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Anyelo Montero Jun 2014
Si éste intento de poema tuviese un nombre, debería ser el tuyo, pero por cobardía dejaré el anonimato. Después de todo...Siempre fuimos fanáticos del misterio.

Habían pasado tantos días. Tantas horas, tantos inviernos. Inviernos fríos que quemaban como infiernos.
Incendios. Incendios de nieve, supongo.

Nos vimos ese día luego de tanto tiempo. Tanto deseo acumulado ya nos estaba haciendo daño. Ja... ni siquiera nos dimos un abrazo, saltamos directo a los besos. Tengo que decirte; mis latidos estaban muy acelerados.

Lancé mis dados. No me importó el presente o los presentes que en las ventanas estaban asomados.

Y me mirabas a los ojos, y en los tuyos veía que eres mi principal demonio carnal. Pero a la final, si Dios existe sabe que tú no quieres ser ningún ángel.

Nos besamos en ese banco como si nos quisiéramos chupar el alma... Querida, tus besos sabían más exquisitos de lo usual a causa de la ***** barata. Y me arrebatabas el aliento.Y tus senos me me observaban detrás de tu escote; o quizás yo los observaba a ellos, pero no nos importaba.

Estabas tan errática. Tan radical que me era difícil seguirte el paso.

Ibas lanzando ***** sobre el piso y dulces gemidos a mis oídos. No te mentiré, me sentía cohibido. Renuncié a mi actitud bohemia y despreocupada de vaquero y me sentí cohibido. Pero lo que me crecía en el pantalón era muy real como para haberlo fingido. Sabes lo difícil que se me hace ignorar mis animales instintos.

Y no queríamos despedirnos. De irracionalidad pasamos a tecnicismos. Al: "No te vayas, quédate un rato más. Te haré café para que la ***** te deje de afectar". Y después los besos eran besos de tiernos adolescentes que se profesan amor eterno. Amor eterno que nunca fue correcto al momento.

Es triste como acabo todo, ¿no, querida? Es triste que ahora me odies y me hayas sacado de tu vida. Pero si lees esto... por favor, recuérdame.

Recuérdame tan imperfecto como soy.
Recuérdame en tu escote; bajando mis manos por tu espalda y llegando a tus nalgas.
Recuérdame escuchando esa canción que es mi canción favorita, y que escuchas solo por esa razón.
Como sea que quieras, pero recuérdame.

Yo siempre te recuerdo. Porque fuiste, eres y serás la autodestrucción que aún necesito.
deadboycreek Mar 2018
ya te guardé en un lugar seguro 
en los bolsillos junto a monedas 
en los pies, no es metáfora 
se cuando estás cerca
lo saben mis pupilas 
me delatan, se dilatan 
al encontrarse con la imágen tuya
con las manos nos entendemos
nos saludamos de lejos

-Hey 
-Hey
-¿Estás bien? 
-Aha 
(No estaba bien) 
-¿A dónde van? 
-A comprar dulces
-¿Quieres un tambor? 
-Okay 
- Tengo que irme, tengo clase. 
  Mi maestro se parece a Milhouse

Al despedirnos, 
me abrazas como si supieras 
que algo se está deshaciendo 
como una bola de estambre en mi interior
se hace pedazos al ritmo del reloj 
hay agua en algún lugar cálido de tus ojos
me quedo quieta para no arruinarlo 
y dejar que se arruine solo 
es una causa perdida 
esto de sentir 
he decidido regalarte 
otro pedazo de papel
ésta vez con tinta negra y palabras mías
la vez pasada te dibuje con el sol en los ojos
una ofrenda a la nébula de tus mejillas
que tanto me gusta
que veas cuanto me gustas
y que es una causa perdida
esto de escribir
no iré a la escuela mañana 
es miercoles, 
el peor día de la semana 
ombligo odioso 
me da miedo entregarte esto 

Los dias, los meses 
copias fotoestáticas 
deja te describo un jueves
que es como todos los jueves
mes tras mes
días malos 
independientes a ti 
implícitos en ti
y tu mirada
cuando hablamos y me siento contenta
cuando te veo y me siento peor
porque es una causa perdida 
esto de existir
el otro día había música
y supe por alguna razón 
que iba a voltear y estarías ahi 
y sí estabas ahí
de hecho estabas ahí
como si me esperaras 
aunque se que no me esperabas 

al despedirnos 
me das un beso de esos que son al aire
que se dan a nadie 
se cae al suelo sin recibirse 
al rozar mi mejilla con tu barba

— The End —