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MdAsadullah Dec 2014
Amongst Orientals and Blacks I smothered.
Presence amidst Mestizos was absurd.

Amongst the Arabs stranger I felt.
Choked amongst Whites and Celts.

Amongst the Eurasian lonely I was.
Feeling of an alien 'tween Desis 'twas.

Standing amongst stones I was pleased.
Felt comfortable, felt relieved and eased.
Llegará un día en que la raza humana
Se habrá secado como planta vana,
Y el viejo sol en el espacio sea
Carbón inútil de apagada tea.
Llegará un día en que el enfriado mundo
Será un silencio lúgubre y profundo:
Una gran sombra rodeará la esfera
Donde no volverá la primavera;
La tierra muerta, como un ojo ciego,
Seguirá andando siempre sin sosiego,
Pero en la sombra, a tientas, solitaria,
Sin un canto, ni un ¡ay!, ni una plegaria.
Sola, con sus criaturas preferidas
En el seno cansadas y dormidas.
(Madre que marcha aún con el veneno
de los hijos ya muertos en el seno.)
Ni una ciudad de pie... Ruinas y escombros
Soportará sobre los muertos hombros.
Desde allí arriba, negra la montaña
La mirará con expresión huraña.
Acaso el mar no será más que un duro
Bloque de hielo, como todo oscuro.
Y así, angustiado en su dureza, a solas
Soñará con sus buques y sus olas,
Y pasará los años en acecho
De un solo barco que le surque el pecho.
Y allá, donde la tierra se le aduna,
Ensoñará la playa con la luna,
Y ya nada tendrá más que el deseo,
Pues la luna será otro mausoleo.
En vano querrá el bloque mover bocas
Para tragar los hombres, y las rocas
Oír sobre ellas el horrendo grito
Del náufrago clamando al infinito:
Ya nada quedará; de polo a polo
Lo habrá barrido todo un viento solo:
Voluptuosas moradas de latinos
Y míseros refugios de beduinos;
Oscuras cuevas de los esquimales
Y finas y lujosas catedrales;
Y negros, y amarillos y cobrizos,
Y blancos y malayos y mestizos

Se mirarán entonces bajo tierra
Pidiéndose perdón por tanta guerra.
De las manos tomados, la redonda
Tierra, circundarán en una ronda.
Y gemirán en coro de lamentos:
¡Oh cuántos vanos, torpes sufrimientos!
-La tierra era un jardín lleno de rosas
Y lleno de ciudades primorosas;
-Se recostaban sobre ríos unas,
Otras sobre los bosques y lagunas.
-Entre ellas se tendían finos rieles,
Que eran a modo de esperanzas fieles,
-Y florecía el campo, y todo era
Risueño y fresco como una pradera;
-Y en vez de comprender, puñal en mano
Estábamos, hermano contra hermano;
-Calumniábanse entre ellas las mujeres
Y poblaban el mundo mercaderes;
-Íbamos todos contra el que era bueno
A cargarlo de lodo y de veneno...
-Y ahora, blancos huesos, la redonda
Tierra rodeamos en hermana ronda.
-Y de la humana, nuestra llamarada,
¡Sobre la tierra en pie no queda nada!

Pero quién sabe si una estatua muda
De pie no quede aún sola y desnuda.
Y así, surcando por las sombras, sea
El último refugio de la idea.
El último refugio de la forma
Que quiso definir de Dios la norma
Y que, aplastada por su sutileza,
Sin entenderla, dio con la belleza.
Y alguna dulce, cariñosa estrella,
Preguntará tal vez: ¿Quién es aquélla?
¿Quién es esa mujer que así se atreve,
Sola, en el mundo muerto que se mueve?
Y la amará por celestial instinto
Hasta que caiga al fin desde su plinto.
Y acaso un día, por piedad sin nombre
Hacia esta pobre tierra y hacia el hombre,
La luz de un sol que viaje pasajero
Vuelva a incendiarla en su fulgor primero,
Y le insinúe: Oh fatigada esfera:
¡Sueña un momento con la primavera!
-Absórbeme un instante: soy el alma
Universal que muda y no se calma...

¡Cómo se moverán bajo la tierra
Aquellos muertos que su seno encierra!

¡Cómo pujando hacia la luz divina
Querrán volar al que los ilumina!
Mas será en vano que los muertos ojos
Pretendan alcanzar los rayos rojos.
¡En vano! ¡En vano!... ¡Demasiado espesas
Serán las capas, ay, sobre sus huesas!...
Amontonados todos y vencidos,
Ya no podrán dejar los viejos nidos,
Y al llamado del astro pasajero,
Ningún hombre podrá gritar: ¡Yo quiero!...
mi alma is made of pineapple fabric,
bartered in the palengkes of San José,
nothing like the silk of Manileño prep-school boys,
in their country clubs and villages with gates,
classmates whom I envied for their patrician ways,
whose diphthongs I eventually learned to emulate
as I dyed my pineapple-fabric soul with neon desires,
neon as bright as New York City lights,
and put on an invisible muzzle on my face.
but what was harder to wash away from my soul of piña
was the stench of garlicky stews we ate in San José,
so foul that even aswangs kept their distance,
'stead of ******* me out of my mother’s womb and taking me away,
throw me up deformed somewhere in the UK,
deformed like the glorified mongrels that are my cousins,
those UCL-educated mestizos, or was it LSE?
oh, maybe my life wouldn’t have been so ******* mierda,
in a corporate attire with a three-thousand pound pay!
but unfortunately, I wear my alma of pineapple fabric
masticated by the teeth of unsolicited advice,
fragrant with cathedral incense, heavy with the guilt
of having been cummed on by ersatz lovers, ‘straight’ best-friends
whom I’ve cut out of my life like overgrown fingernails,
for tripping over loose threads and undoing my soul,
oh, yes, I get lonely without my BFFs, but at least
I still have mi alma de piña, my greatest source of pride,
fragile pride as fragile fabric must be dry-cleaned monthly
at Au Beau Blanc, Gallardo Street, Makati City,
elegant but indeed makati (which is Tagalog for really really itchy)
remember: don’t you ever dare to wash me in the Machine!
or as I like to call it the Lacanian Other clothed in moreno skin,
castrative, repressive, myopic Manilense society, nope!
I will not go to spinning class with synthetic souls ever again
cannot chismis anymore about Manila scandals over brunch,
because my soul is made of pineapple fabric
and pineapple easily tears apart at the seams,
shedding its fibers behind in faraway places,
foster cities and countries with their irrevocable stains,
like those of chimichurri and malbec in Buenos Aires,
Debería haber nacido en Buenos Aires, I always like to say
‘cause it would be more chic to drown myself in Rio de Plata
than the ****** waters of ******* Manila Bay.
Pues, thank God, I didn’t, because now estoy en Spain
and of vermut ***** con aceitunas I am always inebria—
ted, waxing nostalgic for a time when these white men
would’ve scoffed to see an Indies dress,
would’ve asked my pineapple fabric soul to untuck,
scared to be stabbed by some concealed, mystical kris,
but no! don’t get me wrong! I love Mother Spain!
but I don’t think I belong here either,
nor in Buenos Aires or the United States,
nor will I belong again in any one of those seven thousand isles,
which my fingers fidget with like the rosaries I pray
to call out to the god of overseas workers,
the patron saint of the unmoored, the new cosmopolitan
oh, please help me conquer, for the sake of mi alma en pena
hecha de piña
, now ruined, stinky, sullied, stained,
help me find a street, an enclave, a hamlet, or a shore
just somewhere—a corner to feel not so out of place.

— The End —