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Victor Marques May 2012
As minhas raízes


Tenho necessidade e plena razão,
De puxar pelo meu botão,
De amar com o coração,
De gritar e dizer não!

Vivo no cume do monte,
A meu lado fresca fonte,
Perdido nestes infindáveis horizontes,
Sou do Douro, de Trás-os – Montes.

Vinhedos e dispersos olivais,
Sobreiros e outros matagais.
Singela e sempre nobre simpatia,
Luz bendita do meio-dia.

Victor Marques
Ii
Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fratemos, luminosas almas, ¡salve!
Porque llega el momento en que habrán de cantar nuevos himnos
lenguas de gloria. Un vasto rumor llena los ámbitos;
mágicas ondas de vida van renaciendo de pronto;
retrocede el olvido, retrocede engañada la muerte;
se anuncia un reino nuevo, feliz sibila sueña
y en la caja pandórica, de que tantas desgracias surgieron
encontramos de súbito, talismánica, pura, rïente,
cual pudiera decirla en su verso Virgilio divino,
la divina reina de luz, ¡la celeste Esperanza!Pálidas indolencias, desconfianzas fatales que a tumba
o a perpetuo presidio condenasteis al noble entusiasmo,
ya veréis al salir del sol en un triunfo de liras,
mientras dos continentes, abonados de huesos gloriosos,
del Hércules antiguo la gran sombra soberbia evocando,
digan al orbe: la alta virtud resucita
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos.Abominad la boca que predice desgracias eternas,
abominad los ojos que ven sólo zodíacos funestos,
abominad las manos que apedrean las ruinas ilustres,
o que la tea empuñan o la daga suicida.
Siéntense sordos ímpetus en las entrañas del mundo,
la inminencia de algo fatal hoy conmueve la Tierra;
fuertes colosos caen, se desbandan bicéfalas águilas,
y algo se inicia como vasto social cataclismo
sobre la faz del orbe. ¿Quién dirá que las savias dormidas
no despiertan entonces en el tronco del roble gigante
bajo el cual se exprimió la ubre de la loba romana?
¿Quién será el pusilánime que al vigor español niegue músculos
y que el alma española juzgase áptera y ciega y tullida?
No es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo,
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepultada la Atlántida,
tiene su coro de vástagos altos, robustos y fuertes.Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos;
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
Vuelva el antiguo entusiasmo, vuelva el espíritu ardiente
que regará lenguas de fuego en esa epifanía.
Juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros
y las cabezas jóvenes que la alta Minerva decora,
así los manes heroicos de los primitivos abuelos,
de los egregios padres que abrieron el surco pristino,
sientan los soplos agrarios de primaverales retornos
y el amor de espigas que inició la labor triptolémica.Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos.La latina estirpe verá la gran alba futura:
en un trueno de música gloriosa, millones de labios
saludarán la espléndida luz que vendrá del Oriente,
Oriente augusto, en donde todo lo cambia y renueva
la eternidad de Dios, la actividad infinita.
Y así sea Esperanza la visión permanente en nosotros.
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas(*)
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.   El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza   Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.   Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.   El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.   Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!
Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido;
Guadalquivir corriendo al mar entre vergeles;
y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;
yo sé la encina roja crujiendo en tus hogares,
barriendo el cierzo helado tu campo empedernido;
y en sierras agrias sueño -¡Urbión, sobre pinares!
¡Moncayo blanco, al cielo aragonés, erguido!-Y pienso: Primavera, como un escalofrío
irá a cruzar el alto solar del romancero,
ya verdearán de chopos las márgenes del río.¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?Tendrán los campanarios de Soria sus cigüeñas,
y la roqueda parda más de un zarzal en flor;
ya los rebaños blancos, por entre grises peñas,
hacia los altos prados conducirá el pastor.   ¡Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas
que vais al joven Duero, rebaños de merinos,
con rumbo hacia las altas praderas numantinas, 
por las cañadas hondas y al sol de los caminos
hayedos y pinares que cruza el ágil ciervo,
montañas, serrijones, lomazos, parameras,
en donde reina el águila, por donde busca el cuervo
su infecto expoliario; menudas sementeras
cual sayos cenicientos, casetas y majadas
entre desnuda roca, arroyos y hontanares
donde a la tarde beben las yuntas fatigadas,
dispersos huertecillos, humildes abejares!...   ¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!   En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.
Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
      Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
      La lluvia da en la ventana
y el cristal repiqueteo.
      A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
      Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
      Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
      Lluvia y sol. Ya se oscurece
el campo, ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina.
      Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.
      Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.
¡Luna! ¡Corona de una testa inmensa,
que te vas deshojando en sombras gualdas!
¡Roja corona de un Jesús que piensa
trágicamente dulce de esmeraldas!
¡Luna! Alocado corazón celeste
¿porqué bogas así, dentro la copa
llena de vino azul, hacia el oeste,
cual derrotada y dolorida popa?
¡Luna! Y a fuerza de volar en vano,
te holocaustas en ópalos dispersos:
tú eres tal vez mi corazón gitano
que vaga en el azul llorando versos!...
Fatigada ya, su mano
Sobre las teclas vagó,
Y soñolienta arrancó
El último acorde al piano.

Y como aroma que exhala
Una flor, y al viento flota,
Aquella postrera nota
Queda vagando en la sala.

Y va la niña a su alcoba,
Y se alzan visiones puras
De las blancas colgaduras
De su lecho de caoba.

Por el alto mirador
Entran a la tibia estancia
El rumor y la fragancia
De los naranjos en flor.

Se ve al través del boscaje
Un astro que parpadea,
Y la brisa cuchichea
En las cortinas de encaje.

Y de un amor ideal,
Memorias quizá adoradas,
Hay flores secas, regadas
En las mesas de nogal.

Entre esos ramos dispersos,
De festines olvidados,
Muestra sus cortes dorados
Abierto un libro de versos.

Al fulgor azul y escaso
Que la lámpara derrama
Brillan cerca de la cama
Sus zapatillas de raso.

Y finge la luz visiones,
Visiones que sonrientes
Se reclinan indolentes
En los tallados sillones.

Y en la penumbra se ve,
Bañado en tenue fulgor,
Afuera del cobertor
Su breve y rosado pie.

Todo yace en calma. Hermosa
La luna su lumbre riega,
Y a besar el lecho llega
Donde la virgen reposa.

¡Cómo su pecho se ensancha
Ante esa luz de consuelo!
Es la bendición del cielo
Sobre esa frente sin mancha.
Bastian M Pop Jun 2019
Terminé tendido junto a ella
levitando sobre el mal olor
en su cabello

Vislumbré un sueño
un neurótico baile con mi sombra
balseamos por horas
desnudos
mal iluminados

Un escalofrío nos hizo cantar
ahora dispersos

La fragancia que dejaste
donde nacen mis recuerdos
terminó muriendo junto a Bob
Papá Noel tenía miedo de pasar el día de Navidad
En las calles de Puerto Príncipe. Las balas se disparaban en masa
Esporádicamente, al azar. Mucha gente se escondía debajo de las camas
Los terroristas traviesos son como perros, hienas en bosques viles o desiertos mortales
Están por todas partes con grandes ametralladoras que no se fabrican en Haití
Los bandidos sin ley o demonios espantosos están matando y aterrorizando a todos
Incluso gatos viejos y ratas sucias que corren por los barrancos
Las cosas son muy serias, extremadamente peligrosas y terriblemente malas en Haití
Este año, el tío Noel tenía miedo, mucho miedo, por eso no visitó
Y no pasó por las pequeñas calles de Haití. Nadie sabe cuándo
Estas cosas feas e inusuales, el caos, los crímenes, la pesadilla cambiarán o terminarán
No hubo misas de medianoche; Todas las puertas de la iglesia estaban cerradas, cerradas
Los bandidos que calzan sandalias sucias llevan armas muy caras y modernas
Que sus tíos occidentales blancos y oligarcas sucios les dieron como regalos de Navidad
Para que puedan empujar a más civiles inocentes más profundamente en las llamas del Infierno
Es muy fascinante notar que los hombres lobos, los infames Loups Garous
También tenían miedo de ir a los cementerios para desenterrar a sus víctimas inocentes
En Haití, antiguamente la Perla de las Indias Occidentales, son perros que comen perros
Son gatos que comen gatos. Son perros que comen ratas
La gente está atrapada en este otrora paraíso, la Perla de las Antillas
Que ahora es el Infierno en la Tierra y mazmorras sangrientas para tantos
Son gatos que comen ratas. Son perros que comen ratas y gatos
Esta es una locura despreciable. Frankenstein habría sido feliz allí
La gente nunca antes había experimentado un desastre tan feo. ¿Cuándo cambiará esto?
¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo los colonos oligárquicos, occidentales y codiciosos
Dejarán en paz al pacífico y resistente pueblo de Haití? ¿Y cuándo, cuándo?
¿Cuándo se rebelará el valiente pueblo? ¿Cuándo, maldita sea, la diáspora
Se unirá para luchar y defender a Haití? Los Haitianos están cansados de perder vidas, dinero
Territorios y propiedades en Haití. ¿Cuándo desaparecerán de la faz del Universo
Todos estos terroristas rebeldes? Estoy gritando furioso
Maldita sea, te estoy hablando a ti. Te estoy hablando a ti, maldita sea
Te estoy hablando a ti, sí, sí, sí a ti, criminales violentos
Cucarachas, pájaros impíos, hipócritas malvados y tontos ignorantes
Deja de hablar de revolución. Usa el sentido común. Deja de soñar
Abre los ojos. Sí, porque en nombre de Iahvé, te estoy hablando a ti también
Papá Noel, Père Noël, Tonton Nowèl tenía miedo. No hay pobres ni gente pequeña
No recibieron regalos, nada, cero, chivatos, sólo los sórdidos perpetradores
Que matan y aterrorizan a los ciudadanos, estaban de fiesta. La débil Policía
El ejército y los indefensos vacacionistas de la ONU no pueden hacer más
Simplemente pueden hacer menos. Sabemos que Haití no es Ucrania
Pero Haití necesita ayuda. Los Haitianos están desesperados, los nefastos presidentes
Del CPT ganan mucho dinero, mucho dinero, mucho dinero, mucho dinero
Y mucho dinero, los infames que están en el poder, reciben mucho dinero
Estos traidores están defendiendo sus bolsillos, no la patria
No protegerán a la gente inocente, no defenderán a Haití
Los bandidos, terroristas, hipócritas y oligarcas codiciosos están al mando
Los grupos criminales están dispersos ubicuamente en los pasillos, por todas partes
El pequeño Jesús no fue a Haití, él también tenía miedo. Santa Claus no vino
Tenía miedo naturalmente. Pensemos, pensemos profundamente
Resistamos y soñemos hasta la primavera.

P.D. Este poema está dedicado a todos los que sufren en Haití.
El pueblo haitiano y la diáspora están cansados de ser humillados. Abajo la miseria,
La inseguridad, la corrupción, el crimen, la injusticia, la impunidad, la discriminación y la desigualdad.
Esta es una traducción de ‘Pè Nowèl Te Pè Pase Nan Pòtoprens, Ayiti’,
“Santa Claus Was Afraid to Pass Through Port-au-Prince, Haiti’.

Copyright © Diciembre 2024, Hébert Logerie, Todos los derechos reservados
Hébert Logerie es autor de varias colecciones de poemas.

— The End —