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Un nuevo Papa
Una nueva esperanza
Adiós al Papa Francisco
Quien hizo un maravilloso trabajo como Alto Clero
Como sabemos, la edad no cree en dinastías
Venimos, vamos y nos vamos como un beso
De vez en cuando se necesita sangre nueva
Y por supuesto, es natural; No es un crimen, una ofensa
Nuevo papam habemus
Nuevo spem habemus
Tenemos una nueva esperanza
Tenemos un nuevo Papa
Un nuevo líder para la Iglesia Católica
Se acabó la investigación, se acabó la elección y la polémica
Desde hace varias décadas, ningún hombre ni mujer es eterno
Los últimos Papas han sido amables, humildes, sinceros y universales
Ojalá este pontífice sea mejor que el anterior
(No es cosa de risa) Quién se sienta en el cielo
Para archivar y firmar sus documentos
Donde innumerables Ángeles cantan bajo las tiendas divinas
El mundo de hoy está sumido en una situación desastrosa y maligna:
Mentiras, crímenes, corrupción, expulsiones, discriminación e impunidad
Maldita sea, eso es quedarse corto
Sin embargo, el mundo entero anhela:
La paz, la paz y la paz
Queremos que todas las pesadillas terminen:
Injusticia, guerras, hipocresía, racismo, intolerancia y pobreza
Habemus novum spem
Habemus novum papam
Tenemos una nueva esperanza
Tenemos un nuevo Papa
¡Que Dios bendiga al nuevo Pontífice, a la naturaleza y a la humanidad!

Copyright © 8 de mayo de 2025, Hébert Logerie, Todos los derechos reservados.
Hébert Logerie es autor de varias colecciones de poemas.
Aquel día, fallecí.
desperté como espíritu con cuerpo,
carente de determinación.
A un lado, crecen las raíces
de memorias infectadas de sangre.

No puedes juzgarme,
teniendo tu propia vida.
Eso te hace diferente de mí;
ve, persigue tu senda egoísta;
yo no tengo derecho a seguir.

De tantos que pudieron haber sido,
yo fui el error concebido.
Una respuesta vaga,
un aborto repugnante.
Reírme sería gastar energía,
y de eso ya no tengo bastante.
Espero que me terminen destrozando
los anhelos alados.

Rogándome escapar,
partir de este mundo.
Pero mi cuerpo no cruza el umbral,
enfermo, esperando su propio destierro.

Por la emoción de los mismos
estudiantes,
se ciegan a ver la lluvia de balas
demandantes,
mientras me obligan a meter en mi mente
juegos de máscaras y risas ausentes.

Todo termina cuando suenen las campanas.
Me hablarán de mis sueños agonizantes,
de los que nunca se cumplen,
de los que nunca me salvan.
  Sería demasiado pronto
si mi muerte fuera lo mismo que
palabras sin acción.
Por eso camino sabiendo
que cargo el título de segunda opción.

  Cuando se acerque el final,
un coro vendrá a entonar.
El óbito vendrá a por mi,
y lo único que ruego
es no despertar,
no abrir los ojos,
y volver a empezar.

  Que los buitres de la envidia
y la inferioridad no sacien su codicia,
y finalmente terminen por consumirme.

— The End —