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León de Greiff  Jun 2017
Són
Cuando tango la zampoña
cuando tango el sacabuche,
jamás pienso en quien me escuche
ni en quien me allane la moña. 1
Y así la zampoña taño, 2
pizzico así la vihuela
cantando mi cantinela
como trovero de antaño...

Yo no pienso en quién me escuche.
Yo no pienso en quien me loe
ni en quien el talón me roe
cuando tango el sacabuche,
cuando soplo en el obóe,
cuando tango la zampoña.

Ni en buscar el sortilegio
-con glisado tal o arpegioque
embelece a daifa o doña,
cuando tango el sacabuche...
Cuando soplo en el obóe,
cuando soplo en la dulzaina,
no pienso en boina ni en vaina;
ni en Burdeos o en Borgoña
cuando tango la zampoña-

Cuando soplo en la dulzaina
y si percuto el adufe
no pienso en que vozne o bufe
ni el cretino ni el tontaina
ni el doctorado en Lovaina.
Cuando tango la zampoña,
si pizzico en la bandurria
no me importa ni la murria
que me enerva y emponzoña.

Cuando tango el sacabuche,
cuando raspo el bandolín
ni cuando froto el violín,
yo no pienso en quien me escuche.

Si resoplo en el fagote,
si taño la cornamusa,
cuando tango la zampoña,
cuando soplo en la ocarina
no pienso en daifa ni en doña
(si me alabe o me abomina,
si se enfada o se alborote...)

Si taño la cornamusa,
laude pido o doy excusa
jamás, ni a Apolo ni al zote
ni a la mismísima Musa
de alto copete o de moña,
ni a Luis de Góngora Argote,
si resoplo en el fagote,
cuando tango la zampoña.
Anyelo Montero Jun 2014
Te pienso probablemente más de lo que debería, y seguramente más de que lo que quisiera. Te pienso cómo un sueño distante, cómo un ideal perfecto e idílico. Cómo eso que no necesito, pero que sin duda me muero por tener.
      
         Te pienso incluso cuando creo haberte olvidado y luego reapareces cómo una explosión de azul y naranja y rojo en el fósforo que enciende mi cigarrillo. Y es que me desvelo pensando en tenerte conmigo,  en vez de atormentarme placenteramente soñándote todas las noches; en vez de forma de ideal quiero que estés conmigo esta y todas mis dolientes madrugadas, en mis brazos, que sin ti no tienen vida ni forma.
      
         Por sobre todas las cosas te pienso, porque sé que tú también en mí piensas.
Francisco DH Jul 2013
Te quiero
yo Pienso  que te amo

Todo los dias yo pienso en ti
Todos los dias yo oigo tu voz
Todas las noches me acuesto contigo en mi mente

Te quiero
Yo pienso que te amo

Yo no se como explicar
Yo no se como decir
Yo no se
Yo no se nada pero
yo si se que

Te quiero
Yo pienso que te amo
Margo May Feb 2015
on tall trees (en arboles altos)
they begin as small white flowers (empiezan como flores pequeñas y blancas)
with five petals (con cinco petalos)
and a sweet smell (y un olor dulce)

ready in summer (estan listos en el verano)
smooth skin (piel suave)
colorful skin (piel lleno de color)
red, orange, yellow, green (rojo, anaranjado, amarillo, verde)
single pit in the middle (una semilla en el medio)
sweet flavor (sabor dulce)
soft or firm (blando o firme)

the knife breaks the thin surface (el cuchillo rompe la superficie delgada)
and reveals a golden sun (y revela un sol dorado)
a sun (un sol)
bright (brillante)
shining (radiante)
and glorious (y glorioso)

i like mangos (me gusta mangos)
mango juice (jugo de mango)
mango smoothies (batidos de mangos)
mango ice cream (helado de mango)

i have a candle (tengo un cirio)
that smells like (que huele como)
mangos (mangos)
it’s one of my favorite smells (es uno de mis olores favoritos)
in the entire world (en todo el mundo)

when i think of (cuando yo pienso en)
mangos (mangos)
i think of (yo pienso en)
summer (el verano)
my happy place (mi lugar feliz)
my paradise (mi paraiso)
i had to write a poem about a fruit or vegetable for my spanish class. thought i would provide the english translation with the spanish :)
La hora se vacía.
Me cansa el libro y lo cierro.
Miro, sin mirar, por la ventana.
Me espían mis pensamientos.
                                                        Pienso que no pienso.
Alguien, al otro lado, abre una puerta.
Tal vez, tras esa puerta,
no hay otro lado.
                                  Pasos en el pasillo.
Pasos de nadie: es sólo el aire
buscando su camino.
                                        Nunca sabemos
si entramos o salimos.
                                          Yo, sin moverme,
también busco -no mi camino:
el rastro de los pasos
que por años diezmados me han traído
a este instante sin nombre, sin cara.
Sin cara, sin nombre.
                                      Hora deshabitada.
La mesa, el libro, la ventana:
cada cosa es irrefutable.
                                              Sí,
la realidad es real.
                                  Y flota
-enorme, sólida, palpable-
sobre este instante hueco.
                                              La realidad
está al borde del hoyo siempre.
Pienso que no pienso.
                                        Me confundo
con el aire que anda en el pasillo.
El aire sin cara, sin nombre.

Sin nombre, sin cara,
sin decir: he llegado,
                                      llega.
Interminablemente está llegando,
inminencia  que se desvanece
en un aquí mismo
     
                          más allá siempre.
Un siempre nunca.
                                  Presencia sin sombra,
disipación de las presencias,
Señora de las reticencias
que dice todo cuando dice nada,
Señora sin nombre, sin cara.

Sin cara, sin nombre:
miro
        -sin mirar;
pienso
                -y me despueblo.
Es obsceno,
dije en una hora como ésta,
morir en su cama.
                                Me arrepiento:
no quiero muerte de fuera,
quiero morir sabiendo que muero.
Este siglo está poseído.
En su frente, signo y clavo,
arde una idea fija:
todos los días nos sirve
el mismo plato de sangre.
En una esquina cualquiera
-justo, onmisciente y armado-
aguarda el dogmático sin cara, sin nombre.

Sin nombre, sin cara:
la muerte que yo quiero
lleva mi nombre,
                                  tiene mi cara.

Es mi espejo y es mi sombra,
la voz sin sonido que dice mi nombre,
la oreja que escucha cuando callo,
la pared impalpable que me cierra el paso,
el piso que de pronto se abre.
Es mi creación y soy su criatura.
Poco a poco, sin saber lo que hago,
la esculpo, escultura de aire.
Pero no la toco, pero no me habla.
Todavía no aprendo a ver,
en la cara del muerto, mi cara.
Con la cabeza lo sabía,
no con saber de sangre:
es un acorde ser y otro acorde no ser.
La misma vibración, el mismo instante
ya sin nombre, sin cara.
                                      El tiempo,
que se come las caras y los nombres,
a sí mismo se come.
El tiempo es una máscara sin cara.

No me enseñó a morir el Buda.
Nos dijo que las caras se disipan
y sonido vacío son los nombres.
Pero al morir tenemos una cara,
morimos con un nombre.
En la frontera cenicienta
¿quién abrirá mis ojos?
Vuelvo a mis escrituras,
al libro del hidalgo mal leído
en una adolescencia soleada,
con brutales violencias compartida:
el llano acuchillado,
las peleas del viento con el polvo,
el pirú, surtidor verde de sombra,
el testuz obstinado de la sierra
contra la nube encinta de quimeras,
la rigurosa luz que parte y distribuye
el cuerpo vivo del espacio:
geometría y sacrificio.

Yo me abismaba en mi lectura
rodeado de prodigios y desastres:
al sur los dos volcanes
hechos de tiempo, nieve y lejanía;
sobre las páginas de piedra
los caracteres bárbaros del fuego;
las terrazas del vértigo;
los cerros casi azules apenas dibujados
con manos impalpables por el aire;
el mediodía imaginero
que todo lo que toca hace escultura
y las distancias donde el ojo aprende
los oficios de pájaro y arquitecto-poeta.

Altiplano, terraza del zodíaco,
circo del sol y sus planetas,
espejo de la luna,
alta marea vuelta piedra,
inmensidad escalonada
que sube apenas luz la madrugada
y desciende la grave anochecida,
jardín de lava, casa de los ecos,
tambor del trueno, caracol del viento,
teatro de la lluvia,
hangar de nubes, palomar de estrellas.

Giran las estaciones y los días,
giran los cielos, rápidos o lentos,
las fábulas errantes de las nubes,
campos de juego y campos de batalla
de inestables naciones de reflejos,
reinos de viento que disipa el viento:
en los días serenos el espacio palpita,
los sonidos son cuerpos transparentes,
los ecos son visibles, se oyen los silencios.
Manantial de presencias,
el día fluye desvanecido en sus ficciones.

En los llanos el polvo está dormido.
Huesos de siglos por el sol molidos,
tiempo hecho sed y luz, polvo fantasma
que se levanta de su lecho pétreo
en pardas y rojizas espirales,
polvo danzante enmascarado
bajo los domos diáfanos del cielo.
Eternidades de un instante,
eternidades suficientes,
vastas pausas sin tiempo:
cada hora es palpable,
las formas piensan, la quietud es danza.

Páginas más vividas que leídas
en las tardes fluviales:
el horizonte fijo y cambiante;
el temporal que se despeña, cárdeno,
desde el Ajusco por los llanos
con un ruido de piedras y pezuñas
resuelto en un pacífico oleaje;
los pies descalzos de la lluvia
sobre aquel patio de ladrillos rojos;
la buganvilla en el jardín decrépito,
morada vehemencia…
Mis sentidos en guerra con el mundo:
fue frágil armisticio la lectura.

Inventa la memoria otro presente.
Así me inventa.
                              Se confunde
el hoy con lo vivido.
Con los ojos cerrados leo el libro:
al regresar del desvarío
el hidalgo a su nombre regresa y se contempla
en el agua estancada de un instante sin tiempo.
Despunta, sol dudoso,
entre la niebla del espejo, un rostro.
Es la cara del muerto.
                                        En tales trances,
dice, no ha de burlar al alma el hombre.
Y se mira a la cara:
                                    deshielo de reflejos.No he sido Don Quijote,
no deshice ningún entuerto
                                                  (aunque a veces
me han apedreado los galeotes)
                                                            pero quiero,
como él, morir con los ojos abiertos.
                                                                    Morir
sabiendo que morir es regresar
adonde no sabemos,
                                        adonde,
sin esperanza, lo esperamos.
                                                      Morir
reconciliado con los tres tiempos
y las cinco direcciones,
                                            el alma
-o lo que así llamamos-
vuelta una transparencia.
                                                Pido
no la iluminación:
                                  abrir los ojos,
mirar, tocar al mundo
con mirada de sol que se retira;
pido ser la quietud del vértigo,
la conciencia del tiempo
apenas lo que dura un parpadeo
del ánima sitiada;
                                  pido
frente a la tos, el vómito, la mueca,
ser día despejado,
                                  luz mojada
sobre tierra recién llovida
y que tu voz, mujer, sobre mi frente sea
el manso soliloquio de algún río;
pido ser breve centelleo,
repentina fijeza de un reflejo
sobre el oleaje de esa hora:
memoria y olvido,
                                    al fin,
una misma claridad instantánea.
Zampuzado en un banasto
Me tiene su Majestad,
En un callejón Noruega
Aprendiendo a gavilán.
Graduado de tinieblas
Pienso que me sacarán
Para ser noche de Invierno,
O en culto algún Madrigal.
Yo, que fui Norte de guros,
Enseñando a navegar
A las Godeñas en ansias,
A los buzos en afán,
Enmoheciendo mi vida
Vivo en esta oscuridad,
Monje de zaquizamíes,
Ermitaño de un desván.
Un abanico de culpas
Fue principio de mi mal;
Un letrado de lo caro,
Grullo de la puridad.
Dios perdone al Padre Esquerra,
Pues fue su Paternidad
Mi suegro más de seis años
En la cuexca de Alcalá,
En el mesón de la ofensa,
En el Palacio mortal,
En la casa de más cuartos
De toda la Cristiandad.
Allí me lloró la Guanta,
Cuando por la Salazar,
Desporqueroné dos almas
Camino de Brañigal.
Por la Quijano, doncella
De perversa honestidad,
Nos mojamos yo y Vicioso,
Sin metedores de paz.
En Sevilla el Árbol seco
Me prendió en el arenal,
Porque le afufé la vida
Al zaino de Santo Horcaz.
El zapatero de culpas
Luego me mandó calzar
Botinicos Vizcaínos,
Martillado el cordobán.
Todo cañón, todo ****,
Todo mandil jayán,
Y toda iza con greña,
Y cuantos saben fuñar,
Me lloraron soga a soga,
Con inmensa propiedad,
Porque llorar hilo a hilo
Es muy delgado llorar.
Porque me metí una noche
A Pascua de Navidad
Y libré todos los presos
Me mandaron cercenar.
Dos veces me han condenado
Los señores a trinchar,
Y la una el Maestresala
Tuvo aprestado sitial.
Los diez años de mi vida
Los he vivido hacia atrás,
Con más grillos que el Verano,
Cadenas que el Escorial.
Más Alcaides he tenido
Que el castillo de Milán,
Más guardas que Monumento,
Más hierros que el Alcorán,
Más sentencias que el Derecho,
Más causas que el no pagar,
Más autos que el día del Corpus,
Más registros que el Misal,
Más enemigos que el agua,
Más corchetes que un gabán,
Más soplos que lo caliente,
Más plumas que el tornear.
Bien se puede hallar persona
Más jarifa y más galán,
Empero más bien prendida
Yo dudo que se hallará.
Todo este mundo es prisiones,
Todo es cárcel y penar:
Los dineros están presos
En la bolsa donde están;
La cuba es cárcel del vino,
La troj es cárcel del pan,
La cáscara, de las frutas
Y la espina del rosal.
Las cercas y las murallas
Cárcel son de la ciudad;
El cuerpo es cárcel del Alma,
Y de la tierra la mar.
Del Mar es cárcel la orilla,
Y en el orden que hoy están,
Es un cielo de otro cielo
Una cárcel de cristal.
Del aire es cárcel el fuelle,
Y del fuego el pedernal;
Preso está el oro en la mina;
Preso el diamante en Ceilán.
En la hermosura y donaire
Presa está la libertad,
En la vergüenza los gustos,
Todo el valor en la paz.
Pues si todos están presos,
Sobre mi mucha lealtad
Llueva cárceles mi cielo
Diez años sin escampar.
Lloverlas puede si quiere
Con el peine y con mirar,
Y hacerme en su Peralvillo
Aljaba de la Hermandad.
Mas volviendo a los amigos,
Todos barridos están,
Los más se fueron en uvas
Y los menos en agraz.
Murió en Nápoles Zamora
Ahíto de pelear,
Lloró a cántaros su muerte
Eugenia la Escarramán.
Al Limosnero a Zaguirre
Le desjarretó el tragar:
Con el Limosnero pienso
Que se descuidó San Blas.
Mató a Francisco Jiménez
Con una aguja un rapaz,
Y murió muerte de sastre,
Sin tijeras ni dedal.
Después que el Padre Perea
Acarició a Satanás
Con el alma del corchete
Vaciada a lo Catalán,
A Roma se fue por todo,
En donde la enfermedad
Le ajustició en una cama,
Ahorrando de procesar.
Dios tenga en su santa gloria
A Bartolomé Román,
Que aun con Dios, si no le tiene,
Pienso que no querrá estar.
Con la grande polvareda,
Perdimos a Don Beltrán,
Y porque paró en Galicia,
Se teme que paró en mal.
Jeldre está en Torre Bermeja;
Mal aposentado está,
Que torre de tan mal pelo
A Judas puede guardar.
Ciento por ciento llevaron
Los Inocentes de Orgaz,
Peonzas que a puro azote
Hizo el bederre bailar.
Por pedigüeño en caminos,
El que llamándose Juan,
De noche, para las capas,
Se confirmaba en Tomás,
Hecho nadador de penca,
Desnudo fue la mitad,
Tocándole pasacalles
El músico de Quien tal...
Sólo vos habéis quedado,
¡Oh Cardoncha singular!,
Roído del Sepan cuántos...
Y mascado del varal.
Vos, Bernardo entre Franceses,
Y entre Españoles Roldán,
Cuya espada es un Galeno
Y una botica la faz,
Pujamiento de garnachas
Pienso que os ha de acabar,
Si el avizor y el calcorro
Algún remedio no dan.
A Micaela de Castro
Favoreced y amparad,
Que se come de Gabachos
Y no se sabe espulgar.
A las hembras de la caja,
Si con la expulsión fatal
La desventurada Corte
No ha acabado de enviudar,
Podéis dar mis encomiendas,
Que al fin es cosa de dar:
Besamanos a las niñas,
Saludes a las de edad.
En Vélez a dos de marzo,
Que por los putos de allá
No quiere volver las ancas,
Y no me parece mal.
Leydis Oct 2017
Pienso en ti
(se eleva mi cuerpo)

Esa tu bendita esencia,
que me hace tanta falta en tu ausencia,
esa manera en que me resucitas cuando en ti pienso,
esa manera en que excitas cada espacio de mi desvaído cuerpo,
ese, tu fuego fugaz que exalta mis lugares impávidos,
que corta mi respiración entre tantos gemidos,
que me eleva al éxtasis más exquisito...

esa pasión desatada,
rebosada entre respiros de una prisión pasional
que quiere  liberarse contigo.

Son eternas las ganas en tu ausencia,
se desbordan mis ríos de impaciencia,
queriendo entregarte ¡mi exquisitez y delicadeza!

Queriendo comerme las ansias de estar contigo-yo vivo,
susurrando entre leves suspiros tu bendito nombre,
hasta conseguir agitar mi orgullo,
que se rinde ante el delirio que se manifiesta
cuando tu nombre pronuncio y te invoco y te digo
en voz baja, después un poco más alta,
que me tomes, que me grites, que me alces, me alivies
de este deseo que solo tú sabes saciar con tus labios,
con tus sedosas manos,
con tu ojos de marineros desafiando mi cuerpo,
contorsionándolo a tu antojo hasta doblegarme en tu ego
al saber que solo en tus brazos libero mis deseos.
  
De pronto despierto de ese trance,
y me doy cuenta que no estás conmigo,
vuelvo de nuevo a evocarte en una descarga que llegue hasta tu nido.
Con esa telepatía que nos junta a pesar de esta lejanía,
y descargo, y me desprendo, y me rindo ante todo este deseo,
y mis sábanas rojas evidencian esos anhelos
de esa pasión que despierta en este alejamiento
y
que se aquieta solo cuando regresas a nuestro domicilio…..,
sea llamándote a lo lejos
o
cuando finalmente se juntan nuestros cuerpos……...
Golden Flower  Aug 2019
Mi Mente
Golden Flower Aug 2019
Me recuesto para tras, solo para pensar,
En el mundo que vivo,
En un mundo contigo,
Pienso en la luna llena,
Y todos los veses que me dio pena,
Los momentos en que yo me ríe,
Y los momentos en que lloré,
este vida que estoy viviendo tiene sus problemas y sus calmas,
Una cosa que si pienso mucho en es mi alma,
Pienso en todo los mundos a allá arriba,
Y en el dia que al fin los animales no sufren,
Y que todos las personas no pelean simplemente escuchen,
Pienso en un mundo magnífico y seguro,
Pienso en el idea que mis hijos y nietos tendrán una vida más completo que la mía,
Todo el tiempo ando pensando,
Mi mente nunca deja de pensar en todo,
Hay veces que me reprocho por pensar tanto,
Imagina como es a vivir con un mente tan vivida,
Nunca dejando de pensar en todo aunque es grande o pequeño,
Me recuesto para tras solo para pensar,
En los noches oscuras,
Y mi mente juega con diferentes figuras,
Mi mente es loca y llena de vida,
Y con todo mi pensamiento se estira,
Se estira hasta el punto que ya no tiene tanto poder,
Soy una complicada mujer.
Jorge Rangel Mar 2021
Te doy lo que me pides,
Aunque me duele.
Más esto no significa
que he dejado de pensar en ti,
A lo contrario,pues.
Te pienso y te hablo,
Te pienso y te veo,
Te pienso y me preocupo por ti.
Te pienso más y lo hago a diario.
Te pienso por qué te amo.
Pero tú nunca lo sabrás.
No solo por nunca leerme,sino
Por qué tu nunca me has creído.
Mario Benedetti  Jun 2017
Zelmar
o es que existe un territorio
donde las sangres se mezclan(de una canción de Daniel Viglietti)

Ya van días y noche que pienso pobre flaco
y no puedo ni quiero apartar el recuerdo

no el subido al cajón a la tribuna
con su palabra de espiral velocisima
que blindaba los pregones del pueblo
o encendía el futuro con unas pocas brasas
ni el cruzado sin tregua que quería
salvar la sangre prójima aferrándose
a la justicia esa pobre lisiada

no es el rostro allá arriba el que concurre
mas bien el compañero del exilio
el cálido el silencio aquel buen parroquiano
del boliche de la calle maipú
fiel al churrasco y al budín de pan
rodeado de hijos hijas yernos nietos
ese flamante abuelo con cara de muchacho
hablando del paisito con la pasión ecuánime
sin olvidar heridas
y tampoco quedándose en el barro
siempre haciendo proyectos y eran viables
ya que su vocación de abrecaminos
lo llevaba a fundar optimismos atajos
cuando alguno se daba por maltrecho

y a pesar de la turbia mescolanza
que hay en el techo gris de la derrota
nadie consiguió que tildara de enemigos
a quienes bien o mal
radiantes o borrosos
faros o farolitos
eran pueblo
                      como él

y también comparece el vigilado
por esos tiras mansos con quienes conversaba
de cine libros y otras zancadillas
en el hotel o escala o nostalgia
de la calle corrientes

se que una vez el dueño que era amigo
lo reconvino porque había una cola
de cincuenta orientales nada menos
que venían con dudas, abandonos
harapos desempleos frustraciones conatos
pavores esperanzas cabalas utopías

y el escuchaba a todos
el ayudaba comprendía a todos
lo hacia cuerdamente y si algo prometía
lo iba a cumplir después con el mismo rigor
que si fuera contrato ante escribano público
no se puede agregar decia despacito
mas angustia a la angustia
no hay derecho

y trabaja siempre
noche y día
quizás para olvidar que la muerte miraba
de un solo manotazo espantaba sus miedos
como si fueran moscas o rumores
y pese a las calumnias las alarmas
su confianza era casi indestructible
llevaba la alegria siempre ilesa
de la gente que cumple con la gente

solo un imagen lo vencia
era la hija inerme
la hija en la tortura
durante quince insomnios la engañaron diciendole
que lo habian borrado en la Argentina
era un viejo proyecto por lo visto
entonces si pedia ayuda para
no caer en la desesperación
para no maldecir mas de la cuenta
ya van noches y días que pienso pobre flaco
un modo de decir pobres nosotros
que nos hemos quedado
sin su fraternidad sobre la tierra
no se me borra la sonrisa el gesto
de la ultima vez que lo vi junto a chicho
y no le dije adios sino cuidate
pero los dos sabiamos que no se iba a cuidar

por lo comun cuando cae un verdugo
un doctor en crueldad, un mitrione cualquiera
los canallas zalameros recuerdan
que deja tres cuatro
verduguitos en ciernes

ahora que problema este hombre legal
este hombre cabal acribillado
este muerto inmorible con las manos atadas
deja diez hijos tras de si
diez huellas
pienso en cecilia en chicho
en isabel margarita felipe
y los otros que siempre lo rodeaban
porque tambien a ellos inspiraba confianza
y que lindos gurises ojala
vayan poquito a poco entendiendo su duelo
resembrando a zelmar en sus diez surcos

puede que la tristeza me haga decir ahora
sin el aval de las computadoras
que era el mejor de nosotros
y era
pero nada me hará olvidar que fue
quien haciendo y rehaciendo
se purifico mas en el exilio

mañana apretaremos con los dientes
este gajo de asombro
este agrio absurdo gajo
y tragaremos
                       seguirá
la vida
pero hoy este horror es demasiado

que no profane el odio
a este bueno yacente este justo
que el odio quede fuera del recinto
donde estan los que quiso y que lo quieren
solo por esta noche
por esta pena apenas
para que nada tizne
esta vela de almas

pocos podran como él
caer tan generosamente
tan atrozmente ingenuos
tan limpiamente osados

mejor juntemos nuestras osadías
la generosidad mas generosa
y ademas instalemos con urgencia
fieles radares en la ingenuidad

convoquemos aquí a nuestros zelmares
esos que el mismo nos dejo en custodia
el que ayudo a cada uno en su combate
en su mas sola soledad
y hasta nos escucho los pobres sueños
                él
                que siempre salía
                de alguna pesadilla
y si tendia una mano era una mano
y si daba consuelo era un consuelo
y nunca un simulacro

convoquemos aquí a nuestros zelmares
en ellos no hay ceniza
ni muerte ni derrota ni tierno descalabro
nuestros zelmares siguen tan campantes
señeros renacidos
únicos y plurales
fieles y hospitalarios
convoquemos aquí a nuestros zelmares
y si aun asi fraternos
asi reunidos en un duro abrazo

en una limpia desesperación
cada uno de esos módicos zelmares
echa de menos a zelmar
                                          será
que el horror sigue siendo demasiado
y ya que nuestro muerte
como diria roque en plena vida
es un indócil
ya que es un difunto peliagudo
que no muere en nosotros
pero muere
que cada uno llore como pueda

a lo mejor entonces
nuestro zelmar
                           ese de cada uno
ese que el mismo nos dejo en custodio
a cada uno tendera una mano
y como en tantas otras
malas suertes y noches
nos sacara del pozo
desamortajara nuestra alegría
y empezara a blindarnos los pregones
a encender el futuro con unas pocas brasas
Tres antiguas caras me desvelan:
una el Océano, que habló con Claudio,
otra el Norte de aceros ignorantes
y atroces en la aurora y el ocaso,
la tercera la muerte, ese otro nombre
del insaciado tiempo que nos roe.
La carga secular de los ayeres
de la historia que fue o que fue soñada
me abruma, personal como una culpa.
Pienso en la nave ufana que devuelve
a los mares el cuerpo de Scyld Sceaving
que reinó en Dinamarca bajo el cielo;
pienso en el alto lobo, cuyas riendas
eran sierpes, que dio al barco encendido
la blancura del dios hermoso y muerto;
pienso en piratas cuya carne humana
es dispersión y limo bajo el peso
de los mares errantes que ultrajaron.
Pienso en mi propia, en mi perfecta muerte,
sin la urna, la lápida y la lágrima.
Adrián Poveda Oct 2015
Con mi gorro y mi pipa, con mi luz tenue, mi cobija blanda y el cielo estrellado, pienso en ti;  y te mezclo con mi entorno, con mis ideas y mis locuras.

Me río inocentemente, irónicamente, porque son cosas que solo se me ocurrirían a mí, verte bailando con un traje de ballet o un vestido, verte anunciando un producto en televisión, verte ahí parada justo frente a mí, con cara de alegría, como si me hubieras  esperado.

verte así de pronto sin pensarte, como algo nuevo que no termino de explorar, verte disfrazada de rebeldía y de seriedad, verte así, sin verte, sentado sin parpadear, enloqueciendo, suspirando y alardeando como si supiera que decir.  

Verte así,  sin verte, pensando en si algún día pasará, pensándote, así por la mitad, sin saber, si ser o no ser contigo, en una playa, en la vereda; con tus brazos en mis hombros, y mi alma en tu boca,
verte así, lenta y maravillada, verte sonreír, verte enrojecer; me encanta, encanta que yo sienta esto, porque es raro, porque hay q darle vuelta al mundo para lograrlo,  porque me gustas así, como un helado, así de simple, así de complicado.  

Me gustas, así sin verte, entre la alarma del despertador, entre el volumen de la televisión, en el libro a medio leer, en lo frío que está el piso, en mi taza de café y en mi lápiz azul, mientras te pienso, acostado y con los ojos cerrados.
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— The End —