Tengo miedo al amor.
A encontrar un refugio,
y el tiempo lo derrumbe,
como una torre de naipes
cuando sopla el viento
de los disgustos frustrantes.
Tengo miedo a encontrar
un verano entre sus piernas,
y luego llegue otra vez
el invierno de hierro,
que sentencia con llanto.
Tengo miedo a la ilusión,
a esos besos dulces
que envician a mi boca,
a esa risa suave,
y a sus abrazos cálidos.
Tengo miedo a la costumbre.
A los insomnios perversos
si mi cama no te encuentra.
A extrañar tus olores,
tu voz, tu pelo.
Y hasta quizás tus gritos,
ahogados entre mis manos.