Podría decir sobre ti
muchas cosas lindas.
Decir, por ejemplo,
lo perfecta que te ves,
cuando me observas, seductora,
con esa sonrisa juguetona y fresca,
como el rocío de primavera,
en la más hermosa flor
del jardín del Edén.
Podría decir también,
que tu mirada de gacela
tiene un encanto natural,
jamás antes visto.
Que tu cuerpo fue dibujado
por el mismísimo ángel Picasso.
Que no existe fuego mayor,
que aquel que mi cuerpo irradia
cuando veo tus dulces labios,
tentándome al veneno de tu boca.
Pero la noche es joven,
y nuestra ropa comienza a caducar.
Las palabras sobran y la luz estorba.
Podría decir sobre ti
muchas cosas lindas.
Pero prefiero esta noche,
sólo emborracharme de tu cuerpo.