si la dia pudiera dormir mientras
el cielo la cantaba su historia,
o si la noche quisiera despertar
con el oro reluciente en sus ojos―
el mundo se marchitaría por sus pecados.
si tuvieran un amor brillante que
no era cubierto por los rituales,
ni la luna viuda que ya espera―
todo se hubiera como infinito.
pero inseparable el uno del otro
en formas que podían destruir la causa
que sostena su belleza inmortal―
que no solo morirían en el mundo,
pero en tiempo, en espacio, y en la memoria.