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Mila Berlioz Sep 2015
Quisiera quitarte de mi mente
Quisiera ver al mar y no pensar en ti
Quisiera poder leer poemas, y no recordar tu sonrisa
Quisiera no tenerte en mi mente cada momento de mi día
Me vuelve loca no dejar de pensarte
Me vuelve aún mas loca que no te tengo conmigo
Que debo esperar.
Solo espero, que cuando envejezca pueda vivir feliz y en paz, sabiendo que te tengo a mi lado.
Natalia Rivera Oct 2014
Enamorarte de mí es como enamorarte del mar; te cautiva desde el primer momento en que lo ves. Al principio observas el panorama, el agua, el cielo, los animales, las personas alrededor. Una ligera sonrisa se te escapa al sentir la necesidad de quitarte los zapatos para experimentar el primer contacto físico. Se sentirá extraño, la arena podrá ser caliente, en cambio, tu curiosidad aumenta al preguntarte ¿Cómo será en lo más profundo del agua? Alzas la vista, miras perplejo el paisaje; las nubes y los pájaros juegan revoloteando haciendo juego con mis olas. Te gusta, la excitación cada vez es más, sientes que es momento, quieres sumergirte en mis aguas y sin rodeos, saltas al agua dejándote sumiso ante mí. Danzas conmigo a los compas del vaivén, algo te distrae. Miras con demasiada atención el interior de mis aguas, de mí ser. Fijas la mirada en un abismó oscuro que se le ve a lo lejos, te aproximas a él, comienzas a sentirte perdido, cautivo, sin rumbo. Sales a la superficie, ya es casi de noche. Te sientas en mi regazo a contemplar la puesta del sol y ahí, en ese preciso momento, te das cuenta que acabas de enamorarte algo vivo, algo inmenso; algo que será tuyo pero solo por minutos.
-«Vamos, que se hace tarde...»- me dijiste.
Pero yo me quedé mirando el mar,
con el hastío de un pecado triste,
pues no hay nada más triste que un pecado ******...

Tú, la mujer ajena.
Yo, el hombre sin ayer.
Ya el mar borró tus pasos en la arena,
pero hay cosas más hondas en un atardecer...
Yo me pregunto cómo fue el regreso:
si ya él estaba allí;
si tú, como otras veces, pudiste darle un beso,
y si al besarlo no pensaste en mí...

Y me pregunto lo que habrás sentido
si después,
al quitarte el vestido,
rodó un poco de arena hasta tus pies...
Ya sé que fue un pecado
triste y ******,
pero el viento soplaba de aquel lado
y se llevo el pecado sobre el mar...

Y, al cruzar la acera,
ladrón de cosas que no tienen fin,
para pagarte un beso a mi manera
fui cortando las rosas de un jardín...
Tal vez mañana,
como hay sueños que han sido y que no son,
tú abrirás como siempre la ventana
y saldrás a esperarlo en el balcón.

Y, como una sorpresa,
como una burla fina y cruel,
colocarás mis flores en la mesa
sin que tiemble tu mano en el mantel...
Quizás vuelva a la playa,
por andar en la arena, no por ti...
(ya me dijiste que, aunque yo no vaya,
tu iras todas las tardes por allí...)

Y si nos tienta algún pecado
triste y ******,
el viento sopla siempre de aquel lado,
y se lo lleva todo sobre la mar...
A veces me pregunto dónde estarás ahora,
después de tantas noches sin tu mano en la mía,
noches de abrir un libro para esperar la aurora,
noches de largo viento por la calle vacía.

A veces me pregunto si hay alguien que te espera,
alguien que no conoces, que pasa y te saluda
y, como siempre vistes de ***** en primavera,
no sé si tus vecinas pensarán que eres viuda.

A veces me imagino como serán las cosas
que te son familiares: tu jardín, tu ventana,
el búcaro en la mesa para poner las rosas
y un desayuno sin mí cada mañana.

O me quedo pensando qué sentirás tan lejos,
en las tardes heladas, al quitarte el abrigo;
y cuando vas de compras sin mirar los espejos
para que no te digan que ya no voy contigo.

Y también me pregunto si alguna madrugada
prefieres no dormirte para soñar despierta,
o cómo se entristece de lluvia tu mirada
cuando pasa el cartero sin tocar en tu puerta.

Pero no me pregunto si olvidarás mi nombre,
ni lo que tú me diste, ni lo que yo te di,
pues si te ven un día del brazo de otro hombre
tendrá que ser un hombre que se parece a mí…
Damian May 31
Niña, me tienes a tu llamao'
A tu orden, como perro adiestrao'
Día si y noche también
Como ave cantora del alba y él búho que trasnocha
Niña, que dicha es seguirte de cerquita
Estrellita, luna o sol, te regalo el cielo entero
Como me gusta cuando tu me miras
Esos ojitos que me dejan tonto, tanto me encantan
Niña, bombón envuelto en seda
Prontito deja quitarte el listón
In my native language, I'm learning to be more comfortable writing poetry in Spanish

— The End —