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Victor Marques Oct 2013
ADORMECIDO NOS SONHOS VIVIDOS

Entre margens dos rios conhecidos,
Sonho com sonhos vividos.
Anseios nobres e sonolentos,
Adormecido em quentes mantos.

Serei sepultado com folhas mortas,
Com videiras, oliveiras, belas hortas.
No ermo ressuscitarei feito luz,
Com a bandeira do amor a Jesus…!

Tenho um carinho excelso pelas gentes singulares,
Feitas de um amor e seus sentidos olhares.
Paraíso de saudades já vividas,
Memórias nunca esquecidas.

Recordações de tudo que me apaixonou,
Da terra que sempre me amou.
Horas paradas nos salgueiros do ribeiro,
Sou do Castanheiro…

Um abraço com carinho e amizade
Victor Marques
terra, nascimento,douro,Castanheiro
Victor Marques Apr 2012
Saudades de ti

Labirinto que a todos convida,
Sofrimento que sempre sufoca,
Na despedida desta vida,
Fugiu a vontade própria.

Peregrinos cansados de sonhos vividos,
Esperança no reino de Deus,
Riscos por vezes corridos,
Saudade dos filhos teus.


Despedida que nunca acabe,
Famintos de nova luz,
Sentir sempre saudade,
Rezamos por ti a Jesus.

A tua companhia era tão terna,
Recordação deste teu dia,
Morte que a todos condena,
Nobre e eterna fidalguia.

Victor Marques
Nacen puestos de gafas, y una piel de levita,
y una perilla obscena de culo de bellota,
y calvos, y caducos. Y nunca se les quita
la joroba que dentro del alma les explota.

Pedos con barbacana, ceremoniosos pedos,
de su senil niñez de polvo enlevitado,
pasan a la edad plena con polvo entre los dedos,
sonando a sepultura y oliendo a antepasado.

Parecen candeleros infelices, escobas
desplumadas, retiesas, con toga, con bonete:
una congregación de gallardas jorobas
con callos y verrugas al borde del retrete.

Con callos y verrugas, y coles y misales,
la dignidad del asno se rebela en la enjalma,
mirando estos cochinos tan espirituales
con callos y verrugas en la extension del alma.

Alma verruguicida, callicida la vuestra.
Habéis nacido tiesos como los monigotes,
y vivís de puntillas, levantando la diestra
para cornamentar la voz y los bigotes.

Saludáis con el ano, no arrugáis nunca el traje,
disimuláis los cuernos con laureles de lata.
No paráis en la tierra, siempre vais de viaje
por un pais de luna maquinal, mentecata.

Nacéis inventariados, morís previa promesa
de que seréis cubiertos de estatuas y coronas.
Vais como procesados por el sol, que procesa
aquello que señala delito en las personas.

Os alimenta el aire sangriento de un juzgado,
de un presidio siniestro de abogados y jueces.
Y concedéis los pedos por audiencia de un lado,
mientras del otro lado jodéis, meáis a veces.


Herís, crucificáis con ojos compasivos,
cadáveres de todas la horas y los días:
autos de poca fe, pastos de los archivos,
habláis desde los púlpitos de muchas tonterías.

Nunca tenga que ver yo con estos doctores,
estas enciclopedias ahumanas, aplastantes.
Nunca de estos filósofos me ataquen los humores,
porque sus agudezas me resultan laxantes.

Porque se ponen huecos igual que las gallinas
para eructar sandeces creyéndose profundos:
porque para pensar entran en las letrinas,
en abismos rellenos de folios moribundos.

Sentenciosas tinajas vacías, pero hinchadas,
se repliegan sus frentes igual que acordeones,
y ascienden y descienden, tortugas preocupadas,
y el corazón les late por no sé qué rincones.

No se han hecho para estos boñigos los barbechos,
no se han hecho para estos gusanos las manzanas.
Sólo hay chocolateras y sillones deshechos
para estas incoherencias reumáticas y canas.

Retretes de elegancia, cagan correctamente:
hijos de puta ansiosos de politiquerías,
publicidad y bombo, se corrigen la frente
y preparan el gesto de las fotografías.

Temblad, hijos de puta, por vuestra puta suerte,
que unos soldados de alma patética deciden:
ellos son los que tratan la verdadera muerte,
ellos la verdadera, la ruda vida piden.

La vida es otra cosa, sucios señores míos,
más clara, menos turbia de folios, de oficinas.
Nadan radiantemente sus cuerpos en los ríos
y no usan esa cara de múltiples esquinas.

Nunca fuisteis muchachos, y queréis que persista
un mundo aparatoso de cartón estirado,
por donde el cartón vaya paticojo y turista,
rey entre maniquíes de pulso congelado.

Venís de la Edad Media donde no habéis nacido,
porque no sois del tiempo presente ni del ausente.
Os mata una verdad en el caduco nido:
la que impone la vida del siempre adolescente.

Yo soy viejo: tan viejo, que el primer hombre late
dentro de mis vividos y veintisiete años,
porque combato al tiempo y el tiempo me combate.
A vosotros, vencidos, os trata como a extraños.
Trapos, calcomanías, defunciones, objetos,
muladares de todo, tinajas, oquedades,
lápidas, catafalcos, legajos, mamotretos,
inscripciones, sudarios, menudencias, ruindades.

Polvos, palabrería, carcoma y escritura,
cornisas; orinales que quieren ser severos,
y se llevan la barba de goma a la cintura,
y duermen rodeados de siglos y sombreros.

Vilmente descosidos, pálidos de avaricia,
lo que más les preocupa de todo es el bolsillo.
Gotosos, desastrosos, malvados, la injusticia
se viste de acta en ellos con papel amarillo.

Los veréis adheridos a varios ministerios,
a varias oficinas por el ocio amuebladas.
Con el **** en la boca canosa, van muy serios,
trucosos, maniobreros, persiguiendo embajadas.

Los veréis sumergidos entre trastos y coños
internacionalmente pagados, conocidos:
pasear por Ginebra los cojones bisoños
con cara de inventores mortalmente aburridos.

Son los que recomiendan y los recomendados.
La recomendación es su procedimiento.
Por recomendación agonizan sentados
donde la muerte cómoda pone su ayuntamiento.

Cuando van a acostarse, se quitan la careta,
el disfraz cotidiano, la diaria postura.
Ante su sordidez se nubla la peseta,
se agota en su paciencia la estatua más segura.

A veces de la mala digestión de estos cuervos
que quieren imponernos su vejez, su idioma,
que quieren que seamos lenguas esclavas, siervos,
dependen muchas vidas con signo de paloma.

A veces son marquesas íntimas de ambiciones,
insaciables de joyas, relumbronas de trato:
fracasadas de título, caballares de acciones,
dispuestas a llevar el mundo en el zapato.

Putonas de importancia, miden bien la sonrisa
con la categoría que quien las trata encierra:
políticas jetudas, desgastan la camisa
jodiendo mientras hablan del drama de la guerra.

Se cae de viejo el mundo con tanto malotaje.
Hijos de la rutina bisoja y contrahecha,
valoran a los hombres por el precio del traje,
cagan, y donde cagan colocan una fecha.

Van del hotel al banco, del hotel al paseo
con una cornamenta notable de aire insulso.
Es humillar al prójimo su más noble deseo,
y el esfuerzo mayor le hacen meando a pulso.

Hemos de destrozaros en vuestras legaciones,
en vuestros escenarios, en vuestras diplomacias.
Con ametralladoras cálidas y canciones
os ametralllaremos, prehistóricas desgracias.

Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida
dentro del corazón, sangrando por la boca:
y os vencerá la ferrea juventud de la vida,
pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.

La juventud, motores, ímpetus a raudales,
contra vosotros, viejos exhombres, plena llueve:
mueve unánimemente sus músculos frutales,
sus máquinas de abril contra vosotros mueve.

Viejos exhombres viejos: ni viejos tan siquiera.
La vejez es un don que cederá mi frente,
y a vuestro lado es joven como la primavera.
Sois la decrepitud andante y maloliente.

Sois mis enemiguitos: los del mundo que siento
rodar sobre mi pecho más claro cada día.
Y con un soplo sólo de mi caliente aliento,
con este soplo dicté vuestra agonía.
Wörziech May 2013
Salgadas foram as gotas caídas em um plano liso e infinito. Um terreno sombrio, desconhecido, no qual meus sons foram abafados e reprimidos em exatos instantes por mim vividos de plenitude e silêncio incalculáveis, desconectados de qualquer linha cronológica pensável. Porções muito densas de um líquido que levava em si, vida e morte. Naquele terreno indescritível, iam se acoplando as gotas que de mim pareciam sair. Inicialmente desarmonizadas, logo que fui anexado àquele universo caótico, vi aquelas gotas, que em mim causavam muito temor, se arranjarem de tal forma que eu pude distinguir dois círculos. Globos na verdade. Eram, no inicio, desfocados, sem cores e sem brilho, mas ao som de um grande ruído, eu pude, de todas as perspectivas, ver, ouvir e sentir uma implosão de existência do meu próprio eu, uma implosão que transformou aqueles pequenos desencorajados globos em grandiosas esferas reluzentes, ardentes em chamas verdes, de beleza e espiritualidade que eu ou qualquer outro jamais poderá representar por via de meras palavras. Neste foi o instante em que eu perdi a capacidade de distinguir como bem estava acostumado e, o que passava a ser, agora, era uma chama somente; uma chama que lentamente me consumiu por completo, fazendo-me parte dela. Neste vagaroso instante eu consegui assimilar que, aos poucos, tudo o que eu passava a sentir, era ela. Tudo o que eu via, era ela. Tudo o que eu era, era ela.  E, dando continuidade a sua essência, acabou por consumir também todas as constelações, todos os planetas, abrangendo sistemas solares, galáxias inteiras, mas sem se esquecer de qualquer fragmento, pequenino ou grande; ao consumir todos eles, como se em um lapso atemporal, eu pude ver, agora de outra forma, o processo reverso ao daquele que eu acabara de descrever. Fui guiado suavemente, mas com uma velocidade igual à de cargas elétricas gerando e configurando pensamentos; de uma forma indescritível, sendo levado para uma linha tênue e tremida no horizonte; conhecia todos os corpos celestes pelos quais passava. Via a vida nascendo em planetas e bilhões de anos sendo contados, de formas e linguagens variadas, nos calendários daqueles que neles viviam. Chegando mais próximo daquela linha, por mim tida como infinita, tudo passava a ter uma textura esplêndida, gerando uma vibração de cores frias, agradáveis e aconchegantes. Mal pude perceber quando me perdi deste instante. Foi como em um segundo perpétuo e duradouro. Ao seu fim, o abrir de minhas pálpebras revelaram a mim um olhar surreal. Como em uma sequência de slides, eu vi pupilas sendo dilatas, servindo-me com uma cor suave indescritível, olhos que, como se em chamas, provocavam em si próprios, oscilações de cores, contraste e brilho. Olhos transcendentais e onipresentes, não pertencentes ao meu mundo, mas ao contrário, o meu ser, prazerosamente entregue a eles. Olhos para além da vida ou da morte, que carregam em si o meu eu e o todo mais.
He abierto la ventana. Entra sin hacer ruido
(afuera deja sus constelaciones).
«Buenas noches, Noche».
Pasa las páginas de sombra
en las que todo está ya escrito.
Viene a pedirme cuentas.

«Salí al rayar el alba -digo-.
Lamía el sol las paredes leprosas
Olía a vino, a miel, a jara»
(Deslumbrada por tanta claridad
ha entornado los ojos).
La llevan mis palabras por calles, ascuas, no lo sé:
oye la plata de las campanadas.
Ante la puerta de la iglesia
me callo, me detengo -entraría conmigo-
si yo no me callase, si no me detuviera-;
yo sé bien lo que quiere la Noche;
lo de todas las noches;
si no, por qué habría venido.

Ya mi memoria no es lo que era. En la misa del alba
no dije Agnus Dei qui tollis pecata mundi,
sino que dije Marta Dei  (ella también es cordero de Dios
que quita mis pecados del mundo).
La noche no podría comprenderlo,
y qué decirle, y cómo, para que lo entendiese.

No me pregunta nada la Noche,
no me pregunta nada. Ella lo sabe todo
antes que yo lo diga, antes que yo lo sepa.
Ella ha oído esos versos
que se escupen de boca en boca, versos
de un malaleche del Andalucía
al que otro malaleche de solar montañés
llamara «capellán del rey de bastos»
en los que se hace mofa de mí y de Marta,
amor mío, resumen de todos mis amores:
Dicho me han por una carta
que es tu cómica persona
sobre los manteles, mona
y entre las sábanas, Marta.
qué sabrá ese tahúr, ese amargado
lo que es amor.
La Noche trae entre los pliegues de su toga
un polvillo de música, como el del ala de la mariposa.
Una música hilada en la vihuela
del maestro del danzar, nuestro vecino.
En la cocina estará escuchando Marta;
danzará, mientras barre el suelo que no ve,
manchado de ceniza, de aroma, de trigo candeal,
de jazmines, de estrellas, de papeles rompidos.
Danza y barra Marta.

Pido a la Noche que se vaya. Hasta mañana, Noche.
Déjame que descanse. Cuando amanezca regaré el jardín,
saldré después a decir misa.
-Deus meus, Deus meus, quare tristis est amina mea-
luego volveré a casa, terminaré una epístola en tercetos
escribiré unas hojas
de la comedia que encargaron unos representantes.
Que las cosas no marchan bien en el teatro,
y uno no puede dormirse en los laureles.

Hasta mañana, Noche.
Tengo que dar la cena a Marta,
asearla, peinarla (ella no vive ya en el mundo nuestro),
cuidar que no alborote mis papeles,
que no apuñale las paredes con mis plumas
mis bien cortadas plumas,
tengo que confesarla. «Padre, vivo en pecado»
(no sabe que el pecado es de los dos),
y dirá luego: «Lope, quiero morirme»
(y qué sucedería si yo muriese antes que ella).
Ego te absolvo.

Y luego, sosegada, le contaré, para dormirla,
aventuras de olas, de galeones, de arcabuces, de rumbos marinos,
de lugares vividos y soñados: de lo que fue
y que no fue y que pudo ser mi vida.
Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar.
Con él su vida entera coincidía,
Toda promesa y realidad iguales,
La mocedad austera vuelta apenas
Gozosa madurez, tan demoradas
Como día estival. Así olvidaste,
Amando su existir, temer su muerte.

Pero su muerte, al allegarle ahora,
Calló la voz que cerca nunca oíste,
A cuyos ecos despertaron tantos
Sueños del mundo en ti nunca vividos,
Hoy no soñados porque ya son vida.

Cuando para seguir nos falta aliento,
Roto el mágico encanto de las cosas,
Si en soledad alzabas la cabeza,
Sonreír le veías tras sus libros.
Ya entre ellos y tú falta de sombra,
Falta su sombra noble ya en la vida.

Usándonos a ciegas todo sigue,
Aunque unos pocos, como tú, os digáis:
Lo que con él termina en nuestro mundo
No volverá a este mundo. Y no hay consuelo,
Que el tiempo es duro y sin virtud los hombres.
Bien pocos seres que admirar te quedan.
Victor Marques Apr 2013
O AMOR DE JESUS


Nos corredores do paraíso,
Nas ondas e no vento,
No meu pensamento,
No amor sereno e sem abrigo,
No colar desprotegido,
Nas ilhas de outrora,
No amor de Jesus que sempre ora…

No azul do céu transparente,
No futuro e no presente,
Nos pássaros, nos rios e mar,
Nas formas belas do luar,
No lusco-fusco, na madrugada,
Na veleidade, nos canaviais,
No amor de nossos pais.

Nos lagos adormecidos,
Nos sonhos vividos,
No amor, na compaixão,
No pobre, no bom ladrão.
Existe um amor eterno que me conduz,
O amor do BOM JESUS…
Victor Marques
Anna Bianchi Dec 2016
Você me deu tantos sustos
Que agora a realidade parece confusa
E eu não sei o que sentir
É uma angústia, um novelo de lã que usavas para tricotar minhas toucas
Enforcando meu peito.

Teu amor me aquece nesse inverno tão gelado
E a única promessa que te garanto é de sempre levar meus casacos
Pois sei que deu que fará frio na televisão.
A lembrança do teu toque e cheiro são tão vividos
Será que irão embora contigo com o tempo?
Ou ao menos isso deixarás para mim?

Tem um potinho do teu molho de macarrão no congelador
E tantas fotos suas com um grande sorriso nos álbuns lá da sala de casa
Não consigo acabar esse poema
As forças que tinha usei tentando colocar o pé fora de casa
Acabaram nos meus olhos vislumbrando a janela.
Vi um mundo vivendo
Pessoas passando igual a antes
Seguindo em frente
E ninguém está de preto. Ninguém chora. Ninguém sente o que eu sinto.
Porque não te conheceram
Aí dessas pessoas infelizes
Que não provaram do teu carinho
Do teu amor
Aí dessas pessoas infelizes que vivem e passam
Enquanto eu não aguento viver nesse mundo sem você.

As lágrimas me consomem
E eu nem tenho mais lágrimas para chorar.
Es blanca, rubia, de contornos puros,
Cual si fueran labrados por Cellini.
La vi, me enamoré, di veinte duros,
Y la mandó a mi casa Pellandini.

Está con traje azul, el solo traje
Que me causa inquietudes y desvelos,
Porque con él el rostro es un celaje
Prendido en las riberas de los cielos.

Suelto tiene el riquísimo tesoro
De sus cabellos blondos y rizados,
Que brillan y relucen como el oro
De octubre en las espigas de los prados.

Buscan la inmensidad sus claros ojos,
Que irradian luz en su mirar sereno:
Tiene boca pequeña, labios rojos,
Cuello de nácar y marmóreo seno.

Siempre que llego a verla, me palpita
Acelerado el corazón ardiente;
Me parece que sueña, que medita,
Y que espera mis besos en su frente.

Es púdica, romántica, graciosa,
Y en contra de su **** y su hermosura,
No puede ser infiel ni ser curiosa,
Ni mentir, ni gastar, ni ser impura.

Después de que a Occidente el sol resbala,
Y su luz melancólica pardea,
Y esconde la cabeza bajo el ala
El ave que en los árboles gorjea;

Cuando aparecen nítidas y bellas,
Derramando sus vividos fulgores,
Esas, que siempre están, blancas estrellas,
En eterno coloquio con las flores;

Cuando al loco rumor con que ensordece
A la incansable muchedumbre el día,
Sigue el hondo silencio en que parece
Que están el sol y el mundo en agonía:

Entonces, en mi alcázar de amargura,
Que jamás el amor viste de gala,
Contemplo a la deidad cuya hermosura
Decora el muro de la humilde sala.

¡Cómo anima la sombra suavemente
Sus pupilas tan dulces y serenas!
¡Cuál tiñe de carmín su casta frente
La sangre que no corre por sus venas!

Parece que me ve, que se retratan
Mis ojos en los suyos siempre bellos,
¡En sus ojos de rayos que no matan.
Porque no está la tempestad en ellos!

Ojos que irradian fe, paz y bonanza,
Con la celeste luz en ellos presa;
Al que los mira infunden esperanza,
Y casta devoción al que los besa.

Cuántas veces, mirando cara a cara
A esta mujer, capricho del artista,
He llegado a pensar: «Si abandonara
El lienzo en que aparece ante mi vista,

»Y viera convertirse en un momento
En verdad la ficción sobrando altiva,
Fuerza, calor, lenguaje y movimiento,
Tornándose mujer y estando viva,

»¿Causará entonces a mi pecho herido
Este entusiasmo que a sus pies me trae?»
¡Ah! ¡yo sé que al amor sigue el olvido!
¡La flor más bella se marchita y cae!

Yo sé que el fuego que la carne abrasa,
Se torna en humo y en ceniza fría.
¡Todo se rompe, y atosiga, y pasa
Como el resabio del placer de un día!

Y sé que aquel amor dulce y callado
Que vierte en la niñez sus embelesos,
Es la estrella inmortal del bien pasado,
Encendida entre lágrimas y besos.

Mas del extraño amor que al pecho inspira,
Esta muda beldad, ¿cuál es el nombre?
¿Es sólo verso cuando está en la lira?
¿Sólo palabra cuando está en el hombre?

¿Es brillante ilusión que se derrumba
A un abismo sin fondo ni medida?...
¡Es como el fuego fatuo de la tumba,
Que sólo puede arder donde no hay vida!

Pigmalión, adorando a Galatea,
A este secreto amor le imprime norma;
Para llegar al culto de la idea,
Hay que entrar por el culto de la forma.

¿Es dulce, es melancólica, es hermosa?
Pues no exijamos más, basta con eso;
El amor, cual la abeja, va a la rosa:
Sólo busca la boca para el beso.

Mejor que nada exista en esa frente,
Ni en esos labios de encendida grana;
Huyo del sol en el zenit ardiente,
Y lo busco al rayar de la mañana.

Nada que incendie, nada que destruya
Nada que canse, nada que carcoma;
Si queréis un amor que no concluya,
Todo fe, todo ensueño, todo aroma,

Pensad, al resolver cuestión tan seria.
Que la beldad encubre un esqueleto
Que polvo será al fin, porque es materia:
Pedidlo al arte y lo hallaréis completo.

Al arte, sí, que en medio del abismo,
Que todo lo amortigua y lo devora,
Ni engaña, ni atosiga, siendo el mismo
En la sombra y la luz, a cualquiera hora.

Es la existencia en dichas tan escasa,
Que cuanto abarca en su mejor destello,
Todo se rompe, languidece y pasa:
¡Todo, menos el culto por lo bello!
Victor Marques Jun 2018
Quando adormeço sonho e fico sem pensamento,
Nem olho para a lua que fica muito distante,
Ruídos das árvores nao  sentidos,
Deixo de perceber os momentos vividos.


Deixo de olhar os charcos de tons esverdeados,
A Luz solar também nada alumia,
Perdido no sonho tudo fica esquecido,
A natureza também sente pouca alegria,
Com a noite os esquilos ficam empoleirados,  
Eu perdido num sonho sem futuro já passado...

As estrelas todas as noites acordadas,
Com facetas diferentes quando há trovoadas,
Eu perdido com sonhos e adormecido  simplesmente,
Me revejo com sono num sonho diferente...

Victor Marques
sonho, noite, natureza, sono
Victor Marques Jun 2022
Não nós lembramos de vidas anteriores,
Sem espírito não somos sonhadores.
O espírito é um elo efetivo,
Transcendente e com motivo.
Quando o amor de alma é louvável,
Vivemos de uma forma inexplicável.

Preciso de tempo para o mundo algo me dar,
Alma minha que sente arrepio no olhar.
Para mim tudo é clarificado,
Alma minha do presente, do passado.
Outras almas comigo querem comunicar,
E a saudade de meus entes queridos aliviar.

Almas com interesses e mesmos ideais,
Queridas por nós e nossos pais.
Parecem tudo perceber e nunca ter lar,
E noutra dimensão se aperfeiçoar.
Cordões energéticos às vezes rompidos,
Eternamente ligados aos sonhos vividos.

Encerrar ciclos que a alma quer desconetar,
Para ser feliz e continuar a caminhar.
As boas almas deixam saudade permanente,
Mantendo nos juntos para todo o sempre.
A alma é misteriosa e isso devemos aceitar,
Para de  novo viver e aprender a amar.


Victor Marques
Alma, espírito, vidas, passado, presente, amor
Victor Marques Sep 2022
Me pareço com uma videira alaranjada,
Eu sou tudo,  eu sou nada.
Folhas que escrevi por amor,
Rosados os olhos cheios de solidão,
Seja eu comboio , seja flor,
A primeira ou última estação.

Eu sou como as estações do ano,
Doce, calmo sem ser sereno.
A vitalidade do cair da folha sem querer,
Deixar de ser Verão ao amanhecer.
Queria ser Outono rapidamente,
Para ser vida ser semente.

Com o Outono tudo parace querer morrer,
Com a Primavera tudo quer nascer...!
No Inverno com o lagarto a hibernar,
Sol de Verão que parece escaldar.
Parece que os ciclos estão comprometidos
Com os amores, com os sonhos vividos.

Estações do ano que tudo consagrais,
Os rios, os mares, os salgueirais.
Movimentos acelarados do universo eu quero agradecer,
Pelo mundo , pela vida, pela existência do meu ser.
Estações,  vida, ciclos
Moría lentamente la tarde y fatigado,
De una encina a la sombra, se hallaba Adán sentado.
Rumiaban los rebaños en los verdes boscajes,
Y las nubes se orlaban de vividos celajes.

Adán, ya su trabajo del día concluido,
Pensando en el misterio de lo desconocido,
Y triste, como en éxtasis, iba siguiendo el vuelo
De las aves errantes por la extensión del cielo;
Y al ver del infinito, radiante, azul, el manto,
Do asomaban estrellas, brotó a sus ojos llanto.

«¡Dios mío!» dijo entonces, y era su voz reproche:
«¿Por qué no tengo alas? Yo quiero de la noche
Atravesar las sombras; quiero ese mar profundo
De brumas y de nubes que flota sobre el mundo
Cruzar en raudo vuelo, y antes de que la muerte
Venga a cerrar mis ojos, entre tu gloria verte.
La vida así sería menos amarga y triste».

Y Dios repuso entonces: «Tendrás lo que pediste.
¿Sufres porque no tienes alas y porque ansias
alzarte de la tierra y oír las armonías
Celestes, en esferas de luz y eterna calma?
Mortal: para que vueles, alas daré a tu alma».

Desde entonces sus alas el Pensamiento tiende
A regiones ignotas do el Ideal esplende,
A mundos que en sus sueños forjó la Fantasía...
Y así Dios, una tarde, creó la Poesía.
Victor Marques Jun 2022
Penso nas giestas floridas que sempre olhei,
Amarelas, pueris e sempre brancas,
Olhava para elas e eram tantas,
Saudades que para elas eu deixei.
Penedos que eu trepava com ousadia,
Sobreiros que eu subia,
Ribeiros onde eu nadava ingénuo,
Sem pudor ou amor feito engano.
Caminhadas com rebanhos que não crias,
Sentimentos que não sentias,
Turbilhões de ideias que teu ser comprometia,
Vivendo na esperança de ter o que não podia.

Saltava as fogueiras nas noites de luar,
Nas festas de Santo António gostava de dançar,
Colhia flores com mãos inocentes,
Recebia tudo como belos presentes,
Dormia com sonhos nunca vividos,
Acordava com meus entes queridos.

Pensava eu que viver era ousadia,
Não percebia a tristeza e alegria.
Fui criado num ambiente sagrado,
Vivia sem sombra de pecado.
Era terno, amigo, simples com amor,
Se pudesse escolher o nome seria flor.


Victor Marques
JUVENTUDE, SAUDADE,Amor
SoVi Apr 2018
Invierno, Verano, creando juntos

Cuando viene el frío cubre el mundo
Crea un ilusión de paz en el fondo
El mundo está callado, atrapado en silencio
Latidos de corazones estan mas fuertes

Cuando ella se arrastra desde salas de montañas
Ella trae un viento de calor calentando con su amor

Todo que es bueno y alegre es en ella
Todo que se muere tiene esperanza
Todo que se alivia tiene esperanza
Desde las pasiones del montans

Invierno, Verano, convergiendo juntos

Cuando el invierno se va ella llora
Lluvia de hielo para sentir su abrazo
Cuando el no se ve ella crea flores
Color blanca para imaginar que el esta aqui

El se deja morir para que ella puede vivir tranquila
El se deja que el odio lo consume para que ella tiene amor
Amores que nunca se ve, pero seiten el compasion y el fe

Cuando todo está hecho, esconden entre las montañas
En imágenes vividos, memorias desvanecimiento
Entidades intocables sin límites, pero espiritus debiles
El mundo se desarrolla de ellos pero lo dejan separados

Invierno, Verano, divergiendose



© Sofia Villagrana 2018
Inspired by the anime Zankyou no Terror's insert song Von by Arnor Dan.
Victor Marques Jun 2023
Vive cada segundo do teu dia,
Com ou sem magia.
Doçura e alegria,  
Paz e harmonia!
Haja amor, haja poesia.

Areia do mar tão fina,
Entardecer de forma divina.
Poesia profícua que ensina,
Que faz mulher a menina!

Linguagem humana com sentido,
Rever o que é tirado, perdido.
Transcende na estética ,melhora com a ousadia,
Feita chuva, sol do meio dia...

Vives com amor dentro de nós,
És querida por pais e avós.
Enobrece o destino tracado,
Amas o futuro, o presente , passado.

Poesia dos pobres maltratados,
Dos amores bem ou mal amados!
Poesia dos poetas desconhecidos,
Poesia de poemas já vividos.




Victor Marques
Poesia,sentido, versos
Perguntar donde vens com sentimentos,
Cabelos soltos aos ventos.
Perguntar ao mundo que sentiste,
Brisa amena que pediste.


Quando acordo e na janela espreito,
Olho o vento  que parece  desfeito.
Tocando baladas em qualquer sino,
Tirando mágoas do próprio destino.


Olha aves sedentas de voar,
Esvoaçam sobre o teu olhar.
Pinheiros verdes,meios partidos ,
Rosa dos ventos de sonhos vividos.



Deixas as ondas do mar com zumbido,
Fustigadas sem porto , nem abrigo.
És bom vento que madrugas no além ,
Com a chuva que nos quer bem.

Victor Marques

— The End —