Es de madrugada.
Me pesan los ojos,
mas mi mente no descansa.
Buscando sosiego
escribo estas líneas.
La monotonía del insomnio
se está convirtiendo
en mi mayor pelea.
Los pensamientos
se vuelven un eco incesante
que me recluye del sueño.
Noches eternas,
días vulgares,
estrecha sociedad,
perfil bajo.
A eso se reduce mi vida.