Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
EOEO Feb 2011
Siempre estabas a punto de partir,
siempre en otra parte, detrás del mar,
más allá de Madrid o Sri Lanka.
Te morías por volver,
nos moríamos debajo de las piedras
y las nubes y los Borges, en el fondo de las botellas.
¡Qué nostalgia tan cruda!

Y yo que nunca terminé de encontrarte,
de destilar los lejanos paraísos
que alguna vez consumimos,
entre besos y cigarros.
Y yo, que nunca aprendí con que ojos verte,
algún día, entre mañana y nunca,
ya no volví.
Dinero, sangre, fuego,
consumimos nuestra verdad
Dinero, sangre, fuego,
hasta donde vamos a llegar.

Pan, libros, paz
no vas a encontrar,
pues bajo los muros
no hay carne,
huesos nada más.

Circo para pueblo
y tristemente volvemos a olvidar,
somos gente en un zoologico
lo dijo el loco con indudable razón.

No busques más
no son aguilas de libertad,
son buitres con disfraz.
En esta ciudad
solo caen los restos,
nadie lo afirmara en
La ciudad de los huesos
Hoy es hoy con el peso de todo el tiempo ido,
con las alas de todo lo que será mañana,
hoy es el Sur del mar, la vieja edad del agua
y la composición de un nuevo día.

A tu boca elevada a la luz o a la luna
se agregaron los pétalos de un día consumido,
y ayer viene trotando por su calle sombría
para que recordemos su rostro que se ha muerto.

Hoy, ayer y mañana se comen caminando,
consumimos un día como una vaca ardiente,
nuestro ganado espera con sus días contados,

pero en tu corazón el tiempo echó su harina,
mi amor construyó un horno con barro de Temuco:
tú eres el pan de cada día para mi alma.
Yorlan Jan 24
Puedo encontrar tu voz
en muchas otras bocas.
Encontrar tu piel,
y besarla.
Encontrar tus ojos.
Admirarlos por un momento.
Pero no basta.

Puedo encontrar tu silueta,
dibujada y esculpida
a tu auténtica figura.
Tu olor a repollo,
tu sonrisa cautivadora,
que provoca tentaciones
más allá de lo permisible;
el peso de tu mirada.
Pero no basta.

Puedo encontrar tus palabras,
tus frases y ademanes,
tus manos sudorosas,
el temblor de tus nervios,
tus besos cortos y sedantes,
el abrazo que no consumimos,
tus ocurrencias tontas.
Pero no basta.

Puedo encontrar un amor recíproco,
como el que anhelé de ti:
besos y caricias nocturnas,
un baile entre pisadas,
temas divertidos para conversar.
Todo aquello
que no fue nuestro.
Pero no basta.

Incluso, puedo tenerte
otra vez a mi lado,
entre mis brazos.
Pero no basta.
Porque nunca me entregarás tu amor.

— The End —