Llevas en tus manos un poder, algo que desmorona mi equilibrio con cada palabra que deslizas, como el sol desbordándose en un atardecer que se desploma en el horizonte, un instante tan efímero y eterno como tú, capaz de hacer que todo lo que tocas parezca inmortal.
Me obligas a redescubrirme, y quizás ni siquiera lo sabes. Hay una fuerza en nuestra conexión, una chispa que nunca conocí, capaz de arrancarme de este mundo y sumergirme en un presente tan intenso que tus palabras se desvanecen en la bruma de tu presencia. No es solo tu belleza, es el brillo de tu alma y el eco silencioso de ese corazón indescriptible que sostienes.
Puede que esté lanzándome al vacío demasiado pronto, pero cuando encuentras a alguien con quien todo encaja como un susurro al viento, el miedo se disuelve. A veces, es mejor arrojarlo todo al fuego, sabiendo que lo único peor que arriesgarse es no haberlo hecho.
Cuando encuentras a la persona que encaja contigo a la perfección como la última pieza del rompecabezas no dudes en entregarte al completo.