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Leydis Oct 2017
Te acepto el reto,
en la vía del deseo
combatiremos este duelo,
que quiere por ultimo defender
este deseo de besarte,
esta locura en querer tenerte,
con pura pasión doblegarte,
con ternura al mirarte
mis labios llenos de versos
que en tu boca quieren realizarse.

Te acepto el duelo
vengo bien armada,
peleare hasta que salga la última bala,
y te rindas antes mis ganas de seducirte,
y
de amarte hasta que el cielo y el infierno hagan las paces.

Ven, que allí..en la vía del deseo
pactaremos el más dulce de los convenios,
donde por siempre viviremos
saciando nuestras ganas
y amándonos hasta que encontremos un nuevo cielo.

LeydisProse
10/201/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Natalia Rivera Oct 2015
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Era difícil no ceder a sus tentaciones
En el pueblo decían que era ella
La dama de noche, vicio de los hombres.
Pero yo quería probarla, ocupar un lugar
Entre sus risos desordenados.
Le pedí una noche, solo una.
Ella divertida acepto y la seguí hipnotizada
Al llegar a la recamara se despojó de su vestido
Permitiéndome ver lo blanco de su piel
Se acercó a mí y sin preámbulos me plantó un beso.
Sutiles sus labios, deliciosos.
Una caricia por la espalda, otra en las caderas
Me quita el suéter y la falda.
Sentía sus dedos explorar la humedad
Entre mis piernas, haciendo a un lado el vello.
Su lengua recorría mis senos y su mirada
Estaba fija en mí, se mordía los labios
Me gemía suavemente al oído.
La sentía dentro de mí
Haciendo movimientos lentos
-No te resistas, déjame mostrarte…
Y como quien obedece sin preguntar
Deje que una ola de placer inundara mi cuerpo
Haciendo la habitación pequeña, silenciando todo.
No sé si había pasado una o tres horas
Pero yo yacía desnuda, empapada en sudor
La habitación olía extraño me incorporo
Para encontrarla sentada en la ventana
Aun desnuda fumándose un cigarro.
Al verme sonríe y me ofrece un trago
Era una diosa tallada por la vida.
Un último beso fue plasmado antes de marcharse
Y de eso ha pasado seis años.
Yo no solía rezar
Hasta que la conocí.
Me he topado con ella varias veces
Como viento que mueve hojas
En las noches que el cielo este despejado
Le suelo gritar al viento
Oh María, sin pecado concebida
Tráemela una noche, solo una.
They tell us of places and theories
speak of the radicalness of our flesh
say that we must take responsibility of ourselves
as they sit behind their hard earned desks

they speak of their authority
and empowerment through words to the point that I wish to acquire such audacity

isn't that what our liberation is all about?
Recreating patterns of oppression
reach elitist capacities
sound … well structured and become one of the prodigies they can throw in their collection of so called advancement

I no longer seek validation of my processes through your bureaucratic systems
my knowledge does not emanate from intellectually justified sources but from las historias passed down to me by my fore-mothers

keep your favors, sympathy and unreasonable accommodations

yes, I will move on
but con un nuevo entendimiento:
de que ustedes no dictan las bases del feminismo
ni la capacidad de mi criterio

resisto sus juicios
y no acepto sus terminos
no firmo
por que mi educacion
no tiene fecha de expiracion
ni es un producto o contrato
al mejor postor.
Pablo Paredes Jan 2015
La víspera de un nuevo despertar
se nubla en neblina de adicción,
mi garganta se seca de tanto cantar
y a mi voz le hace falta una musa.

Por latir y perseguir a la quimera de ilusión
que me hace perder la razón,
Cansado mi bohemio corazón está.

En un trago amargo
se ahoga el llanto de lagrimas disecadas;
mientras tanto sus besos embargo
con las palabras de un enamorado trovador

Soy el loco bohemio, no se a donde voy
y acepto que no me importa,
pero aún en las veredas de húmedos desiertos
mi alma yo le doy.

No son los primeros versos que te escribo,
los últimos espero tampoco.
Mil palabras de vino tinto este poeta escribe
a la vena de fábula
Esperando algún día,
el mito clandestino se vuelva realidad.
Andrés, aunque te quitas la boina cuando paso
y me llamas «señor», distanciándote un poco.
reprobándome -veo- que no lleve corbata,
que trate falsamente de ser un tú cualquiera,
que cambie los papeles -tú por tú, tú barato-,
que no sea el que exiges -el amo respetable
que te descansaría-,
y me tiendes tu mano floja, rara, asusta
como un triste estropajo de esclavo milenario,
no somos dos extraños.
Tus penas yo las sufro. Mas no puedo aliviarte
de las tuyas dictando qué es lo justo y lo injusto.

No sé si tienes hijos.
No conozco tu casa, ni tus intimidades.
Te he visto en mis talleres, día a día, durando,
y nunca he distinguido si estabas triste, alegre,
cansado, indiferente, nostálgico o borracho.
Tampoco tú sabías cómo andaban mis nervios,
ni que escribía versos -siempre me ha avergonzado-,
ni que yo y tú, directos,
podíamos tocarnos, sin más ni más, ni menos,
cordialmente furiosos, estrictamente amargos,
anónimos, fallidos, descontentos a secas,
mas pese a todo unidos como trabajadores.

Estábamos unidos por la común tarea,
por quehaceres viriles, por cierto ser conjunto,
por labores sin duda poco sentimentales
-cumplir este pedido con tal costo a tal fecha;
arreglar como sea esta máquina hoy mismo-
y nunca nos hablamos de las cóleras frías,
de los milagros machos,
de cómo estos esfuerzos serán nuestra sustancia,
y el sueldo y la familia, cosas vanas, remotas,
accesorias, gratuitas, sin último sentido.
Nunca como el trabajo por sí y en sí sagrado
o sólo necesario.

Andrés, tú lo comprendes. Andrés, tú eres un vasco.
Contigo sí que puedo tratar de lo que importa,
de materias primeras,
resistencias opacas, cegueras sustanciales,
ofrecidas a manos que sabían tocarlas,
apreciarlas, pesarlas, valorarlas, herirlas,
orgullosas, fabriles, materiales, curiosas.
Tengo un título bello que tú entiendes: Madera,
Pino rojo de Suecia y Haya brava de Hungría,
Samanguilas y Okolas venidas de Guinea,
Robles de Slavonía y Abetos del Mar Blanco,
Pinoteas de Tampa, Mobile o Pensacola.

Maderas, las maderas humildemente nobles,
lentamente crecidas, cargadas de pasado,
nutridas de secretos terrenos y paciencia,
de primaveras justas, de duración callada,
de savias sustanciadas, felizmente ascendentes.
Maderas, las maderas buenas, limpias, sumisas,
y el olor que expandían,
y el gesto, el nudo, el vicio personal que tenían
a veces ciertas rollas,
la influencia escondida de ciertas tempestades,
de haber crecido en esta, bien en otra ladera,
de haber sorbido vagas corrientes aturdidas.

Hay gentes que trabajan el hierro y el cemento;
las hay dadas a espartos, o a conservas, o a granos,
o a lanas, o a anilinas, o a vinos, o a carbones;
las hay que sólo charlan y ponen telegramas
mas sirven a su modo;
las hay que entienden mucho de amiantos o de grasas,
de prensas, celulosas, electrodos, nitratos; 
las hay, como nosotros, dadas a la  madera,
unidas por las sierras, los tupis, las machihembras,
las herramientas fieras del héroe prometeico
que entre otras nos concretan
la tarea del hombre con dos manos, diez dedos.

Tales son los oficios. Tales son las materias.
Tal la forma de asalto del amor de la nuestra,
la tuya, Andrés, la mía.
Tal la oscura tarea que impone el ser un hombre.
Tal la humildad que siento. Tal el peso que acepto.
Tales los atrevidos esfuerzos contra un mundo
que quisiera seguirse sin pena y sin cambio,
pacífico y materno,
remotamente manso, durmiendo en su materia.
Tales, tercos, rebeldes, nosotros, con dos manos,
transformándolo, fieros, construimos un mundo
contra naturaleza, gloriosamente humano.

Tales son los oficios. Tales son las materias.
Tales son las dos manos del hombre, no ente abstracto.
Tales son las humildes tareas que precisan
la empresa prometeica.
Tales son los trabajos comunes y distintos;
tales son los orgullos, las rabias insistentes,
los silencios mortales, los pecados secretos,
los sarcasmos, las llamas, los cansancios, las lluvias;
tales las resistencias no mentales que, brutas,
obligan a los hombres a no explicar lo que hacen;
tales sus peculiares maneras de no hablarse
y unirse, sin embargo.

Mira, Andrés, a los hombres con sus manos capaces,
con manos que construyen armarios y dínamos,
y versos y zapatos;
con manos que manejan furiosas herramientas,
fabrican, eficaces, tejidos, radios, casas,
y otras veces se quedan inmóviles y abiertas
sobre ese blanco absorto de una cuartilla muerta.
Manos raras, humanas;
manos de constructores, manos de amantes fieles
hechas a la medida de un seno acariciado;
manos desorientadas que el sufrimiento mueve
a estrechar fuertemente, buscando la una en la otra.

Están así los hombres
con sus manos fabriles o bien sólo dolientes,
con manos que a la postre no sé para qué sirven.
Están así los hombres vestidos, con bolsillos
para el púdico espanto de esas manos desnudas
que se miran a solas, sintiéndolas extrañas.
Están así los hombres y, en sus ojos, cambiadas,
las cosas de muy dentro con las cosas de fuera,
y el tranvía, y las nubes, y un instinto -un hallazgo-,
todo junto, cualquiera,
todo único y sencillo, y efímero, importante,
como esas cien nonadas que pasan o no pasan.

Mira, Andrés, a los hombres, ya sentados, ya andando,
tan raros si nos miran seriamente callados,
tan raros si caminan, trabajan o se matan,
tan raros si nos odian, tan raros si perdonan
el daño inevitable,
tan raros que si ríen nos enseñan los dientes,
tan raros que si piensan se doblan de ironía.
Mira, Andrés, a estos hombres.
Míralos. Yo te miro. Mírame si es que aguantas.
Dime que no vale la pena de que hablemos,
dime cuánto silencio formó tu ser obrero,
qué inútilmente escribo, qué mal gusto despliego.

Mira, Andrés, cómo estamos unidos pese a todo,
cómo estamos estando, qué ciegamente amamos.
Aunque ya las palabras no nos sirven de nada,
aunque nuestras fatigas no puedan explicarse
y se tuerzan las bocas si tratamos de hablarnos,
aunque desesperados,
bien sea por inercia, terquedad o cansancio,
metafísica rabia, locura de existentes
que nunca se resignan, seguimos trabajando,
cavando en el silencio,
hay algo que conmueve y entiendes sin ideas
si de pronto te estrecho febrilmente la mano.
La mano, Andrés. Tu mano, medida de la mía.
Adrián Poveda Sep 2015
Llevo pensando mucho en la naturalidad de cada momento, lanzo voces cruzadas y al mismo tiempo escucho las tuyas algo diferentes.

El “5-C” y el último piso del ascensor, una película retro, el fin de semana en mi casa y el color de nuestros sentimientos.  Momentos más tensos de otro color, errores y remedios, tiempo para meditar cambiar el contraste y continuar.

Yo no te conocía, yo no podía escucharte cantar, yo no sabía que duermes antes de las 10, del azul o que a veces despiertas de madrugada.

Después de todo yo quería un misterio no resuelto, que no se disuelva en el viento, yo quería que te falten algunos tornillos y que me estrelles en historias que no podamos contar.

Y aunque voy cayendo en no saber que espera  esta historia, ni a las otras que nos rodean aún no acepto toda la cordura y tampoco ella me ha aceptado a mí; porque voy soñando que te conozco. ¿Y acaso te conozco?  Nunca te vi tan cerca de mí.
Copyright © 2015 Adrián Poveda All Rights Reserved
Febronia Ventura Apr 2016
no
no quiero este dolor
se lo regalo a quien lo quiera

no
la vida deja de ser bella
me quiebra tu partida

recién hablé contigo
tu voz era apagada
pero hablaste de fe y esperanza

no
no acepto esto
mi mente lo rechaza

recuerdos
es necesario rezar
pero siento ansiedad

como lo haré?
no volveré a verte
escucharte hablar

no
parece un mal sueno
perdí a mi hermano

obituario con tu nombre
es imposible no llorar
- aunque lo intente

te amo, amigo...
te abrazo desde aquí

----
*A mi mejor amigo, David Ríos Arias, quien falleciera la manana del jueves 7 de abril del 2016. El cáncer gano la batalla)
Me deje ir
Toque fondo
Y cuando estava ahi
Me di cuenta
Que estaba
Completamente sola
Era yo acompañada
Pero no de personas
Sino
De mis miedos
De dolor
De mentiras
Crei que talvez
Seria encontrada
Pero como?
Si yo
No estaba dispuesta a encontrarme
Asi
Que decidi buscarme
A buscar mi proposito
Y empezar a cultivarme
Para crecer
Para encontrar la paz
Decidi que tengo que ser crucial
Con lo que acepto
Y que me empezaria
A aceptar
Porque me quiero
Con lo bueno de mi
Pero sobre todo con lo malo
Porque lo de afuera
No es importante
Es solo un buque
El que carga mi alma
Todo es energia
Y esta bien ser selectivo
Con la energia que quieres a tu lado
Me reclamo a mi
Y a todo lo que me hace ser yo
Me acepto
Con mis inmensas ganas de amar
Con mi torpeza
Con lo sencible que soy
Con mi ojo mas pequeño
Con mis derrotas
Y mi mayor deseo
Es
Que tu tambien.
Victor D López Dec 2019
Aunque estoy parado en los hombros de gigantes, no veo mucho más lejos que el puente de mi nariz.
La culpa es mía. La vergüenza es mía.  Pues no soy digno de ustedes, mis queridos muertos.

Parte I - Emilio (abuelo materno)
Su crimen fue su inteligencia y su posesión de una conciencia social,
Que le hizo anhelar ver a su amada España permanecer libre y le impidió tolerar a fascistas.
No porto armas, aborrecía todo tipo de violencia. No incito la rebelión,
Aunque se rebeló contra los enemigos de la libertad nacionales y extranjeros.

Fue apasionadamente un idealista que, en un tiempo de oscuridad, se aferraba a la
Creencia en la perfectibilidad del espíritu humano.  No pudo soportar las mentiras que los periódicos Regionales llevaban diariamente y tradujo noticias de los periódicos estadounidenses y británicos sobre La creciente tormenta, compartiendo la verdad libremente con todos los que le escuchaban.

Dio discursos y escribió discursos dados por otros en apoyo a un condenada República,
Derrumbándose bajo el peso de su propia incompetencia y corrupción.
Le avisaron amigos de su inminente arresto y le ofrecieron pasaje a Estados Unidos o a
Buenos Aires donde muchos de sus amigos ya habían encontrado refugio.

Pero no conseguirían pasaje para su esposa y nueve hijos, y se negó a abandonarlos a su suerte.
Ellos vinieron por usted, como siempre, en medio de la noche, esos cobardes con rostros severos Escondidos detrás de ametralladoras.  Le llevaron preso, no por la primera vez, al Castillo de San Antón, una fortaleza en una bahía hermosa y tranquila, y lo transfirieron a otros calabozos.

Le arrancaron las uñas, una por una, y esos sus más tiernas caricias, mientras le pidieron nombres.
Lo que soportó, solo Dios lo sabe, mediante meses, y fue condenado a muerte como un traidor.
Le abrían fusilado en La Plaza de María Pita. Pero la República tenía amigos, hasta entre algunos oficiales Fascistas, y uno de ellos le abrió la puerta de su celda en la víspera de su ejecución.

Había sido transferido al Castillo de San Antón a esperar su sentencia. No obstante de haber contraído Tuberculosis entonces, sin embargo, según mi abuela, logro nadar de A Coruña a Sada a través de la Bahía en una noche sin luna, a la seguridad en el hogar de otro patriota que arriesgo su vida y la de su Familia para esconderle en su sótano y realizo un viaje de muchos kilómetros a pie para encontrar a su esposa.

Encontró su casa y le informo a su esposa del inesperado aplazamiento, y le pidió que enviara alguna
Ropa y zapatos para reemplazar sus trapos sucios.  Su hija mayor, María, insistió en
Acompañar a ese honrado desconocido, llevando cuanta ropa, comida y afectos personales
Pudo rápidamente recoger para llevárselos, sin saber cuándo le podría volver a ver.
De vez en cuando acepto la hospitalidad de una noche de estancia en el desván o ático de un Simpatizante republicano, los cuales no eran difíciles de encontrar en una Galicia
Ferozmente independiente bajo el yugo de uno de los suyos.
Pero sobre todo vivido en el bosque, con guerrilleros activos durante años.

Vivió con todas las comodidades de un animal cazado con otros que no cederían,
Cuyo mayor delito consistió en estar en el lado equivocado de una causa perdida.
Espero que le diese algo de consuelo el saber que estabas en el lado derecho de la historia.
No se lo dio a su esposa ni a sus nueve hijos.

Usted pagó muchos inimaginables sacrificios como penitencia por su conciencia.
Una vez al mes o más, después de pasado algún tiempo, visitó su esposa e hijos. Le introdujeron a los Más pequeños como un tío que vivía lejos. No sabían ellos que el barbudo salvaje que pagaba estas Visitas en media noche y se despedía antes de amanecer llevando puesta la ropa vieja y limpia de papa.

Los más mayores, María, Josefa, Juan y Toñita, todos aun en su adolescencia, les decían a los más Pequeños que su "tío" portaba noticias de su padre. Los niños más jóvenes, aun vistiendo los mantos Deshilachados de su inocencia, aceptaban esto, no cuestionando por qué se quedaba en el cuarto de Mamá toda la noche y se había ido siempre antes que despertaron la mañana siguiente.

No puedo concebir la profundidad de su angustia en tener que interpretar el papel de un extraño en su Propia casa, de no poder abrazar a sus hijos más pequeños quienes adoraba, para prevenir que los Vecinos fascistas quienes trataban a menudo de adquirir informes de ellos con pasteles y dulces en Tiempos de hambre, tratando de usar su Inocencia como un arma contra usted.

Sus padres eran relativamente ricos empresarios que cultivan el mar pero lo desheredaron—
Tal vez por su forma de actuar, tal vez por elegir a emigrar, negándose a unirse a la empresa familiar o Tal vez por casarse por amor en la ciudad de Nueva York con una joven sumamente trabajadora pero De clase humilde y estación social inferior en los ojos de sus padres.

Vivió lo suficiente para ver el fin de la guerra civil, pero no a su amada España liberada de sus cadenas.
Falleció antes de sufrir las consecuencias de la guerra cuyo fin fue el preludio de décadas de
Angustiantes cosechas de angustia y Amargura a quienes la sobrevivieron.
No se salvaron de esa cosecha su esposa y sus hijos.

No hay libros que graben su nombre. La mayoría de quienes le conocieron están muertos.
No obstante, siete décadas después de su fallecimiento aun aparecen en su nicho flores en el Cementerio de Fontan que guarda sus cenizas y las de su hijo mayor, Juan y su hija,
Toñita, quienes murieron aún mucho más jóvenes que usted, a los 19 y 15 años.

También yacen allí las cenizas de su esposa, Remedios, donde el
Honor, la bondad, la decencia, y un Corazón puro y deshecho en su
Muy corta vida por un mundo muy poco merecedor de su
Presencia finalmente descansan en paz.

____
Translated from my English original poem "Unsung Heroes -- Part I: Emilio (Maternal Grandfather)" available in its original English version here: https://hellopoetry.com/poem/2904353/unsung-heroes-1-emilio-maternal-grandfather/
My reading of this poem in its English original version is available at https://www.youtube.com/watch?v=5FXkhtOltEc
Un hombre está mirando a una mujer,
está mirándola inmediatamente,
con su mal de tierra suntuosa
y la mira a dos manos
y la tumba a dos pechos
y la mueve a dos hombres.

Pregúntome entonces, oprimiéndome
la enorme, blanca, acérrima costilla:
Y este hombre
¿no tuvo a un niño por creciente padre?
¿ Y esta mujer, a un niño
por constructor de su evidente ****?

Puesto que un niño veo ahora,
niño ciempiés, apasionado, enérgico;
veo que no le ven
sonarse entre los dos, colear, vestirse;
puesto que los acepto,
a ella en condición aumentativa,
a él en la flexión del heno rubio.

Y exclamo entonces, sin cesar ni uno
de vivir, sin volver ni uno
a temblar en la justa que venero:
¡Felicidad seguida
tardíamente del Padre,
del Hijo y de la Madre!
¡Instante redondo,
familiar, que ya nadie siente ni ama!
¡De qué deslumbramiento áfono, tinto,
se ejecuta el cantar de los cantares!
¡De qué tronco, el florido carpintero!
¡De qué perfecta axila, el frágil remo!
¡De qué casco, ambos cascos delanteros!
SoVi Apr 2018
Quien soy yo además de areana gastada?
Sin rumbo flotando sin un propósito.
No mas recuerdo el océano y todo su dolor.
Ni se como me miro llo.

Las mareas retroceden de su lugar
Y me deja expuesto al luz del sol.
Rocas preciosas varados en la orilla de la costa
Brillando se rejunta y se unen conmigo.

Corrientes de recuerdos se apresuran a mi mente
Alimentando el agua de mi alma.
Rompiendo la presa que retiene todas mis emociones
Haciendo sentir todo la humanidad.

Arrastrandome con la mitad del miembro formado
Siento un dolor que filtra desde mis huesos.
Pero no lo rechazó con lágrimas
En cambio, lo acepto con una sonrisa acuosa.

El océano quiere detenerme
Escóndeme en las profundidades de mi desesperación.
Chupando el calor de toda mi alegría
Quitando mi voluntad de vivir.

Pero la luna retiene el océano con su fuerza
Protegiéndome de la oscuridad de mi mente.
En lugar de excluirse por mis pecados
Me ama por mis defectos.

El universo abre sus brazos para darme un hogar
Dando me un santuario para escapar todo el dolor.
Aunque quiero perderme en la nada del espacio
Debo vivir en el mundo en el que pasado se enamoró.

Estrellas y galaxias que brillan en la oscuridad
Me dan razon para seguir viviendo en este cruel mundo.



© Sofia Villagrana 2018
Inspired by the anime and manga Houseki no Kuni. Part 3 (and last part) of the collection Memorias Fragmentados.
Jorge Rangel Jul 2019
Retumba una voz al alborada, diariamente implorando, llamandote por nombre, buscándote a Ti.

Dios mío! heme aquí!

Una mano ansiosa, extendida, encuentra un triste vacío:
sin consideración la ignoras,
te burlas al ver llegar su torbellino. Mientras, gritando te llama.

Dios mío!, heme aquí!
Yo acepto tu reprensión!
Gramática editada por mi amigo, el señor José Martinez
Versión original por Jorge Rangel
Jr May 2019
Atacas las olas en estas costas
olvidadas
atracas en mis playas cristalinas
cráneo de oro
y mi madre besa tus brazos
con sus bejucos
mientras sigues mis huellas en el barro

Espada en mano
despojas mi casa de sus caricias
te acercas a mi techo
y te acepto en una reverencia
te invito con regalos
y lleno tu barriga
y pagas a este mundo mío
con hierro y sangre

— The End —