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Jr Aug 2017
El cielo llora,
no por desamores
ni por una muerte,
llora por la falta de llanto
de tanta gente

Pide clemencia el indigente,
algo para comer
bajo la lluvia
que moja los pocos billetes,
no alcanzan de todas maneras

Las lágrimas no salieron de los rostros,
se condensaron en pensamientos
que inundaron el domo celeste
que cubre nuestras cabezas

Ahora nos empapa inclemente,
no ve si moja al niño, al anciano o al enfermo
no escatima en gotas frías
se sienten como notas graves en un piano viejo

Mientras,
abro el paraguas,
no para cesar el llanto,
sino para ignorarlo,
como me han enseñado
Apocrypha Apr 2019
March 31st

Pensé en ti por primera vez en semanas el día de hoy,
No me había dado cuenta que no habías estado en mi mente,
Creo que me estaba acostumbrando a tu ausencia,
Pero el día de hoy pensé en ti

Estaba desayunando, era una mañana mas
Y me encontré mirando a alguien que llamaba mi atención entre toda la gente ahí,
No era consciente del porque
Pero por alguna razón te miraba

Después me inundaron los recuerdos,
Y supe que de todas las caras en ese lugar eras la mas familiar
Por que eras tu
Y en ese momento pensé en ti
Y recordé lo que perdí

Te extrañé en ese momento
Deseé que por un instante dejáramos todo de lado
Y estuvieras ahí conmigo por un minuto

Lo éramos todo, no necesitábamos a nadie
Por que no teníamos a nadie
Éramos fuertes juntos
Por que nadie mas estaba ahí para nosotros

Rey y Reina,
Nadie podía tomar nuestra corona
Tocamos el cielo
Mientras nos intentaban arrastrar al infierno
Pero lo logramos

Eso fue hace un año,
Ahora todo ha cambiado
Duele el pensar en el pasado
Lo que fue
Lo que fuimos
Lo que importaste
Lo que ahora no es

Hoy,
Pensé en ti por primera vez en semanas,
No me había dado cuenta que no habías estado en mi mente,
Y solo se una cosa,
Aun dueles como desde ese primer día.
Del fondo de mi alma oscura
van hasta ti mis dolores
como una sarta de flores
en empobrecida blancura.
Del ensueño a la luz pura,
en capilla de colores,
comulgué con tus amores
en un cáliz de amargura.
Al reír mis quince años
de los pesares huraños,
tu amor imposible vino
a traerme la tristeza
del monje que oculto reza
en el claustro capuchino.
La muerte ama con el vago
amor y las ansias puras
con que ama las alburas
de las estrellas, el lago.
Del invierno al frío halago,
en las gavetas oscuras
besan a las sepulturas
las flores del jaramago.
Y con afán imposible
ama la yedra flexible,
en el cálido misterio
de las paredes ruinosas,
las ramazones musgosas
del vetusto monasterio.
Así también, alma mía,
en una muerte profunda,
de mi pasión moribunda,
la yerta melancolía.
Te adoro en la sombría
nostalgia meditabunda
que en el recuerdo se inunda
de tu pasada alegría.
Se consume tu existencia
como el dolor de una esencia;
y en el litúrgico llanto,
como responso de muerte,
tan solo puedo quererte
con amor de camposanto.
Conservas, mustios despojos
de la pretérita gracia,
tus palideces de acacia
y el carmín de tus sonrojos.
Fui, al besar tus labios rojos,
claveles de aristocracia,
alumno de la desgracia
en la escuela de tus ojos.
En el dulce misticismo
de un simbólico bautismo
inundaron mi cabeza
tus manos espirituales
con los divinos raudales
de tu inefable tristeza.

— The End —