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Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.

¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas banderas.
La luna y la calabaza
con las guindas en conserva.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vió y no te recuerda?
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.

Cuando llegaba la noche,
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido,
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de la Frontera.
El viento, vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinoche
noche, que noche nochera.

La Virgen y San José
perdieron sus castañuelas,
y buscan a los gitanos
para ver si las encuentran.
La Virgen viene vestida
con un traje de alcaldesa,
de papel de chocolate
con los collares de almendras.
San José mueve los brazos
bajo una capa de seda.
Detrás va Pedro Domecq
con tres sultanes de Persia.
La media luna, soñaba
un éxtasis de cigüeña.
Estandartes y faroles
invaden las azoteas.
Por los espejos sollozan
bailarinas sin caderas.
Agua y sombra, sombra y agua
por Jerez de la Frontera.

¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas banderas.
Apaga tus verdes luces
que viene la benemérita.
¡Oh ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Dejadla lejos del mar,
sin peines para sus crenchas.

Avanzan de dos en fondo
a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos en fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo, se les antoja,
una vitrina de espuelas.

La ciudad libre de miedo,
multiplicaba sus puertas.
Cuarenta guardias civiles
entran a saco por ellas.
Los relojes se pararon,
y el coñac de las botellas
se disfrazó de noviembre
para no infundir sospechas.
Un vuelo de gritos largos
se levantó en las veletas.
Los sables cortan las brisas
que los cascos atropellan.
Por las calles de penumbra
huyen las gitanas viejas
con los caballos dormidos
y las orzas de monedas.
Por las calles empinadas
suben las capas siniestras,
dejando detrás fugaces
remolinos de tijeras.
En el portal de Belén
los gitanos se congregan.
San José, lleno de heridas,
amortaja a una doncella.
Tercos fusiles agudos
por toda la noche suenan.
La Virgen cura a los niños
con salivilla de estrella.
Pero la Guardia Civil
avanza sembrando hogueras,
donde joven y desnuda
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborios,
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas,
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eran surcos en la tierra,
el alba meció sus hombros
en largo perfil de piedra.

¡Oh, ciudad de los gitanos!
La Guardia Civil se aleja
por un túnel de silencio
mientras las llamas te cercan.

¡Oh, ciudad de los gitanos!
¿Quién te vio y no te recuerda?
Que te busquen en mi frente.
juego de luna y arena.
Big Virge Sep 2014
So …..
  
Who Are The ...  
... " Good Guys " ... ?  
In These Modern Times ... ?  

Osama … Obama ... ? ?  
Or Those … Civil Type Guardia ... ?  
  
What ...  
Makes Them Good ... ?  
  
The Guns They Use ...
As If They ... Should ….  
To RESTRAIN and ... Defuse ...  
VIOLENT … Neighbourhoods … !?!
  
But REALLY …  
Is This ... What They Do … ?!?  
  
I've Heard Stories ...  
That … Relay TRUTH ...  
About The ABUSE ...  
Some Guardia … Choose … !!!  
  
Like …  
STRIPPING Men …  
In … Spanish Streets ...  
To ... Prove To Them ….  
The ... Kinda PROBLEMS ...  
They're ... BOUND To See ...  
If They ... DON'T Respect ...  
The ... " Gendarmerie " … !!!!!  
  
Good Guys ….. !!!?!!!  
  
REALLY … ?!?  
  
Or Employed … BULLIES ...  !?!  
  
The Type Who ... FEED ...  
of … "ABUSE FILLED Deeds" … !!!  
  
The Type That Make ...  
Young People … BLEED … !!!
  
When ...  
Guns They … PARADE …  
Aren't Used … " Properly " …  
  
Kind of Like …. " NEWTOWN " ….  
Where It's CLEAR … Gun Sounds ...  
Will Now … RESOUND ...  
In The ... Hearts and Mouths ...  
of ... Parents Now …  
  
Resound With … " LOSS " … !!!!!  
Cos' A ... LOVED One's Gone … !!!!!
  
WITHOUT A …. Song ….  
Or Farewell ... "Prolonged" ...
  
So …. ???  
  
What Was The Mantra ... ?  
of … Adam Lanza ... ?  
  
To Shoot REPEATEDLY ...  
In A ... KILLING SPREE …  
That Took … SO MANY … !!!!!  
  
Was His Mind So HEAVY ... ?!?  
That His Thoughts … CLEARLY …  
Had Become …  "UNstEAdy" … !!!  
  
So …  
Where Were Connecticut's ...  
GOOD GUYS … Then … ?  
  
With The ... " NRA " ... !?!  
At A ... Shooting Range … ???  
  
Shooting Guns For …  "FUN" … !!!  
  
While The Blood of A MUM ...  
And Youngsters ..... RUN .....................................
  
Down SCHOOL Hallways ...  
In The … Middle of The Day ... !?!
  
Now The NRA Says …  
  
"Bad Guys with guns,  
need to face, good ones !"
  
Okay Okay ...  
But Let's ... Get This Straight … !!!  
  
It's ... OKAY For A Man ...  
Whose Been Paid and Trained ...  
To ... SHOOT TO **** ...
  
Pretty Much AT WILL ...  
Cos' It's Been … " Okayed " …  
By The ….  " NRA " …. !?!  
  
Who Said ...  
They Were Good … !!!???!!!  
  
I Learnt My Lesson ...  
Watching … Charlton Heston ... !!!  
  
It Would ...  
Seem To Me ...  
That ... NRA Peeps …  
  
Care ...  
MORE For ... MONEY ...  
Than When … Children BLEED … !!?!!  
  
It's ... ALL About GREED … !!!  
  
Cos' ...  
Good GUYS ... DON'T NEED ...  
To Have … " ARMOURIES " ... !!!  
To ENSURE The Streets ...  
Are Filled With … "PEACE" ...
  
and I … For One ...  
DON'T Believe That Guns ...
Have … ANY Function …  
In …. Education …. !!!!!!  
  
Educate Our Youth ….. !!!  
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HARM They Cause ... !!!!!!!  
  
They NEED To Be Schooled ...  
In ….... AVOIDING Wars ............ !!!!!!
  
And In ... Avoiding Depression …  
That Leads To HARSH Lessons ... !!!!!  
  
It Time To STRENGTHEN ... !!!  
Our Fight Against ... Guns ...  
  
And Time To … " LESSEN " …  !!!  
" NRA " ... Type Funds ... !!!!!  
  
That SUPPORT …   " The Lie "  
of …..  " Preservation of life " …  
    
Through The Use of …  
………. GUNS …………  
  
Seeing Blood ... Run …  
DOESN'T ... Signify FUN … !!!!!  
  
NEITHER Does ...  
... The Sight ...  
  
of Police In Schools ...  
With A Gun By Their Side … !!!
  
They Weren't In View …  
When I Was ... Being Schooled … !!!
  
So FOLKS …  
DON'T BE ... Fooled ... !!!  
By ...  Lobbyist Groups … !!!!!  
  
When It Comes To ...  
  
... "Who is Who" …  
  
Who Are THEY To Decide … !???!  
When It Comes To ... Peoples' Lives ...  
  
Who The People Should Believe .....  
    
To Be …………………………  
  
... "The Good Guys !!!" ...
From The On The Virge Album :

https://soundcloud.com/user-16569179/the-good-guys-acapella-mixed-at-shoestring-studios-barbados
Aquí pasaba a pie
por estas calles,
sin empleo ni puesto

Y sin un peso

Sólo poetas, putas
Pero

recordadle cuando
tengais puentes de concreto,

Grandes turbinas,
tractores, plateados graneros,

buenos gobiernos.

La guardia nacional
anda buscando
a un hombre

un hombre espera
esta noche llegar
a la frontera

el nombre
de ese hombre
no se sabe

hay muchos
hombres más
enterrados en
una zanja

El número y
el nombre de esos
hombres no se sabe.

Ni se sabe el lugar
ni el número de zanjas.

La guardia nacional
anda buscando a un hombre

Un hombre espera
esta noche salir
de Nicaragua
Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
  Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?
Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban,
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.
¡Ay Antoñito el Camborio
digno de una Emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.
¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.
  Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado,
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.
Le Beau Nov 2019
Enamoured by the sight of u make a ***** dont know what too do so I'm singing the blues to a hazy moon under a starless night.
Victor D López Dec 2018
They also came for you in the middle of the night,
But found that you had gone to Buenos Aires.
The Guardia Civil questioned your wife in her home,
Surrounded by your four young children, in loud but respectful tones.

They waved their machine guns about for a while,
But left no visible scars on your children,
Or on your young wife, whom you
Left behind to raise them alone.

You had been a big fish in a little pond,
A successful entrepreneur who made a very good living,
By buying cattle to be raised by those too poor
To buy their own who would raise them for you.

They would graze them, use them to pull their plows
And sell their milk, or use it to feed their too numerous children.  
When they were ready for sale, you would take them to market,
Obtain a fair price for them, and equally split the gains with those who raised them.

All in all, it was a good system that gave you relative wealth,
And gave the poor the means to feed their families and themselves.
You reputation for unwavering honesty and fair dealing made many
Want to raise cattle for you, and many more sought you out to settle disputes.

On matters of contracts and disputed land boundaries your word was law.
The powerless and the powerful trusted your judgment equally and sought you out
To settle their disputes. Your judgment was always accepted as final because
Your fairness and integrity were beyond question. “If Manuel says it, it is so.”

You would honor a bad deal based on a handshake and would rather lose a
Fortune than break your word, even when dealing with those far less honorable
Than yourself. For you a man was only as good as his word, and you knew that the
Greatest legacy you could leave your children was an unsullied name.  

You were frugal beyond need or reason, perhaps because you did not
Want to flaunt your relative wealth when so many had nothing.
It would have offended your social conscience and belied your politics.
Your one extravagance was a great steed, on which no expense was spared.

Though thoughtful, eloquent and soft-spoken, you were not shy about
Sharing your views and took quiet pride in the fact that others listened
When you spoke.  You were an ardent believer in the young republic and
Left of center in your views. When the war came, you were an easy target.

There was no time to take your entire family out of the country, and
You simply had too much to lose—a significant capital ******* in land and
Livestock. So you decided to go to Argentina, having been in the U.S. while
You were single and preferring self exile in a country with a familiar language.

Your wife and children would be fine, sheltered by your capital and by
The good will you had earned. And you were largely right.
Despite your wife’s inexperience, she continued with your business, with the
Help of your son who had both your eye for buying livestock and your good name.

Long years after you had gone, your teenaged son could buy all the cattle he
Wanted at any regional fair on credit, with just a handshake, simply because
He was your son. And for many years, complete strangers would step up offering a
Stern warning to those they believed were trying to cheat your son at the fairs.

“E o fillo do Café.” (He is the son of the Café, a nickname earned by a
Distant relative for to his habit of offering coffee to anyone who visited his
Office at a time when coffee was a luxury). That was enough to stop anyone
Seeking to gain an unfair advantage from dad’s youth and inexperience.

Once in Buenos Aires, though, you were a small fish in a very big pond,
Or, more accurately, a fish on dry land; nobody was impressed by your name,
Your pedigree, your reputation or your way of doing business. You were probably
Mocked for your Galician accent and few listened or cared when you spoke.

You lived in a small room that shared a patio with a little schoolhouse.
You worked nights as a watchman, and tried to sleep during the day while
Children played noisily next door. You made little money since your trade was
Useless in a modern city where trust was a highly devalued currency.

You were an anachronistic curiosity. And you could not return home.
When your son followed you there, he must have broken your heart;
You had expected that he would run your business until your return; but he
Quit school, tired of being called roxo (red) by his military instructors.

It must have been excruciatingly difficult for you.  Dad never got your pain.
Ironically, I think I do, but much too late. Eventually you returned to Spain to
A wife who had faithfully raised your children alone for more than ten years and was
No longer predisposed to unquestioningly view your will as her duty.

Doubtless, you could no more understand that than dad could understand
You. Too much Pain. Too many dreams deferred, mourned, buried and forgotten.
You returned to your beloved Galicia when it was clear you would not be
Persecuted after Generalisimo Franco had mellowed into a relatively benign tyrant.

People were no longer found shot or beaten to death in ditches by the
Side of the road. So you returned home to live out the remainder of your
Days out of place, a caricature of your former self, resting on the brittle,
Crumbling laurels of your pre Civil War self, not broken, but forever bent.

You found a world very different from the one you had built through your
Decency, cunning, and entrepreneurship. And you learned to look around
Before speaking your mind, and spent your remaining days reined in far more
Closely than your old steed, and with no polished silver bit to bite upon.
from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011, 2018
Iba con la ropa destrozada buscando qué robar en los abastos,
cuando al agarrar una lata la estantería se le vino encima.
Salió corriendo como victorioso, huyendo de su escena fatal,
como si hubiese ganado algún premio.

Al salir se encontró sin nada, pensó que lo había logrado:
"Pero lo logré, la tenía. Estaba justo en mis manos".
La tenía y lo había logrado; despedazarse al olvido.

Continuó caminando y se consiguió
a alguien peor vestido y más sucio,
lo miró y recordó; su ropa era la de él, más sucia y arrastrada:
-"Devuélveme mi ropa, ladrón" - Le dijo.

-"Yo era peor que yo, al fin puedo ver.
Peor que que este vagabundo del que estoy vestido,
más que la estantería que encima de mí caía,
peor que el guardia que me sostuvo".

Se miró y no contuvo las lagrimas
mientras se desnudaba para entregar las prendas ajenas,
una por una como oruga floreciendo.

Su piel era brillante como sol atenuante, despiadado
dejaba ciegos a quienes lo veían al pasar.
Se entregó y volvió a vestir sus prendas
asquerosas y mohosas, con sangre seca.

"Soy peor de lo que pensé que era,
ahora sé que no hay valor en mí.
Le robe el alma a un pobre pendejo
y el pendejo se burló de mí".
Lawrence Hall Dec 2016
About Those Purple Socks
  
Graham Greene’s Monsignor Quixote
  
The world had no more use for any of them:
An old Communist, an old priest, an old car
All of them well into their horsemeat days
And so they fled, and crashed into the truth
  
On a chivalric quest for purple socks
Wandering on the road to Golgotha
Their Stations of the Cross a cinema,
A pair of Guardia, a brothel, wine
  
And so they fled, and fell into the Truth
There at the foot of the Altar of God
Nienke Mar 2016
por mi parte soy o creo ser músico
escuchadora de la nada, visitante del mundo,
admiradora de los gatos, uno de los animales,
la interpelante, creyente que todo es interesante,
investigadora de los ojos, amante de las ondas,
bastante obstinada, pero cada vez tu ayudante

una habladora, la interruptora del silencio
de todos modos la guardia de tu gran secreto
simpatizante del arte, todo lo que es dulce,
las lenguas romanas y las puestas del sol
enemigo de la monotonía y el capitalismo
luchadora por todo lo que es un organismo
something written for the University (Diego Portales)
Mila Berlioz Sep 2015
Antes de ver a esta hermosura,
Antes de conocerla,
Pensaba que las estrellas
Eran tan solo rocas en llamas
Extinguidas desde años atrás
Después de ver y conocer a este
Hermoso personaje que se apareció en mi vida
Supe que las estrellas eran simplemente
Espíritus, almas andantes.
Viendo el sufrimiento y la alegría de otros.
Destinadas a verlo.
Están a la guardia de ser apreciadas
De la manera correcta, de la deseada, anhelada por estas.
En esa mañana, pude apreciarla a ella
Tan libre, tan delicada y hermosa
Pude entender hasta ese día para que estaban las estrellas ahí;
Fue hermoso.
Creí que me enamoraría algún día de algún hombre
Pero me equivoqué.
Termine enamorándome de un personaje, uno muy lejano, muerto y vivo a la vez.
Una estrella a la cual llame...
Jordana.
Las ventanas se han estremecido, elaborando una metafísica del universo. Vidrios han caído. Un enfermo lanza su queja: la mitad por su boca lenguada y sobrante, y toda entera, por el ano de su espalda.
Es el huracán. Un castaño del jardín de las Tullerías habráse abatido, al soplo del viento, que mide ochenta metros por segundo. Capiteles de los barrios antiguos, habrán caído, hendiendo, matando.
¿De qué punto interrogo, oyendo a ambas riberas de los océanos, de qué punto viene este huracán, tan digno de crédito, tan honrado de deuda derecho a las ventanas del hospital? Ay las direcciones inmutables, que oscilan entre el huracán y esta pena directa de toser o defecar! Ay! las direcciones inmutables, que así prenden muerte en las entrañas del hospital y despiertan células clandestinas a deshora, en los cadáveres.
¿Qué pensaría de si el enfermo de enfrente, ése que está durmiendo, si hubiera percibido el huracán? El pobre duerme, boca arriba, a la cabeza de su morfina, a los pies de toda su cordura. Un adarme más o menos en la dosis y le llevarán a enterrar, el vientre roto, la boca arriba, sordo el huracán, sordo a su vientre roto, ante el cual suelen los médicos dialogar y cavilar largamente, para, al fin, pronunciar sus llanas palabras de hombres.
La familia rodea al enfermo agrupándose ante sus sienes regresivas, indefensas, sudorosas. Ya no existe hogar sino en torno al velador del pariente enfermo, donde montan guardia impaciente, sus zapatos vacantes, sus cruces de repuesto, sus píldoras de opio. La familia rodea la mesita por espacio de un alto dividendo. Una mujer acomoda en el borde de la mesa, la taza, que casi se ha caído.
Ignoro lo que será del enfermo esta mujer, que le besa y no puede sanarle con el beso, le mira y no puede sanarle con los ojos, le habla y no puede sanarle con el verbo. ¿Es su madre? ¿Y cómo, pues, no puede sanarle? ¿Es su amada? ¿Y cómo, pues, no puede sanarle? ¿Es su hermana? Y ¿cómo, pues, no puede sanarle? ¿Es, simplemente, una mujer? ¿Y cómo pues, no puede sanarle? Porque esta mujer le ha besado, le ha mirado, le ha hablado y hasta le ha cubierto mejor el cuello al enfermo y ¡cosa verdaderamente asombrosa! no le ha sanado.
El paciente contempla su calzado vacante. Traen queso. Llevan sierra. La muerte se acuesta al pie del lecho, a dormir en sus tranquilas aguas y se duerme. Entonces, los libres pies del hombre enfermo, sin menudencias ni pormenores innecesarios, se estiran en acento circunflejo, y se alejan, en una extensión de dos cuerpos de novios, del corazón.
El cirujano ausculta a los enfermos horas enteras. Hasta donde sus manos cesan de trabajar y empiezan a jugar, las lleva a tientas, rozando la piel de los pacientes, en tanto sus párpados científicos vibran, tocados por la indocta, por la humana flaqueza del amor. Y he visto a esos enfermos morir precisamente del amor desdoblado del cirujano, de los largos diagnósticos, de las dosis exactas, del riguroso análisis de orinas y excrementos. Se rodeaba de improviso un lecho con un biombo. Médicos y enfermeros cruzaban delante del ausente, pizarra triste y próxima, que un niño llenara de números, en un gran monismo de pálidos miles. Cruzaban así, mirando a los otros, como si más irreparable fuese morir de apendicitis o neumonía, y no morir al sesgo del paso de los hombres.
Sirviendo a la causa de la religión, vuela con éxito esta mosca, a lo largo de la sala. A la hora de la visita de los cirujanos, sus zumbidos nos perdonan el pecho, ciertamente, pero desarrollándose luego, se adueñan del aire, para saludar con genio de mudanza, a los que van a morir. Unos enfermos oyen a esa mosca hasta durante el dolor y de ellos depende, por eso, el linaje del disparo, en las noches tremebundas.
¿Cuánto tiempo ha durado la anestesia, que llaman los hombres? ¡Ciencia de Dios, Teodicea! si se me echa a vivir en tales condiciones, anestesiado totalmente, volteada mi sensibilidad para adentro! ¡Ah doctores de las sales, hombres de las esencias, prójimos de las bases! Pido se me deje con mi tumor de conciencia, con mi irritada lepra sensitiva, ocurra lo que ocurra aunque me muera! Dejadme dolerme, si lo queréis, mas dejadme
despierto de sueño, con todo el universo metido, aunque fuese a las malas, en mi temperatura polvorosa.
En el mundo de la salud perfecta, se reirá por esta perspectiva en que padezco; pero, en el mismo plano y cortando la baraja del juego, percute aquí otra risa de contrapunto.
En la casa del dolor, la queja asalta síncopes de gran compositor, golletes de carácter, que nos hacen cosquillas de verdad, atroces, arduas, y, cumpliendo lo prometido, nos hielan de espantosa incertidumbre.
En la casa del dolor, la queja arranca frontera excesiva. No se reconoce en esta queja de dolor, a la propia queja de la dicha en éxtasis, cuando el amor y la carne se eximen de azor y cuando, al regresar, hay discordia bastante para el diálogo.
¿Dónde está, pues, el otro flanco de esta queja de dolor, si, a estimarla en conjunto, parte ahora del lecho de un hombre? De la casa del dolor parten quejas tan sordas e inefables y tan colmadas de tanta plenitud que llorar por ellas sería poco, y sería ya mucho sonreír.
Se atumulta la sangre en el termómetro.
¡No es grato morir, señor, si en la vida nada se deja y si en la muerte nada es posible, sino sobre lo que se deja en la vida! ¡No es grato morir, señor, si en la vida nada se deja y si en la muerte nada es posible, sino sobre lo que se deja en la vida! ¡No es grato morir, señor, si en la vida nada se deja y si en la muerte nada es posible, sino sobre lo que pudo dejarse en la vida!
Anais Vionet Nov 2021
I have to laugh - watching the Macy’s Thanksgiving Parade from Lisa’s 50th floor Central Park South windows, is like seeing it from a jet landing at ​​La Guardia airport.

People watching in Iowa have a better view.
and I was SO looking forward to it *shrug*
¿Qué azul me queda?

¿En qué oro y en qué rosa me detengo,
qué dicha se hace miel entre mi boca
o qué río me canta frente al pecho?

Es la hora de la hiel, la hora morada
en que el pasado, como un fruto acedo,
sólo me da su raso deslucido
y una confusa sensación de miedo.

Se me acerca la tierra del descanso
final, bajo los árboles erectos,
los cipreses aquellos que he cantado
y veo ahora en guardia de los muertos.

Amé, ay Dios, amé a hombres y bestias
y sólo tengo la lealtad del perro
que aún vigila a mi lado mis insomnios
con sus ojos tan dulces y tan buenos.
En la mitad del barranco
las navajas de Albacete,
bellas de sangre contraria,
relucen como los peces.
Una dura luz de naipe
recorta en el agrio verde,
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes.
En la copa de un olivo
lloran dos viejas mujeres.
El toro de la reyerta
se sube por las paredes.
Ángeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.
Ángeles con grandes alas
de navajas de Albacete.
Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego,
carretera de la muerte.El juez, con guardia civil,
por los olivares viene.
Sangre resbalada gime
muda canción de serpiente.
Señores guardias civiles:
aquí pasó lo de siempre.
Han muerto cuatro romanos
y cinco cartagineses.La tarde loca de higueras
y de rumores calientes
cae desmayada en los muslos
heridos de los jinetes.
Y ángeles negros volaban
por el aire del poniente.
Ángeles de largas trenzas
y corazones de aceite.
Aún estaba conmovido
El bajo pueblo de Anáhuac
Recordando el fin postrero
De los dos hermanos Ávila;

Aún al cruzar por las noches
La anchurosa y triste plaza,
Al mirar en pie las horcas
Las gentes se santiguaban;

Y aún en algunos conventos
Rezábanse las plegarias
A fin de que los difuntos
Lograsen salvar sus almas;

Cuando un pregón le decía
A la curiosa canalla
Que por atroces delitos,
Que por pudor se callaban,

Iba a ser ajusticiado
Por voluntad del monarca
Un ***** recién venido
Con un noble a Nueva España.

Como se anunció la fecha
La gente acudió a la plaza,
En tal número y desorden
Que un turbión asemejaba,

Porque en los terribles casos
En que la justicia mata
La humanidad se desvive
Por mostrar que no es humana.

Desde que lució la aurora
Acudió la gente en masa
Y muchos allí durmieron
Esperando la mañana.

Mirábanse a los verdugos
Que el cadalso custodiaban
Ya con los rostros cubiertos
Con una insultante máscara.

El sol estaba muy alto,
La gente con vivas ansias,
Los verdugos en acecho
Y los soldados en guardia;

Y ninguno suponía
Que el acto aquel se frustrara
Cuando de mirar al reo
Perdieron las esperanzas.

De pronto, a galope llega
Un dragón junto a las tablas
Del cadalso, y con alguno
De los centinelas habla.

Los verdugos, para oírlo
Descienden la escalinata,
Y corre un rumor que anuncia
Que la ejecución se aplaza.

El toque de los clarines
Pronto anuncia retirada,
Y en diversas direcciones
Plebe y soldados marchan.

Hay disgusto en los semblantes
De mozuelas y beatas,
Pues como a ninguno ahorcaron
Han perdido la mañana.

Y se resienten de verse
Por el Pregón engañadas,
Y viendo solo el cadalso,
Rezan, murmuran y charlan.

Los curiosos insistentes
Que averiguan la causa
Del retardo, al fin descubren
Lo que nadie se explicaba.

Cuentan que trayendo al *****
De San Lázaro a la plaza,
Cuando apenas por oriente
Se vislumbró la mañana,

Cercado por alguaciles
Y por mucha gente armada,
Bebiéndose de amargura
Sus propias, ardientes lágrimas,

Con voz fúnebre pidiendo
Que hicieran bien por su alma,
Un sacerdote entregado
A cumplir siempre estas mandas;

Mirando a todas las gentes
En balcones y ventanas
Darle el adiós postrimero
Entre llantos y plegarias.

El ***** que parecía
De susto no tener alma,
Cruzó por una calleja
Tan angosta como larga,

Donde entre humildes jacales
Surgía como un alcázar
Un caserón de tezontle
Con paredes almenadas,

Con toscas rejas de hierro
En forma de antiguas lanzas,
Con canales cual cañones
Que el alto muro artillaban,

Y bajo el vetusto escudo
De ininteligible heráldica
Un ancho portón forrado
De gruesas y obscuras láminas;

Teniendo como atributo
Que las gentes veneraban,
Una cadena de acero burda,
Negra, tosca y larga.

Con sus ojos que vertían
Raudales de vivas llamas,
Mira el ***** de soslayo
Aquella ostentosa casa,

Y sin que evitarlo puedan
Los cien que lo custodiaban
Tan ligero como un rayo
Del centro se les escapa,

Gana de un salto la acera,
Se arrodilla en la portada
Y cogiendo la cadena
En las dos manos, con ansia

Grita con voz que parece
Un rugido: «¡Pido gracia!
¡Pido gracia a la nobleza
De nuestro amado monarca!»

Y corchetes y alguaciles
Y arcabuceros y guardias
Se quedaron asombrados
Y sin responder palabra.

Porque sabido de todos era
Que en aquella casa vivía
Un señor de abolengo
Entre los grandes de España,

Que por fuero de linaje
En sus títulos estaba
Tener cadena en su puerta
Y pendón en la fachada.

El reo que esa cadena,
Por su fortuna tocara
Al marchar para el cadalso,
De la muerte se libraba.

Y el *****, que esto sabía,
Tuvo la fortuna extraña
De alcanzar tal privilegio
Que otro ninguno lograra.

Mirando lo sucedido,
Nobles, corchetes y guardias,
Con gran susto de la escena
No siguieron a la plaza,

Pues tornaron al presidio
La víctima afortunada;
Al Virrey le dieron parte
Y todo quedóse en calma.

Hoy sólo existen los muros
De la mansión legendaria,
Sin huellas de las almenas
Ni escudo de la portada.

Y dicen los que lo saben,
Doctos en antiguas causas,
Que la angosta callejuela
De «La Cadena» hoy se llama.
Yo hago la noche del soldado, el tiempo del hombre sin melancolía ni exterminio, del tipo tirado lejos por el
océano y una ola, y que no sabe que el agua amarga lo ha separado y que envejece, paulatinamente y sin miedo, dedicado a lo
normal de la vida, sin cataclismos, sin ausencias, viviendo dentro de su piel y de su traje, sinceramente oscuro. Así, pues, me veo
con camaradas estúpidos y alegres, que fuman y escupen y horrendamente beben, y que de repente caen, enfermos de muerte. Porque
dónde están la tía, la novia, la suegra, la cuñada del soldado? Tal vez de ostracismo o de malaria mueren,
se ponen fríos, amarillos y emigran a un astro de hielo, a un planeta fresco, a descansar, al fin, entre muchachas y frutas
glaciales, y sus cadáveres, sus pobres cadáveres de fuego, irán custodiados por ángeles alabastrinos a dormir
lejos de la llama y la ceniza.
Por cada día que cae, con su obligación vesperal de sucumbir, paseo, haciendo una guardia innecesaria, y paso entre
mercaderes mahometanos, entre gentes que adoran la vaca y la cobra, paso yo, inadorable y común de rostro. Los meses no son
inalterables, y a veces llueve: cae del calor del cielo una impregnación callada como el sudor, y sobre los grandes
vegetales, sobre el lomo de las bestias feroces, a lo largo de cierto silencio, estas plumas húmedas se entretejen y alargan. Aguas de
la noche, lágrimas del viento monzón, saliva salada caída como la espuma del caballo, y lenta de aumento, pobre de
salpicadura, atónita de vuelo.
Ahora, dónde está esa curiosidad profesional, esa ternura abatida qué sólo con su reposo abría brecha, esa
conciencia resplandeciente cuyo destello me vestía de ultra azul? Voy respirando como hijo hasta el corazón de un
método obligatorio, de una tenaz paciencia física, resultado de alimentos y edad acumulados cada día, despojado de
mi vestuario de venganza y de mi piel de oro. Horas de una sola estación ruedan a mis pies, y un día de formas diurnas y
nocturnas está casi siempre detenido sobre mí.
Entonces, de cuando en cuando, visito muchachas de ojos y caderas jóvenes, seres en cuyo peinado brilla una flor amarilla como el
relámpago. Ellas llevan anillos en cada dedo del pie, y brazaletes, y ajorcas en los tobillos, y además collares de color, collares
que retiro y examino, porque yo quiero sorprenderme ante un cuerpo ininterrumpido y compacto, y no mitigar mi beso. Yo peso con mis brazos
cada nueva estatua, y bebo su remedio vivo con sed masculina y en silencio. Tendido, mirando desde abajo la fugitiva criatura, trepando
por su ser desnudo hasta su sonrisa: gigantesca y triangular hacia arriba, levantada en el aire por dos senos globales, fijos ante mis
ojos como dos lámparas con luz de aceite blanco y dulces energías. Yo me encomiendo a su estrella morena, a su calidez de
piel, e inmóvil bajo mi pecho como un adversario desgraciado, de miembros demasiado espesos y débiles, de ondulación
indefensa: o bien girando sobre sí misma como una rueda pálida, dividida de aspas y dedos, rápida, profunda,
circular, como una estrella en desorden.
Ay, de cada noche que sucede, hay algo de brasa abandonada que se gasta sola, y cae envuelta en ruinas, en medio de cosas funerales. Yo asisto
comúnmente a esos términos, cubierto de armas inútiles, lleno de objeciones destruidas. Guardo la ropa y los
huesos levemente impregnados de esa materia seminocturna: es un polvo temporal que se me va uniendo, y el dios de la substitución vela
a veces a mi lado, respirando tenazmente, levantando la espada.
¡Felices inmortales!
¡Las islas, qué felices son las islas!
Altas cunas, los riscos. ¡Bien nacidas!
Torva guardia les hacen soledades,
ventarros, nubes grises. Niñas, cimas.
En luz, en aire tibio, en aves, sueñan,
las, del mundo de abajo, maravillas.
Suavemente se escapan, encubiertas
con manto de pinar. Bajan sin prisa
en sosegadas curvas, verdeciéndose,
peldaños erigiéndose, colinas.
Cuando tocan al valle todo es claro:
empiezan a sentirse sus delicias,
mil pájaros, cien chopos, un arroyo;
espejo, en él se encuentran, sorprendidas.
Estas frondas, sus paces, tantas aves
y sus cantos, ¿son ellas, ellas mismas?
¡Felicidad! Lo que empezó en roquedos
ahora tierra es pradera, florecida.
Estrenan, encantadas, sus bellezas,
Venus verdes, tendiéndose en la umbría;
menea un airecillo sus cabellos,
herbazal, juncos, altas margaritas.
Breve sueño feliz. Aun queda el último
por descubrir, prodigio: es la marina.
Se detienen las islas, asombradas,
al llegar a los bordes de su vida.
¿Qué tierra es ésta, suya, y toda nueva?
De oro parece, dócil, suavísima
al pensar que la piensa, al pie desnudo
que la pisa, a los ojos que la miran.
Intacta. Virginal. Arena. ¡Playas!
Fronteras del asombro. Empieza aquí
un mundo sin otoño y sin ceniza.
Refulgen gozos, júbilos destellan.
No hay soledad, es todo compañía.
Ola tras ola sigue a ola tras ola,
persigue espuma a espuma fugitiva,
dádivas sobre dádivas ofrecen
felicidades siempre repetidas.
Todo, alegre, se rinde, cielo, espacio:
¡imposible escapar a tanta dicha!
Esa blancura alzada, ¿es de la espuma
o aleteo de ángeles que invitan?
Invitan, sí, a las islas -son sus ángeles-,
a dejarse su tierra en las orillas,
a un porvenir de azules -paraísos-,
a vida, allí, sin piedra y sin espina,
en canto, en salto, en albas hermandades,
bajo el cielo del mar, gloria infinita.
Si la tierra se acaba algo se empieza;
las olas que sin pausa se lo afirman,
angélicas sirenas, les convencen.
Y ellas arena abajo se deslizan.
Los ojos se equivocan en las playas:
se figuran que así mueren las islas.
Fingida muerte es. Van a su cielo:
su cielo el mar, que azul, cielo duplica.
Innumerables gracias por el agua
señas son de las gracias sumergidas.
Si ya no quedan hojas en sus álamos
¿no son hojas las ondas que rebrillan?
El canto de los pájaros que fueron
las olas en susurro lo terminan.
De pluma puede ser, que vuela abajo
ese blancor de espuma estremecida.
Por el haz de lo azul, cuando el sol sale
se abre, refleja, primavera vivida;
flores son marchitadas en los prados,
que ahora al mar se le vuelven alegrías.
Y ese verdor que el agua transparenta
es de Arcadia que abajo se eterniza:
en los hondos del mar viven, salvadas,
almas verdes, las almas de las islas.
En el agua la estrella se refleja
Como una lentejuela de oro vivo,
O un lunar imprevisto en el motivo
Gris y redondo de la charca añeja.

Admiradas, absortas en la duda
De qué será lo que en el pozo brilla,
Las ranas están quietas a la orilla
En una adoración paciente y muda.

Y el pastor loco que con astros sueña
Hunde en el agua la imprudente mano.
Quiere sacar la estrella del pantano
Y en la imposible salvación se empeña.

¡Cloc, cloc!-gimen las ranas desoladas.
Roto el reflejo, desgarrado el astro,
Ya no queda en la charca sino un rastro
De hebras de luz sutiles y doradas.

Y yo, que asisto a la lección y llevo
En mi charca interior la dulce estrella
De una ilusión que se retrata en ella,
A ansiar la realidad ya no me atrevo.

Y como hipnotizada por el loco
Afán de no ver roto mi tesoro,
Hago guardia tenaz al astro de oro,
Lo miro fijo, pero no lo toco.
Por quietas calles andaba
Juanita Fernández, que era
muchacha como de pájaros
y naranjas y colmenas.
Nadie veía su guardia
callada de serafines,
nadie veía en sus sienes,
invisible, el arco iris.

Nadie, ni padre, ni madre,
ni parientes, ni padrinos,
sabía que a aquella niña
la había marcado el Destino.
«¡Qué inteligente, Juanita!
¡Qué fina piel de durazno!
¡Qué dos ojos de lucero
en un cielo de verano!»

Y andaba Juanita, andaba,
con sus muñecas, su perro
Tilo y sus libros de estudio
por las callejas del pueblo.
Andaba Juanita, andaba,
con su ángel de custodia,
y su pobreza tan rica
y sus ensueños de novia.

Primero, novia del aire,
y después, de un capitán.
Andaba Juanita, andaba,
y era rica más y más.
¿Qué importan la casa pobre,
los vestidos de algodones,
los zapatitos de cuero,
la blusa sin prendedores?

Veinte años casi sin crónica
con sólo el hijo y la paz
de sus versos y sus flores
de alambres y de cambray.
Alegre, tierna y callada,
amante y sin ambición,
gorjeaba en cantos y canto
de vida y callado amor.

Ya sobre el pecho una estrella,
ya otra más sobre la sien,
ya mil clarines al viento
y el toque de somatén.
Ya el llanto por sus mejillas,
ya grises fuegos su luna.
Mañanas de helada niebla,
noches a desvelo y bruma.

Ya zapatos de gamuza
y vestidos de París.
Ya la sonrisa perdida,
ya el deseo de morir.
El amor, como una rosa;
la vida, cáliz y cruz.
Tilo, borrado en la sombra,
brumosa la Cruz del Sur.

Y en su Río de la Plata
sólo el barco de su fe,
aunque sigan los clarines
y el toque de somatén.
¡Qué sola y sola Juanita
en su casona vacía!
América por sus salas
pasa, y Juanita perdida.

Ya no sabe de laureles
ni de nardos en el alba.
Traen orquídeas a sus manos
y mendiga un vaso de agua.
Secreto, ¡ay secreto, oh Dios,
oculto el romance puro!
Vela el ángel con su túnica
el préstamo sin futuro.

Y cuando muera Juanita
a gritos todos dirán
que fue bendito aquel día
ocho de Marzo, San Juan
de Dios, en tierras de Melo
que la historia alabará.
Y ha de dormirse llevando
sobre la mortaja un sol:
el de un amor silencioso
que nadie le adivinó.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.  El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.  Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.  A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro.
Jenny Barajas Mar 2020
Conoci a {M}i angel en un Verano lleno de amor [061818],  

Sin saber que llegaria tan pronto un {A}dios [07
0918],

Muchas aventu{R}as tuve a su lado,
empezando con la feria bajo la luna llena del verano [06
2318],

En el {T}elefono platicabamos hasta el amanecer,
en esas dos semanas, mi Corazon lleno de placer [06
2418-070818],

Mirando "Los {I}ncreibles" con mi hermanito en el cine,
tu mirada se distraia de la pelicula al reirme  [06
2818]
  
Una tarde en Chuck-e-Cheese co{N}ociste a mis papas,
sentia cuanto me querias pues lo hiciste por volontad [07
0518]

Me pego un depression no entedia el motivo,
lloraba sin Consuelo mi Corazon sentia un vacio [07
0618-070818]

Lunes en la noche espere que me llamaras,
me dormi triste y en un llanto, nunca pense que se te olvidara…
te mande mi ultimo mensaje tu mensaje de buenas noches,
al recordar este moment, siento como el Corazon se me rompe [07
0918]

Martes en la tarde recibi la peor llamada,
Mi Amorcito Corazon se habia convierto en mi Angel de la Guardia [07
10*18]

Sabes ese refran que dice "no sabes lo que tienes hasta que se te va"
Es mas que comprobado que es una triste realidad!


Hoy, Manana, y Siempre en mi vive tu recuerdo,
Te amo para siempre Handsomes espero anciosa nuestro encuentro!
Victor D López Dec 2019
También vinieron por usted en medio de la noche,
Pero descubrieron que se había ido a Buenos Aires.
La Guardia Civil cuestionó a su esposa en su casa,
Rodeada de sus cuatro hijos pequeños, en tonos fuertes pero respetuosos.

Apoderados de ametralladoras se quedaron un tiempo,
Pero no dejaron cicatrices visibles en sus hijos,
Ni en su joven esposa, a quien
Dejo atrás para criarlos sola.

Habías sido un pez grande en un pequeño estanque,
Un empresario exitoso que se gano la vida muy bien,
Comprando ganado para ser criado por aquellos demasiado pobres
Para adquirirlos por sus propios medios y que los criaban para usted.

Los pastaban, los usaban para tirar de sus arados,
Y vendían su leche, o la usaban para alimentar a sus hijos demasiado numerosos.
Cuando estaban listos para la venta, los llevaba usted a la feria,
Obtenía un precio justo para ellos y compartía la ganancias a partes iguales con los que los criaron.

Fue un buen sistema que le dio riqueza relativa en tiempos malos,
Y dio a los pobres los medios para alimentar a sus familias y a sí mismos.
Su reputación de honestidad inquebrantable y trato justo hizo que muchos
Quisieran criar ganado para usted, y muchos más le consultaban para resolver disputas.

En asuntos de contratos y límites de tierras disputados su palabra era ley.
Los impotentes y los poderosos confiaban en su juicio por igual y le buscaban
Para resolver sus disputas. Su juicio siempre fue aceptado como definitivo porque
Su justicia e integridad eran incuestionables. "Si Manuel lo dice, es así."

Usted honraría un mal trato basado en un apretón de manos y preferiría perder una
Fortuna antes de deshonrar su palabra, incluso cuando trataba con aquellos mucho menos Honrados que a usted. Para usted el valor de un hombre se media por su palabra, y
Sabía que el mayor legado que podía dejarle a sus hijos era un nombre inmaculado.

Usted era frugal más allá de la necesidad o de la razón, tal vez porque no
Quería hacer alarde de su relativa riqueza cuando tantos no tenían nada.
Habría ofendido su conciencia social y desmentido su política.
Su única extravagancia fue un gran caballo, en el que no se escatimó ningún gasto.

Aunque considerado, elocuente y de voz suave, no era tímido acerca de compartir su
Punto de vista y se enorgullecía del hecho de que otros le prestaban atención
Cuando hablaba. Usted era un ferviente creyente en la república joven y
centro-izquierdista en sus ideas. Cuando llegó la guerra, fue un blanco fácil.

No había tiempo suficiente para quitar a toda su familia del país, y
Simplemente tenía demasiado que perder, un capital significativo atado en tierras y
Ganado. Así que decidió emigrar a Argentina, después de haber estado en los
EE.UU. cuando soltero y prefiriendo autoexilio en un país con un idioma familiar.

Su esposa e hijos estarían bien, protegidos por su capital y por
La buena voluntad que se había ganado. Y tenía razón en gran medida.
A pesar de la inexperiencia de su esposa, continuó con su negocio, con la
Ayuda de su hijo que heredo su ojo para comprar ganado y su buen nombre.

Muchos años después de que se había ido, su hijo adolescente podía comprar todo el ganado que
Quisiera en cualquier feria regional a crédito, con sólo un apretón de manos, simplemente porque
Era su hijo. Y durante muchos años, extraños darían un paso adelante ofreciendo una
Severa advertencia a aquellos que creían estar tratando de engañar a su hijo en las ferias.

"E o fillo do Café." (Es el hijo del Café, un apodo que se gana la familia por un
El hábito de un antepasado de ofrecer café a cualquiera que visitó su
Despacho en tiempos en que el café era casi un lujo). Eso fue suficiente para detener a cualquiera
Que buscara obtener una ventaja injusta por la juventud y la inexperiencia de mi padre.

Una vez en Buenos Aires, sin embargo, fue un pez muy pequeño en un estanque muy grande,
O, más exactamente, un pez en tierra firme; nadie quedó impresionado por su nombre,
Su pedigrí, su reputación o su forma de hacer negocios. Probablemente también se
Burlaban de su acento gallego y solo sus compatriotas escuchaban cuando hablaba.

Vivía en una pequeña habitación que compartía un patio con una pequeña escuela.
Trabajó de noche como sereno, y trató de dormir durante el día mientras
Los niños jugaban ruidosos al lado. Hizo poco dinero ya que su comercio era
Inútil en una ciudad moderna donde la confianza era una moneda muy devaluada.

Se volvió en una curiosidad anacrónica. Y no podía volver a casa.
Cuando su hijo le siguió hasta allí, debió partirle el corazón;
Usted esperaba que él dirigiría su negocio hasta su regreso; pero él
Dejo la escuela, cansado de ser llamado roxo (rojo) por sus instructores militares.

Debe haber sido insoportablemente difícil para usted. Creo que papá no comprendió su dolor.
Irónicamente, creo que yo sí, pero demasiado tarde. Eventualmente regresó a España a
Una esposa que había criado fielmente a sus hijos sola durante unos veinte años y fue
Ya notan predispuesta a abrazar incuestionablemente su voluntad como su deber.

Sin duda, no se podía usted comprender eso más que papá podría comprenderlo
A usted. Demasiado dolor. Demasiados sueños diferidos, llorados, enterrados y
Olvidados. Volvió a su amada Galicia cuando estaba claro que no sería
Perseguido después que Franco se había vuelto en un tirano relativamente benigno.

La gente ya no se encontraba fusilada o golpeada hasta la muerte en zanjas
A un lado de la carretera como en la guerra. Así que volvió a casa para vivir el resto de sus
Días fuera de sitio, una caricatura de su antiguo ser, descansando en el sus quebradizos
Laureles su ser antes de la Guerra Civil, no quebrado, pero doblado para siempre.

Encontró un mundo muy diferente al que había construido a través de su
Decencia, astucia y emprendimiento. Aprendió a mirar a su alrededor
Antes de dar su opinión, y pasó sus días restantes frenado mucho más
que su antiguo amado caballo, y sin freno de plata pulida que morder.

_____
Mi translation of my poem "Unsung Heroes #2:Manuel (Paternal Grandfather)" The English original is available here: https://allpoetry.com/poem/14263778-Unsung-Heroes--2-Manuel--paternal-grandfather--by-Victor­-D.-L%C3%B3pez
https://allpoetry.com/poem/14263778-Unsung-Heroes--2-Manuel--paternal-grandfather--by-Victor-D.-L%C3%B3pez
Victor D López Dec 2019
Fue una joven gentil cortejada por un hombre trece
Años mayor que usted que la cortejó galantemente
Cabalgando orgullosamente encima de su gran corcel, y que le ofreció
Seguridad personal y económica, su buen nombre y su corazón.

Le dio cuatro hijos —dos niños y dos niñas— y la dejó con ellos,
Justo antes de que la Guardia Civil viniera por él. Les dijo que
Su marido había emigrado a Argentina y era un hombre honrado.
La interrogaron pero se fueron con las manos vacías y no la molestaron mas.

Durante las siguiente dos década, usted manejó los asuntos de su marido,
Continuó con su negocio por un tiempo,
Lamentó la muerte de su hijo menor, Manolito, a la meningitis,
Y encontró consuelo en su existencia, que era mejor que el de la mayoría.

Fue una mujer orgullosa, recta, guapa, con ojos
Azules, grandes, penetrantes, y profundos, aunque no una
Belleza radiante como su hermana mayor, que murió joven pero cuya belleza la
Sobrevivió durante mucho tiempo en ojos de muchos.

Pero era hermosa, y gano más que su parte de miradas de pretendientes cuando más joven.
Y usted siempre recordó con cariño los jóvenes de buenas familias que la cortejaron,
A quienes mantuvo a distancia adecuada a través de su virtud, empuñada como un gran
Escudo; no obstante relató siempre sus atenciones con obvio orgullo.

Fue amable, generosa y abnegada. Era sumamente fuerte, aunque este
Rasgo no fuese alentado por las mujeres apropiadas de la época. Era una buena
Amiga, y aunque podía aparentar tan distante como una reina caminando entre sus
Súbditos, tenía muchos amigos íntimos entre ambos ricos y pobres.

Aunque orgullosa, labró la tierra y cultivó patatas, remolachas, habas,
Repollo, alcachofas y muchos otros vegetales en su amplio jardín.
Recogió manzanas, limones, peras, higos y muchas otras frutas para sus hijos,
De sus árboles frutales, ordeño sus vacas y crió pollos y conejos.

Su orgullo y amor propio la sostuvieron a través de los tiempos mas difíciles, y se consoló
En su ilustre pariente, José Sánchez Bregua (1810-1897), el distinguido General y
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de España, y Ministro de Guerra cuyo
Funeral de estado en 1897 fue la primera película realizada en España.

Sus recuerdos de un pasado más suave coloreado por la gloria real e imaginada,
Y su orgullo demasiado ardiente por sus hijos, nietos y familia,
Le rescataron de la soledad y de las realidades desagradables de la vida, y se
Condenó y contento en recordar el pasado a cambio de vivir el presente.

La última vez que la vi, era tan fuerte y encantadora como siempre, con una postura perfecta
Y cada cabello en su lugar. Sus ojos aún claros y brillantes como el cielo, y su sonrisa tan suave y
Tranquilizadora como siempre lo había sido. Pero no me conoció a mi ni a papá, y nos habló de
Nosotros, su hijo y nieto en Nueva York, de quienes estaba tan orgullosa.

Mientras papá y yo nos sentamos a su lado, nos contó tanto sobre nosotros mismos como sobre
Sánchez Bregua, y sus muchos pretendientes cuando era joven, y de sus amigos
virtuosos, y del buen nombre de su marido, y de su posición en la Comunidad, y no
Susurro ni una sola palabra de dolor, de soledad o de sacrificio propio.

Su voz suave sólo hablaba de cosas agradables que habíamos oído muchas veces anteriormente.
Su fuerza, su temple, su vida diferida, sus heridas cubiertas por la única
Salve disponible — el orgullo— y por el conocimiento inquebrantable de quién era
Sin un momento desperdiciado en la contemplación sin sentido de lo que podría haber sido.

Papá y yo la dejamos por última vez, contentamente alborotándose con su antigua máquina de Coser, la misma en la que había hecho la ropa de sus hijos, y enseño a sus dos
Hijas su oficio. No nos reconoció, pero charló cortésmente sin notar nuestras
Lágrimas ese día ni cuando papá y yo dijimos lo que sería nuestro último adiós.

______
Translation of my earlier poem, "Unsung Heroes - Part IV: Maria (Paternal Grandmother). The English original was published in my Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (along with Unsung Heroes Parts I-III, (C) 2011, 2019) and is available online in its original English version here: https://allpoetry.com/poem/14264897-Unsung-Heroes--4-Maria--paternal-grandmother--by-Victor-­D.-L%C3%B3pez]
La noche es una copa de mal. Un silbo agudo
del guardia la atraviesa, cual vibrante alfiler.
Oye, tú, mujerzuela, ¿cómo, si ya te fuiste,
la onda aún es negra y me hace aún arder?
La Tierra tiene bordes de féretro en la sombra.
Oye, tú, mujerzuela, no vayas a volver.
A carne nada, nada
en la copa de sombra que me hace aún doler;
mi carne nada en ella,
como en un pantanoso corazón de mujer.
Ascua astral... He sentido
secos roces de arcilla
sobre mi loto diáfano caer.
Ah, mujer! Por ti existe
la carne hecha de instinto. Ah mujer!
Por eso ¡oh, ***** cáliz! aun cuando ya te fuiste,
me ahogo con el polvo;
y piafan en mis carnes más ganas de beber!
Victor D López Dec 2018
You were a gentle, genteel young woman swept away by a man
Thirteen years your senior who gallantly courted you,
Riding proudly atop his great steed, and who offered you
Safety, security, his good name and his heart.

He gave you four children—two boys and two girls—and left you,
And them, just before the Guardia Civil came for him. You told them that
Your husband had emigrated to Argentina and was an honorable man.
They questioned you but left empty handed and did not trouble you again.

For the next decade, you managed your husband’s affairs,
Continued with his business for a time,
Grieved the death of your youngest son, Manolito, to meningitis,
And found comfort in your lot, which was better than most.

You were a proud, prim, proper, handsome woman,
With large, penetrating, deep blue eyes.
Though you were not a radiant beauty like your older sister,
Who died young but whose beauty long outlived her in the eyes of many.

But you were beautiful, and turned more than your share of heads in younger days.
And you fondly recalled all the good, young men from good families who courted you,
Whom you kept at a proper distance through your virtue, wielded like
A great shield; yet you took no small pride in recounting their attentions.

You were kind, generous, and self sacrificing. And you were strong, though this
Trait was not encouraged of proper women of the time. You were a
Good friend, and though you could appear as aloof as a queen walking among her
Subjects, you had many close friends among both wealthy and poor.

Though you were proud, you tilled the soil and grew potatoes, beets, beans,
Cabbage, artichokes and many other vegetable in your ample garden,
Picked apples, lemons, pears, figs and many other fruits for your family,
From your fruit trees, milked your cows, and raised chickens and rabbits.

Your pride sustained you through the tough times, and you took comfort from
Your illustrious relative, José Sánchez Bregua (1810-1897), the distinguished
Four-star General, Commander in Chief of the forces of Spain, and War Minister whose
State funeral in 1897 was the first motion picture made in Spain.

Your memories of a gentler past colored by both real and imagined glory,
And your overly strong pride in your children, grandchildren and family,
Rescued you from loneliness and the unpleasant realities of life,
And condemned you to remember the past at the expense of living the present.

The last time I saw you, you were as strong and lovely as ever, with perfect
Posture, and every hair in place. Your eyes were still clear, and your smile as
Gentle and reassuring as it had always been. But you did not know me or dad, and spoke to us of
Your son and grandson in New York of whom you were so proud.

While dad and I sat next to you, you told us both about ourselves and of
Sánchez Bregua, and of your many suitors when you were young, and of your
Virtuous friends, and of your husband’s good name, and of his standing in the
Community, and whispered not a word of pain, of loneliness or of self-sacrifice.

Your soft voice spoke only of pleasant things I’d heard many times before that belied
Your strength, your mettle, your life deferred, your wounds covered over by the only
Salve available to you—pride—and by the unshakable knowledge of who you were
Without a moment wasted in the pointless contemplation of what might have been.

Dad and I left you for the last time, contentedly fussing with your old sewing
Machine, the same one on which you had made your children’s clothes, and taught
Your two daughters their craft. You did not recognize us, but chatted politely and did
Not notice our tears when dad and I said what would prove to be our final good-byes.
from Of Pain and Ecstasy: Collected Poems (C) 2011, 2018
Tenía aquel huerto
muy altas las tapias
muy llenas de broza
y escajos las bardas,
y todos sabíamos
que detrás estaba
mi abuelo, el Civil,
como lo llamaban,
las trentes al hombro,
ceñuda la cara,
en torno a sus árboles:
las ciruelas claudias
y las gordas peras
de muslo de dama
y las garrafales
guindas coloradas...

Sí que lo sabíamos,
pero no importaba.
Y en cualquier desliz
de la adusta guardia,
ni hojas dejábamos
en las curvas ramas.
¿Entonces, Dios mío,
yo he tenido infancia,
y he tirado piedras
y he saltado vallas
y he robado quimas
de fruta cargadas?
¿Y que esto ha pasado
en una lejana
aldehuela de oro,
allá, por España?
Just Alex Feb 2020
Por eso te prefiero
pues nadie me hiere
bajas tu guardia
abres tu corazón
y al hacerlo, invitas las dagas.

Y por tan poco caigo
como los caen los imperios
por escuchar "te quiero"
se derrumban las torres
por un beso
y mueren los héroes
por el roce de tus dedos.

Creí que eras mía
que solo míos eran
tu corazón y tus besos
míos eran tus suspiros
en el oscuro éxtasis del deseo
y el aire caliente que me dabas
cuando tu labios a los míos apretabas.

Pero la vida no es un idilio
y los versos se escriben en sueños
la fantasía se desnuda
y revela a la realidad de su velo

Pues tus besos eran prestados
como lo eran el roce de tus dedos
tus suspiros estaban vacíos
y tu cariño por mi, agotado.

Y ahora que hago con mi corazón
frente a mi, hecho pedazos
de rodillas trato de pegarlo
entre amargas lagrimas, tiempo perdido
Y cansancio.

Nunca fuiste mía
Eso es claro
Y nunca fui tuyo
Mi cariño fue malgastado
Y me encuentro nuevamente
En la negrura, amurrungado
Me cobija, me abriga
Sella mi pecho acuchillado
El frió solitario, la noche sin luz
Aquí pertenezco
Aquí las dagas no me harán daño

— The End —