reino
Para España, que en el mundo
Habrá de extender su imperio.
«España y amor», murmura,
Y a sus ojos baja el sueño.

Y regresan las canoas:
Traen sal y  traen lienzos;
Y todos alborazados,
Delante de un mundo nuevo
Surcan del Opón las aguas,
De la gloria aventureros;
Y a las serranías suben:
Sementeras, chozas, huertos,
Cielo distinto, otros campos,
Vegas  y valles y cerros,
En donde sopla en el día
Y en las noches aire fresco
Y después, la gran llanura
Que se abre a sus ojos, lejos:
Nuevo día. Bella aurora;
Azul y radiante el cielo,
Y entre silbido de flechas,
Al frente los macheteros.
Troncos iban derribando
Que tendían en deshechos
Raudales, cual recios puentes
De infantes y caballeros,
Mientras serpientes enormes
Entre el matorral espeso
Deslizábanse, y arteras
Dejaban mortal veneno
En las carnes de esos bravos
Postrados por hambre y sueño.
Unos caían. Los otros
Marchaban, camino abriendo
Entre trabas de bejucos
Y árboles corpulentos.

Para comida, raices,
Y hojas y barro, por lecho.
Saltaba un tigre de pronto
Entre la noche, uno menos.

Otro día. Azul y gualda
Y rojo. Horizonte espléndido.
Cada rama era una libre
Jaula a las aves del cielo.
Brilla la esperanza. Entonces
Temblando de fiebre, regios
Palacios, veían, oro
Y más oro entre sus sueños
De sobresalto en la selva;
Pero de repente el trueno
Retumbaba en el espacio
Y y volvía el desaliento...
Y luego... a buscar raíces,
Entre tupidos helechos ,
Donde arañas y serpientes
Acechaban en silencio

Tarde radiante del trópico...
Rojos celajes. En vuelo
Perezoso van las garzas
Por los dormidos esteros;
En la orilla esperan otras
A los peces, vivo argento
Las escamas, que en los picos
Un instante brillan luego,
En tanto que albas corolas
Mueve el aura sobre el cieno.
En la playa, centenares
De saurios se mueven lentos
Grandes bandadas de pájaros,
Azules, verdes y negros
Pasan ¡La tarde del trópico!
El sol es un rojo incendio...
«El valle de los alcázares»,
Como en un deslumbramiento.

Tan sólo ciento sesenta
Han llegado. Setecientos
Marcaron con sus cadáveres
El recorrido sendero.

Y aquellos desconocidos,
Terrones de gleba; aquellos
Que de humildes heredades
A heroica aventura fueron,
No pensaron quizá entonces,
De sólo harapos cubiertos,
Pordioseros de la gloria,
Mientras Quesada su acero
Alzaba en tierras del Zipa,
Que el suelo hollado por ellos
Iba, cual florón de España,
A ensanchar el universo.

— The End —