Ella vendrá a mí sin propósito
como quien busca protegerse del frío,
cautelosa y afligida viene
a reconfortarse de mi grasa.
Vendrá azul y tonos grises
a mi más oscuro recodo,
escalando con sus uñas mi piel,
aferrándose de mi tortura.
Vendrá y me quedaré con ella;
sumergida en pensamiento.
Me quedaré con mis blancos y grises,
con mis tardes de inquietud.
Me quedaré con la simpleza de su modestia,
con la protesta de las noches amargas.
Esperaré cada palabra inalterable
para que venga y rogarle quedarme.