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The roses of Love glad the garden of life,
  Though nurtur’d ’mid weeds dropping pestilent dew,
Till Time crops the leaves with unmerciful knife,
  Or prunes them for ever, in Love’s last adieu!

In vain, with endearments, we soothe the sad heart,
  In vain do we vow for an age to be true;
The chance of an hour may command us to part,
  Or Death disunite us, in Love’s last adieu!

Still Hope, breathing peace, through the grief-swollen breast,
  Will whisper, “Our meeting we yet may renew:”
With this dream of deceit, half our sorrow’s represt,
  Nor taste we the poison, of Love’s last adieu!

Oh! mark you yon pair, in the sunshine of youth,
  Love twin’d round their childhood his flow’rs as they grew;
They flourish awhile, in the season of truth,
  Till chill’d by the winter of Love’s last adieu!

Sweet lady! why thus doth a tear steal its way,
  Down a cheek which outrivals thy ***** in hue?
Yet why do I ask?—to distraction a prey,
  Thy reason has perish’d, with Love’s last adieu!

Oh! who is yon Misanthrope, shunning mankind?
  From cities to caves of the forest he flew:
There, raving, he howls his complaint to the wind;
  The mountains reverberate Love’s last adieu!

Now Hate rules a heart which in Love’s easy chains,
  Once Passion’s tumultuous blandishments knew;
Despair now inflames the dark tide of his veins,
  He ponders, in frenzy, on Love’s last adieu!

How he envies the wretch, with a soul wrapt in steel!
  His pleasures are scarce, yet his troubles are few,
Who laughs at the pang that he never can feel,
  And dreads not the anguish of Love’s last adieu!

Youth flies, life decays, even hope is o’ercast;
  No more, with Love’s former devotion, we sue:
He spreads his young wing, he retires with the blast;
  The shroud of affection is Love’s last adieu!

In this life of probation, for rapture divine,
  Astrea declares that some penance is due;
From him, who has worshipp’d at Love’s gentle shrine,
  The atonement is ample, in Love’s last adieu!

Who kneels to the God, on his altar of light
  Must myrtle and cypress alternately strew:
His myrtle, an emblem of purest delight,
  His cypress, the garland of Love’s last adieu!
K F May 2017
Gaia slammed the door and threw her phone across the room.
Her lover Humanity has done it again--
                  and again, and again.

That broken mess of a love with so much baggage,
it makes the raunchiest Olympians look like Astrea.

All night out, and Humanity ruins and disappoints,
                  once more.

Gaia screams into a pillow of earth in frustration.
Uranus thinks she's melodramatic,

But how can the Sky sympathize with the Earth?
And how in turn can the Earth fall so wholeheartedly,
                for a destroyer?

Who once more in turn, tries in vain, but will never
understand the complexity of it's own round habitat-lover.

So Gaia is left confused and hurt, though Humanity swears,
it never meant to hurt her; break her into pieces,
and turn from a collective of voices to Narcissus himself.  

               She sighs.

Perhaps next week will be different?
The texts between the two so hit or miss and fickle,
Only Fates could read what lies behind the tension.

An Aletia moth flits in and out the window,
and suddenly the butterfly poster on Gaia's wall feels pathetic.

An imitation of her own work.

Perhaps next week will be different?
Perhaps Zeus will vow celibacy,
perhaps the sky will fall into the sea,
and we'll all be mercifully crushed in between.

But what crushes is reality, and as Gaia falls asleep,
the phone lights up.

Humanity: "Drinks again next Thursday?"

The same empty connection repeated ceaselessly.
One generation on to the next until the last.

And of course Pandora's curse,
keeps Gaia suffering through them all.
Jax,Lily,Flawless,Marta,Dr.Shweta,Shiv,Neeraj,Dg.
Emeka,Miss,Jule­s,Bridgett,Salim, Joceyn,memoona.
Sampreeta,daud,Stephanie,Grace,No name,Eloisa.
Hijenduanao,Kauthar,Damien,Joye,Marta,Narendra.
Jole­ne, Perry, Freebird,Surbhi,Godawan,Ikimi,tm,
Xaela,try,S Nirmal,Astrea,Erin,Mindless,Lace,HB.
AP,Timur,Kasidee,Caterra,the­ untold,Melancholy.
Melanie,mckenzie, clark,beebz,sherri,bryan,bakunawa.
khaliyah,brianna,Ay2brutus,Ang­el-like,Maxx,Lure ***.
Mike, me zeal, Kim,Kim,Maeiby,Shanath,Marshall,xallan.
Weeping Willow,Mike Hauser,Serena,AnnMarie,DavidLewis.
JenniferJohnson, itgonnamakesense,Mike Essiq,Nancy.
Olivia,Paul,Mark,Phil,PoetressBhumi and Wilyam Pax.
Here some more love you all, I pray that you are blessed.
Fabio, las esperanzas cortesanas
Prisiones son do el ambicioso muere
Y donde al más astuto nacen canas.

El que no las limare o las rompiere,
Ni el nombre de varón ha merecido,
Ni subir al honor que pretendiere.

El ánimo plebeyo y abatido
Elija, en sus intentos temeroso,
Primero estar suspenso que caído;

Que el corazón entero y generoso
Al caso adverso inclinará la frente
Antes que la rodilla al poderoso.

Más triunfos, más coronas dio al prudente
Que supo retirarse, la fortuna,
Que al que esperó obstinada y locamente.

Esta invasión terrible e importuna
De contrario sucesos nos espera
Desde el primer sollozo de la cuna.

Dejémosla pasar como a la fiera
Corriente del gran Betis, cuando airado
Dilata hasta los montes su ribera.

Aquel entre los héroes es contado
Que el premio mereció, no quien le alcanza
Por vanas consecuencias del estado.

Peculio propio es ya de la privanza
Cuanto de Astrea fue, cuando regía
Con su temida espada y su balanza.

El oro, la maldad, la tiranía
Del inicuo procede y pasa al bueno.
¿Qué espera la virtud o qué confía?

Ven y reposa en el materno seno
De la antigua Romúlea, cuyo clima
Te será más humano y más sereno.

Adonde por lo menos, cuando oprima
Nuestro cuerpo la tierra, dirá alguno:
«Blanda le sea», al derramarla encima;

Donde no dejarás la mesa ayuno
Cuando te falte en ella el pece raro
O cuando su pavón nos niegue Juno.

Busca pues el sosiego dulce y caro,
Como en la obscura noche del Egeo
Busca el piloto el eminente faro;

Que si acortas y ciñes tu deseo
Dirás: «Lo que desprecio he conseguido;
Que la opinion ****** es devaneo».

Más precia el ruiseñor su pobre nido
De pluma y leves pajas, más sus quejas
En el bosque repuesto y escondido,

Que halagar lisonjero las orejas
De algun príncipe insigne; aprisionado
En el metal de las doradas rejas.

Triste de aquel que vive destinado
A esa antigua colonia de los vicios,
Augur de los semblantes del privado.

Cese el ansia y la sed de los oficios;
Que acepta el don y burla del intento
El ídolo a quien haces sacrificios.

Iguala con la vida el pensamiento,
Y no le pasarás de hoy a mañana,
Ni quizá de un momento a otro momento.

Casi no tienes ni una sombra vana
De nuestra antigua Itálica, y ¿esperas?
¡Oh error perpetuo de la suerte humana!

Las enseñas grecianas, las banderas
Del senado y romana monarquía
Murieron, y pasaron sus carreras.

¿Qué es nuestra vida más que un breve día
Do apena sale el sol cuando se pierde
En las tinieblas de la noche fría?

¿Qué más que el heno, a la mañana verde,
Seco a la tarde? ¡Oh ciego desvarío!
¿Será que de este sueño me recuerde?

¿Será que pueda ver que me desvío
De la vida viviendo, y que está unida
La cauta muerte al simple vivir mío?

Como los ríos, que en veloz corrida
Se llevan a la mar, tal soy llevado
Al último suspiro de mi vida.

De la pasada edad ¿qué me ha quedado?
O ¿qué tengo yo, a dicha, en la que espero,
Sin ninguna noticia de mi hado?

¡Oh, si acabase, viendo cómo muero,
De aprender a morir antes que llegue
Aquel forzoso término postrero;

Antes que aquesta mies inútil siegue
De la severa muerte dura mano,
Y a la común materia se la entregue!

Pasáronse las flores del verano,
El otoño pasó con sus racimos,
Pasó el invierno con sus nieves cano;

Las hojas que en las altas selvas vimos
Cayeron, ¡y nosotros a porfía
En nuestro engaño inmóviles vivimos!

Temamos al Señor que nos envía
Las espigas del año y la hartura,
Y la temprana pluvia y la tardía.

No imitemos la tierra siempre dura
A las aguas del cielo y al arado,
Ni la vid cuyo fruto no madura.

¿Piensas acaso tú que fue criado
El varón para rayo de la guerra,
Para surcar el piélago salado,

Para medir el orbe de la tierra
Y el cerco donde el sol siempre camina?
¡Oh, quien así lo entiende, cuánto yerra!

Esta nuestra porción, alta y divina,
A mayores acciones es llamada
Y en más nobles objetos se termina.

Así aquella que al hombre sólo es dada,
Sacra razón y pura, me despierta,
De esplendor y de rayos coronada;

Y en la fría región dura y desierta
De aqueste pecho enciende nueva llama,
Y la luz vuelve a arder que estaba muerta.

Quiero, Fabio, seguir a quien me llama,
Y callado pasar entre la gente,
Que no afecto los nombres ni la fama.

El soberbio tirano del Oriente
Que maciza las torres de cien codos
Del cándido metal puro y luciente

Apenas puede ya comprar los modos
Del pecar; la virtud es más barata,
Ella consigo misma ruega a todos.

¡Pobre de aquel que corre y se dilata
Por cuantos son los climas y los mares,
Perseguidor del oro y de la plata!

Un ángulo me basta entre mis lares,
Un libro y un amigo, un sueño breve,
Que no perturben deudas ni pesares.

Esto tan solamente es cuanto debe
Naturaleza al simple y al discreto,
Y algún manjar común, honesto y leve.

No, porque así te escribo, hagas conceto
Que pongo la virtud en ejercicio:
Que aun esto fue difícil a Epicteto.

Basta al que empieza aborrecer el vicio,
Y el ánimo enseñar a ser modesto;
Después le será el cielo más propicio.

Despreciar el deleite no es supuesto
De sólida virtud; que aun el vicioso
En sí propio le nota de molesto.

Mas no podrás negarme cuán forzoso
Este camino sea al alto asiento,
Morada de la paz y del reposo.

No sazona la fruta en un momento
Aquella inteligencia que mensura
La duración de todo a su talento.

Flor la vimos primero hermosa y pura,
Luego materia acerba y desabrida,
Y perfecta después, dulce y madura;

Tal la humana prudencia es bien que mida
Y dispense y comparta las acciones
Que han de ser compañeras de la vida.

No quiera Dios que imite estos varones
Que moran nuestras plazas macilentos,
De la virtud infames histriones;

Esos inmundos trágicos, atentos
Al aplauso común, cuyas entrañas
Son infaustos y oscuros monumentos.

¡Cuán callada que pasa las montañas
El aura, respirando mansamente!
¡Qué gárrula y sonante por las cañas!

¡Qué muda la virtud por el prudente!
¡Qué redundante y llena de ruido
Por el vano, ambicioso y aparente!

Quiero imitar al pueblo en el vestido,
En las costumbres sólo a los mejores,
Sin presumir de roto y mal ceñido.

No resplandezca el oro y los colores
En nuestro traje, ni tampoco sea
Igual al de los dóricos cantores.

Una mediana vida yo posea,
Un estilo común y moderado,
Que no lo note nadie que lo vea.

En el plebeyo barro mal tostado
Hubo ya quien bebió tan ambicioso
Como en el vaso múrrimo preciado;

Y alguno tan ilustre y generoso
Que usó, como si fuera plata neta,
Del cristal transparente y luminoso.

Sin la templanza ¿viste tú perfeta
Alguna cosa? ¡Oh muerte! ven callada,
Como sueles venir en la saeta,

No en la tonante máquina preñada
De fuego y de rumor; que no es mi puerta
De doblados metales fabricada.

Así, Fabio, me muestra descubierta
Su esencia la verdad, y mi albedrío
Con ella se compone y se concierta.

No te burles de ver cuánto confío,
Ni al arte de decir, vana y pomposa,
El ardor atribuyas de este brío.

¿Es por ventura menos poderosa
Que el vicio la virtud? ¿Es menos fuerte?
No la arguyas de flaca y temerosa.

La codicia en las manos de la suerte
Se arroja al mar, la ira a las espadas,
Y la ambición se ríe de la muerte.

Y ¿no serán siquiera tan osadas
Las opuestas acciones, si las miro
De más ilustres genios ayudadas?

Ya, dulce amigo, huyo y me retiro
De cuanto simple amé; rompí los lazos.
Ven y verás al alto fin que aspiro,
Antes que el tiempo muera en nuestros brazos.
Parable Simadiris: “in some pieces sheltered in the chest of a visitor, would be the precious and brilliant fractions of this resident Simadiris. He said the one who came from far away and that all the treasures were kept in his breastplate and not in his memory. A day that was actually several years of darkness, where he did not know anything about the gift of walking, Mykonos being his goal as a traveler, walking through the streets that besieged him around him and that melted before his sight too, he could continue to see them all turned into buttery chocolate, which was exhibited by the windows of the houses for more than five hundred years. Since he was a child Simadiris wanted to taste a bite with all the value of the truffle or rather want to decorate it with his hands and lips, to tell everyone that he had achieved it. However, one day he made a mistake, wanting to return the truffle bite to the melted walls that were in front of his gaze, being able to verify that they were tours of his memory that he snatched it away for a low and high price, then asking Helios for the option from renting a piece of Light to him, to observing the quadri-cycles that came to leave him more options, they were four portions of his consciousness of the flavor turned into transits of his reminiscence. Being very narrow the space that remained of his chest, he made more space in his memory and what he ate of the remaining piece of chocolate truffle, then he regurgitated it on the panoramic of his hands, seeing that everyone left their houses eating the same as he"

Parable Koumadoro: “almost a thousand years it took a resident of a small temple house in the Koumaro Forests to refer to the destruction of other forests that were with phosphorescent roots of the imaginary Arcadia, thus seeing other trees reborn from other tree roots under stubborn physical laws, leading to other pilgrim shrubs to their patron Koumadoro, who in coeternal clarions of voices enchanted in the ear of the gentle Koumadoro. Once hearing from the greatest sages that his forest would suffer a great flood and that it was going to devastate the forest of his ancestors, he then approached from a consumed ford towards the yawn of Zeus, to wield his vanity and enjoy the presence of Astrea asking him for one of his converting rays for the inter-pause of a natural yellow-ray and so that it should not be obscured by victorious borders and radiosities from the constellation Virgo. Then the feminine defense factor of the creation of the world, he reconverted the hectares of Koumaro Forest in divine masculinity, condemning and freezing the flow of water that threatened to invade them. Then Koumadoro cut off his beard and hair to look different, thus seeing that the goddess Astrea sponsored the lush gallant possessing the true frenzy of a warrior figure, she snatches him by pronouncing…: “your face and silhouette will moan with joy from the streams and hair of the cypress, turning you into the forest on the forest, like undulations and beards that split from them ”. Koumadoro noticing that all this exaltation turned him into dawn and that he hugged him on the heterogeneous trees, he falls like a volumetric torrent of water that dared to pass over himself, baptizing him in small streams of water, but of unequal volume and swollen shyness with almost nothing nor anyone being able to make a stream in his sight, only making water of equal volume flow, but volatilized by the glasses of Koumadoro "

(Procoro sweated through his hands, remembering that he lived in this moment. While the hours passed by his tunic like carriers that rotate through the interstices of Simadiris, a small spring rain fell on his face, through the desolate alleys and that uncertainly rained truffles on his investiture chambers, in places that always rains hope of rebirth)
Parables Simadiris / Koumadoro

— The End —