Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Empezamos este camino pensando que iba a ser sencillo, soñando con llegar a la luna, creyendo en la infinidad de nuestros años, aún siendo conscientes de que todo tiene un inicio y un final, pensábamos que el fin quedaría distante, tan lejano como la luna misma.
Pero yo siempre miré al cielo sabiendo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece, y así fue,
partimos en ese viaje.

El camino no fue recto, sino un entramado de senderos desviados y bifurcaciones inciertas,
donde cada paso cargaba el peso de decisiones y cada tropiezo era una lección que ardía en la piel.
El futuro se volvió un abismo de incertidumbre que se hacía cada vez más grande con cada paso que dábamos.

En medio de todo, llegamos a un hermoso lago, pero pronto descubrimos que no era agua tranquila, sino un río impredecible, un huracán que giraba sobre sí mismo.
Mezclaba pasado y presente, arrastraba sueños rotos y esperanzas nacientes.

Entendimos que el camino era la prueba y el tiempo, el juicio.
Pero no uno imparcial, sino un reflejo de nuestras propias luchas y silencios.
Porque en cada caída, en cada cicatriz, en cada decisión que tomamos,
le arrancamos un fragmento al tiempo para hacerlo nuestro.

Empezábamos a encontrar ese final ya cercano,
como si fueran las últimas páginas de un libro,
y recordábamos todo lo que escribimos con tinta sobre el papel de nuestras vidas.

Finalmente, llegamos a ese punto inevitable,
donde el polvo del camino se asentó y el eco de nuestros pasos se desvaneció.
La luna, llena de alegría, brillaba como nunca.
ya en el final del camino, nos miramos a los ojos para darnos cuenta de lo que el tiempo hizo con nosotros y de lo que nosotros hicimos con el tiempo.
Admiro a las personas amables, la gente buena, bondadosa, sensible, respetuosa.
Aquellas que te enseñan algo con pocas palabras, pero bien elegidas.

Porque elegir las palabras no es tan simple como parece.
Tener un vocabulario selecto, más bien preciso y delicado, con significado, sin dejar nada a la interpretación, es un arte.
Pensar antes de hablar es más difícil de lo que parece, y lo que decimos puede marcar el día de alguien.
Un elogio puede alegrarlo; una palabra hiriente, arruinarlo.

También creo que cada persona que entra en nuestra vida trae una enseñanza, ya sea buena o mala.
Pero depende de nosotros aprender la lección o dejarla en el olvido.

Admiro a esas personas que enseñan a vivir, a soñar, a amar, a reír, a reflexionar.
A quienes enfrentan la vida con una actitud positiva y transmiten amor, paz, lealtad y bienestar.
Aquellos que ven la vida como una película y la romantizan porque encuentran amor en todas partes.

Pero incluso quienes nos dan malos ejemplos nos dejan una enseñanza.
Porque de lo malo también se aprende, y mucho.

Saber distinguir qué nos enseña cada persona es clave para decidir con quién quedarse. Porque al final, todos nos dejan algo.
Pobre de mi,
no porque sufra de escasez,
sino por la perversidad de tu amor,
desde el primer día estaba condenado,
te amé y firmé mi sentencia,
pobre en pena, pobre de olvido,
desdichado, mísero, perdido,
pobre, prisionero de tu conjuro,
vidente de mi mala fortuna,
fui tu muñeco vudú.

Pobre de mi,
pobre en amor propio, pues se ahogó en tus aguas,
y quizás nunca retorne,
pobre en seguridad, tenías la llave de mi corazón, ya no hay latidos, solo ecos de lo que alguna vez fue, te vestiste de cordero, pero me arrancaste el alma con garras de lobo.

Pobre de mi,
pues, mis venas secas ya no sienten el pulso,
pobre en vida, fuiste la bala que marcó mi final, una parte de mí murió el día en que te vi.
En la ventana de tu alma,
veo reflejada la paz, esa que busco,
encontré tu luz, para encender mi ser,
viví en tu querer, como un fuego abrazador,
en cada abrazo sereno, me refugie en tu calor,
cálido, como café en invierno,
que quita el sueño, que aviva los sentidos,
café como tus ojos, hechos cristales,
transparentes, como ventanas,
mirándome, mirándote,
mirándonos,
en la ventana de tu alma.
a wet street is not similiar to rain
but it's a sign that it has rained
fever's not flu
but it's a sign
i woke up with my hands soaked in wine
and begging you two things:
1- excess
2- not going home
can we have only first dates where we can always be
anyone else?
can we exchange habits?
close my eyes between your legs
i love burnt bread, black coffee and butter
and swimming through time towards time
like in a midnight carless highway
fever's not flu;
it's desire's errands
it's a trip you tell no one
it's a page or a screen.
it's a sign,
how would you describe it?
is there something stranger than kindness?

i woke up with an idea in my tongue:
let's play a song that remind us of us.
let's call it a quest.

my dear, my darling one.
it started out as an apology
and ended up as a misty and sweet
winter garden.

what do fireflies sing in the dark?
your skin crash landed on my skin,
a bottle of gin and two tons
of self driven fingertips and all-ins.

nothing never really mattered
nothing never feels new
never any different.

i thought i knew better
-i thought i was really sorry-
i thought i knew bitter.

this is my dream, but if you don't like it
i have better ones.
buy me some.
i'm just building a house a brick per day.
somehow.

it's been a long time.
that's why they call it No-Leather-Shoes-Holiday.
take these before we run away.
kind of empty by the way.
Carlo C Gomez Oct 2020
I heard the chimes
of iniquitous wind
rush in upon
familial branches bent
in the middle
it sent the smallest stems
adrift
to spiral
as lost sons and daughters
captured in darkness
and forced to bow before
the lightning strikes
of tyranny
For the Mothers of the Disappeared
Kevin Riley Jul 2020
in Argentina
the name for *******
is
“la bombacha”

but with the accent
of Che
it leaves the lips
“Bom-ba-ja”

and it sounds as sweet
as they
look
on thin
brown hips
Next page