Llevo pensando mucho en la naturalidad de cada momento, lanzo voces cruzadas y al mismo tiempo escucho las tuyas algo diferentes.
El “5-C” y el último piso del ascensor, una película retro, el fin de semana en mi casa y el color de nuestros sentimientos. Momentos más tensos de otro color, errores y remedios, tiempo para meditar cambiar el contraste y continuar.
Yo no te conocía, yo no podía escucharte cantar, yo no sabía que duermes antes de las 10, del azul o que a veces despiertas de madrugada.
Después de todo yo quería un misterio no resuelto, que no se disuelva en el viento, yo quería que te falten algunos tornillos y que me estrelles en historias que no podamos contar.
Y aunque voy cayendo en no saber que espera esta historia, ni a las otras que nos rodean aún no acepto toda la cordura y tampoco ella me ha aceptado a mí; porque voy soñando que te conozco. ¿Y acaso te conozco? Nunca te vi tan cerca de mí.
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