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Krusty Aranda Aug 2013
¡Preparados!

Sonido...

Cámara...

¡Acción!

Las cámaras graban la acción inexistente.
El sonido del silencio se cuela por todos lados.
No hay estímulos que generen reacciones.
No hay ideas inteligentes sobre las cuales trabajar.

Cortometraje de una idea profana.
Audiencia torpe, insensible e ignorante.
Imágenes de cuerpos desmembrados, mutilados;
un apuesto "gobernante" calmará a la sociedad.

Realidades alternas de ficción inexistente.
Emociones creadas por alguien más para ti.
Risa embotellada. Aplauso pre grabado.
Drama familiar público sin fin.

Grandes monopolios se apoderan de tu mente.
Haces lo que dicen. Piensas lo que quieren.
No eres ya dueño de ti mismo.
Debes tu existencia y tu "cultura" a él.

Las **estrellas
y el azteca ya no son lo que antes fueron.
Luceros en la noche. Fieros guerreros.
Tan solo defienden sus propios intereses
mientras nosotros les seguimos dando de comer.

Despidan el programa que se acabó el tiempo por hoy.
Asegurémonos de dejar limpio el plató,
así como las mentes y bolsillos de nuestros televidentes.
Apaga las luces y vámonos.
Hadn't written in spanish for a long time. Hope some of you can understand it :p
El puño labrador se aterciopela,
y en cruz en cada labio se aperfila.
Es fiesta! El ritmo del arado vuela;
y es un chantre de bronce cada esquila.
Afílase lo rudo. Habla escarcela...
En las venas indígenas rutila
un yaraví de sangre que se cuela
en nostalgias de sol por la pupila.
Las pallas, aquenando hondos suspiros,
como en raras estampas seculares,
enrosarian un símbolo en sus giros.
Luce él Apóstol en su trono, luego;
y es, entre inciensos, cirios y cantares,
el moderno dios-sol para el labriego.
Echa una cana al aire el indio triste.
Hacia el altar fulgente va el gentío.
El ojo del crepúsculo desiste
de ver quemado vivo el caserío. ,
La pastora de lana y llanque viste,
con pliegues de candor en su atavío;
y en su humildad de lana heroica y triste,
copo es su blanco corazón bravío.
Entre músicas, fuegos de bengala,
solfea un acordeónl Algún tendero
da su reclame al viento: "Nadie iguala!"
Las chispas al flotar lindas, graciosas,
son trigos de oro audaz que el chacarero
siembra en los cielos y en las nebulosas.
Madrugada. La chicha al fin revienta
en sollozos, lujurias, pugilatos;
entre olores de urea y de pimienta
traza un ebrio al andar mil garabatos.
"Mañana que me vaya..." se lamenta
un Romeo rural cantando a ratos.
Caldo madrugador hay ya de venta;
y brinca un ruido aperital de platos.
Van tres mujeres.. ., silba un golfo... Lejos
el río anda borracho y canta y llora
prehistorias de agua, tiempos viejos.
Y al sonar una caja de Tayanga,
como iniciando un huaino azul, remanga
sus pantorrillas de azafrán la Aurora.
Jerezanas, paisanas,
institutrices de mi corazón,
buenas mujeres y buenas cristianas...
Os retrató la señora que dijo:
«Cuando busque mi hijo
a su media naranja,
lo mandaré vendado hasta Jerez».
Porque jugando a la gallina ciega
con vosotras, el jugador
atrapa una alma linda y una púdica tez.
Jerezanas,
os debo mis virtudes católicas y humanas,
porque en el otro siglo, en vuestro hogar,
en los ceremoniosos estrados me eduqué,
velándome de amor, como las frentes
se velaban debajo del tupé.
Acababan de irse
la polisión y la crinolina,
pero alcancé las caudalosas colas
que alargan el imán del ave femenina
de las cinturas hasta las consolas.
Así se reveló, por las colas profusas,
mi cordial abundancia,
y también por los moños enormes que en mi infancia
trocaban a las plantas bizantinas
en rodel de palomas capuchinas.
  Jerezanas,
  genio y figura
  del tiempo en que los ávidos pimpollos
  teníamos, de pie,
  la misma clementísima estatura
  que tenía, sentada, nuestra Fe.
Jerezanas,
traslúcidas y beatas dentaduras
en que se filtra el sol, creando en cada boca
las atmósferas claroscuras
en que el Cielo y la Tierra se dan cita
y en que es visitada Bernardita.
Jerezanas,
de quien aprendí a ser generoso,
mirando que la mano anacoreta
era la propia que en la feria anual
aplaudía en el coso
y apostaba columnas de metal
en el escándalo de la ruleta.
Jerezanas,
grito y mueca de azoro
a las tres de la tarde, por el humor del toro
que en la sala se cuela babeando, y está
como un inofensivo calavera
ante la señorita tumbada en el sofá.
Jerezanas,
panes benditos,
por vosotras, el Miércoles de Ceniza, simula
el pueblo una gran frente llena de Jesusitos.
Jerezanas,
abísmase mi ser
en las aguas de la misericordia
al evocar la máquina de coser
que al impulso de vuestra zapatilla,
sobre mi vocación y vuestros linos
enhebraba una bastilla.
Dios quiera que esté salvada
la máquina de acústicos galopes,
por la cual fue mi ayer melódica jornada
y un sobresalto mi vida
ante los pulcros dedos hacendosos
resbalando a la aguja empedernida.
Jerezanas,
he visto el menoscabo
de los bucles que alabo,
de los undosos bucles
que enjugaron sin mofa mis pucheros,
de los bucles rielantes,
cabrilleo lunar, blanco de la llovizna
y trono de los lápices caseros;
he visto revolar la última brizna
de vuestras gracias proverbiales;
he visto deformada vuestra hermosura
por todas las dolencias y por todos los males;
he visto el manicomio en que murmura
vuestra cabeza rota sus delirios;
he visto que os ganáis
el pan con las agujas a la luz del quinqué;
he sido el centinela de vuestros cuatro cirios;
pero ninguna chanza del presente
logra desprestigiaros, porque sois el tupé,
los moños capuchinos y la gruta de Lourdes
de la boca indulgente.Jerezanas,
colibríes de tápalo y quitasol,
que vagabundas en la gloria matutina
paraban junto a mis rejas,
por espiar la joyante canción de mi madrina
rememorando a Serafín Bemol:
«Si soy la causa de lo que escucho,
amigo mío, lo siento mucho...»
Jerezanas,
a cuyos rostros que nimbaba el denso
vapor estimulante de la sopa,
el comensal airado y desairado
disparaba el suspiro a quemarropa.
Jerezanas,
que al cumplir con la ley
de la anual comunión, miráis a la primera
golondrina de marzo en la Casa del Rey
de los Reyes; la párvula golondrina que entró
a enseñarnos su pecho de mamey.
Jerezanas,
cuyo heroico destino
desemboca en la iglesia y lucha con el vino,
vistiendo santos
o desvistiendo ebrios, con la misma
caridad de los cantos
que os hinchan las arterias en el cuello.
Jerezanas,
briosas cual el galope que me llenó de espantos
al veros devorar la llanura y el río
sobre el raudo señorío
del albardón de las abuelas;
erguidas como la araucaria,
y débiles como el futuro
de un huevecillo de canaria.
Jerezanas,
cuando el sol vespertino amorate
vuestros vidrios, y os heléis
en el diario silencio del inútil combate,
tomad las flechas de mi vida
como hilas del pañuelo de un hermano
para curar vuestra herida
según la vieja usanza,
y para abrigar el nido
del pájaro consentido.
Jerezanas,
yo aspiro a ser el casto reyezuelo
de los días en que os sentí
probadas por el Cielo
Marchitas, locas o muertas,
sois las ondas del manantial
que ondula arriba de lo temporal,
y en el eterno friso de mi alma
cada paisana mía se eslabona
como la letra de la Virgen:
encima de una nube y con una corona.
Nis Jun 2018
"Tu ignorancia es un monte de leones, Stanton"
                                                        ­                                       -García Lorca

Juntos para morir,
separados para vivir.

Como un manantial de loros te canto, Stanton
no se quien eres pero nunca nos encontraremos
cual cima de hipopótamos, cual valle de elefantes.

Podría seguir, seguir con mi orografía animal, Stanton.
Sentirme una Lorca envalentonada,
envalentonada como un monte de leones.
Pero no lo soy.

Sólo soy un intento de física,
un intento de poetisa,
un intento de mujer,
un intento de persona.
Un intento.

Reímos juntos aquel día,
aún hoy lloramos separadas.

Y este poema se torna pensamientos no ligados.
nuca lo estuvieron.
Mi ignorancia siempre fue un monte de leones.
Y mis pensamientos se tornan contra mí una vez más.

Contra mi cuerpo: mi archienemigo,
tantas veces te he escrito para herirte,
tantas veces te he herido para herirte.
Mi odio hacia ti es una riada de cuervos.

Contra mi mente: falsa amiga,
tantas veces te he usado para servirme
tantas veces me has herido al servirme.
Mi rencor hacia ti es un acantilado de ratas.

Y sí, este poema es una excusa para alabar el citado verso,
pero entre verso y verso se cuela mi odio,
cual filtro de lemures, cual escurridero de serpientes.
Mi odio por todo, mi odio por nada.

Y aquí termina mi canto, diciéndote una vez más, Stanton.
Tu ignorancia es un monte de leones.

//

                                   "Your ignorance is a mountain of lions, Stanton"
                                                        ­                                       -García Lorca

Together dying,
apart living.

Like a spring of parrots I sing to you, Stanton
I don't know who you are but we'll never meet
like peak of hippopotamus, like valley of elephants.

I could continue, continue with my animal orography, Stanton.
Feeling myself an encouraged Lorca,
encouraged like a mountain of lions.
But I'm not one.

I'm only an attempt of a physic,
an attempt of a poet,
an attempt of a woman,
an attempt of a person.
An attempt.

We laughed together that day,
even today we cry alone.

This poem turns itself thoughts not linked.
They never were.
My ignorance has always been a mountain of lions.
And my thoughts turn against me once again.

Against my body: my archenemy,
so many times I have written to harm you,
so many times I have harmed you tu harm you.
My hatred towards you is a stream of raven.

Against my mind: false friend,
so many times I have used you to serve me,
so many times you have harmed you to serve me.
Mi resentment towards you is a cliff of rats.

And yes, this poem is an excuse tu praise the mentioned verse,
but between verse and verse my hatred creeps in,
like filter of lemures, like sink of snakes.
My hatred towards everything, my hatred towards nothing.

And here my singing ends, telling you once again, Stanton.
Your ignorance is a mountain of lions.
Más que un poema, pensamientos poco relacionados inspirados por el verso de Lorca en "Poeta en New York"
More than a poem, thoughts with little connection inspired by the verse from "Pote in New York" by Lorca
¡Oh este rayo de sol que a mi alcoba se cuela
Como una viva y larga, mágica lentejuela!

Oh este rayo de sol que en mi boca se posa
Fingiendo que en mis labios ha florido una rosa!

¡Oh este rayo de sol que se acuesta en mi seno,
Como una daga fina sobre el cutis moreno!

¡ Oh este rayo de sol que acaso ha acariciado
La dulce y taciturna cabeza de mi amado,

Que taivez en los labios de mi amante dormido
La misma rosa de oro que en mi boca, ha florido!

Enredaste sus manos y entibiaste sus sienes
Y ahora, ¡todo hechizado por su contacto vienes!

Te colgaste a su cuello y llamaste a sus ojos
En los que anoche el sueño pusiera sus cerrojos.

              Ras o de sol fragante
              Que has besado a mi amante!

(Y el rayo es como una culebra de deseo
Que en mi cuerpo vibrante pone su centelleo).
Jr Mar 2018
solsticio de invierno
las noches duran más
el frío
cuela en tus huesos
como las corrientes
bajo un río gélido

tus pensares
como cadenas
te halan hacia abajo
incesantes

aprende a hacer aliado
de tu peor enemigo

incandescente
fuego insistente
lucha por derretir tus ideas
pero no tiene oxígeno ni combustible
que lo avive

intento yo
ser el viento que avive el incendio forestal
mis pulmones llenos ya de humo
lo hacen difícil
nunca me rendiré
Lautaro 6d
Hay un fantasma que me acaricia  
con tu mirada, que llega y se va,  
como un susurro entre la bruma,  
como un reflejo que nunca se queda.  

A veces siento que aún estás,  
que tu risa se cuela en mi silencio,  
pero entonces despierto,  
y solo queda el vacío donde solías estar.  

No sé si regresas por mí,  
o porque te gusta saber que te espero.  
Vienes cuando quieres,  
dejándome con menos de lo que ya no tengo.  

Hay un fantasma, y es tu ausencia,  
que juega a ser presencia por instantes.  
Lo miro, y aunque no estás,  
aún duele como si fueras real.

— The End —