Sentada en mi cama, rodeada por una cortante oscuridad. De a poco voy perdiendo el brillo y el ensordecedor silencio se vuelve una agonía. Ya no puedo hacer rimas, tampoco puedo llorar, incluso creo que lentamente dejo de respirar. ¿Tan complicada soy? ¿Tan triste y aburrida? Pregunto a mi interior mientras me abrazo, mis respuestas me destruyen un poco más. ¿Tan insuficiente? ¿Tan vacía?