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Ingrato nieto mío,
"ven a saludar"
la voz de abuelita
me empieza a gritar...
desde el cuarto donde duerme
y donde siempre está.

Ingrato si lo soy porque
no la voy a ver
tan pronto como llegó
a su casa a comer

Escarbo en la nevera
algo frío pa tomar
y me siento con mis primos a reírme y charlar.

Pero esta vez lo juro Dios,
voy a hacerlo bien ....
"Buenas tardes abuelita,
cómo está su Merce?"....
pero al tocarla no se mueve
y helada está también.

Ingrato siempre fui y siempre lo seré
Written for my living (at the time) paternal grandma on mother's day early 21st century.....she got a kick out of it.
Eu pintei-me de preto e vesti-me de *****,
E colori em forma de arco-íris, o meu coração!
Descansei os sapatos e assim com ar integro,
Analisei todos os meus males, aqui atrás do Marão!

Olhei o sol que estava lindo, assim como a luz do dia,
E eu ali senti-me um milhafre perdido no raiar do céu,
Despi-me de preconceitos e agarrei a luz que me alumia,
Comecei a correr até ficar cansado, até perder o chapéu!

Comecei a despir o ***** que trazia vestido e foi nu,
Que comecei a procurar ao redor uma nova capa,
Com cores coloridas com sorrisos tirados do baú!
Não servia sorrir de novo, sorrisos fingidos á socapa!

Jurei que iria sair do escuro, que trazia vestido,
Comprometi-me com a alma, e entregar-me ao destino,
Porque afinal, eu não tinha perdido, então porquê, o alarido!
Seria por me despir, reflectir e sentir culpado e latino?

Hoje não é dia de pensar assim, não é dia de fingir,
Não é dia de mentir, nem é dia de ficar para ali a latir.
Porque quem me pudesse ouvir, estaria ali não para me ouvir,
Mas sim para fingir, que eu era o corvo, e tinha de partir!






Quanto tempo durou o fingimento que te cativou?
Porquê que eu nunca percebi que teria de sair!
Não sei, nem posso deitar-me a adivinhar. Sei, acabou.
Não tenho mais comigo razões para me prostituir!

Como poderia eu ter sido ingrato, se tivesse visto,
Que afinal tudo que vivi, até ali, nunca foi real e meu.
Nunca fui afinal muito mais, que um pequeno imprevisto.
Ingrato, não estou. Hoje eu sei, que afinal, estou ao léu!
Sem qualquer compromisso no coração, e pode ser teu.

Autor: António Benigno
Dedicado do Romeiro para a Rameira.
A estos peñascos rudos,
mudos testigos del dolor que siento
-que sólo siendo mudos
pudiera yo fiarles mi tormento,
si acaso de mis penas lo terrible
no infunde lengua y voz en lo insensible-,

quiero contar mis males,
si es que yo sé los males de que muero;
pues son mis penas tales,
que si contarlas por alivio quiero,
le son, una con otra atropellada,
dogal a la garganta, al pecho espada.

No envidio dicha ajena:
que el mal eterno que en mi pecho lidia,
hace incapaz mi pena
de que pueda tener tan alta envidia;
es tan mísero estado en el que peno,
que como dicha envidio el mal ajeno.

No pienso yo si hay glorias;
porque estoy de pensarlo tan distante,
que aun las dulces memorias
de mi pasado bien, tan ignorante
las mira de mi mal el desengaño,
que ignoro si fue bien, y sé que es daño.

Esténse allá en su esfera
los dichosos: que es cosa en mi sentido
tan remota, tan fuera
de mi imaginación, que sólo mido,
entre lo que padecen los mortales,
lo que distan sus males de mis males.

¡Quién tan dichosa fuera,
que de un agravio indigno se quejara!
¡Quién de un desdén llorara!
¡Quién un alto imposible pretendiera!
¡Quién negara, de ausencia o de mudanza,
casi a perder de vista la esperanza!

¡Quién en ajenos brazos
viera a su dueño, y con dolor rabioso
se arrancara a pedazos
del pecho ardiente el corazón celoso!
Pues fuera menor mal que mis desvelos,
el infierno insufrible de los celos.

Pues todos estos males
tienen consuelo o tienen esperanza,
y los más sin iguales
solicitan o animan la venganza;
y sólo de mi fiero mal se aleja
la esperanza, venganza, alivio y queja.

Porque ¿a quién sino al cielo,
que me robó mi dulce prenda amada,
podrá mi desconsuelo
dar sacrílega queja destemplada?
Y él, con sordas, rectísimas orejas,
a cuenta de blasfemias pondrá quejas.

Ni Fabio fue grosero
ni ingrato, ni traidor; antes, amante
con pecho verdadero,
nadie fue más leal ni más constante:
nadie más fino supo, en sus acciones,
finezas añadir a obligaciones.

Sólo el cielo, envidioso,
mi esposo me quitó; la Parca dura,
con ceño riguroso,
fue sólo autor de tanta desventura.
¡Oh Cielo riguroso, oh triste suerte,
que tantas muertes das con una muerte!

¡Ay dulce esposo amado!
¿Para qué te vi yo? ¿Por qué te quise,
y por qué tu cuidado
me hizo, con las venturas, infelice?
¡Oh dicha, fementida y lisonjera,
quién tus amargos fines conociera!

¿Qué vida es esta mía,
que rebelde resiste a dolor tanto?
¿Por qué, necia, porfía,
y en las amargas fuentes de mi llanto
atenuada, no acaba de extinguirse,
si no puede en mi fuego consumirse?
Quiero escribirte un poema malescrito
Lleno de errores ortograficos
Un poema hereje a la metrica poetica
Un poema irreverente a la gramatica

Quiero volverme un rebelde asmatico
Tu amante diabetico
Amor antipatico
Ateo y medio psiquico

Lago en sequia
Freemont street sin puteria
Entre azul y buenos dias
Barrio caliente sin policia

Quiero que resientas todas y cada una de mis ausencias
Como la biblia a la ciencia
Opresor a la conciencia

Ser tu desacato
Tu rebelion
Tu desobediencia
Un beso roto en resistencia
Lo contrario a la decensia

Amor sin contrato
Puta con licensiatura
Medio malo y medio ingrato
Inocente y hasta novato
En eso de pasar el rato
Sin que el corazon se enlode
Igual que cuando pisas el fango
Con tu zapato.

No hay poemas simples
Solo poetas nerviosos
Mafe Oct 2012
"Abre sua aversão;
Eis que um nauta fala:
- Mestre, vês somente sofrimento no amor?
- O amor pode conter fuligem e até mesmo grasnar, porém uma vez sentido é como parcel:
não se desfaz fácil dentro do peito.
E mesmo que nos faça presente o basto e dorido retrocesso, o medo,
infindável de obstruir a todo esse amor, mais infindável é o anelo que o amor causa-nos.
Estamos sobre escombros, mas o amor é como papelotas angelicais…
Desce ondulado cheio de idas e vindas, corrupiando até a estabilização.
O amor é granívoro, come pequenas as sementes dos defeitos nossos,
belo como o grande milhafre-preto a planar no céu.
É como a retriz que sente o vento a tocar, é o ósculo entre o paraíso e a imensidão.
Oco somos antes de amar.
Somos como o barril quebrado sem vinho, esperando que o tanoeiro nos venha resgatar.
Encher-nos a transbordar.
Ouça o execrável grito do ódio, sendo cancelado pelo dulçor deste imenso sentimento.
Ouça o esfolar dos descrentes, incorpóreos.
O amor é um reverbrar eterno de luz em cada alma,
é a calma, e a batida de cada pulsação.
Não se pode obstrui-lo, ou excluí-lo da vida,
pois ela o traz em cada vibração.
Como um frincha encontrada dentro de nós,
convertendo aos poucos cada problema em solução.
Transformando o ingrato em um romântico facúndio,
criando paz em meio a escuridão"
Finjamos que soy feliz,
triste pensamiento, un rato;
quizá prodréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario,

que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado.

Sírvame el entendimiento
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.

Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan varios,
que lo que el uno que es *****
el otro prueba que es blanco.

A unos sirve de atractivo
lo que otro concibe enfado;
y lo que éste por alivio,
aquél tiene por trabajo.

El que está triste, censura
al alegre de liviano;
y el que esta alegre se burla
de ver al triste penando.

Los dos filósofos griegos
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.

Célebre su oposición
ha sido por siglos tantos,
sin que cuál acertó, esté
hasta agora averiguado.

Antes, en sus dos banderas
el mundo todo alistado,
conforme el humor le dicta,
sigue cada cual el bando.

Uno dice que de risa
sólo es digno el mundo vario;
y otro, que sus infortunios
son sólo para llorados.

Para todo se halla prueba
y razón en qué fundarlo;
y no hay razón para nada,
de haber razón para tanto.

Todos son iguales jueces;
y siendo iguales y varios,
no hay quien pueda decidir
cuál es lo más acertado.

Pues, si no hay quien lo sentencie,
¿por qué pensáis, vos, errado,
que os cometió Dios a vos
la decisión de los casos?

O ¿por qué, contra vos mismo,
severamente inhumano,
entre lo amargo y lo dulce,
queréis elegir lo amargo?

Si es mío mi entendimiento,
¿por qué siempre he de encontrarlo
tan torpe para el alivio,
tan agudo para el daño?

El discurso es un acero
que sirve para ambos cabos:
de dar muerte, por la *****,
por el pomo, de resguardo.

Si vos, sabiendo el peligro
queréis por la ***** usarlo,
¿qué culpa tiene el acero
del mal uso de la mano?

No es saber, saber hacer
discursos sutiles, vanos;
que el saber consiste sólo
en elegir lo más sano.

Especular las desdichas
y examinar los presagios,
sólo sirve de que el mal
crezca con anticiparlo.

En los trabajos futuros,
la atención, sutilizando,
más formidable que el riesgo
suele fingir el amago.

Qué feliz es la ignorancia
del que, indoctamente sabio,
halla de lo que padece,
en lo que ignora, sagrado!

 No siempre suben seguros
 vuelos del ingenio osados,
que buscan trono en el fuego
y hallan sepulcro en el llanto.

También es vicio el saber,
que si no se va atajando,
cuando menos se conoce
es más nocivo el estrago;

y si el vuelo no le abaten,
en sutilezas cebado,
por cuidar de lo curioso
olvida lo necesario.

Si culta mano no impide
crecer al árbol copado,
quita la sustancia al fruto
la locura de los ramos.

Si andar a nave ligera
no estorba lastre pesado,
sirve el vuelo de que sea
el precipicio más alto.

En amenidad inútil,
¿qué importa al florido campo,
si no halla fruto el otoño,
que ostente flores el mayo?

¿De qué sirve al ingenio
el producir muchos partos,
si a la multitud se sigue
el malogro de abortarlos?

Y a esta desdicha por fuerza
ha de seguirse el fracaso
de quedar el que produce,
si no muerto, lastimado.

El ingenio es como el fuego,
que, con la materia ingrato,
tanto la consume más
cuando él se ostenta más claro.

Es de su propio Señor
tan rebelado vasallo,
que convierte en sus ofensas
las armas de su resguardo.

Este pésimo ejercicio,
este duro afán pesado,
a los ojos de los hombres
dio Dios para ejercitarlos.

¿Qué loca ambición nos lleva
de nosotros olvidados?
Si es para vivir tan poco,
¿de qué sirve saber tanto?

¡Oh, si como hay de saber,
hubiera algún seminario
o escuela donde a ignorar
se enseñaran los trabajos!

¡Qué felizmente viviera
el que, flojamente cauto,
burlara las amenazas
del influjo de los astros!

Aprendamos a ignorar,
pensamiento, pues hallamos
que cuanto añado al discurso,
tanto le usurpo a los años.
Victor Marques Dec 2011
A paz inexistente em mim

Gaivotas voam como se em eterna harmonia,
A paz é inexistente em mim, não tenho alegria,
Milhões vivem em fedorenta Guerra,
Desgraçados são os homens desta terra.

A paz tenho no sono sem vontade,
Tenho que tentar contra a realidade.
Crianças com fome,
Pais sem nome.
A paz depende de ti meu companheiro,
O pedinte pede o dia inteiro.

Num mundo sem preconceitos,
De malícia e obscuridade,
Ingrato e sem verdade,
A que paz estamos sujeitos?
Seres maltratados e humilhados,
Luta tu pela paz inexistente,
Hoje amanhã e sempre…

Victor  Marques
El aura popular me trajo un día
Un nombre que la fama y la victoria
Coronaron de luz y poesía
En la tierra del arte y de la gloria.

Brotando del estruendo de la guerra,
De patricia virtud germen fecundo,
Cruzó como relámpago la tierra,
Y como himno triunfal vibró en el mundo.

Símbolo de una causa redentora,
Conquistó aplausos, lauros, alabanza,
Y brilló sobre Italia como aurora
De libertad, de unión y de esperanza.

¡Garibaldi! con júbilo exclamaba
Entusiasmado el pueblo por doquiera,
Y América ese nombre lo agregaba,
Como nuevo blasón, a su bandera.

¡Oh titán indomable! tú traías
Sobre tu fe la inspiración del cielo,
Y eras para tus pueblos el Mesías
Anunciado por Dante y Maquiavelo.

En la lucha león, niño en el trato,
Clemente y fraternal con los vencidos,
Fue tu palabra el toque de rebato
Que despertó los pueblos oprimidos.

Por donde quiera que tu faz asoma,
Su salvador el pueblo te proclama,
Y Bolonia, Milán, Nápoles, Roma,
Responden a tu esfuerzo y a tu fama.

Es de un hijo de Esparta tu bravura;
Fuego de Grecia en tu mirar entrañas;
Y en el Tirol tu bíblica figura
Parece un semidiós de las montañas.

Tu abnegación sublime me conmueve;
No es mi laúd quien tu alabanza entona:
La eterna voz del siglo diez y nueve
Por todo el mundo tu valor pregona.

Tuviste siempre corazón entero
Donde ningún remordimiento anida,
Pecho de bronce, voluntad de acero,
Ojos radiantes de esperanza y vida.

Marino en la niñez, acostumbrado
A combatir la tempestad a solas,
Diste a tu genio el vuelo no domado
Del huracán al encrespar las olas.

No me asombra en Egipto Bonaparte
Que las altas pirámides profana;
Me admiras tú, clavando tu estandarte
En la desierta pampa americana.

Al César vencedor el turbio Nilo
Aun en sus ondas con terror retrata,
Mientras tu rostro escultural, tranquilo
En su cristal azul dibuja el Plata.

¿Dónde habrá más virtud y más
nobleza:
En el que al mundo en su ambición oprime,
O en el que, sin corona en la cabeza,
Unifica su patria y la redime?

¡Eras un gladiador! Te halló más fuerte
Que un cedro de los Alpes tu destino.
Forma, desde tu cuna hasta tu muerte,
Un bosque de laureles tu camino.

Cuando la hiel de todos los dolores
Cayó en tu abierto corazón de atleta,
Fue la cruz de los grandes redentores
La visión de tu numen de profeta.

Viendo en toda la Italia una familia,
Tanto te sacrificas en su abono,
Que cuando audaz conquistas la Sicilia,
Por no romper la unión, la das al trono.

¡Bendigo tu misión! El mundo ingrato,
Que hoy aplaude tu nombre y lo venera,
Olvidará que fuiste un Cincinato
En tu retiro augusto de Caprera.

Negará que tu te republicana,
Iluminando siempre tu horizonte,
Brilló en Palermo, deslumbró en Mentana,
E irradió como sol en Aspromonte.

Olvidará también que tus legiones
Llevaron siempre combatiendo, fieles,
Por escudos sus nobles corazones,
Las glorias de la patria por laureles.

Mas no podrá negar que, entre prolijos
Goces, te vimos con amor profundo,
Dar tu sangre y la sangre de tus hijos
Por defender la libertad del mundo

No sólo Roma con viril acento
Ensalzará tu nombre, ilustre anciano,
Que ya dejas perpetuo monumento
En cada corazón americano.

Francia se enorgullece con tu nombre;
Méjico rinde culto a tu memoria;
Y no hay una nación que no se asombre
De tu fe, de tu genio y de tu gloria.

Sirva a los pueblos libres de amuleto
Tu nombre, que la historia diviniza,
Y el mundo mire siempre con respeto
El ánfora que guarde tu ceniza.

La República fue tu culto santo
La unión de Italia tu ambición suprema,
La blusa roja tu purpúreo manto,
Y el gorro frigio tu imperial diadema.
Juliet R Jun 2014
Escrevo numa língua frágil
As mágoas que me vão cá dentro:
As que me assombram as noites
E atormentam os dias
Reaproveito essas mágoas e
Transformo-as em desejos puros
De felicidade inalcançável

Poemas inúteis
Que não correspondem à realidade
Procuro infinitamente algo que substitua
A felicidade inencontrável
E ingrata que não se deixa encontrar
Retiro as vendas fingidas e tingidas de lágrimas
Os meus olhos bem abertos com nada se deparam.

Fala-me como bonito é o amor
Sem nada esconder,
Mostra até os defeitos
Que toda a gente deixa esconder
Não ignores qualquer pedaço ingrato
Consequência dramática
Ou até episódio trágico.

Não deixes que sorriem disto
Sofrimento não é piada
Nem medo ou nervosismo
É número de circo
Tudo o que eu sinto é um puro espetáculo
De sentimentos e emoções
E é inassistível, proibido ao público

Não quero ver destruída
Esta louca paixão descomedida
Que tenho pela descoberta do contentamento
Remata-me com as tuas inequívocas
De como te pertenço
Dessa verdade que vem do coração
E que rompe a tua alma
Inspiration of the day. In portuguese.
Corrido el cortinaje,
desde el balcón de enfrente vi su cuarto,
el cuarto de la virgen, que mi sueño
arrulla en las mañanas con su canto.

Jarrones de Sajonia descansaban
sobre consola de bruñido mármol;
y del sol que moría
los postrimeros rayos
hacían resaltar en la penumbra
las doradas molduras de los cuadros,
las lámparas de bronce
los ricos muebles de nogal tallado,
las cortinas del lecho, y en el muro
los brillantes espejos venecianos.

Y en un rojo sillón, que parecía
a su dueña esperar medio borrado
por la naciente sombra,
se veía un corsé de blanco raso.

Y pensé entonces en las frentes pálidas,
y en los risueños labios,
en los azules ojos
y en los cabellos áureos,
en las cinturas breves
y en los ebúrneos brazos;
en el velo flotante de las novias
y de las niñas en los sueños castos,
y de las vírgenes carnes sonrosadas
y en los púdicos senos de alabastro.

¡Quién fuera su corsé! -me dije entonces-,
quién fuera su corsé de blanco raso,
para saber si late aún su corazón ingrato.
Sobre la rota ventana antigua
Con tosco alféizar, con puerta exigua,
Que hacia la oscura callejada,
Pasmando al vulgo como estantigua
Tallada en piedra, la santa está.

Borró la lluvia los mil colores
Que hubo en su manto y en su dosel;
Y recordando tiempos mejores,
Guarda amarillas y secas flores
De las verbenas del tiempo aquel.

El polvo cubre sus aureolas,
Las telarañas visten su faz,
Nadie a sus plantas riega amapolas,
Y ve la santa las calles solas,
La casa triste, la gente en paz.

Por muchos años allí prendido,
Único adorno del tosco altar,
Flota un guiñapo descolorido,
Piadosa ofrenda que no ha caído
De las desgracias al hondo mar.

A arrebatarlo nadie se atreve,
Símbolo antiguo de gran piedad,
Mira del tiempo la marcha breve;
Y cuando el aire lo empuja y mueve
Dice a los años: pasad, pasad.

¡Pobre guiñapo que el aire enreda!
¡Qué amarga y muda lección me da!
La vida pasa y el mundo rueda,
Y siempre hay algo que se nos queda
De tanto y tanto que se nos va.

Tras esa virgen oscura piedra
Que a nadie inspira santo fervor,
Todo el pasado surge y me arredra;
Escombros míos, yo soy la yedra;
¡nidos desiertos, yo fui el amor!

Altas paredes desportilladas
Cuyos sillares sin musgo vi,
¡cuántas memorias tenéis guardadas!
Níveas corinas, jaulas doradas,
Tiestos azules… ¡no estáis aquí!

En mi azarosa vida revuelta
Fue de esta casa dueño y señor,
¿do está la ninfa, de crencha suelta,
de grandes ojos, blanca y esbelta,
que fue mi encanto, mi fe, mi amor?

¡Oh mundo ingrato, cuántos reveses
en ti he sufrido! La tempestad
todos mis campos dijo sin mieses…
La niña duerme bajo cipreses,
Su sueño arrulla la eternidad.

¡Todo ha pasado! ¡Todo ha caído!
Sólo en mi pecho queda la fe,
Como el guiñapo descolorido
Que a la escultura flota prendido…
¡Todo se ha muerto! ¡Todo se fue!

Pero ¡qué amarga, profunda huella
Llevo en mi pecho!… ¡Cuán triste estoy!…
La fe radiante como una estrella,
La casa alegre, la niña bella,
El perro amigo… ¿Dónde están hoy?

¡Oh calle sola, vetusta casa!
¡angostas puertas de aquel balcón!
Si todo muere, si todo pasa
¿por qué esta fiebre que el pecho abrasa
no ha consumido mi corazón?

Ya no hay macetas llenas de flores
Que convirtieran en un pensil
Azotehuelas y corredores…
Ya no se escuchan frases de amores,
Ni hay golondrinas del mes de abril.

Frente a la casa la cruz cristiana
Del mismo templo donde rezó,
Las mismas misas de la mañana,
La misa torre con la campana
Que entre mis brazos la despertó.

Vetusta casa, mansión desierta,
Mírame solo volviendo a ti…
Arrodillado beso tu puerta
Creyendo loco que aquella muerta
Adentro espera pensando en mí.
Vengada la hermosa Filis
de los agravios de Fabio
a verle viene al aldea
enfermo de desengaños.

A ruego de los pastores
baja de su monte al prado,
que como se ve querida
da a entender que la forzaron.

Eso mismo que desea,
quiere que la estén rogando,
que sube al gusto los precios
amor conforme a los años.

Huyóse Fabio celoso,
pensó Fabio hallar sagrado,
pero hay estados de amor
que está en el remedio el daño.

¡Desdichado del que llega
a tiempo tan desdichado
que le matan los remedios
con que muchos quedan sanos!

En fin, a Fabio rendido
viene a ver su dueño ingrato,
alegre porque es amor
en las venganzas villano.

No va sin galas a verle,
aunque pudiera escusarlo,
que la mayor hermosura
no deja en casa el cuidado.

Lleva de palmilla verde
saya y sayuelo bizarro,
con pasamanos de plata
si en ellos pone las manos.

No lleva cosa en el cuello
que Fabio le hubiese dado,
porque no entienda que viven
memorias de sus regalos.

Joyas lleva que él no ha visto,
no porque le ha hecho agravio,
mas porque sepan ausencias
que no está seguro el campo.

Con una cinta de cifras
lleva el cabello apretado,
que quien gusta de dar celos
se vale de mil engaños.

De rebociño le sirve
para mayor desenfado
el capote de los ojos
bordado de negros rayos.

En argentadas chinelas
listones lleva, admirados
de que quepan tantos bríos
en tan pequeños espacios.

Llegó Filis al aldea,
entró en su casa de Fabio,
los pastores la reciben
como al sol los montes altos.

Dando perlas con la risa
extiende a todos los brazos,
que gana mares de amor
y da perlas de barato.

Apenas Fabio la mira
cuando a un tiempo se bañaron
el alma en pura alegría,
los ojos en tierno llanto.

No hablaron los dos tan presto,
aunque los ojos hablaron,
Filis porque no quería,
Fabio porque quiere tanto.

Cuando en esta suspensión
los dos se encuentran mirando
a un tiempo bajan los ojos
como que envidian de falso.

Habló Filis y tuvieron
alma de coral sus labios,
que ver humilde al rendido
hace piadoso al vengado.

A Fabio culpa le pone
que es error hacer, amando,
con la lengua valentías,
si el alma no tiene manos.

Él responde y se disculpa,
que viendo cerca los brazos,
pide perdón ofendido
quien ama desengañado.
La vida es un gran campo de combate:
Ved al hombre luchar de polo a polo;
Yo le llamo vencido al que se abate
Porque se ve sin armas y está solo.

Más nocivos que el buitre carnicero,
Y que la sierpe que veneno entraña,
Son el amigo hipócrita y artero,
El hijo ingrato y la mujer que engaña.

La verdad es la luz; el hombre vano
Que más la oculta, en su maldad se estrella;
Que no me extienda su alevosa mano,
Quien no me dé su corazón con ella.

Evitar a otros daños y amargura,
Ser en sus penas bálsamo y testigo,
Secar su llanto, darle la ventura
Y servirle sin premio, es ser su amigo.

No confundáis lisonja y alabanza;
Distinto son el lucro y el cariño;
No mueva el interés a la esperanza;
Amad como la madre o como el niño.

La experiencia es la hermana de la duda;
No es fiero todo aquel que está en campaña,
Ni amigo todo aquel que nos saluda,
Ni hermano todo aquel que os acompaña.

Abrid los ojos, pobres caminantes,
Sed del humano batallar testigos,
Que cual llegan a odiarse dos amantes,
Llegan hasta matarse dos amigos.

No contrariéis el propio sentimiento
Ni la noble verdad neguéis por nada,
Preferid a riquezas y talento
Franco carácter y palabra honrada.
Teneva diciott'anne Sarchiapone,
era stato cavallo ammartenato,
ma... ogne bella scarpa nu scarpone
addeventa c' 'o tiempo e cu ll'età.
Giuvinotto pareva n'inglesino,
uno 'e chilli cavalle arritrattate
ca portano a cavallo p' 'o ciardino
na signorina della nobiltà.

Pronto p'asc'i sbatteva 'e ccianfe 'nterra,
frieva, asceva 'o fummo 'a dint' 'o naso,
faville 'a sotto 'e piere, 'o ffuoco! 'A guerra!
S'arrevutava tutt' 'a Sanità.

Ma... ogni bella scarpa nu scarpone
c' 'o tiempo addeventammo tutte quante;
venette pure 'o turno 'e Sarchiapone.
Chesta è la vita! Nun ce sta che ffà.

Trista vicchiaja. Che brutto destino!
Tutt' 'a jurnata sotto a na carretta
a carrià lignammo, prete, vino.
"Cammina, Sarchiapò! Cammina, aah!".

'O carrettiere, 'nfamo e disgraziato,
cu 'a peroccola 'nmano, e 'a part' 'o gruosso,
cu tutt' 'e fforze 'e ddà sotto 'o custato
'nfaccia 'a sagliuta p' 'o fà cammenà.

A stalla ll'aspettava Ludovico,
nu ciucciariello viecchio comm' a isso:
pe Sarchiapone chisto era n'amico,
cumpagne sotto 'a stessa 'nfamità.

Vicino tutt' 'e ddute: ciuccio e cavallo
se facevano 'o lagno d' 'a jurnata.
Diceva 'o ciuccio: "I' nce aggio fatto 'o callo,
mio caro Sarchiapone. Che bbuò fà?

lo te capisco, tu te si abbeluto.
Sò tutte na maniata 'e carrettiere,
e, specialmente, 'o nuosto,è 'o cchiù cornuto
ca maie nce puteva capità.

Sienteme bbuono e vide che te dico:
la bestia umana è un animale ingrato.
Mm' he a credere... parola 'e Ludovico,
ca mm' è venuto 'o schifo d' 'o ccampà.

Nuie simmo meglio 'e lloro, t' 'o ddico io:
tenimmo core 'mpietto e sentimento.
Chello ca fanno lloro? Ah, no, pe ddio!
Nisciuno 'e nuie s' 'o ssonna maie d' 'o ffà.

E quanta vote 'e dicere aggio 'ntiso:
"'A tale ha parturito int' 'a nuttata
na criatura viva e po' ll'ha accisa.
Chesto na mamma ciuccia nun 'o ffà!".

"Tu che mme dice Ludovico bello?!
Overo 'o munno è accussi malamente?".
"E che nne vuo sapè, caro fratello,
nun t'aggio ditto tutta 'a verità.

Tu si cavallo, nobile animale,
e cierti ccose nun 'e concepisce.
I' so plebbeo e saccio tutt' 'o mmale
ca te cumbina chesta umanità".

A sti parole 'o ricco Sarchiapone
dicette: "Ludovì, io nun ce credo!
I' mo nce vò, tenevo nu padrone
ch'era na dama, n'angelo 'e buntà.

Mm'accarezzava comm'a nu guaglione,
mme deva 'a preta 'e zucchero a quadrette;
spisse se cunzigliava c' 'o garzone
(s'io stevo poco bbuono) ch' eva fà".

"Embè! - dicette 'o ciuccio - Mme faie pena.
Ma comme, tu nun l'he capito ancora?
Si, ll'ommo fa vedè ca te vò bbene
è pe nu scopo... na fatalità.

Chi pe na mano, chi pe n'ata mano,
ognuno tira ll'acqua al suo mulino.
So chiste tutte 'e sentimente umane:
'a mmiria, ll'egoismo, 'a falsità.

'A prova è chesta, caro Sarchiapone:
appena si trasuto int' 'a vicchiaia,
pe poche sorde, comme a nu scarpone,
t'hanno vennuto e si caduto ccà.

Pe sotto a chillu stesso carruzzino
'o patruncino tuio n'atu cavallo
se ll' è accattato proprio stammatina
pe ghi currenno 'e pprete d' 'a città".

'O nobbile animale nun durmette
tutt' 'a nuttata, triste e ll'uocchie 'nfuse,
e quanno avette ascì sott' 'a carretta
lle mancavano 'e fforze pe tirà.

"Gesù, che delusione ch'aggio avuto!"-
penzava Sarchiapone cu amarezza.
"Sai che ti dico? Ll'aggia fa fernuta,
mmiezo a sta gente che nce campo a ffà?"

E camminanno a ttaglio e nu burrone,
nchiurette ll'uocchie e se menaie abbascio.
Vulette 'nzerrà 'o libbro Sarchiapone,
e se ne jette a 'o munno 'a verità.
Y fui después un numen transitorio,
sombra y canción en la embriagante tierra,
un sino raro y un deleite raro.
Ya el crepúsculo estivo el día cierra
y lejos brilla un tenebroso faro.

La dama de cabellos encendidos
fecunda con mi sangre sus huertos prohibidos.

Y una inquietud frenética y gozosa
mi paz, mi sueño, mi vigor consume,
y un huracán mi plenitud doblega.
¡Soy esa sombra que cruzó el camino,
en sangre tinta… de lujuria ciega!
Soy esa sombra pávida, cautiva
de un gran misterio en el Misterio oculto.
Huella la flor azul pata lasciva
de cabrón *****, y el divino himnario
sella Satán con sellos de su culto.
Mi pena errante con mi vino loco
en el turbión del vicio la sepulto.

Soy huésped de garitos y tabernas.
Disputo al "puede ser" un pan ingrato;
y dejo que mi carne, ruïn loba
de lúgubres anhelos arrecida,
se me abandone al logro del deleite,
desnuda en la impudicia de la vida.

Entúrbiase la clara inteligencia.
La idea afluye en nieblas ondulantes.
Es el goce monótona frecuencia:
igual en el deliquio y el suspiro...
¡Dadme un beso, un contacto y una esencia,
una sensualidad de nuevo giro!
Nis Jun 2018
Si odiase a alguien como odio a mi cuerpo,
La luz de mi odio guiaría
a los peregrinos de la disidia a mi corazón,
y la pereza de mi odio sería tan grande
que tu belleza sería opaca como la de cualquier otro.

Si odiase a alguien como odio a mi cuerpo
lloraría todos los días por el ingrato muerto
como no lloro todas las noches por mi desdicha.
Si odiase a alguien sería a mi mismo
por tener mi cuerpo.
Y de mis venas fluiría la sangre
como de tu corazón el olvido.
Mi olvido.

Si amase a alguien os amaría a todos
pero el odio a mi cuerpo me impide veros
como si fuese niebla en una noche de Enero,
pues mi corazón ya está roto por dentro
como mi cuerpo está roto por fuera.

//

If a hated someone as I hate my body,
the light of my hatred would guide
the sloth's pilgrims to my heart,
and the lazyness of my hatred would be so big
your beauty would be opaque as any other's.

If I hated someone as I hate my body
I would cry each day for the ungrateful dead
as I don't cry each night for my misery.
If I hated someone it'd be myself
for having my body.
And from my veins blood would flow
as from your heart the oblivion.
My oblivion.

If I loved someone I would love you all
but the hatred towards my body unables me to see you
as if it were fog in a January night,
for my heart is already broken inside
as my body is broken outside.
I think this one loses a little more than most of my poems once translated but I did it anyway.
Pidiendo a las diez del día   papel a su secretario,
a la carta de Jimena   responde el rey por su mano;
y después de hacer la cruz   con cuatro puntos y un rasgo,
aquestas palabras pone   a guisa de cortesano:

«A vos, la noble Jimena,   la del marido envidiado,
vos envío mis saludos   en fe de quereros tanto.
Que estáis de mi querellosa,   decís en vuestro despacho,
que non vos suelto el marido   sino una vez en el año,

»y que cuando vos le suelto,   en lugar de regalaros,
en vuestros brazos se duerme   como viene tan cansado.
Si supiérades, señora,   que vos quitaba el velado
para mis namoramientos,   fuera bien el lamentarlo;

»mas si sólo vos lo quito   para lidiar en el campo
con los moros convecinos,   non vos fago mucho agravio;
que si yo no hubiera puesto   las mis huertas a su cargo,
ni vos fuerais más que dueña,   ni él fuera más que un hidalgo.

»A no vos tener encinta,   señora, el vuestro velado
creyera de su dormir   lo que me habedes contado.
Más pues el parto esperáis...   si os falta un marido al lado,
no importa, que sobra un rey   que os hará cien mil regalos.

»Decís que entregue a las llamas   la carta que habéis mandado;
a contener herejías,   fuera digna de tal caso;
mas pues razones contiene   dignas de los siete sabios,
mejor es para mi archivo   que non para el fuego ingrato.

»Y porque guardéis la mía   y no la fagáis pedazos,
por ella a lo que pariéredes   prometo buen aguinaldo:
si fuere hijo, daréle   una espada y un caballo
y cien mil maravedís   para ayuda de su gasto;

»si fija, para su dote   prometo poner en cambio
desde el día en que naciere   de plata cuarenta marcos.
 Con esto ceso, señora,   y no de estar suplicando
a la Virgen vos ayude   en los dolores del parto».
Thepillar Feb 2019
Dopo tutto quello che ** passato,
Non riesco a distogliere la mente da te.
Ogni giorno prego che tu guarisca
Ecco perché ** deciso di inviarti questa lettera.
Ma solo a parlarti,
Fammi sapere che i miei sentimenti sono veri.
Non ** cioccolato o rose,
E sono consapevole di ciò che questo impone,
Quale motivo mi sentivo appropriato per esporre questo.
** avuto la sensazione di dover chiedere a qualcuno che significa molto per me,
E questo, tu lo sei.
Ma tu hai catturato il mio cuore ancora una volta,
Per favore, non pensare mai che parlare con te sia un lavoro ingrato,
Perché quando sono con te non è mai annoiato.
Ma spero che non sia un crimine
Quindi oso chiedere:
Vuoi essere il mio Valentina?
Con sus seis primaveras muy ufana,
Quebrando con sus pies las hojas secas,
Me recitó en el campo una mañana
Mi hija mayor: Fusiles y muñecas.

Repitiendo mis versos no sabía
Que colmaba el mayor de mis antojos;
No me culpéis si oyéndola sentía,
Lágrimas en el alma y en los ojos.

¡Bien! exclamé, mi niña me interpreta
Mejor que todos aunque a nadie cuadre;
Yo juzgarla creí como poeta,
Y la estaba juzgando como padre.

Llegó la estrofa aquella en que la nombro
Y bajando hacia el suelo la mirada,
Vi de pronto ponerse, con asombro,
Su faz, más que una fresa, colorada.

¿Qué tienes? pregunté, ¿por qué
Haces eso?
¿Por qué ya nada de tu labio escucho?
Y ella me respondió, dándome un beso:
-Me callo aquí, porque te quiero mucho.

Nada valdrá tan cándida respuesta
Para el que en altas concepciones fijo,
Medir no pueda, en ocasión cual ésta,
A donde alcanza el corazón de un hijo.

Puedo deciros la verdad desnuda:
Como en mis versos comprendió mi duelo,
Por no hacerme sufrir quedóse muda,
Por no verme llorar, miraba al suelo.

Yo, alabando el poder de su memoria,
Comprendí, perdonadme lo indiscreto,
Que los mejores lauros de la gloria
Son los que se cosechan en secreto.

Vale más a mis ojos, siempre fijos
En la eterna verdad no en falsos nombres,
La lágrima arrancada por mis hijos
Que todos los aplausos de los hombres.

Negó a mi numen su fulgor el genio,
En el drama veraz de mis dolores
El fondo de mi hogar es el proscenio
Y mi padre y mis hijos los lectores.

No busco un lauro que mi frente ciña
Ni pide aplausos mi laúd ingrato;
Pero... ¿por qué me olvido de la niña
Que suspendió turbada su relato?

Pronto volvió su faz a estar serena
Y a brillar en sus labios la sonrisa,
Porque el placer lo mismo que la pena
Pasan sobre los niños muy de prisa.

-Tus versos voy a continuar diciendo
Y con más firme voz soltóse hablando;
¡Inocente! los dijo sonriendo
Y entonces yo los escuché llorando.

Al terminar, sintiendo hecho pedazos
Por el dolor mi corazón ardiente,
Me interrogó cruzándose de brazos
Y mirándome el rostro frente a frente.

-¡Ay! dime padre, cuando tú escribiste
Los mismo versos que de oírme acabas
¿Porqué estabas mirándome tan triste?
Al mirarnos jugar ¿en qué pensabas?

Y ¿por qué? -respondí- tan preguntona
¿Indagas los misterios de mi lira?
-Porque soy, tú lo has dicho, una persona
Que charla, que comenta, y que suspira.

-¡Brava razón! ¡Confórmame con eso!
¿No eres la que, si el duelo me avasalla,
Se me cuelga del cuello, me da un beso,
Se le saltan las lagrimas y calla?

-¡Yo soy! ¡yo soy! me contestó orgullosa,
Y haciéndome olvidar penas y agravios,
Se me colgó del cuello cariñosa,
Cerró sus ojos y besó mis labios.

Corrió alegre después tras otros niños
Quebrando con sus pies las hojas secas
Y dejándome besos y cariños
En premio de Fusiles y muñecas.
No existe el Tiempo: Existe su medida.
El espacio es materia, que se va y no se ve.
Y el hombre es un espacio cuando llega a la vida,
y la vida es un tiempo, cuando el hombre se fue.
Cada olor es materia difundida,
es materia invisible que adquiere movimientos,
y así, al abrir un frasco más viejo que una vida,
la rosa de hace un siglo resucita en el viento.
Viejecito del andén: Dios no es ingrato;
y cuando Dios pregunte qué has hecho y lo que has sido,
permitirá sin duda que toques tu silbato,
despidiendo los trenes que van hacia el olvido...
Hoy no quiero otra cosa que cerrar una puerta
y buscar tu sonrisa para saber que existes.
Y un árbol en el patio y una ventana abierta,
y ver caer las hojas para quedarnos tristes...
Así será mejor; sin un reproche.
Era dulce el crepúsculo con tu mano en la mía.
Y está bien que hayas sido la mujer de una noche;
la mujer de una noche para el hombre de un día...
Teneva diciott'anne Sarchiapone,
era stato cavallo ammartenato,
ma... ogne bella scarpa nu scarpone
addeventa c' 'o tiempo e cu ll'età.
Giuvinotto pareva n'inglesino,
uno 'e chilli cavalle arritrattate
ca portano a cavallo p' 'o ciardino
na signorina della nobiltà.

Pronto p'asc'i sbatteva 'e ccianfe 'nterra,
frieva, asceva 'o fummo 'a dint' 'o naso,
faville 'a sotto 'e piere, 'o ffuoco! 'A guerra!
S'arrevutava tutt' 'a Sanità.

Ma... ogni bella scarpa nu scarpone
c' 'o tiempo addeventammo tutte quante;
venette pure 'o turno 'e Sarchiapone.
Chesta è la vita! Nun ce sta che ffà.

Trista vicchiaja. Che brutto destino!
Tutt' 'a jurnata sotto a na carretta
a carrià lignammo, prete, vino.
"Cammina, Sarchiapò! Cammina, aah!".

'O carrettiere, 'nfamo e disgraziato,
cu 'a peroccola 'nmano, e 'a part' 'o gruosso,
cu tutt' 'e fforze 'e ddà sotto 'o custato
'nfaccia 'a sagliuta p' 'o fà cammenà.

A stalla ll'aspettava Ludovico,
nu ciucciariello viecchio comm' a isso:
pe Sarchiapone chisto era n'amico,
cumpagne sotto 'a stessa 'nfamità.

Vicino tutt' 'e ddute: ciuccio e cavallo
se facevano 'o lagno d' 'a jurnata.
Diceva 'o ciuccio: "I' nce aggio fatto 'o callo,
mio caro Sarchiapone. Che bbuò fà?

lo te capisco, tu te si abbeluto.
Sò tutte na maniata 'e carrettiere,
e, specialmente, 'o nuosto,è 'o cchiù cornuto
ca maie nce puteva capità.

Sienteme bbuono e vide che te dico:
la bestia umana è un animale ingrato.
Mm' he a credere... parola 'e Ludovico,
ca mm' è venuto 'o schifo d' 'o ccampà.

Nuie simmo meglio 'e lloro, t' 'o ddico io:
tenimmo core 'mpietto e sentimento.
Chello ca fanno lloro? Ah, no, pe ddio!
Nisciuno 'e nuie s' 'o ssonna maie d' 'o ffà.

E quanta vote 'e dicere aggio 'ntiso:
"'A tale ha parturito int' 'a nuttata
na criatura viva e po' ll'ha accisa.
Chesto na mamma ciuccia nun 'o ffà!".

"Tu che mme dice Ludovico bello?!
Overo 'o munno è accussi malamente?".
"E che nne vuo sapè, caro fratello,
nun t'aggio ditto tutta 'a verità.

Tu si cavallo, nobile animale,
e cierti ccose nun 'e concepisce.
I' so plebbeo e saccio tutt' 'o mmale
ca te cumbina chesta umanità".

A sti parole 'o ricco Sarchiapone
dicette: "Ludovì, io nun ce credo!
I' mo nce vò, tenevo nu padrone
ch'era na dama, n'angelo 'e buntà.

Mm'accarezzava comm'a nu guaglione,
mme deva 'a preta 'e zucchero a quadrette;
spisse se cunzigliava c' 'o garzone
(s'io stevo poco bbuono) ch' eva fà".

"Embè! - dicette 'o ciuccio - Mme faie pena.
Ma comme, tu nun l'he capito ancora?
Si, ll'ommo fa vedè ca te vò bbene
è pe nu scopo... na fatalità.

Chi pe na mano, chi pe n'ata mano,
ognuno tira ll'acqua al suo mulino.
So chiste tutte 'e sentimente umane:
'a mmiria, ll'egoismo, 'a falsità.

'A prova è chesta, caro Sarchiapone:
appena si trasuto int' 'a vicchiaia,
pe poche sorde, comme a nu scarpone,
t'hanno vennuto e si caduto ccà.

Pe sotto a chillu stesso carruzzino
'o patruncino tuio n'atu cavallo
se ll' è accattato proprio stammatina
pe ghi currenno 'e pprete d' 'a città".

'O nobbile animale nun durmette
tutt' 'a nuttata, triste e ll'uocchie 'nfuse,
e quanno avette ascì sott' 'a carretta
lle mancavano 'e fforze pe tirà.

"Gesù, che delusione ch'aggio avuto!"-
penzava Sarchiapone cu amarezza.
"Sai che ti dico? Ll'aggia fa fernuta,
mmiezo a sta gente che nce campo a ffà?"

E camminanno a ttaglio e nu burrone,
nchiurette ll'uocchie e se menaie abbascio.
Vulette 'nzerrà 'o libbro Sarchiapone,
e se ne jette a 'o munno 'a verità.
Teneva diciott'anne Sarchiapone,
era stato cavallo ammartenato,
ma... ogne bella scarpa nu scarpone
addeventa c' 'o tiempo e cu ll'età.
Giuvinotto pareva n'inglesino,
uno 'e chilli cavalle arritrattate
ca portano a cavallo p' 'o ciardino
na signorina della nobiltà.

Pronto p'asc'i sbatteva 'e ccianfe 'nterra,
frieva, asceva 'o fummo 'a dint' 'o naso,
faville 'a sotto 'e piere, 'o ffuoco! 'A guerra!
S'arrevutava tutt' 'a Sanità.

Ma... ogni bella scarpa nu scarpone
c' 'o tiempo addeventammo tutte quante;
venette pure 'o turno 'e Sarchiapone.
Chesta è la vita! Nun ce sta che ffà.

Trista vicchiaja. Che brutto destino!
Tutt' 'a jurnata sotto a na carretta
a carrià lignammo, prete, vino.
"Cammina, Sarchiapò! Cammina, aah!".

'O carrettiere, 'nfamo e disgraziato,
cu 'a peroccola 'nmano, e 'a part' 'o gruosso,
cu tutt' 'e fforze 'e ddà sotto 'o custato
'nfaccia 'a sagliuta p' 'o fà cammenà.

A stalla ll'aspettava Ludovico,
nu ciucciariello viecchio comm' a isso:
pe Sarchiapone chisto era n'amico,
cumpagne sotto 'a stessa 'nfamità.

Vicino tutt' 'e ddute: ciuccio e cavallo
se facevano 'o lagno d' 'a jurnata.
Diceva 'o ciuccio: "I' nce aggio fatto 'o callo,
mio caro Sarchiapone. Che bbuò fà?

lo te capisco, tu te si abbeluto.
Sò tutte na maniata 'e carrettiere,
e, specialmente, 'o nuosto,è 'o cchiù cornuto
ca maie nce puteva capità.

Sienteme bbuono e vide che te dico:
la bestia umana è un animale ingrato.
Mm' he a credere... parola 'e Ludovico,
ca mm' è venuto 'o schifo d' 'o ccampà.

Nuie simmo meglio 'e lloro, t' 'o ddico io:
tenimmo core 'mpietto e sentimento.
Chello ca fanno lloro? Ah, no, pe ddio!
Nisciuno 'e nuie s' 'o ssonna maie d' 'o ffà.

E quanta vote 'e dicere aggio 'ntiso:
"'A tale ha parturito int' 'a nuttata
na criatura viva e po' ll'ha accisa.
Chesto na mamma ciuccia nun 'o ffà!".

"Tu che mme dice Ludovico bello?!
Overo 'o munno è accussi malamente?".
"E che nne vuo sapè, caro fratello,
nun t'aggio ditto tutta 'a verità.

Tu si cavallo, nobile animale,
e cierti ccose nun 'e concepisce.
I' so plebbeo e saccio tutt' 'o mmale
ca te cumbina chesta umanità".

A sti parole 'o ricco Sarchiapone
dicette: "Ludovì, io nun ce credo!
I' mo nce vò, tenevo nu padrone
ch'era na dama, n'angelo 'e buntà.

Mm'accarezzava comm'a nu guaglione,
mme deva 'a preta 'e zucchero a quadrette;
spisse se cunzigliava c' 'o garzone
(s'io stevo poco bbuono) ch' eva fà".

"Embè! - dicette 'o ciuccio - Mme faie pena.
Ma comme, tu nun l'he capito ancora?
Si, ll'ommo fa vedè ca te vò bbene
è pe nu scopo... na fatalità.

Chi pe na mano, chi pe n'ata mano,
ognuno tira ll'acqua al suo mulino.
So chiste tutte 'e sentimente umane:
'a mmiria, ll'egoismo, 'a falsità.

'A prova è chesta, caro Sarchiapone:
appena si trasuto int' 'a vicchiaia,
pe poche sorde, comme a nu scarpone,
t'hanno vennuto e si caduto ccà.

Pe sotto a chillu stesso carruzzino
'o patruncino tuio n'atu cavallo
se ll' è accattato proprio stammatina
pe ghi currenno 'e pprete d' 'a città".

'O nobbile animale nun durmette
tutt' 'a nuttata, triste e ll'uocchie 'nfuse,
e quanno avette ascì sott' 'a carretta
lle mancavano 'e fforze pe tirà.

"Gesù, che delusione ch'aggio avuto!"-
penzava Sarchiapone cu amarezza.
"Sai che ti dico? Ll'aggia fa fernuta,
mmiezo a sta gente che nce campo a ffà?"

E camminanno a ttaglio e nu burrone,
nchiurette ll'uocchie e se menaie abbascio.
Vulette 'nzerrà 'o libbro Sarchiapone,
e se ne jette a 'o munno 'a verità.
No merecías las loas vulgares
que te han escrito los peninsulares.
Acreedora de prosas cual doblones
y del patricio verso de Lugones.
En el morado foro episcopal
eres el Árbol del bien y del mal.
Piensan las señoritas al mirarte:
con virtud no se va a ninguna parte.
Monseñor, encargado de la Mitra,
apostató con la Danza de Anitra.
Foscos mílites revolucionarios
truecan espadas por escapularios,
aletargándose en la melodía
de tu imperecedera teogonía.
Tu filarmónico Danubio baña
el colgante jardín de la patraña.
La estolidez enreda sus hablillas
cabe tus pitagóricas rodillas.
En el horror voluble del incienso
se momifica tu rostro suspenso,
mas de la momia empieza a transcender
sanguinolento aviso de mujer.
Y vives la única vida segura:
la de Eva montada en la razón pura.
Tu rotación de ménade aniquila
la zurda ciencia, que cabe en tu axila.
En la honda noche del enigma ingrato
se enciende, como un iris, tu boato.
Te riegas cálida, como los vinos,
sobre los extraviados peregrinos.
La pobre carne, frente a ti, se alza
como brincó de los dedos divinos:
religiosa, frenética y descalza.

— The End —