No siento el paso del tiempo ni los dedos de los pies, la llama del alma se extinguió lunas atrás.
El frío que ha inundado mi interior no me deja respirar tranquila.
Todo se vuelve un espejismo ante mis ojos y el tiempo se escurre como arena entre mis dedos.
Todo es efímero, una simple estación que pronto acabará y se llevará con ella los restos de este amor marchitado.