Pienso en vos cuando muero de frío, pienso en vos cuando me puede el hastío de un amor sin sentido, de un amor sin latidos. Y es que preferiría estar en tus brazos que en la miseria de este eterno ocaso. Y es que me conmueven tus caricias y tu calor, cuando acá sólo parece haber dolor. Lágrimas sin secar y noches en vela, cómo si mí amor por él fuese una maldita condena. Por eso me escapo a tu recuerdo, con tu voz en mí mente, finalmente, me duermo. Y es que el cuerpo a mí lado ya duerme hace rato, y es que en su curiosidad perdió la última vida el gato. Y todavía sigo acá con una compañía ausente. Y todavía sigo acá, siempre al pendiente. Otra noche más pensándote. Otra noche más diciéndo que me iré.