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Leydis Jun 2017
Si, te deje con frio.
Si, te deje un vacío.
Si, también el corazón partido.
Te lo merecías,
por tu osadía en jugar conmigo
en formarme líos,
en robar mí aliento,
con tan falsos besos,
sin ofrecer oxígeno,
sin darme alivio.

Si, te deje recuerdos,
que te lleguen dentro,
que te vuelvan loco .
Y en el frio de diciembre,
que te desesperen, y que te condenen,
a la amargura de la noche oscura,
y con apatía a no volver amar nunca.

O caso ya te olvidas,
como me dolías,
como te rogaba,
para que me amaras,
para que encendieras esa luz
que con tanto amor yo te brindaba!

Para que desataras mis pasiones malogradas,
con un beso largo,
con un tierno abrazo,
o que permitieras,
que te derrumbara todas esas barreras,
para calentarte ese corazón que quería mío,
Y me lo negaste.
Y te cerraste.
Y mi corazón hasta lo enterraste en tu pudrición,
en tu ambición por ser un Don Juan moderno.

Pero mira lo que es la vida,
En tu desatino, te robe el oxígeno.

Te lo merecías.  

LeydisProse
11/29/16
https://www.facebook.com/LeydisProse/about/
sofia rob Jan 2018
habia un balance en tu sonrisa
tu mirada calmava todo, asta las olas mas enormes
tus venas corrian largas y agiles como tu corazon
crecio en mi un amor, casi como el tullo
aprendi a reconocer un amor eterno
en tus miradas y sonrisas
encontre una razon
seguir despertando al mismo sol
uno que ya no vez mas
pero si pudieras, lo amaras tambien
tanto como me amas a mi
Si no me encuentras donde solía esperarte,
no pienses que me fui;
tal vez me perdí buscándote en mí mismo.

He sido un mapa sin rutas,
una brújula herida por el norte de tus ojos,
y aun así, caminé.
Caminé con la esperanza
de que el eco de tu voz
algún día me guiara de vuelta.

No quise ser eterno,
solo inolvidable.
No quise que me amaras para siempre,
solo que no me olvidaras tan fácil.

Si no me encuentras,
búscame en las cosas pequeñas:
el silencio entre dos canciones,
el respiro antes de una lágrima,
el temblor leve cuando alguien dice tu nombre.
Allí,
en lo invisible,
me quedé.
Cómo gozo en recordar
-Y las recuerdo mil veces-
Aquellas tus timideces
Que al fin te enseñé a olvidar.

Cuando contigo me uní
Era al par de nuestro amor
Un encanto tu pudor...
¡Y ya perdido! ¡Ay de mí!

Ahora tu cuerpo todo
Desnudo, cambias camisa,
Y a mí te enlazas aprisa...
Antes era de otro modo;

Porque tímida mujer,
La luz miedo te infundía,
Y, casta, no te podía
Toda entera poseer.

Y te decía anhelante,
Mi cuerpo una llama viva:
«No serías tan esquiva
Si tú me amaras bastante».

Y tu beso pudoroso
Buscaba con ansia rara,
Para que le contestara
Al beso mío goloso.

Antes, entre riña y riña,
Adorable y seductora,
Cedías al fin. Ahora
Cómo echo menos la niña

Que de su pudor esclava,
Y encendida de sonrojos
¡Noches aquellas! los ojos
Con el brazo se tapaba.
Explícame por qué dices «Mis rosas»,
Y «mi piano», y por qué, frecuentemente,
«Tus libros» y «tu perro», indiferente;
Y di, por qué con aire placentero
Me dices: «Unas cosas
Voy ahora a comprar con mi dinero».

Lo mío es siempre tuyo, eso es sabido.
¿Por qué dices palabras que entre los dos han sido
Y serán siempre odiosas?
«Mío y tuyo»... ¡Qué extrañas tonterías!
Si me amaras, «los libros» tú dirías,
Y «el perro» y «nuestras rosas».

— The End —