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Aquesto dixo El Ebrio, una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non sé nada.

Bebamos en las cráteras de oro
que laboró el cincel benvenutino,
champagne, bulbente y bullicioso vino.

Bebamos en las ánforas de barro
doria hidromiel; en el panzudo jarro
blonda cerveza, y en las cristalinas
frágiles copas el anís sonoro
así como las finas
mixturas sibilinas.

Porque es dulce olvidar.

Bebamos en las cráteras de oro
el líquido tesoro
que enloquece las mentes
y elide los deseos,
y que sume los sueños impotentes
en helados Leteos!.

Porque es dulce olvidar. ¿Algo esculpido
quedar merece en el cerebro? Nada!
Porque es dulce olvidar...

El viento azota
la cima de los árboles, tedioso;
vacila el corazón ante la rota!
El espíritu vago!
¡La voluntad errátil
es un tortuoso Yago!
y el soñar aterido...:
¡el soñar aterido y nó vibrátil
ni altanero!... y nostálgico, anheloso
de una distinta vida...

Los jardines románticos
horros están de idilios.
Y son hueros los cánticos
jocundos de Himeneo!

Dormita ya el Deseo!
Ya dormita el Amor!.
Y yerra -enloquecida-
por sus ludies exilios
de Dolor,
l'alma pura de Ofelia,
mientras Hamlet, moroso y taciturno
sepultose en sí mismo!

Ya no existe
la verdad, si ha existido... Ya no es nada
la belleza, y lo es todo! y la tristeza
¡cómo es asaz ****** y adocenada!

Yo bucéo un abismo
y el tal abismo es hueco!
Todo es superficial, mentido y triste.
Todo: el Amor y la Naturaleza,
el Mar, las Nubes, la ideal Belleza:
sólo restan cinismo,
rutina, y el enteco
sentido de lo práctico y la cómica
metafísica vómica!

Es preciso beber la sangre cálida
de los magos elixires!
Complicados brebajes, quinta-esencia,
sudor de las retortas y alambiques;
todos los filtros químicos y alquímicos
el díctamo, el nepentes,
súmanme en la demencia!

En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus de sirena glaucos ojos-
mi espíritu arbitrario,
mi corazón, y toda la amargura
de abolidos despojos!

Es preciso beber la sangre cálida,
sangre morena
o sangre blonda!
En el absintio quiero que se esconda
-tras de sus glaucos ojos de sirena-
mi corazón, y toda la amargura!

La azul locura pálida,
soberana locura,
se asile en mi cerebro solitario!

Bebamos en las cráteras de oro
todo el licor que corre por la vena
de la pródiga uva;
y hagamos la serena
-la serena o la loca-
vida del que en sí propio no se toca
y que en nada se halla...:

-Búdico sér en éxtasis,
Jaiyám bajo los astros,
Edgar en la taberna,
Diógenes en su cuba...
Desdeñosos e impávidos,
sonrientes,
mirando la batalla
sempiterna, mirando la batalla
de apetitos, la gresca y el estridir de dientes
y el ****** forcejeo
para ascender, para medrar, para vivir...

Nosotros -sí, nosotros-
olímpicos yazgamos sobre el trípode sacro:
claudicantes e irónicos,
sonrientes espectadores del simulacro,
sin recordar, sin añorar,
sin anhelar,
¡sin un solo deseo!

Brtiña el trágico véspero
con sus hórridas lumbres
incendiarias;
dóre el amanecer con vagas lumbres
y medias-tintas de atediada suavidad;
o aljofáre la luna
del bebedor la cabellera bruna
o la blonda o endrina cabellera
nimbada de doliente claridad,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino,
y bebamos el vino!

Aquesto dixo El Ebrio una vegada.
Aquesto dixo con su voz cansada.
Aquesto dixo por la madrugada.

Yo dello non me curo. Yo dello non sé nada
Nicole Apr 2015
Impregnada de tu olor me encuentro,
en la posterioridad de tan excitante momento.
Mi mente repite cada movimiento,
el vaivén de caderas que majestaron nuestros cuerpos.
Subiendo a tu boca lento,
hasta que se mezclan nuestros alientos.
Te deseo y siempre te pienso,
eres una obra de arte que aún no se ha descubierto.
¿Quién me quita estos pensamientos?
Al tenerte frente a mí, son los más perversos.
Te he querido hace tiempo,
pero anhelo de ese suceso uno perfecto.
La postura ante ti mantengo,
mas tu presencia provoca que eso sea un sufrimiento,
al reflexionar sobre las causas del porqué dentro de mí no te tengo.
Está oscureciendo
y mis manos están enloqueciendo,
cada parte de ti quieren ir conociendo,
Existe una promesa y la tenemos que seguir manteniendo.
Nuestra historia se está escribiendo
y al pasar los años se verá el fruto de nuestro largo detenimiento.
Habrá valido la pena tanto aplazamiento,
nuevos libros serán creados relatando cada acontecimiento,
mostrando la pasión que guardamos dentro.
Joyce Rocha May 2014
Melancolia impregnada na alma:
Tento varrer todo esse sentimento
Com a imagem alegre que acalma
Não adianta, pesa sobre mim o sofrimento
Dos tombos dos homens do deserto.

Todas aquelas imagens apagadas
Para sempre se fazem perdidas
Desfeitas na areia calada
Se fazem eternas desconhecidas

E como eu lamento!
Oh, não podem ver?
O meu tormento?
Na areia, padece o meu ser.

Um dia, eu também tombarei
E quero em uma concha me enclausurar,
Pelas ondas flutuarei
E o mar me levará aonde eu sempre quis estar.
19/09/2013
Fiorella Nov 2014
Tres cuartos de mi corazón cayeron en pedazos
Tres cuartos eres de mi mente,
Aunque tal vez nunca logre conocerte.

Ocupas un lugar en su mente,
No hay opción a perderte,
impregnada como amargo aroma,
revoloteas en su inconsciente.

Él no quiere olvidarte,
yo no pretendo borrarte,
fuiste inspiración,
fuiste nieblas,
fuiste sol.

Tres cuartos mides tú,
aún sigues siendo luz.

Entre nuevos recuerdos te apago,
entre nuevos recuerdos me convierto en ti,
entre nuevos recuerdos soy nueva luz
y poco a poco y lentamente se va llenando de mí.

Lo nublo, lo ahogo,
Lo dejo en el fondo
Te liquido de su mente
soy oscuridad ardiente.

Adió tres cuartos de alma,
Adiós musa.
Bien venga, cuando viniere,
la Muerte: su helada mano
bendeciré si hiere...
He de morir como muere
un caballero cristiano.

Humilde, sin murmurar,
¡oh Muerte!, me he de inclinar
cuando tu golpe me venza;
¡pero déjame besar,
mientras expiro, su trenza!

¡La trenza que le corté
y que, piadoso guardé
(impregnada todavía
del sudor de su agonía)
la tarde en que se me fue!

Su noble trenza de oro:
amuleto ante quien oro,
ídolo de locas preces,
empapado por mi lloro
tantas veces..., tantas veces...

Deja que, muriendo, pueda
acariciar esa seda
en que vive aún su olor:
¡Es todo lo que me queda
de aquel infinito amor!

Cristo me ha de perdonar
mi locura, al recordar
otra trenza, en nardo llena,
con que se dejó enjugar
los pies por la Magdalena...
Estoy ahora impregnada toda yo, de dulzura.
Desde que me besaste, toda yo, soy amor.
Y en la vida y la muerte, en lecho y sepultura,
Ya no seré otra cosa que amor, amor, amor...

En la carne y el alma, en la sombra y los huesos,
Yo no tendré más nunca otro olor ni sabor
Que el sabor y el perfume que he absorbido a tus besos.
(Me has dado una fragancia, tersa y viva, de flor).

Hasta el último átomo de mi piel es aroma,
¡Oh mortal podredumbre, te he vencido tal vez!
Eres mi hermano , ¡oh lirio! Eres mi hermana ¡oh, poma!
Desde que él me besara, rosa mi cuerpo es.
"Vivir sin tus caricias es mucho desamparo;
vivir sin tus palabras es mucha soledad;
vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro,
es mucha oscuridad..."

Vuelvo pálida novia, que solías
mi retorno esperar tan de mañana,
con la misma canción que preferías
y la misma ternura de otros días
y el mismo amor de siempre, a tu ventana.

Y elijo para verte, en delicada
complicidad con la Naturaleza,
una tarde como ésta: desmayada
en un lecho de lilas, e impregnada
de cierta aristocrática tristeza.

¡Vuelvo a ti con los dedos enlazados
en actitud de súplica y anhelo
-como siempre-, y mis labios no cansados
de alabarte, y mis ojos obstinados
en ver los tuyos a través del cielo!

Recíbeme tranquila, sin encono,
mostrando el deje suave de una hermana;
murmura un apacible: "Te perdono",
y déjame dormir con abandono,
en tu noble regazo, hasta mañana...
Janelle Mainly Jun 2018
Coco marino, ¿Necesitas de mi cariño?
Tu agua está muy lejos y yo llevo siempre el mío.
Las olas te descoloraron y yo cada vez soy más pálida, pareces mi gemelo.
Alguna vez te quise como metáfora pero estoy impregnada de realismo.
Taijitu Feb 2018
Te vas...

pero dejas tus gemidos resonando en las paredes de mi habitación,

el olor de tu piel recordándome lavar las sabanas de seda,

tu humedad en mis labios y tu sudor aun sobre mi piel.

Te vas...

pero dejas impregnada tus ansias en mi cuerpo

y tu voz como un susurro quemando todo mi ser.

-Custodio
Tus otoños me arrullan
en coro de quimeras obstinadas;
vas en mí cual la venda va en la herida;
en bienestar de placidez me embriagas;
la luna lugareña va en tus ojos
¡oh blanda que eres entre todas blanda!
y no sé todavía
qué esperarán de ti mis esperanzas.
Si vas dentro de mí, como una inerme
doncella por la zona devastada
en que ruge el pecado, y si las fieras
atónitas se echan cuando pasas;
si has sido menos que una melodía
suspirante, que flota sobre el ánima,
y más que una pía salutación;
si de tu pecho asciende una fragancia
de limón, cabalmente refrescante
e inicialmente ácida;
si mi voto es que vivas dentro de una
virginidad perenne aromática,
vuélvese un hondo enigma
lo que de ti persigue mi esperanza.
¿Qué me está reservado
de tu persona etérea? ¿Qué es la arcana
promesa de tus ser? Quizá el suspiro
de tu propio existir; quizá la vaga
anunciación penosa de tu rostro;
la cadencia balsámica
que eres tú misma, incienso y voz de armónium
en la tarde llovida y encalmada...
De toda ti me viene
la melodiosa dádiva
que me brindó la escuela
parroquial, en una hora ya lejana,
en que unas voces núbiles
y lentas ensayaban,
en un solfeo cristalino y simple,
una lección de Eslava.
Y de ti y de la escuela
pido el cristal, pido las notas llanas,
para invocarte ¡oscura
y rabiosa esperanza!
con una a colmada de presentes,
con una a impregnada
del licor de un banquete espiritual:
¡ara mansa, ala diáfana, alma blanda,
fragancia casta y ácida!
Con membrillos maduros
              perfumo los armarios.
              Tiene toda mi ropa
Un aroma frutal que da a mi cuerpo
Un constante sabor a primavera.

              Cuando de los estantes
              pulidos y profundos
              saco un brazado blanco
              de ropa íntima,
              por el cuarto se esparce
              un ambiente de huerto.

¡Parece que tuviera en mis armarios
              preso el verano!

Ese perfume es mío. Besarás mil mujeres
jóvenes y amorosas, mas ninguna
te dará esa impresión de amor agreste
              que yo te doy.

              Por eso, en mis armarios
              guardo frutas maduras
y entre los pliegues de la ropa íntima
escondo, con manojos secos de vetiver.
Membrillos redondos y pintones.

              Mi piel está impregnada
              de esta fragancia viva.
Besarás mil mujeres, mas ninguna
te dará esta impresión de arroyo y selva
              que yo te doy.

— The End —