Mi gato
se limpió, con desacato,
con encanto,
y trató de subirse,
casi en mi zapato.
Grato, sensato,
que en ese arrebato
olvidó su innato olfato
y arrebató,
delató
mi suciedad de ingrato,
con cariño barato,
en un simple rato.
Mi gato se limpió,
con desacato,
y se ensució,
con encanto,
para sacarme del garabato.
Me rescató,
con cariño barato,
muy sensato,
mi gato...