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Nicole Mar 2015
Tú que me alumbras cada día,
tú que acaricias mi piel
cantando una melodiosa sinfonía.

Puedo sentirte
en cada extremidad de mi cuerpo
mi pasión por ti
se fue creando con el tiempo.

Das vida y color a mi mundo
Me inspiras y haces que me exprese
en menos de un segundo.

Maravillas y desastres
creas a la vez,
guardas historias y misterios
de aquello que nunca podremos ver.

Eres única
en todos los sentidos
y al contemplarte
aumentas mis latidos.

En ti puedo ver
cosas que jamás encontraré,
eres lo más hermoso
que en este universo puede haber.

Das fruto y esperanza
aún cuando las fuerzas
no alcanzan.

Si otros no te aprecian,
yo sí lo haré,
no voy a permitir
que contaminen ese gran ser.

Me arropas de tus encantos
en cada anochecer,
esa espectacular imagen
y ese maravillso resplandecer

Tú sola te complementas,
admirable sueles ser,
contienes diversas cualidades que solo
tú puedes poseer.

Eres reflejo
de pureza y calidad,
eres todo un sueño
hecho realidad.

Pasados oscuros,
has podido vivir,
pero en ti siempre está
esa magia que te ha permitido resistir.

Muchos han tratado de tomar tu lugar,
pisotearte e ignorarte
y tu importancia anular.

En ti están
cautivadas las generaciones,
relatas cada evento de los humanos
y sus terribles acciones.  

Eres bella,
única y especial
y esa alma libre
que danza sin cesar.

A ti, Madre Tierra,
te quiero agradecer,
por ser esa inspiración
que me ayuda a crecer.
Abraham Avalos Jan 2019
Contienes un aroma de amor, calmante y than puro
Atrayendo me como una abeja a tu flor, penetrando tu mundo profundo

Extrayendo tu dulce sabor
Que se convierte a miel
Suave lo que se siente tu Amor
Me trae regresando de nuevo otra vez

Volando, y buscando de los cielos mas altos
Que jamas se a comparan a los momentos que ambos acumulamos

                                                     ­ -Abraham Avalos
Valeria Chauvel May 2020
Podría quedarme días, horas,
eternidades que contienen eternidades
tratando de entenderte.

Podría estudiarte hasta el alba
y nunca dejar de ver tus ojos,
caótico río que tus aguas corren.

Tú que contienes a humanos
y les das de beber de tu seno,
embriagándolos con tu costumbre,
que ya toman sin pensar, sin cuestionar.

Yo que me inclino en tus aguas
y veo mi reflejo en tu cuerpo,
un ser vivo como cualquier otro,
dejo de tomar y observo.

¿Será acaso temporal
la barca que flota en tu cauce?
¿Si alguien agarra mi mano
o si solo beben tu leche?

Allá abajo está el océano.
Él nos dirá si flotará.

— The End —