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Doña Inés de Palacios, Marquesa de Sofraga,
En Santa Fe se aburre.
                                    Su mente en sueños vaga,
Y ante la tarde mustia, con pesadumbre inmensa,
En los risueños cármenes de su Sevilla piensa.
Al frente, la «Sabana», su gris monotonía,
La plaza casi sola, y honda melancolía
Flotando en el crepúsculo.
Como imprecisa bruma,
La nostalgia, en el tedio, su corazón abruma,
Y de un dolor recóndito su voluntad cautiva,
Apoya en ambas manos la frente pensativa.

Se aburre la Marquesa.
                                Canónigos y Oidores,
El Marqués y el Prelado, siempre en riña. Rencores
Ocultos y que estallan; disputas cada instante
En la plaza, en la Audiencia y en el atrio, delante
De su balcón. Las tardes, tristes cual las mañanas,
Y frío, lluvia o nieblas, y toques de campanas.

La Marquesa se aburre.
                                  Pero de pronto, esbelta,
Los ojos enjugándose, y en amplio abrigo envuelta,
Se pone en pie y se asoma.
                                        Y apuesto caballero,
De Tunjuelo, Pasquilla y Ubaque encomendero,
Tañedor de guitarra, noble galán, llamado
Don Gonzalo Armendáriz de Borja y Maldonado,
Pasa, y algo se dicen. Cambian mirada amante:
Se enciende la alegría de ambos en el semblante;
En el alma ella siente que un ensueño se irisa,
Y en sus labios florece la luz, de una sonrisa.

Y ya feliz, en tanto que la tarde se apaga,
Cierra el balcón la hermosa Marquesa de Sofraga.
Luis Haller Sep 2014
NO
No te dejo de pensar.
Como es que serás?
Me ilusiona tu mirar,
Me emociona que te pueda crear.

No te dejo de pensar.
Y, no dejo de ver tu retrato.
No dejo de pensar en tu encanto,
Pues tu cerebro me ha cautivado.

Hablar contigo es lo mejor que me ha pasado,
Por que me has inspirado.
Te pienso en letras
Y te quiero con poemas.

Me molesta que sólo quepas en mi cabeza,
Pues mis brazos y mis ojos te desean
Me molesta la distancia
Y me deshago en palabras.

No te dejo de pensar.
Ni un segundo he dejado escapar
Pues la realidad me aburre
Una vez que te he conocido
No dejo de imaginar.

No me quejo, pero esto me empieza a hartar
Como quisiera estar allá
Del otro lado del final
Donde estas tu
Donde te puedo encontrar

Y es que...
No te dejo de pensar.
Borges May 2015
Despues de sentir la moneda, de sentir uno posee, el recordatorio, ordinario de una vida.

Question:
Pregunta:
Ordinaria y olvidada en segundos, en ella se encontrara un rasgo femenino, lo esencial.

Digamos que en encontrar algo, uno se divide entre uno o dos cosas pensadas.

Y al sentirse rendido uno no promete no sentarse.

Se aburre de sus sentidos y se mete las manos en los bolsillos.
Al sacarselas uno regresa a mirar el cielo rasio.
Gonzalitu Mar 2018
Nuestro corazón es músculo.
Por más que esté ya tieso o flojo.
Uno lo tiene dentro suyo,
y hace grande al de los otros.

¿Hace cuánto no lo ejercitas?
Emblandecer un corazón apagado.
¿Recuerdas tu primera cita?
Terminas, dolor y agotado.

Has pensado en abandonarlo
Pero día a día, se sana.
El corazón inanimado,
ahora vivo, siente y ama.

El ejercicio ya es costumbre.
Rutina de amor, la jornada.
Siempre mágico, nunca aburre.
No para, corazón, se agranda.

El que una vez roto y solo.
Callado, oculto y en desuso.
Ahora, inmenso, fuerte y rojo.
Gracias a usted, que se antepuso.
Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío,
y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.
Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.Sólo se anima ante el azar prohibido,
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
o la proeza de un matón, sangrienta.Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,
y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.Un poco labrador, del cielo aguarda
y al cielo teme; alguna vez suspira,
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.
El niño que no vino
tiene los labios fuertes
tiene las manos tiernas
el alma como nube

no es nadie
es sólo un niño
saca viejas monedas
del bolsillo de Dios
se parece a la madre
su misma risa ancha
su corazón a saltos

juega con los silencios
y con ellos hace otros
silencios
y se aburre

el niño que no vino
no viene
porque cree
que todo el que aquí nace
no se muere
después.
Magdalena: yo a veces envidio lo que fuiste.
Me aburre esta existencia tan monótona y triste.
Hoy daría ni¡ alma por los mil esplendores
Y el vértigo de abismo de tus cien mil amores.

Y después, el sayal gris de los penitentes.
¿Qué importa? Hoy es mi alma un nido de serpientes.
Me vengo del hastío ensoñando el pecado,
Y siento entre mis labios la miel de lo vedado.

El inmenso bostezo de mi paz cambiaría
Por el barro dorado de tus noches de orgía,
Para luego ofrendarlo, en un gran vaso lleno,

De ungüento de nardos, al rubio Nazareno.
¡Hoy daría mi alma por los mil esplendores
Y el vértigo de abismo de tus cien mil amores!

— The End —