lo bonito no son los ojos, son las miradas; esas que te abrazan y te atrapan, aquellas que relatan pensamientos mientras los labios permanecen quietos.
El atractivo de una mirada penetrante, que te hace sentir el peligro en cada cm de tu piel; un juego de resistencia y poder que te deja intrigante, su intensidad te excita y de su vigilar eres rehén.
Súbitamente tu mayor deseo son esas puertas verdes cruzar, descubrir y nadar en la esencia que hay detrás Una mirada es lo que finalmente necesitarás, para desnudarla lentamente y ver sus barreras desvanecerse inminentemente.