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Fa Be O Jan 2013
te quiero igual,
cuando estoy enojada
que cuando estoy feliz;
cuando arrugas la frente
que cuando cierras los ojos;
cuando me muerdes los labios,
que cuando besas mi frente;
te quiero igual,
te quiero así.
te quiero igual,
cuando estas cerquita,
que cuando no lo estas;
cuando te tengo en mis brazos,
que cuando no te veo;
cuando fumas
que cuando escribes;
cuando toco tu piel,
que cuando miro tu foto....
te quiero igual,
te quiero así.
1/12/13
Jesibell arz Mar 2015
Tu bebe y bebe sin motivo, yo Nama me pongo pensar que lo que contigo. Me hablas mal sin ningun rason, tu me majas el dia de FelizIdad a enojada Como un ajo al pelon..
  Mejor dejarte trankila en tu propio mundo, porque parece que tu y yo ya no podemos andar juntos. Y lo que me molesta es que somos prima de Sangre, pero cono a ti te gusta peliar y poner la situacion bien grande. Tu dices que ya uno es grande y somos adultos, so Deja tu mierda y ponte pa lo tuyo.
Enverdad ya yo estoy jarta de ti con la bebidas que tomes, tu cuando esta borracha hace mal aciones. Te quiero pero en esto no quiero esta en relajos, porque me imajino que algun dia nos fajamos.. So me voy a quedar 5000 milas de ti, porque la Vida tuya sera mejor sin mi. No me voy a poner Triste para na, ya lo dejo aki esto sera el final.  

                                      *me fui
Si vas a beber, bebe porque te hace bien no mal.
Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las náyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hourís del Profeta.El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta,
las esmeraldas son verdes;
verde el color del que espera,
y las ondas del océano
y el laurel de los poetas.Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
en que el carmín de los pétalos
se ve al través de las perlas.Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.Que parecen sus pupilas
húmedas, verdes e inquietas,
tempranas hojas de almendro
que al soplo del aire tiemblan.Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar la sed con ella,Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean,
pues no lo creas.Que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.Es tu frente que corona,
crespo el oro en ancha trenza,
nevada cumbre en que el día
su postrera luz refleja.Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas.Que entre las rubias pestañas,
junto a las sienes semejan
broches de esmeralda y oro
que un blanco armiño sujetan.Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar te quejas;
quizás, si negros o azules
se tornasen, lo sintieras.
Nos separamos ambos de mal humor. ¿Por qué?
Y después de que tanto prometimos un día
Amarnos siempre, pero... la culpa no fue mía,
Y aunque insistas, no puedes decir que yo empecé.
Fuiste tú. Tú empezaste. Tal vez ambos... Tú... yo...
Mas te confieso, no
Fuiste tú. ¿Me has oído? Ni yo... Franco seré.
Él sólo responsable de todo el amor fue.
Y saliste enojada. Tu adiós me sonó mal,
Y cambiamos palabras duras en el umbral.
Hizo explosión mi orgullo, que tanto tiempo, tanto,
Contuve, y reprimías en los ojos el llanto.

Extraño es, pero cierto. Desde que nos unimos
Parece, así lo creo, que odiándonos vivimos.
Y la culpa no es tuya. Tampoco culpa mía.
Me quieres. No lo niego. Negarlo no podría,
Y te he amado. Y te amo con afecto leal.
Mas tal vez las disputas, del carácter igual
Que tenemos, dependen; de que siempre nos vemos,
Y quizás de que mucho los dos nos conocemos.

Así nuestros defectos se muestran con frecuencia,
Sin que haya en nuestras almas un poco de indulgencia.
Comprenderse de sobra no es nunca conveniente,
Porque viene el análisis al punto. Y a la mente
La incertidumbre llega fatal. Y no tenemos
En el amor confianza, pues de él siempre tememos
El vernos traicionados. Mira: un momento hacía
Que tú y yo nos amábamos. Pero ambos pretendemos,
Como extraña manía,
Amarnos en la vida de modo extraordinario,
Y, viéndolo bien, eso no es nunca lo ordinario.
Y nos atormentamos. Ya amarnos con locura
Es difícil. Mas oye. Juzgo que la cordura
Exige, de nosotros que menos nos veamos.
Cierto es que nos amamos,
Mas de hablar de eso siempre se cansa uno y se irrita.
Y para estar tranquilos nuestra alma necesita
No vernos con frecuencia. Y esto no es un capricho.
Verás que cuando vuelvas, muchas cosas tendremos
Para decirnos, cosas que no nos hemos dicho,
Y entonces, sí, felices, muy felices seremos.
Vamos a amarnos mucho, mucho nos amaremos.
Pensar en dichas nuevas no es esperanza vana,
Estoy de ello seguro. Lo verás, sí, tesoro
De mi vida. ¡Te adoro!...

Y trata de que vuelvas más temprano mañana.
carmel May 2021
Tan enojada, tan agresiva
mira que linda
así loca
me gustas mas
La culpa ha sido tuya. ¡Sí! Tuya. Te lo he dicho,
Lo repito, y no niegues que lo hiciste ex profeso,
Lo sabes, pues te dejas llevar de tu capricho.
Mas no llores, no llores... ¿Qué sacarás con eso?
Toma el té. Que esto acabe... Dos horas disputando.
Tómate el té; y hablemos de cosa diferente,
Porque inmediatamente
Me iré, te lo prevengo, si has de seguir llorando.
Pero ¿qué es lo que he dicho? ¿Qué tienes? ¿Tu porfía
A qué obedece? ¡Sea! Pues bien, la culpa es mía;
Mas enjúgate el llanto,
¡Porque has llorado tanto!
Y como soy sincero
-¿Y para qué callarlo?- te digo que te quiero;
Bien lo sabes, lo sabes, amor de mis amores,
Bien sabes que te quiero. Pero ¡Por Dios! no llores.

Dices... ¿Qué es lo que dices? ¿Dices que te he pegado?
¿Y cómo dices eso? ¡Si yo no te he tocado!
¿En dónde te he hecho daño? ¿Cómo aseguras eso?

Déjate de esas cosas... y dame pronto un beso;
Y que nuestra disputa quede ya terminada,
Que todo esto se acabe... Di: ¿no estás enojada?
Cálmate en el instante. Tómate el té. Te ruego...
Después te pondrás polvos... cuando venga el sosiego;
Y dime que me quieres, que soy tu solo amado,
Y toma mi pañuelo, que el tuyo está mojado.

¿Y qué quieres ahora?
¿Un poco más de crema? ¿La polvera?... ¡Señora!
¿Ya lo ves? Y ocultarlo tu corazón no puede,
Qué en todas las disputas siempre soy el que cede.

Pero tienes hinchados, muy hinchados, los ojos,
Y los tienes muy rojos.
¡Vamos! Sonríe ahora; que sonreír te vea,
Porque cuando te enojas hasta te pones fea;
Y dame un beso pronto, con labio apasionado,
Porque ya nuestra riña ¿no es cierto? ha terminado.
¿Otra vez la discusión?
¿Quieres que nos expliquemos?
¿Continuar es tu intención?
Oye: préstame atención.
¡Dios mío! ¿Qué nos diremos?

Cosas tristes ¿para qué?
¿Para qué amargar la noche?
Si dura la riña fue,
Olvidémosla. ¿El corsé
 Quieres que te desabroche?

Eso lo mejor será.
Lo que has de decirme, bien
De antemano lo sé ya.
Quítate el traje, que está
Mi amor en tu espera. Ven.

Siempre uno mejor se entiende
Sin tomar aire de tonto,
Cuando en la cama se tiende,
Tu corazón me comprende...
Más quítate el traje pronto.

Dejémonos de altercados.
¿No has oído lo que he dicho?
Los cuerpos enamorados
Bien se entienden, abrazados.
Ven. Y cese tu capricho.

Deja de estar enojada.
 Suéltate el traje y los lazos.
 La disputa comenzada...
Aquí quedará acabada...
Ven, pero pronto, a mis brazos.

— The End —