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Cantar a ese gigante soberano
Que al soplo de su espíritu fecundo
Hizo triunfar el pensamiento humano,
Arrebatando al mar un nuevo mundo;
Cantar al que fue sabio entre los sabios,
Cantar al débil que humilló a los grandes,
Nunca osarán mi lira ni mis labios.
Forman su eterno pedestal los Andes,
El Popocatepelt su fe retrata,
Las pampas son sus lechos de coronas,
Su majestad refleja el Amazonas,
Y un himno a su poder tributa el Plata.

No es la voz débil que al vibrar expira,
La digna de su nombre; ¿puede tanto
La palabra fugaz?... ¿Quién no lo admira?
La mar, la inmensa mar, ésa es su lira,
Su Homero el sol, la tempestad su canto.

Cuando cual buzo audaz, mi pensamiento
Penetra del pasado en las edades,
Y mira bajo el ancho firmamento
De América las vastas soledades:
El inca dando al sol culto ferviente,
El araucano indómito y bravío,
El azteca tenaz que afirma el trono,
Adunando al saber el poderío:
¡A cuántas reflexiones me abandono!...
Todas esas sabanas calentadas
Por la luz tropical, llenas de flores,
Con sus selvas incultas, y sus bosques
Llenos de majestad; con sus paisajes
Cerrados por azules horizontes,
Sus montes de granito,
Sus volcanes de nieve coronados,
Semejando diamantes engarzados
En el esmalte azul del infinito;

Las llanuras soberbias e imponentes,
Que puebla todavía
En la noche sombría
El eco atronador de los torrentes;
Los hondos ventisqueros,
Las cordilleras siempre amenazantes,
Y al aire sacudiéndose arrogantes,
Abanicos del bosque, los palmeros;
No miro con mi ardiente fantasía
Sólo una tierra virgen que podría
Ser aquel legendario paraíso
Que sólo Adán para vivir tenía;
Miro las nuevas fecundantes venas
De un mundo a las grandezas destinado,
Con su Esparta y su Atenas,
Tan grande y tan feliz como ignorado.
Para poder cantarlo, busca el verso
Una lira con cuerdas de diamante,
Por único escenario el Universo,
Voz de huracán y aliento de gigante.

Que destrence la aurora
Sus guedejas de rayos en la altura:
Que los tumbos del mar con voz sonora
Pueblen con ecos dulces la espesura:
Que las aves del trópico, teñidas
Sus alas en el iris, su contento
Den con esas cadencias tan sentidas
Que van de selva en selva repetidas
Sobre las arpas que columpia el viento.
Venid conmigo a descorrer osados
El velo de los siglos ya pasados.

Tuvo don Juan Segundo
En Isabel de Portugal, la bella,
Un ángel, que más tarde fue la estrella
Que guió a Colón a descubrir un mundo.
El claro albor de su niñez tranquila
Se apagó en la tristeza y en el llanto.
En el triste y oscuro monasterio
Donde, envuelta en el luto y el misterio,
Fue Blanca de Borbón a llorar tanto.
Allí Isabel fortaleció su mente,
Y aquel claustro de Arévalo imponente
Fe le dio para entrar al mundo humano,
Dio vigor a su espíritu intranquilo,
Fue su primer asilo soberano,
Cual la Rábida fue primer asilo
Del Vidente del mundo americano.
Muerto Alfonso, su hermano,
En el convento de Ávila se encierra,
Y hasta allí van los grandes de la tierra,
Llenos de amor, a disputar su mano.
Ella da el triunfo de su amor primero
A su igual en grandeza y en familia,
Al que, rey de Sicilia,
Es de Aragón el príncipe heredero.
A tan gentil pareja
Con ensañado afán persigue y veja
De Enrique Cuarto la orgullosa corte;
Pero palpita el alma castellana
Que de Isabel en la gentil persona,
Más que la majestad de la corona,
Ve la virtud excelsa y soberana.
La España en Guadalete decaída,
Y luego en Covadonga renacida,
No vuelve a unirse, ni por grande impera,
Hasta que ocupa, sin rencor ni encono,
De Berenguela y Jaime el áureo trono,
El genio augusto de Isabel Primera.
Grande en su sencillez, es cual la aurora
Que al asomarse, todo lo ilumina;
Humilde en su piedad, cual peregrina
Va al templo en cada triunfo, y reza, y llora;
Nada a su gran espíritu le agobia:
Desbarata en Segovia
La infiel conjuración: libra a Toledo,
Fija de las costumbres la pureza,
El crimen blasonando en la nobleza
Castiga, vindicando al pueblo ibero:
Por todos con el alma bendecida,
Por todos con el alma idolatrada,
Rinde y toma vencida,
Edén de amores, la imperial Granada.
Dejadme que venere
A esa noble mujer... Llegóse un dia
En que un errante loco le pedía,
Ya por todos los reyes desdeñado,
Buscar un hemisferio, que veía
Allá en sus sueños por el mar velado.
No intento escudriñar el pensamiento
Del visionario que a Isabel se humilla.
¿La América es la Antilla
En que soñó Aristóteles? ¿La
Atlántida
Que Platón imagina en su deseo,
Y menciona en su diálogo el Timeo?
¿Escandinavos son los navegantes
Que cinco siglos antes
De que el insigne genovés naciera,
Fijo en Islandia su anhelar profundo,
Al piélago se arrojan animados,
Y son por ruda tempestad lanzados
A la región boreal del Nuevo Mundo?...
¡Yo no lo sé! Se ofusca la memoria
Entre la noche de la edad pasada;
Sólo hay tras esa noche una alborada:
Isabel y Colón: ¡la Fe y la Gloria!
¡Cuántos hondos martirios, cuántas penas
Sufrió Colón! ¡El dolo y la perfidia
Le siguen por doquier! ¡La negra envidia
Al vencedor del mar puso cadenas!
Maldice a Bobadilla y a Espinosa
La humanidad que amamantarlos plugo...
¡El hondo mar con voz estrepitosa
Aun grita maldición para el verdugo!
El mundo descubierto,
A hierro y viva sangre conquistado,
¿Fue solamente un lóbrego desierto?
¿Vive? ¿palpita? ¿crece? ¿ha progresado?
¡Ah sí! Tended la vista... Cien naciones,
Grandes en su riqueza y poderío,
Responden con sonoras pulsaciones
Al eco tosco del acento mío.
El suelo que Cortés airado y fiero,
Holló con planta osada,
Templando lo terrible de su espada
La dulzura y bondad del misionero,
Cual tuvo en Cuauhtemoc, que al mundo asombra
Tuvo después cien héroes: un Hidalgo,
Cuya palabra sempiterna vibra;
Un Morelos, en genio esplendoroso;
¡Un Juárez, el coloso
Que de la Europa y su invasión lo libra!
Bolívar, en Santa Ana y Carabobo,
Y en Ayacucho Sucre, son dos grandes,
Son dos soles de América en la historia,
Que tienen hoy por pedestal de gloria
Las cumbres gigantescas de los Andes.
¡Junín! el solo nombre
De esta epopeya mágica engrandece
El lauro inmarcesible de aquel hombre,
Que un semidiós al combatir parece.
Sucre, Silva, Salom, Córdoba y Flores,
Colombia, Lima, Chile, Venezuela,
En el Olimpo para todos vuela
La eterna fama, y con amor profundo
La ciñe eterna y fúlgida aureola:
¡Gigantes de la América española,
Hoy tenéis por altar al Nuevo Mundo!
Ningún rencor nuestro cariño entraña:
Del Chimborazo, cuya frente baña
El astro que a Colombia vivifica,
A la montaña estrella,
Que frente al mar omnipotente brilla,
Resuena dulce, sonorosa y bella
El habla de Castilla:
Heredamos su arrojo, su fe pura,
Su nobleza bravía.

¡Oh, España! juzgo mengua
Lanzarte insultos con tu propia lengua;
Que no cabe insultar a la hidalguía.
En nombre de Isabel, justa y piadosa,
En nombre de Colón, ningún agravio
Para manchar tu historia esplendorosa
Verás brotar de nuestro humilde labio.
¡A Colón, a Isabel el lauro eterno!
Abra el Olimpo su dorada puerta,
Y ofrezca un trono a su sin par grandeza:
Resuene en nuestros bosques el arrullo
Del aura errante entre doradas pomas:
Las flores en capullo
Denles por grato incienso sus aromas:
El volcán, pebetero soberano,
Arda incesante en blancas aureolas,
Y un himno cadencioso el mar indiano
Murmure eterno con sus verdes olas...
El universo en coro
Con arpas de cristal, con liras de oro,
Al ver a los latinos congregados,
Ensalce ante los pueblos florecientes
Por la América misma libertados,
Aquellos genios, soles esplendentes
De Colón e Isabel, y con profundo
Respeto santo y con amor bendito,
Libre, sereno, eterno, sin segundo,
Resuene sobre el Cosmos este grito:
¡Gloria al descubridor del Nuevo Mundo!
¡Gloria a Isabel, por quien miró cumplida
Su gigantesca empresa soberana!
¡Gloria, en fin, a la tierra prometida,
La libre y virgen tierra americana!
wandering
across
the splinters of
squandered
seasons
the Hajj
of the
lost ones
completes
a broken
circle

returning
with hope to
burrow back
into the safety
of desecrated
graveyards

welcomed
home to the
embrace of a
cadaverous cloak
and the kiss
of carrion
smudged lips,
Hajji's eye
the decrepit
visage of
criminal
depravity

germination
of this
Arab Spring
mocks us

aromas
of jasmine
elude us

emulsified
concrete
clogs our
nostrils

burning eyes
filled with
asbestos dust
form
grateful
blinders
to the
ruination
of reason
betrayed

arcane
remnants
of our life
lay inert
in the open
****** of
fractured
habitations

amidst
jumbled rubble
the decaying
carcasses of
razed buildings
boast grotesque
sculptures of
twisted rebar
cradling artifacts
of a past life

pink
hair curlers
splashed
with sickly
blood grown
mold

scavenged
bicycles
limp on
banished
parts

smashed
skulls of
dolls weep,
her
dismembered
limb reaches
for a lost child’s
nursing
hand

the charred
remains of a
Persian rug
maps the
scale
of a city’s
deconstruction
and a frayed
regions
disconsolation

electric luxury
flowing water
the friendly bustle
of the street
bespeak
expired memories
foretelling an
unimaginal future

sectarian strife
enforces  a communal
solitary confinement

in cold blood
we willingly
murdered
compassion

we
butchered
trust

we
euthanized
our
common
humanity

constructing
buildings is
easy

rebuilding
ourselves
impossible

Music Selection:
Segovia, Capricho Arabe

Oakland
5/13/14
jbm
please also see on Hello Poetry:
Homage to Homs
Leaving Homs
Maryam of Homs
Watching Homs
Wheres Rumi?
valentina Jul 2019
yellow
you waited for me in madrid
blue
your presence granted me pain in granada
orange
within breaks of pain i was granted joy in segovia
turqoise
i truly remembered how much i love you in toledo
black
you hated me in seattle
white
i learned love without pain is not love
gray
you granted me life
Mejor que experto orfebre, Ruiz o Juan Arfe sea,
Becerril o Ximenes, con arte delicado
Rubíes, esmeraldas y perlas he engastado,
Y mi ingenio las asas de las copas arquea.

Haciendo ante los cielos de culpa el alma rea,
Sobre plata y esmalte cincelé en el pecado
En vez de un santo mártir, o a Cristo en cruz clavado,
Ebrio a Baco y sin velos a Venus Citerea.

Damasquiné el acero de estoques y puñales,
Y ocupando mi orgullo en obras infernales
Aventuré mi parte del celestial tesoro;

Y al ver que ya se acerca mi día postrimero,
Cual Fray Juan de Segovia, famoso orfebre, quiero
Expirar, cincelando una custodia en oro.
Paul House May 2018
The twisted, bare branches
of the vines in winter
have something of the sea
and a memory of centuries
healing their gnarled amputations.
To see a vineyard, thus,
spread out across the earth
in neat little rows
is to look at stillness.
Or maybe it is patience.
The quiet, passive waiting for the inevitable.
The lurch out of silence into life.

July now and, though the base is untouched,
though there’s still the sea and an age,
still the same crippled shape in the branches,
an outside has blasted across the fields,
so green with the sun shining through them.
And from this abundant foliage, order,
at least to an exterior eye
which sees only one thing or its opposite.
Earth and objects only cannot falsify alone.
How easy it is to be happy.

And how easy to compare with snow
those fallen poplar seeds that covered
the ground towards the end of spring,
and so dry that, seeing soldiers
lighting fast, impermanent fires
like fuses to some explosion,
I, too, had to try and so bent
and clumsily set fire to a huge pile
which scorched a path
a yard wide across the grass
and burnt the hairs from your arm.
Later to step into the river,
not knowing that the seeds had spread
even that far, making it seem
more like the earth than water.

How much there is to give,
to learn about each other.
So much seems solid for so long and isn’t,
seems forgetting and is waiting.
So, slowly and with many deaths,
like the building of a cathedral,
it all accumulates, then disperses,
leaving time like a stork nesting.

But for towns, for cities, there is
not this hording of experience,
just monuments of cement and stone.
Memories can be found, of course,
An old wall in Logroño,
an aqueduct in Segovia,
but these memories are a comfort,
not a weight to be carried forward.
The difference between a mother’s kiss
and that of a lover leaving.

Strange how things live towards a point
which, when arrived at, nullifies
that which has gone before,
becomes the point from which its life begins.
The name Guernica does not mean
for many an oak tree, distant lords
swearing to respect the law.
It means either war or Picasso.

Life can only be built on levels of reaction,
extremes of light and measured darkness,
what exists and what is invented,
love where silence matters
and the sleeping world given in
to our far from careful keeping
when what there is in the head is too large.

We cast off the unimaginable and sad
and the intrusion of fact narrows
all boundaries to the certain,
growth permitted in one way only.
Ah, the half-truths of poetry,
the evasion, the huge deceit.

Near my house there is a mountain.
People call it el León Dormido,
and when seen from one side,
looking out from the city,
you can believe it to be so,
this lumbering, wind-modelled rock
really is a lion asleep.
So long as you never see it
from any other direction.

To make the journey happily
out along the dust road
or maybe even by train,
gripping a bag of grapes,
is to allow the truth and fact
to step into your present.
From one side the mountain’s magical,
from the other three it’s nothing,
not even much of a mountain.    

Too much examination can be bad
as we invent what it is we wish to see,
invent, distort and fabricate.
But when we find what lies behind,
the truth is there waiting for us
like an eagle high above the mountain
casting its shadow down across a fox.
Robert Brunner Oct 2016
I love your smile.
It says bless me honey.
We live in abandon
For just one moment’s summer.
Like a bloom that knows
the end is coming.
We read plays and
act the parts.
God the nights are
wet and hot.
With segovia on the
phonograph while
the crows and grackles
take their rest
in osage trees
or what the years
have left of them.
From lightning in the
night.
It is like you said
of love, that’s the
way it is, you’re
learning. Only
as we are upon
them, our bridges
may be burning.
Me gusta poesía en español
me recuerda a los momentos en mi adolecía  cuando my madre y yo íbamos solas a la playa
cuando mojadas nos acostábamos sobre la arena leyendo Sor Juana o Neruda

Me gustan las guitarras
me calman
siempre ha ávido músicos en la familia
para mi no es casa sin música
sin que alguien cante o toque algo
Segovia, Metallica, Violeta Parra, Led Zeppelin, Caetano, Ry Cooder, Pedro Infante
baladas, corridos, salsa, bachata, samba, cumbia
no hay alegria hasta que se libera el cuerpo sobre la pista de baile o en la cocina con una cuchara de palo batiendo el mole poblano
mi sangre mixta a heredado tantos sabores
y tanta riqueza de ideas y colores
que no cambiaria nada
me gusta a mi quien soy
y quiero seguir creciendo
y amando ser una ser humano
he sets the phone on the music stand it is tilted
so I get to see  half guitar, half chin
and a left hand sliding like an elegant dancer over
the frets of his classical guitar,
it has got L.A in it ,
east L.A,
Candela's east l.a  to be precise

Segovia, Bach, Buckley,  my wish to hear flamenco are  all
tucked under the sweat of his brow
when he is done with each piece
the world ends but when he smiles
and asks "what do you think?" it begins
again our chatter , fast spitty and through a smart phone
We rode a green metal glider
Neath an oak tree circus tent
In midsummer the moon watching
thru limbs that touched the ground
But I wasn’t really there

Just some man-boy clad in white
Denims, Jesus sandals and
Jersey Number 88
Yet I seldom played or prayed
Because I was never really there

And you, brighter than the moon
Painted secrets on the night sky
Of plastic princes and Vincent
Working with his knife
But I really wasn’t there

Grooving in your atelier
With Segovia, Mozart and
Dylan, biding our time until
The night of your gay Fall soiree
When I of course wasn’t there

— The End —